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El cine

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Me puse mis bragas negras de encaje, me quedaban apretaditas, de tal forma que apretaban mi pene y aunque estuviera erecto no se levantaba más allá de un bultito pequeñito. Continué con mi corsé también negro. Lo ajusté haciéndome una cintura fantástica. Después me puse encima mi vestido celeste que marcaba bien aquellas líneas que me había hecho, y mis zapatos de tacón alto que hacían que levantara mi colita al caminar. Me peiné y continué con el maquillaje. Quedé irreconocible. Ya no era Miguel, era Melany. Estaba lista. Tomé mi bolso, donde llevaba algo de dinero, condones y lubricante. Estaba dispuesta a pasarla bien. Tomé valor y salí de la habitación. Creí que me sentiría nerviosa, pero cuando llegó el momento no me importó que me vieran salir convertida en una mujer. Los trabajadores del hotel me vieron con discreción. Imagino que han de estar acostumbrados a ver estas cosas. No me importaba, no pensaba en ello. Solo pensaba en mi destino. Llegué al estacionamiento, me monté en mi vehículo y arranqué. Después de diez minutos llegué al cine para adultos. Era el momento. Me aparqué, tomé mi bolso y me bajé del automóvil. Cuando llegué a la boletería, una mujer me dio las buenas noches. Yo le contesté de la misma manera educada y pagué por mi entrada. Entré nerviosa y excitada mientras caminaba por el pasillo, pues podía escuchar los gemidos de la pareja que en la película estaba teniendo sexo. Yo había calculado llegar a media tanda, y en efecto, así era. Llegué a la puerta del teatro, abrí y en ese rincón totalmente obscuro me detuve un instante para observar hacia dentro: la luz de la pantalla iluminaba a medias a las personas en sus lugares y supe que no estaba tan lleno como lo imaginé, pero era lo que quería. Había treinta personas tal vez. Todos eran hombres… Salí de la obscuridad de la puerta y justo como lo pensé… fui observaba por todos ellos… No quise sentarme todavía, quería pavonearme un poco más antes de hacerlo. Caminé hacia el baño que estaba en un rincón opuesto de la sala. Mientras subía la escalera. Sentí la mirada lasciva sobre mis nalgas. Entonces mi fantasía comenzó a hacerse realidad. Una enorme mano me apretó una nalga. Yo volteé a ver y un hombre me dijo entre dientes “qué rico”. Yo acerqué mi cara a la de él y me atreví a decirle “espera un ratito más si quieres comértelo”. El hombre acarició mi cuello y me sonrió. Seguí caminando. No podía creerlo. Fue fascinante. Tenía mi pene erecto y mi ano palpitando. Necesitaba empezar a hacer aquello por lo que había llegado. Mi excitación fue mayor cuando llegué a los asientos de atrás y justo allí un hombre se estaba masturbando. Me miró con deseo y no pude evitarlo. Le hablé.

–Qué rico, eso mi amor.

–¿quieres?

–Si quiero –Me senté a su lado. Me hice el cabello hacia atrás y él quitó su mano de su miembro, porque quería mi boca. Yo humedecí mis labios y estaba a punto de metérmelo cuando recapacité–. No la mamo sin condón –le dije.

El hombre se vio decepcionado pero aceptó. Saqué uno de mis condones. Lo abrí y se lo puse en el miembro. Cuando empecé en ese momento a saborear la punta, sentí que era acariciado por alguien a mi espalda y de pronto me abraza. Yo no estaba propiamente sentada sino que mi cadera estaba apoyada sobre el cojín del asiento, así que mis nalgas estaban justo en dirección del regazo del hombre que me había abrazado.

–Me dijiste que esperara –me dijo el hombre que había llegado de repente-, pero no pude hacerlo.

Me sentía mal, porque le había prometido algo a ese macho, sin embargo yo estaba allí, empezando con otro. Pero ahora estaba dispuesta a empezar de una vez.

–Acaríciame –le di un pequeño beso en la boca y proseguí con mi otro hombre que ya se veía desesperado porque su pene se movía y se movía. No lo hice sufrir más y engullí su miembro. Mientras lo hacía, el otro me besaba en el cuello y me acariciaba las piernas, las nalgas y por encima de mis bragas mi pene duro. Yo me sentía volar. Estaba extasiada. Mi ano palpitaba muchísimo. Él hombre que me acariciaba me subió el vestido y sin este acarició mis nalgas. Haló un poco de mi braga y entonces lo detuve. Necesitaba explicarle las reglas del juego.

–Esta hembrita rica no se va a dejar coger sin condón –se adelantó a decir el hombre al que yo agasajaba con mi boca.

Este también se vio decepcionado por un momento, pues ya tenía su pene fuera, chorreando su líquido transparente y listo para metérmelo. No miento al decir que de verdad quería saborear ese líquido, pero debía ser responsable. Compuse mi vestido y me senté correctamente entre mis dos hombres mientras sacaba otro condón.

–Antes te la voy a mamar también –le dije.

El hombre asintió y me besó al momento que encapotaba su falo. Fue un sabroso beso. Sus labios húmedos me apretaban con fuerza y me estremecían. Luego se recostó contra el espaldar de su asiento y el otro hombre también me besó. Su beso fue con lengua y mientras lo hacía acariciaba mi nuca. Ambos fueron suculentos. Me levanté y les pedí que se sentaran juntos para que yo en cuclillas les diera placer. Y así fue. Mientras se la chupaba a uno, le acariciaba el pene y los testículos al otro, y luego pasaba a darle placer a este y acariciaba al otro. Así estuve hasta que un hombre me levantó con delicadeza:

–Danos ese culito ya, por favor, mi amor, ¿sí?

Yo le dije que sí y  este me bajó lentamente la bragueta. Mi pene saltó a su cara e hizo lo que yo no me había atrevido a hacer. Me la mamó sin condón. Yo lo estaba disfrutando de tal manera que no podía creer de lo que los estaba privando. Aún tenía en mi mente la imagen del pene de este chorreando el dulce néctar y aún quería beberlo.

–¿Ves que así es más rico? –en una pausa él me lo dijo.

–Sí, mi amor, discúlpame –le dije.

–Por favor, preciosa. Mámala sin condón, ¿sí?

–No puedo, no puedo –decía en verdad sufriendo, pues él estaba tratando de convencerme con una deliciosa chupada.

Noté que en ese momento el otro hombre, que era al primero que se la mamé, no se notaba cómodo con la idea de chupar un pene.

–¿Qué pasa, cariño? –le pregunté.

–Es que creía que eras mujer… –me sorprendió. También el otro hombre se veía impresionado. Por un lado me sentí halagada, pues mi transformación había sido muy buena; pero por otro me sentí triste, había dejado de ser deseada. Sin embargo, no quería rendirme y me propuse endulzarle el oído. Me senté en las piernas de mi hombre más atrevido, y sin percatarme había dejado mi ano peligrosamente a su merced, pero me enterneció que él detuvo su excitación solo para mantenerme abrazada.

–Dime, mi amor –me dirigí a mi repentino tímido hombre–, ¿no te gustó la mamada que te di?

Él se sinceró al decirme que no había sentido nada con el condón y que se sentía incómodo. Su fantasía era cogerse a una desconocida en un cine porno, pero no lo había logrado. Jamás se imaginó que yo era un travesti.

–Es muy extraño ver una mujer por acá –le explicó el otro–, yo por eso supe apenas vi a este bizcocho que no era una mujer.

–Sí soy una mujer –le dije en realidad jugando.

–Para mí sí, mi amor –me calló con un beso delicioso.

El repentino tímido hombre se quitó el condón. Guardó su miembro. Se disculpó y se levantó. Se había ido. Lo que yo sentí en ese momento fue natural. Estaba triste porque mi fantasía terminaría si dejaba que el hombre que me estaba abrazando se fuera también, así que me atreví a preguntarle:

–¿A ti tampoco te gustó la mamadita?

En efecto me dijo que no había sentido nada físicamente hablando, pero que, sin embargo, le había excitado la idea de tener su miembro en mi boca. Yo lo abracé y no dije nada. Estaba segura que no podría satisfacerlo si no le quitaba el condón, pero no quería atreverme. Sentía miedo. Mientras yo pensaba, él me acariciaba suavemente las nalgas. Me pareció hermoso. Me sentía como una chica con su novio. En ese instante su mano comenzó a meterse más al centro de mis nalgas y uno de sus dedos me tocaba superficialmente el ano. Suspiré. Sentía riquísimo y muy despacio le besé en el cuello.

–Quiero culiarte –me dijo

En ese momento me metió uno de las falanges de sus dedos. Me gustó que lo hiciera aunque me doliera un poquito.

–Con condón está bien –continuó hablándome al oído.

No le contesté.

–Se nota que sos nueva en esto –me dijo–, por eso no voy a insistir.

–No vas a sentir rico –le contesté.

–Sí voy a sentir rico, mi amor, te lo prometo.

Esta vez fui yo quien lo besé. Me animé de nuevo, pero no podía quitarme la idea de que no lo estaba satisfaciendo como debía ser. Yo sabía que para sentirme plena debía darle todo el placer que pudiera a este hombre. Aún tenía miedo y mi corazón latía fuertemente. Hice algo que no imaginé, lentamente deslicé el condón de aquel enorme falo y lo descubrí por completo. Me bajé del regazo de mi hombre y volví a contemplar su miembro, esta vez con todos sus detalles, al natural: era grande y muy venosa, gruesa, grande y jugosa, cubierta de todo aquel líquido preseminal que lo delataba, estaba listo para penetrarme, pero todavía no… todavía le debía algo a ese espectacular pene y lo hice, sin condón me lo metí a la boca, despacio, saboreando cada instante, primero el glande, lo chupé hasta dejarlo seco de todo el jugo, pero luego se volvía a mojar, y me lo volvía a tragar, luego seguí con mi lengua lamiéndolo todo hasta llegar a sus testículos. Eran hermosamente grandes, peludos. Los lamí con ternura, y me correspondieron el cariño dándome más liquido preseminal, que con gusto tomé. Yo lo estaba disfrutando mucho más que al principio, y lo miré a él, también se sentía en éxtasis, su quijada temblaba y cerraba con fuerzas sus párpados. Lo estaba logrando, al fin estaba logrando satisfacer a un macho. En ese momento vi que mi braga que estaba en la otra silla mi hombre la tomó y la olió y se la pasaba por la cara. Esto que hizo me excitó más y me hizo dejar la delicadeza, engullí su miembro y con rapidez se la chupé. Yo me la metía hasta el fondo y sentíamos cómo abría mi garganta. Entonces ocurrió… Él eyaculó en mi boca. Por un instante quise tragármelo todo, pero si no lo hice no fue porque quise hacer algo más atrevido: con el semen en mi boca lo besé desenfrenadamente. Lo compartimos de esta manera y así ambos tomamos de la sabrosa leche.

–¿Puedo quedármelo? –me mostró mis bragas.

–Tengo que llevármelo puesto para que no se note mi paquete –le dije.

–Comprendo. Sabés, estuvo deliciosa la mamada. Gracias.

–Sí, pero aún falta que me culíes –le dije preocupada porque su pene dejó de estar duro después de haber descargado toda la gran cantidad de semen que me obsequió.

–Claro que sí, no te me vas a salvar –rió.

–No quiero salvarme. Quiero que me rompás el culito. Es todito tuyo para que lo hagas –le susurré al oído.

Mi amante volvió a reír y propuso que mientras recobraba energías miráramos la película. Yo le dije que sí y me senté de nuevo en sus piernas. Le pedí las bragas para ponérmelas, porque quería que cuando él se calentara de nuevo me las quitara otra vez, era algo que me había encantado. Nos dispusimos a ver la película, pero la verdad lo que estábamos viviendo allí era más excitante que apenas poníamos atención. Preferíamos vernos a los ojos, a los labios, besarnos, vernos de nuevo y sonreír como cómplices en la obscuridad. En ese momento nos dijimos los nombres. Él se llamaba Carlos. Para entonces, la treintena de hombres que estaban allí ya se habían percatado de nosotros, la pareja caliente de los asientos traseros. En el momento que yo se la había mamado a los dos hombres, ya todos sabían lo que estábamos haciendo allí. Desde nuestros lugares vimos que cuatro parejas más nos imitaban, vivían lo suyo en sus asientos y conforme pasaba el tiempo más parejas se formaban. Tenían sexo allí mismo o preferían irse al baño. Esto último lo sé porque lo vi luego. Me disculpé con mi hombre, tomé mi bolso y me levanté porque necesitaba orinar.

–No tardes, mi amor –me dijo.

–Cuida mi asiento –sonreí.

Caminé hasta el baño y entré. Todo estaba a media luz y se escuchaban los quejidos de las parejas teniendo sexo detrás de cada puerta. Me pareció que todo este cine era un paraíso lleno de felicidad porque todos eran libres de satisfacerse como quisieran. Yo más que nadie, estaba feliz. Me vi en el espejo y volví a sentirme bella, una mujer.

–Hola, preciosa –me dijo un hombre.

–Hola, guapo –le dije.

Y en verdad era guapo. Era más fornido que el hombre que me esperaba, y tenía un cuerpo increíblemente velludo.

–Pareces toda una muñequita.

–Y tú pareces un osote –le acaricié el pecho.

–Y la tengo tan grande como uno. ¿Quieres verla?

–Espérame, mi amor. Me estoy orinando –le dije cuando se abrió la puerta de una pareja feliz. Yo entré y él me siguió. Sinceramente, me puse nerviosa pero a la vez muy excitada.

–Anda orina. Quiero vértela.

Lo que dijo me pareció gracioso. Pero lo hice, saqué mi pene y oriné. Mientras lo hacía él también sacó su pene y orinó. Era inmenso, más que la de Carlos.

–¿Te gusta? –me preguntó.

Yo asentí mordiéndome los labios.

–¿Te la meto, preciosa?

Entonces me sentí en un lío. Mi culito todavía no había comido un pene, pero pensaba que Carlos debía ser el primero en ser agasajado.

–Te voy a ser sincera –le dije–, hoy todavía no he culiado, pero estoy con alguien ahorita y quiero que sea él el primero que me la meta, aunque la verdad no quiero dejar ir esta vergota –comencé a masturbarlo, y él a mí, porque no me había guardado el pene.

–¿Entonces qué hacemos, amor? –me preguntó.

–¿Tú viniste con alguien?

–Sí, con un amigo.

–¿Te lo estás cogiendo?

–No. Él y yo somos activos y vinimos buscando una hembrita como tú –en ese momento me besó.

No pude controlarme, ni él, nos masturbamos más rápido y nuestras manos se mojaron del jugo transparente. Me chupé los dedos. Me agaché y comencé a mamárselo. Sentí que era hora. Necesitaba ser penetrada.

–¿Dónde está tu amigo? –le dije.

–Afuera.

Me levanté. Guardé mi pene y le pedí que me siguiera. Él guardó su pene y me obedeció. Antes de salir completamente del baño otro hombre me manoseó una nalga, yo me detuve, lo besé y le masajeé el paquete que lo tenía durísimo mientras él me seguía manoseando la nalga. “Bye”, le dije, y me marché tomando la mano del hombre del baño.

–¿Dónde está tu amigo? –le pregunté.

–Allá –lo señaló. Le hizo una seña de que se acercara y así lo hizo. Nos presentamos. Su amigo se llamaba Julio y él se llamaba Matías. Me sentí excitadísima y quería regresar con Carlos junto a mis nuevos “amigos”.

–Melany quiere que la cojamos con ella junto a un amigo –le dijo Matías a Julio.

–Con gusto –respondió él.

–Caballeros, síganme –les dije.

Fuimos hasta el asiento de mi hombre y al verlos se sintió nervioso, pero pronto se tranquilizó cuando le bajé la bragueta, le saqué el pene y se la comencé a chupar. Ya sabía cómo era que le gustaba y me sentía increíble por saberlo. En ese momento Matías me subió el vestido y me bajó la braga solo lo suficiente para exponer mi culito. Lo besó con ternura y luego pasó su lengua de modo que me hizo estremecer. Luego Julio se hizo espacio entre los asientos y entró de modo que quedó frente a mí. Yo tenía la boca llena pero quería lo que él se estaba sacando. Mientras, estaba disfrutando mi bocado y el sensacional beso que Matías me estaba dando en la colita. Luego dejó de hacerlo, no sentí nada por tres segundos, pero de inmediato sentí su glande mojado encima de mi ano. Recordé que quería que Carlos fuera el primero que me la metiera, pero dejé de darle importancia al orden. Vi a Matías y le sonreí. Él comprendió que yo quería que siguiera adelante, pero necesitaba decirle que tenía que ser con condón, pero la verdad estaba enloquecida por sentir el contacto directo de su pene. Me aparte un instante, me levanté, me bajé la braga yo misma y en ese momento me percaté de que ya casi nadie le prestaba atención a la película, sino que con discreción nos miraban a nosotros. No sabía cuánta libertad había en este lugar para hacer lo que quisiéramos, pero yo estaba demasiado caliente y deseaba seguir desnudándome, por completo. Quería también que ellos lo hicieran, quería ver sus cuerpos sin nada de ropa y besarlos y acariciarlos por completo. Matías me agarró por la espalda, me besaba la nuca y pasaba su pene sobre toda la línea de entre mis nalgas. Lamia mi cuello y acariciaba mi pene. Julio se calentó más y comenzó a masturbarse. Me di cuenta que no se la había mamado y me acuclillé hacia él y se la mamé, parecía que había escapado del pene de Matías, y así era, pues todavía me sentía nerviosa para ser penetrada. Julio era una fiera, tomaba con fuerza mi cabello y me movía a su voluntad. Su pene era pequeño pero era el más grueso de los tres ellos. Carlos acercó su pene y me turné para mamársela a ambos. Luego Matías se acercó y ahora yo me dividí en tres. Mientras se la mamaba a uno, masturbaba a dos. Cinco segundos a cada uno, y luego iba al siguiente. Así hasta que Matías me levantó. En verdad él era el que más ganas tenía de culiarme, y yo me preguntaba si accedería a hacerlo con condón. Me volteé hacia él y se lo pregunté.

–Claro, mi bizcochito –me dijo sin ninguna complicación.

Yo quedé anonadada, pues ahora el problema era cómo me comía ese gran trozo de carne. Matías tomó lubricante y se echó un poco en los dedos de una mano. Me abrazó por la cintura con la otra mientras que con uno de los dedos mojados hurgó en mi culito hasta que de una vez me metió todo el dedo. La excitación tenía dilatado mi ano, y sumado a esto el lubricante y no me dolió nada que me metiera otro dedo y otro más. Sus tres dedos entraban y salían de mi caliente agujerito. Yo besaba a Matías mientras él hacía lo que hacía para hacerme sentir plena y feliz. Tomé su colosal pene con mi mano y lo masturbé. Quería llevármelo de nuevo a la boca, pero estaba gozando los dedos de ese hombre. Volteé ver a Carlos y Julio y se masturbaban.

–Ya, Matías, culiame, por favor –le dije.

Él sacó sus dedos, Me acomodó entre los asientos y me besó el ano. Me encantaba que lo hiciera. Estaba tan extasiada que ni cuenta me había dado cuando ya tenía su glande dentro de mí. Ni siquiera me había dado cuenta que me había hecho trampa. No se había puesto el condón, solo se había echado lubricante. Quería detenerlo, pero estaba sintiendo riquísimo. Sentía tanta culpa y a la vez tanto placer. Dejé de pensar en todo cuando Julio me metió su grueso pene en la boca, lo hizo a tiempo porque si no yo hubiera gritado cuando Matías me rempujó toda su verga. Mi baba se deslizó por los costados de mis labios. Estaba sometida, con la boca y el ano lleno, no podía hacer nada. En ese momento empezó el paraíso. Matías comenzó a metérmela y sacármela con lentitud. Sentí que me desmayaría del placer. Tomé  a Julio de las nalgas y lo hice mover más rápido en mi boca, como deseando que así de rápido se moviera Matías, y así lo hizo. Matías comenzó a destruir mi ano con un vaivén feroz y encantador. Mi ano lo estaba disfrutando. Yo lo estaba disfrutando hasta el delirio. Le tomé el rabo a Carlos y como apoyándome de su miembro tomé fuerza para ser liberada del rabo de Julio, pues ahora quería a Carlos en mi boca. En ese momento Julio le dijo a Matías que no eyaculara en mi culo, porque no quería su semen en su pene. Matías asintió, siguió dándome más y después de un momento la sacó. Yo dejé de chupársela a Carlos, para decirle a Matías que no eyaculara en mi vestido y entonces se dirigió a mi cara. Julio aprovechó para tomar mi ano, que ya no era un culito sino un culo grande y muy abierto, pero me encantaba así, pues no sentí ni una pizca de dolor, solo placer. Julio ni siquiera tuvo que echarse lubricante pues Matías ya había abierto mi camino con una gran cantidad de este líquido, y yo no quería decirle para que no se me echara para atrás, pero yo sospechaba que parte de ese líquido era también semen. Dejé que Julio disfrutara sin saberlo. Me levantó la colita a su altura, y me la metió toda. Yo gemí, porque esta vez no tenía un pene en mi boca. Carlos se apresuró a callarme con su buen pedazo de carne. Mientras ambos me daban placer, Matías se acuclilló y masajeaba mi pene. Sentía que me quería hacer eyacular, luego comenzó a chupar mi pene. Me sentí una vaquita ordeñada y quise reír, pero no podía con mi boca llena. Era divino todo aquello. Tres hombres dándome placer hasta el cansancio en un espacio pequeño entre las dos hileras de sillas. Miré de reojo a mi alrededor y vi una excepcional orgía. Absolutamente todos en el cine estaban teniendo sexo. Julio sacó su pene y nos hizo levantar a Matías y a mí. Luego yo me agaché rápido porque sabía que su semen ya venía, solo lo masturbé un poco y lo echó en mi cara. Rápidamente mi colita fue de nuevo levantada. Carlos me había tomado para ahora metérmela él, ese su pene tan hermoso cubierto de venas y palpitante. Me la metió y comenzó su vaivén. En ese momento me di cuenta que el pene de Matías se estaba levantando de nuevo, pero yo sinceramente no se la quería mamar, no después de que estuvo en mi ano. Así que me detuve y me acosté en el piso, debajo de Carlos, para ocupar mi boca en sus labios mientras me penetraba de frente, así ya no se la chuparía más a Matías o a Julio. Carlos terminó de acomodarse y me la metió y tal como yo quise nos besamos mientras él poseía mi ano. Esta posición fue muy especial, me hizo desear de nuevo la desnudez de nuestros cuerpos, pero esta vez me imaginaba sola con Carlos, y nadie más. Podría decirse que estoy loca, pero me sentí enamorada por un instante de este hombre. Le hablé al oído y le pedí que eyaculara dentro de mí. Él me dijo sí mi amor, y continuó. De verdad, de verdad, me sentí enamorada. Con el rabillo del ojo miré a Julio, él también estaba erecto. Ambos, Julio y Matías estaban con sus vergas duras, pero yo estaba llegando a mi límite, sentí que mi culo comenzaba a arderme. Me abracé fuertemente a Carlos y él me avisó que ya pronto eyacularía. Lo hizo. Llenó de leche mi destrozado ano. Se detuvo y me besó en el cuello. Yo estaba encantada pero ya no podía más, conforme Carlos se fue levantando yo me acomodaba el vestido y me levantaba con él. Vi mi braga y me la puse sin alzar a ver a Julio y Matías.

–¿Por qué te pones el calzoncito? –dijo Matías.

–Ya debo irme –saqué un pañuelo y me limpié la cara.

–Estuvo mi rico, corazón lo que hicimos –Matías guardó su pene y me beso en los labios.

Julio también guardó su pene y sacó su teléfono. Me pidió mi número y yo se lo di. Me dio un beso también y se marcharon primero. Yo me senté un momento al lado de Carlos quien todavía tenía el pene afuera. Me dijo que le fasciné, que era una hembra espectacular. Yo lo abracé y en ese momento que me ladeé sentí su semen resbalar fuera de mi ano y mojar mi vestido. También me pidió mi número y se lo di. Me ofreció hacerme el amor de nuevo, pero que le gustaría hacerlo a solas, en una habitación de hotel y completamente desnudos. Era lo que yo había fantaseado y acepté, pero no tenía idea de que él se refería a ese momento. Me lo dijo y no supe qué decir. Mi ano me dolía, pero la idea de hacer el amor tal y como quería me hizo pensar en seguir.

–Sinceramente, por hoy estoy satisfecha –le guardé su pene con cuidado de no lastimarlo con la bragueta, pues él no usaba ropa interior.

–Prométemelo que otro día.

–Sí, mi amor –lo besé otra vez y me levanté.

Él se levantó y me acompañó hacia la salida. Mientras caminábamos por todo el cine vimos que la orgía continuaba. En el camino fuimos manoseados. Era delicioso que halaran de mis nalgas y que yo sintiera la humedad entre estas, el lubricante y el semen. Llegamos a la salida, y nos dimos un último beso antes de que cada uno se subiera a su vehículo. Conduje feliz, dirigiéndome a mi hotel. Llegué y antes de bajar, retoqué mi maquillaje y me peiné un poco. Subí a mi habitación, tomé un baño y descubrí que mi ano seguía y seguiría dilatado. Salí del baño y me acosté desnuda, y algo fascinante me ocurrió, mi ano ya no me dolía y al venir el recuerdo de la noche, me excité de nuevo, busqué mi consolador en forma de pene, lo lubriqué y comencé a masturbarme. Mi teléfono sonó y contesté. Era Carlos, me quería dar las buenas noches. Me repitió que la había pasado increíblemente y que aún seguía excitado. Le dije que yo también, que quería que él viniera a mi hotel para seguir haciendo el amor. Él entusiasmado me pidió la dirección y me dijo que no tardaba. Colgamos la llamada. Yo guardé mi consolador y busqué un nuevo atuendo para esperar vestida de forma sexi a mi macho que quería eyacular por tercera vez en la noche…

Esperé media hora y sonó el teléfono de la habitación, era recepción diciéndome que un amigo mío llamado Carlos estaba allí, que si lo recibiría. Yo dije que sí, y al cabo de un minuto sonó la puerta. Abrí. Era él, mi hermoso Carlos. Me miró y me dijo: qué sexi estás. Yo le agradecí con una sonrisa. Esta vez toda mi ropa íntima era roja, mi hilo dental, mis media, mi liguero, mi sostén y mi babydoll. Y también había retocado mi maquillaje. No esperamos más, nos besamos apasionadamente, usamos nuestras lenguas y a veces lo mordía en los labios. Nuestros penes se endurecieron y los manoseamos. Él me quitó el babydoll y yo le quité la camisa. Me quitó el sostén y me chupó las tetillas. Yo le quité la faja y el pantalón y allí estaba de nuevo su vergota gruesa y venuda. Me agaché para mamársela toda, hasta el fondo de mi garganta. Yo no quería sacármela de allí, me sentí feliz atragantada con su miembro. Él me levantó y me llevó a la cama, allí me quitó el hilo dental, me abrió las piernas y comenzó a besarme el culo usando su lengua, metiéndomela hasta el fondo. Qué delicia. Sentía morir de lo rico que estaba sintiendo. Saqué el consolador debajo de mi cama y comencé a chuparlo. Él se subió y me lo tomó, quiso metérmelo en el ano, pero no pudo. Yo le dije que aunque tenía el culito abierto estaba sequito y le dije que en la gaveta estaba el lubricante. Carlos lo tomó y lo echó en el juguete. Me pidió que hiciéramos un 69, se acostó y yo me acosté encima de él de cara a su rabo. Mientras se lo mamaba, Carlos le daba placer a mi agujerito, alternando entre sus besos y la punta mojada del pene de goma. De pronto sentí que comenzó a metérmelo mientras me chupaba el pene. Yo no pude seguir mamándosela, porque estaba en éxtasis de placer. Carlos me hizo recordar que se la siguiera chupando y lo hice, pero el gusto que estaba teniendo en mi cola no me permitía concentrarme. Carlos me la estaba metiendo y chupando con rapidez y así de rápido eyaculé en su boca y él se bebió hasta la última gota de mi semen. Mi experiencia masturbándome en el pasado me había demostrado que una vez que yo eyaculaba mi ano me dolía y ya no podía seguir metiéndome el consolador, y era lo que estaba pasando. Me estaba doliendo mucho y se lo dije. Carlos se detuvo y yo me acosté a su lado. Me dijo que ya estaba cerca de eyacular, que aguantara un poco más. Yo le dije que sí, se lo merecía por todo el gusto que me había dado. Se puso más lubricante y empezó a empujar su pene esta vez de frente a mí. En verdad me estaba doliendo muchísimo, y me quejé más y más, hasta que le dije que ya no podía. Él me decía estoy cerca, estoy cerca, y entre todas esas veces que me lo decía pasaría media hora dándome por el culo, estaba desecha. Me ardía, y a la vez me sentía débil, no podía mover mi cuerpo. Carlos se quitó de encima de mí y con su fuerza me volteó y me acomodó de perrito, entonces me volví a excitar, porque me di cuenta de algo, estaba a la merced de un hombre que al que yo le encantaba como hembra. En toda la noche no me había sentido más halagada. Ese pensamiento hizo que mi dolor desapareciera y hasta me hizo tomar de nuevo fuerzas. Me moví para él ayudándole a rempujármela más y más. Entonces ocurrió algo fantástico por primera vez en mi vida, tuve un orgasmo anal. Mi propio y destruido culito me había provocado una sensación fantástica en todo mi cuerpo, y de este modo perdí hasta la última gota de energía. Mi posición de perrito se derrumbó y quedé con el rostro en la almohada, pero mi colita todavía estaba arriba y siendo castigada y a la vez premiada por el enorme pene de mi amante. Mi culito me dolía pero ya no como la primera vez. El agujero que tenía era fenomenal, como no lo había tenido nunca, y ya no había ni un poco de fricción. Carlos sacó su pene, se lo secó con mi sábana y también secó dentro de mi ano. Pude sentir sus cinco dedos limpiándome. De inmediato volvió a metérmela y esta vez sí sentí un poco la fricción, y de pronto y de nuevo todo mi agujero inundado de ese sabroso líquido de su semen. Me soltó y mi colita cayó junto a todo mi cuerpo y Carlos se derrumbó a mi lado. Nos besamos y nos acariciamos hasta quedarnos dormido. Al amanecer, vi a mi hombre todavía durmiendo placenteramente. Me levanté para hacerle un café y llegué a dárselo. Él ya estaba despierto esta vez. Se levantó, me abrazó y me pidió que fuera su mujer. Yo acepté diciéndole que todavía era discreto en esto. Que podíamos seguir siendo amantes a escondidas. Me dijo que sí, y desde entonces cada vez que tenemos ganas, nos miramos en ese hotel y hacemos el amor. Es una relación liberal, él lo sabe, porque también de vez en cuando cojo con mis otros dos amores, Julio y Matías.


Autosecuestro fallido I

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De mala manera mis amigos me enseñaron que no se debe confiar en nadie y menos cuando se trata de dinero y de sexo.

Advertencia: Este relato contiene palabras altisonantes, sexo forzado y violencia. Si eres sensible a estos temas, te recomiendo que no lo leas.

Todo comenzó una tarde de verano en que me encontraba de muy mal humor porque mis padres habían hablado conmigo: me dijeron que, debido a que había bajado mucho mis calificaciones en la prepa e incluso había reprobado un par de materias, estaba castigada; no podría salir de antro, no podría ir con mis amigas, me quitaron la tarjeta de crédito y las llaves del auto. Solo podía ir de la casa a la escuela y de regreso. Todos los días mi papá me llevaría a la prepa y de regreso yo tendría que regresarme sola en transporte público ¡Eso era lo peor! ¡Soportar a la bola de nacos que usan el transporte público todos los días, guácala!

También me quitaron mi Smartphone y me dieron un celular chafa de la época de las cavernas. Todo esto hasta que mejorara mis calificaciones y aprobara las dos materias que debía.

Estaba fastidiada, una chica como yo, de 17 años, con ganas de divertirme y pasarla bien no estaba para dedicarme a la aburrida escuela.

Me enojé mucho y me encerré en mi recámara, no quería hablar con nadie; ni siquiera tenía Internet o Whatsapp para comunicarme con mis amigas, así que esa noche no hablé con nadie, pero fue cuando se me ocurrió lo que en ese momento me pareció un fabuloso plan.

Al día siguiente estuve seria con mis papás, pero ya no reclamé nada, no como el día anterior que todo fueron gritos y reclamos, no; ahora estuve callada y me porté bien. Le pedí a mi papá que me enseñara a usar el celular viejo y que me grabara su celular, el de mi mamá, el teléfono de la casa y los de su oficina para poder estar en contacto. Él me enseñó a usarlo y me dijo que ya había grabado los teléfonos necesarios.

Mi papá me llevó a la escuela y durante el trayecto me dio las indicaciones para regresar en el transporte público. No le dije nada, me quedé callada como si estuviera resignada a mi castigo.

Pero no lo estaba. En cuanto llegué a la prepa busqué a mi novio Adrián y le conté acerca de mi castigo; le comenté lo enojada que estaba y entre pucheros le dije que se me había ocurrido un plan para vengarme de mis padres y sacarles dinero, pero que necesitaba su ayuda y la de sus amigos.

      Claro que te ayudo mi amor, ¿qué quieres que hagamos?

    Que finjamos un secuestro

Adrián me miró asombrado

      Pe…pero ¿cómo?

      Es fácil, mira, hacemos como que alguien me secuestra y le sacamos dinero a mis papás y sirve que se dan cuenta de lo importante que soy para ellos y así no me volverán a castigar.

      Okey, me late. ¿Qué tienes pensado? ¿Cuándo lo hacemos?

      Hoy no porque me acaban de castigar y pueden sospechar. Vamos a hacerlo el viernes.

      Pero el viernes íbamos a ir al antro…

      Por eso, como ellos no me van a dejar ir, nos vamos, nos divertimos y cuando me llamen no contesto y más tarde les llamamos diciendo que me secuestraron y que quieren dinero.

      Me late. Pero yo no les puedo llamar, me van a reconocer.

      No menso, claro que no, tiene que llamar alguien que no conozcan. ¿Tú no conoces así gente pobre o delincuentes que nos pudieran ayudar?

      No, yo no, pero creo que Daniel sí.

      Pregúntale, pero discretamente.

    Al rato que lo vea le pregunto.

Daniel es un amigo común, pero Adrián lo conoce desde que iban en primaria; viven en el mismo desarrollo habitacional y juegan fútbol juntos. Por eso son confidentes totales el uno del otro.

Volví a ver a Adrián más tarde y le pregunté que había dicho Daniel.

      Dice que sí, pero que cobran caro, que mejor lo hagamos nosotros.

      ¿Cómo nosotros?, pregunté sacada de onda.

    Si, dice que sus papás tienen una casa a medio construir en San Ángel. Que ahí te escondamos unos días y que finjamos el secuestro. El que llamaría a tus papás sería Roque; pero desde un celular nuevo que vamos a comprar de prepago para que no sepan de quien es y como a él no lo conocen, no reconocerán su voz.

Roque es un tipo que siempre me ha parecido muy feo y morboso. Es alto y flaco; tiene una nariz muy grande, granos en la cara, dientes chuecos y unos ojos saltones que siempre me han molestado, pues siempre que me veía no disimulaba nada que yo le gustaba y casi me desnudaba con la mirada, aunque estuviera Adrián conmigo. Por eso estuve a punto de decirle a Adrián que él no participara, pero necesitábamos a alguien que hiciera las llamadas y que mis papás no conocieran, por eso no podían ser Adrián ni Daniel. Además era amigo de Daniel y él le tenía toda la confianza, así que supuse que estaba bien.

Me quedé pensando unos segundos. No me pareció mala la idea, pero me preocupaba que mis papás descubrieran todo.

      Yo preferiría que lo hagan unos profesionales, le dije.

    ¿Para qué? Si lo hacemos bien nadie se va a enterar y no tenemos que pagarle a nadie y todo el dinero sería para nosotros cuatro. Además no sabemos quiénes sean esos tipos; ¿Qué tal si no nos dan el dinero o te hacen algo, te matan o te violan?

Las palabras de Adrián me hicieron reflexionar. Tenía razón, no era conveniente ponerme en manos de unos tipejos que ni conocíamos y exponerme a esos peligros.

      Tienes razón, vamos a hacerlo como ustedes dicen, le dije.

      Bueno, tú actúa natural en tu casa; nosotros nos encargaremos de todo. ¿Va?

    ¡Va!, le dije emocionada y me despedí de él dándole un profundo beso.

Apenas era martes, así que tenía que esperar para llevar a cabo el plan; me sentía ansiosa por desquitarme de mis papás.

Lo malo fue que ese día me tuve que subir al transporte público. Saliendo de la escuela Adrián me acompañó a tomar un microbús; yo me subí al que creía que iba hacia mi rumbo. El apestoso micro iba repleto; desde que subí tuve problemas porque no tenía idea de cuánto costaba el pasaje. Le pregunté al chofer y me dijo: “cinco pesos”. Eso le pagué y caminé por el pasillo hacia atrás.

Yo no sabía que no era conveniente llevar en el transporte público una pequeña minifalda como la que yo había escogido ese día ni una blusa tan pegada como la mía. Me di cuenta cuando el chofer se me quedó viendo con morbo mis torneadas piernas mientras yo le pagaba y luego al ir pasando por el pasillo para avanzar hacia atrás sentí como una mano me rozaba las nalgas; me volteé para ver quien había sido, pero no alcancé a descubrirlo. Tuve que soportar otras tres manoseadas hasta que llegué un poco después de la mitad del micro. Me paré junto a un asiento en el cual iba un tipejo como de unos cuarenta años que no hizo ni el mínimo esfuerzo por levantarse y cederme el asiento; por el contrario, disimuladamente empezó a colocar su hombro en mi entrepierna con el pretexto de que el vehículo brincaba mucho.

A esa edad yo ya tenía el cuerpo bien desarrollado, mis medidas son casi perfectas: 92-62-91. Tengo buenas tetas grandes y firmes, mis nalgas están bien paradas y redondas, mis piernas son torneadas y siempre las depilo muy bien. Tengo una pequeña cintura y soy de cara ovalada con ojos grandes y boca pequeña. Mi nariz es recta, muchos dicen que perfecta. Mi cabello es largo y castaño claro, pero yo lo teñía de rubio cenizo porque como mi rostro es moreno claro, me quedaba muy bien el cabello claro también. Mi cuerpo atraía mucho a los hombres de todas las edades.

Eso no era muy bueno en el micro, pues la bola de nacos que ahí viajaban se aprovechaba de mi novatez en el transporte público. Estaba parada tratando hacerme hacia atrás para evitar al mañoso que intentaba meter su hombro en mi entrepierna cuando de repente sentí como un tipo que pasó detrás de mí para ir hacia la parte de atrás metió su mano debajo de mi pequeña falda y me agarró completamente las nalgas. Enojada reclamé:

      ¡Oye puerco, ve a agarrar a la más vieja de tu casa!

    ¡En mi casa no se visten como putas!, me contestó el rufián que era un hombre como de unos treinta y tantos años, delgado pero muy feo. Lo peor fue que con su otra mano todavía me dio una nalgada.

Traté de pegarle, pero él se movió rápido y se bajó del transporte. Empecé a llorar del coraje, sobre todo porque los demás pasajeros en lugar de ayudarme o defenderme se rieron. Alguien dijo: “se visten como putas y quieren que las respeten”.

Ese viaje fue un suplicio pues poco después de que el infeliz viejo me manoseó, otro desgraciado se paró detrás de mí, este no me manoseó, pero me hizo sentir su miembro erecto. Se me repegaba y hacía movimientos sexuales como si me fuera a penetrar. Yo le daba de codazos, pero no lograba alejarlo, por el contrario, cada vez se me pegaba más. Luego sentí como metió una mano debajo de mi falda y de mi tanga; el infeliz intentó meter un dedo en mi panocha. Yo apreté las piernas con fuerza pero el desgraciado estaba prácticamente encima de mí y enfrente tenía yo al miserable que iba sentado y aprovechaba los empujones que me daba el que iba detrás para meter su hombro en mi entrepierna. Prácticamente no me podía mover, casi sentí que me violaban entre los dos. Para mi fortuna, en un frenón del microbús el marrano que estaba detrás de mí casi se cae y se alejó un poco; yo aproveché para moverme de ese lugar y recorrerme hasta la parte de atrás, no sin sentir varios manoseos en el camino; al parecer todos los hombres que iban en ese transporte eran unos puercos desgraciados.

Por fin llegué a mi casa. Estaba muy enojada, pero cuando vi a mis papás disimulé para que no se diera cuenta y no se imaginara mi plan.

      ¡Hola!, saludé sonriendo falsamente y le di un beso a cada uno.

      ¡Hola! ¿cómo te fue?, me preguntó mi papá.

    Bien, gracias. Ahorita vengo, me voy a cambiar, les dije mientras me dirigía a mi recámara como todos los días.

Ya en mi recámara respiré hondo y me tranquilicé. Me cambié de ropa y me fui a comer con mis papás.

El miércoles y el jueves llevé jeans para evitar los manoseos de los viejos depravados del transporte público pero ni eso los detuvo, de todos modos me toquetearon por todos lados en el maldito micro que siempre iba muy lleno a esa hora y en el cual nadie me dejaba sentar. Todos son unos patanes.

Todo eso me lo aguanté para poder llevar a cabo la venganza en contra de mis padres. No niego que en un momento dado dudé acerca de continuar con el plan. Pero ya Adrián y sus amigos habían preparado todo y la idea había sido mía. Además seguía enojada por los castigos y cada que veía el celular chafa que me dieron me convencía más de vengarme.

Así pues llegó el viernes. Salimos de la escuela y Adrián me acompañó a la parada del micro para que nadie sospechara y por si mis padres preguntaban, todo mundo diría que me vieron irme con él y subirme al micro. De hecho me subí al transporte pero me bajé a los pocos minutos, en un lugar acordado previamente con mis amigos y mi novio. Caminé unas cuadras hasta llegar a un supermercado. En el estacionamiento me esperaba Daniel en un auto viejo que no era el suyo. Me subí cuidando que nadie me viera; lo saludé y él me dijo que le diera mi celular; se lo di y él lo apagó y lo guardó. Me dijo que era para que no me localizaran mis papás. Luego arrancó el auto y me llevó por varias calles desconocidas de una colonia popular durante un buen rato. Vi que nos alejábamos de la zona de San Ángel; eso no me dio buena espina y le pregunté:

      ¿A dónde vamos?

      A la casa que quedé con Adrián.

      Pero él me había dicho que era en San Ángel.

      ¡No, yo le dije que en San Felipe!

      Pero es que él me dijo…

    Se ha de haber equivocado, pero no te preocupes, yo le explico luego.

Se me hizo extraño, pero como Daniel es de toda la confianza de Adrián pensé que no habría problema. Yo había acordado con mi novio que no nos veríamos durante todo el tiempo que durara el falso secuestro excepto en el antro para no levantar sospechas.

El recorrido fue de casi una hora y media en el cual fuimos por calles y avenidas que yo jamás había oído ni visto. De repente Daniel detuvo el auto y me dijo:

      Pásate para atrás y acuéstate en el piso.

      ¿Para qué?

    Para que nadie vea que llego contigo, no queremos testigos que puedan echar a perder todo.

Se me hizo lógico lo que me dijo y me pasé a la parte de atrás del auto. Me tiré en el suelo y Daniel me cubrió con una manta oscura, me dijo que no hiciera ruido y arrancó de nuevo.

Avanzamos todavía un buen rato y luego se detuvo de nuevo y apagó el carro.

    Ya llegamos, no te muevas, me dijo

Yo no dije nada, lo escuché bajar del auto y tardó unos segundos, luego se volvió a subir y lo puso en marcha, sentí como subíamos una especie de rampa y entrábamos en algún lugar. Daniel apagó el auto, se bajó de nuevo y escuché como cerraba algo como unas puertas. Luego escuché que abrió una de las portezuelas del auto y me dijo:

    Ya puedes salir.

Me descubrí y me levanté. Salí del carro sin la ayuda de Daniel. Él estuvo todo el tiempo muy serio y lejano y no me ayudó en nada.

Estábamos en una construcción de ladrillo humilde, con un patio con piso de cemento habilitado como cochera que tenía un techo de lámina de plástico amarilla y con herramientas, llantas, tambos y demás basura alrededor, junto a las paredes. Ahí había metido Daniel el carro. Él abrió una puerta metálica que daba hacia el interior de la casa. No me dijo nada, pero yo supuse que tenía que seguirlo. Lo hice y entramos al lugar. Era una casa sin acabados, con las paredes de ladrillo blanco desnudas, sin más muebles que un par de sillones viejos y sucios, una mesa de madera, cuatro sillas de madera también alrededor de la misma. Había un televisor viejo sobre un mueble pequeño de madera y había mucha basura y trapos en el suelo. Olía a mugre y aceite, como un taller mecánico o algo así.

Por fin Daniel habló:

      Todo está arreglado, tú te vas a quedar aquí. Más tarde va a venir Roque y otro amigo a cuidarte y a traerte comida.

      ¿Y tú? ¿Y Adrián?

      Nosotros no podemos estar aquí, porque si alguien se entera se echa a perder el plan. Todo tiene que parecer real. Tú haz lo que te digamos y verás cómo le sacamos el dinero a tu papá y cómo no te vuelve a castigar.

      Pero habíamos quedado Adrián y yo de ir hoy al antro…

      ¡Ah, de veras, se me había olvidado decirte! Acordamos que sería mejor que no vayas porque seguramente ahí te va a ir a buscar tu papá y se arruinaría todo el plan.

      Pero ¿Y Adrián que dijo?

      Estuvo de acuerdo; de hecho él si va a ir al antro y para que todos vean que no está contigo y si llegara a ir tu papá o alguien más a buscarte, él pueda decirles con toda certeza que no sabe dónde estás.

      Pero él si sabe, ¿no?

      ¡Claro!. Pero bueno, yo ya me tengo que ir. Tu cuarto es ese de allá, me dijo señalando una habitación de la casa con una puerta metálica negra la cual no tenía ninguna ventana, era totalmente cerrada.

      Oye, pero mi bolsa y mi teléfono.

      No, eso me lo quedo yo. Bueno, el teléfono se lo voy a dar a Roque porque de ahí mismo va a hacer las llamadas a tu papá para que nos crea que estás secuestrada; al fin ese no se puede rastrear.

      Pero mi bolsa…

      No, todo me lo quedo para que parezca real, le vamos a mandar a tu papá tu credencial de la escuela para que nos crea, junto con un video que al rato vas a grabar. Obedeces en todo a Roque y a su compañero, ellos saben lo que hacen.

      Bueno…

    Muy bien, nos veremos cuando seas “liberada”. Ya verás que todo sale bien.

Daniel salió y cerró la puerta con llave, dejándome sola adentro de la casucha, sin nada más lo que llevaba puesto, que era un jeans, una playera negra sin mangas y tenis. Ni siquiera tenía un reloj para saber la hora.

Fui a la habitación que me indicó Daniel y empujé un poco la puerta; de solo ver lo que había ahí me dio escalofrío. Era un colchón viejo y sucio tirado en el piso con manchas oscuras y amarillas, había también un banco alto de madera y una cómoda desvencijada sin puertas ni cajones. Pero lo que más me llamó la atención fue que en el techo había unas poleas de metal colgando y en el suelo y en dos paredes había unas argollas clavadas. Me pareció muy extraño, pero supuse que tal vez pondrían un gimnasio en esa habitación.

Luego fui al baño y al entrar estuve a punto de vomitar; en primer lugar no tenía puerta, solamente una sucia cortina de tela colgada de un cordón; había un viejo lavabo sucio que alguna vez fue blanco a punto de caerse, un tambo con agua sucia y dos cubetas grandes. Pero lo más asqueroso era el retrete: se veía que también en algún momento fue blanco, pero ya no lo era; tenía manchas marrones adentro, en la orilla y afuera. No tenía tanque y supuse que las cubetas eran para vaciar agua del tambo cada vez que iba uno a hacer sus necesidades. Sentí un tremendo asco y salí corriendo de ahí. Fui a la habitación más grande, que se supone que era como la sala y me senté en una silla. Empecé a pensar que ya no me estaba gustando la situación y pensé en hablar con Roque en cuanto llegara para que me llevaran u otro lado o se cancelara todo.

Mientras pensaba vi que había otra habitación cerrada también con una puerta metálica negra. Me levanté y traté de abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave y no pude. En ese momento me di cuenta de algo: solamente había una ventana que daba hacia el patio y estaba cerrada, pero a través del vidrio pude ver que tenía herrajes que impedían que alguien entrara o saliera por ahí. Fui de nuevo al baño y vi que solamente había un pequeño cuadro en la pared muy arriba, a manera de ventilación. Luego fui a mi habitación y ahí vi que no había ni una sola ventana. Todas las paredes estaban totalmente cerradas.

De nuevo me fui a sentar en una de las sillas de madera que estaban junto a la mesa. Sentía una tremenda hambre y mucha sed, pues no había comido ni bebido nada desde la hora del desayuno, más que una pequeña botella de agua en la escuela. Empezaba a oscurecer y yo no tenía idea de a qué hora llegarían Roque y el otro tipo.

No supe a qué hora me quedé dormida sobre la mesa. De repente escuché que abrían el portón principal y el ruido de una camioneta negra que entró al patio. Un tipo alto y fornido había abierto el portón y lo cerraba cuando Roque se bajó de la camioneta.

Roque y el otro tipo bajaron bolsas y mochilas de la camioneta, luego él abrió la puerta con una llave y entraron los dos al lugar en el que yo me encontraba; de inmediato le reclamé:

    ¡Vaya, hasta que llegaron!, ¡Me muero de hambre! ¿Por qué tardaron tanto?

Roque y el otro fulano se miraron entre ellos con extrañeza y sonrieron burlonamente. Él me dijo:

      Oye, oye, cálmate, cálmate. En primer lugar, a mí no me vas a hablar con ese tono, ¿eh? No soy Adrián para que me trates como pendejo.

      Pero es que…

      ¡Eh, silencio!, en segundo lugar, a esta hora me dijeron que llegara tus amigos, así que a mí ni me reclames ¿estamos?

      ¡Oye, no te voy a permitir que me hables en ese tono!, dije yo molesta.

    ¡Mira, mira, mira, perrita, cálmate para que nos entendamos! Aquí los que mandamos somos nosotros; porque si te pones pesada simplemente nos largamos, te dejamos aquí encerrada y le hablamos a tu papi para que sepa todo lo que hiciste y venga por ti. ¿Cómo ves?

Me di cuenta de que Roque tenía razón. Me tenía en sus manos y yo no podía ponerme rebelde porque ellos tenían el control y en cualquier momento me podrían delatar. Pensé que era mejor calmarme y razonar con él. No sabía que estaba a punto de comenzar mi peor humillación y mi infierno.

      Está bien, está bien, dije para no seguir discutiendo.

      Así me gusta. Vamos a ver. Tenemos que empezar a hablar con tu papi y a mandarle cosas para que nos crea. De seguro ya debe de estar bien preocupado.

      Si, seguramente le dije sonriendo al pensar que mi plan empezaba a marchar.

      Bueno, mira te presento al Tanque. Se llama Jerónimo pero todos lo conocen como El Tanque, me dijo señalando al tipo fuerte que hasta ese momento no había hecho más que mirar.

      Hola le dije moviendo la mano.

      Hola, dijo él con voz ronca.

      Bueno, a ver, vamos a llamar a tu papi para decirle que te tenemos y tú tienes que llorar y suplicar ¿entiendes?

      Sí, pero primero vamos a comer algo, ¿no?, muero de hambre y sed.

    No, no, no. Primero el trabajo y así con hambre y sed te va a salir mejor la súplica. A ver, vamos a ensayar; haz de cuenta que ya estoy hablando con tu papá. “¡A ver pendejo, tenemos a tu hija secuestrada y si no nos das lo que te pidamos, la vamos a violar y a cortar en pedacitos cabrón!”, dijo Roque, dejándome pasmada, pues no pensé que fuera a ser tan agresivo el asunto.

Roque me había acercado el celular a la boca, pero yo me quedé muda sin saber que decir y entonces me dijo:

      ¡Ándale mensa, llora, dile a tu papá que te tenemos y pídele el dinero!”

      Ah, sí, si… ¡Papá, ayúdame por favor! Dije, sin sonar muy convincente.

      ¡Ay no mames! ¿Así gritas cuando estás asustada? ¡No chingues, tu papá se va a dar cuenta o va a creer que estás jugando!

      ¡Perdón!, pero es que… ¿tienes que hablar así tan agresivo?

      ¡Pues claro pendeja, para que nos crean! ¿O pensabas que le iba a llamar con todo respeto, así bonito y con palabras dulces? ¡No seas pendeja, tiene que parecer real!

      Bueno, bueno, está bien, ya lo haré bien, es que me sorprendió.

      Si lo necesitas, aquí El Tanque te puede dar unos madrazos o unas patadas para que chilles de verdad y suene más real, dijo Roque mientras El Tanque se me acercaba.

      ¡No, no es necesario, ya lo haré bien, ya lo verás!

    Bueno, más te vale.

De nuevo Roque tomó el celular e hizo como que llamaba:

      ¡A ver pendejo, tenemos a tu hija secuestrada y si no nos das lo que te pidamos, la vamos a violar y a cortar en pedacitos cabrón!, repitió y me acercó el celular a la boca.

      ¡PAPÁ, PAPÁ, AYÚDAME POR FAVOR, ME TIENEN SECUESTRADA, DALES LO QUE PIDEN POR FAVOR, NO DEJES QUE ME HAGAN DAÑO!

    ¡Muy bien, muy bien!, dijo Roque mientras él y El Tanque aplaudían despacio. Perfecto.

Yo no dije nada, pero sí me sonrojé.

Yo no sabía qué hora era, pero calculé que serían como las ocho de la noche, pues ya había oscurecido y El Tanque prendió la luz del lugar y cerró una cortina que cubría la única ventana.

      Bueno, ya va la llamada buena, tienes que hacer lo mismo ¿eh? Para que tu papi nos crea y suelte la lana.

      Si.

    Bueno vamos.

Roque marcó el número, esperó unos segundos y en cuanto le contestaron gritó lo mismo.

      ¡A ver pendejo, tenemos a tu hija secuestrada y si no nos das lo que te pidamos, la vamos a violar y a cortar en pedacitos cabrón!, repitió y otra vez me acercó el celular a la boca.

    ¡PAPÁ, PAPÁ, AYÚDAME POR FAVOR, ME TIENEN SECUESTRADA, DALES LO QUE PIDEN POR FAVOR, NO DEJES QUE ME HAGAN DAÑO!, grité de nuevo para que mi papá me creyera.

De inmediato Roque alejó el celular de mí, pero alcancé a escuchar que mi papá decía:

      ¡Hija! ¿Dónde estás?, ¿Estás bien? ¿Qué te hicieron?

    ¡Queremos tres millones de pesos o nos cogemos a tu hija y te la mandamos en cachitos cabrón!, dijo Roque y cortó la llamada.

Yo me quedé sorprendida ¿Tres millones de pesos? ¿Quién puso esa cantidad? Yo sabía que mi papá no tenía tanto dinero y que sería muy difícil que lo juntara.

      ¿Por qué pediste tanto?, le pregunté a Roque.

    Pues, porque eso me dijo Daniel. Pero no te preocupes, le vamos a ir bajando hasta un millón yo creo.

Yo ya no dije nada, pero pensé que aun un millón era demasiado para mi papá. Pero ya no había marcha atrás, el plan había comenzado.

Roque apagó el teléfono y me dijo:

      Bueno, ahora va la segunda parte del plan. Le tenemos que mandar algo a tu papá; le vamos a mandar tu credencial de la escuela, pero también unas fotos tuyas, así que El Tanque te va amarrar a la silla.

      ¿Para qué?, pregunté sorprendida

      Pues para tomarte las fotos y mandárselas a tu papá y que crea que de verdad estás secuestrada.

      ¿Y si nada más pongo las manos atrás para que parezca que estoy atada?, le dije porque no me gustaba la idea de estar atada con ellos dos.

      ¡Qué no! ¡Tiene que verse real! ¡Además te vamos a tomar video y si se llega a notar que no estás amarrada, se cae todo, ya déjate de pendejadas y pon las manos atrás o nos harás usar la fuerza!

    No, no, está bien, está bien, ya no te enojes, le dije tratando de calmarlo.

Mientras hablábamos Roque y El Tanque sacaron varias cosas de las mochilas que habían llevado: unas cuerdas, cinta canela, cinta plateada, una lap top, una cámara y un tripié y estaban armando todo.

Me senté e iba a colocar los brazos atrás, pero mi estómago me recordó que ya tenía mucho tiempo Sin comer y le dije a Roque:

      Oye, ¿no podríamos comer algo antes? ¡Muero de hambre!

    ¡OH que la chingada! ¡A ver dale algo de tragar a la pendejita esta!, le ordenó Roque al Tanque.

El Tanque dejó lo que estaba haciendo y de mala gana tomó una bolsa y sacó pan de caja, jamón y mayonesa. Los arrojó sobre la mesa y me dijo con voz ronca:

      Hazte un sándwich.

      ¡Oye, no me trates así! ¡Aparte de que me traen a un lugar mugroso y apestoso y que llegan a la hora que se les da la gana! ¡Mínimo háganme algo decente de comer!, les reclamé enojada.

    ¡Ay ya cállate y deja de quejarte!, gritó Roque exasperado. ¡Aquí no eres nadie pendeja, acuérdate que te estamos ayudando con el pendejo de tu padre, así que obedece y hazte tu chingada comida si no quieres que me enoje y te pongamos unos putazos y luego te llevemos con tu papito y le expliquemos tu pinche plan!

Me quedé anonadada. Nunca nadie me había hablado de esa forma. Yo era una niña consentida a la que nadie le negaba nada y a la que obedecían todos sin chistar. Y ahora me encontraba sola con dos tipos rudos que me ordenaban lo que tenía que hacer gracias a mi brillante idea. Aunque trinaba de coraje no dije nada. Tomé lo que me dieron y me hice un sándwich como pude, pues no me dieron algo para embarrar la mayonesa siquiera.

Todo el tiempo Roque me estuvo apresurado, por lo que me devoré el emparedado en 5 minutos. En cuanto terminé Roque me dijo:

    Bueno, ya tragaste. A lo que estábamos.

El Tanque se acercó a mí por detrás y coloqué los brazos atrás de la silla; él procedió a atarme con unas cuerdas, apretándolas bastante.

      Están muy apretadas, ¿podrás soltarlas un poco?, le dije con voz melosa

    No, dijo secamente.

Luego se hincó frente a mí y me ató los tobillos muy juntos y apretados también. Supe que sería inútil pedirle que los soltara un poco.

Una vez que El Tanque terminó de atarme, Roque me dio instrucciones:

      Cuando te haga la señal vas a gritar llorando a la cámara pidiéndole a tu papá que pague lo que le pidamos y le dirás que te hemos amenazado con violarte y cortarte si no paga ¿entendiste?

    S…si, contesté tragando saliva.

Realmente sentí miedo, me di cuenta de que estaba indefensa y de que si querían, podrían hacerme lo que estaban diciendo, pero me tranquilizó un poco el pensar que estaba atada con toda mi ropa puesta. Supuse que después de eso podría irme a descansar.

Roque colocó todo en posición; él y El Tanque se colocaron detrás de la cámara y de la lap top. Roque revisó que todo estuviera bien y me hizo la señal convenida, entonces empecé a gritar:

      ¡PAPÁAAAAA, PAPÁAAAAA, POR FAVOR, AYÚDAMEEEEE, DALES LO QUE PIDEN O ME VAN A VIOLAR Y A CORTAR EN PEDACITOS, POR FAVOOOOOR, PAPÁAAAA, AYÚDAMEEEEE!

      ¡Bien, bien!, me dijo Roque sonriendo, solo que tienes que llorar un poco más.

      ¿Cómo?, pregunté, pasando del orgullo de haberlo hecho bien a la decepción por lo que me decía él.

      Si, tienes que gritar pero llorando, como si tuvieras mucho miedo y no supieras con quién estás.

    Bueno, lo intentaré.

Hicimos otros dos intentos, pero no quedaban del agrado de Roque. Yo no me explicaba por qué si siempre que he querido algo he actuado muy bien haciendo pucheros y berrinches; pero a él no le gustaba.

      Tu llanto no convence, vamos a tener que hacer algo.

      ¿Qué?, pregunté.

      Te vamos a tener que maltratar un poco, me dijo Roque mientras El Tanque se me acercaba.

      ¡NO, NO!, ¿Qué van a hacer? ¡Lo haré mejor, lo prometo!, grité asustada y empecé a llorar.

    ¡Eso, eso, ahora!, dijo Roque y puso a funcionar la cámara.

Volví a gritar lo que me habían dicho, pero esta vez muerta de miedo, agitándome y llorando y por fin le gustó a Roque, que se estaba comportando como si fuera un director de cine profesional.

Quedé agotada y con llanto escurriendo por mi rostro mientras Roque revisaba la grabación y El Tanque comenzaba a desatarme.

Cuando quedé libre me sobé las muñecas y los tobillos pues me dolían de lo parteado que me había amarrado el tipo. Me levanté de la silla mientras Roque hablaba:

    Perfecto, vas muy bien, ahora va la siguiente parte: Quítate la ropa.

De nuevo enmudecí. Me sorprendió mucho la forma en que me dio la orden y me quedé pasmada sin hacer nada.

      ¡Anda! ¿Qué esperas?, me apuró Roque con tono autoritario mientras El Tanque esperaba junto a él con las cuerdas en las manos.

      Yo… no… es que… balbuceé sin atinar a articular bien las palabras.

      ¿Qué pasa? ¡No tenemos toda la noche, encuérate rápido!

    ¡No! Reaccioné

Los dos hombres se vieron entre sí y luego Roque dio un suspiro y dijo:

      Mira, esto tiene que parecer real. Tiene que parecer que te tienen secuestrada unos desalmados que no se tientan el corazón. Entonces le vamos a mandar a tu papá unas fotos y un vídeo conde estés desnuda y amarrada para que suelte pronto la lana.

      Pero es que…

      ¿Qué no te explicaron eso Adrián y Daniel?

      No

      ¡Ah que tontos! Bueno. Así es la onda así que quítate la ropa y déjanos hacer nuestro trabajo para que acabemos pronto.

      Pero, pero… ¿toda la ropa?

      ¡Pues si! ¿Qué esperabas? ¿Qué los secuestradores te dejarán en ropa interior?

      Si. ¿No se puede? Es que tampoco quiero que mi papá me vea desnuda.

      ¡Ay niña! Si creías que esto era un jueguito de adolescentes no te hubieras metido en problemas. Si no vas a hacer lo que te pidamos ya lo dejamos, te vas a tu casita y le explicas a tu papi que todo fue una broma. Pero eso si, a nosotros nos pagas tu o Adrián o Daniel lo que quedamos.

      ¡No, no! Está bien. Voy a hacer lo que me pides, pero sin que me amarren y sin que me toquen.

    Si, sí. Ya. Lo importante es que te apures.

De nuevo me levanté y empecé a quitarme la ropa frente a ellos. Les pedí que se voltearan y lo hicieron riéndose. Escuché al Tanque decir entre dientes: “si de todos modos la vamos a ver, que pedo con esta vieja”. No hice caso y me quité la blusa, los tenis y los jeans. Me detuve un momento antes de quitarme el sostén y las bragas, pero pensé que ya no podía echarme para atrás y supuse que estos tipos solamente me tomarían fotos para mandárselas a mi papá y que el secuestro pareciera real. Así que continué y me desnudé por completo colocando mi ropa doblada sobre la mesa. No dije nada. Me quedé ahí parada sintiendo frío y cubriéndome los pechos y la entrepierna con las manos.

      ¡Apúrate!, me dijo Roque

      Ya, le dije con voz muy bajita.

      ¿Qué?

      Que ya, volví a decir en voz baja

    ¡No se te oye nada, mejor…!

Roque y El Tanque voltearon y ambos se quedaron mudos y abrieron los ojos como platos. No disimularon nada; ambos abrieron la boca y casi babeaban al verme totalmente desnuda.

Yo me sentí muy avergonzada de estar desnuda frente a esos tipejos; tragué saliva y cerré los ojos como queriendo evadirme, pero Roque no me dejó hacerlo. Tardó unos segundos, pero me dijo:

    De verdad que estás buena, mamacita. Ahora entiendo porque Adrián no te deja ni a sol ni a sombra. Pero bueno, vamos a lo nuestro. Siéntate y pon las manos atrás.

No quería hacerlo, pero obedecí mientras El Tanque se aproximaba con las cuerdas. Él se colocó detrás de mí y procedió a atarme de nuevo las manos detrás de la silla mientras Roque se regodeaba viéndome sin disimular; incluso noté el bulto que crecía debajo de su pantalón.

      ¿No puede ser que solo ponga las manos atrás sin que me amarren, como si pareciera que estoy amarrada?

    ¡Ya te dije que no!, tiene que verse real, me dijo Roque de nuevo sin dejar de recorrer mi cuerpo desnudo con su morbosa mirada.

El Tanque terminó de atarme las manos y esta vez también me colocó una cuerda en el vientre atándome al respaldo de la silla. Cuando terminó me ató de nuevo los tobillos; el infeliz durante todo el tiempo recorría con su sucia mirada desde mis pechos hasta mi entrepierna mientras me ataba. Supuse que cuando me ataba las manos no dejó de verme las nalgas. Me sentí muy avergonzada y cerré los ojos, pero no podía hacer más.

El Tanque terminó de atarme y se levantó pero no se alejó, se quedó delante de mí viéndome morbosamente. Yo no me di cuenta hasta abrí los ojos porque Roque le gritó:

    ¡Ya quítate que tapas la visión!

El Tanque se movió hacia un lado, pero no dejó de verme. Tomó mi ropa y la regó por el suelo; después sacó un celular y comenzó a sacarme fotos.

      ¡Oye, dile que no haga eso!, le dije a Roque enojada.

      Tranquila, es parte de la chamba, son las fotos que le vamos a mandar a tu papá

    Pero….

Ya no dije nada, estaba avergonzada y quería que acabaran pronto.

Roque se colocó detrás de la cámara de video y me dijo:

      Vas a hacer lo mismo de hace rato, pero agrégale algo acerca de que te obligamos a desnudarte para que sea un poco diferente.

    Está bien, dije en voz baja.

Roque dio la señal y empecé a retorcerme tratando de soltar las amarras y grité:

      ¡PAPÁAAAAA, POR FAVOR, DALES LO QUE PIDEN, MIRA COMO ME TIENEN Y DICEN QUE SI NO PAGAS ME VAN A VIOLAR ENTRE TODOS, POR FAVOOOOR, AYÚDAMEEEEEE!

      ¡Perfecto!, gritó Roque y sonrió mientras el desgraciado de El Tanque seguía tomando fotos por todos lados.

    ¡Ya desátenme!, les grité desesperada.

Roque y El Tanque intercambiaron unas miradas que no me gustaron. Ambos sonrieron y Roque levantó una ceja; movió la cabeza hacía mí y le dijo a El Tanque:

      ¿Cómo ves?

      Pues de una vez, contestó él.

      Voy primero, dijo Roque

      No, voy yo.

      Ni madres, ¿por qué?

      Porque si no te madreo.

      Ah no mames, así no se vale, dijo Roque

    ¡Oigan! ¿De qué hablan? ¡Ya desátenme!, les grité.

Ellos siguieron ignorándome y hablando entre ellos, supe lo que vendría enseguida y desesperada intenté soltarme de las amarras, pero el infeliz de El Tanque me había atado con las cuerdas muy apretadas y la cuerda que me detenía a la silla me impedía todo movimiento al intentar levantarme.

Roque le hizo una propuesta a El Tanque:

      Un volado

      Sale, dijo el segundo

    ¡Oigan!, les grité al darme cuenta de que se estaban jugando quién me iba a violar primero en un volado, como si fuera yo cualquier objeto.

De cualquier forma me ignoraron como a un perro, Roque sacó una moneda y la lanzó al aire.

    Águila, dijo El Tanque

La moneda cayó en la mesa y El Tanque sonrió, levantó la mano triunfante y gritó:

      ¡Yes!

      ¡Carajo!, dijo Roque molesto. ¡Pero me dejas el culo!

    A ver, no lo sé, dijo El Tanque.

¡Los desgraciados hablaban de cuál de ellos me violaría por el culo! No podía creer lo que escuchaba y en ese momento me arrepentí de mi estúpida idea del auto secuestro. Yo misma me había puesto en manos de esos desgraciados y ahora no podía escapar.

El Tanque se acercó a mí rápidamente mientras yo trataba de soltarme desesperada y le gritaba:

      ¡No, aléjate, vete desgraciado, no te atrevas a tocarme!

      Me encanta como se te mueven las tetas, me dijo el desgraciado parándose delante de mí mientras empezaba a desabrocharse el pantalón.

    ¡Lárgate! ¡Ayúdame Roque!, supliqué, pero Roque no hizo nada, por el contrario, lo vi preparando de nuevo la cámara.

El Tanque se bajó el pantalón y la trusa enfrente de mí y dejó ver un tremendo falo largo y gordo. Me asustó mucho de pensar que el infeliz deseaba meterme eso.

    ¿Quieres darle una chupada primero?, me insinúo el desgraciado.

Por toda respuesta yo apreté los labios y volteé la cara hacia mi lado derecho.

    Anda, te va a gustar, ya verás, me dijo el infeliz.

Yo no quería voltear, no accedería a la cochina petición del desgraciado.

    Bueno, ni pedo, entonces normal, dijo él, se hincó y me desató los tobillos.

Intenté patearlo, pero aun con su corpulencia, el tipo se movía rápido, así que no pude darle. Él se levantó y fue hacia atrás de mí; desató la cuerda que me amarraba la cintura a la silla, pero no las manos. Me tomó de las axilas y me hizo levantarme. Yo me agitaba tratando de zafarme de él, pero era muy fuerte y me sujetaba de tal forma que no me permitía alejarme.

Con facilidad me empujó dos pasos hasta la mesa de madera y una vez ahí me empujó de la espalda, obligándome a empinarme sobre el mueble. Con una de sus manazas me sostuvo de la espalda impidiéndome levantarme mientras con la otra me sujetaba de las manos atadas y metió una de sus piernas entre las mías, obligándome a abrirlas.

    ¡NO, NO, SUÉLTAME INFELIZ, DÉJAME!, gritaba desesperada, pero fue inútil.

Sentí como el gordo miembro de El Tanque se colocaba en la entrada de mi panocha seca y como penetraba poco a poco.

    ¡AAAAAIIIIIIGGGGGHHHH, NOOOOOOO!, grité al sentir el dolor de ser penetrada sin lubricación alguna.

La verga de El Tanque entraba despacio pero sin misericordia en mi pobre vagina seca sin que yo pudiera hacer nada y sin nadie que me ayudara, por el contrario el infeliz Roque había quitado la cámara del tripié y filmaba desde varios ángulos como me violaba el desgraciado de su compañero.

      ¡Aaaaaaahhhhhh, sabrosaaaaaa!, gritó El Tanque cuando terminó de empalarme.

    ¡AAAAAAHHHHH, SÁCALO POR FAVOR, ME DUELEEEE, AAAAAYYYYY!, gritaba yo.

El desgraciado dejó su miembro unos segundos hasta adentro de mí y luego comenzó a moverse, metiendo y sacando su largo y gordo falo con fuerza, empujando hasta el fondo de tal forma que sus huevos pegaban contra mí.

No conforme con humillarme con la violación, El Tanque decía cosas aún más humillantes como: “¡Ah, qué buena chamba conseguiste cabrón, hay que conseguir más de estas, pero que las viejas están igual de sabrosas!” o “¡De seguro esta putilla estaba esperando que nos la cogiéramos, se ve que le encanta!” o “¡Espero que la tengamos aquí varios días mientras su jefe junta la lana, para cogérmela seguido!”. Esta última frase me dio mucho miedo, pues yo sabía que mi papá no juntaría pronto el dinero y tal vez eso significaría que yo estaría mucho tiempo a merced de esos desgraciados y por lo visto, me harían lo que quisieran.

      ¡Ya déjame desgraciado o le diré a Adrián! ¡NOOOOOOAAAYYYY!, les grité tratando de detenerlos por el miedo a que mi novio se enterara de lo que me hacían.

      ¿A Adrián? ¡Ja! ¡Si él sabe todo y está de acuerdo!, ¡Esto es parte del pago que nos prometió tu noviecito!, dijo Roque burlándose de mí.

    ¡No, mientes, no es cierto! ¡AAAAAAAAYYYYYYY YAAAAAAA!, grité sin creerle al infeliz mientras El Tanque seguía con su mete-saca salvaje.

El Tanque ya no me sostenía de la espalda ni las manos, me tenía tomada de las caderas mientras me violaba sin compasión.

No supe cuánto tiempo fue, pero se me hizo eterno. El Tanque me estuvo cogiendo con fuerza hasta que de repente sacó su miembro y lanzó chorros de semen sobre mi espalda mientras gritaba:

    ¡AHHHH, AHHHHH, YAAAAAA, YAAAA!

Me dio un tremendo asco al sentir su cochino semen en mi espalda, pero agradecí en silencio que no se hubiera venido adentro de mí.

Al sentir que El Tanque me soltaba hice por levantarme para huir, pero no me dieron tiempo a nada; el mismo Tanque me puso una mano en la espalda para evitar que me enderezara. Yo me empujaba hacia arriba, pero como tenía las manos atadas atrás no tenía punto de apoyo y no pude levantarme. Me di cuenta de que Roque le daba la cámara a El Tanque y de inmediato se colocó detrás de mí. Sentí como el desgraciado colocaba la punta de su pene en la entrada de mi ano. De inmediato intenté patalear y grité:

    ¡NOOOOO, POR AHÍ NOO, NO SEAS DESGRACIADO, NOOOOOO! ¡AAAAAAAAIIIIIGGGGHHH!

El gordo miembro de Roque empezaba a abrirse paso en mi ano virgen, pues jamás le había permitido a Adrián metérmelo por ahí, aunque él lo deseaba muchísimo.

      ¡Está muy apretado!, dijo Roque, ¡Pero no importa, ahorita lo abrimos! Ya verás que cuando regreses a tu casa no vas a poder sentarte y hasta un pinche camión te va a entrar en el culo jajajaja.

      ¡NO POR FAVOR, POR LO QUE MÁS QUIERAS DETENTE!

    Ni madres mamacita, no sabes desde cuándo te tengo ganas. Siempre he soñado tenerte así y culearte hasta que me harte.

Ya no dije nada, sabía que estaba perdida, solo pude llorar mientras sentía como el gordo falo de Roque empezaba a entrar poco a poco desgarrando las paredes de mi pobre ano y El Tanque filmaba desde atrás como la verga me entraba inmisericorde.

El infeliz de Roque logró empalarme por completo sin importarle mis gritos, mi llanto ni mis movimientos desesperados por hacer que me soltara. Todavía el desgraciado me dijo:

      Me dan ganas de quedarme aquí para siempre.

      ¡POR FAVOR SÁCALO, POR FAVOR, ME DUELE MUCHO!, supliqué.

    Está bien, si eso quieres dijo él y sacó despacio su miembro de mi ano desvirgado.

Pero no hubo respiro, una vez que sacó todo su miembro, Roque volvió a meterlo, pero ahora empujando con fuerza, penetrándome de un solo golpe y haciéndome aullar del dolor:

    ¡AAAAAAAAAUUUUUUUGGGGGGHHHHH, NOOOOOOOO!

Se quedó unos segundos quieto y luego repitió la operación: sacó lentamente su verga totalmente y luego la volvió a meter hasta el fondo con un solo movimiento. Lo hizo así muchas veces y en todas me hizo llorar y gritar de dolor, pues sentía como si me metieran un hierro caliente en el culo.

      ¡YAAAAAA, YA NOOOOO, POR FAVOOOR, TE LO SUPLICOOOO, YAAAAA!

      Recuerdo como me veías con desprecio cuando llegaba a donde estaban Adrián, Daniel y tú, me dijo al momento que la clavaba de nuevo con fuerza.

      ¡AAAAAAIIIIIGGGGGHHH, NO ES CIERTO, AAAAAYYYY!

    ¡Cállate perra!, siempre noté el asco que te daba y solo esperaba una oportunidad para cogerte y hacerte sentir un verdadero hombre, no el putito de Adrián o la verguita de Daniel.

Me extrañó que mencionara a Daniel, pues él era el mejor amigo de Adrián y nunca se había propasado conmigo. Roque notó mi extrañeza, pero la malinterpretó, porque me dijo:

      ¿Creías que no sabía lo de Daniel contigo? ¡Él me lo contó puta!, me dijo como primero engañaban al pendejo de Adrián y como luego lo convencieron de hacer el trío y de cómo te los coges a los dos por todos lados.

    ¡NO, AAAAAYYYY, NO ES CIERTO, AAAAAIIIIIGGGH!

Roque hablaba mientras sacaba despacio su verga y luego se callaba para empalarme de un empujón de nuevo.

      Mira a mí me vale madres que cojas con quien quieras, pero de aquí a que te vayas vas a ser mía las veces que se me hinche la puta gana y verás que cuando te vayas me vas a pedir que te vaya a coger todas las noches.

    ¡NOOOO, CÁLLATE, MENTIRAAA, AAAAYYY, YA NOOOO, POR FAVOOOOOR!

Roque ya no dijo nada y yo lloré al saber que tenía razón y al pensar que tal vez Daniel había contado mentiras sobre mí para presumir y me había hecho quedar como una puta. También me dolió que me dijeran que Adrián me había ofrecido en pago por el trabajo que hacían estos tipejos. No sé qué me dolía más el dolor físico o el dolor en el corazón destrozado.

Él siguió violándome un rato más de la misma manera y luego empezó a moverse rápido y con fuerza, haciéndome llorar y gritar de dolor, lo cual parecía gustarle mucho.

De igual forma, no supe cuánto tiempo duró, pero se me hizo una eternidad, hasta que Roque clavó sus uñas en la carne de mis nalgas y caderas y soltó grandes chorros de su leche mientras gritaba:

    ¡Auuuugggghhh, siiiiiii, aaaauuuuugggghhhh!

Yo sentía como si me estuvieran metiendo líquido en las entrañas y un terrible ardor en el ano. Ya había dejado de moverme y así me quedé aun cuando él sacó su verga chorreante y me embarró las nalgas y los muslos.

      Bueno mamacita, ya gozaste suficiente, es hora de que te vayas a dormir, me dijo Roque de manera cínica y burlona mientras se ponía de nuevo la trusa y el pantalón.

      ¿No me van a desatar?, pregunté aun sollozando

      ¿Cómo ves? ¿La desatamos?, le preguntó Roque a El Tanque.

      No, que se quede así, dijo el desgraciado grandulón.

      ¡No sean desgraciados!, ya me violaron ¿qué más quieren?, les dije enojada.

      Pues… no sé… reírnos de ti, dijo el infeliz Roque.

      ¿Y cómo me voy a vestir?

    Ya llévatela, tenemos trabajo que hacer le dijo Roque a El Tanque mientras se conectaba la cámara a la lap top y se sentaba frente a ella.

El Tanque se acercó a mí y eché a correr.

      ¡No me vuelvas a tocar infeliz!, le grité.

      Pues entonces ve tu sola a tu cuarto.

      ¿Mi cuarto? ¿esa pocilga? ¿Acaso…?

    ¡YA CÁLLATE CARAJO!, gritó fuerte Roque y caminó rápidamente hacia mí

Yo hui hasta el rincón más lejano y hasta ahí me fue a alcanzar Roque. Me apretó una teta, puso su cara frente a la mía y me gritó:

    ¡MIRA PENDEJA, YA ME TIENES HARTO, VAS A OBEDECER CALLADITA O DE AQUÍ NO SALES VIVA! ¿ENTIENDES? ¿QUERÍAS JUGAR AL SECUESTRO?, ¡PUES ESTE ES TU JUEGO, SE HA CONVERTIDO EN REALIDAD PUTA Y VAS A OBEDECER O DE VERDAD TE VOY A CORTAR EN PEDACITOS Y SE LOS VOY A MANDAR A TU PINCHE PAPI CABRONA!

No pude hacer ni decir nada, me llené de miedo y de dolor al saber la realidad. Me dolió saber que mi novio, su amigo y estos dos desgraciados usaron mi estúpida idea para aprovecharse de mí y hacer un secuestro real. Lloré al pensar que mi papá iba a estar muy angustiado por mí y al saber que estos infelices me iban a violar hasta hartarse si no les daban lo que pedían o, en su defecto, me violarían hasta que les pagaran.

Roque me soltó y me ordenó:

    ¡A TU CAMA, A DORMIR, PERRA!

Tenía hambre y sed, pero ya no me atreví a decir nada, humillada y adolorida caminé hacia el cuartucho en donde me habían preparado una mugrosa cama con El Tanque detrás de mí. En cuanto crucé el umbral de la puerta él me aventó al sucio colchón; caí boca abajo y supuse que me violaría de nuevo, pero no fue así. El Tanque encendió la luz, como pude me volteé para quedar boca arriba y vi que el desgraciado traía en la mano unos grilletes. Se agachó y abrió uno de los grilletes para colocarlo en una de las argollas que había en el suelo; luego abrió el otro grillete y se acercó a mi pierna izquierda.

    ¿Qué vas a hacer?, le pregunté

No obtuve respuesta, él colocó el grillete en mi tobillo y lo cerró, dejándome apresada de tal forma que no podía alejarme ni siquiera del colchón. Luego se levantó y se alejó.

    Oye, pero ¿y si quiero ir al baño?, le dije con la esperanza de que me quitara el grillete.

El Tanque no dijo nada, regresó, fue hacia la cómoda desvencijada y se agachó. Del anaquel de hasta abajo sacó una sucia bacinica y la aventó junto al colchón. Luego se fue, apagando la luz al salir, dejándome en una completa oscuridad. Yo iba a alegarle que no podría hacer ahí, pero supe que sería inútil y me callé. En cuanto El Tanque salió y cerró la puerta con llave por fuera me eché a llorar. Estaba en la peor situación de mi vida: desnuda, atada de manos, con un grillete en el tobillo, lejos de mi casa, de mi familia, de mis amigos y de mi novio. Me acababan de violar dos hombres que me tenían secuestrada. Lo peor del caso es que todo surgió de mi estúpida cabeza. ¿En qué momento pensé que esto podría funcionar? Me recriminé a mí misma por ser tan idiota. Pero lo que más me dolía eran las palabras de Roque cuando me dijo que Adrián sabía todo y que yo era parte del pago por sus “servicios” y que Daniel había contado que yo hacía tríos con él y con mi novio. No sabía si creerlo o no, pero la duda estaba sembrada.

Afuera del cuarto escuché como Roque y El Tanque destaparon unas botellas, sonaban como cerveza. Luego pusieron música y apenas alcanzaba a escuchar sus voces y de vez en vez sus risotadas. Imaginé que estarían burlándose de mí, diciendo lo que sintieron cuando me violaron y lo que ganarían con mi secuestro. El agotamiento me hizo quedarme dormida.

No supe cuánto tiempo pasó, desperté cuando escuché que se abría la puerta de metal. No me moví ni hice nada, de cualquier manera no podía, pues estaba totalmente indefensa; desnuda, con las manos atadas en la espalda y el grillete en el tobillo.

El individuo que entró cerró la puerta y se acercó a donde yo estaba. El ataque fue sorpresivo. De repente y sin decir nada se subió en mí, con una mano me tapó la boca, se metió entre mis piernas obligándome a abrirlas y sin ningún miramiento me metió su verga de un solo golpe hasta el fondo, provocándome un intenso dolor que me hizo llorar y gritar:

      ¡MMMMMMJJJJJJGGGMMMM!

    ¡Cállate!, dijo.

Traté de reconocer la voz, pero no supe si era Roque o El tanque. Su aliento olía a alcohol y él apestaba a sudor. Quise vomitar, pero pude aguantarme.

Los embates del desgraciado violador eran fuertes y salvajes, metía y sacaba su verga con una fuerza bruta total, lastimándome y haciéndome quejarme y llorar.

    ¡MMMMMMMNNNNNNNGGGGGGG! ¡MMMMFFFF, MMMMFFFF, MMMMFFFF!

Por más que intentaba detenerlo nada pude hacer, él se aprovechó de mi total vulnerabilidad. En ese momento entendí porque quisieron dejarme desnuda y atada, para violarme cuando lo desearan y que yo no pudiera hacer nada.

El violador nocturno entró y salió salvajemente de mi panocha adolorida durante un buen rato. Yo sentía que su verga me calaba hasta el vientre. Con la mano libre me estrujaba una teta y con la boca me mordisqueaba la otra. El dolor era insoportable; estaba a punto del desmayo cuando afortunadamente por fin el desgraciado terminó. Pero el infeliz no sacó su mugroso miembro y se vino dentro de mí, soltando grandes chorros de semen. Yo pataleaba y me quejaba tratando de decirle que no se viniera adentro, lo que menos quería era quedar embarazada de uno de esos tipejos.

      ¡MMMMMGGGGGGFFFF, MMMMGGGGGFFFF!

    ¡Ssssssshhhhhhh, yaaaaaa!, lo escuché decir en mi oído.

El infeliz se vació dentro de mí y sin destaparme la boca cayó desmadejado, aplastándome con su cuerpo. Yo deseaba quitármelo de encima, pero no podía, me era imposible dadas mis circunstancias.

El desgraciado duró unos segundos encima de mí sin destaparme la boca; luego se levantó y sin decir nada se fue, cerrando la puerta por fuera con llave.

En ese momento vomité, pero no sabía que apenas era el principio de una horrible pesadilla que yo misma me había provocado.

Continuará…

Autosecuestro fallido II

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Continúan las humillaciones y las vejaciones debido a la traición a mi plan original.

Las horas pasaban lentas, casi no pude dormir por el miedo a que volviera a entrar cualquiera de ellos a violarme nuevamente. A veces dormitaba, pero cualquier ruido me asustaba. Lo peor fue cuando me di cuenta de que adentro de la cómoda se escuchaban ruidos como de animales. Estaba segura de que había ratas. Siempre me han dado miedo y asco esos animales, por eso me quedé quieta y empecé a sudar frío, no quería que se me acercaran o que se fueran a subir al colchón y no podría defenderme de ellas tampoco, pues los infelices me habían dejado atada y con el grillete en el tobillo, totalmente indefensa.

No supe cuánto tiempo pasó. De repente se abrió la puerta y entró mucha luz, evidenciando que ya era de día. El Tanque entró en el cuartucho y con su característico silencio se colocó en cuclillas y con una llave procedió a abrir el grillete que yo tenía en el tobillo. Yo no sabía si hablar o no, pero me armé de valor y dije:

    ¿Me puedes desatar por favor? Tengo los brazos y las muñecas entumidas y no siento las manos.

En ese momento El tanque no dijo nada, terminó de quitarme el grillete, se levantó, caminó hasta cerca de mi cabeza, se hincó y me dijo:

    Te desato si me chupas la verga.
    ¿Cómo?, pregunté sorprendida.
    Pues así, abres la boca y me la chupas y entonces te desato las manos.
    Pero…
    Pero nada, ¿sí o no?

Lo pensé un segundo, me daba asco acceder a su cochino intercambio, pero supuse que si no aceptaba me tendría atada y desnuda todo el tiempo y muy en contra de mi voluntad tuve que acceder.

    Está bien, dije con voz muy baja.

Entonces él me levantó de las axilas y me hizo hincarme en el colchón.

    Ok. Abre la boca, me ordenó mientras se desabrochaba su sucio pantalón de mezclilla.

Obedecí y él metió su gorda verga en mi boca hasta el fondo mientras lanzaba gemidos de placer:

    ¡Aaaahhhhh, si!

Hincada desnuda, con las manos atadas atrás, lo único que pude hacer fue complacer al maldito de El Tanque; moví mi cabeza rápidamente metiendo y sacando el miembro de él de mi boca, con la esperanza de que se viniera pronto y acabara mi suplicio; yo había cerrado los ojos y él me dijo: “abre los ojos y veme a la cara puta”; lo obedecí por miedo, abrí los ojos y lo miré directo a la cara.

“¡Glag, glag, glag!” era todo lo que se escuchaba en la sucia habitación: el ruido que hacía mi boca al mamar la verga del desgraciado aquél.

Después de un buen rato, El Tanque se vino dentro de mi boca y me sostuvo la cabeza, obligándome a tragar su asqueroso semen.

    ¡Aaaaahhhh, que rico chupas perrita!, me dijo mientras yo casi me ahogaba con toda la leche que me entraba.

Por fin me soltó y yo tosí y estuve a punto de vomitar: “¡cof, cof, cof, guaaaaaccc!” pero no lo hice.

El Tanque me hizo voltearme hacia el lado contrario quedando él detrás de mí y me desató las manos. Luego me dio una nalgada mientras se levantaba y mientras se subía el pantalón me ordenó:

    ¡Párate y camina!

Obedecí y salimos del cuartucho. Roque estaba sentado frente a la Lap Top; cuando nos vio salir dijo:

      ¡Qué pinche fiesta se traen ustedes cabrones, dejen de coger aunque sea tantito!

      ¡Oye! Yo no… comencé a decir, pero Roque me interrumpió:

      ¡Ya, ya, ya! ¡Me vale madres que estés de puta con este cabrón, si al pendejo de tu novio no le importa, a mí menos!

      Pero yo…

      ¡Ya cállate puta! ¡Ya te dije que me vale verga! Mejor haznos algo para tragar, ándale.

      Pero estoy desnuda, le dije

      ¿Y? ¿A poco quieres un pinche vestido o un uniforme de sirvienta?

      No, pero…

    ¡Ya carajo! ¡De todo te quejas, pones muchos peros! ¡A ver pinche Tanque, dale algo para que se vista a la “señorita”!

El Tanque tomó un trapo del suelo y me lo aventó. Al abrirlo vi que era una camiseta gris vieja y sucia como de hombre.

      ¿Y mi ropa? Pregunté

    La guardé, dijo El Tanque

Ya no pregunté ni dije más. Sabía que no obtendría respuestas de los desgraciados estos. Me puse la camiseta que tenía algunos hoyos y que apenas me cubría los muslos.

      Quiero ir al baño, dije, pues ya sentía muchas ganas de orinar.

      Pues ve, dijo Roque.

    Pero es que…

¡PLAF!, sonó el manotazo que Roque dio en la mesa. Yo brinqué del susto y creo que El Tanque también.

    ¡Deja de estar chingando “princesa”! ¡Ahí está el puto baño, ve a miar o a cagar ahí o hazte encima, pero no me estés molestando, tengo cosas importantes que hacer!

El Tanque y yo nos quedamos callados. Yo me asusté mucho al ver así a Roque, así que mejor me fui caminando al baño sin decir nada más.

Entré al asqueroso baño y como pude oriné, tratando de no tocar la asquerosa taza y aguantándome las arcadas. Luego me limpié y grité:

    ¡Necesito shampoo, me voy a bañar!

Oí que El tanque se acercaba y supuse que me traía el shampoo o el jabón, pero no fue así; él entró al baño y antes de que yo pudiera protestar, me tomó del cabello y me sacó del baño; me hizo caminar hacia la puerta que daba al patio mientras yo gritaba:

    ¡Aaaaaayyyy, ayyyyy, suéltame! ¿Qué haces?

No me dijo nada, él llevaba unas llaves en la mano y con una abrió la puerta de metal, me sacó al patio y me quitó la camiseta, dejándome desnuda de nuevo. Me empujó contra una pared y me dejó ahí mientras él caminaba hasta donde había una manguera y una llave. Abrió la llave y caminó hacia mí con el agua de la manguera escurriendo. La apuntó hacia donde estaba yo y me lanzó u fuerte chorro de agua fría que me pegaba muy fuerte y me empujaba contra la pared.

    ¡Aaaaayyyy, aaaayyyy, esperaaaa, me ahogoooo, aaayyyy!, grité colocando mis manos al frente para tratar de detener el chorro de agua sin lograrlo.

De repente el chorro paró. Entre el agua que escurría por mi cara vi que El Tanque me arrojaba algo que no pude esquivar y me pegó en un muslo, lo que me hizo quejarme.

Vi que era un jabón de los que se usan para lavar la ropa. Me agaché para recogerlo y me lavé con él, supe que para eso era. Una vez que terminé de enjabonarme El tanque volvió a abrir la válvula del agua y de nuevo me arrojó un chorro muy fuerte. Aguanté lo más que pude, incluso me volteé para que no me pegara de frente, pero aun en la espalda y las nalgas me dolió la fuerza del agua.

Me enjuagué lo mejor que pude hasta que El Tanque cerró la llave. De reojo vi hacia la puerta de salida, pero supe que no podría escapar. La camioneta me estorbaba y seguramente la puerta estaba cerrada con llave y si intentaba huir tal vez me iría peor, así que deseché la idea por el momento.

Caminé con el agua escurriendo hacia la puerta y al pasar junto a El Tanque me dio una nalgada al mismo tiempo que me decía:

    Mojaditas me gustan más.

No dije ni hice nada, tragué saliva y seguí caminado. Sabía que no podía enfrentármeles.

Entré a la casucha y Roque se me quedó viendo de arriba abajo morbosamente, entonces dijo:

      ¡Oye, que bien, vamos a aprovechar!

      ¿Aprovechar qué? Dije y me hice hacia atrás, pero El Tanque no me dejó avanzar

      ¡A ver tráela para acá!, le ordenó Roque al Tanque mientras él buscaba algo en una maleta.

    ¡No, esperen!, dije tratando de irme.

El Tanque me sujetó con fuerza y me obligó a caminar hasta donde estaba Roque, que ya había sacado una larga cuerda.

      ¡No, no de nuevo!, grité mientras trataba de zafarme de El Tanque sin conseguirlo.

    ¡Amárrale las manos adelante!, le dijo Roque a El Tanque mientras él sujetaba el otro extremo de la cuerda y este lo obedeció.

No pude hacer nada para evitar que me amarraran. El Tanque me ató con fuerza las muñecas y Roque arrojó la cuerda hacia arriba pasándola por encima de una viga y con el otro extremo cayendo al otro lado. Entonces empezó a jalar la cuerda obligándome a levantar las manos. La jalaron hasta que mis brazos quedaron totalmente estirados hacia arriba, dejando mi hermoso cuerpo mojado y desnudo totalmente expuesto. Luego Roque ató el otro extremo en algo que no vi porque estaba detrás de mí.

Roque le dijo a El Tanque:

    Usemos los disfraces, pero apúrate porque se seca.

Entonces El Tanque tomó otra maleta y sacó ropa negra y unos pasamontañas negros también. Los dos hombres se desvistieron frente a mí sin ningún pudor y se colocaron la ropa y los pasamontañas. Una vez vestidos así, El Tanque se colocó detrás de mí y Roque fue hacia la cámara y me dijo:

      Vamos a grabar otro video para tu papi. Vas a suplicarle que pague o que si no te vamos a violar. Nosotros te vamos a estar acariciando y tú haces como que no te gusta ¿entendiste putita?

      Si, pero no me gusta…

    Si, si, ándale, eso vas a decir. Cuando yo haga la señal tú empiezas a acariciarla y tú empiezas a llorar y a pedir lo que ya te dije, nos instruyó a El Tanque y a mí.

Yo iba a decir algo, pero en ese momento Roque levantó la mano y después de un segundo la bajó. Sin esperar más El Tanque empezó a acariciarme procazmente por todo el cuerpo. No actué, grité de verdad al sentir sus sucias manos recorriendo mi cuerpo indefenso:

      ¡AAAAAAAHHHH, POR FAVOR PAPIIIIII, POR FAVOR, PÁGALES A ESTOS DESGRACIADOS, PORQUE SI NO ME VAN A VOLVER A VIOLAAAR, POR FAVOOOR, TE LO RUEGOOOO, DALES LO QUE PIDEN!

      ¡NO, NO, NO! ¡NIÑA PENDEJA!, me gritó Roque

      ¿Cómo se te ocurre decir: me van a volver a violar? ¡no seas pendeja!, ¡si le dices que te violamos no va a querer pagar, estúpida!

      Pero…

      ¡Ya cállate babosa! No me hagas enojar más. Grita lo mismo pero si no hubieras cogido ya con nosotros, ¿entiendes?

    Si, contesté agachando la cabeza.

De nuevo Roque dio la señal y El Tanque empezó a acariciarme procazmente otra vez, volví a gritar:

    ¡PAPIIIII, POR FAVOR, PÁGALES A ESTOS SEÑORES PORQUE SI NO DICEN QUE ME VAN A VIOLAR. POR FAVOR, TE LO RUEGOOOOO!

Roque se había sumado a El Tanque y entre los dos me acariciaban morbosamente todo el cuerpo. Yo seguí gritando:

    ¡POR FAVOR, POR LOO QUE MÁS QUIERAS, DALES EL DINERO PARA QUE ME DEJEN IIIIIRRRR!

Las caricias de los dos tipejos cada vez eran más morbosas; de repente Roque empezó a lamerme las tetas mientras El Tanque había colocado ambas manos en mis nalgas e introducía un dedo en mi ano.

      ¡NO, POR FAVOR, NO, AYÚDAME PAPIIIII!, grité de nuevo

    No está tu papi para ayudarte, me dijo Roque mientras se quitaba la ropa negra y mordisqueaba mis senos.

No pude hacer nada para defenderme, de repente me di cuenta de que El Tanque también se había desnudado y colocaba su gorda verga en la entrada de mi ano.

    ¡NO, NO DESGRACIADOS, OTRA VEZ NOOOO, NOOOOO, AAAAAGGGGHJJJJ!, grité al sentir la salvaje penetración del miembro de El Tanque en mi ano cerrado y seco.

Roque se incorporó y apuntó su pene hacia mi panochita. Intenté alejarme de él, pero al hacerme hacia atrás lo único que logré fue que El Tanque me clavara más su miembro duro.

Roque me hizo abrir las piernas, dobló un poco las rodillas y tomándome de las nalgas empezó a penetrarme por la vagina que estaba totalmente seca.

      ¡AAAAAAAIIIIIIGGGGGGHHHHJJJJJJ!, grité al sentir la doble penetración de los dos salvajes que me tenían a su merced.

    ¡Ah, si, toma puta, toma, toma!, decía Roque con cada empujón que me daba.

Después de un rato Roque le dijo a El Tanque:

      ¿Cambiamos?

    ¡Va!, respondió aquel y entonces me sacaron sus vergas que ya chorreaban líquido preseminal e intercambiaron posiciones.

Roque le dijo al Tanque: “Al mismo tiempo” y contó: “una, dos, tres” y en ese momento los dos desgraciados empujaron sus vergas al mismo tiempo hasta el fondo de mi panocha y de mi ano, provocándome más dolor.

    ¡NOOOOOOOO, YA NOOOOO, POR FAVOOOOOR, YA NOOOO, ME DUELE AAAYYYY!, les supliqué a los dos infelices, pero ellos parecían bestias en brama.

Ambos me metieron y sacaron sus sucias vergas durante un buen rato, sin importarles que la cámara siguiera grabando. Tomaron un ritmo casi parejo, de tal forma que ambos la metían al mismo tiempo y la sacaban también al mismo tiempo, como si estuvieran coordinados.

Fue un largo rato el que me violaron por ambos lados hasta que El Tanque se vino primero dentro de mí, soltando toda su leche mientras yo le suplicaba:

    ¡SALTE, POR FAVOR, ADENTRO NO, SALTE, SALTE!, pero él no hizo caso.

A los pocos segundos fue Roque el que se vino dentro de mi ano mientras me apretaba las tetas con fuerza y gritaba:

      ¡Aaaaahhhhh, si puta! ¡Rica!

    ¡NOOOOOOO!, suplicaba yo.

Ambos sacaron sus miembros de mí. Roque me dio una nalgada y dijo:

    ¡Qué sabrosa estás puta, como te voy a gozar!

Y luego fue a aflojar la cuerda, pero no la soltó, la fue bajando poco a poco mientras El Tanque me hacía arrodillarme. Una vez que me tuvieron de rodillas aun con las manos hacia arriba y con Roque sosteniendo la cuerda, ambos colocaron sus vergas chorreantes a los lados de mi cara y Roque me ordenó:

    ¡Límpialas!

No tuve más remedio que obedecer. Lamí las sucias vergas que acababan de violarme aguantándome el asco mientras hilos de semen iban desde sus vergas hasta mi boca.

Cuando terminé de limpiarlas Roque de nuevo tensó la cuerda y me hizo pararme. De nuevo ató el otro extremo de tal forma que quedé otra vez con los brazos hacia arriba sin poder moverme.

      Ya desátenme por favor, les pedí

      No, creo que me gusta verte así, me dijo Roque

      No seas malo, por favor… tengo sed, le dije.

    A ver, tráele agua a la dama, le dijo Roque a El Tanque

El Tanque se fue y entonces escuché como llenaba una cubeta con agua del tambo que estaba en el baño. Él regresó y acercó la cubeta a mi cara. Yo asqueada aparté la cara.

      ¿Qué pasó? ¿No que querías agua?, me dijo El Tanque con una sonrisa burlona en la cara.

      ¡Pero esa no, está sucia!

      Pues solo esa hay y si quieres te la tragas, me dijo El Tanque volviendo a acercar la cubeta

    ¡NO!, dije firmemente y aparté la cara de nuevo.

¡Splash!, fue el sonido del agua cuando El Tanque la arrojó a mi cara

      ¡Pues ahí está tu puta agua!, me gritó mientras Roque reía.

      ¿Sabes? Ya tengo hambre y esta puta no ha hecho nada para tragar, vamos por unos tacos, ¿no?, dijo Roque.

      Vamos dijo El Tanque

      ¡Oigan! ¿y yo?, les dije

    ¡Ey! Cierto, no podemos dejar a la señorita así, hay que prepararla, le dijo Roque a El Tanque y los dos sonrieron burlonamente.

Entonces sacaron más cuerdas y cinta de embalar. El Tanque se agachó y me ató los tobillos juntos mientras Roque cortaba un pedazo grande de cinta.

      ¡No, oigan, espe…!, mi voz se interrumpió cuando Roque me colocó la cinta en la boca y rodeó dos veces mi cabeza con ella.

      ¡MMMMMMNNNNGGGGG!, les dije mientras ellos me miraban con sus sonrisas burlonas.

    ¡Oye, la niña tiene sed, déjale agua!, le dijo Roque a El Tanque.

Entonces El Tanque nuevamente fue al baño y llenó la cubeta con agua del tambo y regresó a donde estaba yo, colocó la cubeta en el suelo enfrente de mí y sonriendo burlonamente se alejó.

      Bueno zorrita, ya estás lista y ahí tienes tu agua para que no te mueras de sed, me dijo Roque mientras él y El Tanque se cambiaban de ropa.

      ¡MMMMMFFFF!, supliqué sin respuesta.

    ¡Cuidas la casa, que no entre nadie!, me dijo Roque riéndose mientras se alejaban hacia la puerta.

Ellos salieron y cerraron con llave, se subieron a la camioneta y se fueron, dejándome sola, desnuda, atada de pies y manos, amordazada y sedienta, con la tortura de tener a unos centímetros una cubeta llena de agua sin poder tomar de ella; creo que hasta sentía el olor del agua llegándome. Me solté a llorar sin poder parar. Jamás imaginé que mi estúpida idea de un autosecuestro resultara así.

El tiempo pasaba muy lento y ellos no regresaban. Me los imaginaba comiendo unos deliciosos tacos en algún puesto o fonda con un refresco grande o un agua fresca de sabor y me enojé mucho con ellos y conmigo misma por haber ideado la estúpida idea.

Empecé a hacerme un sinfín de preguntas: ¿Por qué Roque me trataba así, no le preocupaba que Adrián se enojara al ver lo que me habían hecho?, ¿Por qué Daniel no había ido o llamado?, ¿Cuánto tiempo le habían dado a mi papá para juntar el dinero?, ¿realmente Adrián estaba enterado de todo o porqué me decía eso Roque?

No supe cuánto tiempo pasó, ya me dolían los brazos, el cuello, la espalda, las piernas y las nalgas pues las las mantenía apretadas todo el tiempo porque no podía separar los tobillos que me ataron. Traté de soltarme moviendo manos y pies, pero las cuerdas estaban muy apretadas y no cedían ni un poco.

Después de un largo tiempo por fin escuché que abrían la puerta y el ruido del motor de la camioneta entrando. Respiré suponiendo que mis desgraciados captores por fin me desatarían.

Roque y El Tanque entraron caminado tranquilamente por la puerta, en cuanto entraron les reclamé:

      ¡MMMMMMNNNGGGGFFFF!

      ¡Ah, te habla la perrita!, dijo Roque

      ¡MMMMFFFFFMMMMFFFF!, seguí reclamando

    ¡Cállate ya!, ¿Por qué no te tomaste el agua? me dijo El Tanque en son de burla mientras se sentaba en una silla, al igual que Roque.

Ellos destaparon unas cervezas que traían y empezaron a tomárselas delante de mí, haciendo un chasquido cada que daban un sorbo:

      ¡Mmmmm! ¡mtka!, ¡qué rica chela, está chingona para quitar la sed!, dijo Roque

    ¡La neta si!, dijo El Tanque

Yo moría de hambre y sed y ellos lo sabían, pues además de hacerme sufrir con las cervezas, empezaron a comentar:

      ¡No, cabrón, esos pinches tacos no tienen madre!

      ¡Si, ca, están chingones, con harta carne!

      Yo si acabé bien pinche lleno, ya no me cabe nada ca…

      Ni a mí, mejor voy a cagar para luego echar una cogidita ¿no?

      Órale, yo mientras me acabo mi chela y a ver si puedo coger aunque esté lleno.

      ¡MMMMMMNNNNNFFF!, les reclamé al escuchar sus cochinos planes.

      Tranquila putita, ahorita te cogemos, es lo que quieres ¿verdad?, me dijo Roque

    ¡NNNNNNNFFFFF!, le reclamé enojada moviendo la cabeza negativamente sin lograr nada.

El Tanque no fue hacia el baño, sino que se fue hacia la puerta que yo no había podido abrir, tomó una llave y la abrió y entonces alcancé a ver que la habitación era una recámara que se veía limpia, ordenada y bien iluminada. Alcancé a ver que había una pantalla de TV y demás aparatos electrónicos en un mueble grande y al final se veía otra puerta de madera. Ya no pude ver más porque El Tanque cerró la puerta tras de sí. Me di cuenta de que ellos estaban a todo lujo mientras que a mí me tenían en condiciones miserables.

Me quedé sola con Roque que degustaba su cerveza fría sin dejar de verme. De repente empezó a hablar:

      ¿Sabes mamacita? Siempre me gustaste un chingo, desde la primera vez que te vi quise cogerte y te imaginaba desnuda y amarrada así como estás ahorita. También te imaginé mamándome la verga y metiéndote la verga por al culo. Pero tú siempre andabas con el pendejo de Adrián que no te soltaba para nada y luego cuando supe que cogías con él y Daniel al mismo tiempo más ganas y más coraje me dio, porque a mí siempre me veías por encima del hombro, como si yo fuera menos que tú. Pero ahora ya ves, los papeles se invirtieron y te voy a hacer todo lo que se me hinche la gana mientras esperamos el pago de tu papito. Tenemos buen tiempo, le dimos una semana para juntar la lana y mientras El Tanque y yo la vamos a pasar muy bien contigo y de una vez te digo que no te voy a aguantar berrinchitos ni pendejadas; vas a tener que obedecer y hacer todo lo que te digamos sin decir que no, siempre vas a contestar: “Si señor” cuando El Tanque o yo te pidamos algo y lo vas a hacer rápido y sin quejas ¿me entiendes?

      ¡MMMMFFFFFF!, me quejé y moví la cabeza negativamente, pues no podía creer todo lo que me estaba diciendo y no estaba dispuesta a dejarme sobajar por un par de estúpidos engreídos

      Bueno, veo que aún no entiendes, dijo Roque mientras se levantaba de su silla y caminaba hacia mí desbrochándose el pantalón.

    ¡GGGGMMMMMFFF!, le grité dándole a entender que se alejara.

Pero Roque no lo hizo, por el contrario, se quitó el pantalón y la trusa y me mostró su verga levantada.

      Mira lo que te vas a comer putita.

    ¡NNNNNNNN!

Él me rodeó y se colocó detrás de mí, sentí como colocaba su verga en la entrada e mi ano, me tomó de las caderas y empezó a empujar. Yo tenía el ano apretado y creo que eso hizo que me doliera más.

      ¡MMMMMMMMMNNNNNNNNNGGGGGHHHH!, grité y me agité al sentir que la punta de la verga empezaba a entrar.

      ¡Estás bien apretada, eso me gusta!

    ¡NNNNNNFFFFFFF!, me quejé mientras el hierro de Roque empezaba a entrar en mi ano seco y apretado.

No pude hacer nada, el maldito Roque fue empujando con fuerza metiendo cada vez más adentro su gorda y larga verga provocándome mucho dolor y haciéndome llorar.

Una vez que me empaló toda me soltó las caderas, puso sus manos en mis tetas y me dijo al oído:

    Si no pones de tu parte va a ser peor para ti, de todos modos te voy a coger cada que se me dé la gana, pinche piruja.

Yo sabía que él tenía razón, me tenía en sus manos y podría hacerme lo que quisiera mientras no hubiera alguien que me ayudara y El Tanque no lo iba a hacer y al parecer Daniel y Adrián tampoco.

Apoyándose con sus manos en mis pechos, Roque sacó su verga y luego empezó a violarme salvajemente, metiéndola y sacándola rápidamente con fuerza, sin importarle mis quejidos:

    ¡MMMMMMNNNNNNGHHHHHHHFFFFF!

El miembro de Roque entraba y salía con fuerza de mi culo, provocándome un profundo dolor, cosa que a él le gustaba pues gemía de placer y reía apretándome las tetas con fuerza también.

El Tanque salió del cuarto y viendo lo que pasaba dijo:

      ¡Ah cabrón, ya me ganaste! No hay pedo, ahorita sigo.

      ¡MMMMMMGGGGGFFFFHHHH!, me quejaba llorando y pidiendo compasión.

    Si, si, ahorita puta, deja que acabe este güey y ahorita te doy yo, dijo El Tanque y salió hacia el patio de la casa

Sentí que ya nada valía la pena, estos desgraciados me iban a violar cada que quisieran toda la semana y eso si mi papá les pagaba, si no, quien sabe durante cuánto tiempo me iban a tener para ellos.

Roque seguía metiendo y sacando su miembro con fuerza, estrujándome las tetas, gimiendo y diciéndome:

    ¡Qué rica estás putilla, siempre quise tenerte así y tú te pusiste solita!, ¡Te voy a coger hasta dejarte los agujeros tan grandes que el pinche Adrián y el pinche Daniel van a metértela juntos! Jajajaja.

Traté de no quejarme para ya no darle esa satisfacción, pero el dolor que sentía más lo que me decía me hacían llorar sin poder contenerme. El llanto hizo que mi nariz se llenara de mucosidad por lo que llegado el momento se me tapó y no pude respirar, pues tenía la boca tapada con la cinta. Me agitaba desesperada tratando de jalar aire, pero no podía. Mi desesperación era mayor porque El Tanque estaba afuera y Roque estaba detrás de mí violándome y creía que mi agitación era porque quería que dejara de hacerlo, pues me dijo:

      ¡Quieta puta, no te la voy a sacar hasta acabar y echarte todos mis mecos en tu rico ano!

    ¡FFFFFFFFHHHH!

No podía respirar y sentí que todo se nublaba, creí que ahí terminaría todo. Para mi fortuna (o desgracia) El Tanque entró y se dio cuenta, se acercó rápidamente y empezó a desenrollarme la cinta que me cubría la boca. Cuando terminó por fin jalé aire desesperadamente.

Roque se había detenido un momento, había sacado su verga de mí y me había soltado las tetas.

    Respira, respira, me dijo El Tanque

Poco a poco sentí como el aire llegaba a mis pulmones por mi boca. El Tanque me ayudó a limpiarme la nariz. Después de un rato por fin pude hablar y dije:

    Agua, por favor

El Tanque tomó una taza sucia, la llenó con agua de la cubeta y me la dio a tomar. Estaba tan sedienta que no me importó de donde venía el líquido y lo tomé. El sabor era asqueroso y estuve a punto de vomitar, pero El Tanque me sostuvo de la nuca y me obligó a beber todo el contenido de la taza.

      ¿Ya estás bien?, me preguntó Roque

      Creo que sí, le respondí

      Entonces vamos a seguir, dijo y se volvió a colocar detrás de mí

      ¡NO, NO, POR FAVOR, YA NO, AAAAAAAAIIIIIIIIIGGGGGGHHHH!, grité cuando el desgraciado volvió a penetrarme con fuerza por el ano estrujándome de nuevo las tetas

      ¡No mames cabrón!, le dijo El Tanque a Roque y creí que le diría que apenas me había recuperado, pero el siguió: ¡Ya me tocaba a mí, ya tuviste tu turno!

      ¿No ves que no acabé?, le respondió Roque

      ¡Pues apúrate porque ya me urge!, dijo El Tanque haciéndome sentir decepcionada y frustrada.

      ¡ME DUELE MUCHO, POR FAVOR YA NO, YA DÉJENME!, les rogué a los dos.

    ¡Eso es lo que siempre he querido putita, tenerte así rogándome hasta que te desgarres la garganta!, dijo Roque y me violó con más fuerza.

Apreté los dientes y traté de ya no quejarme para no darle gusto, pero de una forma u otra él seguiría violándome hasta hartarse como me lo había dicho, aprovechando que mi papá no tendría el dinero a tiempo.

      ¡Acostúmbrate a tu vida mientras estés aquí puta!, me dijo Roque mientras seguía violándome inmisericorde

    ¡GGGGGGGGHHHHH! Dije apretando los dientes para que él ya no tuviera la satisfacción de oírme quejarme y suplicar.

El infeliz Roque me violó durante un buen rato aún hasta que se vino soltando toda su leche dentro de mi recto y gritando de placer:

    ¡AAAAAAAHHHHHH, ESO ES PUTAAAAAAA, ESO ESSSSSS, ESTÁS BIEN PINCHE SABROSAAAAA!

En cuanto Roque sacó su verga chorreante, El Tanque se acercó a mí y yo haciendo mis mejores pucheros (que siempre funcionaban cuando le pedía algo a mi papá o a Adrián), le supliqué:

    Por favor, por lo que más quieras, ya no me violes, te lo suplico. Tengo mucha hambre y estoy adolorida, no seas malo, ¿si?

El Tanque no dijo nada pero comenzó a desatarme las muñecas, lo que me hizo pensar que mi súplica había surtido efecto y que se había compadecido de mí.

Pero de nueva cuenta me equivoqué; El Tanque me soltó la primera mano dejándola libre, pero cuando soltó la segunda me la sostuvo con fuerza y me la colocó en la espalda para luego tomarme de la otra muñeca y juntar ambas.

      Pero ¿no me ibas a…?, dije, pero él me calló:

    ¡SSSSHHHHHHTTTT! No hables

Con una mano sostuvo mis brazos cruzados en la espalda y con la otra procedió a unir las muñecas con cinta.

      ¡Por favor…! Supliqué de nuevo

    ¡Qué te calles o te vuelvo a tapar el hocico aunque te ahogues!, me dijo él de nuevo

Roque se había sentado en una silla desnudo de la cintura para abajo, fumaba un cigarrillo y daba unos tragos a una cerveza mientras miraba con sonrisa burlona lo que El Tanque me hacía.

Indefensa no dije nada cuando El Tanque me obligó a caminar hacia la mesa y me empujó de la espalda para obligarme a empinarme. Supe lo que vendría enseguida y no pude hacer nada para evitarlo.

      ¡Abre las patas!, me ordenó El Tanque y yo obedecí sin chistar, pues ya sabía que no tenía caso

    ¿Ves? ¡así se domina a una puta!, le dijo El Tanque a Roque regodeándose.

Cerré los ojos, apreté los dientes y tragué saliva al sentir la punta de la verga de El Tanque en la entrada de mi panocha. El infeliz colocó sus manos en mis caderas y solo dijo: “ahí te va” y entonces con un fuerte empujón de nuevo me penetró hasta el fondo salvajemente. Intenté no gritar, pero de alguna manera tuve que quejarme aun con la boca cerrada:

      ¡MMMMMMMMGGGGGGHHHH!

    ¡Grita puta!, dijo Roque que gozaba verme sufrir

No grité, no quería darles ya ese placer, pero si lloré. La verga de El Tanque era demasiado gorda y larga y con cada embestida me hacía sentir que me iba a partir en dos. No pude hacer nada más que llorar.

El enorme falo de El Tanque entraba y salía de mi panochita adolorida sin piedad y él solo gemía: “¡JM, JM, JM!” mientras el infeliz de Roque me ordenó abrir los ojos amenazándome de que si no lo hacía él me obligaría, así que obedecí y vi que había encendido la cámara y grababa lo que sucedía burlándose y diciendo cosas como: “¡Eso cabrón, eso, métesela toda a la pinche puta, que sienta lo que es la verga!”, o “¡Déjame grabarte la puta cara de placer para mandársela al pendejo de tu padre y que vea como gozas cuando te estamos chingando!”, o “¡Ándale puta, llora, grita, quiero grabar tus chillidos para chaquetearme viéndote cuando ya no estés con nosotros!”

Todo lo anterior me hacía sentir humillada y sobajada por el infeliz Roque, no entendía por qué me odiaba tanto si yo nunca le había hecho nada.

Pero estaba decidida a no darle más satisfacciones; si ya me iban a violar cuando quisieran, no lograrían hacerme gritar de nuevo, o al menos eso quise hacer hasta que el desgraciado Roque me dijo:

      ¿Ah, no vas a gritar?

    M-m, dije sin abrir la boca y moviendo la cabeza negativamente

Entonces el infeliz metió una mano entre la mesa y yo y me estrujó una teta. Estuve a punto de gritar del dolor, pero abrí los ojos muy grandes, apreté la boca y pasé saliva. Luego apreté también los ojos para tratar de aguantar.

    ¡Ah conque muy valiente la puta!, dijo Roque soltándome el pecho.

Pensé que había conseguido una importante victoria sobre él y abrí los ojos, solamente para ver que se levantaba y se dirigía hacia atrás, a donde yo no alcanzaba a ver. Mientras tanto, El Tanque seguía violándome sin misericordia, sus uñas se clavaban en mis caderas y mis nalgas y seguía entrando y saliendo de mí sin compasión. Yo solo me quejaba en silencio: “¡Mggggg!”

Roque regresó y me mostró una vara larga y sonriendo malévolamente me dijo:

    Vamos a ver si gritas o no putita

Él colocó la cámara en la mesa frente a mi cara y enseguida se oyó como la vara cortó el aire y me dio un fuerte golpe en las nalgas.

      ¡MMMMMMMMGGGGHHHHH!”, me quejé sin abrir los labios

      ¡Ah conque no gritas!, dijo al tiempo que me soltaba otro varazo.

      ¡GGGGGGGFFFFFFHHHH!, me quejé por los varazos y porque El Tanque cada vez me penetraba con mayor fuerza y me clavaba más las uñas.

      ¡Grita puta, grita, llora!, gritó Roque al momento en que me daba el tercer golpe con la vara en mis pobres nalgas.

      ¡AAAAAAAAYYYYYYY, YAAAAAAA, YA NOOOO POR FAVOOOOR, YAAAAAA, AAAAIIIIIGGGHHHH!, grité sin poder aguantar más y esperando que con eso terminara el castigo.

      ¡Eso es puta, grita, llora, niña mamona!, dijo Roque y volvió a golpearme.

      ¡YAAAA, YAAAA, AAAAIIII, POR FAVOOOOR!, supliqué y lloré.

      ¡Aaaaaaahahhhhhhhaaaahhhhhh!, gritaba El Tanque mientras se venía dentro de mí con su verga clavada hasta el fondo y sus largas uñas clavadas en mis nalgas.

      ¡Jajajajajaja!, ¿no que no gritabas puta?, me dijo Roque mientras soltaba otro varazo, esta vez en mis piernas.

      ¡AAAAAAYYYY! ¿PORQUÉEEEE, PORQUÉEEE? ¡YA NO ME PEGUES POR FAVOR!, supliqué de nuevo.

      ¿Quieres saber por qué puta?, ¿Quieres saber por qué?, me gritó Roque jalándome del cabello, levantándome un poco, haciéndome arquear la espalda.

      ¡Si! ¿Por qué me haces esto?, pregunté llorando. La vagina y las nalgas me ardían.

      ¡Por mamona, porque siempre me miraste con desprecio y porque te crees superior a todos!, me escupió Roque en la cara jalándome el cabello hacia atrás, haciendo que me levantara de la mesa.

      ¡No, yo no…!, alegué.

    ¡Claro que si puta y además lo hago porque quiero y porque tu solita te pusiste en mis manos y ahora no puedes hacer nada, quiero verte humillada y que me ruegues, quiero que seas mi diversión y mi esclava mientras pueda y te quiero coger por todos lados y quiero hacerte lo que se me dé la puta gana y someterte a todas las depravaciones que quiera mientras tu papito paga pendeja!”, dijo él al tiempo que me estrujaba una teta y me seguía jalando del cabello obligándome a caminar hacia atrás.

No pude articular palabra, estaba en manos de ese desgraciado y lo peor era que todo había sido por mi estúpida idea.

Roque me había arrinconado contra la pared. Me tenía del cabello y me estrujaba el pecho izquierdo y su cara estaba frente a la mía, de repente me besó en la boca; quise apartarme, pero no me fue posible, me tenía atrapada y me obligó a besarlo, metiendo su lengua en mi boca mientras su mano bajaba acariciándome el cuerpo hasta llegar a mi entrepierna y comenzó a meter tres dedos en mi panocha recién violada. Yo sentía asco pero no podía hacer nada.

El beso duró más de lo que yo esperaba y los dedos de Roque entraban y salían de mi vagina. De repente el asco y el miedo empezaron a convertirse en placer, sentí como mi panocha empezaba a humedecerse y mis labios respondieron al beso de Roque por más que intenté evitarlo.

La boca de Roque recorrió mi cuello e hizo que se me erizaran los vellos de la nuca, luego siguió bajando hasta llegar a mi seno derecho y comenzó a lamerlo mientras metía los cinco dedos de su mano en mi panocha y con la otra mano que ya había soltado mi cabello acariciaba mis nalgas y jugueteaba con un dedo como si fuera a meterlo en mi ano. Por más que quise evitarlo no pude evitar lanzar un suspiro de placer: “¡Ahhhhhh!”

El placer duró poco tiempo, pues en cuanto solté el suspiro Roque se apartó de mí dejándome recargada en la pared y tremendamente excitada. El desgraciado dijo:

      ¡Bien que te gusta!, ¿verdad puta? Solo quería comprobarlo

      ¡No!, dije yo tragando saliva y tratando de disimular mi frustración. Mis pechos subían y bajaban excitados al compás de mi respiración agitada.

      ¡Así es como se domina a las putas!, se regodeó Roque y luego dirigiéndose a El Tanque preguntó: ¿Grabaste todo güey?

    Si, contestó El Tanque haciendo a un lado la cámara de video.

Me di cuenta de que ellos habían planeado todo para que yo me excitara y grabarme con el desgraciado de Roque, que continuó:

      Este video no se lo vamos a mandar a tu papito, ¿a quién crees que se lo voy a mandar?

      ¡No te atreverás!, grité adivinando que se refería a Adrián.

      Así es putita, se lo vamos a mandar al pendejo de tu noviecito para que vea lo puta que eres.

      ¡No, por favor!

      A menos que…, continuó él.

      ¿A menos que qué?, pregunté aun recargada en la pared con las manos atadas en la espalda y ya sin excitación.

    A que te comprometas a no tratar de escapar y a hacer todo lo que te ordenemos sin necesidad de tenerte amarrada y sin protestar mientras estés con nosotros.

Apreté las quijadas, pasé de la preocupación al enojo al escuchar al infeliz aquél, pero supe que me tenía en sus manos, en cualquier momento le podría entregar a Adrián el video y todo mi plan del autosecuestro que ya iba por mal camino se iría por la borda, pues seguramente Adrián se enojaría y ya despechado contaría todo y yo sería la que quedaría muy mal parada ante mis papás y ante todos; así que aguantándome el coraje y tragándome mi orgullo afirmé con la cabeza y con voz muy baja al ver que estaba vencida respondí:

      Está bien.

      ¿Cómo? No escuché, habla más alto, dijo Roque.

      Que está bien, musité.

      ¡No te oigo, grita!, me dijo Roque alzando la voz.

      ¡Que está bien, que haré lo que ordenen, pero no le des el video a Adrián!

    Así me gusta, que entiendas, dijo Roque y se acercó a mí con unas tijeras en la mano.

Él me hizo voltearme hacia la pared e iba a cortar la cinta, pero se detuvo, me hizo el cabello a un lado y me dijo al oído:

      Pero hay algo más…

      ¿Qué más quieres?, le dije molesta volteando a verlo.

      Que esto no solo será durante tu “secuestro”.

      ¡¿Cómo?! dije volteando todo mi cuerpo y quedando frente a él.

      Si, que no serás solo nuestra puta durante el tiempo que estés aquí…

      ¿A qué te refieres?, ¿Entonces cuánto tiempo?

      Pues… hasta que a nosotros se nos antoje.

      ¡No!, ¿cómo crees?, ¿estás loco?, alegué.

      Pues mira puta, tienes dos opciones: O te conviertes en nuestra esclava mientras estés aquí y en nuestra puta gratuita para cogerte cuando queramos después de que te liberemos o editaremos todos los videos que hemos grabado donde estás cogiendo con nosotros y el que acabamos de grabar y los publicamos en Internet, empezando por tus redes sociales para que se vea como te gusta coger con cualquier güey y también damos a conocer que todo el plan del “secuestro” fue tuyo, además de que te tendremos amarrada todo el tiempo y de todos modos te cogeremos cuando se nos hinche la gana. ¿Cómo la ves? ¿Qué decides?

    ¡Eres un ojete!, le grité muy enojada a Roque mientras trataba de patearlo y él se movía hacia atrás esquivando mis patadas con facilidad.

Caí al suelo rendida y llorando; sabía que me tenía atrapada y que si no aceptaba sus condiciones, de todos modos me violarían cuando quisieran y me tendrían amarrada y sin poder moverme ni defenderme mientras durara la negociación con mi papá. Maldije el momento en que tuve la estúpida ocurrencia, pero pensé que sería mejor que me soltaran y tal vez así podría idear alguna manera de librarme de ellos o incluso acusarlos cuando me liberaran del secuestro. Tragándome de nuevo el coraje y el orgullo contesté en voz alta:

      Está bien, haré lo que quieran, pero ya suéltame y promete que tú también cumplirás y me dejarás ir cuando mi papá pague.

    De acuerdo, tienes mi palabra, si tu cumples yo cumplo dijo Roque y se acercó a mí.

El Tanque se había levantado y también se acercó, este último fue el que me tomó de las axilas y me hizo ponerme en pie, quedando de frente e él y de espaldas a Roque que procedió a cortar la cinta que me ataba las muñecas.

El Tanque me limpió las lágrimas con un pañuelo y sentí algo raro, me pareció que el tipo ese fuerte y alto se apiadaba un poco de mí, pero no estaba segura.

Por fin Roque me soltó y dándome una nalgada dijo:

      Muy bien puta, no olvides tu promesa

      Si, dije moviendo las muñecas que se me habían entumecido por la falta de movimiento.

      Bueno, pues como que ya hace hambrita ¿no?, dijo Roque.

      Yo no he desayunado, reclamé.

      Pues por pendeja, porque si te hubieras comportado desde el principio, te hubiéramos traído unos tacos, me dijo Roque.

      Yo también tengo hambre, ¿qué comemos?, preguntó El Tanque.

      ¿Qué sabes hacer?, me preguntó Roque.

      ¿Hacer de qué?, pregunté yo

      ¿Cómo que de qué?, ¡pues de tragar pendeja! O me vas a decir que no sabes cocinar.

      Pues…

      ¡Qué vas a saber cocinar, si te la pasas cogiendo con el pendejo de Adrián y el imbécil de Daniel y ni te has de meter a la pinche cocina! ¿verdad puta?

      ¡Ya te dije que yo no…!, quise protestar por lo que decía de mí con Daniel.

      ¡Eh, eh, eh putita, no me alegues o ya sabes!

      Pero…

      ¡Eh…!

      Bueno, no, no se cocinar, pero…

      ¡Ah por cierto!, me interrumpió Roque. Cuando te refieras a nosotros tienes que llamarnos “amo” y “señor”, dijo señalándose él primero y luego a El Tanque.

      ¿Cómo?, pero…

      ¡Ya dije perrita!: “Amo” y “señor” y nosotros podremos decirte como se nos hinche la gana, ¿entendido?

      Si

      ¿Si qué?

      Si… amo

    Muy bien, bueno, en vista de que eres una pinche inútil vamos a tener que pedir una pizza, dijo Roque y se dirigió a la lap top

Yo me encaminé hacia el baño, pero me detuve cuando mi “amo” me gritó:

      ¡Eh, alto puta! ¿a dónde vas?

      Al baño, contesté.

      No, no, no, espera, lo había olvidado. También tienes que pedirnos permiso para cualquier cosa: para retirarte, para acostarte, para comer, para miar, para cagar, para dormir o para lo que pinches chingados hagas, ¿entendido?

      Si… “amo”, dije tragándome otra vez el coraje de ser humillada.

      Muy bien ¿entonces?

      Amo, ¿me da permiso de ir al baño?

      ¡No!, jajajajajaja, se burló Roque ante mi enojo. ¡Ándale ve ya pero rápido!, me dijo dándome “permiso”

    Gracias, amo, dije resignada.

Me fui al baño sabiendo que ambos hombres se quedaban viendo mi hermoso cuerpo desnudo, regodeándose con la curva de mi espalda y la redondez de mis nalgas, caminé aprisa para salir pronto de su vista.

Entré en el asqueroso baño y me vi en un espejo roto y sucio que había ahí y mi aspecto me dio tristeza: me veía ojerosa, con el cabello horrible, despeinada totalmente y demacrada. No podía creer lo que dos días de cautiverio me habían hecho.

Luego volteé hacia abajo y vi que afortunadamente mi cuerpo no había sufrido fuertes daños; me dolían las nalgas, el culo, la vagina, los brazos, las tetas y las piernas, pero mi cuerpo conservaba su excelente forma, con las curvas bien definidas y sin daños aparentes.

Noche de sexo

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Hace un par de meses aproximadamente estaba en un bar de copas con algunos de mis amigos y mi propio hermano. Mi hermano Jorge y yo, quienes por motivos laborales teníamos que madrugar al día siguiente, decidimos que ya era hora de regresar a casa; de hecho, ya era bastante tarde y habíamos bebido alguna copa de más, por lo que permanecer más tiempo de fiesta era condenar nuestros empleos al fracaso.
Mientras abandonábamos el local, una chica nos abordó, supuse que nos iba a pedir que la invitáramos a una copa pero no fue así:
—Disculpad —dijo ella con extremada educación—, ¿os vais?
—Sí, ya nos vamos —respondió mi hermano—, ¿por qué lo preguntas?
—Es que acabo de romper con mi novio y no tengo medios de llegar a casa… ¿podríais llevarme vosotros?
Mi hermano me miró y yo me encogí de hombros haciéndole saber que hiciera lo que él quisiera, que por mi parte no había ningún problema en que la lleváramos a casa pero, a fin de cuentas, el coche era suyo.
—De acuerdo —respondió mi hermano a la joven—, te llevamos.
Los tres salimos del local y nos dirigimos hacia el aparcamiento. Una vez que encontramos el coche de mi hermano, nos subimos al mismo. Mi hermano conducía y yo me subí atrás con la chica.
—¿Dónde vives? —le preguntó mi hermano mientras metía las llaves en el contacto del vehículo.
—En el barrio de Los Condados —respondió ella mirando a mi hermano a través del espejo retrovisor.
Mi hermano asintió con la cabeza, puso en marcha el vehículo y comenzó a conducir hacia la dirección que nos había indicado la chica.
No conocíamos a la chica, por lo que mantener una conversación era bastante difícil. Algunas conversaciones triviales surgieron durante el trayecto, pero nada demasiado relevante.
Nos hallábamos atravesando un polígono industrial cuando ella se acercó a mí y colocó una de sus manos sobre mi paquete. Tragué saliva y mis ojos se posaron sobre los suyos. No dije nada ¿qué iba a decirle? pero ella sonrió cuando sintió que mi polla se iba erectando por su culpa.
—¿Quieres que siga adelante? —preguntó con voz juguetona y sensual.
Me limité a responder asintiendo con la cabeza. Mi hermano confundido miró hacia atrás y esbozó una sonrisa de picardía que fue incapaz de ocultar.
Ella bajó la cremallera de mi pantalón y sacó mi polla la cual estaba completamente dura. La agarró con su mano derecha y con su lengua comenzó a lamerme el glande. Yo incliné mi cabeza hacia atrás dejándome hacer todo cuanto ella quisiera. Una de mis manos se enredó en su cabello y, de este modo, comencé a ser yo quien dominaba la velocidad, intensidad y profundidad de la maravillosa felación que me estaba dando.
—Joder, yo también quiero participar —dijo mi hermano más pendiente de nosotros que de la carretera por la que circulábamos.
—Aparca y ven aquí atrás —respondió ella pícaramente y volvió a concentarse en felarme la polla mientras con su mano izquiera masajeaba mis testículos.
Mi hermano aparcó el vehículo y se montó en la parte trasera en la que estábamos. Ella estaba a cuatro patas mientras me comía la polla, por lo que mi hermano tenía a su disposición tanto su coño como su culo los cuales quedaban al descubierto gracias a la minúscula falda que llevaba y su ausencia de ropa interior. Él acercó su boca a su ano y comenzó a lamerlo, inmediatamente fui consciente de que le quería follar el culo y, aunque yo también quería follarle el culo, no dije nada.
Mi hermano, cuando sintió que su culo estaba lubricado, le metió su dedo índice. Ella gimió sobre mi polla al sentir el avance del dedo de mi hermano dentro de su culo. Él le hizo varios mete-sacas e inmediatamente le insertó un segundo dedo en el ano. Ella no se quejó, sino que gimió más fuerte mientras aún seguía felándome la polla.
Mi hermano no esperó más. Se incorporó y se puso detrás de ella. Se bajó la cremallera del pantalón y se sacó la polla. De una sola embestida, le ensartó la polla en el ano y ella emitió un gemido mezcla de dolor y placer.
En esa postura, mi hermano le follaba el culo violentamente mientras le azotaba las nalgas con su mano derecha enrojeciéndolas, y ella me comía la polla entre gemidos suyos, míos y de mi hermano. Yo seguía con mi mano enredada en su cabello por lo que guiaba la felación constantemente. Era maravillosa la sensación de sentir mi glande resbalar por su garganta. Me iba a correr, lo sentía pero no le dije nada… quería correrme dentro de su boca, así que, controlando la comida de polla que me estaba dando, comencé a mover su cabeza un poco más rápido y no tardé demasiado en inundarle la boca con chorros de semen. Temí que se quejara, que se enfadara, o que esta juerga acabara, pero no, ella se comió mi semen como si fuera el más exquisito manjar. Desde luego, no era la primera polla que se comía.
Cuando terminó de comerme la polla, mi hermano seguía follándole el culo, por lo que yo le bajé la camiseta palabra de honor que llevaba, y dejé sus tetas al aire. Me incliné hacia sus tetas y comencé a comérselas. Con mis labios atrapaba sus pezones, los succionaba intensamente y con mi lengua los golpeaba o los acariciaba, según me apeteciera. Mientras mi boca se centraba en un seno, mi mano ocupaba el otro seno pellizcándole el pezón con mis dedos.
Mientras le comía las tetas, mi hermano se corrió dentro de su culo, lo supe por el gemido de extremo placer que salió de su garganta. Para cuando mi hermano quiso terminar dentro de su culo, mi polla volvía a estar erecta y recuperada de la felación. Aún así, ella me la pajeó durante un rato endureciéndola más y, cuando estaba tan dura que parecía que iba a reventar, se sentó encima de mí, se metió la polla dentro de su coño y comenzó a cabalgarme mientras yo aprovechaba para seguir comiéndole las tetas que botaban salvajemente frente a mi cara. Mi hermano se acercó, aún extasiado por la follade de culo que le había dado y yo le dejé una de las tetas. Así estábamos todos… la joven chica cabalgando mi polla como si no hubiera un mañana, yo comiéndole una teta y mi hermano le comía la otra teta mientras se pajeaba para hacer que su polla volviera a la acción.
En el coche solo se escuchaban nuestros gemidos entremezclados con nuestras respiraciones agitadas. En unos minutos, su sexo convulsionó apretando mi polla y, entre gemidos y gritos de placer, ella se corrió con mi polla dentro de su coño. Sus uñas arañaron mis hombros y su cuerpo era asolado por violentos temblores incontrolabes. A pesar de haber alcanzado su orgasmo, ella siguió follándome para que yo tuviera un nuevo orgasmo y, efectivamente, no tardé demasiado en correrme dentro de su coño de un modo aún más brutal que cuando me corrí en su boca.
Con su coño chorreando semen, sacó mi polla de su coño y se acercó a la polla de mi hermano. Se inclinó y comenzó a comerle la polla. Ella dejó a mi disposición su culo y su coño, pero mi polla ya estaba agotada para enfrentar una nueva batalla, así es que hundí mi boca en su coño, manchado por mi semen, y comencé a comerle todo su maravilloso coño. Sus gemidos eran constantes, al igual que sus grititos cuando mis labios succionaban su clítoris y mi lengua le pegaba una paliza de golpes constantes y fuertes, para después acariciarlo en círculos y, cuando menos lo esperase, volver a golpeáraselo violentamente.
Se corrió tres veces seguidas mientras le comía el coño y mi hermano, quien más que dejarse hacer una felación se folló su boca, se corrió dentro de su boca mientras ella se tragaba su segunda ración de semen en unos minutos.
Los tres nos quedamos extasiados en el asiento trasero del vehículo. No teniamos fuerzas ni para movernos y tampoco deseábamos hacerlo.
—¿Me lleváis a casa? —preguntó ella cuando, al cabo de una hora, nos sentíamos repuestos.
—Creo que aún no —le respondí.
—Estoy de acuerdo con mi hermano. Yo aún no te he comido el coño.
Sonreí al escuchar sus palabras.
—¡Sois insaciables! —exclamó ella riendo mientras se volvía a colocar a cuatro patas para ofrecerle su coño a mi hermano y su boca a mi, boca que fue inmediatamente ocupada por mi polla.
Llegamos a nuestras respectivas casas por la mañana y nos fuimos al trabajo sin haber dormido una sola hora, pero nuestros poros rebosaban placer además, estábamos ansiosos porque habíamos quedado con la chica en su casa, por lo que estaba claro que volveríamos a pasar una gran noche en la que dormir era lo que menos importaba.

Autor: Abrahel Dantalion

Yolanda y yo

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Hola a todos mi nombre es Gerson,mido1.80 y tengo 23 años, la historia que les voy a contar es de hace 3 años, si es cierto que soy alto, poseo una verga es de 26 cm de largo y bien gruesa, por otro lado, así que me voy a compartir con ustedes la experiencia que me llevé con la prima de mi mamá, una señora que en el tiempo que se desarrolla la historia cuenta con 38 años de edad y yo mucho menor que ella pues tenía 20 años, resulta que la prima de mi mama se llama Yolanda y mi mama se llama Blanca, Yolanda me cuidaba cuando yo estaba muy pequeño de 4 a 5 añitos, Yolanda jugaba conmigo recostada en la cama y como todo niño era inocente en el juego, le agarraba los senos y ella reía a viva voz:

Yolanda: Noo.., ja,ja,ja,ja,…. Ahí no bb, ja,ja,ja,ja…..

Blanca: Que, pasa? A qué se debe tanta risa? sonriente

Yolanda: Es que estamos jugando, ja,ja,ja,ja……

Mientras Yolanda respondía a mi mama, yo seguía jugando inocentemente……….

Yolanda: Te quiero bb, eres un amor, mua, mua, (besos en mis mejías y labios), te quiero bb.

Al pasar el tiempo Yolanda se casó y tuvo una hijita, que por ello en su embarazo tuvieron que hacerle cesárea ya que la hijita de Yolanda estaba atravesada y no podía ser parto normal, así que paso el tiempo, mi mama y Yolanda siempre se comunicaban telefónicamente, pero por una u otra razón no podían visitarse, hasta que un día mi mama recibe una llamada telefónica de Yolanda:

Blanca: Alo?

Yolanda: hola blanca como estas? Soy Yolanda

Blanca: Que, tal prima como estas? Que gusto de escucharte

Yolanda: bien todo bien, como estas primita? Y los chicos cómo están?

Blanca: bien todos bien felizmente

Yolanda: que bueno mira, te llamaba para  invitarte a almorzar te parece este fin de semana?

Blanca: me parece muy bien

Yolanda: y como está mi bb, gersito? Ya debe estar todo un jovencito.

Blanca: bien, él está bien.

Yolanda: que bueno, llévalo, dile que quiero verlo, hace tiempo que no lo veo

Blanca: ah, sí le diré, descuida, estaremos este fin de semana

Yolanda: ok, nos vemos chao

Llego el fin de semana, cuando llegamos a la casa de Yolanda, al entrar sale a recibirnos, Yolanda estaba muy bonita, de estatura 1.68 cm, morena clara, ojos medios rasgados de color marrón, se le veía  bastante joven, tiene senos medianos bien redondos, sus caderas en forma de corazón, bien moldeadas, en ese instante, me vio y corrió dándome un fuerte abrazo y respondí el saludo también y me dice:

Yolanda: mi bb como has crecido, eres todo un jovencito y comenzó a besarme en las mejillas y luego me dio un beso en mis labios.

Quede ruborizado porque no pensé que me besaría en los labios, en ese instante sentí que se me erecto la verga, lo cual disimulé muy bien, a lo que el esposo de Yolanda, al ver que me beso, (cuyo nombre es Pepe)  le replico:

Pepe: bah!!, no faltaba más, le besas en los labios, si es un hombre.

Yolanda: oye!! Que te pasa?, yo lo cuidaba desde pequeño, sigues con tus celos?, hasta cuando vas a seguir así?.

En ese instante, Pepe me miro con cierto desprecio del cual solo atine a ignorarlo, así que pasamos a la sala y nos pusimos a conversar todos, hasta la hora de almorzar, de vez en cuando Yolanda, me guiñaba el ojo y me enviaba besos volados y su marido estaba muy celoso, al pasar la tarde casi de noche, nos retiramos mi madre y mis hermanos, y al momento de despedirnos Yolanda me dice:

Yolanda: chao mi bb, visítame, si?

Gerson: si lo hare.

Desde ese día no dejaba de pensar en Yolanda, desde aquel momento pasaron 2 semanas y no dejaba de pensar el hecho de besarme en los labios, y en su cuerpo, para ello, despertó en  mi ese deseo de que sea mi mujer, la deseaba, y fui a visitarla, cuando llego a su casa, le lleve un pequeño ramo de flores, me pare frente a la puerta y toque el timbre, en ese momento, Yolanda me abre la puerta:

Yolanda: hola bb, que milagro por aquí?, pasa, toma asiento.

Gerson: ah!!, pues, me dijiste que te visitara y aquí estoy, ten, estas flores son para ti

Yolanda: ah, gracias, que lindo gesto, mmmmm…., de visitarme? si claro, si recuerdo y cómo estás? Tu mama sabe que estas aquí?

Gerson: No, no lo sabe, porque? Debe de saber que estoy aquí?

Yolanda: creo que si, además, me ha  sorprendido tu visita.

Gerson: Ah!!,pues, pensé que te alegrarías, tú me dijiste que viniera a verte.

Yolanda: Mmmmm………., mira Gerson, si te dije, pero, dime una cosa, tienes novia?

Gerson: qué?, que tiene que ver eso?, no, no tengo novia, a que viene todo esto?

Yolanda: Gerson, te diré una cosa, ese día me emocione tanto, tanto, el verte, y si me alegro verte, pero me emocione tanto que no me di cuenta de que te bese en los labios……

Gerson: ah, y a que viene todo eso…..

Yolanda: sin duda tu habrás pensado de que tú me gustas verdad?

Gerson: ah, pero……

Yolanda: mira Gerson, me di cuenta de que sucedió algo en ti, en tu sexo, y tú sabes de que estoy hablando, verdad? Por eso has venido?

Gerson: Noooo…, no es por eso, yo,yo……

Yolanda: Mira Gerson, dejémoslo ahí, si por favor, no quiero malos entendidos, y será mejor que te retires, por favor, quizás en otro momento me visites con tu mama.

Gerson: Que te hace pensar todo eso? (aunque dentro de mi sabía que era cierto)

Yolanda: por favor, Gerson, retírate, chao, si? En ese momento Yolanda me abrió la puerta para que me retirara.

Gerson: pero, Yolanda, yo…………..

Yolanda: Dije que te retires (gritándome)

Gerson: ok, lo hare, adiós.

Yolanda: adiós.

Me fui tan avergonzado, no sabía qué hacer, estaba tan enojado a la vez, diciendo:

Gerson: (pensando) Yolanda se dio cuenta de mi media erección pensé que no lo había notado, pero fue sin ninguna intención morbosa, pero ni modo, quien le manda ser tan rica.

El tiempo paso desde aquel momento no grato para mí, ya habían transcurrido 6 meses que no veía a Yolanda, para ello, había salido a comprar al supermercado para eso, mi mama me había encargado, al llegar a casa, escuche algunos sollozos llantos, escuchaba a mi mama que conversaba con alguien y en ese momento tuve una grata sorpresa:

Blanca: anda Yolanda, ya paso hace meses que ese hombre te dejo

Yolanda: sollozando…, si, después de lo que me dijo, sus celos enfermizos, no sé porque cambio tanto y me entero que esta con otra mujer y más joven que yo, ya estoy vieja, buuaaaaa…….(lloraba)..

Blanca: no estás vieja, Yolanda, ya deja de llorar por él, no vale la pena.

Yolanda: Si, tienes razón, ya no más. Tráeme un vaso con agua por favor.

Blanca: Enseguida te lo traigo…..,

En esos instantes mi mama me ve que estaba en la cocina y me dice:

Blanca: Ah…, que bueno que llegaste Gerson

Gerson: Si, ya llegue del supermercado, pasa algo?

Blanca: acaba de llegar hace buen rato tu tía Yolanda, y bueno, ella está algo indispuesta, ve a saludarla.

Gerson: así?, y que es lo que tiene?

Blanca: anda a la sala a conversar con ella.

Gerson: ah, bueno…..

Mientras caminaba con dirección a la sala recordé el mal momento que me hizo pasar Yolanda y al llegar vi que Yolanda se secaba las lágrimas, me acerque y:

Gerson: hola Yolanda como estas?.

Yolanda: hola tesoro, que gusto me da verte.

Gerson: todo bien?

Yolanda: mmmm…. Porque lo preguntas?

Gerson: es que tienes los ojos rojos y la nariz también, supongo que has estado llorando, pero discúlpame no quise ser imprudente.

Yolanda: No, para nada, gracias por preguntar

En esos momentos mi mama llega a la sala con un vaso de agua para Yolanda

Gerson: bueno, me retiro, supongo que seguirán hablando mi mama y tu.

Yolanda: si, claro, Ah!, pero, pero, espera un momento Gerson.

Gerson: Si?

Yolanda: Quisiera hablar contigo.

Gerson: Pues, tú dirás tía, de que quieres hablar conmigo?.

Yolanda: Eh!!!!…, mmmm..,, claro que soy tu tía, pero llámame por mi nombre, si?, dime Yolanda, o es que soy demasiada vieja para ti.

Gerson: Ah!!, no, no lo eres, porque dices eso?

Yolanda: por nada, gracias.

Blanca: Toma Yolanda, aquí está el vaso de agua que me pediste

Yolanda: gracias blanquita

Gerson: ok, gusto de verte Yolanda, creo que desearan seguir conversando a solas.

Blanca: Si hijo, anda nomas a seguir haciendo tus quehaceres.

Yolanda: Oh, sí, espera Gerson.

En ese momento se acerco a mi Yolanda y me dio un beso en la mejilla, y me dice al oído:

Yolanda: por favor, anda a mi casa esta tarde si, por favor, quiero hablar contigo.

Gerson: Ah, sí, claro a las 3 pm, te parece bien?

Yolanda: si, está bien a esa hora y otra cosa, no le digas nada a tu mama, por favor, eso queda entre nosotros, si?

Gerson: ok, Yolanda, como tú gustes.

Blanca: pasa algo Yolanda?

Yolanda: No, nada, todo bien, solo me despedía de mi bb

Al llegar casi las 3 pm, me dirigí a la casa de Yolanda, toque el timbre y Yolanda me abrió la puerta y me dijo:

Yolanda: hola Gerson como estas?, pasa

Gerson: hola Yolanda, gracias.

Yolanda: espera que me quite estos zapatos, vengo de ver unos clientes, siéntame bb ponte cómodo.

Yolanda estaba muy bien vestida muy diferente a cuando fue a mi casa se comenzó a quitar la ropa: primero los zapatos, unos zapatos también color negros elegantes que hacían que sus pantorrillas hicieran esfuerzo que por lo tanto, marcaban más sus músculos, miré cómo se quitaba el saco y se veía su cintura que es pequeña en comparación con sus caderas, luego, se quitó su collar de perlas, comenzó a desabotonarse la blusa y la dejo entre abierta viéndose sus senos aunque fuera en brassier.

Me extrañaba su actitud, parecía que se había olvidado que yo estaba en casa, después se quitó la falda… por fin iba a ver ese maravilloso secreto: ¡¡¡sus hermosísimas y redondas caderas!!! Se la quitó muy femeninamente, doblando la cintura, pero sin flexionar las piernas… vi su tremendísimo trasero cómo se salía por los lados, y eso que no usa pantis pequeñas, sino del tamaño “aseñorado” de color blanco era su panti, con unos loanes muy ricos que se levantaban y dejaban a la vista sus muslos…¡¡¡Qué muslos!!! Su brassier también era blanco de esos que se desabrochan por enfrente… su piel… su piel… si la vieran, me comprenderían… sus pezones estaban pequeños y levantados, como chupones.

Luego, Yolanda me mira y me dice: bb si deseas tomar algún refresco está en la refrigeradora, sírvete nomas, o me esperas y nos tomamos una taza de café, que dices? mientras voy a la ducha, le dije: si mejor un café, a lo que Yolanda respondió: entonces espérame un ratito que ya salgo.

Vi cuando Yolanda se dirigía al baño con dirección a la ducha, se detuvo un instante, se dio un vistazo en el espejo, sumió el estómago, sacó las nalgas y el busto, después se metió a la ducha, me senté en el sofá, aproximadamente a los 20 minutos, Yolanda sale de la ducha y tenía puesto una toalla que cubría su cuerpo y me dice: Ya estoy de vuelta, me mira fijamente y sonríe tiernamente que me pone algo nervioso, Yolanda se dirige al sofá y se sienta al otro extremo de dónde estoy, nos pusimos a conversar, luego, Yolanda que es muy acomedida, me dijo: Ah!!, me olvide, discúlpame, y la mire sorprendido y le dije: que, que pasa?

Yolanda: el café, traeré dos tazas café para tomar los dos y seguiremos platicando, de verdad bb me gusta platicar contigo, eres  muy agradable y no imagine que tuvieras temas de conversación, los jóvenes de hoy en día no tienen temas  de conversación solo están con el celular o video juegos, y le respondí: muy buena idea, ese cafecito nos caerá bien, gracias por tus palabras, en verdad te digo que tus temas de conversación son interesantes, me gustan, realmente eres genial, al regresar Yolanda con las 2 tazas de café, me entrego una taza y se sentó en un sillón y cruzo las piernas y se veía unas lindas piernas, casi, casi se veía su lindo trasero, al cabo de un minuto, Yolanda se puso de pie y se sentó en el sofá pero un poco más cerca a casi 50cm de distancia, cuando vi la hora ya eran casi las 7.40 pm de la noche, para ello, ya estábamos degustando un delicioso café que Yolanda había preparado recientemente.

Yolanda me mira con una mirada suave y relajada y con una sonrisa suave y tierna y me dice:

Yolanda: cuéntame, como vas en tus estudios?, que es lo que estudias?, tienes novia?

Gerson: en mis estudios voy bien, estoy estudiando administración y Marketing, mmmm…, respecto a si tengo novia, no.

Yolanda: No tienes novia y porque? Si eres un chico agradable, guapo, apuesto….., no veo porque no tiene novia.

Gerson: no he tenido suerte, las chicas solo buscan diversión, pero, los sentimientos es algo serio y no se puede estar jugando con ellos, cuando les digo eso se burlan de mi.

Yolanda: Así?, mmmm…., no les hagas caso, son inmaduras, ya llegara aquella chica que te valore. Bueno cambiando de tema, respecto a tus estudios, bien bb, muy bien, creo que nos vamos a entender al menos yo veo publicidad y tu carrera con la mía son afines, que lindo gersito, como te comentaba, recién había llegado de una reunión que tuve con unos clientes, actualmente como te había comentado me dedico a la publicidad, y me ha ido bien, estoy contenta por ello, sabes? UUyyyy…., ya medio hambre, bb vamos a la cocina quiero comer algo, acompáñame, si corazón?

Gerson: ok, gracias, te acompaño.

Después del aperitivo, Yolanda me invita nuevamente a la sala, nos sentamos en el sofá  y me dice:

Yolanda: Gerson, la razón por la que te invite a que vinieras era porque…..

Gerson: si?

Yolanda: bueno, han pasado muchas cosas, entre ellas, mi mal comportamiento de aquella vez, que sin duda, te hice sentir mal, lo recuerdas?

Gerson: Ah, bueno, sí, pero creo que yo también estuve en falta.

Yolanda: de todas maneras no debí tratarte así, debí entenderte, pero te pido que me perdones si, perdóname gersito, lo lamento mucho.

Gerson: ok, Yolanda, descuida, te perdono, además ya paso.

Yolanda: gracias Gerson, realmente, estaba muy mal ese día y para remate tuve problemas con mi esposo, mejor dicho ex esposo, pero ya paso hace 6 meses que me separé de él, así que se me complicaron las cosas, demanda por aquí, demanda por allá, todo eso me mantuvo alejada de ustedes, por eso, llame a tu casa para ver a tu mami, aunque ella estaba al tanto de todo esto, así es bb, como sabrás mi ex esposo me abandonó por una mujer más joven que yo y… (Llora)

En ese momento, me acerqué a Yolanda para consolarla y la abrace, diciéndole:

Gerson: ya, Yolanda, no llores, no vale la pena ese hombre, que te deje por otra mujer, está loco de remate, una mujer como tú no merece un tipo así, tú te mereces mucho mas.

Yolanda: sssnniiiiiffff…., en serio?

Gerson: si Yolanda, por supuesto que sí, qué más  quisiera yo tener una chica como tú, tan linda e inteligente, educada, tienes presencia, si yo creo que  te mereces alguien mejor.

Yolanda: gracias Gerson, sssnniiiiiffff, ssssnnniiiiiffff…., en serio crees eso? De que merezco alguien mejor?

Gerson: si Yolanda, rotunda y categóricamente por supuesto que sí, ya lo dije,   te mereces alguien mejor.

Yolanda: gracias Gerson.

Mientras se calmaba Yolanda cuando la consolaba, tras el movimiento de recostar su cabeza en mi pecho vi que se descolgó un poco su toalla y logre ver la salida de uno de sus senos, en ese instante no pude evitar mi erección, en ese momento Yolanda se enderezo y se acomodo rápidamente la toalla, mientras yo fingía que se me había caído algo pudiendo ocultar mi erección, cuando me incorporo, Yolanda me mira fijamente y me da un beso en la mejilla, me da una sonrisa y una mirada tierna, la notaba algo aliviada.

Yolanda: gracias Gerson, por tus palabras, me has animado no sabes cuánto, ya me siento mejor y más aliviada.

Gerson: por nada Yolanda.

Yolanda: Gerson,

Gerson: si Yolanda.

Yolanda: Gerson, dime una cosa?

Gerson: si Yolanda.

Yolanda: Gerson, pero me dirás la verdad?

Gerson: mmmmm…………, si Yolanda.

Yolanda: crees que soy vieja?

Gerson: queeee!!!!, de ninguna manera, no eres vieja, porque dices eso?

Yolanda: En serio?, es que como Pepe me dejo por una mujer más joven que yo

Gerson: bah!!, sigues con eso?, ya te dije, no vale la pena ese hombre, que te deje por otra mujer, está loco de remate.

Yolanda: Es que una cosa es ser mujer y que te tomen por vieja, en el hombre es diferente.

Gerson: Yolanda, no es cierto, tú eres una mujer bonita y eres una chica joven.

Yolanda: de veras?

Gerson: si Yolanda.

Yolanda: entonces, dime una cosa?

Gerson: si?.

Yolanda: a ver dime, .como me ves? Quiero saber tu opinión?

Gerson: mi opinión?

Yolanda: si tu opinión, dímelo por favor, con toda libertad, quiero saberlo de ti de un hombre joven.

Gerson: ok, está bien, te lo diré, eres bonita, atractiva, y…

Yolanda: y?.

Gerson: estas bien buena…solo porque eres prima de mi mama, estaría correteándote.

Yolanda: ja,ja,ja,ja,…., que risa me das, si?, en serio?, gracias Gerson, me alagas, de veras, me has hecho sentir bien.

Gerson: solo dije la verdad…..

Reímos los dos, Yolanda me miro tiernamente, se puso de pie y  se acercó a mí, abrazándome fuerte, luego tomo mi mano e hizo que me sentara  más cerca de ella, y conversamos de varios temas, sobre su trabajo, sobre mis estudios y así fue transcurriendo el tiempo, estábamos pasándola de lo más bien, cuando vino un fuerte temblor para ello ya era las 9 pm, el temblor sí que remeció la casa de Yolanda, al igual que a las demás casas, corrió hacia mí y me abrazo fuerte,  mientras la abrazaba la tranquilizaba su cuerpo temblaba y ella se mordía los labios de nervios.

Yolanda: Gerson, que miedo me ha dado, tengo miedo gersito

Gerson: tranquila, ya paso, todo está normal…..

Yolanda: Gerson, tienes que irte verdad?

Gerson: sí, creo que sí, creo que es un poquito tarde…..

Yolanda me miro algo triste y algo preocupada, y me dijo: quisiera pedirte un favor

Gerson: dime, en que puedo ayudarte?

Yolanda: espérame un tantito, ya regreso.

Yolanda se dirigió a su dormitorio, demoro unos 8 minutos aproximadamente, luego regresa a la sala y me dice:

Yolanda: ya le avise a tu mamá para que me acompañes, así que puedes quedarte aquí, a tu mamá le pareció bien que me acompañaras si por si acaso hubiese una réplica, tu mama sabe que le tengo terror a los temblores, me pongo muy nerviosa, y no quiero estar sola, así me harás compañía, no tienes ningún inconveniente verdad Gerson?

Gerson: ah!!, mmmm…., no para nada, me quedare.

Yolanda: gracias bb, espérame un ratito, iré a preparar las camas para que estén listas para cuando vayamos a descansar, a los 10 minutos, Yolanda me dice que  mi cama ya estaba lista, lo que le agradecí, entre a mi habitación, saque unas mantas porque hacia frio, y acomode las mantas sobre mi cama, luego me dirigí a la habitación de Yolanda a ver como arreglaba su cama, como yo ya había acomodado la mía, y mientras ella arreglaba su cama yo la miraba la espalda y ella sin darse cuenta apoyo con su rodilla la toalla y sin darse cuenta jaló la toalla quedando un espectáculo muy hermoso.

A lo que tuve que salir de su habitación para que no pensara otra cosa, en eso Yolanda, dijo: Ups, gersito no mires por favor

Gerson: estoy afuera de tu habitación….

Yolanda: Gracias, gersito, eres todo un caballero, luego, al pasar unos minutos, me dijo: ya puedes entrar.

Tenía un babe Dolly, de color blanco podía verla completamente, tuve que hacer grandes esfuerzos para que viera mi erección, mire sus pantorrillas, que eran bien contorneados, y cuando se agachaba a arreglar su cama, pude ver sus piernas muy llenitas, al voltearse y agacharse para acomodar las mantas vi  sus redondeadas nalgas que se movían y se marcaba claramente su calzón tipo hilo dental.

Entonces le dije: – Me dejas ayudarte Yolanda, y ella aceptó, pidiéndome que le acercara unas mantas del cuarto donde dormía yo, así que fui a mi cuarto, saque las mantas y se las acerqué, entre los dos, tendimos las mantas sobre la cama.

Al terminar de tender su cama, se escucha un ligero ruido y Yolanda me mira fijamente como diciéndome que es ese ruido, de pronto la tierra tembló, era un fuerte temblor de 6.7°; el ruido era aterrador y el movimiento era muy fuerte, Yolanda se asustó que solo atinó a gritar de desesperación, me acerque a ella diciéndole que se calme, ella me abrazo  fuerte y no me soltaba, tenía todo su cuerpo muy apegado hacia el mío, estaba muy nerviosa,  le hable: Tranquila Yolanda, ya pasó, descuida, no pasó nada, todo está bien, el cuerpo de Yolanda  aun temblaba, y me decía: no me dejes, Gerson, por favor, no me dejes y le decía: No te voy a dejar, estas junto a mí, descuida, nada te pasará.

Al pasar el movimiento telúrico, Yolanda aún estaba nerviosa, poco a poco se fue calmando, me miro con una sonrisa de que no estaba sola, se apartó de mi para seguir viendo si algo faltaba en la cama, y, en ese momento nuevamente tembló la tierra esta vez de manera más suave, donde Yolanda corrió hacia mí y  me abrazo nuevamente, apegando su cuerpo al mío, ella temblaba, esta vez por el pequeño temblor, en ese momento, se apagaron las luces de las calles y de la casa también, felizmente había luna llena y los rayos de luz que brindaba la luna pasaban por las ventanas de la casa, nos alumbraba, y le dije a Yolanda: ya pasó, ya paso todo.

Yolanda: ¿ya pasó Gerson?

Gerson: si ya paso, descuida, todo está tranquilo.

Yolanda: No, Gerson, tengo miedo, no te vayas.

Gerson: No me iré, no te dejare sola, tranquila.

La tierra dejo de temblar, Yolanda me pidió que la acompañase a la cocina para tomar un vaso de agua, así que fuimos hasta la cocina, tomo su  vaso de agua, se tranquilizó y le dije: todo bien?, Yolanda me respondió: si Gerson, todo bien, Yolanda me mira a los ojos y me dice: No te vayas, gersito, no me dejes sola, no me dejes mi amor, quédate por favor.

Gerson: tranquila Yolanda si me quedare.

Pasaron unos minutos de la réplica y Yolanda me muestra el dormitorio donde dormiré aquella noche, una vez todo listo, nos dirigimos a nuestros dormitorios, cada uno entro a su habitación y al cabo de unos 20 minutos, vino otra replica de temblor esta vez un poco más fuerte que la última y menos que la primera, Yolanda, sale casi gritando, al escuchar sus gritos salgo apresuradamente a  auxiliarla y me encuentro con ella en el espacio que separa ambas habitaciones, la tranquilizo……

Yolanda: Mmmm.., no corazón, no eso no, tengo miedo Gerson, no me dejes…., y si hay una réplica más, otro temblor de esa magnitud, no podré soportarlo, quédate junto a mí, te lo suplico, tengo miedo que venga otro fuerte temblor.

Gerson: Yolanda, descuida, ya no habrá otro temblor.

Yolanda: No, Gerson, por favor quédate conmigo, si?.

Gerson: Eh?, Yolanda, contigo? Y donde me voy a acostar?, mira, ya pasó, ok, así que tranquila Yolandita, si?, yo me voy para mi habitación, así que puedes dormir tranquila.

Yolanda: No Gersito, no te vayas, no me dejes sola en esta habitación, quédate, por favor. Mira será mejor me cuides, si por favor?

Gerson: y donde voy a dormir, en el piso?

Yolanda: donde te vas a acostar?; Mmmmm…., déjame ver, mira mejor acuéstate en la cama junto a mí, si, mejor así, duerme conmigo, si duerme conmigo, que al cabo yo no me muevo mucho al dormir y tú si cabes aquí, mi cama es grande, es cama king-size,  si entramos los dos, anda súbete por favor, no quiero estar sola….., tengo mucho miedo

Gerson: Queeee…, contigo?, sabes lo que etas diciendo Yolanda?

Yolanda: Sí, lo sé, además, tu eres un caballero, no pasará nada entre nosotros verdad?

Gerson: Como se te ocurre decirme eso, acaso pensaste eso, ves?, mejor me voy a mi habitación y tú te quedas aquí.

Yolanda: Nooooo…., gersito, perdóname, perdóname, si?, no sé en qué pensaba, estoy muy nerviosa, perdóname, si?, quédate por favor, si? Duerme conmigo, por favor

Gerson: ¡Está bien!, disculpas aceptadas, me quedaré contigo,
Yolanda: Gracias, gersito lindo, mi bb, sabía que podía confiar en ti, gracias de corazón te lo digo.

Me preocupaba realmente Yolanda, se había asustado demasiado, nunca había visto a una persona tener tanto miedo a los temblores y como este fue un fuerte  temblor, la verdad es que, temía que volviera otro sismo y la tome de sorpresa; además no quería perderme de ver semejante espectáculo, ahora al verla de frente, veía su babe Dolly casi abierta bajo las tetas, su barriguita y sus piernas, con el movimiento que hacía, veía yo claramente cómo se movían sus tetitas medianas y redonditas y la marca más oscura que se veía entre la tela de su hilo dental de color blanco, marcaba seguramente sus aureolas, esta imaginación hizo que mi erección se manifestara de inmediato, y como pude poniéndome las manos sobre mi verga, traté de ocultarla, esto seguro no pasó inadvertido a Yolanda, porque volteó a mirar donde me tapaba y se rió.

Yolanda: Ya sé que voy a hacer, alistare la cama para que estés cerca de mí en caso se repita este temblor y así podré dormir tranquila.

Gerson: Esta bien Yolanda, yo me acuesto al lado izquierdo, si te parece bien.

Yolanda sonrió y aceptó, ella dormiría al lado derecho.

Yolanda: Gerson, que lindo eres bb, entonces vámonos a dormir que ya son casi las 11.30 pm de la noche.

Rápidamente Yolanda acomodaba las almohadas, yo la miraba entre la semi oscuridad haciendo esto, en cada movimiento de agacharse casi al piso, su babe doy se abría y me dejaba ver casi un pecho completo, en una de esas, casi se le sale uno, ella como si fuera normal, solo se reacomodo y siguió trajinando, entonces me miró y dijo: – Hay que problema con estas cosas que tengo, mejor me pongo un sostén, sino te voy a dar aquí un espectáculo.

Y diciendo esto se acercó a la cómoda y cuando giró hacia mí, ya se veía que tenía el sostén puesto, aunque el tamaño de sus senos se veía menos grande. En este momento mi verga estaba ya erecta y durísima, me metí en la cama y me cubrí, esperando que ella tomara su lugar en la cama.

Yolanda pasó caminando por mi lado y antes de subirse a la cama, puede admirar por fin lo que tan largamente había soñado, mientras acomodaba para subirse a su cama, vi las dos enormes piernas llegando a ver su hilo dental blanco, y pude ver o imaginé una mata negra de pelo no muy abundante que abultaba en la zona de su concha. Yo estaba que no me lo creía, contenía con mis manos mi verga entre que la sobaba casi sintiendo que me venía, solo de ver eso.

Ella terminó por subirse a la cama y cubrirse con las mantas, yo la verdad pensé que hasta ahí había llegado todo, y me dispuse a no hacer ruido, ya que estoy seguro que no podría dormir, por la excitación.

Yolanda: Gerson, bb lindo, hazme un favor, ábrete un poquito esa ventana y la puerta un poco para que circule el aire, sé qué hace frió pero bueno cubiertos no tendremos frío.

Me pare como pude, semi cubriéndome la verga, abrí la ventana un poco y abrí un poco la puerta del cuarto, y de inmediato inundo la estancia un dientecillo fresco que de inmediato ingresó a la habitación, pero eso sí, me hizo tiritar de frio.

De inmediato me metí en la cama, tiritando de frio e intentando cubrirme, creo que Yolanda me vio temblar de frío.

Yolanda: Gerson, corazón, tienes mucho frío?, ,eres friolento?

Gerson: Si, Yolanda, está haciendo frío, si soy friolento, pero aguanto no te preocupes.

Yolanda: Mmmm.., no corazón, eso no, estate más junto a mí, que al cabo yo no me muevo mucho al dormir.

Yo sin esperar más y sin decir nada, y esperando que no fuera un sueño, me acerqué un poco y riéndose Yolanda, me dijo: – Anda mi bb, ubícate junto a mí, yo no muerdo, anda acércate más, así nos abrigaremos por este frio.

Así que ya con la intención y justificado por mi supuesto estado de sueño, me acerqué más a ella, cubriéndonos con las mantas.

Yolanda moviéndose en la cama y girando al verme me dijo: – Bueno bb, ya estas abrigadito, así los dos nos tapamos con las dos mantas porque hace mucho frío.

Así que ni tardo ni perezoso, me acosté bajo las mantas, el calor que se sentía bajo esas mantas era abrasador, delicioso y el olor a mujer, era fantástico.
La cama de Yolanda, era cama king-size cabíamos los dos, así que estaba pegada a mí, yo estaba acostado boca arriba y sentía en mi pierna las nalgas de Yolanda, ella estaba de costado dándome la espalda, yo apenas atinaba a moverme, pero sentir el calor de ese culo pegado a mi pierna, que me hizo comenzar a mover la pierna para acercarlo más, poco a poco lo acerqué hasta que sus nalgas estaban completamente junto a mi pierna, mi verga estaba a lo que más daba, me dolía los testículos y sentía que en cualquier momento me iba a venir, la excitación era mayúscula, conforme pasaba el tiempo, esperando a que ella se durmiera, y cuando sentí que ella respiraba ya pausadamente ( signo de que dormía), giré como casualmente, poniéndome de frente a su espalda, así que en el movimiento quedé a pocos centímetros de ella, sin animarme a juntarme y pensando dentro de mí, que conforme pasara el rato me iba a ir apegando a su espalda, cuando en eso pensaba escucho la voz de Yolanda diciéndome : – Gerson, te tapaste cariño, bien porque hace mucho frío, y las mantas son algo medianas, acomódate bien sino estarás con la espalda descubierta.

Y diciendo eso se adelantó dejándome más espacio, haciéndose ella hasta la orilla, a lo que le dije: – No Yolanda, no te preocupes yo estoy bien, mejor vente más para acá que puedes caerte.

Yolanda: Bueno, pero me voy a apegarme a ti con mis nalgas, no te molesta?

Gerson: Para nada Yolandita, para nada, sigue nomás, y acomódate bien.

Y diciendo eso yo me adelante un poco y ella se acomodó hacia atrás, fue el momento más rico de mi vida, cuando sentí todo ese trasero acomodándose justo pegado a mí, sus nalgas me pegaban en mis piernas , así completas, pegadas a mí, sentía la tela del babe doy en mis piernas y la forma redonda de ese hermoso par de nalgas, pero excitante, tanto que yo no retiré mi mano de mi verga, debía contenerla pegada a mi pierna para que no sintiera Yolanda lo que me estaba pasando, así que mientras yo sostenía mi verga con la mano ella se apegaba a mí con sus nalgas y de un movimiento se acomodó mejor.

La posición me incomodo así que dejando que pasara lo que fuera, solté mi verga y retire mi mano de ahí, para sentir ahora si completamente sus nalgas, pero claramente ella también sentiría ahora mi verga dura pegada a sus nalgas, sin pensarlo mucho, solté mi verga, y me acomode bien de costado y me apegué a las nalgas de Yolanda.

Ella sintiendo mi verga dura pegada a sus nalgas, no dijo nada siguió como si nada pasara, así que tomando más confianza, atiné a acomodar mi verga justo en medio de sus nalgas, estoy seguro que ella sintió el bulto, pero no dijo nada, solo seguimos ahí acostados juntos, sus pies estaban junto a mis pies y me anime a acercar mi pie a los suyos a frotar mi pierna con la suya, ella no retiro su pierna, al contrario sentí que la dejaba y la ponía hacia atrás, yo sentía que estaba en la gloria, a pesar del frío que se sentía, yo estaba sudando, pero había llegado al punto en que ya me animaba a cualquier cosa, así que sin más, bajé mis brazos de mis costados y busqué entre las mantas la manera de abrazarla, la rodeé con mi brazo libre , tomándola de su cintura, Yolanda no dijo nada, solo se movió un poco y moviendo su culo se acomodó más pegada a mí y tomando más confianza, extendí mi mano sobre su barriga y la junte a mí lo más que pude, ella no se negó a que lo hiciera, de hecho con su mano tocó mi mano y dándose cuenta que era yo quien la tenía abrazada, me dejó seguir con mi mano ahí, en ese momento sentí que todo podía suceder, así que mi otro brazo que en ese momento estaba apretujado bajo mi costado entre yo y el colchón, me levanté un poco y lo saqué y sin decir nada, lo pasé bajo la cabeza de Yolanda, en un franco ademán de abrazarla, ella levantó la cabeza, dejó que mi brazo pasara por debajo de su cuello y se enderezó pegando su espalda a mi pecho y dejando que mi brazo la apretara, mi mano fue a parar directamente sobre su pecho, y solo la deje ahí sin moverla, ahora tenía a Yolanda abrazada y pegada a mí, con una de mis manos en su barriga y otra en sus senos.

Ella entonces hizo sus pies para atrás hasta tocar mis piernas, y en un movimiento levantó la pierna y la subió un poco a la mía hacia atrás, ese movimiento que hizo Yolanda me dio la señal que esperaba.

Doblé mi rodilla y entonces la metí entre sus piernas levantando mi pierna y subiéndola a la pierna que Yolanda tenia abajo, ella solo levantó su pierna y dejó que mi pierna entrara entre las suyas y acomodaba la suya sobre la mía, yo no me creía que esto estaba pasando, ella cooperaba pero no decía nada, mi pené estaba durísimo y ahora lo tenía ya pegado francamente entre las nalgas de Yolanda, moviendo la mano que tenía en su barriga, busqué la orilla de su babe doy, y la encontré, entonces haciendo acopio de valor, tomé el babe doy e intenté quitarla de en medio de nuestros cuerpos.

Ella abrió sus ojos y viendo lo que yo quería dijo: – Gerson, te estorba mi babe doy?, deja que me la quite. Y así sin más, se levantó de la cama, y se quitó el babe doy, fue la imagen más excitante que allá visto, esa mujer ahora casi encuerada frente a mí, su sostén conteniendo sus senos  y ese hilo dental que se le veía sus nalgas, dejó el babe doy en el suelo y se acomodó de nuevo donde estaba.

Yolanda: Así está mejor gersito lindo?

Gerson: Si Yolanda, así está mejor

Ahora ya sin recato y al tenerla abrazada, mi mano apretó su seno, apretándola y masajeándola, y con mi otra mano, acariciaba su barriga y sus piernas jalándola contra mí, mi verga ya completamente dura y abultando estaba acomodada entre sus nalgas, ella no se movía solo se dejaba hacer.

La mano que tenía en su chiche, intente meterla bajo la tela del sostén, y casi lo logro pero estaba muy apretado, y creo que la lastimé, porque pego un grito diciendo.

Yolanda:- Aay mi amor, ten cuidado, pellizcaste mi pezón, mi vida, quieres que me la quite?

Gerson (estaba pensando), No acertaba a creer lo que escuchaba, así que solo dije:- Si, mi amor, quítatelo.

Yolanda: Ayúdame mi amor, suéltalo de la espalda, además me aprieta el sostén, apenas las sujetan, es mejor que estén sueltas.

Como pude quite los broches que sujetaban el sostén y cuando al fin terminé, ella misma lo quitó y lo lanzó afuera de las mantas.

Yolanda: Mmmm……;.así está mejor mi amor?

Gerson:- Si, amor, así está mejor

Mi mano ahora sí, se llenó de esa ubre, blanda, tremendamente excitante, dirigí mi mano a su aureola y encontrándola, la tomé del pezón y comencé a moverlo como veía en las películas porno que solía ver.

Ya animado, con mi otra mano la metí por el elástico de su hilo dental y meciéndola toque su barriguita y bajé deslizando mis dedos hasta donde comenzaba una matita de pelos, que se enredaban en mis dedos, alcancé a sentir el comienzo de su vagina y así, sin pensarlo mucho, bajé mis dedos y encontrando la unión de los labios vaginales, llenos de pelos puse mi mano completamente abierta en esa vagina y comencé a sobársela.

Yolanda recostó su cabeza contra la mía completamente recargada en mi pecho, dejándose hacer. Cuando Yolanda me dijo: – Mmmm……; Gersito, estas muy travieso, porque no te duermes, o que es lo que quieres hacerme?

Yo no hablaba pero seguía manoseándola, hasta que acercándome al oído de ella me anime a decirle: -Yolanda, me gustas mucho, desde que estoy aquí yo siempre te he deseado y quiero quitarte tu calzoncito, me dejas hacerlo?

Yolanda: Queeee…..,para que Gerson?, ya me quitaste el sostén y tienes la mano metida en mi vagina, para que quieres quitarme mi calzón?
Gerson:- Yolanda, quiero sentir tus nalgas, anda déjame quitarte tu calzoncito amor, anda, di que sí, por favor.

Yolanda: No corazón, mi calzón se queda dónde está, ya te dejé llegar muy lejos, además , yo soy una mujer decente y hasta mas no llegaré, suficiente hasta donde llegaste.

Para este momento mi mano ya había hecho crecer su pezón y se había puesto duro, y mi mano en su concha, estaba ya separando sus labios y acariciaba lentamente con dos de mis dedos, donde pensé que estaba su clítoris.

Gerson: Anda Yolandita, déjame quitarte tu calzoncito, estas riquísima.

Yolanda: Mmm………; pero para qué?, luego vas a querer cogerme amor, y eso no se puede, mejor déjame, si?, si he permitido todo esto, es porque me dijiste que soy agradable, y cosas bonitas, tambien por el terror a los temblores, y con lo de hoy he cumplido en retribuirte.

Yo seguía ya bajando mis dedos por su concha, hasta donde me alcanzaba la mano, pero como la tenía metida entre su calzón, este evitaba que bajara más, pero aun así, mis dedos ya habían encontrado el camino a su útero, el cual se encontraba mojado ya que yo podía sentir los hilitos de líquido cremoso en mis dedos. No me animaba a insistir en bajarle el calzón.
Entonces Yolanda dijo: -Gerson, dime una cosa, si me dejo que me quites el calzón me prometes que no me harás el amor?

Gerson: Si, Yolanda, te lo prometo, no te haré el amor, te lo prometo, (aunque para mis adentros estaba decidido en hacerla feliz)

Yolanda: A qué bueno mi amor, entonces bájame el calzón, anda, porque si no me los vas a romper.

Saqué mi mano de entre sus piernas y tomando el elástico le bajé el calzón, Yolanda me ayudó levantando su cuerpo y sacándoselo ella misma.

Ya sin calzón, se reacomodo junto a mí, yo tenía mi mano en su nalga y la manoseaba suavemente, y ella se acomodó como estaba, levantando su pierna y echándola hacia atrás sobre la mía y empujando con su culo a mi verga.

Yolanda: Gerson, te gustan mis nalgas?

Gerson: Si, Yolanda, me gustan tus nalgas y tus senos.

Yolanda: De verdad te gustan mi amor?, bueno te las voy a prestar para que me las manosees a tu antojo solo por hoy.

Gerson: Si, Yolanda, me gustan y las deseo.

Yolanda: bueno te las voy a prestar para que me las manosees a tu antojo solo por hoy.

Gerson: Si Yolanda, son mías ahora.

Yolanda: Bueno bb, ya duérmase ahora sí, ya me tiene toda encuerada, ahora si ya es hora de dormir.

Y diciendo eso se apegaba a mí y se echaba más atrás ,su pierna sobre la mía (así de espalda como la tenía) , sus nalgas ahora desnudas las tenía junto a mí.

Mi mano seguía ahora acariciando ampliamente su vagina, mis dedos resbalaban por entre sus labios vaginales mojándose en la entrada de su útero, los hacia a un lado y a veces los apretaba, eran carnosos, ricos. Tenía la mano llena de líquido cremoso, toda empapada ya, y su pezón en mi otra mano había crecido y cada vez que se lo apretaba se apegaba más y ella gemía despacio

Yo tenía mi verga gorda y dura empujando entre sus nalgas.

Gerson: Yolanda, tengo mucho calor.

Yolanda: – Mmmm………………; es que estamos encuerados, mira como me tienes.

Me apegué más en ella, pero antes de pegarme, le levanté la nalga y acomodé mi verga entre sus cachetes. Cuando ella sintió mi verga, pegó un gritó y bajando su mano entre sus piernas buscando mi verga, la tocó y como que la media,

Yolanda:. Guuuaauuuu………….. BB, que grandota es tu verga, por dios de donde lo sacaste? Es enorme.

Yolanda,  estaba impresionada tanto así que se volteó y se metió entre las mantas y lo acarició, luego saca su cabeza, me mira, me abraza y me dice: -Sabes? Mi ex marido me tenía muy abandonada desde hace 3 años, tú me dijiste que soy joven y bonita, y no he dejado de pensar en aquel dia en que vi tu erección y te  eche de mi casa, es más, por lo que estoy viendo ahora, se te puso muy duro verdad?, a poco es normal?,

Gerson: Si, Yolanda, es normal, así lo he tenido siempre…

Yolanda, me miraba atentamente lo que le decía, y pude ver que le brotaban lágrimas en los ojos, yo se los secaba con mi mano diciéndole:-no llores Yolanda, por favor, mira, lo dejaré y no te tocaré.

Yolanda me miró nuevamente y me dijo:- No mi amor, no es eso, al contrario, siempre necesité de un hombre que esté a mi lado y tú siempre lo has estado, yo en verdad necesito de ti, que me atiendas y me ames, y te diré algo si lo haces, te haré feliz y acomodándose mi pené entre sus nalgas se empujó hacia atrás diciéndome: – Pues con tamaña verga me dejo ser tuya, cógeme gersito, hazme feliz, hazme tuya, hazme sentir viva, Mmmmmm…………..de seguro me dolerá muchísimo, pero no importa, rómpeme, rásgame, te necesito, pero….., como hace años que no me meten nada, pues mejor ni pruebo, si, mejor no, dejémoslo ahí.

Gerson: Yolanda a poco si te ibas a dejar que te cogiera?

Yolanda: Hay Gerson no sé, ya me estaba animando, pero con tremenda verga que tienes, mejor no. Ni me va a caber, además prometiste no cogerme recuerdas?

Gerson: Si Yolanda, prometí no cogerte y no te estoy cogiendo.

En ese momento ella se gira nuevamente, quedando boca arriba y yo quedando de costado junto a ella, nos miramos y sonriendo ella me dice: – Gerson, esto está muy mal, yo soy mayor que tú, tengo 18 años más que tú, y……, hay amor, mejor ya duérmete si?, ni sé lo que digo.
Me quedé callado.. y quieto un momento casi sin tocarla, pero de nuevo dirigí mi mano a su entre pierna y en cuanto llegó mi mano a su enorme pelambrera, ella abrió sus piernas completamente, y me dejó tocarla de nuevo, su concha escurría jugo estaba completamente húmeda, así que me metí por debajo de la manta y comencé a chuparle la concha . Ella gemía despacio y movía su cuerpo.

Sin pérdida de tiempo enterré mi rostro en su entrepierna, lamí su clítoris, su vulva. Degustando de su sabor agridulce. Ella gemía y gritaba de placer sujetándome de mis cabellos y me restregaba hacia su rica concha.

Yolanda: Mmmmmmm…….., que bien lo haces bb,  sí, más, mmmmmmm……… Sigue, así, aggggg, vamos mi amor, cógeme, sí , cógeme……… , Si mi amor, eso sí lo dejo, deséame lo que quieras.

Yolanda, comenzó a gemir más fuerte y meneaba su cola en movimientos circulares sintiendo mi boca succionar su concha, levantó su cola y apretando suavemente mi cabeza con sus piernas ,gritó : – Mmmmm…………….. mi amor, bb, que ricooooo………….., me corroooo ,me corrooooo……aaahhhhhhh……………..
Alcanzando finalmente el tan ansiado orgasmo, sentí en mi boca, sus jugos , eran deliciosos, era una lluvia intensa de líquido que en chorros primero continuos luego intermitentes salían de esa vagina , me bebí deleitándome con su sabroso sabor, y sin darme cuenta Yolanda terminó bañando sus muslos, mi cara y la cama; estaba desfallecida en la cama, y respirando agitadamente, me dijo: – Mi amor, que corrida me di, ufff……;, nunca me había corrido así en mi vida y sin cogerme mi amor.

Yo solo atine a decirle: – si yo no te cogí.

Yolanda  mirándome me dijo: – No, verdad mi amor? No me cogiste

Gerson: No Yolanda, pero deseo hacerlo.

Yolanda me miro con una mirada tierna y agradecida por el momento que vivio, me dijo: Bueno mi amor, ahora déjame hacértelo terminar para que nos durmamos, ya que mañana será otro día.
Tomó mi verga en su mano y comenzó a acariciarla desde abajo hacia arriba apretando con su mano suave y al llegar a la puntita, me dice: – A ver mi amor, déjame sacarte los moquitos con la mano, si no se los saco no se va a quedar en paz. En ese instante Yolanda agarra mi verga con su suave mano y me besa.

Entonces inclinándose se metió por debajo de la manta y fue directo hacia mi verga y la metió en su boca, el sentir la calidez de su boca sobre mi verga hizo que gimiera de placer, mamaba de una forma deliciosa, chupaba la base y pasaba su lengua por mis bolas, las metía en su boca y las chupaba suavemente.

Yolanda: Papacito lindo qué verga más rica tienes ,de verdad soy muy feliz, mi amor, esto si es una verga . Y seguía mamándola con más ganas, hasta que me vine descargando todo mi semen en su boca y ella me apretó las manos como diciéndome que se lo tomaría todo.
Luego , ella sale de debajo de la manta me miraba sonriéndome de felicidad, se limpió su boca ,luego se echó boca arriba y su mirada estaba al techo, yo me incliné sobre ella y levantándole un seno me la metí a la boca mamándole el pezón, lo atrapé entre mi paladar y mi lengua y lo mamaba.

En un momento sentí que ella tomó mi mano y me la empujo hacia abajo… Me puso boca arriba y ahora ella de costado, me puso sus senos en mi pecho y abrazándome tomó mi verga, y comenzamos a besarnos y a entrelazar nuestras lenguas.
Nos besábamos como verdaderos enamorados, nos acariciábamos , el sentir su piel suave me excitaba más, luego ella me miró fijamente, en su mirada me mostraba toda su ternura y todo el amor que me tenía, me acarició mi rostro y procedió a voltearse dejando expuesto su rico culo, eran unas nalgas redondas, era una visión muy caliente, tomé mi mano y la pasé por su vagina que dejaba salir restos de sus jugos tome estos en mi mano y los puse en la entrada de su culo, ella gimió al sentir mis dedos acariciando su ano, la puse en 4 (posición perrito),  me dijo: amor, nunca lo he hecho por detrás, duele amor?

Gerson: no lo sé amor, pero si tengo ganas de desvirgarte me gusta tu colita.

Poco a poco fui acercando mi verga al recto de ella y ella comprimía no dejando entrar mi verga entonces presionando aún más mi verga contra su esfínter logré que poco a poco fuera cediendo, hasta que mi verga entró en su trasero, era una sensación excitante su trasero era apretadito y con las contracciones que tenía apretaba aún más mi verga, empecé a mover mi verga dentro de su trasero despacio para ir luego aumentando el ritmo, ella gemía y movía sus caderas tratando de adaptar el ritmo de mis embestidas.

Y de un tirón le encajé toda mi verga en su culo a lo que ella exclamó: aaaaaggggg…………, y empezó a gemir: ¡ASI MI VIDA, MI HOMBRE, SIGUE MI GERSON, DALE DURO A TU MUJER,  ME ARDE, ME ARDE EL CULO, SIGUE MI VIDA, SIGUE GERSITO LINDO, AMORCITO, MI BB, POR FAVORR, NO LO SAQUES, ME GUSTAAAAA….!, mientras Yolanda gemía, gruesas lágrimas caían de sus lindos ojos y empecé un mete y saca rico, que ella me decía, así párteme mi trasero házmelo pedazos mi niño dale duro a tu mujer, yo soy tu mujer de ahora en adelante y te hare feliz, dale, dale, dale, oooooohhhhh qué rico lo haces dame más amor, métemelo así,

Ella empezó de nuevo a gemir fuertemente – Me vengo nuevamente mi amor, ahhh…., hazme feliz mi vida, este culito es tuyo nadie lo ha tocado sino tú, hazme tuya mi amor, hazme tuyaaaa………., me vengo, Gerson, me vengo, mientras yo de nuevo expulsaba toda mi leche dentro de su culo.

Mi verga seguía en su ano, mientras estaba en el mete y saca, Yolanda con una mano  sujetaba mi cabeza besándome,  entrelazando nuestras lenguas, y con la suavidad de su otra mano acariciaba mis testículos, mientras tanto, yo con una mano la sujetaba a ella y con mi otra mano lo tenía dentro de su vagina moviéndola, así yo me venía en abundancia dentro de su culo y ella mojaba mi mano de su orgasmo.

Mientras ella se volvía a venir yo lo hacía en su lindo culo que hasta ese momento había sido desvirgada por mí. lo dejé ahí, seguí cabalgando

Saqué mi verga de su culo y me acomodé a su lado ella me miró con una sonrisa suave

Se acercó a mí y me besó los labios, nos abrazamos, estábamos sudando la sabana estaba húmeda por nuestros chorros de amor y transpiración, en ese instante mire a Yolanda y le dije para ir a la ducha y me asienta con su cabeza de que está de acuerdo, ella me toma de la mano y nos dirigimos a la ducha.

Antes de ingresar a la ducha nos miramos fijamente, pensaba que era un sueño la experiencia vivida

y entramos a la ducha y nos comenzamos a enjabonarnos, juntando nuestros cuerpos

Al voltearnos  nos abrazamos y besamos

En ese momento Yolanda al quitarme el jabón de mi cuerpo comenzó a besar todo mi cuerpo hasta llegar a mi verga y comenzó a chupármela haciéndome gemir

Me excito tanto que la cargue y le arremetí toda la verga en su concha y ella exclamo: Aaaahhhh………, Gerson, mi amor que rico lo haces

Luego, nos sentamos y comenzó a moverse con un vaivén sensacional haciéndome gemir de satisfacción, y Yolanda me dice: así está bien amor, te hago feliz? Y le respondí: si amor, así está bien, sigue amor, sigue

Luego, la incline y yo tome el control con el mete y saca y Yolanda exclamaba: aaaaahhhhhhhhhh…., amor, sigue sigue, me vengo ya ,me vengo y le dije: yo también amor, ya me  vengooo…..

Al terminar ambos, nos dimos otro duchazo y nos secamos con la toalla y regresamos a la habitación, al acercarnos a la cama, yolanda sacaba la sabana que habíamos mojado con nuestros jugos y me dijo – Sabes mi amor desde ahora en adelante quiero ser tuya, solamente tuya, quiero que me cojas quiero ser tu mujer, y quiero que seas mi marido, dime que si, a lo que le respondí con un si afirmando mi cabeza.

Luego comencé a besarla por el cuello y ella comenzó a agarrar mi verga nuevamente y se lo puso por encima de su vagina, sin dejar de bombearme la verga con su mano, y esta se erectó nuevamente.

Yolanda, me voltea y me echa boca arriba y ella se pone de costado y comenzando a masturbarme despacio y en la excitación de tenerla así junto a mí le dije: Yolanda, ponme tu pepa mojada sobre mi pierna por favor.

Ella subió su pierna a mi pierna y abriendo con sus dedos su pepa me la acomodé pegada a mi cuerpo

Te gusta mi pepa amor? Te gusta de verdad?

Si Yolanda, me encanta tu pepa y todo tu cuerpo.

Yolanda: que verga tan grande tienes mi amor, y tan cabezona, quiere que entre de nuevo amor?
Gerson: Si, Yolanda, si quiero metértela.

Yolanda: Mmm mi amor,, quiero que me cojas eh, solo quiero ser tuya, hazme tu mujer, quiero que seas mi marido y disfrutar de una verga de ese tamaño.

Gerson:  Si Yolanda, está bien

Yolanda: A ver mi amor súbete encima, anda ábreme y hazme tuya.

Me levanté me puse entre sus piernas y ella abriéndolas al máximo.. ofreciéndome su vagina .

Sea abrió la vagina como un templo usando sus manos y ofreciéndose así me dijo: Anda mi amor métemela.

Puse mi verga en la entrada de su vagina, la sensación era riquísima la humedad era intensa, mi verga se movió de la excitación. Le di un empujón y la punta de mi verga entro todo en esa cueva.

Yolanda: Aaaaaagggggggggggggg………., Mi amor, ay, Espérate…ya empuja más, choca amor, choca, que verga mi amor, esto si es verga, mmmm……hay que rico….;. , sigue , no me la quites, sigue mi vida, sigue……..;mas mi amor más…si mi vida, mas clávamela toda amor, anda clávamela toda, toda tu verga, mi amor, métemela todititaaaa…………….., amor quiero tener un hijo tuyo, házmelo amor, házmelo, quiero que seas el padre de mi hijo, de nuestro hijo, fruto de nuestro amor……., sigue amor, sigue…..

Me dejé caer sobe ella clavándole toda mi verga, su concha que sentía sus labios vaginales envolviendo casi mis testículos, sus piernas levantadas a mis costados, que luego acordándome de las películas pornos , Levanté sus piernas sobre mis hombros a lo que ella le agradó más,

luego bajé sus piernas y nos sentamos en la cama sin sacarle la verga de su concha , ella rodeo mi cintura con sus piernas acercándome más a ella con el movimiento y nos movíamos abrazándonos y besándonos apasionadamente,

en ese momento estaba excitadísimo y la llevé al borde la cama y la levanté con la verga adentro sacudiéndola hasta por demás y Yolanda, gemía de placer, y gemía más y más fuerte, y no dejaba de besarme.

Caí sobre la cama y sobre sus senos que caían a sus costados, ella se incorpora y comienza a cabalgar, y me dice: Así, así así, te gusta, aaaahhhhh… que rico amor, entró todo, entró todo, ya vacíate mi amor , embarazarme, Yolanda seguía cabalgándome, y yo tomando sus senos apretándolos,

Luego, volteé a Yolanda y me recargué sobre ellas y comencé a moverme metiendo y sacando mi verga de esa cueva que por la falta de uso parecía estrecha.

Yolanda: Mi amor, me estas cogiendo mi amor, sigue, amor mío, sigue, no pares, sigue…hay , me estas cogiendo rico.. si mi bb lindo, eres todo un hombre, embarazarme amor,  termina dentro de mí,  así cógeme todo lo que quieras mi amor, soy tuya, solamente tuyaaa…….. te gusta cogerme amor, dime que sí, te gusta cogerte a Yolanda?..Dime que era lo que querías.. dímelo mi amor, que querías cogerme…anda así bebito así cojéme, méteme todo lo que quieras mi hijito lindoo, precioso…….

Yo me movía frenéticamente, con un dolor placentero que me subía desde los testículos, sintiendo que estaba al fin por terminar. Ella se movía frenéticamente casi gritaba sin pensar que me la estaba cogiendo en su mismo cuarto donde dormía.

Yolanda: Uuuaauu, que rico, así, así, ya me faltaba una verga dura así, dale, dale más mas mi amor, sigue no pares cógeme mi amor.  El mete y saca era cada vez más rápido, mis huevos chocaban en su rica y mojada conchita.

Aferrándose a la cama comenzó a moverse hacia adelante y mi verga abandonaba su concha para volver a introducirse por completo, el mete y saca fue con mayor velocidad ..

De pronto sentí otra vez ese chubasco de un orgasmo de Yolanda, el mejor orgasmo que he visto en una mujer, intenso largo, ella me abrazaba apretándome entre sus piernas y gimiendo.

En ese momento sentí que mi verga explotaba, mi semen comenzó a fluir dentro de su vagina fue el éxtasis casi me sentía morir, ella al sentir tal cantidad de chorro me abrazó y me besó abriendo mi boca y entrelazamos nuestras lenguas, luego tomando mi cabeza me mira y me dice: – Si mi amor, así lléname con toda tu leche, hazme hijos amor, hazme hijos, así lléname más de tu leche, te hare papá mi rey, anda si, que rico……. así tendremos a todos nuestros hijos amor, que ricooo…vacíate amor dame toda tu leche, es  para mí solitaaa….. Mmmm.. que ricoo….. Dámelos todos, mi amor.

Hicimos el amor hasta el día siguiente quedamos empapados en sudor y los líquidos sobre ella, los dos casi muertos sudando a mares. Al fin descansamos, me bajé de ella y me acomode a un lado ahora si cansado después de mi primera cogida en serio.

Ella me miró, me abrazó y me dijo:- amor, mi vida, no me la saques déjalo adentro mi amor, y se la volvía meter, y ella me dijo:-me has hecho feliz, me has hecho sentir viva, sabes? , yo quería que me cogieras, pero no estaba segura, ahora soy feliz, mi amor; te gustó lo que hicimos?

Gerson: Si, si me gusto y mucho y a ti?

Yolanda: Si me gustó y mucho, por favor, no me descuides, hare todo lo que me pidas, pero no me descuides, quiero ser tu mujer si gersito, ahora, dime la verdad tesoro, ¿desde cuándo no tenías sexo?

Gerson – desde hace tres años y tú?.

Yolanda: Igual desde hace 3 años, nada, abandonada completamente, ¿Y no sentías deseos?

Gerson: Si, cuando fuimos a visitarte y me besaste los labios, y ver los contornos de tus nalgas, lo último fue lo de anoche con tu babe doy, que ya no podía resistir más, cada vez que  te veía, me corría una electricidad por el cuerpo.

Yolanda me miró y pude observar en su mirada que le salían las lágrimas y nos besamos entrelazando nuestras lenguas.

Luego Yolanda me dice mirándome a los ojos: sssnniiffff……, a partir de hoy tu eres mi marido y yo tu mujer, y siempre haremos el amor, me sonrió y  nos besamos nuevamente y nos quedamos dormidos, luego me desperté y vi a Yolanda, que estaba despertándose , me acerco a ella y le doy un beso en sus labios y le digo:- buenos días mi amor…., Yolanda, me miró sonriente y respondiendo a mi diciéndome:-buenos días mi amor, que tierno eres amor, eres tan dulce, te amo , luego me mira y me limpia con su calzón mi verga.

Gerson: Gracias amor.

Yolanda, me miraba y me besaba continuamente, estaba feliz, luego ella se puso una bata y al levantarnos de la cama, Yolanda, me dice:- Amor, prométeme que siempre me cogerás si? Me lo prometes?

La miré por unos segundos y la tomé de la cabeza acercándome a ella la besé por unos instantes siendo correspondido y le dije:-no olvides que soy tu marido y tu mi mujer, eso me lo dijiste recuerdas?, ella asintió con la cabeza y le dije: si amor, siempre te cogeré.

Ella, sonriendo llena de felicidad me dijo.:- Si, mi amor soy tu mujer y tú eres mi marido, ahora mi amor, estaremos juntos, y nos acostaremos todas las noches.

Gerson: si amor, todas las noches

Yolanda: mi amor, no sabes lo feliz q me haces, y te prometo que te haré feliz mi amor..

Y así fue, todas las noches me la cogía a Yolanda hasta el día siguiente.

Al cabo de un mes, Yolanda mirándome a los ojos, me dice: Amor, tengo algo importante que decirte.

Gerson: que es mi vida?

Yolanda: amor, estoy embarazada, vamos a tener nuestro primer bebé.

La abrace y le dije: Estoy feliz Yolanda, vamos a tener nuestro primer hijo. Fue tanto la alegría de nosotros que estábamos rebosando de felicidad, la espera de un bebe producto de nuestro amor.

Ya había transcurrido cinco meses y medio, cuando llegue a casa, Yolanda estaba en el dormitorio, me dirigí al dormitorio y vi a Yolanda en brasier y en hilo dental  y me dice: Hola mi amor, crees que estoy gorda con esta panza?

Gerson: No mi vida, estas riquísima….

.

Yolanda: amor de veras?, eres un amor, mi vida….

Comencé a acariciar  su barriga y me quite la ropa inmediatamente, puse mi verga entre sus nalgas y Yolanda decía. Mmmmmmm……………, que rico amor, luego la voltee y le baje el calzón y comencé a lamer su vagina.

Yolanda: si mi amor, sigue….., amor, deja que me quite el calzón y el sostén

Gerson: si mi vida

Yolanda: ya amor

Gerson: asuuu… tus senos han crecido

Yolanda: si mi amor, se preparan para él bebe están más sensibles, amor quiero que te pongas a chupar mis tetas como si fueras un bebe, ven ayúdame a practicar la lactancia.

Comencé a chuparle sus tetas y Yolanda decía: eso es mi bb, justo asi, con cuidado cariño no tan fuerte, aaagggggg…….., mmmmm…., ahora amor, cáchame como sabes hacerlo, soy tuya, aaaggggggggg……, follame amor, que rico lo haces, métela bien adentro amor, aaaagggg……, eres fantástico amor, como todos los días, te amo mi vida, sigue, sigue  aaaagggggggg…………., en cuanto dé a luz nuestro bebe, quiero que me preñes de nuevo.

Gerson: si lo hare amorrr….

Yolanda: aaagggg……, me corro, me corrooo…., me encanta la forma en que me la metes, que ricooooo……….

Gerson: ya me vengo amorrr….

Yolanda: aaagggg……, yo también me vengo, me corrooo…., que ricooooo………., pronto te daré un hijo y quiero que sea igual a ti amor.

Gerson: amor estoy algo preocupado

Yolanda: porque amor?

Gerson: como sé que seré un buen padre?

Yolanda: No te preocupes amor, céntrate en mantenerme satisfecha y todo ira sobre ruedas.

 

 

Mi amiga en la fiesta

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Cuando recién entre a la universidad no pensé que me gustaría alguien, sin embargo a una semana cumplida me comencé a fijar en una chica, en ese momento y lo digo por qué paso por muchos looks, tenía un cabello color café oscuro, no tanto pegándole a negro) sino suave, casi hasta la cintura, de aproximadamente 1.53, pechos no tan grandes pero si en su lugar, tez blanca con tonos durazno, quizá no blanca pero si similar al color de una elfa, su rostro era igual de hermoso, hojos cafés y una mirada tierna, tímida, de esas que matan y sabes que en la cama también y cambia al grado que es perversa, una cintura no tan pequeña, abdomen sensual, marcado, incluso tenía una pansa un poco salida que la hacía ver sexy, no gorda sino más bien tenía de donde agarrar cuando estuvieras con ella haciendo el amor y la verdad muy caderona, siempre llevaba los clásicos jeans ajustados y de color negro, los cuales marcaban mucho esas caderas que en ese tiempo confundía con sus nalgas, que a decir verdad, era lo que los hombres siempre miraban pues era la mejor parte de su cuerpo, sus piernas eran sensuales, pero de la rodilla hacia un cuarto de pierna estaban muy delgadas y lo que seguía hacia las caderas aumentaba de volumen de manera considerable yo diría unas piernotas, me la imaginaba siempre con una falda y pensaba como se vería con la falda escolar cuando entregarán los uniformes… La verdad es que de la mitad de la pierna para arriba hacia la cadera era una silueta de infarto, una cintura de sueño también. Poco tiempo después decidí hablarle y la conocí mejor, su nombre es Liliana, pasando dos semestres me hice amigo lo cual no buscaba a tal punto que sabía que no me haría caso para llegar a ser o tener otra cosa, sin embargo me excitaba el hecho de que muchos compañeros la veían de una manera que la comían con la mirada y trataban de llevarla a la cama o robarle un beso, sin embargo era una chica muy difícil y siempre respetaba a su novio, todos y cada uno de ellos la quieran tener en la cama aunque fuera por una noche. Yo también pero sabía que no la podía tener pero el hecho de imaginármela desnuda o teniendo relaciones con alguien más o algún agasajo me excitaba demasiado, más aún el saber de qué manera lo hacía y sus movimientos junto con sus gemidos.

Todo eso lo iba a descubrir una noche, nos invitaron a una fiesta, en ese tiempo yo sabía que ella ya tenía novio y que decidió ir ya que por esas fechas tenia problemas con su relación así que accedio ir a la fiesta conmigo, supuse que por despecho o algo similar para dar celos a su novio el cual ella pensaba era infiel o algo parecido, después descubrí que su plan era pagarle con la misma moneda y tener una noche loca y apasionada con alguien. Era una fiesta de disfraces pues era por fechas de halloween por noviembre, fue en una casa bastante amplia de dos pisos, la parte de abajo era con sillones y varios más entradas para cocina y demás unos refrís para guardar las botellas o cervezas, en el segundo piso bastantes cuartos al rededor de 7, ya saben después de unos tragos te llevas a las niñas a pasar un buen rato; ya habíamos comentado acerca de que llevaríamos puesto y yo decidí ir con ropa casual solamente y ella iría vestida como el anime de Code Geas o similar a Amy Autumm, una cantante, había visto el atuendo en internet y era un vestido blanco que llegaba a media pierna, casi tres cuartos de la rodilla hacia arriba y con una seria de ondas en la parte de abajo similar a un tutu de bailarina con encajes grises, con botas, sin embargo cuando la vi nunca pensé que sería una completa fantasía, y no sólo para mí sino para los hombres que la vieron llegar aquel día a la fiesta. Efectivamente uso aquel disfraz, se pinto la cara completamente de blanco y uso labial rosa claro, se amarró el cabello y se hizo una especie de dos chongos en la parte de arriba, omitió las botas por unos botines escolares hasta el tobillo, se puso unas medias negras claras, casi mitad transparentes, no lo vi pero estoy seguro que uso esa noche un liguero con un cachetero o bóxer para mujer, después me enteré que esto lo usan las mueres con finalidad que cuando estuviera con alguien pudieran quitarle su ropa interior o el bóxer y sin quitar toda la ropa como las medias y liguero, y así facilitar la penetracion y haría el momento más sensual y sobre todo más rapido, y encima de las medias negras unas medias de red blancas con los tejidos gruesos, estas medias solo le cubrían tres cuartas partes de la pierna, y lo demás de las medias negras, lo cual dejaba bastante a la imaginación y lucia excitante, hasta donde empezaba a cubrir recién el vestido blanco que era sin manchas y sin cuello, pasaba por debajo de los brazos el cual lucia espectacular, encima de él se puso un corset negro gótico y una chamarra de piel negra, enseguida volvió locos a todos, se notaba con la mirada, ella desde que la conocía jamás hubiera pensado verla así ya que criticaba mucho esa manera de vestir de otras chicas, siempre decía que era una joven formal y decente, supongo que aquel día por el problema con su novio sabía a lo que iba.

Pasados unos minutos algunos compañeros decían que mujeres Iban a caer primero y cuáles después en la fiesta en un cuarto teniendo sexo, incluso apostaron, algunas ya eran conocidas por tener esa fama de ser fáciles y a otras se les veía por su forma de actuar, sin embargo decían que Lilian no se veía tan fácil, incluso sus amigas Decían que iba a ser de las pocas que no iba a tener una noche salvaje aquel día, pero la sorpresa fue que ella fue quien cayó primero; y durante toda la noche, estuvo bebiendo whisky y yo solo veía ya que en ese momento no tomaba alcohol. Un amigo de un compañero de nuestro salón se acercó , se presentó como Julián y me dijo riendo que quien era mi amiga a lo cual respondí que se llamaba Liliana, él me dijo que ella iba ser suya esa noche, que desde que llegó la había visto y no podía dejar de mirarle las piernas que eran para el de las mejores de la fiesta y de su vida, después nos platicó que también tenía novia y que estaba por ahí y no le importaba y que incluso le iba a decir a Lilian esto, sin embargo le dije que mi amiga no era nada fácil, después de un debate me dijo que en 2 horas máximo la tendría en un cuarto en la parte de arriba en el segundo piso gimiendo de placer, nos preguntó si teníamos algún condon ya que sino también incluso hasta embarazada la dejaría pues esa noche sería suya, no le creí y pasaron unos minutos y comenzamos a jugar botella, en una ronda tocaron los dos extremos y fue turno de Julián y Liliana, escogieron reto y Julián le dijo que fuera un beso, Liliana respondió que sí se atrevía, desafiándolo de alguna manera e imponiendo su educación como chica educada, él se acercó y le robo un beso a lo cual ella parecía que lo disfrutaba por algunos segundos sin embargo cuando termino de besarla enseguida le dio una bofetada, Y se fue molesta, pasaron otros minutos en total iba aproximadamente media hora y terminando de jugar Liliana estaba sola cerca de la cocina y Julián me dijo, ya veras, hoy tu amiga es mía, se acercó después a ella y comenzaron a platicar, después me enteré que se hizo el bueno y se disculpó por el beso y platicó que tenía problemas con su novia igual que Liliana con su novio, le invito un par de cervezas y creo que fue cuando mi amiga se cruzó con los tragos, después de unos 15 minutos ya comenzaban las caricias y besos entre ellos, sabían que iban a terminar en la cama esa noche y Liliana se acercó con sus amigas a decirles que no le gustaba solo era un momento de besos y nada más, sin embargo lo dijo de manera coqueta y risueña, por su parte Julián volvió a tratar de conseguir condones, paso un rato más y me acerqué y abrí la puerta de un baño cerca de la cocina y Julián y Liliana ya estaban agasajados, estaban comiéndose a besos, había una especie de desnivel cerca del lavabo y Julián la tenía montada en el con las piernas abiertas y tratando de llegar a sus nalgas, la escena de veia excitante, ese desnivel dejaba ver la pierna de Liliana la cual aferraba la mano de Julián intentando llegar a su cachetero, Julián mostraba una cara de satisfacción al tomar lo que él había mencionado antes como piernotas y masajearlas, cuando vieron que abrí la puerta Liliana subió su mano hasta su nalgas donde ya estaba la mano de julian a punto de quitarle su bóxer, tomó la mano de Julián por encima y la bajo haciéndose la decente y solo lo beso, Julián cerró la puerta y estuvieron unos cuantos minutos dentro, se escuchaban pequeños gemidos pero no de sexo sino de calentura, algún azote contra la puerta y besos y después vimos mi amigo de la escuela y yo como abrían la puerta, Julián tomó la cabeza de Liliana con ambas manos la beso peofundamente la tomo de la mano y sin decir nada solo la miro a los ojos y la llevo a las escaleras, subió ella tomada de la mano atrás de él, fue entonces cuando supe que no iban a leer el rosario, después de unos 20 minutos otro compañero bajo y me dijo burlándose que Liliana había sido la primera aquella noche en caer rendida en un cuarto y que no había sido conmigo, yo le dije que seguramente solo estaban agasajados otra ves y me dijo sube a ver y veras que no. Subimos y había varios cuartos, estaban en el tercero, cerca del baño; había una pequeña ventanilla arriba y pusimos un banquito para ver, Liliana estaba ya sin la chamarra de piel que estaba tirada en el piso, ella estaba sentada en la orilla de una vieja cama y el estaba tomándole ambas piernas intentando abrirlas y besándola, le fue quitando la media de red de la pierna izquierda, hasta llegar a su botín, Liliana se paro y se quitó ambos botines, le quitó la playera a Julián y este término de quitarle la media blanca de red, la reojo al suelo, enseguida tomo de la cintura a Liliana y la empujó hacia la pared, comenzó a besarla, trataba de subirle el vestido nuevamente buscando sus nalgas para quitarle el bóxer y penetrarla, le tomó una pierna y la subió a su cintura, parecía que ya la estaba bombeando, Liliana lo abrazo de la nunca y comenzó a gemir de placer, lanzó un pequeño grito porque Julián la levanto de las piernas y la llevo contra las puerta, Liliana rodeó la cadera de Julián con sus piernas, abrazándolo para no caerse, lo miro a los ojos y lo beso profundamente, su mirada era tierna y perversa a la vez mientras el desamarro el cabello de Liliana y fue directo a la cama dejándola caer, se podía ver de lado, la acostó de tal manera que nosotros veíamos la pierna derecha aún con la media de red, se veía sumamente excitante la escena, se puso sobre ella y le abrió ambas piernas, estuvieron un tiempo agasajandose así, Liliana lo miro con ternura perversa nuevamente y asintió con la cabeza, sabía que le había dado a entender a Julián su consentimiento para penetrarla y ella se moría de ganas, Julian enseguida se desabrochó el pantalón y le comenzó a acariciar la pierna, subió hasta su cadera por debajo del vestido y le metió ambas manos a Liliana, comenzó como a buscar algo y por un momento pensamos que ya estaba cogiendo pero, solo vimos como saco un trapo del vestido de liliana, seguramente era su bóxer, lo aventó al suelo y sin pena ni gloria empezó la acción, salió un pequeño gemido de Liliana y lo abrazo, Julián embistió poco a poco y mi amigo me dijo burlandose, en una hora ya fue la primera de la fiesta y la más puta. Liliana sabía que Julián tenía novoa, ella también y no le importo, Julián bajo la mano de las nalgas de donde había sacado el bóxer hasta la pierna y la sujetó con fuerza. Estuvieron un par de minutos así y Julián levanto el torso y se puso de rodillas, tomó de la cintura a Liliana y la acercó a el, levantándole las piernas para que chocarán sus muslos con los de ella lo cual pareció dejar en transe a Liliana que gritó un fuerte sonido de “ahhh” levanto sus piernas hasta quedar los tobillos arriba de la espalda de julian, pero aún no lo abrazaba con las piernas, Julián se volvió a dejar caer sobre ella y Liliana lo abrazo con las manos al rededor de la parte de arriba de la espalda, se oía el sonido de sus muslos chocar y la cama vieja crujir, y se veían las piernas y tobillos de Liliana moverse de arriba a abajo como rebotando, Julián parecía tan excitado y como no estarlo con ese pedazo de niña que estaba devorando, pensé acerca de Julián, había sido el afortunado en comerse todo eso aquella noche y aquella chica tan excitante sino es que la más de esa fiesta, y devoraba a Liliana sin piedad, cuando la termino de embestir volvió a levantarse para ponerse de rodillas y la volvió a jalar hacia el, esta vez la tomó por los pechos del corset y lo comenzó desabrochar, el corset negro poco a poco iba aflojándose hasta que tiro de él y lo arrojó al piso, dejó s Liliana solo con el vestido blanco y las medias negras puestas y solo una de red en la pierna derecha, realmente parecía una prostituta.

El vestido era sin mangas ni cuello solo de los pechos hacia abajo, Julián la beso en el cuello y comenzó a quitarle el vestido desde arriba, ella lanzó un pequeño gemido de gozo y lo volteó para quedar por encima, Julián la tomo de ambas piernas y grito de placer, sabía que había caído sobre su pene completamente y fue brusca, pasaron un rato asi, ella cabalgando y el desabrochando el vestido, cuando lo quito hasta la cintura y dejo ver si brasier negro) que dejaba ver su addomen de fantasía y sus pechos no tan grandes pero bien formados, Julián comenzó a acariciarlos mientras Liliana ponía sus manos en el pecho de Julián buscando un apoyo para poder moverse agusto, después la volvió a voltear, esta vez pasó sus manos por la espalda y la abrazo, ella comenzó a gemir y entre cortar la respiración en cada gemido como si se ahogara en el mar, ese sonido también me éxito a mi con solo ver esa escena y escucharla, subió las piernas hasta la espalda de Julián y lo abrazo con ellas, lo apreto tanto a tal punto aje Julián grito muy fuerte de tanto placer, parecía que al hacer de este movimiento había contraído los músculos de su vagina aprisionando el pene de Julián, parecía que sería imposible de separar aquellos cuerpos solo Julián trataba de mover la cadera hacia abajo como haciendo lagartijas y empujándola contra la cama, no podía liberar su pene y fue ahí cuando supe que se vino completamente dentro de liliana porque ambos sabían que que no estaban usando condon y no les importó y gimieron rápidamente, inmediatamente al sentir el esperma de Julián correr y penetrar por su vagina Liliana arqueo su cuerpo de tanto gozo, Julián la tomo de las piernas y comenzó a masajearlas, dejó su pene dentro de ella y mientras terminaba de correrse estuvieron abrazados un rato, Liliana solo levantaba pequeños gemidos “ahm-ahm” y comenzaban a besarse, lo abrazo con aún más fuerza con sus piernas a la espalda de Julián y las levanto casi hasta llegar al cuello, la cara de Julián lo decía todo, había devorado a Lilian por completo, estaba exhausto y feliz. Hasta el siguiente día que terminó la fiesta Julián fue el primero en salir, una hora después las amigas de Liliana fueron por ella al cuarto, intentaron maquillarla nuevamente y arreglarle el disfraz, para que su novio no se diera cuenta ni nadie, Julián solo nos dijo que había sido espectacular y me dio ls gracias por llevarla esa noche

Fantasía cumplida

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No me atrevía a contarle a mi esposa esa fantasía que me rondaba por la cabeza y con la que me excitaba tremendamente cuando hacíamos el amor, era que yo contemplaba como se la follaban a ella uno o dos tíos muy bien dotados. Sabía que, por relatos que había leído por internet, no era una fantasía exclusivamente mía y que a muchos otros hombres les excitaba la fantasía de ser un cornudo y presenciar a su pareja follando con otros hombres.

Cierto día se lo insinué a Yolanda, que es como se llama mi esposa, no le pedí explícitamente que follara con otro delante mía, lo que hice fue  que,  justo en el momento en que ella se despertó le conté un falso sueño, le dije que me había despertado en mitad de un sueño en el que ella se lo montaba con dos tíos muy bien dotados a la vez y que eso me había dejado completamente excitado, le conté que, extrañamente, en vez de haber sido para mí una pesadilla había sido una experiencia muy excitante. No le había contado la  verdad, no había sido un sueño, había estado fantaseando un buen rato desde que me desperté con aquello que le conté, esa fantasía con la que tanto me excitaba. Ella acercó su mano a mi polla y al encontrármela completamente dura, me dijo: “¡vaya lo que te excita que yo me la monte con otros!, ¿y dices que estaban muy bien dotados?”. Nos pusimos a hacer el amor y esta vez la encontré más caliente y activa que de costumbre, hacía mucho que no lo hacíamos de esa manera, cuando acabamos le pregunté si había estado pensando en lo que yo había soñado mientras lo hacíamos, ella me dijo que no, que ella no se excitaba pensando en ponerme los cuernos, pero por lo que tardó en contestarme supe que no había dicho la verdad. Después de haberle contado aquella mañana mi falso sueño y ver que ella no se lo tomó malamente, sino que bromeó con la dotación de sus amantes oníricos, no se me quitaba la idea de hacer realidad esa fantasía, pero ¿cómo le pediría a mi esposa hacer realidad mi fantasía?, ¿Cómo se lo tomaría ella?

Al siguiente sábado nos quedamos solos en casa con la única compañía de una botella de buen vino, en cuanto la encontré desinhibida por el efecto del alcohol,  justo en el momento en que empezó a tocarme la entrepierna, le conté que  llevaba tiempo dándole vueltas a lo que “había soñado” y le pregunté si nunca se excitaba fantaseando con que follaba con otro hombre que no fuera yo y que si no deseaba alguna vez hacerlo con otro, ella me dijo que las fantasías eran una cosa y la realidad otra, y que intentar hacerlas realidad era muy peligroso. Antes de hacerle el amor le llené otra copa de vino y una vez se la bebió le bajé el pantalón y las bragas, la tumbé bocabajo con un gran cojín bajo las caderas de forma que su culo y su sexo quedaron bastante elevados,  de esa forma la penetré dándole fuerte, mientras me la follaba le insistí en que me excitaría ver como otros tíos se lo hacían, y ella me dijo: “¿seguro que eso no te pondría insoportablemente celoso?”, ¿y si después te sienta mal que me folle otro tío y cambia nuestra relación?. Yo le contesté que no tenía por qué cambiarla, al fin y al cabo sería solo un juego, solo sería sexo y placer, no habría amor, y hay que diferenciar entre el amor y el sexo; ¿y quién buscaría y elegiría al tío con quien follaría?, me preguntó Yolanda; en ese momento supe que ella estaba dispuesta, “lo buscaríamos entre los dos”, le contesté yo. Seguimos haciendo el amor sin mencionar el tema, ella llegó a dos orgasmos antes de que yo me corriera. Justo al acabar encendí el ordenador y puse en Google: “anuncios parejas liberales”, Yolanda me dijo: “pero que prisas tienes, yo todavía no te he dicho que esté dispuesta a hacerlo”; bueno, “¿por qué no buscar ya algún candidato que te guste?, por si acaso”, le contesté. Mi esposa llenó dos copas más de vino y riéndose dijo: “bueno, a ver que encontramos por ahí, pero ya que voy a tener que follar con otro,  búscamelo que esté bien en todos los aspectos”. Entré en una página de anuncios para parejas liberales y en un espacio que había para filtrar los anuncios puse la palabra “dotado”, ella riéndose me dijo que tuviese cuidado, no la fuese a dejar hecha polvo. Muchos de los que salían eran profesionales muy bien dotados y que cobraban por sus servicios, esos los rechazamos porque yo no quería profesionales. Seleccionamos a cuatro que podrían valer y con los que Yolanda accedió a que yo contactase, todos ellos se describían más altos y fuertes de lo que soy yo, dos de ellos ponían fotos parciales de su cuerpo en las que  se veía que estaban muy bien dotados, los otros dos se describían físicamente y ponían sus medidas, entre ellas las de sus pollas que rondaban los veinte centímetros, bastante más grandes que la mía que es normalita, de unos doce centímetros.

¿Vas a responder a los anuncios? me preguntó Yolanda, le contesté que a dos de ellos les escribiría porque no ponían teléfono, pero  que a uno de ellos le iba a llamar ya, “pero todavía no te he asegurado que lo vaya a hacer”, me respondió ella. Cogí mi móvil y comencé a marcar el número que ponía en el anuncio de un tal Manuel que se ofrecía a cornudos que quisieran ver como se follaban a sus mujeres y que medía 190 x 80 x 21, imaginé que los veintiuno sería de miembro, pero me salía que su teléfono estaba apagado o fuera de cobertura,  marqué el del otro que también ponía su número de teléfono, uno que tenía puesta dos fotos, una de espalda donde se intuía que frecuentaba algún gimnasio y otra de frente donde solo se veía un abdominal bastante plano y una gruesa polla erecta que le llegaba hasta el ombligo y que  de seguro tenía los veintidós centímetros que decía en el anuncio; me contestó al segundo tono, entonces puse el altavoz para que Yolanda oyese lo que hablábamos, yo le pregunté si de verdad no era un profesional a lo que me contestó que no, que no buscaba compensación económica, que solo buscaba morbo y placer; le conté lo que yo le había propuesto a mi esposa y él me contestó  que estaría encantado de entrar en el juego, pero quería que antes le describiera a mi mujer o que mejor le mandara alguna foto de ella desnuda  o semidesnuda aunque no se le viese la cara, yo le dije que la tenía delante pero que ella no quería nunca que le fotografiase desnuda, le aseguré que mi esposa era bastante atractiva y que de seguro le gustaría; yo miraba a Yolanda y le notaba que estaba bastante inquieta y excitada, ella se acercó a mi oído y me dijo que si yo quería le podía hacer una foto solo de su culo, yo lo dije a Antonio, que era como se llamaba nuestro seleccionado, que mi esposa dejaba que le hiciese una foto de su culo, le pregunté que si con eso le bastaba, el me dijo que le era suficiente. Indiqué a Yolanda para que se pusiese agachada sobre el sofá y tomé un primer plano de su culo en pompa con la webcam del ordenador, le dije a ella lo mucho que me estaba excitando hacer esa foto para exhibirla, y que si le podía hacer otra abriéndose las nalgas con las manos enseñando sus orificios, Yolanda no puso inconveniente y apoyando su frente en el cabecero del sofá abrió sus nalgas para mostrando a la cámara sus suculentos agujeritos, le mandé a Antonio  las foto al mail  que ponía en el anuncio, al momento me dijo que las había recibido y que estaba ansioso por follársela en esa postura, le pregunté si podíamos quedar en ese momento y me dijo que estaba más que disponible, Yolanda me interrumpió y me dijo que en nuestra casa no, le pregunté a Antonio si podíamos hacerlo en la suya pero me dijo que no vivía solo y en su casa no podría, me propuso ir a un hostal bastante discreto, que él lo pagaría; yo le ofrecí pagarlo a medias.

Camino del hostal Yolanda titubeó, me dijo que no estaba segura, yo le dije que al menos debíamos de ir a donde habíamos quedado con Antonio y que allí decidiese. También me dijo que le daría mucho corte hacer algo con otro hombre delante de mí, que no se veía preparada para todo esto. Llegamos a la puerta del hostal y allí estaba esperando Antonio, era unos diez centímetros más alto que yo y bastante atractivo, me estrechó la mano y a Yolanda le fue a dar un beso en la boca, ella se retiró poniéndole la mejilla pero Antonio le cogió de la barbilla y preguntándome a mí sí me importaba le dio un beso en los labios mientras yo le respondía que no me importaba, Yolanda volvió a repetir delante de él que no estaba segura de hacerlo y Antonio me preguntó a mí de si yo lo estaba, le contesté que yo si estaba seguro. Yolanda terminó por decidirse a subir a la habitación del hostal, pero me pidió que yo no subiera de momento hasta que me avisase al móvil, dijo que estaba bastante nerviosa porque nunca antes lo había hecho con otro hombre y el que yo estuviera delante le ponía aún más, yo accedí a esperar un rato abajo hasta que se relajara.

Subieron a la habitación y yo esperé tan solo diez minutos hasta que sonó mi móvil, era Antonio el que me llamaba, me indicó que subiera ya a la habitación 210, subí rápidamente y nada más abrirse la puerta vi a Yolanda  de rodillas, desnuda de cintura para arriba con los pantalones a medio bajar dejándole ver casi todo su culo y con los ojos vendados por un pañuelo, estaba metiéndose en la boca una polla imponente. Cerré la puerta y me senté en un sillón que había frente a la cama, la polla de este tío era el doble que la mía y Yolanda se la estaba metiendo como poco hasta la garganta, a mí nunca me la había mamado de esa forma porque decía que le daba arcadas metérsela entera, me levanté y tiré del pañuelo que le tapaba los ojos, ella me miró con ojos picarones mientras se deslizaba la grandiosa polla de Antonio hasta la campanilla, me sorprendió que no se le notase ni la mínima nausea.

Antonio me dijo que si quería tener un recuerdo podía grabarlo todo con mi móvil, cosa que comencé a hacer de inmediato, se puso a decirle a Yolanda que lo estaba haciendo muy bien, que siguiese así tragándosela hasta el fondo y se dirigió a mí diciéndome que era un cornudo muy afortunado, Yolanda me miraba a la cara de vez en cuando mientras se deslizaba la polla de Antonio por su boca y al darse cuenta de lo excitado que me encontraba se ponía a mamársela con más brío.

Antonio me dijo que me quitara la ropa para que mi “putita” pudiese ver lo que me excitaba ver como un macho se la follaba. Me desnudé y me retrepé sobre el sillón toqueteándome la polla erecta mientras Yolanda seguía mamándosela a Antonio, este dijo mirándome a la entrepierna: “ahora sí que tengo claro que aquí soy el macho dominante”, la comparativa era odiosa, Antonio tenía una polla envidiable con la que Yolanda se notaba que estaba disfrutando a lo grande.

Antonio nos dijo que tenía hecha la vasectomía, aunque ya lo sabíamos por el anuncio, y que solo follaba sin condón con su pareja, nos preguntó si nos importaba que la penetrase sin ponérselo, yo asentí y Yolanda dijo que no le importaba. Se la llevó hasta la cama poniéndola en cuclillas con su cara frente a mí, me fijé bien en la polla de Antonio, tenía hecha la circuncisión y su glande desnudo se veía enorme y relucientemente mojado por la saliva de mi esposa,  acercó la punta de su miembro hasta el coñito de Yolanda y tras introducirle la punta despacito le metió entero el resto de su pollón de golpe, haciendo que Yolanda soltara un grito. Estuvo durante un rato dándole una caña tremenda, metiendo y sacando casi en su totalidad esos veintidós centímetros en el chochito de mi mujer mientras ella me miraba con la cara extasiada y jadeando, gritó como una loca cuando tuvo su primer orgasmo. Antonio le escupió un poco de saliva al ano y comenzó a meterle un dedo, Yolanda le apartó la mano y le dijo que por ahí no, Antonio me preguntó si yo nunca me la había follado por el culo y yo le contesté que jamás, él respondió: “es una pena que no quiera, me encantaría romper este precioso culito”, “¿te importaría que yo se lo rompiese?, me preguntó, yo le respondí que era ella quien debía decidirlo, entonces Yolanda entre jadeos dijo que no quería que le follasen por el culo, y menos con una polla así.

Yolanda tuvo su segundo orgasmo con Antonio y tras este él la apartó y le dijo que se pusiera de frente. “Ahora si no os importa me voy a correr en esta bonita cara y en esta boquita golosa para que saboree el semen de un macho, así que menéamela y no apartes la cara de mi polla”, , yo me había levantado para ver bien todo lo que Antonio hacía con mi esposa, ella me miraba a los ojos mientras le caía el semen en la cara, tuvo que giñar un ojo porque le cayó un buen goterón en el párpado, Antonio estaba bien cargado, se corrió de forma abundante en la cara y en la boca, Yolanda mientras Antonio se apretaba su pollón escurriendo las últimas gotas en la boca abierta, sin dejar de mirarme a la cara sacó su lengua mostrándome el semen que  tenía depositado en ella, e inmediatamente se tragó todo lo que Antonio había depositado en su boca mirándome y relamiéndose mientras que a mí me devoraba la excitación.

Antonio se retiró diciéndome: “Te la dejo para ti ahora que por fin ha probado lo que es que se la folle un macho de verdad”. Yolanda me miró desconcertada ante las palabras que había dicho Antonio. “Anda acércale la pollita para que te la chupe un rato la putita de tu mujer”. Hice lo que me dijo Antonio, acerqué mi polla a la boca de mi esposa y ella me hizo la mejor mamada que me había hecho jamás, esta vez se la tragó entera, y en vez de irse corriendo a escupir el semen como había hecho siempre lo engulló todo.

Antonio nos dijo que si queríamos ir a tomar una copa con él, y al ver que nos quedamos callados y que estábamos un poco serio nos dijo: “perdonad si he dicho cosas que os haya ofendido, era solo un juego y pensé que os excitaría aun más”. Yolanda sonrió y dijo que no le importaba ir a tomar una copa, pero solo una, que ya había bebido bastante ese día.

Salimos del hostal y nos dirigimos a un bar cercano, mientras nos tomábamos la copa sonó mi teléfono, me devolvía la llamada Manuel, el tipo que antes tenía el teléfono apagado. Le conté para que lo había llamado, también le dije que inmediatamente llamé a otro y que acabábamos de salir de un encuentro con él, me dijo que si en otra ocasión queríamos hacerlo con otro diferente que no dudáramos en llamarle, Antonio que se estaba enterando de toda la conversación me hizo señales para que no colgara el teléfono me dijo que esperase un momento lo que yo también pedí a Manuel,  nos preguntó dirigiéndose a Yolanda y a mí: ¿te apetecería que otro día te lo hiciésemos entre dos?, y a ti,¿ te gustaría ver como tu mujercita se lo monta con dos sementales?. Yolanda titubeó y me preguntó si yo quería, le contesté que era su decisión, que si a ella le apetecía, por mí conforme. Yolanda dijo que se lo propusiese, que ya puestos no le importaría probar con dos hombres a la vez. Le hice la propuesta tras preguntarle por su físico, si era real lo que ponía en el anuncio, y el se describió confirmándome sus medidas, era también un tipo grande pero no atlético como Antonio y me confirmó que su polla era “normalita y cabezona”, sobre los veintiún centímetros, sobre la propuesta de hacer un trío con Antonio y mi esposa delante mía dijo que le encantaría.

Tras tomar la copa nos despedimos de Antonio quedando para concretar una cita la semana siguiente para que hiciesen el trío.

Estuvimos un rato hablando Yolanda y yo sobre lo que había pasado, Yolanda me confesó que nunca había querido contarme fantasías que había tenido en las que follaba con otros hombres  realizando cosas que no se atrevía a hacer en la realidad, como dejar que le follasen por el culo. Me contó que la experiencia de Antonio le había gustado y mucho, que había sido muy excitante que le follase un extraño con un miembro tan grande, que al principio le daba muchísima vergüenza el que yo estuviese contemplándolo todo, pero que poco a poco fue superándola, y más al ver lo que a mí me estaba excitando, me dijo que lo que le costó muchísimo fue disimular las arcadas que le producía de vez en cuando el que le llegase esa polla tan grande hasta la garganta, pero que las aguantó porque no quería parecer una mojigata, quería exhibirse delante de mí  poniéndose en el rol de una puta, me dijo que yo era muy generoso, que ella no soportaría verme follando con otra mujer; me dijo que le dejó muy desconcertada la forma en que Antonio de dirigió a mí en algunas ocasiones, y que menos, mal que después nos aclaró que era solo un juego. Yo le comenté que a mí me había producido sentimientos contradictorios, que aun dándome celos el ver delante de mi cara que a ella  se la follaba otro tío, que además estaba muchísimo mejor dotado que yo, al mismo tiempo me excitó muchísimo ver como se devoraba ese pollón y la cara de extasiada que se le ponía al tener los orgasmos por la tremenda follada que recibió.

Estuve toda la semana impaciente por ver el siguiente encuentro en el que dos corneadores muy bien dotados se follarían a mi esposa.

El viernes me llamó Manuel, me dijo que había alquilado una casita a las afueras de Sevilla donde tendríamos más intimidad que en la habitación de un hostal, la cual  no era un buen sitio para estar cuatro personas, y que en esa casita mi esposa podría jadear y gritar de placer sin temor a que nadie la oyese. Me pareció bien, a mí lo del hostal me incomodaba también, llamé a Antonio dándole la dirección que me había facilitado Manuel y él me pidió si le podía mandar alguna de las fotos o videos que había hecho yo durante el anterior encuentro, me dijo que sólo las quería como recuerdo, que nadie más las vería, no puse reparo y cuando llegué a casa le envié algunas de las fotos en las que no se reconocía la identidad de Yolanda, salvo en una que le hice a la cara llena de semen, en la que era difícil  reconocerle porque estaba completamente despeinada y con el maquillaje emborronándole toda la cara.

El sábado a las cinco llegamos puntualmente Yolanda y yo a la dirección que nos dijo Manuel, allí ya estaban los dos esperando y parece que habían congeniado bastante bien, nada más entrar nosotros Manuel le dijo a Antonio: “¿esta es la putita y él el cornudo de su marido”, imaginamos que era parte del juego, por lo que no nos mostramos ofendidos por la presentación. Entró Yolanda delante de mí y Manuel al pasar ella por la puerta le cogió con fuerza el culo diciendo: “si, tiene un buen culo como me dijiste”, dirigiéndose a Antonio, a nosotros nos ofreció una copa para “que nos fuésemos relajando”.

El salón de la vivienda estaba muy cálido, se notaba que habían tenido encendida la calefacción desde hacía rato, Manuel y Antonio comenzaron a desnudarse y pidieron a mi mujer que hiciese lo mismo. Al bajarse los pantalones Manuel vimos el tremendo pollón que tenía, aunque no sobrepasaba en longitud al de Antonio su grosor era mayor y su glande desproporcionado era aún más ancho que el resto de su miembro, de grueso era al menos como tres  o cuatro veces el mío. Yolanda mirándome se relamió los labios con la lengua insinuándome lo que iba a disfrutar con esa enorme polla, se puso de rodillas frente a mí,  acercó a Manuel que lo tenía a un lado tirando de su enorme polla y se metió en la boca la punta que se la llenaba toda, lamiéndola mientras dirigía la mirada hacia mí.

Tras terminar de desnudarse Antonio se puso al otro lado y así los dos les ofrecieron sus grandes pollas para que fuese alternando entre ellas. Yolanda gimoteando dijo: “sé que siendo dos alguno querrá metérmela por detrás, os la chupo todo lo que queráis y me folláis por delante, pero no me las metáis por el culo, por favor, que son muy grandes”, Antonio y Manuel se sonrieron.

Ordenaron a Yolanda que se pusiese en cuclillas agachada para que así siguiera mamándosela  a Antonio que se había tumbado en la alfombra para que así mientras, con el culo en pompa, Manuel le penetrara el coñito, ella, a pesar de que debía tenerlo ya completamente húmedo de la excitación y de que el sábado anterior ya había sido follada con la grandiosa polla de Antonio soltó un grito desgarrador, Manuel no fue nada delicado, le metió de golpe su pollón con su enorme glande hasta el fondo y se puso a deslizársela para afuera y para dentro, sacándola y metiéndola en su totalidad rápidamente, yo contemplaba como se estaba follando a mi esposa de forma extremadamente violenta, sacaba su miembro totalmente del coño de mi esposa para metérselo entero de un golpe, eso lo hizo varias veces seguidas,  mientras ella gritaba y jadeaba con cada embestida de Manuel; mientras Antonio no le paraba de decirle que se metiera su polla hasta la garganta, que se la tragara entera, cosa que era imposible por su tamaño.

Manuel  se dirigió a mí diciéndome: “amigo, vamos a dejar a tu mujercita satisfecha para un mes, lo único es que no va a notar tu pollita cuando te la folles, si es que te deja hacerlo, porque le vamos a dejar el coño y el culo más abierto de lo que te puedas imaginar”. Yolanda dejó de chupar la polla de Antonio y mirándome me dijo: “¿vas a dejar que me hagan eso?”, yo estaba confuso, le recordé delante de ellos que según ella me había contado esa era una fantasía que había tenido muchas veces y que le excitaba y dirigiéndome a ellos les dije: “si lo hacéis, si le follais el culo, hacerlo con delicadeza, no seáis brutos”. A Yolanda se le saltaron algunas lágrimas mientras no me retiraba la mirada.

“Voy a ser bueno”, dijo Manuel dirigiéndose a mí, “antes de meterle mi tranca te voy a enseñar cómo se dilata un culito estrechito como el de la puta de tu mujercita”, colocó a mi esposa en cuclillas mostrándome su culo, le dio un fuerte cachete en una de las nalgas diciéndole: “no cierres las piernas, ábrelas bien y relájate, así te dolerá menos”, cogió con los dedos un poco de crema de un bote y le introdujo uno de ellos por el culo, estuvo un rato deslizando ese dedo de dentro afuera de su ano hasta que se lo sacó para hacerlo introduciéndole dos y luego tres a la vez, estuvo un tiempo deslizando los tres dedos hacia dentro y fuera hasta que los sacó y dijo: “ya estás bien preparada, así que ponte un poco de lado para que el cornudo de tu maridito pueda ver cómo te taladro el culo”. Entonces contemple como un pollón de unos veinte centímetros de largo y enormemente grueso hacía crujir el ano de Yolanda, tardó unos treinta segundos en meterle la punta y que esta sobrepasara su esfínter mientras ella gritaba de dolor, pero una vez metido el enorme glande, hizo perder de mi vista de golpe la totalidad de su miembro introduciéndolo entero en el culo de mi mujer. Ella siguió durante un rato gritando y llorando, hasta que al parecer, dejó de dolerle tanto el mete-saca que le estaba dando. Manuel comenzó a decir: “mira como ya no grita la guarrilla, al final le va a gustar que le taladren el culo”, “ahora le vamos a enseñar al cornudo de tu maridito lo abierto que se ha quedado este agujerito después de esta buena follada”, “venga, mueve más el culo para que vea lo que ya te está gustando y lo puta que eres”, “¿ves cómo se excita el cornudo viendo a un macho de verdad follándote tu hermoso culo?”, Yolanda ya sin lágrimas en los ojos comenzó a mover su culo con bastante brío mientras seguía mirándome a los ojos hasta que Manuel le dijo “para, que vas a hacer que me corra pronto”, sacó la polla del culo de Yolanda y le dijo que se diese la vuelta para enseñarme el agujero que se le había quedado, con el culo frente a mi cara le separó las nalgas para que viese lo completamente rojo y dilatado que se le había quedado, ¡acércaselo a la boca para que te lo limpie el cornudo con la lengua!; acercó su culo a mi cara y  le limpié los restos de sangre que le había hecho al romperle el esfínter.

Antonio se volvió a tumbar de espaldas en la alfombra y le dijo a Yolanda que se pusiese ella encima para seguir follándole “el coñito”, esta vez yo tenía a mi esposa de espaldas y podía contemplar como subida sobre Antonio botaba sobre él  deslizando dentro de su coño esa monumental polla; antes de que hubiesen pasado dos minutos ella gritaba como loca por el glorioso orgasmo que estaba teniendo. Manuel se acercó por detrás y le dijo que se agachara un poco sin dejar de follar, mientras ella seguía teniendo la polla de Antonio dentro Manuel le volvió a penetrar el culo. Yo estaba contemplando como  mi esposa estaba entre dos tíos grandes, fuertes y tremendamente dotados siendo follada a la vez por los dos, se estaba cumpliendo una fantasía con la que yo me había excitado muchas veces mientras le hacía el amor.

Manuel se retiró y se fue al lavabo, Yolanda siguió un rato cabalgando encima de Antonio hasta tener su segundo orgasmo mientras que hizo algo que hasta ahora no había hecho, finalizando los últimos jadeos del orgasmo siguió moviéndose tumbada encima de él comiéndole la boca y diciéndole: amor, córrete dentro de mí, lléname de tu leche”, “unh, me encanta tenerte dentro, me haces una mujer”. Eso que le dijo me dejó completamente perdido, ¿se había enamorado?, ¿estaba jugando conmigo haciéndome creer eso?,  me estaba dejando  inseguro,  yo quería que sólo hubiese sexo, no quería ni imaginar que pudiese haber algo más entre ella y otro hombre. Antonio se corrió dentro de ella y estuvieron retorciéndose y comiéndose las bocas hasta que volvió a entrar Manuel, momento en que se separaron.

Manuel, que estaba todavía completamente empalmado, dijo que se había lavado la polla para que se la volviera a mamar, Antonio le dijo a mi esposa: “venga, termínale a este la faena y nos vamos”. Yolanda se puso de rodillas frente a Manuel y le hizo una gran mamada hasta que se corrió, parte lo echó en su boca y otra parte se la echó por la cara diciendo: “tengo ganas de volver a ver esta carita llena de semen”, lo cual me dejó algo desconcertado; seguro que Antonio le había enseñado las fotos que le envié.

Ya serían casi las siete de la tarde, en cuanto Yolanda salió del baño limpia y pintada Antonio nos propuso salir a tomar alguna copa, Manuel dijo que él no podía, que tenía que había prometido a su mujer ir de compras con ella; yo me mostré reticente, quizás porque me estaba poniendo algo celoso lo de los besos entre mi esposa y Antonio, pero mi esposa recibió la propuesta con entusiasmo, dijo de pasar antes por casa para cambiarse de ropa y ponerse algo apropiado para ir de copas y quizás bailar. Nos despedimos quedando en encontrarnos con Antonio dos horas más tarde.

Cuando nos montamos en el coche me dijo:”me han violado, me han violado delante de tu cara y tú no has abierto la boca nada más que para aceptar que me hicieran algo que yo no quería, me han follado el culo contra mi voluntad. Y  lo que más me ha asombrado, es que siempre que te miraba notaba que tu polla estaba completamente tiesa, has estado todo el tiempo excitado viendo como ese bestia me violaban y se reía de ti diciendo lo cornudo que eres, y veo que es verdad, eres un perfecto cornudo. ¿Sabías que me iba a follar por el culo contra mi voluntad?, si lo sabías, además de un cornudo eres un cerdo. Les enviaste fotos mías sin mi consentimiento, me dijiste que nada de esto tenía por qué cambiar nuestra relación, pero te aseguro que va a cambiar,  tú no me volverás a follar antes que otro hombre, sólo lo harás después de que otro lo haya hecho, y como el cornudo que eres, cada vez que yo te diga me traerás un buen semental para que me folle antes que tu, no sé si dejaré que me vuelvan a follar el culo, pero de seguro que tu no lo harás nunca, sólo te quedarás con las sobras. Pero si te digo una cosa,  le he cogido gusto a que me follen con pollas grandes de verdad, no como la tuya”.

Al rato de estar en casa Antonio llamó por teléfono y pidió a mi esposo que me pusiera yo. Antonio me preguntó qué tal estábamos,  que si seguía en pie lo de ir a tomar alguna copa y a bailar, me dijo que no se imaginaba que Manuel fuese a ser tan bestia y tan borde,  que él no me hubiese hecho nada contra mi voluntad, pero que tenía que haber sido mi marido el que le parase los pies a Manuel. Mi esposa habló a Antonio: “hola Antonio, agradezco tu preocupación y tu llamada, me has aclarado muchas cosas que no comprendía,  te voy a ser sincera, y quiero que este cornudo que tengo al lado se entere bien; no quiero volver a ver a Manuel, pero si a ti no te importa y te apetece, eso sí, cuando mis orificios se recuperen, me gustaría tener otros encuentros de sexo contigo, pero contigo, sólo contigo, no quiero que este cornudo se excite viendo como me follas”, “Ah, y le he perdido el miedo a que me rompas mi precioso culito”, “nos vemos dentro de un rato”.

Esa noche nos fuimos a una discoteca de las afueras, ninguno conocíamos a nadie, tras tomarnos la primera copa Yolanda le preguntó a Antonio si quería bailar y a mí me dijo que buscase una pareja de baile, que allí había muchas mujeres desesperadas por pillar un hombre; yo me quedé sentado un rato contemplando como Yolanda se ponía a bailar con Antonio de forma muy provocativa frotándole con el culo su entrepierna, al rato Antonio la dejó sola en la pista y vino a acompañarme, “de verdad que está buena y sexi tu mujercita, a más de un tío de aquí lo está volviendo loco con sus movimientos, mira bien”. Al rato mi esposa estaba rodeada de tíos que venían de despedida de solteros, se puso rodeada de todos ellos y mientras le jaleaban ella frotaba su culo con las entrepiernas de algunos de ellos, mientras que a otros les toqueteaba sus paquetes por encima de los pantalones, observé como otros de ellos le toqueteaban los pechos. Antonio comentaba “es todo un espectáculo el que nos está ofreciendo tu mujercita, van a irse todos esos a la cama con una calentura impresionante”

Mi esposa con Oscar.

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Julia, mi esposa, eligió entre varios prospectos, a Oscar, un hombre maduro de piel morena y tremenda verga,  muy gruesa y de buen  tamaño.

Lo citamos en nuestra departamento temprano, a las tres de la tarde sonó el timbre y yo bajé a abrirle. Julia esperaba ansiosa, vestida para la ocasión, con tacones altos, minifalda negra apretada contra sus hermosas nalgas y una blusa blanca escotada, sin brasier. Debajo de todo una tanga de encaje negro.

Oscar se sentó en el sofá de la sala y yo le ofrecí algo de beber mientras hablábamos del tráfico y del clima, para romper el hielo. Juilia salió de nuestra habitación en donde había esperado para salir a “saludar” a su nuevo amigo. Se paró en el marco de la puerta y lo dejó admirar su hermoso cuerpo mientras le decía casi en un susurro, en parte por los nervios y en parte por lo caliente que estaba, “Hola!”.

Se sentó entre nosotros y, luego de dos o tres frases sin mucho sentido, volteó a mirarme y se acercó para que la besara. Oscar empezó a acariciar sus piernas y nalgas. Julia se puso en cuatro en el sillón poniéndole, con descaro, el culo en la cara. El macho de inmediato le hizo a un lado la tanga y le empezó a chupar el culo, dedeandola en la concha, primero suavemente y luego más y más duro hasta hacerla gemir. Yo me paré y me senté en otro sillón para que los amantes pudieran hacer lo suyo y yo poder disfrutar  del espectáculo. Luego Oscar se desnudó completamente, dejando al aire ese tremendo cipote que  pronto haría gritar de placer a mi esposa.

Oscar sentado en el sofá, con las manos en la nuca, y Julia de rodillas mamando su verga, desde los huevos hasta la cabezota, lamiendo y succionando. Luego él se paró y, mientras la besaba y acariciaba toda, la fue desnudando, dejándola sólo con la tanga y los tacones puestos.

Julia lo llevó de la mano hasta nuestra recamara, y ahí se le puso en cuatro, como desafiándolo, arqueando la espalda y con el culo parado “Así me querías tener papi? Anda cabrón, tómame esa foto que me pediste, para que la tengas de recuerdo…”

Oscar le tomó varias fotos, bajándole la tanga para que se le mirara bien el ojete y ella misma se abría las nalgas para su macho. Luego él se puso a mamarle el orto como loco, le decía que tenía el culo más rico que se había comido, con esas tremendas nalgas entre las que metía toda su cara para lamer su anillito y la dilatada raja jugosa.

-Me dejarás darte por el culo muñeca hermosa? Tengo tantas ganas de culearte!

-No, ya te dije que por atrás no quiero, todo lo demás sí mi amor, pero eso no!.

-Qué buena estás putita hermosa!

-Ya métemela papi por favor! Ya cógeme! Cogemeeee!

El macho arremetió y le dejó ir toda su gruesa verga, haciéndola gritar de placer,  la penetró con fuerza dándole nalgadas, hasta dejárselas rojas “Qué buena estás mi amor! Que buen culo tienes putita! Déjame culearte un poquito nada más!” Le insistía Oscar. Le sacaba la verga de la chocha y le chupaba el ano y luego la volvía a penetrar en la vagina. Julia se dejaba hacer todo, entregada por completo a ese placer prohibido para algunos.

El amante la volteó y la dejó boca arriba con las piernas abiertas, ofrecida y entregada por completo,  la estuvo cogiendo largo rato así, mientras se besaban y susurraban cosas que yo no podía escuchar; pero pronto supe de qué se trataba: a convenció de dejarse culear… un poquito. Julia se puso en la orilla de la cama boca arriba y Oscar le puso saliva en el ano y sin más empezó a empujar muy despacio la tremenda cabezota en el apretado ano de mi mujercita, que gemía y pujaba. “No por favor, no. Te dije que por atrás no… me duele mucho… aaahh!!” Decía mi esposa, suavizando la voz, sabiendo que eso enloquecía más a su matador. Hacía gemiditos que ponían a su macho aún más caliente. “No sabes las ganas que tenía de darte por el culo, Putita, desde que ví las fotos que me mandaste me enamoré de este orto y ahora lo estoy disfrutando así…” “Soy tuya mi amor, hazme lo que quieras.. rómpemelo rico!”

Oscar no se resistió más y le dejó ir el resto de su verga y Julia cerró sus ojitos que se le llenaron de lágrimas, su piel se le erizó y gimió tan fuerte que temí que los vecinos escucharan todo -Pero que más dá, más de un vecino nos ha visto entrar con algún desconocido a altas horas de la noche, así que ya se imaginarán nuestros gustos-.  A partir de ese momento, viendo que Julia se dejaba culear, el macho la puso en diferentes posiciones para romperle bien el orto a mi linda mujercita que babeaba de placer. Me miraba con los ojos entrecerrados  y su cuerpo entero se movía al ritmo de cada embestida. Boca arriba, boca abajo, en cuatro, de ladito… todo por el ojete.

-No aguanto más, tengo la leche en la punta..!

-No, no te vengas! Dámela en la cara por favor! Quiero esa lechita de macho!!

Como pudo, Julia se arrodillo y Oscar terminó masturbándose en su cara. Julia le ayudaba dándole chupetones en los huevos y cuando él estaba a punto le metió la verga en la boca, para que  ella terminara de sacarle la leche a mamadas. La sujetó del pelo y la cogía salvajemente por la boca hasta que le regaló varios lechazos en su linda carita, que le escurrieron hasta las tetas. Luego termino de embarrar bien la leche en su cara con la punta de su verga y Julia abrió la boca pidiendo comer un poco de semen caliente.

Julia quedó un rato sentada en el piso, recargada en la cama. Oscar se vistió rápidamente y, dándole un largo beso en la boca a mi esposa, se despidió de ella. “Ojalá lo hayas disfrutado como yo lo disfruté. Gracias, eres muy hermosa y espero verte otra vez.”

No hablamos en el ascensor cuando bajé con él a abrirle la puerta. Sólo al final me dió las gracias y me felicitó. Qué sensación rara cuando un hombre que se acaba de cojer a tu esposa te felicita por la mujer que tienes…


A mi hija con cariño

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Nunca fue mi intención que mi hija se volviera como yo, por esa razón creo que además de ser adquirido por la costumbre puede ser también genético.

Es muy normal que siendo madre soltera y demasiado caliente, ande siempre con diferentes parejas sexuales, en un principio cuando mi hija se daba cuenta de que tenía muchos amigos “hombres”, eso fue lo que le explique, que eran amigos que me invitaban a salir de vez en cuando, pero conforme fue creciendo preguntaba más cosas, toda la vida me he vestido muy provocativa y para ser honestos me gusta enseñar de más, buena técnica para terminar en la cama con alguien, mi horario de trabajo sexual por así llamarlo lo usaba mientras mi hija estaba en la escuela, para que no viera demasiadas cosas, aunque sabía que llegaría el día en que preguntaría y tendríamos que hablar de sexo,  y si paso, me pregunto qué porque me vestía tan sexi  las mamás de sus amigas no se vestían igual, ellas parecían señoras y yo… creí que me diría que me veía muy puta, pero no solo dijo más bonita, le expliqué que me gustaba arreglarme así, preguntando si ella se podía arreglar igual, le respondí que llegaría el momento en que ella iba a poder decidir cómo arreglarse, mientras tendría que seguir las reglas de la escuela.

No podía evitar que ella creciera y aprendiera en la escuela sobre el sexo, era implacable con sus preguntas, todo le respondía más que nada para que supiera cuidarse de las enfermedades venereas, y quizá malas decisiones.

En la secundaria, note que sus amigas más allegadas eran muy coquetas y ella evidentemente imitaba mucho, se maquillaba ligeramente para verse más guapa, hasta el momento en que me presento al novio,  después de un tiempo con el me pregunto si podía tener sexo con el, le pregunté si se lo propuso, me dijo que no pero que cuando se besaban ella sentía raro y sentía como se aceleraba su corazón y cosquillitas en su pantaleta, mi corazón estaba desbocado, le dije que ella sabría muy bien cuando sería el momento, ya saben si hay duda pues no hay duda, cuando quieres quieres.  A lo que más le hacía hincapié, era a que si decidía que era hora, tenía que cuidarse de no embarazarse y no contraer enfermedades,  además de que podía contar conmigo para hablar del momento.

Los días en que no había escuela era muy común verla en minifaldas, con ombligueras y maquilladita, si salíamos de vacaciones me pedía que le comprara bikinis, en verdad la veía como una chica de 18 años, solo que no podía quitarle el ojo de encima, se le acercaban mucho los chicos, para hacerle la platica, incluso veía como la veían algunos señores, me preocupaba eso.

Un día, ella estaba de muy buen humor, sonriente y cantando por toda la casa, con tanta curiosidad le pregunte qué pasaba? Me dijo que su panty se le había metido en su rajita y con el pantalón de mezclilla tan ajustado, había sentido un orgasmo, mientras a mí se me heló la sangre, se había sentido tan bien que busco la manera de conseguir más orgasmos y que de cualquier forma en un lo intentara los conseguía,  lo único un yo hacía era tener una sonrisa de estupida en mi cara mientras que por dentro estaba como una olla de presión, pero nada de esto tiene nada de malo, lo malo vino después.

Un día como todos,  había quedado en tener un encuentro con un amiguito, el me había dicho que me quería presentar a un amigo muy querido, me pareció una idea encantadora, pocas veces tengo la oportunidad de estar con dos hombres, sobre todo por que esa situación es muy adictiva, pasaron por mi, igual que la mayoría de las veces, fui a mi casa, aunque en el auto los tres ya estábamos demasiado excitados, que como podían me metían mano por todos lados, por un momento me saque los senos por el escote de mi vestido y me la subí a la cintura, por suerte no lleve ropa interior la verdad es que iba a hacer una entrega inmediata, así que al llegar a casa me acomodé el vestido y bajamos, pero a la entrada volvió la pasión, como pude abrí la puerta, mientras ellos se encargaban de mi y yo de devolverles los besos, en fin, como pudimos llegamos a mi habitación, pero yo ya estaba desnuda se encargaron de arrancarme el vestido, me aventaron a la cama y uno se me arrodillo mientras se comía mi vagina, que por cierto de una manera muy rica, el otro se quitó su ropa y me puso su vergota en mi boca, me la comí con tanto gusto tratando de que entrara completa, sentía manos de más en mi cuerpo, porque me sentía demasiado bien, se turnaron para estar en mi boca, les suplique para que me la metieran ya en mi vulva necesitada de placer, así que puso mis piernas en sus hombros y me la metió cuan larga la tiene, me sentía en la gloria me estaban cogiendo ricamente, entre tanto y tanto les rogué para un me cogieran al mismo tiempo, uno por delante y otro por detrás, honestamente esta es la mejor manera de tener súper orgasmos, a decir verdad soy multiorgasmica y eso es demasiado bueno para mí, así que me venía como loca constantemente, no soy gritona pero sí tengo gemidos de placer, así que hubo todo un concierto entre los tres, finalmente terminamos bastante satisfechos, por lo que vi ellos muy complacidos, yo en las nubes, nos limpiamos nos arreglamos y salimos, regrese al trabajo, un día normal, regrese a casa y mi hija me platicó que se sintió mal en la escuela le dieron permiso para irse a casa… y… si … se dio cuenta que habia llegado acompañada que me estaban consintiendo y me dieron muy buen tratamiento. Me disculpé con ella y le expliqué que me era muy necesario y que además es demasiado placentero, me dijo que estaba bien le pareció que me veía muy bonita y muy feliz, se dio cuenta que no era nada malo, y que se alegraba de haber visto que yo estaba bien, le llamó mucho la atención que me hicieran sándwich, pero vio que la pase muuuy bien. No había día en que no me preguntara algo, siempre había una pregunta en cuanto a ese día, ella me platicaba todo lo que pasaba por su cabeza, hasta de las cosas que la excitaban, le pedí que fuera cauta con su vida sexual en cuanto la tuviera.

Entro a la preparatoria y fue inevitable, se volvió como su madre, me platicó cuando tuvo sexo por primera ves, con quien y como, pero no fue importante su pareja, más bien se volvió importante la variedad, le gustó mucho atraer a los hombres de la misma manera en que yo atraigo el sexo, le molesta que le han dicho puta, pero le encanta quitarle los novios a las que le dicen así, me pidió permiso para tener sexo en su habitación, le dije un sí y la verdad es que prefiero que este en casa creo que está más segura, lo único malo es que cuando llegó a darme cuenta, se me antoja estar ensartada por un rico caramelo.

Ya para la universidad mi hijita ya tenía muchos kilómetros recorridos igual que su madre, lo único bueno es que algunos de sus compañeros de cama también han estado en mi cama y a ella le gusta que yo les guste a sus amiguitos.

MI AMIGO DEL TRABAJO

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Hola soy Cristi tengo 34 años de edad y hasta hace unos días no conocía mi sexualidad por completo, esta historia comienza un lunes por la mañana, como todos los lunes antes de ir a trabajar al call center uno de los lugares más estresantes y monótonos que puede existir me dispuse a tomar un baño con agua caliente para des estresar mi cuerpo como siempre me talle mi vagina muy lenta y suavemente poniendo principal atención en lavar entre los labios en donde la espuma se acumulaba y el orina salía por pocos con el afán de que cualquier mal olor saliera tome mi rasuradora algo usada pero logra hacer su trabajo con toda delicadeza rasure mi zona intima para que no quedara vello púbico rasure mis piernas para que lucieran tersas y sexis como siempre mis senos lucían firmes y mis pezones erectos no sé si por el rosar del agua o por mi imaginación que me jugaba una trampa, al salir de la ducha sentí excitación al ver mi cuerpo desnuda pero como el reloj seguía su rumbo y sin detenerse, deprisa me vestí recuerdo que ese día use un sostén negro que acababa de comprar era un conjunto con medias y una tanga con encaje que hacia juego bueno no era ninguna fecha en especial pero ese día por lo menos me quería sentir deseada por los hombres que me vieran recuerdo que vestí con falda color negro que no es por presumir pero hacían marcar mi trasero, se veía limpio sin ninguna línea de ropa interior que se marcara y una blusa color gris con un escote pronunciado que dejaba ver el encaje negro de mi sostén, me pinte los labios con un color cabe algo opaco y con la prisa salí de casa para tomar el bus en el cual terminaría mi maquillaje en el trayecto hacia el trabajo como siempre por mi cuerpo sexy y mi cara hermosa fui acosada por muchos hombres en el bus pero siempre ponía una cara de mal humorada para la discreción aunque por dentro la excitación hacia estragos entre mis piernas al llegar al trabajo como siempre un poco tarde rápidamente llegue al lugar de mi jefe y con un poco de sensualidad evite un regaño bueno de la que me salve, mi día continuo hasta la hora de salida me dispuse a tomar mi bolsa y regresar a casa y terminar así un aburrido día mas cuando uno de mis compañeros de grupo Carlos; un hombre poco atractivo de estatura media muy amable moreno, sus ojos cafés son muy lindos tiene un cuerpo algo torneado porque según lo que me conto asistía a un gimnasio por las noches y por cierto un pliegue muy excitante en el pantalón bueno como de 17 cm.  Al alcanzarme en la puerta me pregunto si tenía algo que hacer por la noche, al principio dude y pensé en mentirle pero luego me arrepentí y pues le dije que estaba libre, me invito a tomar unas cervezas a un bar que queda a unas cuadras de mi trabajo un lugar de buen ambiente y de precio muy económico fuimos y pedimos unas ofertas que incluían dos litros de cerveza cada una luego de que se consumiera la primera pues sentí un poco de calor y empezó a sudar creo que demasiado tanto que se me marco la marca de humedad en mi blusa y dejaba al descubierto casi total mi sostén creo que Carlos lo noto y con un poco de torpeza intento tocar mis senos bueno pues se lo permití yo también lo deseaba en ese momento al notar que no puse mayor resistencia el bajo su mano y empezó a acariciarme las piernas yo me sentía una prostituta a la que le pagaban por sentarse con los hombres pero no puede resistirme y abrí las piernas para que su mano tocara mi vagina húmeda y pegajosa solo sentí que mi tanga se estiro introduciéndose en mi ano el cual estaba húmedo de placer sus dedos tocaron la gloria, bueno yo no podía quedarme sin hacer nada y comencé a besarlo sentí su lengua fría por la cerveza pero con lo dulce de la fresa una de mis manos acariciaba sus brazos fuertes que se perdían entre mis piernas y la otra buscaba el enorme paquete que se marcaba en sus pantalones logre bajar su zipper con mucha precaución de no lastimar ese enorme miembro y metí mi mano sentí que su corazón estaba en sus pantalones era un palpitar fuerte y sus venas marcadas en todo el contorno una cabeza enorme palpitante y muy húmeda todo esto se estaba saliendo de control aunque el lugar estaba oscuro sentí algunas miradas que nos incomodaban pero en ese momento no importaba mucho él me dijo que quería  follarme y yo le respondí muy excitada que estaba bien, salimos del bar casi corriendo mientras me componía mi tanga que casi estaba en mis rodillas mi sostén ya no estaba en mis pechos pero eso no importo mucho  tomamos un taxi hacia su apartamento el camino se hacía eterno pero él seguía acariciando mis nalgas casi al punto de dejar marcas con sus dedos mientras yo besaba sus labios y lo abrazaba llegamos a su apartamento el pago el taxi y rápidamente entramos el cerro y prendió la luz me pregunto si quería tomar algo no deje terminar su frase porque lo bese con pasión mientras le quitaba la camisa besaba su pecho y baje hasta su pantalón el cual seguía desabrochado aprovecho y al bajarlo pude ver ese enorme pene que solo había sentido con las manos era hermoso no dude y cual si fuera un dulce me lo metí a la boca saboreando el jugo lijoso que salía de el mientras movía mi cabeza de atrás hacia delante cambiando de ritmo y juagando con mi lengua el gemía y gritaba de placer recuerdo que me decía chúpalo comételo todo bésame las bolas, con mi lengua recorrí su pene hasta llegar a sus testículos y saborearlos uno por uno, el me levanto con fuerza y mientras me quitaba la blusa y mi sostén lamia mis pezones y los mordía suavemente, era como un bebe alimentándose el masajeaba el otro con tanta pasión que me hacía gemir de placer , llegamos a su cama el me tumbo en ella subió mi falta hasta mi ombligo y moviendo fuertemente mi tanga descubrió mis labios húmedos y un agujero por el cual se podía degustar un líquido lijoso y transparente él no lo pensó mi con su lengua lamia los labios con dedicación buscando el sabor de mi vagina creo que la tanga lo incomodaba y me la quito dándome vuelta empezó a lamer mi ano yo sentía el mayor placer que se puedan imaginar apretaba las nalgas por reacción de placer y el seguía metiendo su lengua, me dijo que levantara el culo me la iba a meter pero le pedí que se pusiera condón, rápidamente saco uno de su billetera se lo puso y me empezó a penetrar por la vagina sentía ese miembro adentro con fuerza intentaba cerrar mi agujero para que el sintiera mayor place y el con más fuerza me cogía se recostó sobre mi espalda agarro mis pechos mí me seguía cogiendo con fuerza pero más despacio yo sentía su peso y su sudor en mi espalda sentía su respiración en mi pelo que placer con vos baja me dijo sutil mente que si quería me cogiera por el ano sin dudarlo le dije que si escupió sobre su pene y sin preguntarme metió su varga en mi culo sentía sus testículos rebotar en mi vagina era el dolor que me causo más placer ya no aguantaba me venía en un momento sentí que se quitó el condón y me penetro con su pene desnudo el ano el ya casi acababa cuando me deje ir me estremecí y también sentí un líquido caliente que llenaba mi culo era tanto que sentía que se me saldría en ese momento; todo termino con un beso de despedida y un día más para disfrutar.

Mi historia con Lina parte 1

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Hola gente, mi nombre es Carlos y esta historia que les voy a contar sucedió hace aproximadamente 8 años cuando apenas tenía la hermosa edad de 20.

este es mi primer relato y me gustaria recibir sus criticas, recomendaciones y por que no si tienen alguna clase de pregunta pueden hacerla a mi correo carlosvv2109@gmail.com

Para ese tiempo vivía en un apartamento con 3 personas más de la misma universidad a la que asistía, sus nombres eran Andres, Sara y Camila, tres grandes personas a mi parecer con los cuales en los días que teníamos libres en la universidad que por cierto eran pocos, la pasábamos súper bien, tengo que aclararles que a ellos los conocí desde el colegio y en la época de la universidad donde todo adolescente quiere salir sin que sus padres les dé un sermón todo el tiempo decidimos nosotros independizarnos y alquilar un

pequeño apartamento acorde a las necesidades de espacio y ubicación que cada uno de nosotros teníamos…

Para iniciar a contar mi historia me gustaría describirles a cada uno de nosotros para que se hagan a la idea de cómo era cada uno en ese entonces.

-Sara era una chica de 21 años, 164 cm de estatura aproximadamente, castaña, una piel suave blanca y hermosa, unos ojos increíbles que con la luz del sol cambiaban de color, a veces nos preguntábamos si eran azules o verdes, sus medidas no eran perfectas pues tenía un poco de carne sin llegar a ser gorda, lo que más resaltaba en Sara era ese culito respingón que donde caminara a su paso dejaba babeando a la mayoría de hombres y por qué no decir mujeres que quedaban mirando la forma en como los leggins que usaba le marcaban tan bien.

-Camila bueno, ella era una chica delgada, 170 cm de estatura aproximadamente, sin duda la más juiciosa entre los cuatro, un poco recatada ya que vestía la mayor parte del tiempo con ropa que le quedaba suelta pues odiaba que los hombres se le quedaran mirando como idiotas, decía poco tiempo tenia para perder con los hombres que solo iban buscando a las chicas por un rato y adiós.

-Andres era un joven alto de 180 cm aproximadamente de estatura, moreno, todo un picaflor, no había fin de semana que no llegara con una de sus “amiguitas” para estudiar en su cuarto y no salir de allí hasta después de cuatro horas donde la música era escandalosa, entre los cuatro era el que menos se preparaba para los exámenes decía tener una memoria fotográfica, sin embargo su media siempre estuve entre 3.5 y 4.0, muy bueno con los números lo que lo llevo a estudiar una ingeniería mientras Sara, Camila y Yo nos fuimos por administración.

-Para finalizar con las presentaciones en ese entonces yo era un joven flaco, no diría que tenía los músculos marcados pero si me cuidaba comiendo bien y haciendo ejercicio, como ya había dicho tengo 20 años, 185 cm de estatura, no voy a decir que tengo un miembro descomunal, al contrario es bastante normalito, en su plena longitud alcanza los 20 cm.

Era febrero del 2009 y ya entrabamos al 6to semestre de nuestras respectivas carreras y gracias a la amistad que llevamos entre todos la convivencia se llevaba muy bien en el apartamento, Sara tenía un novio al que conoció el semestre anterior y poco tardo en llevarlo a la cama, era todo un escándalo esa pareja cada vez que lo hacían en el cuarto, en más de una ocasión nos desvelábamos debido a los altos ruidos que los tortolitos generaban, poco se les veía discutir pero cuando lo hacían podían durar hasta 2 semanas sin cruzar una palabra así se encontrasen todos los días en la universidad.

Para estas fechas yo ya llevaba algunos meses intentando picar algo con una amiga llamada Lina la cual conocí en un día de disco en la cual fuimos algunos amigos de cada uno de nosotros, esa noche pude conocerla y aunque pocas palabras cruzamos en esa ocasión nos intercambiamos números y empezamos a generar una buena amistad hablando la mayor parte del día de cosas banales, como apenas iniciábamos clases podíamos darnos el lujo de estar cada en el apartamento o compartiendo con amigos en cualquier centro comercial, un sábado eran las 1 de la tarde y a me acababa de despertar pues la noche anterior había salido de jerga con el grupo y no habían clases a las que asistir los sábados cuando a mi celular llega un mensaje de Lina en el cual decía:

L- ¿Dónde estás?

Y- ¿En mi cuarto, quieres venir a hacerme compañía?

L- No seas tonto sabes que hace poco termine con Manuel y estoy hastiada, quiero unas vacaciones por largo tiempo para poder recuperarme.

Y- No te preocupes, era solo una broma, dime ¿qué quieres?

L- jajaaja lo sé, esta noche hay una fiesta en casa de una amiga y no quiero ir sola, ¿quieres ir?

Y- ummm no sé, ya tenía planes de ir a tomar algo con el grupo en la noche pero… Ok, te recojo a las 8.

L- vale te espero. Bye.

Tras haber acordado salir con Lina en la noche, decidí levantarme y buscar algo que comer en el refrigerador pues mis tripas no hacían más que gruñir para pedir algo que comer, a la final prepare unos emparedados y con un poco de refresco que había allí calme el hambre que tenía, la tarde transcurrió sin novedad alguna pues Andres como era habitual los sábados solía ir a ensayar con una banda en la cual se encontraba y él era quien tocaba la guitarra eléctrica, Sara y Camila se encontraban de compras y andando por allí.

A las 7:00 p,m. me preparo para ir a recoger a Lina colocándome un Pantalón negro con una camiseta que marca un poco mi cuerpo dejando ver las horas que le dedico al gym cada semana, a las 8:00 p.m. (me gusta ser puntual en mis cosas) llego a recogerla y vaya que de no ser por el asiento del coche (un BMW I8 que había recibido de mi padre al cumplir la mayoría de edad) me hubiera ido de espalda, llevaba un vestido negro muy escotado, corto y ceñido a esa figura parecía hecho a su medida por un modista, la hacía ver como toda una modelo profesional y sí que tenía con que lucir ese vestido ya que dedicaba gran parte de su tiempo libre a asistir al gym y darle forma a esa figura.

L- Cierra esa boca tonto, toma este pañuelo y límpiate.

Y- Disculpa pero estar para devorarte todo un estadio de futbol.

L- Por favor no empieces.

Y- Ok, no diré nada más por ahora.

L- ¿Vamos?

Y- Sí.

El lugar a donde íbamos se encontraba un poco retirado de la ciudad hasta que llegamos, era un chalet muy grande el cual se veía la multitud desde lejos, por lo que supe después por Lina el motivo por el cual me invito era porque sabía que allí iba a estar su ex y no quería que la viera sola, luego de eso no le vi ningún problema y le dije que en este lugar íbamos a pasarla muy bien y que no se preocupase por el idiota de su ex pues no iba a permitir que se acercase a ella ni un momento.

Ya llevábamos algunas horas en el lugar donde Lina y yo bailábamos toda pista que pusieran y bebíamos algunas copas que nos brindaban, pasada la media noche Lina se encontraba un poco pasada de tragos y me dijo que iba al baño, la estuve siguiendo con la mirada hasta que vi que su ex se aproximaba para intentar hablarle y poder arreglar las cosas, él también se encontraba un poco pasado de tragos y se empezó a poner un tanto pesado intentando tocarla todo el tiempo, al notar esto me acerque y le pregunte a Lina:

Y- ¿Sucede algo belleza?

L- No, creo que deberíamos irnos, aquí el ambiente ya se puso un poco pesado y este imbécil no quiere comprender que la relación entre los dos ya se acabó.

M- No digas eso Lina, yo aún te quiero y si es por este amigo tuyo le damos para el taxi y tú y yo seguimos la fiesta como en los viejos tiempos.

Y- ¿Qué es lo que dices?

M- Digo que tú aquí estas sobrando, Lina se queda conmigo.

Y- Aquí el que sobra es otro pedazo de….

No Alcance a terminar la frase cuando vi que un golpe con la izquierda se ubicaba pleno en mi cara haciéndome ir hacia atrás un poco, en ese momento la atención de los asistentes se centró en nosotros dos y al ver que venía otro golpe hacia mi logre esquivarlo agarrando su brazo torciéndolo un poco susurrándole

Y- no quiero peleas con nadie esta noche.

M- Me importa un carajo que no quieras pelea, yo lo que quiero es partir esa cara de niño bonito.

En esas, Lina se acerca y me pide que lo deje ya que no tiene sentido perder mi tiempo con una basura como él.

Lo suelto no sin antes devolverle el golpe en la cara que me había dado dejándolo un poco mareado en el suelo por la dureza del mismo. Al salir del lugar nos montamos en el coche y nos alejamos del lugar, durante el camino ambos estuvimos en silencio hasta llegar al portal de Lina la cual me pidió que subiera con ella pues quería hacerme curación en la ceja ya que tenía un corte debido al golpe que había recibido, a la final decidí subir con ella tras varios no de mi parte, al ingresar al apartamento (era la primera vez que lo hacía) ella me pidió que me sentara en el sofá mientras traía algunas cosas para hacerme curación, desde allí pude observar que era un sitio amplio y que vivía sola, tardó 5 minutos y al llegar inicio la curación finalizando con una venda en la ceja tras la respectiva limpieza de la herida.

Durante un tiempo estuvimos hablando en el cual ella no paraba de pedirme disculpas por el mal rato que me había hecho pasar arrepintiéndose de haber ido a ese lugar y haberme invitado a lo que yo tras verla un poco afectada por la situación le dije:

Y- No te preocupes, para mí ha sido un gusto tener a mi lado una belleza como tu durante la noche.

L- Para mí también ha sido un gusto compartir mi noche contigo, pero pudimos haber ido con tus amigos y quizás la hubiésemos pasado mejor.

Y- De eso nada, la noche aún no ha acabado, ¿por qué no mejor pedimos algo de tomar y bailamos un poco?

L- No suena mala la idea, en el bar tengo algunas botellas que he esperado para abrir con una buena compañía, allí también encontraras las copas.

Y- Ok, voy por ello, mientras tanto tu ve poniendo la música.

Nos pusimos en marcha y tras algunas copas y una que otra pista ella empezaba a estar más segura y el baile era más pegado, como era de esperar mi polla empezó a reaccionar a los roces que tenía con su culo y ella empezó a sentirlo, al inicio se intentó separar un poco pero se fue relajando poco a poco hasta el punto en que el roce entre mi polla y su culo era evidente, mis manos poco a poco iban acariciando sus piernas y una de ellas iba subiendo por su abdomen en busca de sus hermosas tetas, seguimos bailando y tomando más copas hasta que finalizó una pista, ni ella ni yo podíamos más, la calor era impresionante y el sudor ya recorría nuestros cuerpos, me senté en el sofá y me quede mirando como ella se agachaba para servir otro trago, al acercarse se inclinó otro poco mostrándome ese increíble escote a lo que me susurra:

L- ¿Que miras?

Y- Te miro a ti, a tu hermoso escote y a ese culo que tanto pide mi polla esta noche.

L- No creas que lo tendrás tan fácil, antes debes ganártelo.

Sin cruzar más palabras me beso a lo que yo aproveche para meter mi lengua y poder jugar con la de ella durante varios minutos mientras nuestras manos no podían quedarse quietas, tras algunos minutos ella acariciaba mi polla por encima del pantalón hasta que fue soltando el botón y bajando la cremallera para poder así introducir su mano por debajo del bóxer, su gesto no fue de desagrado en lo absoluto, pude notar que le gusto aquello que palpo y siguió con su maniobra subiendo y bajando, esto lo hacía mientras yo metía mi mano y acariciaba su coñito totalmente depilado por debajo de su braguita, puedo decir que estaba muy mojada, decidí quitarle el vestido mientras ella quitaba mi camiseta, nuestro beso no paraba, ella acariciaba mi pecho, mi espalda, mi polla mientras con una mano empezaba a bajar mi pantalón con mi ayuda para que no hubiera la incomodidad de prenda alguna, tras estar sin prenda alguna de mi parte, le quite el sostén el cual dejo libre un par de tetas grandes y deliciosas, tenían un pezón que parecía tener intenciones de rayar vidrios y eso me encanto, como pude nos dejamos de besar y mi boca empezó a bajar por su cuello entreteniéndose allí un rato, siguió a sus pechos los cuales mi boca atrapaba en ella uno a uno cada pezón pellizcándolos suavemente con mis dientes lo cual generó que ella se estremeciera por un momento como muestra de que aquel tratamiento que le estaba dando a sus pechos le gustaba, sin poder esperar más, la cargue y la acerque a la habitación de ella a la cual llegue gracias a que antes había visto cuando ella ingresaba allí por los elementos para hacerme curación, tras llegar allí la solté en su cama y estando yo encima de ella seguí con mis besos en sus pechos, continúe con su abdomen entreteniéndome un poco en ese ombligo al cual le introducía mi lengua y ella se volvía a estremecer, mientras mis manos no paraban de acariciar ese coñito que cada vez se encontraba más mojado, cuando llegue a su cintura decidí bajar su tanguita agarrándola con mis dientes y empezando a jalarlas, tras ver que su culo era un gran obstáculo para continuar bajándolo con mi boca desistí de la idea y mientras la terminaba de bajar con mis manos mi boca se ubicaba en ese delicioso y mojado coño, aún recuerdo lo rico que sabia y se me hace agua la boca de solo pensar en ese sabor y el cómo estaba en ese momento, ella no paraba de gemir gracias al tratamiento que le daba a su coño y el cómo agarraba su clítoris, tras varios minutos succionando esos deliciosos jugos que de allí salían.

L- Ummmm que ricooo, umm – ummm-

Y- No sabes las ganas que tenia de probar a que sabían este néctar.

L- Y aun me falta a mi probar a que sabe tu leche.

Tras ese comentario decidí colocarme yo boca arriba en su cama colocándola encima mío haciendo un delicioso 69 lo que me permitió a mi seguir disfrutando de las delicias de la vida y ella empezada a chupar mi polla, no sé cuántas veces lo ha hecho pero parecía toda una experta con su lengua recorría toda su longitud para luego introducirla en su boca y estando allí adentro jugar con su lengua mientras sus manos acariciaban mis huevos apretándolos una y  otra vez, vaya que era un verdadero placer tener mi polla en la boca de esta mujer, tras un buen tiempo proporcionándonos ambos un delicioso sexo oral decidí que era hora de introducir mi polla en ese coñito que tanto deseaba, ella al ver mis intenciones se incorporó y colocando su cara en la cabecera de la almohada dejando su culito en pompa dirigió mi polla a su coño empezando a introducirla muy lentamente mientras se acostumbraba, por el placer que sentía de lo apretada que la tenía me indicaba que hacía mucho por allí no entraba ningún individuo lo cual me genero un placer increíble haciendo que el ritmo aumentara proporcionalmente hasta el punto en que se convirtió en un vaivén frenético, ella no paraba de gemir

L- Ummm-mm-ummm que rico sigue –sig-ummmmmm

Y- no sabes las ganas que te tenía

L- Lo se mi amor yo también te tenía muchas ganas, tienes una polla deliciosa, no pares ummmmm

Y- Y tu un coño bien apretado, que delicia…

Mientras seguía con el mete y saca de mi polla en su culo me incline un poco para que mis manos pudieran agarrar sus pechos y estrujar sus pezones con mis dedos

L- Ummm papi que rico, trata a esta perra como lo merece.

Y- así que quieres que te trate como a una perra ehhh?

L- SIIIIIIIIIIIIIIIIII ummmmmm soy tu perra.

Y- Mueve ese culito para mí….

Ella como toda una sumisa empezó a mover ese culo frenéticamente generando grandes oleadas de placer en mi pene, lo movía de arriba hacia abajo, de un lado a otro y con su coño lo apretaba volviéndome loco de placer.

Y- Si sigues así vas a hacer que me corra.

L- Eso es lo que quiero, quiero que te corras dentro de mí, que me marques como la perra que soy, como tu perr-uummmmm.

Así seguimos durante un buen rato hasta que nuestros cuerpos se mezclaron en un gran orgasmo que nos llegó al tiempo y tras finalizar esta maravillosa primera sesión de sexo quedando muy satisfecho me acosté a su lado y ella puso su cabeza en mi pecho quedándose dormida en el acto, yo seguí mirando su hermoso cuerpo durante unos minutos hasta que también me quedé dormido hasta el día siguiente el cual al levantarme no la vi a ella en la cama, busque mi celular y al encontrarlo vi un mensaje de Lina que decía:

L- Ha sido una noche maravillosa, pensar que te tenía tan cerca y no aprovechaba las delicias que podía sentir contigo entre mis piernas, en el refrigerador hay comida, espero volver a verte pronto guapo, he salido y vuelvo más luego.

Tras ver ese mensaje una sonrisa se posiciono en mis labios, me levante, comí algo y luego me aliste para ir a casa, ya luego le escribiría para quedar nuevamente.

 

 

Me devoraron

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Soy Wendy, les contaré acerca de la primera vez que fui infiel y la verdad la vez que más he disfrutado del sexo y a pesar de que hoy en día sigo con mi novio y nunca se enteró, fue por mucho una de las mejores veces en la cama con un chico.

Soy de tez blanca más no pálida con toques de color durazno, la verdad tenía algunos amigos y amigas que decían que parecía una Elfa del señor de los anillos.
Mido aproximadamente 1.58, cabello color café oscuro, un rostro precisamente similar a una Elfa, ojos que inspiran ternura, boca pequeña, pestañas medianas, mirada coqueta.

No soy muy agraciada de los pechos, sin embargo tengo al menos, es la parte que menos deslumbra de mi cuerpo, tengo una cintura bien marcada pero no a base de ejercicio por lo que tengo un poco de pansa, no gorda más bien tengo de donde agarrar, una pansita sensual, una cadera pronunciada sin exagerar ya que junto con mis piernas y nalgas es la mejor parte de mi cuerpo, justo donde acaba mi cadera empiezan mis nalgas que muchas veces confunden con mis caderas ya que soy un poco ancha, dirían que tengo unas pompotas pero sin ser grotescas, mis piernas justo donde acaban mis nalgas son gruesas y muy bien torneadas, pero a tres cuartos para abajo comienzan a adelgazar y eso hace dejad mucho a la imaginación, dirían que son piernas de tenista pero tan trabajadas.

Todo empezó cuando recién entre a la universidad, por lo regular siempre me sentaba sola pero poco a poco comencé hacer amistades, uno de los se llamaba Luis, sin embargo sabia el por qué me hablaba, una como mujer siente la mirada cuando te busca para llevarte a la cama y el en una fiesta a la que fuimos varios amigos era lo que quería y ahí mismo me enteré que era una niña deseada y pretendida por algunos ahí, por esa razón deje de hablarle a Luis.

Comencé a hablarle a un grupo de amigos, María, Julio, Ricardo, Monse, Oscar y Fernanda, todos somos muy unidos y poco a poco avanzaron los semestres, a quien más le comenté a hablar fue a Ricardo quien cada que salíamos en grupo era de quién me tomaba de su brazo como amigos claro sin embargo ambos sabíamos que sentíamos algo más que en ese momento no reconocíamos y a pesar que yo tenía novio algo me parecía atractivo de el y su forma de ser, claro que era también por cuestiones que en aquellos momentos tenía problemas con mi novio y tal ves buscaba refugiarme en alguien.

En una ocasión decidimos salir al centro de la ciudad entre todos, aquel día decidí ir vestida con un pantalón de mezclilla claro y pegado que remarcaba mi sonríes, una blusa de tirantes blanca pegada y un chaleco, todo el trayecto me senté junto a Ricardo y nos abrazábamos mientras los demás platicaban, en el centro ya que llegamos me tome algunas fotos con el pegando mi cabeza y mejillas junto a las de el, de regreso ya que todos bajaron antes que nosotros el me dijo que me acompañaría a mi casa, aquel día nunca vi donde había comprado unos aretes que me regalo, los acepte y me abrazo, yo coloqué mi frente en la suya y sentí una enorme necesidad de besarlo el solo acercó su boca a la mía y tiernamente me dio un pequeño beso rápido, me abrazo y yo me metí a la casa, aquella noche no pare de pensar en el, era lo que mi novio no era aquel instante.

Sabía que tres semanas después nos teníamos que reunir todos nuevamente en casa de julio para grabar un video tipo cortometraje, pasaron las tres semanas y entonces acordamos que duraria la grabación al rededor de 2 semanas por que era para un proyecto escolar.

Ya en los últimos días estaba muy apegada a Ricardo y prácticamente eran bromas entre todos y ya ubicábamos la casa de julio, hasta nos dejaba a veces subir a descansar o jugar videojuegos en su cuarto, justamente para el último día sentía una necesidad de estar con Ricardo y algo dentro de mi sabía que el también conmigo, así que ese último día decidí vestirme un poco más provocativa, me puse un vestido que comienza abajo de los hombros justo en las axilas sin tirantes, color negro hasta la cadera y de ahí hacia media pierna se turnaba de líneas blancas y grises claro con oscuro, era un vestido corto pero tan vulgar, me puse unas medias negras con líneas aún más oscuras que llegaban casi hasta donde terminaban mis piernas y comenzaban mis nalgas, utilice un bóxer para mujer tipo cachetero y un liguero para sujetar las medias, me solté el cabello y use unas botas negras como estilo rockero, útiles una chamarra de mezclilla negra que me había prestado mi novio, desde que llegue note que hasta el novio de Monse me veía con cara de que me desnudaba con la mirada, y Ricardo también.

Sabíamos que no podíamos perder esa oportunidad así que Ricardo le dijo a julio por la tarde que subiría a su cuarto a jugar videojuegos, yo después de 15 minutos le dije que necesitaba dormir por lo que me dijo que podía usar el cuarto de su mama, así que subir, ahí estaba Ricardo esperándome, inmediatamente que llegue al barandal de arriba me tomo de la cintura y me besó, yo correspondí y caí rendida, inmediatamente me cargo, me tomo de ambas piernas y me llevó al cuarto de julio, su cuarto era pequeño, inmediatamente que entrabas a unos escasos centímetros a la izquierda estaba su cama, y a la derecha la pared y conforme caminabas texto pues parecía un túnel encontrabas el final de la cama y la tele igual a la derecha y al fondo la ventana, aunque entre el espacio entre el fin de la cama y la pared que estaba donde la ventana había un espacio pequeño como para que entrara un cuerpo completo sin embargo había cobijas amontonadas en el piso algunas bolsas, inmediatamente que entramos Julián me tumbo en la cama pero como no cabía de manera horizontal me incorporé rápidamente y me senté en la orilla de la cama, el cerro la puerta de madera y yo cruzo las piernas de manera sensual, de inmediato se puso de rodillas y me romo de mi barbilla y me besó mientras acariciaba mi pierna intentando llegar a mis nalgas, yo lo tomé de la nuca y no lo soltaba, abrí las piernas y el se incorporó, me tomo de ambas y subió mi vestido hasta tres cuartos de pierna y el se puso de rodillas ya encima de la cama, giró para que cupiéramos y me recostó y se acostó encima de mi, yo estire un poco mis pies para no abrazarlo aún con mis piernas en la espalda y entonces él comenzó a besarme y acariciarme, yo correspondí y lo tome con mis brazos fuertemente los pase entre sus axilas hasta sus hombros, entonces me tomo con su máquina izquierda mi pierna derecha y comenzó a masajearla intentando subir mi vestido hasta mi liguero, yo baje mi mano y la puse encima de la suya y poco a poco iba bajándola, me besó el cuello y entonces fue cuando pude voltearlo, quede encima de el cabalgandolo y puse mis manos sobre su pecho, el tomo mis piernas y me acarició hasta mi cintura, admirando todo mi cuerpo, me recosté completamente sobre el y fue entonces subió mi pierna a su cintura estando yo sobre él recostada nos acariciamos mutuamente, después de un rato asi volvió a darme la vuelta y mientras abría mis piernas o abrazaba de la espalda con mis manos, el puso sus manos en mi cadera y me jaló hacia el para que mis nalgas chocarán con sus muslos, enseguida yo visualizaba la escena y reírte mis manos hasta la altura de mis hombros como esperando la señal y algo coqueta, comenzó a desabrocharse el pantalón y yo como pude me quite un botín con un pie y el otro enseguida aún con las piernas medio levantadas a la altura de su cintura entre sus brazos.

Saco una pequeña bolsa cuadrada como chicle y supe que era un condon, en ese momento se lo puso frente a mí y casi sin parpadear metió mis manos en mi vestido sin bajarlo y llego hasta mi cachetero rápidamente, lo tomo por los extremos e intentó bajármelo pero lo rompió de la desesperacion, lo arrojó al suelo y yo solo asentí tiernamente con mi cabeza, enseguida me penetro y mientras me tomaba de la cadera y cintura, yo volví a colocar mis manos sobre sus hombros y el manoseaba todo mi cuerpo, coloque mis piernas extendidas sobre el sin abrazarlo y solo veía como rebotaban mis tobillos arriba y abajo sobre el, me excitaba eso, no podía gemir más que suave para que nadie nos escuchara, y el solo lanzaba “ah ah” rápidos para tampoco ser oído, después de un rato sentí que todo el cuerpo me picaba, estaba excitadisima

Poco a poco con el movimiento de su cadera penetrandome me fui haciendo hacia atrás de la cama hasta tocar con el barandal y la pared con mi cabeza, el me tomo de mis piernas ya con mi vestido casi dejando ver el inicio del liguero, me cargo y el se puso de rodillas en la cama y yo lo abrace de la nuca, lo rodee con mis brazos, me embistió al menos 4 veces contra la pared y barandal, entonces quizo ponerse de pie y mientras colocaba un pie en el piso de alfombra para apoyarse escuchamos como julio gritaba su nombre desde la sala, nos sorprendimos y yo me reincorporé rápidamente, y mi vestido que estaba ya casi hasta el liguero cayó sobre mis piernas tapándolas nuevamente, el aún lo tenía parado, esperamos al menos un par de segundos en silencio, sin embargo quería que acabara conmigo aquella tarde, y yo sabía que él quería comerme por completo, comerse aquella Elfa y pedazo de cuero, el mientras contestaba el llamado yo le besaba el cuello y su boca

El se escuchaba entre cortado y mientras lo tomaba del cuello lo jalaba hacia atrás hacia el espacio entre la cama y la ventana de la pared donde estaban las cobijas y bolsas en el piso, caminaba de puntas para alcanzar su cuello y de inmediato me tire sobre aquel rincón, al momento en que sentía que se alzaba el vestido y justo mientras caíamos me penetraba, con su mano izquierda me acarició la pierna derecha y la levanto, desde la puerta quien entrará visualizaba mi pierna derecha al fondo con su mano acariciandome y si levantaba la vista verían los cuerpos, mi cuerpo desde la cadera levantaba un poco por el montón de cobijas y bolsas en ángulo como de 30 grados, primero lo quite la playera y el a mi la chamarra de mezclilla de mi novio, la puso a una lado, me comenzó a quitar la parte de arriba del vestido tomando desde mis axilas y bajándolo hasta mi cadera, dejando ver si brasier negro y mi suculento abdomen y pancita sexy, me dio en un beso cerca de mi ombligo y continuo bombeandome, yo sentía mariposa por todo el cuerpo y pensaba que a pesar que había tenido sexo con mi novio y lo disfrutaba nunca había sentido una sensación así, el hecho de ser descubiertos me excitaba

Ricardo me devoraba por completo y yo me sentía completamente rendida y sin aliento, sentía que se me iba la respiración y quería gemir a todo pulmón, como pude apoye mi boca entre su hombro y oreja para tapar mi voz y comenzar a gemir en su oído y gritar “ah ah” no quería que se despegara de mi y tome la chamarra de mi novio, lo tape con ella y la usamos como sabana lo besaba tiernamente pero también perversamente,  inmediatamente Ricardo comenzó a acariciarme las piernas aún con las medias puestas, con su mano derecha tomo mi pierna izquierda pero no la tomo por la parte externa como normalmente lo hacen sino que la tomo de frente y poco a poco comenzo a subir su mano hasta mi liguero, yo estire esa pierna y sentí escalofrio por mi cuerpo comenzó a desvestir mi media y el liguero comenzaba a desprenderse de ese lado, dejo ver mi pierna desnuda, entonces alguien tocó la puerta diciendo si estaba ocupado pensando que era el baño, no nos importo y seguimos cogiendo, abrió la puerta de madera, era Fernanda, en cuanto vio la escena grito, “Wendy, hay wey” y se fue rápidamente cerrando la puerta, a mi se me escapo un grito muy muy agudo desde mi interior y no me pude contener, gemi todo lo que tenia guardado y Ricardo correspondio, de repente sentí caliente dentro de mí y supe que Ricardo se había venido y como no hacerlo con ese pedazo de cuero que se estaba comiendo, pero parecía como si estuviera orinando, se vino tanto que que sentí cómo comenzó a salir el semen del condon y caía dentro de mi, él quería sacarlo pero lo impedí empujándolo contra mi, lo abrace con mis piernas en su espalda y al hacer eso quedó aprisionado su pene contra mi vagina y no podía liberarlo, nosotros seguimos con lo nuestro y aquella tarde Ricardo devoró un cuerpo de mujer, y para mí fue la mejor noche de mi vida la cual quería que me hiciera suya.

Si me dieran a escoger entre que se enterará mi novio sobre aquella tarde o repetir eso, sin dudas escogeria que se repetiera con Ricardo, cambiaria eso por esa tarde de gozo.

Tengo fotos de como me veía aquella noche si me lo permiten publicar

Una propuesta hecha realidad

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Esto es una historia real que paso y estaba pasando en la actualidad.

Yo pase por algo casi igual, le pedí a mi mujer hacer un trió y ella con dudas en el primer momento hizo muchas preguntas y al pasa un tiempo dijo que si,  luego queríamos hacer un intercambio ya en diferentes ocasiones las personas con la que hablábamos eran muy vulgares y comenzamos a investigar mas sobre el tema, buscamos varias veces y conocimos a una persona que tenia pareja nos mandamos una serie de fotos y hablamos por mensaje con los dos, mi esposa es una morena muy atractiva de 165 un poquito gordita, de un buen culo, nalgas redondas y dura y senos duros, cabello largo, las fotos que nos enviaban eran muy interesantes y mi mujer se tomo varias conmigo, aunque estábamos de acuerdo nunca podíamos concretar un encuentro donde estuviéramos los cuatros, en una ocasión pudimos reunirnos con la esposa la cual es una mujer un poquito más clara que mi esposa, de cabello amarillo, ojos marrones, se le notaba un cuerpo lindo con unos senos parados llevaba puesto un yin, con una camisa blanca que le quedaba bien, la reunión se dio en un restaurante y allí hablamos sobre lo que se quería hacer, las mujeres al principio se tenían como cierta timidez, pero a medida que fue dándose la conversación fueron saliendo cosas interesantes, al final estuvimos de acuerdo en pasar un día junto los cuatros y si la química seguía pasaríamos a otra fase.

Paso una semana y por distintas razones no podíamos vernos los cuatros, cuadramos y nos fuimos a visitarlo y saber cómo era el compañero ya que solo teníamos referencia por fotos, llegamos a su casa en el sector Panaquier del Estado Miranda, ha debo decir que esto sucedió en VENEZUELA, y fue algo asi como un poco incomodo al primer momento, ya que no sabíamos cómo era él en persona y su esposa dijo que venía en camino pero estaba un poco lejos,  su casa,  era muy linda, tenia colores pasteles en las paredes, el compañero muy educado, estaba de chores y franelillas zapatos de goma, nos sentamos en un sofá, el en uno pequeño, allí hablamos de nuestro trabajos, nuestros hijos de que nos gustaba y asa empezamos a llegar a lo que habíamos venido eso la puso un poco nerviosa pero hablando con el ella se empezó a soltar un poco, llamamos a las esposa de compañero y nos dijo que venía en camino pero que estaba en una cola, mi esposa  llevaba unos pantalones rosados y una camiseta negra clarita, se dejaba ver su juego de ropa intima que era blanco, y su cuerpo se veía muy sexual, de pronto ella recibió una llamada se paro y recorrió la casa hablando por teléfono, yo me quede con el compa en la sala y le dije que tenía una mujer muy linda el alago a mi esposa y manifestó que el pantalón le quedaba muy bien y su pelo era lindo, seguimos hablando y pasaron como 5 minutos de pronto ella dijo muy linda su casa y como es su cuarto, me puse como rojo y mis manos comenzaron a sudar. él le dijo este es, señalando el del medio, el otro es de mis niños, ellos están estudiando en este momento, la ventana de la puerta estaba medio abierta, le hice seña que la cerrara que hiciera como si no estuviera nadie en casa, el lo hizo y luego saco de la nevera tres  cerveza, ella se vuelve loca tomando cerveza pero lo hace en muy pocas ocasiones, nos tomamos la primera muy rápido y dijo que tenía calor que las esposa del compañero la había llamado que estaba en una cola y que podía ser la ama de casa, cosa que no entendí al momento, pidió ir al baño, y se fue con otra cerveza en su mano, yo me quede hablando con el compa y le pregunte si vendría alguien, el contesto que no que sus hijos venían como a las cuatro de la tarde y era apenas las 11 de la mañana, y allí la gran sorpresa ella apareció en la sala sin la ropa solo tenía pataletas y sostén, se tomo un trago de la cerveza y la demás se ha hecho en su cuerpo y nos dijo que si no queríamos probar, yo deje que el compañero actuara primero, el la agarro y la beso que casi la ahoga, y, poco a poco fue besándole el cuello hasta que llego a sus pechos le quito el sostén y le chupo los pezones, le pasaba le lengua por ellos y los mordía,  ella metió sus manos por la camisa y le acaricio la espalda y luego se la quito, yo me quede como congelado con lo que estaba viendo, de pronto él le compensa a quitar la pantaletas, la sentó en el sofá pequeño le abrió la piernas y le empezó a meter la lengua en cu kukita, ella grito en el primer momento y le agarro la cabeza se la empujaba mas y mas, en eso yo me desnude y me acerque ella me empezó a mamar el huevo, pero ya estaba que gritaba, pasaron como cuatro o cinco minutos y exploto en un orgasmo que tuve que darle un cojín que estaba en un mueble pequeño para que no se escuchara el grito de placer.

El se aparto y ella quedo como ahogada acariciándome el huevo con su mano y susurro que rico le dio un beso a él y dijo me dio un calor, se paro y fue a baño, yo me fui detrás de ella abrió la regadera y el agua era un poco caliente a nivel natural, ya que estábamos en una zona caliente, de pronto entro al baño el compañero, con tres cerveza le dio otra y ella se tomo la mita la otra me la hecho encima y nosotros hicimos lo mismo con ella, ella tomo de la mano al compañero y le quito el interior y dios cuando apareció el mostró del compañero, era súper grueso y como se 18 0 19 centímetro, ella dijo algo así como dios hoy me van a matar, debo decir que el compañero era muy dulce la trataba con cariño cosa que a ella le gusta, ella bajo y se lo metió en la boca le pasaba le lengua y el gemía de placer yo le di la vuelta y se lo metí por su kukita cosa que le gusto, la sentía húmeda y de estaba dando la cogía que ella quería,  mientras seguía manándoselo y así pasamos un rato hasta que intercambiamos, cuando el se lo metió ella pego un grito de dolor y placer por mas que estaba lubricara casi la hace llorar, en la envestí ya que fue muy brusco en ese momento y le hice seña que fuera mas rápido asta que ella dijo que parara que iba ha acabar estaba como loca me agarro de las dos manos y la apretabas, yo le hice seña que no,  la bese para que se controlara, y exploto en placer y el compañero también, el dice que ella le apretó el huevo con la kuka que lo hizo llegar, su respiración era rápida y comenzó a mamármelo mas rico y yo explote en su boca, fue algo súper rico sentir que acababa en su boca, debo decir que en muchos años eso nunca lo había hecho,  nos bañamos los tres juntos y de pronto me dijo al oído vete para la sala.

Salí de baño asía la sala y cuando voltee ella lo traía agarrado de la mano lo metió en su cuarto y entendí que ella quería disfrutar más, me dedique a ver pero yo estaba que explotaba de nuevo, la acostó en la orilla de la cama y le dio otra mamada de kuka que luego me comento que la hizo llegar dos veces, recuerdo que le puso las piernas en sus hombros y se lo metió de un golpe y ella grito dijo hayyyyyyyy que ricoooooo lo recuerdo claro, las envestidas eran fenomenal y tuve que masturbarme ya no aguantaba más, la voltio y ella se sentó arriba de él y seguía gritando se acariciaba los senos y de pronto le dijo algo al oído el me hizo seña y allí se acostó toda en su cuerpo y el le abrió las nalgas y entendí lo que quería, se lo metí con cuidado por el culito le dolía pero estab difrutando, de pronto su cuerpo empezó a temblar y reventó en un aullido de placer que apretó la kuka otra vez y el compañero volvía a llegar yo le hice seña que la agarrara y se lo hice rápido y aunque le dolía no dijo nada hasta que acabe, quedamos los tres en la cama ella en el medio, de pronto se fue a bañar regreso y el compañero hizo lo mismo, allí me dijo que eso era una locura pero que le gustaba mucho, me dijo quiero que me dejes sola con el media hora yo me sorprendí y me dijo tú fuiste el que quiso esto así que déjame disfrutarlo, debo decir que me fui a bañar y me tome dos cerveza, en la sala se escuchaba sus aullidos y sus gritos de placer, yo quise ver pero no podía pasaron como veinte minutos y el salió súper sonriente, me dijo te toca a ti, entre y me hizo de todo hasta que le acabe en la boca otra vez  que me sorprendió dado que nunca se lo había hecho.

Descansamos en la cama nos bañamos de nuevo ella se puso una ropa interior rosada que traía en su cartera nos tomamos dos cerveza ella nos beso y dijo y a qué hora llega tu esposa, el dijo que no sabía que estaba en camino pero no tenía idea que le había pasado, no dijo que ella la había llamado que estaba en una cola pero que le daba permiso para ser la ama de casa con toda las de la ley y que luego ella se incorporaba, sé echo a reír porque la de la idea de la cerveza fue la esposa del compañero, el se sorprendió y dijo que su esposa era creativa, paso como media hora más y sentimos que estaba abriendo la puerta él se asusto porque no sabía cómo iba a reaccionar su esposa, se puso el chor y la camisa y yo me puse un poco nervioso porque mi ropa estaba en la sala, mi esposa se rio ya las cervezas empezaba hacerle efecto eran la una y media de la tarde, pasaron como diez minutos y a mí me pareció una eternidad, me puse un paño y salí a la sala sentí las voces en la cocina y me asome, ella se estaba tomando una cerveza y pregunte algún problema, el con cara de alarmado dijo no, y ella respondió clara que si y se echo a reír, dijo no se ponga nervioso yo estoy consciente de lo que está pasando, de hecho yo le di permiso a su pareja asi que solo espero que ella lo haya disfrutado, en eso apareció mi esposa envuelta en un paño y con una cara de pena, pero a la vez de picara, las esposa del compañero dijo huyyyy como que bastante calor en esta casa así que yo me pondré cómoda y se termino de tomar la cerveza y se fue a su cuarto, cuando paso me pico el ojo y la agarro de la mano a mi esposa y le dijo vente que tenemos que hablar, tratamos de escuchar algo pero eran puros susurros y risas, salió la esposa envuelta en un paño directo al baño y yo entre al cuarto con cara de preocupación, mi esposa dijo riéndose que tienes que esta como serio, yo conteste que nada y pregunte que te dijo, ella se rio y me dijo nada que quiere que les lleves una cerveza al baño y le dices a su esposo que me traiga una a mí y se volvió a reír.

El compañero estaba como nervioso también no se había movido de la cocina y le dije lo que había dicho, yo agarre una cerveza y me fui al baño cuando llegue fue algo espectacular, su cuerpo era blanco sus senos redondos, un poquito más gorda de lo que yo me la imaginaba y se estaba restregando el cuerpo con jabón, se quedo viéndome y me dijo usted como que es medio penoso verdad, yo solo dije algo, y me dijo bueno tráigame la cerveza, se la di i dijo y no se piensa quitar el paño, me lo quite y me metí a bañar otra vez,  pero esta vez con una mujer que no era mi esposa, nos besamos y comencé a pasar la lengua por su cuello, le mordí su oreja ella me acariciaba con una de sus manos y agarro el huevo y comenzó a masturbarme y me dijo tu esposa me conto lo que le hicieron así que quiero que me lo hagas a mi mejor que a ella ya que me dio envidia lo que me conto, yo me puse a mil ella se tomo un trago de la cerveza y bajo cerro el agua y bajo y escupió el trago en huevo y se lo metió a la boca, debo de decir que lo hacía bien pero no tenia ritmo, se levanto y me dio su espalda yo la agarre y se lo metí su kuka estaba suave y ella se retorcía y acabo de pronto sentí su liquido caliente y así estuvimos ella lo saca se dio la  vuelta y se lo volvió a meter a la boca y dijo sabe rico muy rico y allí explote acabándole en la boca, para mí era algo extraordinario le había acabado a mi mujer dos veces en la boca y esta era la tercera ves pero en otra boca, subió agarro la cerveza y se tomo el ultimo trajo que le quedaba y me beso fue algo rico, me pregunto que si me había gustado y yo dije que sí.

Nos volvimos a bañar y salimos, debo de decir que en los momentos que estaba con ella en el baño se me había olvidado mi esposa y el compañero de verdad que ni un pensamiento para ella en ese momento, de pronto cuando estábamos saliendo escuchamos los gemidos de ella y se sentía que le estaban dando en el alma porque solo decía no lo saque por favor, no lo saques por favor, yo fui a abrir la puerta del cuarto que estaba entre abierta y ella de agarro la mano de manera brusca y me dijo, ya va déjala tranquila que tu y yo no hemos terminado, a ella la hicieron acabar en el sofá bien me toca a mí, y me empujo a la sala yo me senté pero y ella entro a la cocina, trajo otra cerveza y me dijo se están acabando, se sentó al lado y me dio un rico beso de nuevo su lengua se enterraba en mi boca y era rico, de pronto nos separamos y me dijo que si quería un trago, yo respondí que si, y ella abrió las piernas se metió la punta de la botella en su kukita y se vació la cerveza y me dijo pruébala pues, yo baje y le di una rica mamada de kuka, se la chupaba se la mordía, le pasaba la lengua por su clítoris ella gemía y agarraba mi cabeza y solo dacia que rico que rico que rico, y su kuka empezó a temblar y acabo en mi boca, yo subí y la bese de nuevo y ella agarro mi huevo y me dijo métemelo, me senté en el sofá y ella se monto encima de mí, comenzó a cabalgar, de pronto sentí que me pasaban la mano por mi cara y era mi esposa y con su boca buscaba la mía, yo respondí y ella me dijo al oído conmigo nunca has hecho algo así esa me la debes, ella se aparto y vi como la compañera le estaba mamando el huevo a su marido y el solo decía disfruta mami que en la noche te toca tu postre.

Yo acabe rico y ella volvió acabar de pronto cuando volví en si fue porque a mi esposa la tenía otra vez clavada al frente mío, se veía como ella cabalgaba, le entraba y le salía y ella se agarraba del cuello del compañero, hasta que acabo y se sintió ahogada, ella se separa y paso algo que me sorprendió una vez más, la esposa del compañero se acerco a él y comenzó a chuparle el guevo hasta que el acabo en sus tetas solo dijo rico papi.

Ya eran las tres de la tarde, descansamos él al lado de mi mujer yo al lado de la suya, nos bañamos una vez más los cuatro, y nos vestimos rápidamente por que ya iban a llegar sus niños del colegio, las mujeres comenzaron a prepara una comida y nosotros hablando en la sala, llegaron sus dos niños uno de 12 y una niña de 8 años, comimos de lo más normal ella le dijo a sus hijos que éramos compañeros de trabajo y que nos verían más seguido.

Bueno fue una tarde o un día muy rico y distinto, cuando veníamos en el carro sentíamos que no queríamos hablar solo nos veíamos y nos reíamos, ella soltó el silencio y dijo ahora quiero hacerlo con su mujer y el y luego ella y yo contigo y nos volvimos a reír.  Llegamos a la casa y en la noche con una luz oscura hablamos de lo que había pasado y lo volvimos hacer el amor y allí me contó que sintió cosa que cada vez más me excitaba.

Nuestra relación ha mejorado mucho desde ese momento, y todavía compartimos con la otra pareja, cada quien tiene su alta y bajas en lo personal y matrimonial, nos aconsejamos como amigos y como parejas y también nos ayudamos. Con el compañero lo hemos hecho dos varias veces, con su mujer lo hicimos también y ella ha salido con ellos y la paso bien.

Estas dos mujeres se hicieron amigas y se cuentan todo, hemos salido y nos hemos quedado en hoteles en cuartos separados pero él con mi mujer y yo con la suya.

Y lo último que se hizo fue los cuatro juntos y una amiga de ella que eso fue súper rico porque descubrimos que nuestras mujeres habían tenido una aventura con esa amiga y habían estado las tres juntas, nos  contaron muchos detalles pero yo si vi que cuando estábamos con ella los dos estas dos se besaron dos o tres veces.

Si les gusto escriban al correo elbambino156@gmail.com

Mi esposa tiene actualmente 40 años yo 43 el compañero 41 y su esposa 38 y la chica tiene 23 y todo esto comenzó hace dos años y medio.

Si quieren más detalles de lo que hemos hecho escribamos y se los mandamos, hemos decidido escribir esto de mutuo acuerdo entre los cuatro solo esperamos sus criticas y esperamos que sean positivas.

El Dia Antes De La Felicidad

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Me llamo Daniel tengo 26 años, cabello ondulado castaño oscuro, me dedico a distribuir productos a bares y restaurantes vivo con mi hijo actualmente solos, actualmente vivo en España, pero soy de Costa Rica.

Mi vida ha transcurrido digamos normal en mi sentido privado, hasta cierto punto de adolescente me internaron a un colegio casi solo habían varones esa fue mi primera vez que tuve una relación con otro chico pero no es en si lo que os quiero contar, luego de mi compañero del internado anduve con chicas no era mi prioridad buscar contacto gay pero claro si se daba la oportunidad pues no me negaba hasta los 18 años solo estuve con 3 personas de mí mismo sexo contando el del internado.

Quizá este comportamiento me hizo lo que soy ahora, a los 18 años estuve con una chica “Giulia” de la misma edad yo ambos nos conocimos en la Universidad, nuestra relación pues era de lo más genial, jamás he conocido nadie como ella, en el sexo pues éramos como si no hubiera mañana, como si del sexo dependiera nuestra vida, como si el sexo nos diera todo lo que necesitamos de la vida, nos acompañamos y eso fue más beneficio aun para ambos, vivir juntos sexo, sexo y sexo habían ocasiones cuando estábamos en casa todo el día me decía que me quedara sin ropa y cuando ella quería me abrazaba por detrás y me agarraba el pene hasta que fácilmente y rápido lograba una erección y ella encaminaba su boca hasta engullir lo que más le gustaba.

De mi parte pues, en momentos del día no me resistía verla desnuda , la agarraba por atrás y le pasaba los dedos por la vagina siempre mojada no sé cómo le hacíamos para estar siempre excitados, me encantaba hacerle sexo oral igual que ella a mí y siempre terminábamos con mi polla dentro de ella, era una vida de lo mejor que se puede tener cumplimos 1 año de vivir juntos hasta que ocurrió lo que no teníamos pensado, estaba embarazada yo con 19 años no sabría qué hacer, siempre nos protegíamos ella pues creo que lo tomo más calmada casi nunca la vi preocupada como yo, peleábamos continuamente, me faltaban dos años para terminar mi carrera universitaria.

Mis padres no sé cómo se lo tomarían la familia de ella tampoco, ambos veníamos de familia de clase media tanto ella como yo éramos hijos únicos y digamos que económicamente estábamos bien, pero mis padres eran más permisivos que los de ella, estaba aterrado con esa situación ya casi no teníamos sexo y cuando lo teníamos era sin tanta satisfacción y ella lo notaba hasta que me dijo que era mejor contarles a nuestros padres.

Fue así les contamos a mi mama  y papa jamás olvidare esa mirada perdidas como en el fondo diciendo, “maldito pendejo (sí, mi mama era algo pasada de palabras a veces) para esto te mantenemos, te damos todo y así nos pagas” mama lloro pero creo que el que más se sentía perdido era yo, mi papa solo me dijo que otro día hablaríamos y nos fuimos de la casa con mi novia, pensábamos ir donde la familia de ella pero no era mucho.

Luego dos días después fuimos a la casa de ella y pues recibí algo que ni yo me lo pensaba, sus padres enojados me dijeron que me fuera y que su hija se quedaría ahí, deje la universidad esa semana caí en depresión, alcohol casi a diario a las tres semanas apareció Giulia lloramos juntos en todo ese tiempo no la había podido contactar porque los padres le habían privado de todo contacto conmigo, solo llego a traer sus cosas y llorando se fue, prometiéndome que pronto se arreglaría todo

Pasaron unos meses y comencé a trabajar en un bar no recibía mala paga, y creo que esto me sentó muy bien porque me hizo más independiente y con los pies en la tierra, mis padres no querían que dejara la universidad pero ya no quería regresar, Giulia siguió estudiando siempre llegaba a verme al trabajo, hasta que tuvo el bebe, ese día creo que hasta sentía cada latido de mi corazón a mil por hora llegue al hospital y vi ese pequeño hermoso mi hijo, estaba tan feliz, ese día yo no era ni la sombra de cuando supe que estaba embarazada.

Incluso esa semana hicimos las pases con la familia de ella todo era como antes, con la ayuda de mis padres nos fuimos a un apartamento mas comodos, Giulia termino su carrera y nos turnábamos para cuidar el bebe lo que menos queríamos era contratar a alguien para que cuidara mal a nuestro hijo.

Cuando cumplio un año mi hijo, que por cierto se llama Alessandro cuando le hacia cambio de pañal, se le veía tan delicioso el ano rosadito húmedo y la piel tan suave muchas veces le tocaba y solo se reia pero me detenia pues era mi hijo, pues ya con Giulia vivíamos juntos de nuevo pero ya no teníamos tanto sexo como antes.

Así que en tantas calenturas y mis contradicciones de mi conciencia cuando lo cuidaba a Lucas me anime y le pase la lengua que al parecer le gusto y a mí también, desde ese día era como ya mi tarea designada comerle su ano rosadito a veces solo le levantaba las piernas y me ponía a mi tarea o me acostaba y lo sentaba en mi cara agarrándolo para tenerlo más cerca me encantaba su olor su piel su color como le quedaba mas rosadito cuando se lo terminaba de mamar.

Nunca le hize cosas fuertes como intentar penetrarlo o meterle los dedos me bastaba con la lengua y mi polla siempre estaba a reventar, fue asi como después de 8 meses me decidi por probar sexo oral con el, mi hijo pasaba mas tiempo conmigo que con su mama y me tenia mas afecto a mi que a ella, asi que ya casi a los dos años mi hijo poco a poco le fui ensenando como chuparme la polla a esa edad no se pero casi siempre los niños tienen la boca mojadita suave y eso me prendia tanto a veces lo besaba me encantaba que movia su lenguita un poco torpe ese sabor tan dulce tan rico de un niño es lo mejor que se puede probar muchos me entenderán y como cuando tenia sexo con Giulia y me decía de pasar desnudo por la casa asi me la pasaba con mi hijo siempre desnudos, en la tardes que no trabajaba veíamos una película y me agarraba la polla y le decía que si quería y el con gusto veía la película y con la polla adentro de su boquita.

El semen siempre le gusto, la primera vez que me corri se asusto y le dije que estaba bien no era necesario que lo probara y a levantarme iba para limpiarme pero el acerco su boca y lo probo y le dijo que le gustaba claro en sus palabras de niño porque apenas podía hablar y siguió chupando a dejarla limpia lo bese se sentía tan rica su boca su textura después de mamar con sabor a semen siempre me ha calentado tanto incluso con Giulia lo hacia y pues así se basaba nuestro tiempo juntos siempre en besos, sexo oral y a el le comia su ano rosadito, yo no se si el sentía satisfacción alguna como placer por su edad pero era claro que le gustaba mi polla y el semen.

En ocasiones me sacaba hasta 4 veces la leche, les cuento mas o menos con detalle llegaba de trabajar y Giulia se iba, cuando se iba me daba un baño con mi hijo y nos íbamos a la sala o a mi habitación desnudos, prendíamos la tv pero no la mirábamos casi nunca, el se ponía sobre mi y sentir su piel suave me la ponía dura en segundos lo abrazaba le pasaba los dedos por su anito rosa y le besaba la boquita luego le daba vuelta que me quedara justo en la boca su ano y con esfuerzo el llegaba su boquita a la cabeza de mi polla me la chupaba y yo me daba gusto con su ano hasta que me corria y se lo tomaba toda me la limpiaba bien y quedaba siempre sobre mi veía la tv con su mano en mis bolas después como a los 10 minutos comenzaba a mamar se veía tan lindo y jamas me hubiera imaginado que me llegaría a pasar eso.

Luego dormíamos unas dos horas y me volvia a dar otra mamada por lo general me daba 3 diarias fueron pocas cuando me hizo mas de 3, ese día lo bañe y ahí me la chupo otra vez, cenábamos y esperábamos a mama a que llegara como si nada había pasado y cuando ella me llamaba que llegaría tarde le decía si quería un poco mas y el siempre con gusto me daba una mamada rápido, les dire que no era una mamada de profesional porque un niño no entiende mucho aunque le expliques siempre lo hara un poco torpe pero la satisfacción de sentir una boquita tan pequeña y que sea tu hijo aunque no lo haga perfecto pues se siente lo máximo.

Ahora mi hijo esta por cumplir 6 años hemos hechos cosas más que esa como su primera penetración, desde que la mama de Alessandro se separo de mi vivimos mas al limite juntos en mis vacaciones mas que todo, casi siempre desnudos lo consiento y somos felices muchos de ustedes entenderán como se siente esa felicidad en carne propia

Los saludo a todos y gracias por leer, no se que tan bueno soy escribiendo quiza no me comparo a muchos buenos relatos que he leído por aquí no era ese mi punto sino de algún modo quise compartirles esto de mi vida.

 

Alejandra, la bruja caliente

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Por mucho tiempo he escuchado los relatos de cornudos que sus parejas le fueron infieles incluso amigos en los bares que frecuento y creía que a mí no me pasaría ya que mi pareja la encontraba muy fiel.
Mi nombre es patricio soto y contare como fui engañado por la mujer que yo amaba y creía única, ella se llama Alejandra Araya y se dedica a las terapias complementarias “hace reiky, lee el tarot y cosas por el estilo” y se hace llamar Alejandra sidhe Araya.
Alejandra es una mujer de 28 años, de 1.68 cms, de cabello largo y melena de color negro y piel blanca, Alejandra tiene un rostro poco común ya que posee las cejas de doctor spock de star trek y el rostro de la cantante cheer.
Con Alejandra llevábamos 4 años de pololeo y decidimos vivir solos hace unos dias a un que ni tan solos ya que vivíamos a unas cuadras de sus padres en la comuna de Ñuñoa “en chile”, como dije la Alejandra se dedica a la lectura de tarot entre otras cosas esotéricas o new age y lo hacía en su casa.
Con la Alejandra decidimos salir a beber algo a un bar temático de videojuegos “ insert coin “ en Ñuñoa y en ese lugar me cuenta que tenemos vecinos extranjeros haitianos y me cuenta además que conoció al dueño de casa de nombre Olivier y que era un hombre de 60 años y era bien fornido además de alto.
Cierto dia domingo yo estaba en el jardín regando cuando aparece la Alejandra que había salido a comprar al super y llega junto con Olivier y era bastante alto y musculoso a pesar de su edad, el se presenta y me dice que era nuestro vecino y me cuenta que es viudo y que vive con sus dos hijos uno de 42 y de 41 años de edad, luego el negro se despide de nosotros pero note que se despidió de forma provocadora con la Alejandra y eso no me gusto para nada al notar que ella no hiso nada, en cambio vi que le había gustado.
Pero no dije nada, no soy de esos que pelean por cualquier cosa y dejé pasar el día, cierto día había llegado de una entrevista de trabajo y al llegar a la casa vi que la Alejandra estaba roja y algo sudada pero solo me dice que estaba ordenando la casa, lo raro que los días pasaban y la historia se repetía varias veces y ella siempre me contaba alguna excusa.
Ya esto me estaba incomodando, pero hasta yo me respondía solo y pensaba que a lo mejor tenía mucha pega leyendo el tarot pensando que levantar unos naipes y beber té fuera un gran esfuerzo, por primera vez estaba desconfiando de la Alejandra, pero no tenía pruebas de nada ni sabía con quién, a veces la veía saludar a los vecinos haitianos, pero no podrían ser alguno de ellos ya que aparte son extranjeros y son negros además de muy viejos.
A veces trataba de ver su Facebook y su celular, pero no podía, salíamos y la notaba algo distraía, parece que ya no le gustaba estar conmigo.
Ya no sabía qué hacer y por casualidad me encontré con un viejo amigo que le había pasado por algo parecido y me dijo que había puesto cámaras escondidas y que se veían los videos por internet, tenía la duda de usar cámaras, tenía remordimientos por desconfiar en ella.
Fui al centro y entré a una tienda que vende cámaras espías y compré varias cámaras y cada cámara la coloque de forma estratégicamente para que no se notara y tuviera una amplia gama de vista, en total habían cámaras en el living, comedor, baño, nuestro cuarto y jardín pero seguía con remordimientos como podía hacerle algo así a la Alejandra.
Pero ya no había vuelta atrás y seguí con lo planeado, le dije a la Alejandra que toda la semana tendría que ir a la casa de mis padres después del trabajo “le dije que ya había encontrado” porque estaría sola la casa ya que saldrían por una semana (y era verdad).
Era lunes por la mañana y me fui rápido a la casa de mis padres, me habré tardado una hora máximo, me dirigí rápidamente a lo que era mi cuarto y conecté el computador y al servidor ip de mis cámaras.
-9 am y la Alejandra ya se había levantado y estaba tomando desayuno.
-10 am se va al living y comienza a ver su computador.
-10:45 am llaman a la puerta.
-10:47 am ella va hacia la puerta de entrada de la casa.
La Alejandra llega a la puerta y era el vecino haitiano Olivier y sin pedirlo lo hace pasar, el negro se sienta en el sofá y se veía raro ya que por sus largas piernas lo hacía algo incómodo, pero no importaba eso lo que me molestaba era porque lo hacía pasar así tan fácilmente.
El negro llevaba puesto unos pantalones de mezclilla azul y una polera bien ajustada y la Alejandra una blusa negra con encaje y pantalón de mezclilla negra, el viejo negro saluda a nuestro perro “ralphie” que se había echado al lado de el mientras que la Alejandra le servía una taza de té que lo pone en la mesa de centro y luego se sienta al lado de él.
Yo pensaba que a lo mejor le iba a tirar las cartas, pero no porque ellos se pusieron a conversar.
OLIVIER: Alejandra ¿estarás sola toda la tarde?
ALEJANDRA: si, patricio pasara a su casa después de salir del trabajo.
OLIVIER: que bueno, así puedo estar más rato contigo.
Que cosa? Porque le dijo algo así? Esto no me estaba gustando para nada.
ALEJANDRA: ¿jajaja ya déjate acaso no ves que estoy con patricio?
OLIVIER: pero niña que tiene de malo? ¿O ya se olvidó de nuestras charlas?
ALEJANDRA: jajajaja si se.
En eso la Alejandra bebe un sorbo de té y el viejo negro le toca la pierna lo cual hace que ella desparrame un poco de té.
ALEJANDRA: pero Olivier no seas tan cargante jajajaja.
OLIVIER: pero porque Alejandra si solo soy cortés además unas caricias no hacen daño.
El desgraciado le había tocado la pierna a la Alejandra y esto cada vez se ponía más mal, mi corazón latía fuerte y me estaba faltando el aire.
OLIVIER: ¿y cómo te va con tu trabajo Alejandra?
ALEJANDRA: más o menos, han reservado pocas horas, pero me ayudado a investigar algo de tu cultura y la magia.
OLIVIER: pero Alejandra podrías preguntarme a mí que yo sé mucho.
ALEJANDRA: bueno entonces.
OLIVIER: y Alejandra como te va con tu novio y lo digo en el plano sexual ya que para un brujo o bruja es muy importante según mis creencias.
ALEJANDRA: ¿enserio?
OLIVIER: por supuesto Alejandra.
En eso le toca de nuevo la pierna a ella y esto cada vez se ponía más mal, estaba viendo como un viejo haitiano de casi dos metros y musculoso le coqueteaba a mi novia y yo aquí viéndolo todo.
OLIVIER: ¿y me contaras si tienes buen sexo?
ALEJANDRA: ¿pero porque me lo preguntas acaso no se nota?
OLIVIER: pero te falta probar la carne negra y veraz que es mucho mejor.
Le dice tocándole los cabellos de ella.
ALEJANDRA: no entiendo el afán del sexo si solo son cuerpos desnudos tocándose sin sentimientos relacionados a no ser si son pareja que sería hacer el amor.
OLIVIER: así es Alejandra es puro sexo y es muy bueno para la salud y además tu cuerpo es libre.
ALEJANDRA: claro que sí.
OLIVIER: ¿Alejandra te encuentro un poco sudada acaso este negrito te tiene caliente?
ALEJANDRA: la verdad si
Yo solo veía y escuchaba, estaba sin palabras por lo que estaba viendo.
OLIVIER: ¿sabes del mito de los negros?
ALEJANDRA: jajaja si se, de que tienen los penes grandes.
OLIVIER: y quieres ver el mío?
ALEJANDRA: mmm no sé si debía hacerlo, estoy algo nerviosa.
OLIVIER: pero Alejandra si solo lo veras y no haremos algo que no queramos hacer
ALEJANDRA: pues claro que sí.
El viejo negro se echa para atrás sentado en el sofá y como puede se desabrocha el cinturón y el botón del pantalón de mezclilla, sacando una gorda una muy gorda verga y muy larga y se notaba que no estaba erecta.
ALEJANDRA: oooh que inmensa es Olivier.
OLIVIER: pues te digo Alejandra que no la tengo erecta todavía.
ALEJANDRA: si eso veo Olivier, pero es gigante.
OLIVIER: si quieres puedes tocarla
ALEJANDRA: de verdad?
OLIVIER: claro que si Alejandra tócala y veras como se agranda más.
ALEJANDRA: entonces aquí voy.
La Alejandra con solo dos dedos toca la verga gorda del negro.
ALEJANDRA: es muy lisa a pesar por sus venas y el prepucio.
OLIVIER: pero no seas tímida usa toda la mano.
ALEJANDRA: está bien Olivier
Ella esta ves usa toda su mano y palpa la verga negra pero solo la tocaba no jalaba el prepucio que se mantenía en su lugar arrugado en su punta.
OLIVIER: bien Alejandra ahora jálame la verga o pishula como le dicen a la verga en chile.
ALEJANDRA: bueno Olivier lo hare, pero no debería hacerlo esto es mi primera vez que hago algo así ni a mi novio.
La Alejandra la agarra de nuevo y comienza a pajear al negro lentamente y a medida que lo hacia la verga crecía más y más y él ponía más cara de placer, esto me estaba matando por dentro.
ALEJANDRA: ahora si se está poniendo dura Olivier
OLIVIER: claro que si Alejandra, pero no te detengas que lo haces bien.
A medida que la Alejandra lo pajeaba crecía más ya se comenzaba asomar el glande y ella no dejaba de mirarlo porque estaba brotando liquido pre seminal de él y comenzaba a generar algo de espuma.
OLIVIER: oooh Alejandra lo haces muy bien.
ALEJANDRA: gracias
La Alejandra se acerca un poco más al negro y comienza a pajearlo con más ganas y a medida que lo hacía más crecía en sus manos, en eso Olivier le dice.
OLIVIER: Alejandra si lo deseas la puedes chupar.
ALEJANDRA: oooh la verdad que deseo chuparla, sería mi primera vez, pero no quiero que mi perro ralphie me vea hacerlo.
La Alejandra se levanta rápidamente y agarra a ralphie y lo saca al patio y cierra la puerta y en eso Olivier se pone de pie y la Alejandra se pone de rodillas.
ALEJANDRA: ¿y cómo la chupo Olivier?
OLIVIER: si es tu primera vez Alejandra solo ocupa la lengua.
La Alejandra le agarra la verga dura y goteante del negro le estira a un más el prepucio y con la punta de la lengua se la pasa por el orificio del glande sacando casi todo el líquido pre seminal para luego saborearlo dentro de su boca encontrándolo delicioso.
ALEJANDRA: que rico sabe.
OLIVIER: sigue chupando Alejandra

La Alejandra siguió chupándola con más ganas, pero era tan gorda la verga que solo podía meterse adentro de la boca unos cinco centímetros de la negra verga y el prepucio se jalaba fácilmente con los labios de la Alejandra.
OLIVIER: Alejandra lo haces muy bien, ahora chúpame los testículos
ALEJANDRA: bien
Ella le agarra la verga y la levanta para luego pasarle la lengua por los cocos del negro, a veces se metía uno entero adentro y luego el otro.
OLIVIER: Alejandra sácate la ropa, quiero verte desnuda
ALEJANDRA: siii
Mi novia se pone de pie y comienza a desnudarse, se saca su pantalón y blusa quedando con ropa interior en eso el viejo negro también lo hace quedando completamente desnudo, era una montaña de músculos de 2 metros con un pene erecto y venoso de 30 centímetros de largo y de 10 de ancho.
OLIVIER: ahora me toca a mí.
La agarra y la acuesta sobre el sofá, le saca el sostén y su calzón y luego le abre las piernas, dejando a la vista su zorra depilada y con solo dos dedos el negro le abre la vagina y comienza a chuparle.
ALEJANDRA: oooohhh que rico
Decía ella mientras el viejo negro le hacía sexo oral, fueron largos 10 minutos donde el haitiano le chupaba la zorra a mi novia y yo viendo como lo hacía lleno de rabia y sin poder hacer nada más que mirar.
OLIVIER: te culeare tan fuerte que me rogaras que te culee a cada rato Alejandra.
ALEJANDRA: sii culéame por favor méteme tu pishula.
Dicho y hecho el negro la agarra como si fuera una muñeca y la lleva al sillón donde se sienta el primero y encima de su verga a la Alejandra, con su mano derecha le acomoda la verga en la entrada de la vagina, la mueve un poco en posición para que sus labios vaginales se abrieran y lo hacían como si supieran sobre las cámaras ya que yo tenía un primer plano de todo.
ALEJANDRA: que rico sigue así
OLIVIER: oooohhhh
El negro la estaría culeando a la Alejandra por varios minutos y ya ella tenía su zorra rosada, luego los dos se ponen de pie y ella se la chupa de nuevo y el viejo negro le agarra de su cabellera a medida que la Alejandra se la chupaba.
OLIVIER: que rico como me chupas el pico Alejandra.
ALEJANDRA: gracias Olivier.
Luego él le pide que se ponga en cuatro luego le agarra de su cintura, un poco de saliva a su verga y se la mete de nuevo por la zorra, se la estaba culeando como una perra en celo y eran tan fuertes que hicieron botar las tazas que tenían con té y las cartas de tarot.
OLIVIER: te voy a culear por tu culo Alejandra así que prepárate.
ALEJANDRA: si culéame.
El negro de nuevo se hecha saliva en su glande y le abre el culo y lentamente se la metió a centímetro a centímetro y podía ver como el ano de ella se dilataba a medida que entraba la verga, comenzó las envestidas en forma brutal y ella lo estaba disfrutando como una puta.
Cuando yo reaccioné a lo que estaba viendo por las cámaras decidí dejar de ver por un rato y me fui a la cocina a beber algo fuerte, mis nervios hechos mierda y sentía un gran dolor en el pecho, bebí un poco miraba el reloj y esperé unos 20 minutos y fui a ver de nuevo, para ver que el negro seguía culéandola, en eso el viejo negro se pone de pie y hace que la Alejandra se ponga de rodillas.
OLIVIER: ahora vas a beber toda mi leche Alejandra
ALEJANDRA: si dámela toda
El negro comienza a jalársela y la Alejandra tenía la boca abierta hasta que de la verga sale un gran chorro de semen espeso que rápidamente le llena la boca a ella y bañarle la cara completamente para luego dar un gran trago y sacar el resto de semen del glande de la verga de el.
Estaba hecho mierda por dentro y no sabía cómo actuar y que decir y no quería verla, me quede sentado sin pensar, rabia tenia quería beber y fui y saque una botella de ron y comencé a beberla y decidí seguir viendo lo que salía en las cámaras.
-14:00 descansan desnudos en el sofá y la Alejandra sigue de vez en cuando chupándole el glande al negro.
-14:30 suena el timbre de la puerta y son los hijos del negro viejo
Parece que algo paso en el momento que deje de ver las cámaras ya que la Alejandra no le importaba estar desnuda enfrente a esos dos negros que llegaron, los dos se sentaron en los sillones como si nada mientras que los dos estaban desnudos y noto que el viejo negro hace una seña y comienzan a quitarse la ropa sus hijos.
La Alejandra se pone de pie y va hacia al centro del living y se pone de rodillas, ya con los tres negros desnudos se ponen al lado de ella y cada uno con la verga más tiesa y larga, los tres le restregaban sus vergas por todo el rostro de ella y ella parecía disfrutarlo mucho.
Ella era golpeada por las vergas por toda su cara y lo disfrutaba mucho y se escuchaban las risas de todos los negros cuando uno le mete el pene dentro de su boca luego otro y se turnaban para que la Alejandra les chupara sus picos duros, después uno de ellos la toma de la cintura y la comienza a culear lo cual hacia que sonaran los golpes de su cadera con la pelvis del haitiano.
Uno de ellos la agarra de la cintura y la levanta mientras que otro le abre sus labios vaginales y hace meter su verga dura en su zorra, la Alejandra era culeada por uno y mientras chupaba dos vergas negras y se veía que lo disfrutaba mucho.
Yo ya estaba resignado que la había perdido en manos de tres negros y que la Alejandra lo disfrutaba mucho pero no sabía qué hacer y actuar, pero tenía que hacer algo y comencé a pensar en que forma podría hacer algo, pero a medida que pasaban las horas y de vez en cuando miraba de reojo a la pantalla del pc y veía como la Alejandra seguía en su orgia interracial se me perdían las ideas, ya la Alejandra se encontraba bañada en semen por los negros y se encontraban descansando en el living.
Decidí salir a beber algo para distraerme y olvidar en parte lo vivido, eran ya las 19:00 horas y no pensaba volver a mi casa y ya tenía varias llamadas perdida de la Alejandra que por supuesto no contestaria. Ese día no regresé a la casa y me quede en la casa de mis padres y espere al día siguiente a que la Alejandra saliera para entrar a la casa y retiré mi ropa y cosas no si antes dejarle una nota en que le decía DISFRUTA A LA VERGA DEL NEGRO y me fui de la casa, pero antes saque todas las cámaras de la casa para ya olvidarme de todo.
Al día siguiente a las 20:00 horas me llega un mensaje de whatsapp con una imagen en donde me hacía entender que yo ya estaba sobrando en su vida, en la imagen salía ella posando junto a la verga del negro viejo y poniendo boca de pato con muchos rastros de semen en su boca, esa fue su despedida.
Lo último que supe que se mudó a los ángeles california en EE.UU y comenzó a trabajar en la industria del porno allí ayudada por el viejo negro. FIN


Me convertí en esclava sexual parte 1 por Astrid

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Me convertí en esclava sexual parte 1

Hola, antes que nada quiero mencionar que este relato es parte de mi vida y no quiero dar muchos nombres de lugares para seguir en anonimato.
Esta es mi historia y relatare como me convertí en una esclava domesticada.

Mi nombre es Astrid, nací y vivo en Sudamérica, mis padres vinieron de Alemania y siempre he dispuesto de una buena situación económica, actualmente tengo 18 años, soy de estatura media (un poco más alta para las chicas de mi edad) cabello rubio mis ojos son de una mezcla de azul con una aureola color miel, siempre me han parado en la calle para decirme que dispongo de una carita de Ángel Tengo pechos normales y unas grandes caderas que se me han incorporado desde hace 3 años atrás. En cambio siempre he sido tímida y retraida y siempre pienso demasiado.

Todo comenzó un día viernes, en ese entonces era finales del verano, mi madre es separada, no supe nada de mi padre desde los 3 años en ese entonces yo tenía 13 años cumplidos y vivía con mi madre desde siempre, le tenía miedo aunque ella nunca me ha criado, le paga a la vecina para los quehaceres. Yo se que trabaja mucho, y que sale con muchos hombres también, siempre llega muy tarde y a veces acompañada. Una noche de viernes me desperté ya que pocas veces la veía llegar, sentí mucho ruido y me anime a ver a su recámara como posaba ella con su pompis erguido metiéndose algo por el culito mientras atrás estaba un hombre que ya había visto antes. la embestía de tal manera que la cama pareciera que se iba a destrozar, desde ese momento despertó algo extraño en mi, toda mi chochis se empapó y empeze a sentir el sexo (como me lo habían enseñado en el colegio) y me dieron muchas ganas de tocarme, me sentí tan rara que decidí correr hasta mi habitación. Esa noche no pude dormir sintiendo una extraña sensación en mi cuerpo. Así un día decidí experimentar y estando sola yo en casa después del colegio. Decidí ir a la habitación de mi madre y encontré en su velador un objeto que en ese entonces no sabía lo que era, me sorprendí porque vibraba y no tardé en asimilar por su forma que era lo que mi madre usaba, era demasiado grande para mi así que solamente lo encendí y lo puse por encimita de mi chochis lo que me causaba unas cosquillas deliciosas.
Lo hice durante un par de días. Uno de ellos cuando llegaba del colegio más temprano de lo habitual y la vecina termino de ordenar todo y ya no estaba. Me encontraba yo sola y el juguete de mami, estaba tan distraída que senti dos personas hablar en la sala, ¡quede petrificada!, Tanto que lo único que pude hacer fue apagar el juguete y permanecer en silencio toda mojada y desnuda en cama de mi mami. En ese entonces entra el hombre el cual estaba cogiendo a mamá y con una cara de asombro me mira y luego de un par de segundos el me gestualiza
-shhh o le diré a tu mamá lo que estás haciendo aquí pequeña putita.
-No porfavor, mencioné,y me di cuenta que ese hombre lo había visto antes, estaba saliendo un tiempo con mami y en mi colegio es profesor, tan solo que no impartía ninguna de mis clases, luego se escucha desde la sala principal
-Max, cariño iré a comprar cigarrillos, tomate una ducha, te esperaré en el auto.
En eso apenas la puerta de la calle se cierra, se me abalanza y me toma de mis manos, firmemente y me susurra al oído
-tranquila perrita, no le diré a tu madre, tan solo si me obedeces, está bien?
-No porfavor quiero irme, le dije.
-Entonces quieres que le cuente!?
-Ok está bien! tan solo no me haga daño por favor…
-Tranquila no te asustes, yo te voy a enseñar sentir rico de verdad, tienes unos hermosos ojos y tus pechos redonditos huelen exquisitos.
Mencionó mientras me besaba el cuello y empezaba a manosearme mi chochis empapada,
-Adelante, quiero verte jugar con tu juguete
Dijo mientras sacaba su pene que era aún más grande que el juguete de mami, nunca había visto uno y asomaba una gota de un líquido transparente, viscoso y calentito el cual me hizo besar

-Adelante mastúrbate y besa este juguete que tengo para ti.

Estaba tan nerviosa y avergonzada que lo único que podía hacer era moverme por los espasmos que me producía el vibrador entonces él acercó su pene a mi boca y yo accedí a besarlo, quedó en mi boca un líquido transparente el cual saboreé con mi lengua y tenía un gusto raro, casi dulce.
Debo admitir que en este punto estaba demasiado caliente, nunca había estado tan excitada que tuve un delicioso orgasmo, entonces Max apagó el vibrador y me dijo
-Aun tenemos tiempo
Me levantó y me volteo con su fuerza y me dejó en la misma pose en la cual ví a mami aquella noche de dia viernes.
-Asi te quiero, desde ahora en adelante eres mi pequeña perrita, (mientras hablaba, deslizaba de arriba a abajo su glande entre los labios de mi conchita húmeda, mezclándose todo y dejándome toda mojada)
-Te voy a dar el placer de sentir el pene de tu Amo
Dicho esto, empezó a adentrarse dentro de mi pequeña y virgen chochis, ya sentía la puntita en mis labios y cada centímetro me hacía abrir más mis ojitos, no sabía qué pensar, no había que hacer, tan solo estaba sumisa y paciente para sentir el desenlace de aquella locura.

-Te ha llegado el momento

Dijo mientras me tapo mi boquita y apresuró en metermela hasta el fondo, me dio una punzada tan fuerte que grite y me retorcía del dolor

-Ohh eres tan apretada, ni siquiera me cabe toda, te hare un reajuste para que puedas darle mas placer a tu Amo, tranquila seré gentil.

Dijo mientras comenzaba a embestirme hasta el fondo, estaba gritando y pareciera que me iba a desmayar de semejante dolor, me chorreaban las piernas de excitación
Pero ni con mis gritos se inmutó y siguió metiendomela hasta el fondo.
Llego un punto en el cual no podía sentir más dolor, ya mi cuerpo estaba acostumbrandose y empeze a sentir semejante placer, sentía demasiado dolor e incomodidad cuando me la metía al fondo, sentía que chocaba con mi útero, me fui dos veces y el no paraba, senti un cambio de ritmo mas rapido, escupió en mi ano y empezó a lubricarlo para empezar a meter un dedo, lo logró hasta que metió dos, tres, e introdujo el juguete de mami en mi culito, me incomodaba pero no sentía ya dolor, ya estaba en mi tercer orgasmo, apretando con fuerzas mi conchita y gritando mientras mis pequeños pezones rozaban el cubrecamas yo echada con mi culo erguido.
Al apretar mi chochis produje que Max se viniera, el empezó a gemir, retiró con rapidez el juguete de mami e introdujo con bestialidad su pene en mi culito muy adentro, descargando una cantidad impresionante de semen, sentía como me bombeaba y recorría dentro de mi culito, yo estaba extasiada, no veía nada y sentía que mi cabeza se derretia, nunca había tenido una sensación más exquisita en toda mi vida y todo eso se lo debía.

-Vez que estuvo bueno? Ven acompañame, nos bañaremos juntos
Me limpio un chorrito de sangre que corría de mi conchita y me baño de todos los jugos calientes de los dos, luego me unto de una pomada que usaba con mi mami en mi culito y mi conchita, y después de eso me llevo desnuda hasta mi habitación donde me recostó y entre caricias me dijo esto no ha terminado, recuerda que eres ahora mi mascota , me pego una palmadita en mi culito, me beso la frente y me dijo
-Buena perrita.
Luego de eso se marchó y yo no tenía ni fuerzas para decir ni pensar nada, aún sentía semen dentro de mi culito pero no tenía ánimos para levantarme y limparme, debo admitir que en parte gustaba estar así, rellenita. Así me quedé y dormí toda la tarde hasta el día siguiente.

Pero eso no es todo, aquí recién empieza luego el me encontró en mi colegio lo explicaré con detalles en la parte 2.

Mi jefe, el verdadero macho

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Este relato es real, no los nombres para que no me reconozcan.

Me llamo Alejandro Sortido, tengo 44 años y trabajo en una fábrica de calzado del gran Buenos Aires.

Siempre me gusto hablar de mas y dármela de macho, de que se hacia lo que yo decía y que algún día el dueño de la fabrica me iba a escuchar. Hacia bromas sobre su escritorio, uno grande y antiguo de madera muy pesada y maciza que tenía en el frente un barral el cual yo decía que tomaría por allí lo sacudiría y lo tiraría por la ventana. Cada vez que lo veía al dueño en voz baja le repetía a los compañeros lo que haría.

Recuerdo una tarde en la que discutíamos aumentos y donde el encargado nos respondió que el dueño había negado ese aumento porque creía que no lo merecíamos. Ese día estábamos todos muy enojados y los ojos estaban puestos en mí, el macho alfa y esperaban que hiciera algo. Yo no podía negarme, había vendido un personaje y tenía que hacerme respetar.

Les prometí a mis compañeros que ese día me quedaría hasta después que se vayan todos y le cantaría las cuarenta a mi jefe. Mientras ellos se iban algunos me alentaban y otros me decían que no me sobrepase, que tenga cuidado de no hacer una locura.

Sin dudarlo me fui hasta la oficina y abrí la puerta de vidrio sin golpear para que vean antes de irse que había entrado como un macho:- Quiero hablar con usted-le dije seriamente- y quiero hablar ya.

-Primero, en mi oficina se golpea y se espera y segundo estoy ocupado- me dijo el jefe

-No me venga con que está ocupado, usted nos trato de vagos y que merecíamos el aumento y ahora quiero que me explique eso.

-No tengo tiempo para vos, cualquier duda evacúala con tu encargado.

-¡Sabe que le voy a evacuar!-dije alterado y siguiendo mi papel de macho- nunca más se va a olvidar de mi.

Termine de decir eso y tome el escritorio por la barra queriendo sacudirlo enojado. La verdad que no pude moverlo y no recuerdo mucho más porque de pronto sentí como si me hubiera pateado un caballo y perdí el conocimiento. Cuando me desperté mareado estaba esposado al barral del escritorio y con las manos pegadas con cinta de embalar al barral. Estaba totalmente desnudo y el jefe me miraba sonriendo desde su silla.

-¿Y macho? ¿Qué te paso? Bueno, ni te habrás dado cuenta. ¿Viste este barral? Esta electrificado. Si no me crees mira- dijo pulsando una perilla.

-Ahhhhhhhh

– Ese fue solo un golpecito, puedo más fuerte- y nuevamente pulso la perilla

– Noooooooooooo

-También tengo este controlcito de bolsillo y te puedo dar fuerte o despacio- y comenzó a jugar con la intensidad mientras yo gritaba y me retorcía de dolor.

-Te gusta hacerte el machito, pero acá el único macho y jefe de la fábrica soy yo, los demás son mis mujeres y yo me los cojo.

Yo pensé que hablaba solo para darse aire de importancia, para sobrarme y más en mi situación. Pero cuando se puso de pie y comenzó a quitarse el cinturón me asuste e intente zafarme. El pulso otra vez el interruptor y yo grite mientras se me doblaban las rodillas.

El se saco la camisa, se saco el pantalón y pude ver un gran bulto bajo su bóxer. Se lo acaricio y me miro riéndose. Luego se lo quito y vi un pene enorme, grueso, largo y erecto. Su glande era como una manzana, las venas se marcaban en todo el tronco. Tendría cerca de treinta o más centímetros.

-No por favor, déjeme ir, que va a hacer, déjeme-le suplique a lo que él respondió con otra descarga

-Si te resistís de doy más descargas

-No por favor, ya no, pero déjeme- ante mi nuevo ruego el amago a darme una descarga y yo grite- noooooo

-Me parece bien que vayas aprendiendo- me dijo mientras caminaba y se ponía atrás mío- esto te va a gustar.

Acto seguido me escupió en la cola, yo instintivamente cerré los glúteos pero él me dio un golpe en ellos y empezó a castigarlos un rato con la mano y otras con su cinturón hasta dejarlos colorados y yo dolorido y lagrimeando. Nuevamente me abrió los glúteos y escupió en mi ano.

-No por favor jefe, es muy grande, usted sabe que no va entrar, por favor, no voy a volver a hacerlo, la cola no por favor.

El no me hizo caso y apoyo la cabeza de su miembro en mi cola lo que me paralizo y comencé a llorar como un niño aterrorizado. Poco a poco comenzó a hacer fuerza, primero sentí un poco de tranquilidad porque era muy grande y no entraba, pensé que me salvaría pero el saco un poco de vaselina y me unto una gota en la cola – solo para que  resbale me dijo- y siguió empujando.

Siguió un rato y de tan grande la verdad no entraba. Entonces comenzó un juego de dar empellones con su pene a mi cola. El sabía lo que hacía porque en un momento dado comenzó a dolerme. Aunque no entraba de a poco me estaba dilatando. De golpe lo apoyo otra vez y comenzó a empujar.

-Nooooooo por favor, no entra, es muy grande

-Cállate puta

– Noooo mi cola por favor no, duele, es muy grande por favor no

-No te resistas que duele más, ya vas a ver como entra.- Y dio un empujón y sentí un dolor enorme, como si algo se hubiera roto y sentí como la cabeza empezaba a abrirse camino en mi ano.

-Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhggggggggggggg Nooooooooooooo por favor

Mis piernas flaquearon y se me nublo la vista, el dolor fue creciendo y sentí que no dejaba nunca de entrar hasta que lo sentí su pubis pegado a mi cola.

-Ahora vas a saber lo que es bueno- me dijo y comenzó un mete y saca violento

-Aaaaaaaaaaaaaaagggggggggggggggggggggggggggggggg Ah, ah, ahhhh,aaaaaaaagggggg

-¿Te gusta putita? Decime que te gusta y SOS mi puta o te doy picana otra vez – y tomo el control en su mano

-Noooo por favor, soy aaaayyyyy soy tu puta ayyyyyy co aaggg cojeme me aaaayyyy me gusta. Me gusta, me gusta, cojeme por favor- decía entre gritos y llanto

El dolor era insoportable, cada empellón de su polla en mi cola me aturdía, me llenaba de dolor, ardor, me dejaba sin fuerzas y me hacia llorar sin parar.

En cierto momento y luego de media hora o mas cojiendome ve venir al guardia nocturno de la fabrica y me dice- Cuando este cerca vas a gritar que queres que te coja, que te gusta, que soy tu papi y vos mi nena puta así el piensa que esto te gusta y si no hay picana otra vez ¿Esta claro? Y si el entra le vas a pedir que también te coja.

-Noooo, por favor, otra pija mas no.

Ante mi respuesta saco su pija y me dio un cosquilleo de corriente y yo me paralice y me puse a llorar peor y le dije que aceptaba. El de un empujón me la metió otra vez y me dijo grita.

-Cojeme por favor, así me gusta papi, duro, soy tu nena puta papi cojeme, rómpeme la cola por favor, haceme tuya papi, soy tu putita

El guardia se quedo mirando sorprendido como el dueño se cojia violentamente a un obrero puto que le pedía que se lo coja. Bajo su pantalón se notaba una excitación y el dueño lo invito a entrar a la oficina y me nalgueó para que siga mi actuación.

-Cójanme por favor, quiero ser su putita ayayay agggg –grite mientras el dueño me daba con violencia

Yo pensé que el guardia diría que no, que nos dejaría solo pero me equivoque y lo vi sacar su pene erecto, más fino que el de mi jefe pero más largo. Mi jefe se aparto y le dejo hacer. Sentí un dolor agudo cuando me penetro y llego más adentro y empezó a violarme con violencia como soltando toda su bronca. Mi jefe aprovecho y me la metió en la boca y comenzaron a cojerme por la boca y la cola los dos juntos alternándose. Estuvieron así por cerca de una hora mientras yo gritaba y lloraba. Me llenaron de leche por todas partes, mi pelo estaba pegajoso y lleno de su leche.

Cuando se cansaron el guardia se vistió y mi jefe se paro atrás mío. – El acto final de esta cogida- dijo e hizo algo que no esperaba y fue brutal, aun hoy tiemblo al recordarlo y lloro. Con violencia me dio un puñetazo en la cola y me penetro con su puño hasta el codo, sacudió un poco el brazo y yo grite hasta que perdí el conocimiento.

Me desperté en el callejón detrás de la fábrica, totalmente desnudo, choreando leche mezclada con sangre por mi ano. Sentí que no podía caminar y me acurruque llorando en un rincón. Estuve casi toda la noche allí tirado llorando. Luego de unas horas y antes que venga el primer turno me arrastre como pude y apoyándome en las paredes camine protegido por la oscuridad un par de cuadras donde me desplome. Un patrullero que pasaba por allí vino a socorrerme, le dije me robaron, me violaron, eran cinco villeros. Invente toda una historia y la repetí en el hospital donde estuve por tres días con el ano completamente desgarrado.

Luego volví a la fábrica porque no quería que nadie se entere. Mi jefe me miro y se rio, yo baje la vista. Aun hoy no puedo mirarlo a los ojos y tengo miedo de tenerlo cerca.

La señora Teresa

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Reciban mis saludos cordiales todos los de esta página y hoy empiezo aportando una serie de relatos verdaderos que me han pasado en estos años con mujeres maduras, algunas algo mayores y otras mucho más, y espero sean del agrado de ustedes.

Para empezar, les diré que soy Jair, tengo 28 años, vivo en Lima, Perú y como quizá muchos he tenido diversos trabajos, aunque claro esto dado a que tengo dos profesiones y me animé a ejercerlas por algún tiempo y, por lo cual, tuve buenas experiencias con mujeres mayores. Este primer relato es sobre la relación actual que tengo con una señora a la que llamaré Teresa.

Hace dos meses aproximadamente, me animé a buscar centro de enseñanza de artes marciales y lógicamente, encontré varios por el distrito dónde vivo, y hecho el contacto mediante Facebook me dieron una dirección y hora a la que ir (horario nocturno pues por mi trabajo es el que mejor me convenía). Una vez llegado al lugar, veo que es una casa común y silvestre aunque era de dos pisos, y afuera había una persona tocando el timbre y con un bidón de agua, y esperé a ver qué pasaba y al ratito salió una señora en bata y que aparentaba unos 55 años y que sin exagerar conservaba un cuerpo aceptable para su edad. Solo me puse a escuchar lo que conversaba con la persona del bidón y aproveché en acercarme a la señora cuando el señor entró a la casa a colocar el bidón en su sitio y le pregunté por la dirección que me habían dado y me confirmó que era así y pude ver que el primer piso estaba acondicionado para la práctica del arte marcial referida, ella me siguió comentando sobre eso y yo de igual manera hasta que salió la persona que había terminado de colocar el bidón y se despidió de la señora y se fue a un auto estacionado al frente de la casa y que no me había percatado que había una señora dentro y ya a punto de irse pude ver que el bidón vacío de recambio estaba a un lado de la puerta y le hice ver eso a la señora que llamó al señora antes que se fuera en el auto y la señora divertida me dice: Este idiota ya se estaba yendo y dejando el bidón y me pidió disculpas por las palabras y solo le dije que no se preocupara que yo conocía anécdotas parecidas, dicho esto el señor se llevó el bidón y se fue.

La señora me dijo que en un rato más estaría llegando el entrenador y los chicos que vienen a practicar y yo esperaba que no entrará y me dejara solo en la calle esperando pues me agradaba su conversa y además que sus pezones se marcaban a través de la bata y que era de buen ver y tenía su gracia. Y fue ella quien me sorprendió de la siguiente manera.

– Joven ¿y cuáles son esas anécdotas que me mencionó hace un momento? – preguntó Teresa.
– Ahhh bueno como le dije así le ha pasado a algún que otro amigo olvidadizo. – respondí agregando. Pero a todo esto no me he presentado soy Jair ¿y usted es?
– Teresa, mucho gusto en conocerte Jair.
– El gusto es mío señora y a todo esto cómo le trata el calor de este verano infernal.
– Ni te imaginas, muerta de calor todo el día y hasta ahora en la noche.
– Eso se ve señora por algo está con su bata pero al menos en su casa se pondrá más cómoda.
– Claro, claro, sino estaría sudando por eso me aligero más dentro de casa.
– Para fortuna de su esposo. – dije sonriendo.
– Jajaja no ya no, pues soy viuda.
– Ah vaya, pues qué lástima que no haya nadie que aprecie esos momentos ahora. – respondí sabiendo que algo podía intentar pues la señora no debía tener sexo desde hace años.
– Bueno, igual ya estoy mayor, ya no es igual, usted sabe joven.
– Pues eso no se nota mucho, al menos para mí me parece que se conserva muy bien… eso veo gracias a la bata y ya imagino cómo se debe ver ya más ligera de ropas cuando está en su casa. – dije arriesgando y sabiendo que si no me salía la jugada todo quedaba allí y me iba.
– Oh vaya joven ¿y así siempre es de decir las cosas? – preguntó asombrada la señora Teresa.
– Solo con las que me atraen.
– ¿Y yo le atraigo tanto?
– Mucho señora Teresa, mucho… aunque le sorprenda.
– Pues claro que me sorprende que yo a mi edad aún pueda atraer a un joven como usted.
– ¿Y no le agrada eso?
– Sí, a que mujer de mi edad no le agradaría sentirse así.
– Es lógico pero también aún es joven como para seguir atrayendo a los hombres… aunque entiendo que quizá sea demasiado para usted.
– Pues no pero igual es una sorpresa. – respondió pero quedando pensativa y mirando hacia atrás de mí. Esos chicos vienen a practicar aquí, ya están llegando. – agregó señalando a un grupo de tres chicos.
– Bueno, pero ellos no me conocen así que no tienen por qué pensar que vengo por las clases. – dije agregando. Entonces, ¿qué hacemos señora?
– Mmm mejor pasa, pasa. – respondió apurándome y cerrando la puerta.

Luego me indicó que la siga hasta el segundo piso de su casa y me dijo que espere en la sala. Y al cabo de un momento me indicó que vayamos a su cuarto y ni corto ni perezoso la abrazo desde atrás y ella se sonríe.

– Ohh ya empezaste.
– Pues a las buenas cosas darles prisa. – dije sin soltarla. Además, que esto es sorprendente para los dos.
– Eso sí, no me imagine haciendo esto así sin más pero como te dije ya soy viuda desde hace cinco años y me sorprendí con lo que me has dicho.
– Siempre hay una primera vez para todo señora Teresa y al menos por cómo vamos creo que está animada a eso.
– Sí, mucho, aunque estoy nerviosa después de tanto tiempo y con alguien más joven. – dijo volteando y dándome un beso.

El beso se fue prolongando en silencio y mis manos acariciaban su cuerpo por encima de la bata y ella hizo lo mismo al acariciarme por el pecho y luego por la entrepierna. Solo nos miramos y empezamos a desnudarnos y ella mucho más rápido que yo al tener solo la bata y su calzón pues no llevaba puesto el brasier, por algo se le marcaban bien esos grandes pezones marrones que coronaban esos grandes senos de mujer madura. Su cabello negro resaltaba sobre su piel trigueña y su cuerpo, aunque presentaba un pequeño rollo razonable por su edad y la piel de su abdomen unas estrías producto de sus embarazos, se mostraba con las curvas suficientes para animarme. Me acerqué a ella y nos abrazamos y besamos y luego en la cama empezamos siendo ella quien me masturbaba suavemente.

– Muy bien señora Teresa, siga así que lo hace como se debe. -animaba a mi nueva e impensable compañera sexual.
– Qué bueno que te guste, tienes una pinga muy rica. – respondió sin dejar de jugar con su nuevo juguete y mirándome a los ojos.

De un momento a otro su lengua empezó a degustar mi pene por todo lo largo para luego engullirlo sin miramientos, los labios de la señora Teresa recorrían como si de un chupete se tratara mi verga mientras su lengua jugaba por dentro, dándome un delicioso placer. Después de un rato le hice saber a la señora que era mi turno de disfrutar de esa concha y hacerla gozar como no lo hacía desde hace años.

Mi lengua se paseaba como Pedro por su casa por cada pliegue de la señora y ella, con sus gemidos y suspiros, me indicaba que estaba haciendo muy bien mi trabajo y yo como buen trabajador no dejaba de jugar con su clítoris, mientras un dedo se introducía invadiendo su interior caliente y ya húmedo como preparándose para algo más. Pero estuve buen rato saboreando de la concha de la señora mientras la miraba como cerraba los ojos y se derretía con cada lengüetazo y luego ya me moví para seguir.

– Señora, qué rica concha tiene, me ha gustado mucho.
– Pues sí me di cuenta que te ha gustado comérmela.
– Y ahora continuamos. – dije sonriendo mientras sostenía mi pene y lo colocaba en la entrada de su vagina.
– Sí, la quiero toda adentro Jair. – suspiro la señora.
– Eso es un hecho señora Tere. – respondí iniciando la penetración y la señora cerraba los ojos para sentir mejor como invadía su interior.

Y la sensación de sentir mi verga abriéndose paso a través de sus paredes vaginales fue una deliciosa experiencia pues los años de viudez y no tener contacto sexual habían logrado que su vagina esté más cerrada y se sintiera delicioso para los dos. Ya encima de ella y con mi virilidad en sus entrañas nos miramos.

– Señora Tere, es una deliciosa completa, su vagina me aprieta la verga muy sabroso. – dije besando su frente.
– Sí, así lo siento muy rico de verdad sentir esto después de tanto tiempo.
– Ya era demasiado tiempo sin probar a un hombre.
– Sí, que vergüenza, pero como te decía jamás pensé que alguien se pudiera fijar otra vez en mí… menos alguien mucho más joven.
– Entonces le gusta lo que un joven de 28 años le hace sentir.
– Muchísimo, Jair. – contestó riendo y añadió. Y a todo esto ¿es primera vez que estás con alguien mayor que tú?
– Pues la verdad es que no, ya he tenido sexo con mujeres mayores que yo.
– Ah vaya qué sorpresa y cuán mayor fue la mujer con la que estuviste.
– Pues con mi peluquera que tenía 48 años.
– Jajaja qué pillo eres que ni la peluquera se salvó. – dijo bromeando y ambos riendo.
– Pero supongo que quizá con usted haya roto esa marca de la edad.
– Y me dijo pues sí, ya tengo 54 años, así que ya rompí el record.
– Jajaja eso ni se diga señora Tere y pues eso es lo bueno de estar con una mujer mayor.
– ¿Qué cosa?
– Pues que no hay peligro de embarazo y en su caso que no hay un esposo que le controle el tiempo ni dónde está o con quién.
– Tienes mucha razón en las dos cosas.
– Y a todo esto espero que no se la primera y última vez que nos veamos señora.
– Pues claro, por mí nos podemos ver otra vez.
– Yo de igual manera además que quiero seguir disfrutando de mi nueva mujer.
– Sí, soy tu mujer, tu hembra y tú mi macho.
– Sí señora Tere su macho, solo de usted y usted mía.
– Solo tuya Jair.

Y así mis movimientos suaves durante la conversación, se fueron incrementando poco a poco para ir calentarnos más nuestros cuerpos y que por el calor del verano de Lima, en este 2017 que es extremo, el sudor empezó a salpicarnos, pero eso no nos detenía, sino que nos animaba a seguir entregándonos. La señora Teresa soltaba gemidos fuertes pero nos dio igual que se pudieran escuchar en el primer piso dónde a estas horas ya se estaría desarrollando las clases del arte marcial que supuestamente debería estar practicando pero que la fortuna, que muchas veces hay que buscarla y presionarla, me tenía disfrutando del cuerpo de una viuda madura y entregada.

Por la calentura en la que estábamos después de un tiempo sentí que la leche de mis huevos se revolvía queriendo explotar y la misma señora se dio cuenta de eso y me animó a terminar dentro de ella, y así hice un momento después cuando varios chorros de semen llenaban su caliente interior y la señora suspiraba al sentir eso por dentro. Nos miramos y nos besamos después de haber compartido este momento especial.

– Señora Teresa, ha sido algo increíble. – dije recuperando la respiración.
– Muy rico Jair, muy rico, me has hecho disfrutar otra vez como cuando estaba casada.
– Y pensar que yo solo venía a inscribirme a las clases y mira como terminé. – dije riendo.
– Cosas locas pasan en la vida muchacho.
– Definitivamente.

Luego me moví de encima de la señora y fui al baño a buscar un poco de papel higiénico y limpiar el semen que salía de su vagina para después ir al baño a ducharnos y regresar a la cama a recuperarnos y conversar de cómo sería todo entre nosotros a partir de ese momento pues a pesar de ser viuda, debía cuidar su honra antes los vecinos y su familia, pues tenía un hijo y una hija que, aunque ya estaban casados y vivían aparte solían venir a visitarla a veces aunque no en las noches. Y para evitar suspicacias yo vendría a las horas que eran las clases pero media hora antes de que llegara el profesor y los estudiantes pues así los vecinos pensarían que soy otro estudiante más aunque en la clase ni supieran quién fuera yo porque obviamente no me inscribí para poder estar con la señora Teresa.

Esto es lo que ha pasado en este inicio de año 2017 y pues espero seguir contándoles otras situaciones más con la señora Teresa pero también de mis anteriores experiencias con otras señoras y de las cuáles esas relaciones ya terminaron.

Mi esposa con Oscar.

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Julia, mi esposa, eligió entre varios prospectos, a Oscar, un hombre maduro de piel morena y tremenda verga,  muy gruesa y de buen  tamaño.

Lo citamos en nuestra departamento temprano, a las tres de la tarde sonó el timbre y yo bajé a abrirle. Julia esperaba ansiosa, vestida para la ocasión, con tacones altos, minifalda negra apretada contra sus hermosas nalgas y una blusa blanca escotada, sin brasier. Debajo de todo una tanga de encaje negro.

Oscar se sentó en el sofá de la sala y yo le ofrecí algo de beber mientras hablábamos del tráfico y del clima, para romper el hielo. Juilia salió de nuestra habitación en donde había esperado para salir a “saludar” a su nuevo amigo. Se paró en el marco de la puerta y lo dejó admirar su hermoso cuerpo mientras le decía casi en un susurro, en parte por los nervios y en parte por lo caliente que estaba, “Hola!”.

Se sentó entre nosotros y, luego de dos o tres frases sin mucho sentido, volteó a mirarme y se acercó para que la besara. Oscar empezó a acariciar sus piernas y nalgas. Julia se puso en cuatro en el sillón poniéndole, con descaro, el culo en la cara. El macho de inmediato le hizo a un lado la tanga y le empezó a chupar el culo, dedeandola en la concha, primero suavemente y luego más y más duro hasta hacerla gemir. Yo me paré y me senté en otro sillón para que los amantes pudieran hacer lo suyo y yo poder disfrutar  del espectáculo. Luego Oscar se desnudó completamente, dejando al aire ese tremendo cipote que  pronto haría gritar de placer a mi esposa.

Oscar sentado en el sofá, con las manos en la nuca, y Julia de rodillas mamando su verga, desde los huevos hasta la cabezota, lamiendo y succionando. Luego él se paró y, mientras la besaba y acariciaba toda, la fue desnudando, dejándola sólo con la tanga y los tacones puestos.

Julia lo llevó de la mano hasta nuestra recamara, y ahí se le puso en cuatro, como desafiándolo, arqueando la espalda y con el culo parado “Así me querías tener papi? Anda cabrón, tómame esa foto que me pediste, para que la tengas de recuerdo…”

Oscar le tomó varias fotos, bajándole la tanga para que se le mirara bien el ojete y ella misma se abría las nalgas para su macho. Luego él se puso a mamarle el orto como loco, le decía que tenía el culo más rico que se había comido, con esas tremendas nalgas entre las que metía toda su cara para lamer su anillito y la dilatada raja jugosa.

-Me dejarás darte por el culo muñeca hermosa? Tengo tantas ganas de culearte!

-No, ya te dije que por atrás no quiero, todo lo demás sí mi amor, pero eso no!.

-Qué buena estás putita hermosa!

-Ya métemela papi por favor! Ya cógeme! Cogemeeee!

El macho arremetió y le dejó ir toda su gruesa verga, haciéndola gritar de placer,  la penetró con fuerza dándole nalgadas, hasta dejárselas rojas “Qué buena estás mi amor! Que buen culo tienes putita! Déjame culearte un poquito nada más!” Le insistía Oscar. Le sacaba la verga de la chocha y le chupaba el ano y luego la volvía a penetrar en la vagina. Julia se dejaba hacer todo, entregada por completo a ese placer prohibido para algunos.

El amante la volteó y la dejó boca arriba con las piernas abiertas, ofrecida y entregada por completo,  la estuvo cogiendo largo rato así, mientras se besaban y susurraban cosas que yo no podía escuchar; pero pronto supe de qué se trataba: a convenció de dejarse culear… un poquito. Julia se puso en la orilla de la cama boca arriba y Oscar le puso saliva en el ano y sin más empezó a empujar muy despacio la tremenda cabezota en el apretado ano de mi mujercita, que gemía y pujaba. “No por favor, no. Te dije que por atrás no… me duele mucho… aaahh!!” Decía mi esposa, suavizando la voz, sabiendo que eso enloquecía más a su matador. Hacía gemiditos que ponían a su macho aún más caliente. “No sabes las ganas que tenía de darte por el culo, Putita, desde que ví las fotos que me mandaste me enamoré de este orto y ahora lo estoy disfrutando así…” “Soy tuya mi amor, hazme lo que quieras.. rómpemelo rico!”

Oscar no se resistió más y le dejó ir el resto de su verga y Julia cerró sus ojitos que se le llenaron de lágrimas, su piel se le erizó y gimió tan fuerte que temí que los vecinos escucharan todo -Pero que más dá, más de un vecino nos ha visto entrar con algún desconocido a altas horas de la noche, así que ya se imaginarán nuestros gustos-.  A partir de ese momento, viendo que Julia se dejaba culear, el macho la puso en diferentes posiciones para romperle bien el orto a mi linda mujercita que babeaba de placer. Me miraba con los ojos entrecerrados  y su cuerpo entero se movía al ritmo de cada embestida. Boca arriba, boca abajo, en cuatro, de ladito… todo por el ojete.

-No aguanto más, tengo la leche en la punta..!

-No, no te vengas! Dámela en la cara por favor! Quiero esa lechita de macho!!

Como pudo, Julia se arrodillo y Oscar terminó masturbándose en su cara. Julia le ayudaba dándole chupetones en los huevos y cuando él estaba a punto le metió la verga en la boca, para que  ella terminara de sacarle la leche a mamadas. La sujetó del pelo y la cogía salvajemente por la boca hasta que le regaló varios lechazos en su linda carita, que le escurrieron hasta las tetas. Luego termino de embarrar bien la leche en su cara con la punta de su verga y Julia abrió la boca pidiendo comer un poco de semen caliente.

Julia quedó un rato sentada en el piso, recargada en la cama. Oscar se vistió rápidamente y, dándole un largo beso en la boca a mi esposa, se despidió de ella. “Ojalá lo hayas disfrutado como yo lo disfruté. Gracias, eres muy hermosa y espero verte otra vez.”

No hablamos en el ascensor cuando bajé con él a abrirle la puerta. Sólo al final me dió las gracias y me felicitó. Qué sensación rara cuando un hombre que se acaba de cojer a tu esposa te felicita por la mujer que tienes…

Los cadetes reventaron a mi novia

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Mi nombre es Diego y mi novia se llama Andrea y debo contarles que siempre me calento mucho pensar en Karen teniendo sexo con alguien mas y eso me llevaba a masturbarme.. Ella es de un 1 metro 60 mas o menos pelo negro por la cintura con pechos grandes operados y una hermosa cola. Ella es muy caliente siempre que puede quiere tener sexo pero jamas me anime a revelar mi fantasia con ella que es que un hombre o mas, la mate en la cama mientras los observo. Hasta que un año y medio despues cuando mas resingado estaba de que eso iba a pasar fianlmente paso.. pero no como yo lo pensaba. Parece que mi fantasia era la misma de ella pero a mis espaldas, la encontre en mi propia casa teniendo sexo con dos hombres que habian llevado a mi departamento dos muebles que habiamos comprado. Esa tarde sali temprano de trabajar y no le avise, queria darle una sorpresa de que estaria mas temprano en la casa. LLegue al departamento entre despacio pesando que ella estaria tomando un descanso pero nada de eso. Me sorprendo cuando siento gemidos de hombres y alagos hacia mi novia, distingo que es mas de uno por sus voces y se me paraliza el corazon. No sabia que hacer y me doy cuenta que llego el momento. Entonces salgo asi nuestro patio que tiene una ventana al cuarto para observar todo y la veo arrodillada teniendo sexo oral con los dos hombres uno joven y uno ya de unos casi 50 años. Era muy exitante verla como lo hacia con cariño y muy exitada. Aun estaba vestida con una calza negra que se traslucia toda su tanga que llevaba y un top que le apretaba sus pechos grandes. Ella reclamaba que le dieran mucho pene y se saco su top. Se apreto los pechos mientras los desconocidos le pasaban su miembro por toda la cara y la hacian ahogarse de tanto que empujaban su miembro dentro de su boca. Luego se paro y se puso en medio de los dos hombres y la besaron por todo su cuerpo hasta bajarle su calza. Le daban nalgadas y le sinchaban el pelo. Me dolia mucho todo esto pero nunca antes habia estado tan exitado. Luego uno se acosto sobre mi cama, ella comenzo a hacerle sexo oral en cuatro patas y el otro le lamia toda su vagina y su ano. Luego la penetro y le dio duro hasta que note que se mojo toda y pedia que le diera duro y qe la agarrase de la cintura. Veia lo exitada que estaba y sabia que se habia mojado varias veces ya. La conozco en el sexo y lo presentia. Luego se cambiaron se posicion una, luego otra, luego otra, asi sucesivamente que no podia creer lo duro que le daban y ella siempre queria mas. Luego los acosto a los dos y le realizo sexo oral a los dos y lo disfrutaba tanto y estaba tan caliente que pidio que le hicieran sexo anal pero que empezaran con un dedo y fueran sumando hasta que estuviera lo suficientemente dilatado para un  pene. Y asi fue, el mas maduro de ellos comenzo con su lengua, luego con sus dedos y comenzo a decirle groserias mientras ella se chupaba el pene al mas joven y explotaba de placer hasta que la penetro.Ella gritaba como si estuviera muriendo pero le encantaba y pedia mas duro, sentia como revotaban sus testiculos en su vagina y les pidio que se fueran los dos en su culo. Mienras era follada masturbo al mas joven hasta que su leche estaba a punto de salir y ella giro para que la penetre en su culo. Ella podia sentir como se hinchaba ese pene dentro de su culo a punto de acabarle todo su semen dentro. Luego fue por el semen del segundo mas viejo pero lo tiro sobre la cama, se puso en cuclillas sobre el y lo follo duramente con su ano hasta que tambien exploto en semen. Sentia ganas de entrar y follarmela tambien yo con su ano dilatado pero no podia hacerlo. Luego que el maduro se corrio en su culo les chupo su pene hasta que se encogieron dentro de su boca mientas ella frotaba su vagina y su ano. Parecia que no le hubiese alcanzado. Ellos dijeron que tenian que regresar a su trabajo y ella prometio volver a comprar muebles alli si es que ellos se lo entregaban, ellos se rieron se vistieron y se fueron. Yo escondido detras de la lavadora no me animaba a verla. Cuando entro a tomarse una ducha sali y e hice que recien llegaba. Entre al baño despacio corri la mampara y la pille masturbandose, no podia creerlo. Me desnude y me hizo el sexo oral demaciado corto ya que estaba muy caliente y no pasaron ni tres minutos que le llene su boquita de semen. Jamas le dije lo que habia visto pero ahora se que ella disfruta de eso y en breve se repetira pero por peticion mia

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