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Obsesión de voyeur

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Las fotos en la pàgina de escorts eran irresistibles. Sabìa que debìan ser ellos. El morbo de la fantasìa no paraba de golpear en mi cabeza y en mi cuerpo y sabìa que ya era hora de volverla realidad. Incluso, volverla una pràctica màs de mi vida sexual.

011-654…Diego me habìa pedido que lo llamara cuando le enviè un correo desde el formulario de contacto y que le contara detalles. Tenìa a Ivàn en su lista como compañero para cumplirme mi deseo.

– Hola Diego, soy Lucio-

-¿Como estàs?

– Con ganas de contarte lo que quiero hacer…-

– Me parece genial, adelante-

Charlamos durante unos quince minutos en que le contè cada detalle ( me gusta imaginarlo todo…pero TODO) de mi fantasìa voyeurista. Cada tanto lo escuchaba sonreir con placer y complicidad. Fue escaso en las preguntas. Cuando finalmente terminè, volviò a sonreìr:

– Que bueno està.

– Me alegra que te guste.

– Te aseguro que se va a cumplir tal y como lo imaginaste.-

-¡Sì?

-Asì es. Ahora no se habla màs del tema. esperà mi mensaje confirmàndote dìa, hora y lugar.

Arreglamos nùmeros y cortè la comunicaciòn. Sabìa que estarìa ansioso. Se cumplirìa en la semana pero acordamos en que ellos definirian cuando. Era sàbado.

Transcurrieron los dìas con mi expectativa ansiosa de chequear el telèfono cada diez minutos. Sabìa que no me la harìan fàcil. Pero era parte del juego. Una y otra vez mirè sus fotos de perfil en la web. Ambos cuerpos musculosos el de Diego cubierto de fino vello y el de Ivàn casi lampiño , el primero moreno, el segundo rubio oscuro, me enloquecìan. Me preguntè si iba a resistir.

La tentaciòn de masturbarme era continua pero la resistì por unos dìas esperando reunir toda la calentura que ameritaba el encuentro. Sabìa que querìa excitarme desde que me abrieran la puerta con la sonrisa de Diego enmarcada en esa barba oscura y los ojos verdes brillantes de Ivàn. Era necesario preparar la ilusiòn de la sorpresa.

El jueves a las 10 de la mañana recibì un whatsapp de Diego:

– Nos vemos hoy a las 23.00 en mi departamento. Tomamos unos tragos. ¿Traès un vino?

-Dale. Pasame la direcciòn.

Ubicaba a medias la zona pero era cerca del centro en una calle màs bien apartada. Me gustò esa ubicaciòn semiescondida que tenìa sabor a prohibido. El corazòn me palpitaba ya cuando cerrè el mensaje y comencè a preparar el encuentro. Era imperioso cerrar todas las llamadas para esa hora. Arreglè algunos asuntos, mentì un poco por telèfono y me dispuse a disfrutar con todo de mi noche. Comprè un sauvignon blanc que puse a enfriar en la heladera del hotel. Con ello, sòlo bastarìa un rato de frio en el departamento apenas llegara. Luego, seguì con el dìa.

Me duchè a las 21.30 y estuve listo una hora màs tarde. Estaba nervioso, ansioso, excitado. Me proponìa un desafìo que habìa soñado por mucho tiempo e iba a cumplirlo con dos machos alucinantes e irresistibles.¿Serìa demasiado? No tenìa idea de como iba a funcionar. Pero esa expectativa me excitaba aùn màs. Diez minutos màs tarde tomè un taxi para la direcciòn indicada.

La calle era màs bien oscura pero la luz en el palier del edificio era càlida y perfecta. Llamè al departamento 2 del piso 11.

-¿Diego? Soy Lucio.

– Subì, es la puerta de la izquierda.

Respirè calmadamente mientras subia en el ascensor procurando bajar mi ansiedad. Me sentìa como un quinceañero yendo a su primer encuentro sexual. ¡Como si no hubiera tenido tantos en 40 años! Pero era bueno sentir esa ansiedad. Era bueno no perder el asombro.

Salì del ascensor. A la izquierda, la puerta del semipiso se abriò y ahì estaba Diego. Un metro ochenta para un macho musculoso de mirada fresca y barba recortada que sonreìa con tanta luz como lo habia imaginado. Vestìa una remera escotada que marcaba perfectamente sus brazos y sus increibles pectorales dejando ver el vello que los cubrìa en su parte superior. Los jeans semigastandos dibujaban igual de perfecto sus piernas deliciosas. Iba descalzo.

-¿Como estàs?- me diò un beso en la mejilla -¿Hace frio?

– Bastante pero …aquì dentro se siente càlido- El piso era amplio, iluminado suavemente y sonaba un chill out relajante- Se siente bien.-

– Me alegro mucho. Dejame que ponga esa botella en la heladera.Èl es Ivàn-

Le entreguè el vino mientras saludaba al hermoso machito que se acercaba a saludarme. Ivàn era apenas un poco màs bajo que Diego y sus ojos coronando ese cuerpo de locura me marearon tanto como la sonrisa de su amigo. Ivàn llevaba un par de pantalones de gabardina màs sueltos que los de Diego pero compensaba con una camisa entallada generosamente abierta que me dejaba ver el centro de sus pectorales menos prominentes pero perfectamente marcados que tenìan un brillo sutil por el rubio de su vello fino. Sus antebrazos eran poderosos. Me diò un apretòn de manos fuerte.

-Parece que tenès calor- sonreì y me sentì un estùpido.

– Aquì dentro es verano todo el año- sonriò Ivàn. Mirè sus hermosos pies tambièn descalzos- Ponete còmodo.

Un smartv de grandes dimensiones me mostraba videos con coreografias pop pero el chill out que sonaba no tenia nada que ver con la pantalla. Allì bailaban hombres y mujeres de cuerpos perfectos y completamente vestidos. No habìa ni pornografia ni sexo evidente en el aire. Tal como lo habia imaginado.

– ¿Tomàs un gancia?- ofreciò Diego- Mientras se enfrìa el vino…-

– Si, perfecto. Estas coreos son de…-

– Lo ùltimo de David Guetta- respondiò Ivàn- ¿Le subimos un poco el audio?

-Dale- asentì. El juego de living era abundante en curvas en sillones amplios estrafalariamente còmodos. Uno podria haberse dormido por noches enteras en ellos. Siempre habia almohadones blancos y crudos para abrazar alrededor. Diego me dejò el vaso de gancia con limòn y mucho hielo sobre la mesa ratona amplia y geomètrica. Sirviò otro para Ivàn y con el suyo se echò a su lado mirando la pantalla. Me descalcè y me quitè las medias. Al quitarme el abrigo me acordè del sobre.

– Ah..aquì.-

-Està bien- me dijo Diego- Dame nomàs- Tomò el sobre y lo abriò brevemente- Dame un minuto.

Desapareciò en el pasillo hacia otra habitaciòn mientras Ivàn me contaba sobre la mùsica de Guetta y sus videos. Que habian estado en una fiesta con sus dj que sus bailarines eran elegidos asi y asi. Era un fan dedicado a su artista. Diego volviò del pasillo.

-Todo bien- me sonriò brevemente mientras volvìa a echarse en el sillòn- Este video es genial. Nos gusta mucho toda esa ropa y ese fondo blanco.

-Los cuerpos son impresionantes…- sonreì.

-Si¿no?- respondiò Diego y se tocò el bulto brevemente. Me pareciò ver que Ivàn acomodaba su camisa y se rozaba un pezòn con los botones. Sentì que la erecciòn comenzaba a producirse en mi.

Mi corazòn palpitaba a mil por hora y mi imaginaciòn ya estaba disparada. Los dos comentaban algo del video y se reìan mientras yo no podia dejar de mirarlos. No escuchè que fue lo que dijo Ivàn pero Diego riò con fuerza y se tomò de sus hombros para celebrar su ocurrencia. Respirè profundo y exhalè con un suspiro imprevisto.

– Voy a buscar ese vino- dijo Ivàn- El blanco es mi favorito tambièn.

Lo vì alejarse hacia la cocina y las formas de su culo mandaron un estimulo nuevo a mi sexo. Pronto seria inevitable que me tocara tambièn. Pero se ve que no era el momento. Estaba en sus manos.

-¿Te gusta?- Diego me guiñò un ojo-

-Me vuelven loco los dos- musitè. Diego sonriò con una mirada indescifrable,   Ivàn ya volvìa con el vino en una frapera. Tomò las copas que estaban sobre el rac lateral y sirviò el vino que estaba helado mientras los tres comentàbamos cosas varias acerca de su sabor y demàs- Salud.

Chocamos brevemente y bebimos. Creo que di un fondo blanco a la mia intentando cuanto antes bajar mi ansiedad y entrar en la deliciosa montaña rusa del alcohol. El efecto fue bastante ràpido y pronto sentì que me relajaba. La segunda seria màs mesurada.

Durante el rato que siguiò parecimos hacernos còmplices los tres. Nos reiamos de cualquier cosa, pasamos a ver otros videos, subimos y bajamos el volumen de la mùsica,el vino fue bajando. Cuando se terminò Diego ofreciò otra vuelta de gancia. Lo tomè hasta la mitad. Luego, bebì un gran vaso de agua.

Habian pasado 45 minutos desde mi llegada. Los vasos y las copas vacìas se acumulaban sobre la mesa. El hielo se derretìa. Mi cuerpo enviò la señal que me daba mi ùnica cuota de poder en el asunto. Era màs bien la contraseña acordada.

– Tengo que ir al baño- pedì. Diego se levantò de un salto y me pidiò que lo siguiera por el pasillo. El piso de madera lustrada estaba tibio igual que el ambiente entero. Encendiò la luz del baño y me dejò solo. Cerrè la puerta. Estaba felizmente mareado por el vino. Estaba caliente. Dispuesto a que sucediera y a la vez muerto de miedo de no aguantarme. Meè, me lavè la cara y luego disparè el agua de la mochila. Era el momento esperado. Ahora si que deberia dejarme llevar.

El video se habia apagado y sòlo sonaba el chill out en la sala que estaba màs en penumbras que antes. Sentì el aroma suave de la marihuana mientras me sentaba nuevamente en el sofà frente a mis anfitriones. Ivàn bebiò un trago de whisky. Diego me miraba fijamente.

-¿Todo bien?- preguntè.

– Creo que si- dijo Diego- Pero..bueno, tenemos un problema.

– Ahjà…-

– Te invitamos a tomar unos tragos y la estamos pasando muy bien, sos muy piola- dijo Diego dàndole la ùltima pitada a su cigarrillo- Pero hace como un mes que no nos veìamos con Ivàn y estamos recontra calientes.-

-Ahjà…- volvi a responder. Hicieron una pausa como dejando en el aire la respuesta- Y que quieren? Hacemos un trio?

– No- sonriò Ivàn con cierto desprecio- Yo cojo con Diego esta noche, nada màs.

– Ya viste lo que es ese culo, no?- dijo Diego- Esta noche me lo cojo solamente yo.-

– Bueno…me puedo pedir un taxi entonces- dije . El momento se acercaba y balbuceè un poco.

– Che, no, sos nuestro invitado- respondiò Diego-Pero te hacemos una propuesta para terminar bien la noche.

– Decime…- el palpitar de mi corazòn me quitò el aire por segundos.

– ¿Querès mirar como lo hacemos?- preguntò Diego y se echò hacia atràs en el sillòn abriendo las piernas en ese momento-¿Querès vernos cojer?

En medio del chill out pude escuchar el leve jadeo de los tres.

-Me encantaria – respondi- Pero…¿no quieren cojer solo entre ustedes?

– Exacto- agregò Ivàn- Sòlo si te bancàs mirar de principio a fin. A nosotros no nos tocàs ni un pelo.-

Habìa imaginado el momento mil veces pero el tono duro y la mirada de los dos me dejò sin habla.

– Te aviso que va a ser muuuy caliente- dijo Diego- No sè si te la vas a bancar, pensalo…es la condiciòn-

-¿La ùnica?- preguntè.

-No, la otra te va a gustar màs dijo Ivàn y se puso de pie- Miràs pero completamente desnudo.

-¿Que decis?- preguntò Diego y se puso de pie tambièn- Ya no queremos aguantar màs.

– Acepto- dije y me parè de mi asiento. Sentìa que mi verga iba a explotar y me toquè con cierta firmeza.

– Disfutà de tu paja entonces- Diego volviò a sonreir.- Seguinos.

Los dos se encaminaron por el pasillo y los seguì mientras el chill out se apagaba un poco a la distancia. La habitaciòn estaba con las mismas penumbras estudiadas de la sala. La calentura ya era infernal. Pero aùn faltaba el momento de locura…

El somier era grande y ocupaba el centro mismo de la habitación, amplia y aireada. Busquè el sillòn que tantas veces había imaginado y era tal cual mi fantasìa: de un cuerpo, amplio, de respaldo mullido, con apoyabrazos confortables. Un espacio total de descanso. Estaba ubicado a un metro y medio de la cama sin nada màs que una alfombra pequeña y mullida a sus pies.

Ese metro y medio sería el espacio de la tentación màs grande y a la vez la barrera màs infranqueable.

-Sentate ahì mientras nos preparamos- dijo Diego. Vì a Ivàn salir hacia el baño. Diego abrió un cajòn de una mesita de luz y sacò algunos pomos de gel y una caja de preservativos- Desnudate ahora.

Èsto último sonò como una orden.

Me quitè la camisa y los pantalones y los dejè a un lado junto al sofà. Me sentè en bóxer sintiendo debajo de èl una hinchazón que me obligaba a apretar mis piernas. Ivàn volvió del baño y se sentò en la cama frente a mì. Diego vino hacia el sofà, tomò mi ropa del piso y la sacò de la habitación.  Ivàn sonreía sin dejar de tocarse el bulto. Sentì la palpitación en mì.

Diego se sentò en la cama junto a Ivàn.

      No tenès tu ropa a mano asì que ahora no podès moverte de ahì- me dijo con firmeza-Te preguntamos una vez màs:¿te la vas a bancar?

      Ya estoy aquí¿no?-

    Sì pero vamos a ser dos bestias- dijo Ivàn y desabrochò un botón de su camisa- Pensà que nos vas a tener en bolas y no nos vas a sentir .

Me quedè sin habla y sin aire por unos segundos. Diego sonriò.

    Ok, juguemos a esto- dijo- Podès tocar a uno de los dos. Sòlo a uno, ahora, antes de empezar. Y sòlo hasta que te dejemos. Elegì-

El juego era perverso y tentador.¿Como elegir entre dos hombres que eran desesperantemente hermosos? Serìa mi única oportunidad antes de la barrera invisible. No pude hacerlo.

-Tocalo a èl- dijo Diego y le diò un leve empujòn a Ivàn. Ivàn se puso de pie y se plantò a mi lado. Esperè por un instante pero su respuesta adivinò mi pregunta:

-Vestido-

Toquè esos abdominales duros debajo de su camisa ajustada y seguì hasta la abertura de los botones alcanzando a rozar algo de la piel de su pecho. Era extraordinariamente suave y se sentía tibia en su vello fino. Ivàn me quitò la mano amablemente pero con firmeza y la llevò hasta sus piernas que bajo el pantalòn amplio se sentían duras y torneadas. Quise tocarme la verga pero fue Diego el que me lo impidió. Ivàn me quitò la mano de sus piernas con brusquedad.

    Ya basta-

Los dos sonrieron frente a mì, aùn vestidos . Se miraron una vez màs y ambos tomaron mis brazos y los sostuvieron abiertos mientras con la otra mano acariciaban suavemente la punta de mis tetillas de modo continuo, lento y atormentador. Escuchè claro mi gemido y mi retorcimiento de placer en el mullidìsimo sofà y balbuceè un “por favor” que Diego acallò pasando su lengua por mi pezòn derecho. Lo mismo hizo Ivàn del lado izquierdo. Mi verga ya era una masa rìgida y erecta debajo del bóxer.

Ivàn se apartò al pie de la cama y mirò a Diego que ya se ubicaba frente a èl en el otro extremo. Desde abajo hacia arriba Ivàn desabrochò los cuatro botones que aùn estaban prendidos en su camisa y se la quitò en un solo movimiento. Lo mismo hizo Diego cruzando los brazos para tirar de su remera y dejar su torso espectacular al descubierto. Ivàn dejó caer sus pantalones,los juntò con su camisa y los echò a un lado. Llevaba un bóxer blanco cortísimo y sus piernas eran increíblemente musculosas. Diego tardò unos segundos màs en quitar su ajustado jean y dejar al desnudo sus piernas firmes y velludas. El speedo negro cubrìa su culo prominente, tan marcado como sus pectorales brutales coronados con un par de pezones grandes y puntiagudos asomando entre su vello oscuro  y recortado.Sentì mis piernas estirarse intentando rozar aquellos cuerpos de locura. Realmente superaban lo que había imaginado.

-Aguantà- me dijo Diego.

-¿Listo?- preguntò Ivàn a Diego sin mirarme mientras este se untaba una sustancia gelatinosa y transparente en el pecho.

– A gozar- sonriò Diego. Se quitò su speedo al tiempo que Ivàn se quitaba su bóxer. Desde ese momento dejè de existir para ellos.

La mezcla de sensaciones fue furiosa cuando comenzaron a besarse con tanta pasión y al mismo tiempo con tanta delicadeza que ahoguè una exclamación al ver sus poderosos brazos acariciarse mutuamente las espaldas musculosas. Acercaron uno a otro su pelvis hasta pegarlas y sus hermosos pechos comenzaron a rozarse mientras la expresión de sus rostros daba cuenta del inmenso placer que deparaba aquel beso. Diego acariciaba el cabello espeso, lacio y desordenado de Ivàn mientras este apretaba con pasión la cintura de aquel perfectamente marcada bajo sus dorsales de escultura.

Me quitè el bóxer y sentí mi desnudez en el aire como única conexión con ellos. Estaba completamente erecto y me descubrì jadeando con tanta fuerza como los dos machos que ahora se besaban con desesperación. Rocè mis testículos cuando vì a Diego lamer el cuello de Ivàn y procurè masturbarme suavemente intentando no apurar el final. Pero cuando Ivàn apretò aùn màs la cintura de Diego y este se echò hacia atrás para exponer sus pezones apretè mi pene con fuerza. Ivàn lamiò generosamente el pezòn izquierdo de Diego y èste exhalò un gemido claro y potente. Supe que si me masturbaba entonces acabarìa antes de tiempo. Y esto, acababa de empezar.

El beso siguió durante un tiempo tan largo como el que me hubiera llevado una paja completa. Comencè a desesperar ante el deseo despierto y salvaje y las ganas de masturbarme. Tocaba mi pecho, apretè mis tetillas, masajeè fuertemente el punto entre mis genitales y mi ano revolviéndome en el sillòn comodísimo que me acariciaba en toda mi desnudez. Me resistìa a tocar mi pija porque sabìa que explotarìa. La sentí humedecerse en forma generosa. Mi glande se había hinchado hasta volverse prominente y brutal. El tronco entero estaba tan rìgido como hierro.

Diego apretaba las nalgas duras y redondas de Ivàn mientras èste acariciaba aquellas piernas con las suyas propias. Escuchè claramente sus jadeos en sus bocas abiertas y sus lenguas que desparramaban humedad sobre el cuerpo desnudo del otro. Pude ver sus pijas erectas, poderosas y firmes en medio de esa unión de músculos y piel sudada que formaban sus cuerpos modelados. La pija de Diego era de piel un tanto oscura y con forma curva mientras que la de Ivàn era tan clara como el resto de su piel y su forma era recta y simple. Ninguna era pequeña ni demasiado grande. Pero su turgencia anunciaba una cama que sería puro fuego.

No supe en que momento ambos machos ardientes se echaron a la cama a seguir besándose con tanta o màs pasión de la que habían tenido antes. Ahora podía verlos completamente extendidos en la cama, Ivàn sobre Diego y el metro y medio que me separaba de ellos se había vuelto un abismo. Mis piernas seguían haciendo el juego de extenderse intentando tocar aùn a sabiendas de que era imposible alcanzarlos no sòlo por la distancia sino por la barrera invisible que me había puesto su prohibición. El tono de desprecio con que habían pautado esto había sido lo suficientemente fuerte como para intimidarme. Lo había imaginado mil veces pero la experiencia comenzaba a sobrepasarme.

Comencè a dar un suave masaje sobre mi pene cuando de pronto Diego separò a Ivàn de su cuerpo. Lo escuchè susurrar un “esperà”. Y entonces abrió sus brazos en cruz, se sostuvo de un saliente del respaldo y en el mismo instante Ivàn puso una pequeña almohada debajo de su espalda. Los enormes pectorales velludos de Diego quedaron expuestos, como entregados a su pareja. Ivàn montò sobre las caderas de Diego, sostuvo sus muñecas con fuerza y se lanzò con su boca sobre los pezones de Diego. Los humedeció con un chorro de su saliva y les pasò la lengua brevemente. Luego echò otro chorro màs y repitió el procedimiento sin quedarse demasiado tiempo en ese contacto. Por cada pequeña embestida Diego gemìa y tendìa a retorcerse de placer. Fue Ivàn el que esta vez se separò un poco y se detuvo por unos instantes.

-¿Querès màs?-

-Por favor…-

Del cajòn de una mesa próxima Ivàn sacò el pomo de ungüento transparente que Diego había usado antes. Tambièn sacò una correa de tela de ancho y largo considerable y las llevò consigo a la cama. Con agilidad buscò las manos de Diego de debajo de la almohada y atò sus muñecas con firmeza usando la correa.

    Màs…-jadeò Diego- Màs fuerte…-

De algún modo Ivàn se las ingeniò para dejar las manos de Diego atadas bajo la almohada y provocarle la inmovilidad de sus brazos. Sobre los pezones erectos de Diego, Ivàn dejó caer el ungüento transparente y a masajear suavemente hasta cubrir los pectorales de su amante.

    ¿Qué es?- jadeè-

Ivàn se levantò de un salto, vino hasta a mi y embardunò mis tetillas con el ungüento.

    Ahora vas a sentir…-

Segundos después sentí que mis tetillas tendían a hincharse con un calor nunca antes experimentado. El aire mismo comenzó a hacerme sentir una excitación que me volvìa loco y apenas rozarlas percibì una mezcla de placer y dolor que me hizo retorcerme. Pude comprobar que el efecto era igual o mayor en Diego que jadeaba y tenía su pecho abierto listo para recibir el estìmulo de Ivàn.

    Estoy listo…-

Ivàn volvió a trepar sobre sus caderas y durante unos segundos echò su aliento caliente sobre aquellos pezones hipersensibilizados. Diego se retorcía con gemidos agudos mientras sus piernas enorme procuraban abrazar las caderas de Ivàn. Èste jugò algo màs de tiempo con aquella previa agregando el calor desesperante sobre su macho y finalmente se arrojò con su boca a chuparlos con fruición sin dejar de empaparlos de saliva. Los gemidos de Diego se volvieron gritos de placer y su cuerpo se retorció de tal modo que su pecho entero parecía querer entrar en la boca de Ivàn. Èste fue chupando generosa y alternativamente uno y otro de sus pezones hasta que empapò todo su pecho de saliva y de su propio sudor. Hacìa ya mucho calor en la habitación.

Durante un buen rato Ivàn chupò y mordisqueò los pezones de Diego en medio de sus gemidos y jadeos. Luego se trepò sobre su amante y le ofreció sus propias tetillas a su boca que desbordaba saliva. Ivàn gruñò algo que no alcancè a comprender pero evidentemente estaba pidiendo dolor pues Diego comenzó a morder con fuerza la punta de sus pezones al tiempo que Ivàn se echaba sutilmente hacia atrás para aumentar la tensión. El rostro del rubio se enrojeció y apretò sus dientes mientras veìa a Diego darle el placer desde el dolor.

-Dàmela- le exigió Diego cuando aquel se apartò. Tras unos segundos, Ivàn trepò sobre el pecho monumental de Diego y le hundió su pija erecta en su boca.

El cuadro era monumental. Diego, con sus brazos atados y el espectáculo de su pecho abierto chupaba la pija de Ivàn con fruición mientras èste se movìa con las piernas abiertas sobre sus pectorales. La visión del culo musculoso y redondo de Ivàn era demasiado tentadora para no tocarlo. Sentì que todo mi cuerpo se quebraba en el intento de pajearme y al mismo tiempo contenerme. Instintivamente, intentè erguirme para ir hacia la cama. Sin dejar de coger la boca de Diego, Ivàn me echò una mirada cortante:

    Quedate ahì- me ordenò.

Volvì a sentarme y mi espalda se deslizò hasta quedar casi apoyada en el asiento. Mis piernas estaban enteramente abiertas y ya no podía evitar masturbarme. Comencè a hacerlo tan suavemente como podía porque sentía que iba a explotar de un momento a otro. Ivàn sacò su pija de la boca de Diego y lo besò con tanta ternura como lo había hecho antes. Luego desatò sus manos y Diego fue quien comenzó a besarlo sin dejar de acariciar su espalda que ya estaba empapada de sudor. Sin dejar de hacerlo lo girò hasta apoyar la espalda de Ivàn en la cama y comenzó a chupar y lamer todo su cuerpo de modo rítmico, intenso y continuado provocándole espasmos de placer que el rubio manifestaba con retorcimientos y gemidos. Cuando se detuvo en sus bolas Ivàn se aferrò a las almohadas y gimiò tan intensamente como antes pero con una fascinación especial. Diego siguió bajando hasta hallar la abertura de su ano y enterrò su cabeza entre sus piernas para meter la lengua dentro de su orificio.

Ivàn lanzò un grito agudo que pareció casi femenino por segundos. Lo hubiera creìdo de no haber visto su cuerpo durísimo de hombre musculado retorcerse en medio de un vaho de sudor y saliva. Pero su grado de disfrute era inmenso y pronto lo acompañò apretándose las tetillas y tironeando de ellas en un intento por llevar su calentura al paroxismo.

Diego se irguió de repente en la cama con toda su musculatura tensa y cubierta de humedad.

    Preparame- le ordenò.- Se acostò nuevamente y abrió sus piernas al extremo mientras Ivàn entraba en ellas y metìa toda la verga de Diego en su boca.. El gemido de èste quebrò mi relativa serenidad y me obligò a soltarme la pija. Ivàn chupaba con precisión y tan pronto masticaba el glande de Diego con sus labios como lamìa su frenillo con fuerza al tiempo que lo masturbaba suavemente. Jugaba a pasar la lengua por todo su tronco en un roce enloquecedor y luego se la tragaba de repente provocándole espasmos y jadeos que aumentaban cuando el rubio se quitaba la verga de su boca jadeando para tomar aire.

En uno de esos momentos Diego se irguió nuevamente, volteò a Ivàn boca abajo y poniendo su delicioso culo en alto volvió a hundir su lengua entre sus deliciosas y firmes nalgas. Ivàn pasò de los gemidos a los gritos mientras comenzaba a masturbarse, acción que Diego interrumpió de un manotazo.

    Por favor…- gimiò Ivàn- Por favor te lo pido…cojeme ya.-

Por toda respuesta, Diego se puso de pie y obligò a Ivàn a ponerse de rodillas. Luego lo empujò hacia su verga penetrándolo por la boca mientras lo sostenía del pelo. En el perfil, los cuerpos de ambos se recortaban perfectamente. Los volumenos de sus espaldas, pectorales y glúteos me enloquecían y me retorcí disimuladamente hasta llegar al borde del sofà. Tenìa mis pies en el espacio de la barrera y decidì que era hora de tocarlos.

Aunque màs no fuera debía llevarme la sensación de esos cuerpos desnudos. Ambos se habían enredado en un beso infernalmente caliente enredando sus piernas y sus brazos con caricias que se acercaban al manoseo. No me vieron mientras me acercaba. Puse mi mano sobre la espalda de Diego y el volumen de sus músculos me hizo gemir casi al borde del llanto. Por toda respuesta, Diego se separò de Ivàn con brusquedad, apartò su espalda de mi mano y me la quitò con brusquedad. Ivàn miraba aùn en medio de jadeos de excitación y furia. Diego puso su mano izquierda en mi garganta con suavidad pero con firmeza y me llevò hasta el sillòn nuevamente. Me empujò para obligarme a sentarme y en ese instante Ivàn tomò mis muñecas , llevò mis brazos detrás del respaldo del sofà y los atò con varias vueltas de cuerda.

      Te dijimos mirar y no tocar- dijo Diego- A ver si sos capaz de soltarte para disfrutar de tu paja final.-

      Por favor…-jadeè.

      Asì vas a suplicar…- se mofò Ivàn apretándome las tetillas una vez màs.-

    Vamos a coger- dijo Diego y ambos volvieron a la cama.-

No iba a soportarlo. El sudor de ambos empapaba las sàbanas y el aire de la habitación. Ahora sì que ya no estaría en su campo y que el placer y el alivio dependían de mi. Comencè a forcejear para liberarme de mis cuerdas pensando si realmente las habrìa anudado para no dejarme mover.

    Por favor…- volvì a jadear-¡Por favor!

Mis dos machos renovaban su calentura con lamidas, besos y chupadas. Se dominaban el uno al otro y vì a Diego sostener a Ivàn por la cintura y devorarse sus pezones hasta dejarlos chorreando saliva. El sudor era casi excesivo.

    Cojeme- suplicò Ivàn- ¡Cojeme!

Diego lo echò boca abajo en la cama, tomò un pomo de lubricante y untò generosamente el culo de Ivàn. Metiò sus dedos profundamente y masajeò hasta arrancarle al machito rubio toda clase de gemidos y jadeos. Luego se puso un preservativo en la punta de su glande y obligò a Ivàn a desenrollarlo con su boca. Ajustò el forro mientras Ivàn se ponìa en cuatro patas directo hacia mi para que no perdiera detalle. Mis dedos buscaban desesperadamente una punta de la cuerda para comenzar a desatarla.

    Cojeme- siguió gimiendo Ivàn- Dale, por favor, no doy màs…-

Diego siguò hurgando con sus dedos el ano de Ivàn y golpeò con fuerza sus nalgas. Rozò con la punta de su enorme verga el espacio entre sus nalgas y se retirò pronto. Ivàn gemìa, puteaba y se tocaba el pecho escurriendo el abundante sudor que chorreaba sin cesar.

      ¿Qué pasa, papi?- sonriò Diego-¿Querès verga?

    ¡Matame!- gritò Ivàn.- Diego lo tomò por las caderas y de un solo golpe enterrò su verga entera en el culo redondo y musculoso de Ivàn.-

El grito de Ivàn me hizo retorcerme. Mi verga estaba hinchada y mis muñecas seguían tan atadas como antes. Comencè a respirar con mayor calma para poder pensar con tranquilidad y hallar el modo de desatar aquellas vueltas. Claramente no había nudo sino una serie de vueltas con tramos cruzados para hacer difícil que me desatara pero no imposible. Fijè mi mirada en la cojida atroz que Diego le estaba dando a Ivàn y procurè concentrar mis energìas en desatar las vueltas de las cuerdas. Cuando una de ellas cedió sentí que la presión se aflojaba. Pero algo las mantenía firmes y la calentura me hizo explotar en gritos como si yo mismo estuviera siendo penetrado. Sentì el semen subiendo por mi tronco y supe que acabarìa. Procurè moverme y bajar la tensión y cerrè los ojos para no seguir viendo el espectáculo antes del momento cumbre. Pero era imposible acallar los gritos y gemidos de los dos. Seguì trabajando sobre las cuerdas mientras trataba de evitar que mi verga explotara en una acabada sensacional.

Diego había acostado a Ivàn, levantò sus piernas en sus hombros y lo penetrò mirándolo a los ojos con la misma vehemencia que antes. Ivàn abrió sus brazos, se aferrò de las almohadas de la cabecera y siguió gimiendo mientras se entregaba sin tregua a las embestidas de Diego. Mis manos comenzaron a hacer un movimiento reiterado e involuntario y notè que las cuerdas cedìan a medida que la acción de abrir y cerrar las muñecas se repetía. En el momento en que Diego tomaba de las caderas a Ivàn para acercarlo aùn màs a su pelvis incesante mis manos se soltaron y me estremecì convulso en el sofà. Movilicè mis manos para que la circulación regresara y comencé a masturbarme suave pero continuado sabiendo que el final no estaba lejos.Diego me echò una mirada breve, tan sutil que apenas alcancè a notarla. Los tres estábamos jadeando y sudando a mas no poder. Entonces Diego salió de dentro de Ivàn y se echò en la cama boca arriba.

Lo que siguió fue un trance casi hipnótico. No pude apartar mis ojos de ellos cuando Ivàn se sentò sobre la verga de Diego y comenzó a cabalgar furiosamente apoyando sus manos sobre los pectorales duros y entregados de Diego. Èste lo tomò por la cintura con tanta firmeza como para obligarlo a subir y bajar sobre su verga descomunal. Ivàn liberò sus manos y se arqueò hacia atrás mientras las piernas de Diego se abrían y me dejaban ver el saca y mete de su verga que se volvìa ferozmente rápido. Mi paja iba en aumento y la velocidad ya no podía bajar. Por un segundo logrè percibir la mirada de los dos conectándose mutuamente.

      Acabo…- gimiò Ivàn- Acabo…-

    Disparame…- respondió Diego y lo vì hinchar su pecho al tiempo que abriìa sus brazos.

Un enorme y espeso chorro de leche surgió de la pija de Ivàn y estallò justo entre aquellos pectorales que había estado adorando durante toda la noche. Y siguió otro, y otro y otro hasta dejar el pecho de Diego enteramente cubierto de su semen blanquísimo que chorreò sobre la curvatura espectacular de sus formas. Gemì creyendo no poder ver nada mejor y estallè en chorros de leche que se volcaron sobre mi como el comienzo de una erupción que no parecía querer cesar. Seguì masturbándome pero màs suave, intentando prolongar el momento de placer pero comprobè que la tensión no hacìa màs que aumentar. Ivàn se derrumbaba sobre la cama cuando Diego salió de su interior y se levantò para volverse hacia mi. Ivàn volvió a tomarme los brazos, volvió a rodearlos con las cuerdas y con sus manos húmedas de semen y sudor se dedicò a masturbarme con suavidad llevándome de nuevo hasta el momento en donde placer y dolor se confundìan. Gemì y jadeè mientras era objeto de la paja sostenida y morbosa de Ivàn mientras veìa a Diego quitarse el preservativo y mastubarse fuertemente delante de mi. El brillo húmedo de su pecho me enceguecía y sus labios estaban empapados en saliva. Me preguntè hasta cuando podía aguantar aquel macho sin eyacular.

    Ahora- gimiò e Ivàn aumentò la velocidad de la paja sobre mì-

Una catarata de semen salió disparada de Diego y golpeò mi pecho salpicándome la cara tanto como su grito salvaje aturdió mis sentidos. Me retorcí cuando Ivàn logró la segunda acabada en mi y allì me dejó mientras el semen brotaba de mi pija; fue necesario para que èl volviera a masturbarse y acabara también sobre mì acompañando los últimos disparos de Diego.

En los próximos segundos sòlo sentí jadeos y oscuridad. Al abrir los ojos sentí al mismo tiempo mis manos liberadas y vì a Diego arrojar las cuerdas a un lado. Los dos estaban jadeantes y agotados pero aùn asì me dieron un pequeño empujòn para levantarme del sofà. Diego fue hacia la cama y se echò en ella. Al mismo tiempo Ivàn lo siguió y en su movimiento me arrastrò suavemente con èl. Caì al centro de la cama e Ivàn se echò a mi lado. Ambos cruzaron sus piernas sobre las mìas.

      Habìas sido machito eh?- sonriò Diego- No te tenìamos fe.-

      Yo no hubiera aguantado un minuto- riò Ivàn volviéndose hacia mi- Te merecès un premio-

      ¿Si?- sonreì.

    Acà nos tenès- respondió Diego mientras me abrazaba. Ivàn se unió al abrazo, recibió mis manos que buscaban sus cuerpos y los tres nos dormimos tras besarnos durante un rato que no tuvo medida.

Gisel

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GISEL

 

 

Sólo puedo seguir si se lo contas a tu marido –le dije.

Dame tiempo – me respondió Gisel.

De hecho, ella es atea. Sólo accedió a casarse por iglesia para concretar la fantasía de la boda.

Nuestra amistad fue duradera, aunque interrumpida por las relaciones sentimentales de ambos.

Más allá de algún encuentro sexual casual producto de una situación de copas, siempre priorizamos la amistad.

La obediencia y las tareas se dieron a causa de una conversación telefónica como tantas otras. Sólo que en esta, ella me dijo que la calentaban sus alumnos de secundaria.

Mi imaginación comenzó a accionar imágenes eróticas incentivado por sus relatos y mensajes de texto.

En ellos me decía como sentía que los pendejos la observaban. Cómo le miraban el culo. Cómo intentaban rozarla fingiendo un roce casual. Obviamente no podía poner en riesgo su trabajo producto de su calentura. Y más aun teniendo a una hija a la cual mantener.

Pero en sus treinta años no dejaba de mojarse al sentirse observada por los adolescentes.

“Desvirgué a Guido” me dijo con entusiasmo apenas atendí el teléfono.

Guido fue la materialización de su fantasía. Una madre y docente desvirgando a un pibe. Aunque cabe aclarar que Guido no era alumno suyo.

Puede ser por eso que más allá de disfrutar la experiencia, le pareció poco. Y porque no sabía coger, claro.

Franco si sabía coger, por eso se puso de novia la muy pajera. Franco era un pendejo que vivía con su madre.

A Gisel le encantaba visitarlo y que se la cogíera allí. Sabía que su madre se daba cuenta y la idea le encantaba.

“No paramos de coger y la madre se re da cuenta. Un par de veces cogimos sobre el capot de su auto” era uno

de los mensajes que me envío.

Me refregaba por la cara la virilidad del pendejo y cuanto la calentaba gemir en voz alta para que la madre del pibe

supiese que su hijo se la cogía muy bien. “Vivía al palo Franco” me decía. Incluso morbeaba con que la madre se pajeara

escuchando como cogía con su hijo.

Por circunstancias de pareja, y ella al ser madre soltera, las cosas fueron complicándose con Franco y la relación terminó.

Fue un tiempo de apatía con el genero masculino, más allá de, como alumna terciarla, chuparle en una ocasión la pija a uno

de sus casados profesores de la universidad de derecho.

Le escribí una tarde cualquiera mientras ella estaba en clase, como docente en un colegio de educación secundaria

y la conversación se torno hacia el lado sexual. La muy pajera estaba toda mojada contestándome mensajes y mirando

las braguetas de sus alumnos en plena clase. Esto lo supe poco tiempo después cuando me lo comento.

Daba señales de ser una tremenda puta reprimida, por lo cual gracias a mi amistad con ella, decidí comenzar a motivarla

para que se soltara y fuese la perra que queria hacer. Una especie de emputecimiento que ella necesitaba.

La reprimía ser madre, ser docente, ser moral.

En una ocasión me cuenta que fue a cenar a casa de una colega y amiga suya, mayor que ella llamada Elsa, y conoció a su

hijo y se mojó al instante. “que bueno está el hijo de mi amiga” me escribió por mensaje de texto.

Comenzamos a hablar de la posibilidad de que se lo levantara y a la muy puta le encanto la idea.

Cogerse al hijo de 19 años de su amiga le daba terrible calentura.

Esto me lo contaba en una visita a mi casa mientras me hacia una paja confesando cuanto le gustaría cogerse a ese pendejo, a sus alumnos y a todo menor de 20 años que se cruzara.

Una noche me escribe desde un bar atestado de pendejos que la rozaban, apoyaban y manoseaban como en cualquier

boliche nocturno pidiéndome pija.

“Te gustaría que en lugar mío estuviese uno de los pibes que te metieron mano hace un rato en el boliche, no?” le pregunté.

No paraba de asentir con la cabeza por lo cual le dije “hacete cargo que sos una pajera coge pibes.

Primero el hijo de tu amiga y después seguirás con tus alumnos.

¿O nunca pensaste en alguno de ellos?” le dije.

“Hay mas de uno de me encantaría que me cogiera como a la peor de las putas” me contesto gimiendo

como una yegua.

“Ellos se deben matar a pajas con su profe, no?” le dije.

“Si, cogeme y hablame de esos pajeros” grito gimiendo mientras acababa como una cerda.

No había pasado una semana cuando me llegó un texto de ella.

“El hijo de Elsa me invito a salir. Imaginate que pongo en riesgo la amistad por que si la madre se entera me mata, jaja. Que

preferís? Que me coja y vaya a verte con su leche o que me caliente él y me terminas llenando de leche vos?” me preguntó.

“Lo que más te caliente, pajera” le respondí.

“Para serte sincera me calienta más que sepas que estuve con un pendejo antes

de ir a verte, no hace falta que me lo coja, pero si a vos te gusta mas que me lo coja, lo hago. Tampoco implica un sacrificio para

mi”

La muy pajera salió con el pendejo hijo de su amiga, obviamente a escondidas de ella, a un bar.

Mientras estaba con él nos escribíamos y me decía lo lindo que era, lo bien que besaba y como ya le había metido mano en el culo.

Toda mojada como estaba, aun reprimiendo su putez, invento una excusa y su salida con Gaby termino en una besuqueada y manoseada nada más.

Caliente como estaba llego a mi casa de madrugada en busca de lechita (como a ella le gusta que le digan).

Obviamente no la bese ya que venia toda ensalivada por el pendejo que seguramente iba a pajearse bastante en su honor.

Tampoco me la cogí, solo hice que me hiciese una paja con una de sus manos, mientras con la otra se pajeaba ella.

Comencé a escupirle la cara repitiéndole que estaba comenzándose a convertirse en una puta y la muy sucia abría la boca para recibir mi saliva mientras le llenaba de leche su mano y salpicaba su tanga ya humedecida por su paja y la calentura que traía de franelear con el hijo de su amiga.

Está modalidad se repitió en varias oportunidades, sólo que en estas ella llegaba llena de la leche del pendejo y me pajeaba mientras me contaba su encuentro.

No tenía futuro esa relación y después de todo varías de sus fantasías ya habían sido cumplidas, por lo cual se calmó.

Transcurrido el tiempo conoció a un buen hombre y comenzó una relación con él.

La monotonía de la pareja hizo que comenzará a fantasear nuevamente con sus alumnos. Y a mí me encantaba animarla a cumplir sus deseos.

Lo de la calza salpicada de leche en el culo fue mi idea. Y a ella le encantó. Me envió un video pajeandose en el baño de la escuela la primera vez que lo hizo.

Se ponía la calza que mas le marcaba el culo y pasaba por casa previo a su clase.

Me chupaba la pija y cuando yo estaba por acabar apuntaba a su culo y le manchaba todo el culo con leche.

Y así entraba a clase. Sabiendo que los pendejos pajeros miraban sus calzas enlechadas.

Se acercaba a los pupitres y mientras se agachaba a hablarle al alumno que mas despreciaba, e invadía su espacio con el olor a pija que emanaba de su boca, los demás no paraban de mirar y fotografiarle el culo. En los recreos se tocaba en el baño y me contaba las eventualidades de su clase.

Como cuando la rozaban “casualmente”.

Como cuando observó como uno de ellos se tocaba la hinchada bragueta mientras hablaba con ella.

Marcos es hijo de un amigo mío de la infancia. Casualmente este año su profesora en una de sus materias es Gisel.

Puedo hacer cumplir su fantasía siempre que ella cumpla una mía.

Quiero que se case.

Quiero que en el día de su boda, con el vestido de novia puesto y su pareja esperando en el altar, acuse un malestar y lo haga esperar allí durante unos instantes.

Tiempo suficiente para que Marcos, su alumno nuevo, se la coja. Se la coja con su vestido de novia puesto mientras su pareja la espera en el altar.

Tiempo suficiente para que el pendejo le arranque la tanga, se la coja y le deje caminando hacia el altar mientras su leche se desliza lentamente por entre sus piernas.

Curso prematrimonial católico. Así se llama el curso al que acaba de anotarse la muy puta.

Trío con el cubano.

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Hola, me llamo Víctor y tengo diez y nueve. Quiero contarles algo que ocurrió hace dos años, es ese entonces tenía seis meses de andar con mi novia Jenny, quien es un año menor que yo. Nos poníamos bien calientes entre besos y manoseadas, nuestros cuerpos ya querían llegar a más. Hablando con ella al respecto llegamos a la conclusión de que ambos sabríamos cuando llegara el momento. La verdad, yo no dejaba de imaginar a Jenny y su piel morena, y su pelo negro lustroso y lacio arrodillada frente a mí, comiéndose con aquella boquita pequeña y deliciosa toda mi verga. Una vez nos quedamos solos en mi casa y aproveché para ver con ella una película porno. En ella, un negro con una tranca impresionante era cabalgado por una hermosa rubia muy delgada, la rubia subía y bajaba apoyando sus manos en el pecho del moreno, gozando como loca y vuelta un pistón humano. No pude dejar de mirar que Jenny estaba muy excitada, aquella escena la tenía al cien y me dijo que alguna vez le encantaría comprobar por ella misma si los negros las tenían así de grandes y sabrosas, le pregunté si dejaría que un negro la poseyera y ella sin dudar me contestó que adoraría ser hembra de cualquier negro que tuviera un aparato tan descomunal. Aquel comentario me puso todavía más arrecho y recordé que en el gimnasio que quedaba a cuatro cuadras de mi casa había entrado a trabajar tres meses atrás un entrenador de color que parecía venir de Cuba. Era un tipo como de treinta años, musculoso, de rasgos delicados y con una personalidad muy seria. Así que le dije a Jenny que la retaba a que se tirara aquella misma tarde al cubano, le hablé de él y le dije que incluso yo estaba dispuesto a ir a traérselo. Yo no creía que ella se fuera a atrever, más bien buscaba ponerla más caliente con aquellas ideas para poder yo aprovecharla de una buena vez, sin embargo estaba ella por lo visto tan caliente que con un brillo en los ojos me preguntó si a mí no me importaría, si no me molestaría que alguien más la desflorara o que pudiéramos hacer un trío. Le dije que me excitaba más que molestarme, y que además sabía que no iba a poder. -Tráemelo entonces, traeme al cubano y vas a ver si no me atrevo, ando bien mojada ya.
-No estés jugando, Jenny, no podrías.
Ella encendió un cigarro sonriendo, se recostó en mi cama y siguió viendo la película.
-Traelo, Víctor, tráemelo hasta la cama, aquí los espero.
Yo no podía creerlo, pero decidí jugarme el todo por el todo, la verdad es que estaba yo tan cachondo que ya no me importaba que ella fuera mía al mismo tiempo que de otro. Así que la besé suavemente en los labios acariciando su rostro y le dije que no me tardaba, ella seguía sonriendo pícaramente cuando me alejé.
Una vez en el gimnasio no fue difícil dar con el cubano, andaba acarreando algunas pesas en la parte trasera, me armé de valor, ¿qué podía perder? Llegue con él y me presenté, estaba yo muy nervioso y tartamudeaba, en el último momento me impresionó la fuerza de su personalidad, su seriedad. Torpemente le hablé con la verdad, le dije del reto que habíamos hecho Jenny y yo después de estar viendo la película xxx, le dije que ella estaba muy mojada y excitada y que se había quedado esperando a que yo se lo llevara para entregarse a él, que la ponía mucho el deseo de darse a un negro. Aquel cubano me traspasaba con la mirada, siempre parecía estar enojado. Ya de cerca sus rasgos eran menos delicados de lo que pensaba, pero eso le daba más varonilidad. Me miró de arriba a abajo.
-Espérame en la esquina, voy a cambiarme.
No tardó más de diez minutos, pude notar que había tomado un baño rápido. Me dijo que se llamaba Reynaldo y me aseguró que me arrepentiría si aquello era una broma. Le dije que no lo era, y que estaba sorprendido porque no pensé que él fuera a aceptar. Me preguntó si me imaginaba lo caliente que se ponía un entrenador como él viendo tanta gente y tantos cuerpos en un gimnasio. Luego me preguntó si Jenny tenía mi edad y si estaba buena, también quiso saber si yo iba a estar presente y a ser parte del plan. Le dije que ella era un poco más chica que yo y que estaba muy rica. También le aclaré que suponía que ella querría que se la empezara a tirar mientras yo veía y que ya después yo también podría acoplarme.
-¿Entonces tú también tienes ganas? Preguntó con su marcado acento.
-Tanto o más que ella.
Cuando llegamos a mi casa sentí un hueco grande en mi estómago, pero ni modo de echarme para atrás, tenía que llegar hasta las últimas consecuencias esperando gozar del placer de ver a mi novia con un tipo negro y mayor y de poder poseerla yo mismo por fin. Ella nos esperaba bajo las sábanas, había vuelto a poner otra vez la película, en la pantalla dos mujeres orientales se hacían un desesperado sesenta y nueve y gemían de forma muy suave. Reynaldo desnudó su torso y descorrió las sábanas, mi novia sólo se había dejado su ropa interior. Se veía hermosa, noté que estaba sumamente nerviosa, impresionada por la personalidad y la diferencia de edad con ese hombre. Debe haberse sentido muy niña y pequeña, buscó mi mirada y entonces vi que más allá de todo seguía muy puesta a continuar. Me senté en una silla que estaba a unos pies de la cama dispuesto a esperar mi momento para participar, aquel espectáculo me tenía hipnotizado. El pasó la yema de su pulgar derecho por la boca de Jenny, quien sonrió nerviosa.
-Así que tienes ganas de probar verga negra. Yo me llamo Rey, a tus órdenes.
Ella respondió empezando a chupar aquel pulgar, cerraba sus ojos y lo metía y sacaba de su boca. Sin sacarle el dedo, Reynaldo la jaló para ayudarla a ponerse de pie y revisó su cuerpo.
-Qué sabrosa estás, qué buen culo tienes, dan ganas de darte tus buenas ensartadas.
Dijo mientras con una mano magreaba el trasero de mi novia.
-Jenny y yo sólo nos hemos cachondeado, aún no ha cogido con nadie.
Dije notando que mi novia seguía chupando el pulgar de Rey con los ojos cerrados.
-¿Tú también eres virgen?
Volteó él a verme, yo asentí con la cabeza. Sacó el pulgar de la boca de ella y se sentó en la cama.
-Dime, Jenny, ¿quieres ser mi hembra en esta cama?, ¿quieres probar verga de negro y ver cómo te culea?
Jenny sonrió aún muy nerviosa abriendo los ojos.
-Estoy muy cachonda…
-Te pregunté si quieres verga negra.
-Ay, jajaja… Perdón, Rey, jajaja.
Reynaldo la puso de pie frente a él y acarició su mejilla y sus cabellos.
-¿Quieres probar verga de negro, chica?
-Jajaja… sí… jajaja.
Respondió ella con timidez, no dejaba de reír por los nervios. Reynaldo le dio una pequeña bofetada muy suave, en actitud de padre, de maestro.
-Deja de reirte, quiero que me la pidas, la próxima galleta va a ser más fuerte.
Jenny, se puso muy seria por el regaño, lo cierto es que aquello sirvió, ya que la puso más caliente, se arrodilló frente a él y se le quedó viendo fijo a aquel bulto largo que se destacaba en su pantalón.
-Quiero probar verga ya… dame verga negra, por favor. Quiero ser tuya a tu placer.
-Así está mejor, chica, que seas una buena golfita obediente.
Reynaldo se levantó y se quitó el pantalón, su cuerpo musculoso de un negro achocolatado mostraba un  pene increíblemente tieso y circunciso que se curvaba un poco hacia arriba, aunque para nada tan grande como en las películas. Jenny tuvo aquello frente a ella y sus ojos empezaron a brillar.
-Ahora va a lamerla toda, para que pruebes su sabor. Lamerla con tu lengua por todos lados como a una paleta, despacio, de la raíz a la punta.
Ni tarda ni perezosa, mi Jenni cerró sus ojos y sacó su lengua, tomó la punta de la verga de Rey entre ambas palmas para levantarla y empezó a lamer con gula. Su lengua era una brocha que repasaba una y otra vez aquella columna por todos lados, Reynaldo la observaba sonriendo, disfrutando de aquella zafia lengua.
-¡Mmmhhh…! ¡Qué rica verga!
Escuché decir a la puta de mi novia, vaya que se había atrevido a ganar el reto, y vaya que lo estaba gozando. Reynaldo se levantó con una mano más el pene y con la otra llevó la cabeza de Jenni más abajo, ella sonrió comprendiendo lo que él quería y empezó gustosa a chuparle y a lamerle a él también los huevos. Se metía aquellas negras bolsas en la boca y las deslizaba con hambre entre los labios, les daba lengua del nacimiento del escroto a la raíz del pene, se la escuchaba gemir.
-Ahmmmm… Yommmm…
-Qué rico me chupas el huevo, chica, se ve que te gusta. Creo que ya es tiempo que te empieces a comer toda mi verga negra.
Jenny tomó a Reynaldo de la cadera con ambas manos y empezó a hundirse aquella dura tranca hasta la garganta.
-¡Qué rico palo me estoy comiendo! Quiero que me lo des toda la vida, papacito chulo… ¡Yaaammmmhhh!
Yo estaba electrizado ante esa escena, ante el ruido de las mamadotas de Jenny, ante lo puta que mi noviecita me había resultado, sentía que mi propio instrumento iba a estallarme. No voy a negar que estaba entre triste, molesto y celoso; pero mi calentura era más fuerte que todo. El cubano agarró en un puño el cabello de Jenny por detrás en una cola para manejar mejor sus movimientos, lengua y labios de mi novia pasaban de chupar huevo a lamer tranca y mamarla también. Reynaldo aprovechó entonces para introducir su arma hasta el fondo de su garganta, la pobre resistió la estocada unos segundos y luego siguió mamando con lascivia.
Después, él la detuvo y la ayudó a incorporarse, desnudándola por completo, abriéndose con su lengua paso en su boca. Fue un beso largo y cachondo, él dejaba de pronto su lengua por fuera para que ella la estuviera mamando, al mismo tiempo le sobaba muy suave la punta del palo en su rajita.
-Ya dame verga, Rey, tengo bien mojada la panocha, papo. Ya dale a mi conchita, ¿sí? Me tienes malita de lo arrecha que me pones.
Reynaldo hundió dos dedos en aquella raja caliente y los sacó todos mojados de los jugos de mi novia, ella pegó un suspiro como esperando que se la siguiese dedeando, pero lo que hizo él fue meterle los dedos en la boca, para que ella probara su sabor.
-Mira qué rica sabe la chocha de mi putita.
Le dijo y Jenny lamió golosa sus propios líquidos.
-¡Mmmhhh…! Me gusta más el sabor de tu verga, Rey. Ya quiero pito.
De un empujón Reynaldo la puso a gatas en la cama y se colocó por detrás, dirigió su tranca hacia aquella raja caliente y empezó a introducírsela muy despacio. La sacaba hasta la punta y luego la volvía a meter hasta la raíz lento, para que ella pudiera gozar de su envergadura. Jenny dejaba escapar suspiros de placer entregándose toda a aquella negra lanza.
-Cógeme duro, Rey, ábreme en canal con esa verga divina, hazme sentir que me vuelvo su puta. ¡Aagghh… Ayyy!
Los ojos del cubano eran pura lujuria, agarró a Jenny por los hombros para empezar a impulsarse con furia, luego bajó una mano para dedearle a mi novia el clítoris con rapidez.
-Así, putita, date con pasión a mi ariete.
El cabello de Jenny le caía de lado en su hombro, pero ella giró en un rápido movimiento la cabeza para que le cayera sobre la espalda en salvaje cascada, volteaba de vez en cuando para ver cómo se la culeaba aquel negro musculoso, impulsando con gula su cuerpo hacia atrás al encuentro de aquel trozo de carne.
-¡Eres un Dios! ¡Aagghhh….! ¡Qué delicia ser la hembra de ese sabroso chafalote que tienes! ¡Aayyyy, papitoooo!
Reynaldo se la clavaba y le daba dedo cada vez más deprisa, ambos gritaban y gemían como animales, al ritmo de esa cogida podían escucharse los huevos del negro golpeando las nalgas de mi novia. De pronto ella tuvo un rico orgasmo, la electricidad la recorrió toda arqueando su cuerpo, se desplomó en la cama, ahíta de verga.
-Ahora vas a probar lo que toda buena puta ha probado, a darse a dos vergas al mismo tiempo. Vamos a ver si tu noviecito sabe satisfacerte.
Le dijo Reynaldo parado frente a ella y haciéndola otra vez ponerse en cuatro. Jenny le sonrió pasándose provocativa la lengua por los labios. En seguida él le agarró un mechón de pelo a cada lado de la cabeza y, como si llevara una rienda, se la dejó ir por la boquita poniéndola de nuevo a mamar. Yo no podía más, me hinqué atrás de ella y empecé a metérsela despacio mientras le acariciaba las tetas. Qué caliente y húmeda se sentía su raja, así se la había dejado él, una oleada de placer me recorrió del pene a todo el cuerpo.
-Ayyy, amor, nuca imaginé que fueras tan zorra y cachonda, cómo te encanta el pito.
Reynaldo se retiró de la boca de Jenny diciendo que quería observar un rato, su verga lucía increíblemente tiesa y enhiesta, ella le reclamó gimiendo con voz infantil.
-¿No vas a darle su lechita a tu nena, Rey? Jajaja… Quiero tomar leche de negro… Aahh…
-Calma, mi niña hoy te voy a dar toda mi leche para que la tomes.
Vi de reojo cómo Reynaldo sacaba discretamente de su pantalón un condón y se lo colocaba, luego tomó una buena cantidad de crema humectante de mi buró y se lo embarró en el miembro. Yo seguía clavándome a Jenny que daba gusto, los dos jadeábamos cuando ella dijo:
-Quiero que me cojas igual de rico que Rey, dame verga duro, así me gusta, así me pongo arrecha.
Aquello me puso a mil, me incliné hacia adelante para agarrarla de los hombros y empezarle a dar como lo pedía. Entonces sentí la vara del negro llena de crema abriéndose paso en mi ano, voltee la cara sorprendido y él me hizo señas con el dedo para que me valdrá callara, era obvio que no quería que ella se diera cuenta de lo que pasaba, acercó su boca a mi oído y escuché su voz ronca.
-Verás cómo te gusta también ser mi perra. Siguió introduciéndome la reata tratando de seguir el ritmo de mis empellones cogiéndome a Jenny. Yo sentí que mi propio miembro de ponía más duro y aflojé sin darme cuenta la tensión para permitir que Reynaldo me ocupara por entero. Los tres nos movíamos al mismo compás, el negro me tenía bien agarrado de la cadera para estoquearme y yo me impulsaba en Jenny tomándola de los hombros. En algún momento voltee la cara y reposé mi cabeza en el hombro del cubano, quien aprovechó para besarme y dejar su lengua afuera para que yo la chupara, ¡como lo había hecho con ella! Yo chupé con hambre aquella serpiente mojada y pequeña, sorprendido de toda la lujuria que estaba sintiendo. Me impulsaba con fuerza al mismo tiempo para culear a mi novia y para seguir siendo ensartado por él, algo delicioso. Era yo hembra por detrás y macho por delante. Entonces Reynaldo empezó a picarle el culo a Jenny con un dedo, aclaro que nuestros movimientos seguían siendo rápidos y fuertes, mi novia gemía y gritaba hacía ya un rato. Cuando ya el dedo del cubano estaba todo adentro volteó ella y comprendió lo que pasaba, aún así siguió impulsándose al encuentro de la verga y el dedo.
-Mira, chica, parece que también a tu noviecito le gusta ser culeado por este negro. ¿Verdad que te gusta que te haga mi perra, Víctor?
-Sí, mi Rey, quiero ser tu perra también siempre que lo desees… Aagghh… Siento ese pito duro hasta la garganta. Mi culito es tuyo, Rey, para que lo goces cuando quieras, qué rico me sodomisas… Hhhmm… Aarrrgghhh…
-Nos tienes a tu merced, Rey… -Mmhhh… Siento que tu rica tranca me coge a través de Víctor a mí… Mmhhaaa…
Jenny se hincó sin soltar mi miembro y pegó su cuerpo al mío, pude sentir su espalda en mi pecho cuando reclinó su cabeza en mi hombro para besar y chupar la lengua de Rey. Yo podía ver el contraste de nuestras pieles acoplándose, negro, blanco y morena, podía sentir el cuerpo musculoso de aquel Dios de ébano en mi espalda, lo cual me hacía sentir su hembra, era la locura.
-¡Voy a estallar!
Gruñó gritando Rey en medio de nuestros jadeos, rápidamente se salió de mí y quitándose el condón se apresuró a darle la vuelta a la cama, en donde ya la zorra de mi novia lo esperaba golosa, le agarró fuertemente la cabeza para obligarla a tragar y se impulsó con fuerza en su boca. Sentí un poco de curiosidad y envidia pero me apresuré a hacer más violentas mis embestidas y a frotar con lujuria el clítoris de Jenny. No tardó el negro en vaciarse en la garganta de mi puta, quien tragó la mayor parte y se apresuró a incorporarse un poco para compartir un poco de aquel semen de negro que se le escurría por las comisuras con un beso. La besé con gula y probé ese liquido caliente, salado y viscoso, me pareció un manjar delicioso. Jenny volvió a su posición para lengüetear aquella vara aún tiesa.
_ Ya puedo decir que he probado leche de negro, qué rica es, Rey, qué ricos mecos me echaste, me los comí casi todos. Qué ganas de mamar ese varejón hasta dejarlo seco por completo.
Al escuchar a Jenny diciendo aquello no aguanté más y una luz cegadora me hizo venirme todo dentro de su panocha. Casi al mismo tiempo Jenny volvió a desplomarse en un orgasmo pegando un fuerte gruñido, a causa de mi cogida y de la masturbada que le hice. Reynaldo se vistió y antes de salir nos dijo que la próxima vez traería con el a otros dos cubanos con los cuáles compartía depa. Le sonreímos y nos quedamos echados y abrazados en esa cama llena de fluidos corporales.

Trío con el cubano.

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Hola, me llamo Víctor y tengo diez y nueve. Quiero contarles algo que ocurrió hace dos años, es ese entonces tenía seis meses de andar con mi novia Jenny, quien es un año menor que yo. Nos poníamos bien calientes entre besos y manoseadas, nuestros cuerpos ya querían llegar a más. Hablando con ella al respecto llegamos a la conclusión de que ambos sabríamos cuando llegara el momento. La verdad, yo no dejaba de imaginar a Jenny y su piel morena, y su pelo negro lustroso y lacio arrodillada frente a mí, comiéndose con aquella boquita pequeña y deliciosa toda mi verga. Una vez nos quedamos solos en mi casa y aproveché para ver con ella una película porno. En ella, un negro con una tranca impresionante era cabalgado por una hermosa rubia muy delgada, la rubia subía y bajaba apoyando sus manos en el pecho del moreno, gozando como loca y vuelta un pistón humano. No pude dejar de mirar que Jenny estaba muy excitada, aquella escena la tenía al cien y me dijo que alguna vez le encantaría comprobar por ella misma si los negros las tenían así de grandes y sabrosas, le pregunté si dejaría que un negro la poseyera y ella sin dudar me contestó que adoraría ser hembra de cualquier negro que tuviera un aparato tan descomunal. Aquel comentario me puso todavía más arrecho y recordé que en el gimnasio que quedaba a cuatro cuadras de mi casa había entrado a trabajar tres meses atrás un entrenador de color que parecía venir de Cuba. Era un tipo como de treinta años, musculoso, de rasgos delicados y con una personalidad muy seria. Así que le dije a Jenny que la retaba a que se tirara aquella misma tarde al cubano, le hablé de él y le dije que incluso yo estaba dispuesto a ir a traérselo. Yo no creía que ella se fuera a atrever, más bien buscaba ponerla más caliente con aquellas ideas para poder yo aprovecharla de una buena vez, sin embargo estaba ella por lo visto tan caliente que con un brillo en los ojos me preguntó si a mí no me importaría, si no me molestaría que alguien más la desflorara o que pudiéramos hacer un trío. Le dije que me excitaba más que molestarme, y que además sabía que no iba a poder. -Tráemelo entonces, traeme al cubano y vas a ver si no me atrevo, ando bien mojada ya.
-No estés jugando, Jenny, no podrías.
Ella encendió un cigarro sonriendo, se recostó en mi cama y siguió viendo la película.
-Traelo, Víctor, tráemelo hasta la cama, aquí los espero.
Yo no podía creerlo, pero decidí jugarme el todo por el todo, la verdad es que estaba yo tan cachondo que ya no me importaba que ella fuera mía al mismo tiempo que de otro. Así que la besé suavemente en los labios acariciando su rostro y le dije que no me tardaba, ella seguía sonriendo pícaramente cuando me alejé.
Una vez en el gimnasio no fue difícil dar con el cubano, andaba acarreando algunas pesas en la parte trasera, me armé de valor, ¿qué podía perder? Llegue con él y me presenté, estaba yo muy nervioso y tartamudeaba, en el último momento me impresionó la fuerza de su personalidad, su seriedad. Torpemente le hablé con la verdad, le dije del reto que habíamos hecho Jenny y yo después de estar viendo la película xxx, le dije que ella estaba muy mojada y excitada y que se había quedado esperando a que yo se lo llevara para entregarse a él, que la ponía mucho el deseo de darse a un negro. Aquel cubano me traspasaba con la mirada, siempre parecía estar enojado. Ya de cerca sus rasgos eran menos delicados de lo que pensaba, pero eso le daba más varonilidad. Me miró de arriba a abajo.
-Espérame en la esquina, voy a cambiarme.
No tardó más de diez minutos, pude notar que había tomado un baño rápido. Me dijo que se llamaba Reynaldo y me aseguró que me arrepentiría si aquello era una broma. Le dije que no lo era, y que estaba sorprendido porque no pensé que él fuera a aceptar. Me preguntó si me imaginaba lo caliente que se ponía un entrenador como él viendo tanta gente y tantos cuerpos en un gimnasio. Luego me preguntó si Jenny tenía mi edad y si estaba buena, también quiso saber si yo iba a estar presente y a ser parte del plan. Le dije que ella era un poco más chica que yo y que estaba muy rica. También le aclaré que suponía que ella querría que se la empezara a tirar mientras yo veía y que ya después yo también podría acoplarme.
-¿Entonces tú también tienes ganas? Preguntó con su marcado acento.
-Tanto o más que ella.
Cuando llegamos a mi casa sentí un hueco grande en mi estómago, pero ni modo de echarme para atrás, tenía que llegar hasta las últimas consecuencias esperando gozar del placer de ver a mi novia con un tipo negro y mayor y de poder poseerla yo mismo por fin. Ella nos esperaba bajo las sábanas, había vuelto a poner otra vez la película, en la pantalla dos mujeres orientales se hacían un desesperado sesenta y nueve y gemían de forma muy suave. Reynaldo desnudó su torso y descorrió las sábanas, mi novia sólo se había dejado su ropa interior. Se veía hermosa, noté que estaba sumamente nerviosa, impresionada por la personalidad y la diferencia de edad con ese hombre. Debe haberse sentido muy niña y pequeña, buscó mi mirada y entonces vi que más allá de todo seguía muy puesta a continuar. Me senté en una silla que estaba a unos pies de la cama dispuesto a esperar mi momento para participar, aquel espectáculo me tenía hipnotizado. El pasó la yema de su pulgar derecho por la boca de Jenny, quien sonrió nerviosa.
-Así que tienes ganas de probar verga negra. Yo me llamo Rey, a tus órdenes.
Ella respondió empezando a chupar aquel pulgar, cerraba sus ojos y lo metía y sacaba de su boca. Sin sacarle el dedo, Reynaldo la jaló para ayudarla a ponerse de pie y revisó su cuerpo.
-Qué sabrosa estás, qué buen culo tienes, dan ganas de darte tus buenas ensartadas.
Dijo mientras con una mano magreaba el trasero de mi novia.
-Jenny y yo sólo nos hemos cachondeado, aún no ha cogido con nadie.
Dije notando que mi novia seguía chupando el pulgar de Rey con los ojos cerrados.
-¿Tú también eres virgen?
Volteó él a verme, yo asentí con la cabeza. Sacó el pulgar de la boca de ella y se sentó en la cama.
-Dime, Jenny, ¿quieres ser mi hembra en esta cama?, ¿quieres probar verga de negro y ver cómo te culea?
Jenny sonrió aún muy nerviosa abriendo los ojos.
-Estoy muy cachonda…
-Te pregunté si quieres verga negra.
-Ay, jajaja… Perdón, Rey, jajaja.
Reynaldo la puso de pie frente a él y acarició su mejilla y sus cabellos.
-¿Quieres probar verga de negro, chica?
-Jajaja… sí… jajaja.
Respondió ella con timidez, no dejaba de reír por los nervios. Reynaldo le dio una pequeña bofetada muy suave, en actitud de padre, de maestro.
-Deja de reirte, quiero que me la pidas, la próxima galleta va a ser más fuerte.
Jenny, se puso muy seria por el regaño, lo cierto es que aquello sirvió, ya que la puso más caliente, se arrodilló frente a él y se le quedó viendo fijo a aquel bulto largo que se destacaba en su pantalón.
-Quiero probar verga ya… dame verga negra, por favor. Quiero ser tuya a tu placer.
-Así está mejor, chica, que seas una buena golfita obediente.
Reynaldo se levantó y se quitó el pantalón, su cuerpo musculoso de un negro achocolatado mostraba un  pene increíblemente tieso y circunciso que se curvaba un poco hacia arriba, aunque para nada tan grande como en las películas. Jenny tuvo aquello frente a ella y sus ojos empezaron a brillar.
-Ahora va a lamerla toda, para que pruebes su sabor. Lamerla con tu lengua por todos lados como a una paleta, despacio, de la raíz a la punta.
Ni tarda ni perezosa, mi Jenni cerró sus ojos y sacó su lengua, tomó la punta de la verga de Rey entre ambas palmas para levantarla y empezó a lamer con gula. Su lengua era una brocha que repasaba una y otra vez aquella columna por todos lados, Reynaldo la observaba sonriendo, disfrutando de aquella zafia lengua.
-¡Mmmhhh…! ¡Qué rica verga!
Escuché decir a la puta de mi novia, vaya que se había atrevido a ganar el reto, y vaya que lo estaba gozando. Reynaldo se levantó con una mano más el pene y con la otra llevó la cabeza de Jenni más abajo, ella sonrió comprendiendo lo que él quería y empezó gustosa a chuparle y a lamerle a él también los huevos. Se metía aquellas negras bolsas en la boca y las deslizaba con hambre entre los labios, les daba lengua del nacimiento del escroto a la raíz del pene, se la escuchaba gemir.
-Ahmmmm… Yommmm…
-Qué rico me chupas el huevo, chica, se ve que te gusta. Creo que ya es tiempo que te empieces a comer toda mi verga negra.
Jenny tomó a Reynaldo de la cadera con ambas manos y empezó a hundirse aquella dura tranca hasta la garganta.
-¡Qué rico palo me estoy comiendo! Quiero que me lo des toda la vida, papacito chulo… ¡Yaaammmmhhh!
Yo estaba electrizado ante esa escena, ante el ruido de las mamadotas de Jenny, ante lo puta que mi noviecita me había resultado, sentía que mi propio instrumento iba a estallarme. No voy a negar que estaba entre triste, molesto y celoso; pero mi calentura era más fuerte que todo. El cubano agarró en un puño el cabello de Jenny por detrás en una cola para manejar mejor sus movimientos, lengua y labios de mi novia pasaban de chupar huevo a lamer tranca y mamarla también. Reynaldo aprovechó entonces para introducir su arma hasta el fondo de su garganta, la pobre resistió la estocada unos segundos y luego siguió mamando con lascivia.
Después, él la detuvo y la ayudó a incorporarse, desnudándola por completo, abriéndose con su lengua paso en su boca. Fue un beso largo y cachondo, él dejaba de pronto su lengua por fuera para que ella la estuviera mamando, al mismo tiempo le sobaba muy suave la punta del palo en su rajita.
-Ya dame verga, Rey, tengo bien mojada la panocha, papo. Ya dale a mi conchita, ¿sí? Me tienes malita de lo arrecha que me pones.
Reynaldo hundió dos dedos en aquella raja caliente y los sacó todos mojados de los jugos de mi novia, ella pegó un suspiro como esperando que se la siguiese dedeando, pero lo que hizo él fue meterle los dedos en la boca, para que ella probara su sabor.
-Mira qué rica sabe la chocha de mi putita.
Le dijo y Jenny lamió golosa sus propios líquidos.
-¡Mmmhhh…! Me gusta más el sabor de tu verga, Rey. Ya quiero pito.
De un empujón Reynaldo la puso a gatas en la cama y se colocó por detrás, dirigió su tranca hacia aquella raja caliente y empezó a introducírsela muy despacio. La sacaba hasta la punta y luego la volvía a meter hasta la raíz lento, para que ella pudiera gozar de su envergadura. Jenny dejaba escapar suspiros de placer entregándose toda a aquella negra lanza.
-Cógeme duro, Rey, ábreme en canal con esa verga divina, hazme sentir que me vuelvo su puta. ¡Aagghh… Ayyy!
Los ojos del cubano eran pura lujuria, agarró a Jenny por los hombros para empezar a impulsarse con furia, luego bajó una mano para dedearle a mi novia el clítoris con rapidez.
-Así, putita, date con pasión a mi ariete.
El cabello de Jenny le caía de lado en su hombro, pero ella giró en un rápido movimiento la cabeza para que le cayera sobre la espalda en salvaje cascada, volteaba de vez en cuando para ver cómo se la culeaba aquel negro musculoso, impulsando con gula su cuerpo hacia atrás al encuentro de aquel trozo de carne.
-¡Eres un Dios! ¡Aagghhh….! ¡Qué delicia ser la hembra de ese sabroso chafalote que tienes! ¡Aayyyy, papitoooo!
Reynaldo se la clavaba y le daba dedo cada vez más deprisa, ambos gritaban y gemían como animales, al ritmo de esa cogida podían escucharse los huevos del negro golpeando las nalgas de mi novia. De pronto ella tuvo un rico orgasmo, la electricidad la recorrió toda arqueando su cuerpo, se desplomó en la cama, ahíta de verga.
-Ahora vas a probar lo que toda buena puta ha probado, a darse a dos vergas al mismo tiempo. Vamos a ver si tu noviecito sabe satisfacerte.
Le dijo Reynaldo parado frente a ella y haciéndola otra vez ponerse en cuatro. Jenny le sonrió pasándose provocativa la lengua por los labios. En seguida él le agarró un mechón de pelo a cada lado de la cabeza y, como si llevara una rienda, se la dejó ir por la boquita poniéndola de nuevo a mamar. Yo no podía más, me hinqué atrás de ella y empecé a metérsela despacio mientras le acariciaba las tetas. Qué caliente y húmeda se sentía su raja, así se la había dejado el negro, una oleada de placer me recorrió del pene a todo el cuerpo.
-Ayyy, amor, nuca imaginé que fueras tan zorra y cachonda, cómo te encanta el pito.
Reynaldo se retiró de la boca de Jenny diciendo que quería observar un rato, su verga lucía increíblemente tiesa y enhiesta, ella le reclamó gimiendo con voz infantil.
-¿No vas a darle su lechita a tu nena, Rey? Jajaja… Quiero tomar leche de negro… Aahh…
-Calma, mi niña hoy te voy a dar toda mi leche para que te la tomes.
Vi de reojo cómo Reynaldo sacaba discretamente de su pantalón un condón y se lo colocaba, luego tomó una buena cantidad de crema humectante de mi buró y se lo embarró en el miembro. Yo seguía clavándome a Jenny que daba gusto, los dos jadeábamos cuando ella dijo:
-Quiero que me cojas igual de rico que Rey, dame verga duro, así me gusta, así me pongo arrecha.
Aquello me puso a mil, me incliné hacia adelante para agarrarla de los hombros y empezarle a dar como lo pedía. Entonces sentí la vara del negro llena de crema abriéndose paso en mi ano, voltee la cara sorprendido y él me hizo señas con el dedo para que me callara, era obvio que no quería que ella se diera cuenta de lo que pasaba, acercó su boca a mi oído y escuché su voz ronca.
-Verás cómo te gusta también ser mi perra. Siguió introduciéndome la reata tratando de seguir el ritmo de mis empellones cogiéndome a Jenny. Yo sentí que mi propio miembro de ponía más duro y aflojé sin darme cuenta la tensión para permitir que Reynaldo me ocupara por entero. Los tres nos movíamos al mismo compás, el negro me tenía bien agarrado de la cadera para estoquearme y yo me impulsaba en Jenny tomándola de los hombros. En algún momento voltee la cara y reposé mi cabeza en el hombro del cubano, quien aprovechó para besarme y dejar su lengua afuera para que yo la chupara, ¡como lo había hecho con ella! Yo chupé con hambre aquella serpiente mojada y pequeña, sorprendido de toda la lujuria que estaba sintiendo. Me impulsaba con fuerza al mismo tiempo para culear a mi novia y para seguir siendo ensartado por él, algo delicioso. Era yo hembra por detrás y macho por delante. Entonces Reynaldo empezó a picarle el culo a Jenny con un dedo, aclaro que nuestros movimientos seguían siendo rápidos y fuertes, mi novia gemía y gritaba hacía ya un rato. Cuando ya el dedo del cubano estaba todo adentro volteó ella y comprendió lo que pasaba, aún así siguió impulsándose al encuentro de la verga y el dedo.
-Mira, chica, parece que también a tu noviecito le gusta ser culeado por este negro. ¿Verdad que te gusta que te haga mi perra, Víctor?
-Sí, mi Rey, quiero ser tu perra también siempre que lo desees… Aagghh… Siento ese pito duro hasta la garganta. Mi culito es tuyo, Rey, para que lo goces cuando quieras, qué rico me sodomisas… Hhhmm… Aarrrgghhh…
-Nos tienes a tu merced, Rey… -Mmhhh… Siento que tu rica tranca me coge a través de Víctor a mí… Mmhhaaa…
Jenny se hincó sin soltar mi miembro y pegó su cuerpo al mío, pude sentir su espalda en mi pecho cuando reclinó su cabeza en mi hombro para besar y chupar la lengua de Rey. Yo podía ver el contraste de nuestras pieles acoplándose, negro, blanco y morena, podía sentir el cuerpo musculoso de aquel Dios de ébano en mi espalda, lo cual me hacía sentir su hembra, era la locura.
-¡Voy a estallar!
Gruñó gritando Rey en medio de nuestros jadeos, rápidamente se salió de mí y quitándose el condón se apresuró a darle la vuelta a la cama, en donde ya la zorra de mi novia lo esperaba golosa, le agarró fuertemente la cabeza para obligarla a tragar y se impulsó con fuerza en su boca. Sentí un poco de curiosidad y envidia pero me apresuré a hacer más violentas mis embestidas y a frotar con lujuria el clítoris de Jenny. No tardó el negro en vaciarse en la garganta de mi puta, quien tragó la mayor parte y se apresuró a incorporarse un poco para compartir un poco conmigo aquel semen de negro que se le escurría por las comisuras con un beso. La besé con gula y probé de su boca ese liquido caliente, salado y viscoso, me pareció un manjar delicioso. Jenny volvió a su posición para lengüetear aquella vara aún tiesa.
_ Ya puedo decir que he probado leche de negro, qué rica es, Rey, qué ricos mecos me echaste, me los comí casi todos. Qué ganas de mamar ese varejón hasta dejarlo seco por completo.
Al escuchar a Jenny diciendo aquello no aguanté más y una luz cegadora me hizo venirme todo dentro de su panocha. Casi al mismo tiempo Jenny volvió a desplomarse en un orgasmo pegando un fuerte gruñido, a causa de mi cogida y de la masturbada que le hice. Reynaldo se vistió y antes de salir nos dijo que la próxima vez traería con el a otros dos cubanos con los cuáles compartía depa. Le sonreímos y nos quedamos echados y abrazados en esa cama llena de fluidos corporales.

El esposo de mi hermana

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Lo que voy a contar es veridico, no es mentira, soy casada de 53 anios. Decidi ser infiel por que mi marido toma mucho, ademas usa marihuana , llego a pegarme ademas que me fue infiel. Soy muy atractiva tengo unos senos grandes soy esbelta aunque mis pompas no son muy amplias son bastante bien formadas, me cuido mucho y no uso bello pubico, soy alta y de pelo negro lacio, y aunque tengo tres hijas mi cuerpo aun se mantiene en buena forma. Mi hermana la mas chica esta casada con un hombre si no es guapo es bastante atractivo, el tiene una compania que tiene  contratos con la NASA y el Departamento de Defensa de EEUU, aunque tiene muchisimo dinero es muy sencillo y no presume lo que tiene. Tal vez por eso me atrae. Lo que paso una noche que mi esposo llego super ebrio y harto de marihuana hizo enloquecer de coraje por que me quiso pegar pero al intentar hacerlo resbalo y cayo al suelo. Enfurecida llame a Sandra mi hermana menor por en ese momento decidi dejarlo, hablamos un rato y me dijo que su esposo iria a recojerme por que no queria que yo manejara asi de alterada. El imbecil de mi esposo a gatas se levanto y se acomodo en el sofa de la sala. Mis hijas ya son casadas y viven en otros estados de EEUU, subi a mi cuarto a agarrar algo de ropa y al ir subiendo una idea paso por mi mente. Sono el timbre y era el esposo de mi hermana, estaba recien duchado y perfumado pues cuando llame a mi hermana el acababa de llegar de trabajar y se estaba duchando. Lo hice pasar y le pedi que me esperara, el no se movio de la entrada de la puerta y yo subi rapidamente otra vez a limpiarme el culo y la vagina. Baje y el estaba ahi de pie viendo a todos lados de la casa de una un modo ingenuo. Me acerque a el y le dije

-Ayudame a dejarle un recado a este cabron-

Lo tome de la mano y lo lleve junto a mi esposo que roncaba de borracho, me voltee subitamente y lo bese en la boca

-Cojeme, por favor para darle un escarmiento a este cabron…- Le dije. El, sorprendido no supo que hacer, le baje los pantas que llevaba y comence a mamarle la verga como loca, el retrocedio casi asustado. pero casi le suplique

-Por favor….-

Le volvi a mamar la verga y todo paso muy rapido, me levante la falda y me saque las tetas desesperada, me voltee dandole las nalgas al esposo de mi hermaana y apoyando mi pie en el brazo del sillon a la altura de la cara de mi esposo, le agarre la verga y apuntandomela en la vagina con una mirada le pedi que me la metiera. Me la metio de un solo golpe, tal vez unos 17 o 18 centimetros de una verga ancha me entraron y grite de.verdadero dolor y placer, al tiempo que bombeaba yo enloquecida le decia a mi marido

-Mira cabron lo que es cojer, mira hijo de la chingada como me la meten bien rico, cojeme-le decia al esposo de mi hermana -cojeme, metemela- Me saque esaa verga y cambi de posicion ahora con mi cabeza hacia los pies de mi marido y con mi panocha y culo a la altura de su cara, agarre esa verga y la apunte en mi ano, nunca habia tenido sexo anal, aunque mi marido casi me violaba para obtenerlo, nunca lo logro. El esposo de mi hermana estaba ya muy excitado y me la metio casi de un golpe, yo grite del dolor y el empezo a bombear rapidamente, yo comence a llorar pero de placer, de mi venganza y de la cojida que me estaban dando. Yo le decia a mi marido

-Mira cabron, que rico se siente por el culo, mira mi culo abierto por primera vez, uuuyyy que rico se siente por el culo …-El esposo de mi hermana empezo a gemir, estaba a punto de venirse, cuando estaba a punto de estallar me separe y se vino vi en mi boca, una venida caliente y generosa, un mar de leche y….le escupi el semen en la cara a mi marido, lo llene de leche en la cara en la barba en el cuello. El esposo de mi hermana me miraba sorprendido, mientras se tocaba el pene aun erecto. Me acerque a el y le volvi a mamar la verga. Le subi el pie al brazo de sillon y le dije -Cierra los ojos-  me puse atras de el y le lami los huevos y el culo mientras lo masturbaba, en pocos minutos se volvio a venir casi igual de copiosamente sobre la cara de mi marido. Le mame la verga hasta que se tranquilizo y le dije:

-Vamonos…- El mansamente obedecio. No hablamos en el camino. Al llegar asu casa le dije a mi hermana que el me ayudo a llevar a mi esposo al sillon que por eso nos tardamos, el dijo que se ducharia de nuevo por que se habia llenado de vomitos del ebrio de mi esposo. Nos sentamos a tomar cafe y a charlar los tres toda la noche. El se despidio pues volaria a Florida en una horas. Mi hermana puso mas cafe y comenzo a prepara unos bocadillos, el se despidio de mi con un beso y un abrazo fraterno y rapidamente le susurre al oido

-Me arde mucho el culo…- Sonrio y se fue a dormir. Aun vivo con mi esposo, y dos de mis hermanas mayores se mudaron a casa de mi hermana la menor, ya les contare cuando entre las tres nos dimos una gran cojida cuando mi hermana estaba de compras de navidad.

EMPACHANDO DE LECHE A MI MADRE

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EMPACHANDO DE LECHE A MI MADRE

Hola a todos. Mi nombre es Richard, aunque todo el mundo me conoce como “el Richi” y, os voy a contar lo que viene sucediendo desde hace un año. Vivo en Madrid, he nacido en una familia acomodada, tengo 18 años, a punto de cumplir 19. Dejé mis estudios a los 16 años —aunque habrán lectores a los que no les importen todos estos detalles, realmente me suda el rabo, ya que es mi experiencia y la cuento como me sale de mis grandes y depilados cojones—, desde entonces, vivo sin estudiar ni trabajar, ya que dinero en mi casa no falta. Perdón, me voy a describir, que me mola hacerlo, soy un narcisista y me veo de puta madre, me gusto, soy un chico de 1.81 cm. de altura, delgado aunque fibrado, sin estar musculoso, que sin hacer pesas ya sería la hostia, pero soy gandul para eso. Mi tiempo libre lo paso más con amigos, viendo películas porno en mi habitación o la de mis padres, que tienen un ordenador con una pantalla enorme, o con las guarras a las que me follo. Soy de pelo castaño claro, ojos verdes oscuros, un pollón de 22 centímetros y, unos grandes cojones, siempre depilado.

Sin embargo, mi madre es una mujer joven de 36 años, se llama Lucía, me tuvo a los 18 años y, ocupa un puesto de jefatura en un departamento de administración de una importante empresa. Es de pelo castaño, aunque se tiñe de rubio, con unos ojos como los míos, verdes oscuros, una piel blanca y tersa, una mujer muy elegante y con mucho gusto, cuida mucho su imagen, vistiendo habitualmente con trajes de chaqueta y pantalón de pinza o vestidos elegantes, pues en su trabajo y con su cargo, es muy importante cuidar la imagen, dado el estatus que ocupa en la empresa. Una vez en casa, ya es más corriente, viste con un pijama y bata, un camisón, o incluso camisas de mi padre o camisetas largas, incluso de las mías.

Tiene un cuerpo menudo, mide 1.65 cm., con una cinturita estrecha y unas nalgas que, hasta yo me había fijado siempre en ellas, eso hace que los pantalones siempre le sienten de forma envidiable. Tiene unos preciosos pechos, unos buenos melones de una talla 100 y naturales, nada de silicona, odio la silicona. Sin embargo, mi padre es un hombre se 44 años, con bastantes clareos ya por la coronilla y muchas entradas, se está quedando calvo, que es lo que le hacía falta, con la cara que tiene. Tiene una buena barriga cervecera, fofa, no se que vería mi madre en él, pero es un buen marido y a cualquier chico le hubiese gustado tener a un padre como el mío, aunque nunca le hago especial caso. Él ocupa un puesto administrativo en la empresa donde trabaja mi madre, yo creo que lo enchufó ella, pero bueno…Ella en el trabajo tiene una carácter estricto, es exigente, ordenada, perfeccionista y meticulosa. En casa, sin embargo, en lo que respecta a mí, es de carácter dulce y paciente, supongo que porque soy hijo único, teniendo paciencia conmigo aun siendo de carácter difícil, descarado, faltón y rebelde.
Siempre había sido discreto en lo referente a mis quehaceres sexuales, pero comencé a dejar de serlo… todo tiene un inicio, un final y un porqué para ello… creo, aunque tampoco me importa, mientras yo obtenga lo que quiero, llamadme como queráis. Me pajeaba el rabo siempre discretamente, cuando no me estaba follando a alguna cerda, hasta que, un día, estando solo en casa, comencé a practicar mi mejor hobby, pelarme el cipote en la habitación de mis padres. Tenía puesto en su ordenador una escena de porno duro, lo tenía con el audio alto, ya que no esperaba a nadie, mis padres no llegarían hasta dentro de unas tres horas, podía dar rienda suelta a mi testosterona.
Sentado en la silla de la habitación de mis padres, delante de mí, el ordenador de mi madre y, junto a este, sobre el escritorio, su ropa de trabajo, recién lavada y planchada, mientras yo, espatarrado en la silla, con mis pantalones y mis calzoncillos por los tobillos, con mi rabo de 22 centímetros apuntando al techo y mis cojones colgando como dos pelotas de tenis, mientras mi mano subía y bajaba a lo largo de mi largo rabo, con el capullo colorado y brillante, todo lubricado por mi propia saliva, con mi mirada clavada en la pantalla del ordenador, donde se emitían los fuertes sonidos y nalgadas de la follada de la que era espectador, mientras mi mano izquierda comenzó a agarrar mis dos cojones para estimularlos, mi mano derecha subía hasta la punta del capullo, donde hacía énfasis friccionando para volver a bajar a lo largo de todo el tronco, venoso y musculoso, hasta la base de mis pesados huevos, para repetir la operación con mis ojos hipnotizados por la escena, donde una milf era follada, sodomizada y nalgueada, por un chico joven de unos 25 años. Todos mis sentidos estaban entregados a auto complacerme, a pelarme el cipote y limpiarme con el rollo de papel higiénico que había dejado depositado sobre la ropa plegadita de madre. Mi placer estaba llegando al cénit, mi mano ya se deslizaba aumentando la velocidad y, la presión sobre mi grandioso rabo, reflejándose en el color amoratado del ciruelo que tengo por capullo, por la presión que ejercía sobre él, donde mis líquidos pre seminales anunciaban una abundante y potente corrida. Mi lengua la pasaba por mis labios secos por la excitación y, mis gemidos iban al compás de las contracciones del diafragma y, es justo en ese momento, cuando voy a alargar mi brazo para coger el rollo de papel, cuando mi sentido del oído me alerta de una presencia en la puerta que, lentamente comienza a abrirse, mi orgasmo no cesa en aproximarse a gran velocidad por todo el interior del tronco de mi cipote, dirijo mi mirada hacia la puerta y, allí estática, no se desde cuando, o si acaba de llegar en esa milésima de segundo, mi madre ojiplática dirige su mirada hacia mis ojos y, por un segundo, a mi cipote, donde yo lo aprieto con fuerza para evitar la corrida mientras aprieto los dientes con fuerza, no consiguiendo mi objetivo, comenzando a escupir fuertes chorros de semen ante la mirada de mi madre. Los chorros salen con potencia, a gran velocidad, alcanzando la pantalla del ordenador, para seguir saliendo llegando hasta la ropa plegada de mi madre, la cual pongo perdida sin control, el teclado del ordenador, el escritorio y toda mi mano, por donde el semen corre por mis dedos hasta deslizarse hasta mis cojones, donde gotea hasta el suelo, donde forma un pequeño charco.
Mi madre sale escopetada hacia el pasillo, no esperaba jamás el haberse encontrado una situación como esa, pensaba que eso lo haría en el baño, o a escondidas, pero jamás de esa forma, en su habitación, con el rabo completamente duro, en todo su esplendor, ella que no me veía el rabo desde los 12 años, para comprobar que su hijo, no solo era un aficionado al porno, sino que acaba de descubrir el gran miembro y grandes huevos que tenía tiene hijo entre las piernas.
Espero unos segundos recuperando el aliento después de la fuerte corrida, la cual me ha dejado algo aturdido, e intento pensar en como reaccionar cuando salga, en como mirar a mi madre. Lo mejor será hacerme el indignado, sintiendo invadida mi intimidad…eso haré. Me levanto sin limpiar absolutamente nada, dejo la corrida en el suelo y en la ropa, por doquier, todo adornado por mi semen. Me preparo psicológicamente para enfrentarme a mi madre de forma encarnizada. Me subo los pantalones y, al levantarme, me doy cuenta de que mi corrida también ha impregnado toda la tapicería de la silla, donde estaba apoyado mi culo… ¡Qué cojones, que se joda! ¡Si le molesta que lo limpie ella! Por lo que me dispongo a salir de la habitación, donde me la encuentro en el pasillo. Va vestida con pantalones blancos de pinza, una blusa blanca de seda, muy elegante, y el pelo recogido en una elegante coleta. Mi madre me mira de reojo, con inseguridad y vergüenza y, no es para menos, después de ver a su hijo meneándose el cipote y viendo salir esos enormes chorros gordos y espesos de semen mientras, con cara de sorpresa, los dos nos mantuvimos la mirada. Viendo su reacción esquiva, bien podía tentarme el pasar desapercibido y escaquearme o, por el contrario, sacar pecho haciéndome el enfadado, el indignado, haciendo quedar como culpable a mi madre, de lo contrario podía quedar como un simple pajillero que esconde la cabeza, un niñato, un mocoso, algo que no estaba dispuesto a aceptar, antes muerto que etiquetado. Por lo que fijo mi mirada furiosa sobre ella, y me detengo ahí, intimidante y seguro de mí mismo.
—¡Qué, ya has conseguido lo que buscabas! ¡Buscabas pillarme desapercibido para ridiculizarme! ¿¡Te parecerá bien descubrir como se pela el rabo tu hijo, no!? —Le dije directo y sin que me temblase el pulso, dejándola con la boca entreabierta ante tan inesperado comentario, por lo que era el momento de no amedrentarme y continuar —¡Si lo que querías era saber si me pajeo el cipote, bien podrías habérmelo preguntado, te lo hubiese dicho encantado! —Su cara empalideció, su mirada se clavó en mis ojos encolerizados, hizo un intento de vocalizar, pero nada salió de su boca, solo fue una intención frustrada.
—eeehh… —Fue como una salida de aire, ni si quiera una palabra.
—¡Ahora no decimos nada eh, te callas como una “puta” (expresión ya hecha, pero incluyendo esa palabra que nunca había empleado hacia ella, acababa de pasar un franja roja)!
—Richard…cariño…yo…no… —Me dijo, tropezándose con las palabras que salían de su boca, seca por el nerviosismo, viéndole hecha una preciosidad, con esa carita de no haber roto un plato, con esa ropa elegante, con esa exigencia con la que llevaba su departamento extinta por el peor momento de su vida, por el momento…
—¡Por tu culpa todo lo dejé hecho un estropicio!
—No…no…te…preocupes…cielo… —Me dijo ella, intentando restar importancia y gravedad a la situación. Ella solo necesitaba un segundo de respiro para pensar, pero por supuesto que yo no se lo iba a dar.
—¡Solo faltaba que yo me tuviese que preocupar! ¡Vienes espiándome y, encima, querrás que te lo agradezca! ¡Seguro que me espías a menudo! —Le dejé caer, sin esperar respuesta por la violenta situación.
Me di media la vuelta y la dejé con la palabra en la boca, había hecho mía la situación, yo me había hecho con el control, ella quedó dubitativa, había quedado como una…¿mirona? ¿Pensaría su hijo que era una voyeur? Seguro que en su mente debía haber sembrado la duda de si esto trascendería ¿Diría a mi padre algo de esto? Su cabeza debía ser un vergel de dudas y sentimientos de culpabilidad.
Me dirigí al salón y, vi por el cristal de la puerta, como mi madre sacaba un trapo de la cocina y se dirigía a su habitación a limpiar toda mi corrida y, ahora que caía en la cuenta, ni si quiera había quitado la escena porno del ordenador con las prisas, por lo que, no solo se encontraría con toda la pantalla del ordenador llena de chorros de semen, sino que tendría que ver el tipo de escena con la que se ordeña el rabo su hijo. A los 15 minutos salió de la habitación…pero…¡Qué cojones…! Se había cambiado la blusa que llevaba y se había puesto la que había llenado de lechazo, dándome cuenta que en la espalda de la blusa que se había puesto, permanecía todo el manchurrón de semen, no se habría dado cuenta de ello, ni yo se lo iba a decir…jajajaja.
Una vez recogió su bolso de mano, vino al salón para despedirse.
—Richard…cielo…me marcho —Me dijo desde la puerta, con una leve sonrisa.
—Pues muy bien —Le contesté indiferente —¿y no vienes a darme un beso? —Le dije con una mirada maliciosa.
—Sí…claro que sí, cariño —Me contestó, aproximándose con un gesto más desahogado.
Se acercó a mi altura y me dio un beso en la mejilla, a lo que yo no respondí, manteniendo mi gesto indiferente, tan solo le espeté…
—¿Has limpiado todos los chorros de semen de tu habitación? —Le dije, volviendo a hacer sentir incómoda a mi madre.
—Eeehhh…sí…ejeemmm…está todo limpio… —Me contestó como si algo se hubiese atorado en su garganta.
—¡Muy bien, mamá! También me manché los calzoncillos, los dejé en mi habitación, en el suelo, los dejé chorreando de semen ¿Me los lavarás no? —Le pregunté con todo el descaro.
—Sí…claro cariño…yo te los recojo… —Me contestó con aptitud obediente.
—Bien ¡Plaaaaaaaaaaassssss! —Justo cuando se dio la vuelta, le propiné una fuerte nalgada que le hizo dar un respingo, mirándome tímidamente por encima del hombro, frotándose la nalga izquierda, la cual debió quedar con toda mi manaza marcada, aunque mantuvo silencio ante tan recientes sucesos.
Fue hacia mi habitación y recogió mis calzoncillos para echarlos a lavar.
—Ya está Richard, me marcho entonces… —Eso sonó más a pregunta que a afirmación.
—¡Oye, una cosa! —Le dije, viendo como el cuello de mi madre se tensaba.
—¿La película porno que deje puesta, antes de descubrir que mirabas como me corría, la quitaste? —Le pregunté, mirando fijamente a sus ojos con toda la sinvergonzonería.
—Sssiiii…claro…sí…está todo…limpio.
—Pues luego volveré a ponerla, ya que me dejaste a disgusto, espero que esta vez no me vengas a vigilar, pues ya te informo de que me voy a ordeñar el rabo en tu habitación —Dije de forma tajante —¿te parece mal, o qué?
—No…no… —Me contestó tragando saliva.
—¡Pues dímelo, coño! ¡Dime que te parece muy bien, joder! —Le dije alzando la voz.
—…Me…pa…re…
—¡No, mejor todavía! ¡Dime que por favor me ordeñe el rabo en tu habitación! ¡Sí…eso…! —Me la estaba jugando…pero era o todo o nada. El tiempo de respuesta se me hizo eterno, pensé que aquí acababa todo, que el jueguecito se me había terminado, que sacaría su carácter y fin.
—Pero…Richard…hazlo si quieres… —Me contestó con voz derrotada, estaba con la guardia baja, todo esto le tenía que estar afectando mucho, su cabeza tenía que ser guirigay confuso.
—¡No! ¡Vamos a ver, ya que antes tuve hacerlo con espectadora incluida, ahora me vas a pedir que, por favor, me ordeñe el rabo en tu habitación! —Se lo dije con un convencimiento total y absoluto.
Mi madre me miró fijamente, me miraba como si en mis ojos intentase encontrar resquicios de su hijo, ese chico que, aunque con carácter, nunca se ha comportado así, le parecía tener a otra persona ante ella totalmente diferente, humillándola y creando argumentos que hacían parecerla una mirona, una cualquiera y, que incluso, a ella misma le habían convencido de ello, sintiéndose avergonzada, culpable y en deuda conmigo por todo ello. Por fin sus labios comenzaban a abrirse, parecía que se lo había pensado.
—Por…favor…orde…ordeña…te…el…rabo…en…mi…habitación… —Dijo con un hilo de voz, arrastrando tímidamente las palabras, como si le pesasen una tonelada, teniéndolas que dividir por sílabas.
—¡Bien, espero que estés orgullosa de pedir a tu hijo que se menee el rabo en tu habitación! Ya puedes venir pronto para limpiar, porque si llega antes papá, se lo encontrará todo perdido.
—Siii…vale…no…te preocupes…cielo —Me dijo en un tono que quiso sonar maternal.
—¡Pues venga, adiós, “mirona”! —Le dije bautizándola con su nuevo nombre —porque, no te parece mal que, a partir de ahora, te llame mirona después de todo ¡¿No?! —Le dije con maldad y mofa a la vez.
—Pero…Richard…soy tu madre… —Me dijo suplicante —todo fue un malentendido…yo no… —Dijo intentando justificarse.
—¡¿Perdona?! ¿¡Un malentendido!? Un malentendido, “mirona”, es que, cuando entres en casa y oigas el volumen a todo trapo de una película porno, fácilmente reconocible, más que nada por los gemidos y, que estos provienen de tu habitación, sabiendo de sobra que estoy en casa, pues mis llaves están en el entrador, junto donde tu has dejado las tuyas, supongas sobradamente qué está haciendo tu hijo de 18 años en tu habitación, no creo que jugando a las cartas y, por lo menos, me llames a voces para que deje lo que estoy haciendo y no ser sorprendido, de esa forma, no creo que nada hubiese ocurrido y, si con y con ello no hubiese sido suficiente, podría haberse considerado un malentendido y, aun y así, en el caso de que estuvieses obligada a abrir la puerta, por lo menos llamar con el nudillo y no quedarte con los ojos abiertos viendo como tu hijo de 18 años se pajea mientras, su propia madre, le mira el rabo, porque te vi mirarlo y, viste como mi cipote comenzó a lanzar chorros de leche —Su cara era un poema, estaba absolutamente descompuesta, ko, fuera de juego.
—ya…yo…
—¡Solo quiero que me digas, que te llame “mirona”, porque es lo que eres! —Dije con contundencia .
—Yo… —Su lucha interior debía ser brutal —llama…me…mi…ro…na… —Dijo mirando a la nada —pero…por favor…delante de…papá…no… —Suplicaba.
—¡Hemos terminado de hablar, adiós! —Zanjé la conversación y pasé junto a ella, no sin antes darle otra fuerte nalgada que resonó en toda la casa —¡¡¡plaaaaaaaaaaassssss!!! ¡Vete ya, coño, que te has quedado atontada, para mirarme el cipote sí que estabas espabilada, “mirona”! —Le dije, mientras me adentraba en el pasillo en dirección al baño, oyendo a continuación cerrarse la puerta de casa.
Sobre las 20:00 de la noche vino mi madre, estando yo tranquilamente en el salón, viendo la televisión, con normalidad.
—Hola Richard —Dijo mi madre con una leve sonrisilla.
—Hola, “mirona” —Le contesté con indiferencia, viendo como su mirada ya no era de esa madre con autoridad, no había en su mirada signos de ello.
Automáticamente se fue en dirección a su habitación, a cambiarse de ropa y, lo que tenía por limpiar allí ya que durante la tarde, como le anuncié, no es que me estuviese ordeñando el rabo una vez, es que lo hice hasta en 3 ocasiones, derramando una gran cantidad de semen por el ordenador, el traje con falda que tenía preparado para ponerse mañana y, algo que se me ocurrió, su almohada.
Cuando salió de su habitación llevaba puesta una camisa larga de mi padre, le llegaba hasta medio muslo.
El día transcurrió con normalidad relativa, ya que hasta en 3 ocasiones azoté las nalgas desnudas por debajo de la camisa que llevaba al agacharse, 2 de ellas delante de mi padre, que no supo de donde había venido ese sonido, aunque miró hacia nosotros, mi madre disimuló muy bien, quedando sus nalgas cubiertas tan solo por unas bragas que se le metían por la raja del culo.
Cayó la noche, esperando ese momento para quedar a solas con mamá. La película que había puesto yo era bastante aburrida, por lo que mi padre se levantó del sillón dejando a mi madre, la cual había quedado dormida en este, por lo que se marchó a dormir tras darme las buenas noches, quedando yo a solas con mi madre. Cuando intuí que mi padre podía haber quedado dormido, ya que él no tardaba más de 10 minutos, fui a mi habitación y traje una película porno, la cual puse en el dvd y, con mi madre todavía durmiendo en el sofá, me saqué el rabo y los huevos por fuera del pantalón del pijama, para comenzar a estimularme el rabo con mis grandes huevos colgando. Los gemidos del televisor comenzaron a ser más evidentes. Frente a nosotros hay una cristalera que, con luz suficiente, como la del televisor y, más estando a oscuras, hace efecto de reflejo, por lo que veía a mi madre perfectamente tumbada en el sillón. Estaba más excitado por tener a mi madre al lado que por la escena, por lo que decidí apagar la televisión y encender la lámpara del salón, para continuar espatarrado en el sillón con mis pantalones ya quitados y, completamente en pelotas, con mi madre a mi lado, comencé a pajearme el cipote, dejando caer un salivazo sobre el capullo para que fuese deslizándose por todo el tronco, para repartirla por todo el rabo y conseguir la lubricación suficiente para deslizar mi mano a lo largo y ancho de este, subiendo lentamente por todo el tronco venoso llegando hasta el capullo, donde apretaba en este para hacer salir el liquido pre seminal, el cual se derramaba por el capullo, para ser recogido por mi mano y hacerlo servir igualmente de lubricante. Pude ver por el reflejo de la cristalera como, mi madre, levantó la cabeza levemente para ver que pasaba, casi desorientada por haberse quedado traspuesta, viendo a su hijo ordeñarse ese gran instrumento, de nuevo, junto a ella, por lo que decidió fingir que seguía dormida, era más fácil que enfrentar esa difícil situación, no tenía fuerzas ni argumentos para hacerlo después de todo lo acontecido en ese día, donde todo había dado un giro de 360°, pero claro, ella no contaba con que, el cabronazo de su hijo, la había pillado por una milésima de segundo con el ojo abierto. Por lo que decidí levantarme sin dejar de pajearme la polla, totalmente desnudo de cintura para abajo, con mis huevos colganderos y, me dirigí hacia ella, me senté sobre su cabeza con mis piernas abiertas quedando su cabeza entre ellas, con mis huevos tocando su nariz. Sé que podía inhalar el olor de macho de mis cojones, eché otro espeso salivazo sobre la punta del pollón y quité la mano del rabo, para que la saliva se deslizase libre y rápidamente hasta mis huevos, para terminar cayendo sobre la cara de mi madre, más concretamente entre la nariz y sus labios, donde se derramó por sus mejillas en dirección a su oído. Podía sentir su agitada respiración, mi mano se apoderó del cipote y comencé a pajearme lentamente, lo que hacía subir y bajar mis cojones golpeando su nariz y labios, aumentando el ritmo de mi mano sobre el pollón. Podía oírse el chasquido de la saliva producido por la fricción de mi mano sobre sobre el cipote, viendo como sus parpados se movían levemente, deduciéndose claramente, que no estaba durmiendo, simplemente fingía que lo estaba, eso me excitó todavía más, sintiendo como mi corrida subía por toda mi uretra, podía sentir a través de mi mano la vibración del torrente subiendo a gran velocidad por el tronco, miraba fijamente a la carita de mi madre cubierta con mis grandes cojones y el agujero de mi culo tocando su barbilla. Apreté con fuerza la base de mi capullo y, apuntando a su cara, comencé a descargar un torrente de semen, potentes y gruesos chorros que se estrellaron contra su rostro, cubriendo todo el largo desde la barbilla hasta la frente, 8 fuertes chorros que acabaron por dejar su cara como una lasaña, cubierta de espesa bechamel, derramándose por los lados del rostro. Apreté bien mi rabo para vaciar completamente las últimas gotas. En todo momento mi madre se mantuvo completamente inmóvil, “durmiendo”.
Habiéndome saciado por esta noche, decidí dejarla allí de esa guisa y, tras coger mi ropa, me marché a mi habitación a dormir muy a gusto.
Al día siguiente, mis padres ya no se encontraban en casa cuando desperté, como siempre, por lo que desayunaría tranquilamente. Durante el desayuno suena mi móvil.
—¿Sí? —Contesto.
—Soy yo, Mónica —Contestan al otro lado del teléfono.
—Dime.
—¿Vas a venir a mi casa? No está mi marido.
—Mmmmm…¡No!, vas a venir tú a mi casa —Le contesto.
—¿A tu casa, estás loco?
—No hay nadie, estoy solo, si quieres rabo ya sabes donde estoy, pero antes de las 12:00.
—Eeehh…bueno…vale…venga, sí, luego voy para allá —Me contesta.
—Hasta luego —Contesto, colgando el teléfono.
Mi madre no sabía algo, y es que me estaba cepillando a su mejor amiga, Mónica, una mujer de la edad de mi madre, de un estatus social alto igual que el que ostentamos, también jefa en una empresa, del departamento de Marketing. La tía es un bombón, morena, media melenita, ojos marrones muy claros, con un cuerpo menudo como el de mi madre, misma estatura, creo, un culazo de infarto y unos generosos pechos, la cual conozco hace mucho tiempo, ya que viene asiduamente con su marido a casa y son amigos de mis padres, hemos ido todos a cenar y a comer a buenos restaurantes y tienen una estrecha relación, sobre todo, como ya he dicho, con mi madre. Me la llevo follando hace 3 meses, siempre en su casa, cuando su marido no está, ya que él, al contrario que el calzonazos de mi padre, tiene un trabajo como jefe de Recursos Humanos en una empresa distinta y, por diversas reuniones, tiene que viajar bastante, asentándose de casa de forma habitual, algo que aprovecho para rellenar de polla a su mujercita.

A las 12:08 abre la puerta Lucía, oye a su hijo dando voces, como si estuviera discutiendo, se aproxima por el pasillo para ver de donde procede la voz.
—¡¡¡Así guarra, traga más, más!!! ¡¡¡Plaaaaaaaaaaassssss!!! —Era la voz de su hijo, seguramente con otra chica, pero si sabía que hoy llegaba a las 12:00 como todos los jueves —Piensa.
Lucía se aproxima más, parece que están en el interior de la habitación, tienen la puerta entreabierta, lo que Lucía ve, no lo puede creer. Está su hijo sentado en su cama, con las piernas abiertas y, entre ellas…¡Su amiga!, su amiga íntima, Mónica.
<<Lucia pensó: “¡La hija de puta podía ser su madre y, lleva mi ropa puesta, el vestido que me tengo que poner mañana para la reunión!”>>.
Mónica se encontraba con el vestido de Lucía subido hasta la cintura, con unas bragas blancas y con los pechos por fuera, colgando y sin sujetador, comiendo el cipote de su hijo, mientras, este le propinaba fuertes nalgadas, tratándola como una vulgar marrana, a su amiga, una jefa de Marketing, con un estatus social alto, una mujer fiel y casada, arrodillada entre las piernas de su hijo de 18 años, intentando tragarse ese rabo descomunal sin lograrlo, con las manos juntas en su espalda, subiendo y bajando la cabeza mientras es insultada por su hijo.
—¡Vergüenza tenía que darte, marrana! ¡Plaaaaaaaasssss! ¡Con el hijo de 18 años de tu amiga, cerda! ¡Plaaaaaaaasssss! —Le decía a Mónica nalgueándola, mientras, Lucía observaba como, tan solo era capaz de tragar medio rabo, el cual golpeaba su garganta mientras, Richi, embestía dando golpes de cadera hacia arriba, intentando hacer que su barra de carne, se clavase todavía más en su esófago, disfrutando de la agonía por la que pasaba Mónica, la cual tosía con el cipote atorado en su garganta, acompañando la tos de burbujas de saliva espumosa, la cual salía por la comisura de sus labios y su nariz, quedando sobre la polla de Richi, por la cual comenzaban a resbalar en espesas hileras que, se deslizaban por el tronco en dirección hasta los cojones, los cuales descansaban el la colcha de la cama de sus padres.
—¡Podría ser tu hijo, puerca! ¡Plaaaaaaaasssss! ¡¿Te gusta comer el rabo del hijo de tu mejor amiga en su cama, guarra?! —Le preguntó su hijo.
—¡…iiiii! —Intentó contestar con una sílaba ininteligible y burbujeante por la cantidad de saliva que tenía acumulada en su boca y nariz.
—¡Vocaliza, zorra! ¡Que bien que levantas la voz para imponer tus exigencias a tus empleados, marrana! ¡Plaaaaaaaasssss! —Le decía su hijo a su amiga, azotando con sus manos sus blancas nalgas mientras, su hijo se incorporó y bajo sus bragas por debajo del culo para tener sus nalgas a su entera disposición para así, poder ser nalgueadas. Sus manazas quedaban impresas en las preciosas cachas, viendo Lucía como su hijo era capaz de tratar a una mujer, con esa seguridad, esa autoridad, tan dominante y tajante en sus indicaciones y exigencias, no era el hijo que conocía, ni si quiera se parecía a su padre, ese carácter dominante parece que tenía a su amiga fuera de sí, a los pies de un chico que podía ser su hijo, que era el hijo de su amiga.
—¡¡¡…iii…iiii…!!! —Volvía a contestar Mónica, con más ímpetu, berreando desde el fondo de su castigada garganta.
—¡¿Te gusta hacer cornudo a tu marido, puerca?!
—…
—¡Plaaaaaaaasssss! ¡Contesta a tu macho, marrana! —Dijo mi hijo, propinando un sonoro azote en la nalga derecha —¡Ahora no te me hagas la digna, que estás entre las piernas de un chico de 18 años comiendo rabo y babeando como una cerda! ¡Ahora tápate la nariz y me contestas así! ¡Plaaaaaaaasssss! – Decía Richi, teniendo un dominio absoluto de la situación y sobre su amiga, nalgueándola a su antojo y con total libertad.
—¡…mmmm…iiiiiiiii…gggg! —Intentaba decir la amiga de Lucía, mientras, esta miraba como su amiga tenía la cara completamente colorada por la congestión.
Lucía, ve como su hijo se levanta y agarra por el pelo a Mónica.
—¡Levanta, puta, a cuatro patas en el borde de la cama! —Le dijo, levantando a Mónica, poniéndola a cuatro patas con las nalgas totalmente ofrecidas como una vulgar marrana, con sus bragas bajadas y el vestido de Lucía por la cintura, teniendo sus grandes ubres colgando.
El contraste del cuerpo menudo de Mónica, prácticamente igual que el de Lucía, daba una imagen morbosa y excitante. Richi, agarró una de las cintas de color azul que utilizaba Lucía para hacer sus elegantes coletas, con la cual amarró sus manos a la espalda, dejando a Mónica con la cara embutida contra el colchón de la cama y su culo empinado, mirando al techo. Richi, alcanzó también un tubo que servía como funda a un puro de su padre que le dieron en una boda y, se lo introdujo por el coño de Mónica, mientras la nalgueaba haciendo vibrar sus expuestas nalgas estampando sus manos contra ellas.
—¡Marrana, te voy a dejar el culo bien abierto, para que no te puedas ni sentarte junto al cornudo! ¡Plaaaaaaaasssss! —Decía su hijo a Mónica, nalgueándola mientras introducía dos dedos por su ojete, derramando un abundante salivazo sobre la rabadilla de su amiga, el cual comenzaba a resbalar hacia el ojo del culo para que permitiese la correcta lubricación para ser penetrado sin contemplaciones, todo ante los gemidos de Mónica que, hasta parecía disfrutar con el trato recibido por su macho.
Lucía, veía como su hijo se subía sobre la cama, quedando el culo de su amiga situado sobre sus pierna y, comenzaba a apuntar con ese tremendo cipote venoso al ojo de su culo, mientras, su amiga permanecía con la cara aplastada contra su propia cama, con el culo en pompa y su propio vestido arremangado, todo ello, mientras su pobre marido estaba en el trabajo, creyendo a ciegas en la fidelidad de su mujer, a punto de ser penetrada por su hijo por el culo, con un miembro de 22 cm. apuntándole.
Lucía, vio como su hijo, comenzó a presionar con el cipote sobre el ojo del culo, previamente lubricado y, comenzó a introducirse sin resistencia ante los gemidos de Mónica, mientras su hijo presionaba con su mano la cabeza de su amiga contra el colchón, comenzando a bombear lentamente el rabo de toro sobre su ano, viendo como lo sacaba hasta el capullo para, lentamente, volver a introducirlo hasta más de la mitad, y repetir la operación recreándose en el placer que sentía al tener a cuatro patas a la amiga de su madre, haciendo con ella lo que quería como una vil guarra.
—¡Eres una cerda como mi madre! ¡Tenéis la misma cara de puta! —Al decir esto Richi, a Lucía se le dilataron hasta las pupilas, quedó paralizada al ver como mancillaba su nombre en presencia de una tremenda follada a su amiga —¡Así me gusta, vestida con la ropa de la marrana de mi madre! ¡Plaaaaaaaasssss! ¡Plaaaaaaaasssss! —Decía mientras le daba bofetadas en las mejillas y nalgadas durante, la que se había convertido ya, en un brutal follada por el culo.
Su rabo entraba y salía con soltura, con la funda del puro de su padre metido por su coño chorreante, con su ano siendo penetrado sin contemplaciones por su hijo.
—¡Di que mi madre es una guarra! —Decía durante las duras penetraciones que le daba.
—¡Aaaaaaahhhhhhh! ¡Aaaaaaahhhhhhh! ¡Tu…maaaadreeeeee…ess…uuuunnnaaaa…guuuaa…rraaaaa…! —Contestaba Mónica ante los ojos de la, “mirona Lucía”.

—¡Os tenía que tener a las dos aquí, a cuatro patas, siendo tratadas como lo que sois, unas perras! ¡Plaaaaaaaasssss! —Lucía no podía creer las atrocidades que salían por la boca de su propio hijo, de como hacía a su amiga testigo de sus deseos pervertidos a realizar. conmigo —¡Aaaaaaahhhhhhh! ¡Me voy a correr, perraaaaa! ¡Aaaaaaahhhhhhh! —Comenzó a gritar su hijo, agarrando a su amiga y dándole la vuelta, arrastrándola hasta dejar su cabeza colgando fuera del borde de la cama y mirando hacia arriba.
—¡Te voy a llenar el estómago de leche, te voy a convertir en un depósito de semen, marrana! —Le dijo a Mónica, mientras apuntó su cipote a la boca de esta, la cual esperaba con ella abierta y, comenzó a encajarlo lentamente en su garganta hasta hacer tope con esta, manteniéndola hasta hacerla sufrir fuertes arcadas y comenzar a enrojecerse sus ojos, ensanchándose su cuello por el esfuerzo de hacer sitio a tremendo rabo invasor, el cual mi hijo, comenzó a sacar del interior de la garganta entre hilos viscosos de saliva y mocos, hasta ponerlo frente a los ojos de ella para regar su cara con las hileras de saliva, la cual comenzó a resbalar por sus ojos creando una mascarilla espesa para, a continuación, volver a introducirlo, esta vez, pinzando con sus dedos su nariz e introducir hasta el fondo su cipote, sin compasión.

—¡Tenían que ver tus empleados a la guarra de su jefa, con todo el rabo de un chaval metido hasta la garganta, pedazo de cerda! – Decía Richi sodomizando la boca de la Jefa de Marketing, tan recatada, tan culta y ordenada, tan…bien follada.
—¡…iiiiigggggghhhhhh! ¡Aaaaaagggggggghhhhh! ¡Uuuuugggggghhhh! —Eran los sonidos que emitía la garganta de Mónica al intentar tomar aire Mónica, salivando por la boca hasta acabar con todas las babas escurriendo hasta su nariz, impidiendo que el aire entrase por sus orificios, por lo que el único hilo de aire que intentaba coger era a través de los pequeños recovecos que quedaban libres en su boca, totalmente ocupada por el pollón de ese joven semental, que embestía tapando su nariz y sometiéndola a su voluntad, con toda su virilidad metida hasta el esófago, haciendo que ella escupiera torrentes de saliva producidos por la tos y las arcadas al intentar coger aire. De pronto, su hijo, cerró los ojos fuertemente y miró hacia el techo, soltando un bramido.
—¡Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh! ¡Uuuuuuuuuuffffffffffffff! ¡Meeeeee cooooorrooooooooooo! —Gritó, tensando todo sus músculos, con toda la barra de carne completamente en el interior de la garganta de su amiga, mientras, el semen comenzó a salir a presión por la comisura de sus labios y por los orificios de la nariz que, previamente, liberó Richi, escurriéndole todo en dirección a la carita de señora recatada, un gran amasijo de una mezcla entre espesa saliva, mocos y semen, todo ello entre tremendas arcadas, ante las que Richi se mantuvo impasible, hasta que no se vacío completamente, momento en el cual, poco a poco y sin prisa, comenzó a sacar el miembro de su boca, trayendo con él una masa viscosa formada de hilos gruesos y espesos que arrastró durante su retirada, los cuales comenzaron a caer sobre su rostro, hasta cubrirlo por completo, dejándolo irreconocible .
Richard agarró el pantalón que Mónica traía puesto cuando llegó y lo pasó por su cara, más que para limpiarla, para mancharle toda la ropa y que tuviese que pasearse por la calle toda llena de manchurrones de semen, mientras ella permanecía todavía desorientada y tomando aire.
En esos momentos en los que Lucía seguía mirando por la rendija de la puerta, se percató de que su hijo estaba con sus ojos clavados en los suyos…a través del espejo de la pared, momento en el que Lucía reparó en ello, pero ya era tarde.

En esos momentos, observé a través del espejo a mi madre, mirando por la rendija de la puerta entornada, sus ojos repararon en los míos, nuestras miradas se cruzaron y…
—¡Levanta zorra, ponte a cuatro patas que te voy a pasear por toda la casa, para que te pasees con el vestido de mi madre, como una perra! —Dije a Mónica, poniéndose esta a cuatro patas, con toda la cara hecha una masa de semen y babas, poniéndose a caminar a cuatro patas, con las bragas bajadas, delante de mí moviendo ese maravilloso y castigado culo.
—¡Así, marrana! ¡Plaaaaaaaasssss! ¡Te voy a dejar el culo bien caliente! ¡Plaaaaaaaasssss! ¡Que lo vea tu cornudo! iPlaaaaaaaasssss! —Le gritaba, mientras comenzaba a nalguearla caminando tras ella —¡Sal de la habitación, paséate por el pasillo, perra! ¡Plaaaaaaaasssss!
En esos momentos mi madre desapareció de la puerta…pero seguía en casa…

Continuará…

Enamorada de la pija de me hijastro

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La historia que voy a contar comenzó no hace mucho tiempo y me tiene preocupada.

Me llamo Cecilia, tengo 29 años de edad y desde hace 4 años estoy casada con un hombre divorciado de 41 años.

Me considero una mujer atractiva y sexualmente muy activa

Mi marido no me conoce tal cual soy porque es algo muy íntimo, pero soy muy morbosa como creo que todos los que entramos a este tipo de web.

A los dos años de casados el hijo de mi esposo, de 16 años, luego de que su madre también se casara vino a vivir con nosotros. Un muchacho muy retraído y tímido, además de que físicamente es muy menudo. Durante los primero meses casi que no me hablaba y pasaba mucho tiempo en su dormitorio, solo salía para ir al colegio en la mañana, para comer o ir al baño. Mi marido sale a trabajar a las 9 de la mañana y hasta las 19 no regresa. En los hechos era la madrastra del muchacho y en cierto modo me preocupaba tanto como al padre su situación y de apoco intente acercarme a él pero fue inútil. Cuando cumplió los 18 años todo seguía prácticamente igual con él. Sin planearlo empecé a espiarlo ya que me intrigaba que hacia todo el día en su dormitorio. Resulta que el muchacho tímido como era de esperar pasaba mucho tiempo en la computadora viendo porno y masturbándose 3 o 4 veces por día. Eso activo mi morbo que siempre está latente. Pero fue más por diversión que por otra cosa que empecé a vestirme más provocaría y esperar su reacción.

Cuando llegaba del gimnasio me quedaba un rato con la ropa que traía y caminaba por la casa vestida en shorts ajustados. En muy poco tiempo comencé a notar su mirada y también me empezó a hablar más, a tal punto que hasta me ayudó en algunas ocasiones con las tareas de la casa. Mi marido notó también el cambio, pero obviamente no le conté cual era el motivo.

Seguí con la misma práctica y su interés cada vez era mayor. Una mañana me levanté muy cachonda y quería divertirme un poco. Me coloqué un vaquero bien ajustado de zapatos altos, cuando llego del colegio y me vió así fue algo muy evidente su reacción, a los pocos minutos se fue al baño a masturbarse, mientras yo, me reía escuchando detrás de la puerta.

Estuve todo el día vestida así hasta la hora de ir al gimnasio cuando me puse una calza roja que hasta a mí me excitaba. Hacía poco me la había comprado y haciéndome la inocente le pedí a la victima que me cortara le etiqueta porque me molestaba, me fui y así lo dejé para que se descargara solo.

Habrá pasado una semana cuando lo llamaba y no venía por lo que supuse estaría viendo porno en su dormitorio. Sigilosamente me dirijo hacia la puerta de su dormitorio y escuché que estaba allí. Quise sorprenderlo y ver que miraba, así que golpeé la puerta e inmediatamente la abrí. Para mi sorpresa las fotos que estaba viendo en la computadora eran mías… unas intimas que mi marido me había sacado. El inmediatamente cerro la ventana de la compu y yo hice como que no me di cuenta de quien eran las fotos. Pero le dije, “ aah asi que mirando porno ?!. Él se quedó casi destruido de vergüenza sin decir una palabra. Pero yo le dije “quedate tranquilo que esto queda entre nosotros… a mí también me gustaba ver de vez en cuando”.

Salí del dormitorio debo confesar que algo excitada y pensando cómo había obtenido esas fotos, aunque no era muy difícil ya que mi marido es muy descuidado con esas cosas.

Pasé todo el resto del día pensando en eso y me excitaba pensar que mi hijastro se masturbaba mirando mis fotos, jaja por favor era de no creer.

A la noche cuando fuimos a la cama con mi marido yo estaba a mil por todo lo anterior. Para sorpresa de mi marido lo cogi como nunca y en voz alta, no me contuve con los gemidos y gritos fuertes para que mi hijastro en la habitación contigua me escuchara. Yo acabe tres veces y supongo que mi hijastro al menos una porque luego de nosotros terminar enseguida lo escucho ir al baño.

Paso poco tiempo más y mi hijastro por una afección en la garganta tiene que hacer reposo en cama por unos días.

Voy a su dormitorio a ver como seguía y cuando entro a su dormitorio se sorprendió, me senté junto a su cama y en tono de broma le dije “ tranquilo muchacho estas mirando porno o te estas masturbando de nuevo?” de inmediato los dos nos reímos de la situación. Pero al cambiar mi mirada veo una gran protuberancia bajo las sabanas. Casi sin pensarlo levanto las sabanas y veo una pija descomunal. Créanme que nunca podría haber imaginado que ese pendejito menudito de 45 kg tuviera una pija de ese tamaño, tan grande y cabezona con ese olorcito a pija tan rico. Cegada por ese pijon e invadida de excitación la tomé con mis dos manos y aun así sobraba pija. Comencé a pajearla luego la lleve a mi boca y comencé a chupar y lamerla así como a sus huevos mientras podía escuchar sus quejidos de excitación. Chupe y chupe esa pija descomunal cuando de pronto explota dentro de mi boca al tiempo que el muchacho balbuceaba mi nombre. No paraba de salir leche caliente y me la tomé toda con el mayor gusto y placer.

Fueron no más de 10 minutos pero fue algo riquísimo lo que pasó, lo más excitante que me ha pasado hasta el día de hoy. Me fui del dormitorio y no hablamos del tema hasta el otro día, cuando le dije que por favor guardara el secreto para toda su vida que me perdonara, que yo quería mucho a su padre y que no quería hacerle nada que lo lastimara. El no dijo ni una sola palabra y así quedaron las cosas. Lo cierto es que jamás imaginé que ese chico pudiera tener una pija así o incluso que existiera una pija que me excitara de esa forma.

Luego de ese día paso todo el tiempo recordando ese ese momento y me masturbo en mi cuarto pensando en esa pija hermosa. Necesito tenerla dentro de mí, necesito sentir que ese pedazo de carne, lleno de venas, entre en mi concha dándome placer extremo y llenando mi interior de leche que apague el fuego que siento por dentro.

El muchacho entendió lo que hablamos y evita mis miradas creo que al punto de ponerlo incómodo.

Cada vez que lo veo caminado por la casa no puedo evitar pensar que dentro de sus pantalones lleva una guacha descomunal colgando. A la que si me diera otra oportunidad la besaría y amaría para toda la vida.

Hoy no me provoca nada estar con mi marido. Creo estar enamora de forma enferma de la pija de su hijo y ya casi no aguanto más lo que vivo por dentro.

 

INFIDELIDAD 1: EN EL TRABAJO

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INFIDELIDAD 1: EN EL TRABAJO

Detrás de esta computadora les envió muchos besos y saludos. Todos se preguntaran si este relato es real o ficción, pues les aseguro que es completamente verídico. Tras los hechos ocurridos en mi vida, pues de alguna manera deje mi lado conservadora que poseía y empecé a visitar ciertas paginas de internet, entre ellas esta pagina donde se comparten estos relatos, y atrapada por la curiosidad me interese en la lectura de las mismas; y como pueden ver aquí me tienen compartiendo mi primer relato, espero que sea de su agrado y mil disculpas si presento algunos errores de redacción. No se me ocurrió otro título para el relato, si es posible ayúdenme a ponerle el titulo adecuado jajajaja.

Por obvias razones conservare en el anonimato nuestros nombres verídicos y los lugares donde se desarrollan los hechos. Los rasgos físicos y las edades descritas en el relato son actuales (2016), pero los hechos ocurrieron en el año 2014.

Empezare diciendo que soy de Perú, me llamo SANDRA, tengo 29 años, mido 1.70 de estatura, sin exagerar tengo buenas medidas, lo que resalta más de mí, según los comentarios que he escuchado son mis senos y mis pompas puesto que las tengo bien formadas; además de ello practico algunos deportes, me gusta salir a correr, el gym, me fascina bailar y trabajo de asistente administrativo. Mi esposo se llama DAVID, tiene 32 años con un cuerpo poco subido de peso, mide 1.75 con quien llevo casada 4 años y tiene de profesión medico, aun no tenemos hijos, por otra parte esta el ingeniero CARLOS, tiene 37 años, mide 1.80, de contextura atlética y es bastante gracioso, todo el tiempo esta con sus bromas y cosas de doble sentido, a quien conocí a través de mi esposo, ya que él elaboro los planos de nuestra casa y a la vez nos ayudo en los tramites en la municipalidad porque él trabajaba allí. A Carlos lo conocí cuando íbamos a la municipalidad con mi esposo para las firmas de los documentos y todo ese rollo que exige hacer dichos trámites.

CARLOS es casado y tiene un niño y una niña a quienes conocí posteriormente puesto que junto a su esposa mi marido les invito a la fiesta cuando se termino de construir nuestra casa. La fiesta transcurrió de manera amena y entretenida, los tragos iban y venían, al igual que el baile. Fue allí donde me hizo plática CARLOS, mientras mi marido entretenido con los amigos andaba por allí, hablábamos de muchas cosas, de cosas de la casa, del trabajo, etc., en eso le dije que no trabajaba hace un par de meses, cuando de pronto suena una canción que me gusta mucho y sin pensarlo dos veces le digo vamos a bailar, mientras bailábamos seguía la conversación, en eso me dice hace una semana atrás me ascendieron de puesto ahora tengo una gerencia a mi cargo, le digo que bien me alegro por ti, felicitaciones… Seguimos bailando, medio extraño me mira como quien queriéndome decir algo, y le digo te acurre algo parece que te fuiste de la fiesta y te encuentras sentado en tu oficina de gerente, ambos soltamos grandes carcajadas.

Después de un rato me empieza a preguntar qué profesión tenía, en que lugares había trabajado y por qué no trabajaba ahora, así conversando pasaban los minutos, en eso tímidamente me dice que dentro de poco va a ver convocatorias para plazas en la municipalidad y si me gustaría trabajar allí, en un principio no me dijo que el trabajo iba a ser en la oficina de él, como su secretaria, yo le dije que por su puesto me gustaría, como te digo haces unos meses estoy de vaga y solo me dedico a los que aceres de la casa, con mas confianza me dijo vacan, ve alistando tu currículo, al decir eso me lanzo una mirada muy picara, levante la mirada y note como me veía los senos puesto que estábamos bailando.

Y soltando unas carcajadas me dijo que tendría que acostumbrarme a utilizar mini ya que allí tenían un uniforme y era obligatorio utilizarlo. Altas horas de la noche, ya la fiesta se daba por finalizado y todos se empezaron a retirar, en eso me pide el numero de mi celular y se marcha en su carro, se va solo ya que su mujer se había ido hace unas horas atrás. Ya en la recamara con mi marido bastante tomado ya no le pude contar que posiblemente vaya a trabajar dentro de poco.

Al día siguiente mi marido se fue muy temprano a hacer algunos tramites a su trabajo y de una manera apresurada me dijo que debía llevar hoy su pago del ingeniero, puesto que ayer se había ido de copas y no pudo arreglar con él, sin vacilar me arregle muy bien, recordando la conversación de ayer me puse una mini, un top y unos tacos, y salí rumbo a la municipalidad.

Ya por la calle atraje algunas miradas subidas de tono y muchos piropos, al llegar a la municipalidad el guardián se me quedo mirando petrificado y le dije en que oficina puedo encontrar al ingeniero tal, el muy amable se ofreció a llevarme hasta dicha oficina, estaba cerrado y el insistía en tocar, yo le decía de repente esta ocupado voy a esperar, el sonriendo soltando un apodo como “chimbo” le atina a llamar, riéndome le digo “chimbo” por qué, es que es de ese lugar… aya le dije, al ver que no salía, avanza unas puertas y era la puerta de alcaldía, se asoma a dicha puerta y saluda señor alcalde y hace una broma, al ingeniero CARLOS le buscan urgentemente, quien es dice el alcalde, es la policía se va a ir detenido dice, el guardián me mira y yo le lanzo una mira muy seria, se sonríe y me dice disculpe señorita, en eso sale el ingeniero, y sin vacilar pide permiso al alcalde y viene a saludarme, con un beso en la mejilla me hace entrar a la oficina del alcalde y allí me presenta, digo el motivo de mi transito por la municipalidad y en eso CARLOS le dice que acá tenemos a la futura trabajadora de la municipalidad, el alcalde se me queda mirando y me dice si gusta trabajar con nosotros las puertas están abiertas, le agradezco y en eso saca gaseosa y nos dice entonces brindemos por nuestra nueva colaboradora, me quedo lela cuando dice eso, pues se ríe el alcalde y me dice desde mañana ya puede empezar, trae sus papeles y mañana mismo regularizamos todo….

Así agradeciendo y brindando me invitaron a una inauguración de una obra, que ya mismo tenían que salir, me quede pensando y en eso el ingeniero me dice vamos anímate así vas conociendo tus funciones, ya no tenía salida subí a su 4×4 y nos fuimos, al llegar a la obra, pues ya era toda fiesta, creo que allí me pase un poco de copas y llegue algo mareada a mi casa, para mi buena suerte mi marido tenia que trabajar hasta el día siguiente, cosa que llegue a casa me di un baño y empecé a redactar mi currículo para el día siguiente, aliste todo los originales y pues deje listo y me fui a dormir…

Muy temprano llego mi marido y se sorprendió al verme en minifalda y bien arreglada, se quedo lelo y me dice a que fiesta te vas, nada de fiesta le digo, desde hoy voy a empezar a trabajar, así y donde me dice, en la municipalidad, y eso, pues ayer estaba de suerte el ingeniero me presento al alcalde y aproveche para conversar por un puesto de trabajo, a mira tú me dice mi marido, eran las 7:20 am, pero ni creas que te vas a ir así no mas, en eso se acerca me empieza acariciar, besar y terminamos haciendo el amor en la sala…

Me hacia tarde y apenas salí de mi casa tome un taxi y llegue diez minutos tarde, el ingeniero estaba sentado muy serio y en cuanto me vio se le llena de sonrisa la cara, me recibe y me hace pasar a su oficina y me muestra el lugar donde voy a trabajar, así transcurrieron seis meses entre el trabajo y algunas veces saliendo a las fiestas con los compañeros de trabajo, a inaugurar las obras y demás invitaciones que tenían el alcalde y el ingeniero, siempre el ingeniero me llevaba en su carro, no sé como sucedió pero la confianza llego y nos bromeábamos a decir basta, nos contábamos nuestros problemas y cosas que lo podías compartir con alguien de tu extrema confianza, hasta ya me llevaba a mi casa en su carro, eso sí sin que mi marido supiera nada, pero de allí no pasaba a más.

Con mi marido tuve algunos problemas desde que empecé a trabajar teníamos discusiones y se comportaba distinto conmigo, hasta que al mes siguiente me entere que me era infiel, al principio no lo creía ya que tenía una amiga donde él trabaja ella me puso al tanto de todo, ella me daba los detalles de todo y así hizo que le encontrara infraganti siéndome infiel, a raíz de ello le bote de la casa y se fue a vivir en sus padres, esos días me sentí terrible era como si el mundo se me viniera encima, falte dos días al trabajo y en eso me llamo el ingeniero y le conté lo que me sucedía y me dijo que lo sentía y si nos encontrábamos para conversar, como no tenia ánimos para nada, le dije que no, que quería estar sola y que renunciaba al trabajo, bueno lo acepto por el celular y me despedí.

Todos los días venía mi marido pidiéndome perdón y queriendo conversar y no le hacia caso, por unos días me fui en mis padres y ellos me aconsejaban que tenia que volver, y a la vez perdonarlo, no lo podía dejar pasar así por así, lloraba todas las noches y entre llantos conciliaba el sueño, a la semana siguiente, para ser mas exacto el domingo 16 de noviembre del 2014 regrese a mi casa y encontré a mi marido allí, no le dije nada me pase al cuarto de huéspedes y allí me instale, de alguna manera ambos compartíamos la casa, pero no le atendía en nada, en resumen es como si fuéramos personas ajenas, como si ambos alquilábamos la casa por separados.

Después de estos preámbulos empiezo con el relato INFIDELIDAD 1: EN EL TRABAJO, con todo y tristeza pase mi cumpleaños (15/11/14) con mis padres y algunos amigos, y ya cuando me iba a acostar como a las 11:40pm suena mi celular pensé que era mi marido que llamaba con otro numero no conteste, así llamaba como tres veces y luego dejo de timbrar, pasados unos 10 minutos de nuevo empieza a sonar mi celular, molesta agarro y contesto muy seria, digo Sí casi gritando, y del otro lado me dice dulcemente Feliz cumpleaños SANDRITA, era el ingeniero, toda apenada le digo discúlpame por gritarte, después le digo gracias, y me pregunta como la pasaste y por qué no le invite, bueno riendo le digo será para la próxima, me dice y mi torta, bueno la torta te lo traigo el lunes, mañana domingo regreso a mi casa, y sin molestarte le dije tu crees que aun puedo regresar al trabajo, tu crees que el alcalde me reciba de nuevo, y en eso se sonríe y me dice no te preocupes acá siempre vas a tener las puertas abiertas, ya mas contenta le digo gracias entonces el lunes te caigo en la oficina, esta bien te estaré esperando, nuevamente le agradezco y no te quedaras con el antojo te llevare la torta, nos reímos y me dice que descanses cuídate, y para mi sorpresa antes de colgar me dice descansa y un beso, me quede sorprendida y le dije igual… y ambos cortamos…

El domingo como a las 10pm llegue a mi casa estaba bastante cansada por el viaje y apenas entre me fui al cuarto de huéspedes puse el seguro, tire mi equipaje y me eche en la cama quedándome dormida, me desperté como a las 2 de la madrugada, me cubrí y así me dormí como hasta las seis de la mañana me levante y encendí la luz, ya todo el viaje había pasado por mi mente tener un encuentro con el ingeniero, entre mí me decía ojo por ojos y diente por diente; me sonreí para mis adentros, fui a preparar para bañarme, llene de agua el jacuzzi y empecé a desvestirme, ya desnuda me mire en el espejo de mi ropero, tocando mis senos cerré los ojos y mi mente voló a la oficina de CARLOS y girando un poco me di una nalgada y dije en voz alta esta torta hoy va ser decorada y comida por alguien diferente a mi marido y sonreí jajajaja, me fui al jacuzzi me sumergí allí bañándome pasaron por mi mente muchas cosas, si ir o no a la oficina, si debo o no llevar adelante lo que hace días se apodero de mi mente, en eso veo mi celular ya eran las 7:10am, apresurada termine de bañarme, al levantarme el agua goteaba por mi cabello y mi cuerpo, me vi en los espejos del baño y ya muy decidida nuevamente se me escapo la voz y dije: CARLOS hoy voy decidida a todo seré tu mujer en tu oficina….

Salí desnuda del baño y abrí los cajones de mi ropero en eso encuentro un hilo dental de color rojo, un sostén transparente también del mismo color, que no los había utilizado nunca, me puse el hilo y pensándolo dos veces guarde el sostén, sólo me puse mi blusa, un conjunto sastre saco y minifalda, finalmente unos tacos de tipo sandalia, me tome un par de vasos de jugo de naranja y unas tostadas, me asee y metí mis labiales, accesorios y mis gafas a mi cartera y salí a toda prisa, me cruce con algunos vecinos (as) y saludándoles pase apurada tome el taxi y rumbo al trabajo, al subir a toda prisa ni me percate, me había subido en el asiento del copiloto, y el taxista se me quedo mirando de pies a cabeza, así durante el trayecto miraba de reojo mis piernas, mis senos, yo disimulaba y atine a sacar mi labial y empecé a acicalarme y a pintar mis labios, elegí el color rojo, pague el taxi y baje apurada, salude al guardián y con mucha alegría me dio la bienvenida de nuevo y como era obvio se quedo viendo mis nalgas mientras pasaba por delante de él, voltee y apresurado se dio la vuelta, volteando me sonreí y proseguí mi camino, me extrañaba que no hubiera mucha gente en sus oficinas ni en los pasadizos y directamente me fui a la oficina de CARLOS.

Al principio quise tocar la puerta, pero gire la chapa y entre suavemente como quien darle una sorpresa, estaba sentado frente a su escritorio con la cabeza gacha revisando unos planos, el sonar de mis tacos lo alerto y apresuradamente levanto la cabeza y dejando todo se levanto vino a saludarme, me beso en la mejilla y me abrazo, me sentí totalmente extraña le abrace con mucha fuerza y me eche a llorar en sus brazos, me decía palabras de aliento, ya luego mas confianzudo me dijo tranquila bb ya no llores no eches a perder tu belleza, estas muy guapa y todo esta en su lugar y a pedir de… allí hizo una pausa y un poco que quiso desviar el tema y me dijo cálmate ya paso, yo insistí a pedir de que dilo sin miedo, bueno a pedir de boca, me sonreí y le agradecí, un poco que me puse nerviosa y no sabia como seguir, le dije y bueno por donde empiezo cual es el trabajo de hoy y por que no están los empleados y hay poca gente, bueno me dijo, hay un inicio de obra y por no trabajar todos se fueron dice a poner la primera piedra jajajaja ambos reímos, bueno y nosotros trabajamos o nos tomamos el día libre, él se puso serio y me dijo cómo recién llegas y ya quieres día libre, me dejo fría con ese comentario, atine a decir entonces por donde empiezo, ponme al corriente del trabajo que tengo que hacer, burlonamente se carcajeo y me digo no nada de eso, que bueno que hayas venido, tenemos que celebrar tu cumpleaños y ademassssssssssss prometiste traerme la torrrrrta, si verdad le dije, me ponía mas nerviosa cada vez, y pensaba que no debía estar allí y quería dar marcha atrás y salir, pero en eso va casi corriendo a su armario y saca dos paquetes uno de regular tamaño y el otro mas pequeño envueltos en papeles de regalo y me besa nuevamente en la mejía y me dice feliz cumpleaños SANDRITA.

Los recibo y le digo gracias y le abrazo y le beso en la mejía, busco donde poner los regalos y me dice abre el más grande pero el pequeño lo abres después, cuando yo te lo pida, y eso por que le digo, y me dice eso no se pregunta sólo obedece a la gente mayor y verás que bien te va ir en la vida, reímos y empiezo a abrir, me doy con la sorpresa que era una laptop, me dice espero que te guste no sabia que regalarte, le digo esta bien muchas gracias, y para voltear ya no estaba, después sale del baño con un ramo de rosas y una botella de vino, asu me quieres matar aquí con el vino, no lo tomes así me dice sino gustas no lo bebemos, no te preocupes sirve un poco, en eso busca y sucede que no había copas ni vasos, se puso rojito y disculpándose quiso salir a conseguirlos, no hay problema lo tomaremos de otra manera, y riéndome me fui al sofá que había allí para los visitantes, destapo y pues lo tomaremos a pico me dijo, no hay de otra le dije, prende tu laptop me dijo y pon música así lo hice y traía mi usb en la cartera y puse del grupo 5 que es un grupo de cumbia de Perú, salud me dijo la cumpleañera que de el primer sorbo, tome la botella y tímidamente estaba llevando el pico a mi boca en eso me lo mueve un poco y cae vino por mi cara y rueda de prisa por mi cuello y llega a mis senos, y le digo oye que te pasa, lo siento me dice solo quise hacerte una broma pero se me paso la mano, en eso a él también le hecho un poco de vino en la cara y así riendo se acerca y me da un beso en la boca, yo me sonrojo y me retiro apresurada me pongo de pie, no le digo, que haces, se pone en pie y se me acerca y me dice tranquila me vuelve a besar y me toma de la cintura, ya mas suelto me dice relájate mi amor no sabes como espere este momento para …. a fondo.

He de decir que siempre se le salían las groserías y no fue la excepción en ese momento, eso no me gustaba de él, pero no se qué paso ese día que apenas soltó algunas me éxito mucho y no le reproche nada, retomando y este momento para que le dije, te vas a molestar mi bb mi preciosura me dijo, para que… insistí, poniéndome de espaldas a él me dijo al oído mientras mordía mis orejas y besaba mi nuca me dijo he esperado este momento para cacharte a fondo mi amor, para culearte sin descansar bb, solté un suspiro, mi rostro se sonrojo y mi cuerpo ardía totalmente excitada y al darse cuenta que no me moleste por lo que dijo siguió mordiendo mi nuca y seguía diciéndome que el día que te vi por vez primera cuando viniste junto con tu marido a esta oficina para firmar los papeles no sabes las ganas que me diste, quise votar a tu marido y cogerte al instante, no sabes las noches que he soñado con besarte acariciar tu culo darte harta pinga, yo no decía nada tan sólo suspiraba y cerraba los ojos estaba excitada como nunca, no sabes bb el día que terminaron tu casa en la fiesta como me moría de ganas de quedarme contigo, apuesto que tu marido muy borracho se quedo dormido y no estrenaron los rincones de tu casa, de quedarme te hubiera sacado a la calle y desde la puerta te hubiera llevado por cada rincón de la casa con la pinga dentro de esa rica conchita que debes de tener y este culito que debe moler bien, mientras los apretaba con fuerza…

Dándole un empujón le dije oye que te pasa, se asusto pensé que todo quedaba allí y para remediarlo agache la cabeza y me reí, y se fue a sentar a su escritorio y me dijo y donde esta la torta que me prometiste, me apetece comer una rica tortita, pues yo muy excitada y relajada le dije te traje una torta muy especial, pero eso si tienes que prepararlo todavía, decorarlo un poco y luego comértelo, asu como así me dijo, en eso empecé a quitar los botones del saco, me miraba muy excitado y me dijo quítatelos despacio, quédate en interiores y con el taco puesto, comencé por quitarme la minifalda y al verme en hilo soltó una palabrota, ahhhhh mira te vez toda una putita, sin saber que decir tan sólo le tire la mini y luego me saque el saco y me quede parada frente a él, disimulaba pero sé que ya se había dado cuenta que no llevaba sostén, y la blusita me dijo, eso no puedo, a no puedes me dijo separo su asiento de su escritorio y me ordeno que vaya hacia él, me dijo ponte tus gafas y toma el cuaderno de apuntes, quiero a mi secretaria toda una profesional sin dejar ningún detalle, ni bien llegue a su lado me dio vuelta y me dijo que rica te vez, que culito que tienes, tu marido es un cojudo al sacarle la vuelta a este culito, en eso tiro al suelo su bolígrafo y yo de prisa me agache a levantarlo y así agachada le dije titubeando: hoy mi culito va ser tu torta, dilo mas fuerte mi amor, mi putita linda, nuevamente repetí: hoy mi culito va ser tu torta, así me gusta mi amor, mira como lo pusiste a la vela, hay que alistar la tortita para poner su velita…

Seguía agachada cuando de pronto me da unas mordidas en ambas nalgas me dolió mucho que grite fuerte y me incorporé de prisa y le grite que te pasa oye pendejo, y al girar ya estaba de pie, con mucha fuerza me volvió agachar y me dio dos nalgadas fuertes en ambas nalgas, silencio bb me dijo que estoy amasando la torta así es que no te quejes que tengo mi estilo de preparar la torta, en eso sentía que unas lagrimas se me caían por la cara pero mi cuerpo ya estaba que quemaba y se combinaba entre dolor y excitación, tan sólo dije: tienes unas manotas y me gusta que me des de nalgadas, (mi esposo nunca lo hacía, por eso que al principio sentía dolor y brotaron algunas lágrimas), no solo las manos mi amor, ya sabes que tremenda vela va a tener la torta. En eso me gira hacia él y de un tirón vuelan todos los botones de la blusa y dice que ricas tetas y ese pezoncito, sin medir más palabras las toca y están muy duras que putita eres mi amor estas que ardes y que pides pinga, vamos mi amor pídeme pinga me dice; no seas grosero le digo, vamos mi amor sigue mi ritmo contágiate conmigo y olvida la mojigatería que conservas con tu marido, de seguro a su amante le dice estas palabras, ahora estas con tu verdadero macho, tu cachero, quien te va a partir la concha y ese rico culito……. Cuál culito le dijo, y se ríe, ya con la cara que me delataba pues la tenia totalmente roja y ardiendo, decidí seguir su juego de palabras, empecé diciendo esta bien mi amor, he venido decida a todo desde que estaba de regreso de mi viaje ya pensaba en este momento, hoy en el jacuzzi, mientras me vestía, y venía para aquí ya quería ser tuya, pues aquí estoy mi amor, mira que ricas tetas empezó a chuparlos con fuerza ambas, mientras me apretaba el culito con ambas manos y jugueteaba con mi hilo, las jalaba hacia arriba y al apretar con mi conchita la excitación subía, mientras yo atinaba a jalar de sus cabellos y apretar su cabeza hacia mis senos y ya suelta y excitada, le decía así mi amor, chúpame que soy tu mujer, me gusta lo que me dices soy tu …. Dilo mi amor me dice, soy tu putita mi amor le digo, que rico mi amor insiste vez como no cuesta ser natural eres muy putita, mi putita, me tienes al borde de correrme, en eso se separa un poco para empezar a desvestirse, llevaba un polo color blanco, unos jean y unas zapatillas.

Espera le digo, déjame hacerlo, me acerco le beso mis brazos pequeños no alcanzan cubrir su espalda, el me corresponde y le saco mi lengua no pierde tiempo y hace lo mismo, me sorprendes mi amor, eres muy apasionada y toda una loba, le beso y le digo para que veas la loba que tienes que domar, haber si puedes, le quito el polo tiene unos pectorales y unos brazos muy fornidos le beso las tetillas, las lamo y atina a decir que rica lengua mi amor, así mi putita, mi cacherita, cual cacherita le digo, vamos mi amor haz prometido seguir el ritmo, esta bien, insiste esta bien qué, esta bien mi amor y mi cacherito, así bb que sea el uno para el otro, se sienta en el sillón de su escritorio y se quita las zapatillas, se para nuevamente, yo apresurado le saco el cinturón y de golpe bajo sus jeans, le dejo con el interior por un momento, era un bóxer de color negro, luego le bajo lentamente y una considerable pinga se muestra a mis ojos, de largo tenía unos 18cm, 3cm más que el de mi marido, lo que me dejo admirada fue que era muy gruesa, así parados nuevamente empezamos a besarnos me apretaba hacia él y su pene rozaba mi barriga, al odio le dije que sacara su preservativo me dijo que no tenía que quería cacharme sin preservativo, estas loco le dije, anda no seas mentiroso saca tu preservativo o no hay nada, así no vale dijo que chantajista eres, en eso me dice saco mi preservativo y te la comes primero con tu boquita rojita, esta bien le dije, abre la caja de su escritorio y allí había como tres paquetes, asu mira tú se ve que ya me esperabas preparado, así es bb, siéntate le digo, no me dice, ponte de rodillas mi amor y comételo ándale quiero sentir esa boquita, no me va a caber susurro, me pongo de rodillas él se queda parado, quedo a su frente su pinga apuntando hacia a mí le tomo con una mano y tan solo lo cubro mitad con las dos manos le empiezo a frotar empiezo adelante atrás, adelante atrás con mis manos, ahhhhhhhhh susurra vamos mi amor comételo quiero sentir tu boquita, lo dirijo a mi boca abro lo más que puedo y entra mitad empiezo a jugar con el mete y saca así bb me dice que rico lo haces, en eso me lo empuja hasta el fondo llega hasta mi garganta, me hace atorar y me hace toser oye bruto le grito, calla putita sigue chupando me dice como me gustaría tener a tu marido sentado en ese sillón para que vea como se desquita su mujercita, me rio para mis adentros y sigo chupándole me toma de mis cabellos y pone el ritmo de mis movimientos, te gusta mi amor me pregunta, si me gusta le digo, dilo completo amor, si mi amor me gusta tu pinga empiezo a meterme mas adentro y se sorprende y le digo apuesto que tu mujer no te lo hace así, sigo metiendo mas y chupo sus huevos uno a uno los lamo, ya estaba fuera de mí cerraba los ojos y degustaba chupárselo en eso abro los ojos y levanto la cabeza me estaba filmando con su celular, vuelvo en mí y me levanto oye que haces le quito el celular desesperada le pido que borre, me toma de la cintura y me dice cálmate, bórralo insisto, no pasa nada es solo para verlo no pienses mal, le miro y no sé que morbo me pico le beso y le digo ya hazme el amor, así no bb, ya métemelo papi, quieres pinga me grita, si dame tu pinga, se aleja un poco y gira su laptop y pones celular en un soporte y puso cámara de nuevo, el muy pendejo todo el tiempo me había estado filmando con su laptop de razón no lo veía su laptop en su escritorio, estaba sobre un armario, apágalos le digo, se acerca y no me dice nada con fuerza me agarra y me agacha ven aquí me dice no te quejes.

Ya mis senos sobre su escritorio y mis culito a su vista y yo en pie me da unas nalgadas que rico culito mi amor los besa con mis manos atrás trato de quitarme mi hilo, agarra con fuerza mis manos y dice no te lo voy a quitar quiero culearte así, en eso separa mi hilo a un costado y siento su lengua en mi conchita que ya estaba bastante empapado aahhhhhhhhhh así mi amor sigue así mientras recorría mi clítoris, en eso de golpe siento la punta de su lengua en mi ano, no le digo, muevo mi culo no hagas eso, les juro que mi marido nunca me lo ha hecho, pero con fuerza me agarraba el culo y lo metía mas y mas lo lamia y le deje hacer ya no me apuse, se sentía muy rico daba cosquillas y a la vez excitaba más, riéndose me dice eso es para partirte por allí, no molestes le dije, ya no aguantaba quería ese enorme pinga me daba miedo y a la vez lo quería, me eche en su escritorio él se ponía el preservativo, me levanto las piernas a su hombro y empezó a jugar con mi vulva y su pinga, mira lo que te vas a comer decía, a la vez excitada y nerviosa por el grosor espero moviendo las nalgas, empieza a empujar no entra en los primeros intentos y siento dolor al ver que forzaba en eso de golpe empuja y entra solo la cabeza y me hace gritar, suelto un ayyyyyyyyyyyyy creo si alguien estaba pasando por fuera de la oficina lo abra escuchado, con mucho dolor atino tan solo a cerrar la boca y a acariciar mi conchita, y el me mira con mucha malicia y empieza el mete y saca lentamente, así mi putita te quería ver y tener así, que rica concha tienes mi amor como aprieta, cerrado la boca seguía gimiendo procuraba no hacer mucho ruido y el aceleraba el mete y saca me sentía en otro mundo me estiraba toda la concha de a poco fue pasando el dolor y sentía mi conchita mas lubricada poco a poco empezaba a mover mi culito de arriba hacia abajo, en sus ojos veía alegría y su rostro estaba en la gloria, quien diría mi amor que terminaríamos así el día que viniste con tu marido y esa seriedad te veía muy lejos pero ahora te tengo atravesada se ve que tu marido no te estira la conchita lo tienes como sin estrenar o no le gusta cacharte es un pobre tonto como a semejante culito le va a sacar la vuelta.

Con los ojos cerrados escucho todo y me arrecha al máximo todo lo que dice que en ayyyyyyyyy y sigue mi amor le animo, cuando de pronto acelera sus movimientos y el chocar se su pelvis con mi culito hace ese rico sonido de plash plash plas, que rico mi amor sigue me gusta ayyyyy como me tienes soy tu mujer tu putita, ya no sé ni lo que decía pero estaba muy arrecha en eso se detiene y se sienta se acomoda el condón y me dice ven móntame putita, antes de sentarme me siento en sus piernas y le beso muy apasionadamente le saco mi lengua y le abrazo con toda mi fuerza aunque mis brazos no le cubren del todo el igual me abraza me besa sentimos el fuego de nuestras bocas en eso me suspende al aire y allí paso uno de mis piernas al otro extremo y me hace sentar en su pinga sufrimos un poco para que entre, lo tomo mis manos y lo hago entrar y nuevamente suelto un ayyyyyyyyyyy le atino a besar para que no se escuchen mis gemidos y me quedo sentado sobre su pene seguimos besando y le digo chupa mis senos, si mediar palabras lo empieza a chupar y los aprieta con sus manos, muerde suavemente mis pezones y hace que me arreche mucho mas, de pronto empiezo a subir y a abajar y nuevamente nuestros cuerpos emiten ese rico sonido, así subo y bajo agarrándome de su cuello y luego apoyándome en sus rodillas me sentía en el paraíso subía y bajaba le decía así papi que rico me cachas, soy tu hembra te gusta como te cacho, sí mi putita me gusta como eres que rico mueves ese culito, entre tanto con sus manos los subía y bajaba y el hilo estaba ya casi por romperse.

Luego me dice para darme la vuelta, me pongo en pie y antes de girarme me da unas fuertes nalgadas y me muerde muy fuerte el culo que termino diciendo ayyyyyyyy tonto giro y le doy una cachetada tan fuerte que me ardió hasta las manos, me sonrío y se estaba sobando, me volteo y me hace sentar con fuerza y al ido me dice ahora vas a ver putita te voy a partir la concha y se me mueve con fuerza que empiezo a gritar sujeta mis senos y se mueve con al fuerza que termino rendida y me quedo sentada sobre el me besa la espalda y me da pequeñas mordidas y siento su aliento caliente me volteo y me acerco para que me bese y así sentada sobre el con su pinga hasta el fondo seguimos besándonos, me dice ahora si viene el plato fuerte, me levanta y en pie me suspende al aire y allí me lo mete y me aprieta con fuerza en pie me bombea con fuerza que ya me había corrido como dos veces y mis jugos resbalaban ya por mis muslos, su pinga y alrededor ya estaban bastante empapados.

Me pone boca abajo mis senos apoyados en el vidrio de su escritorio y me sube una rodilla al escritorio sin mediar palabras me lo introduce y me bombea aceleradamente y allí si me hacia ver las estrellas ayyyyyyyyyyy me partes mi amor, así con mas fuerza métemelo todo soy tuya soy tu putita que rico papi, me toma de los hombros y se mueve como una máquina y ya no me importa si me escuchan o no por fuera, empiezo a gritar y gemir ayyyyyyyyyy ahhhhhhhhh así papi, el bufando me dice te gusta putita, así se culea a una putita como tú, conmigo vas a olvidar a tu marido, toma pinga putita, acelera sus movimientos.

En eso suena su celular, quien molesta dijo, asu es el alcalde dice, yo me desespero esta aquí pregunto, señor alcalde dígame, como estaba en altavoz se escucha fuerte, el alcalde dice que paso “chimbo” por que no vienes ya deberías estar por aquí, disculpa señor alcalde no me percate de la hora estaba revisando algunos planos, además la señora SANDRA llegó y pues esta poniendo todo en orden en la oficina y me urgía terminar el plano señor, y por que no se vienen para acá, si hoy podían darse el “día libre” jajaja, si señor pero se me fue la hora qué hora son, ya iban a ser las 11:40am, creo que ya no llegamos señor alcalde ya trabajaremos de horario corrido, en eso me hace una seña y se sienta, aleja el celular lo mas que puede se acerca a mi oído y me dice disculpa mi amor no quiero que se enfrié este momento chúpame la pinga amor mientras despacho al alcalde jajajaj, él sentado va hablando, me pongo de rodillas le empiezo a chupar la pinga hago mil cosas para que se note diferente su voz y si que se controlaba bien, eso me dio morbo, del otro lado hola esta Ing. Si señor dígame, bueno entonces me tienen que hacer un favor de la obra tal han llamado insistentemente y quieren que se los lleven los materiales restantes lo mas pronto posible, que te apoye la señora SANDRA en el control y el conteo de los mismos, ya que los carros están por acá, por favor Ing. con su carro llévenselo, esta bien señor alcalde, pero ahora mismo los de almacén que carguen y te llevas a tal y a tal para que lo descarguen, esta bien señor no se preocupe ahora mismo lo acelero, gracias pero apresúrense, ok… se corta la llamada.

Amor tenemos que correr, lo que estaba chupando me paro tu mas bien apúrate por correrte, ya con mis dos pies en el piso agarra mi cintura y me lo mete hasta el fondo ayyyyyyyyyyyyy se queda quieto con su pinga adentro de mí siento sus bolitas en mi concha, que rico papi como me arrechas, me alocas soy tuya, en eso lo saca y lo pone en la entrada de mi ano, le digo que no, el insiste y empieza a empujar, no por favor le digo, si te va a gustar insiste, la cabeza quiere entrar me duele y me incorporo y le digo que no, me pongo seria y le digo que no, que ya basta si sigue se termina aquí, me abraza y me besa, me pone boca abajo y esta vez arranca mi hilo dental y me lo acerca a la boca, riéndose me dice para que no se escuche tus gritos putita me los pone en la boca y me empieza a bombear, me agarra de la cintura y se mueve con fuerza toma leche mi amor, que rico culo mi amor como me gusta asíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

Ya no me aguantaban las piernas, ya me temblaban, lo hace muy rápido se sale y saca el condón y toda su leche termina sobre mis nalgas y mi espalda, lejos de molestarme me gusto sentir las gotas calientes que salían se corrió como cuatro chorros bien cargados, luego se deja caer sobre mí, me aplasta y me besa en la nuca me dice estuviste genial mi amor, por la cantidad de leche riéndome le digo: hace cuanto que no exprimen, ambos nos reímos, empieza a limpiarme, mientras soba mi culito, ay tonto me has mordido fuerte, se habían puesto morados las mordidas, me dice es un recuerdo de tu cachero, deberás mi amor tienes un culito que es para hacerle un monumento, me hubiera gustado darte por allí…

Me carga y me lleva al sofá y nos recostamos, allí tomamos unos sorbos de vino, hay que terminarlo me dice, entre caricias, besos terminamos el vino, mientras le pregunto es lejos para llevar los materiales, es una comunidad esta casi a una hora con el 4×4 y caminaremos como 20 a 30 minutos, sabes amor quiero estar sólo contigo no quiero llevar a los de almacén, estas loco como voy a ir con la blusa rota, y en tacos hasta allí, a los de almacén les diré que vayan cargando y tú puedes ir con taxi cambiarte a tu casa, no quiero ir a mi casa, puede estar mi marido, no quiero encontrarme, entonces mientras van cargando vamos a comprar algo de cambio para ti. Está bien le dije.

Lo que nunca me sentía liberada sin prejuicios al haber estado recostada desnuda y haber cachado con otro hombre, me sentía aliviada y en eso paso por mi mente mi marido, aunque con un poco de culpa, pero ya lo había hecho y sí que lo disfrute, me pregunta en que piensas, en nada le digo le beso y me voy al baño así desnuda y el se queda mirándome y volteo, me sonrió y le bailo como un striptease y bajando mi culito de cuclillas lo muevo lo mas sensual posible, y se ríe…………. Me dice que putita eres, y me entro a los servicios.

Ya en los servicios un poquitito mareada por la botella de vino que terminamos, me pongo a pensar en todo lo sucedido, me siento muy apenada que haya decidido pagar con la misma moneda, pero fue lo que mi impulso y la desilusión de ser engañada me empujaron a hacerlo. Me ardía mi culito y veo en el espejo las marcas de las mordidas, sí que estaban bastante moraditas…

Al salir él ya había apagado su celular y su laptop, y tenia en la mano el paquete chico que faltaba por abrir, riéndose me dice creo que es oportuno este regalo, por que te va a ser falta, tenia en su mano mi hilo roto, se sigue riendo que descarada eres que pierdes el hilito, de un tirón le quito trae aquí mira lo que has hecho ahora que me pongo, abre tu regalo me dice, lo abro y me doy con la sorpresa que era un hermoso conjunto de lencería: hilo y sostén transparentes de color negro, me quede muy impactada por lo bonito que se veían, me gusto mucho mas que la laptop jajajajaja mentira ambos regalos fueron muy agradables.

Entre tanto yo me ponía el conjunto recién regalado, el me miraba como me vestía, mientras estaba en los servicios el ya se había vestido por completo, así no vale le digo yo también quería ver como te vistes, jajajaja se ríe, empiezo a ponerme el conjunto de lencería, como me veía trataba de matarlo de excitación entre bailes sensuales empiezo a vestirme, me dice: vas a ver mi amor aprovéchate en matarme de las ganas, que sino estuviéramos apurados ya te estaría cachando de nuevo, jajajaa me río pues sigue sufriendo jajajaj, sigo con mi blusa sin botones se veía todo el sostén, después me pongo la mini y finalmente mis tacos, ya estaba bien vestida, pero que hacer para que no se me viera las tetas, pues el sugiere que lo engrampáramos y así lo hicimos, ya abotone el saco y pues en algo se alivio, reitero como nunca me sentía liberada sin prejuicios al haber estado recostada desnuda, haber cachado con otro hombre y encima que me esté viéndome vestir, se para y me agarra y me empieza a besar y me mete su lengua y yo le correspondo, ya mi amor voy a decirles que carguen y regreso para ir a comprar…

Espero que les guste este relato, no es copia, mucho menos invención, sucedió realmente. Sé que es bastante extenso, pero ameritaba dar los detalles puesto que es el primer relato y no quería dejar de lado los acontecimientos completos, ya los próximos los tratare de resumir, pero han de saber que me cuesta mucho resumir las cosas, siempre me gusta contar todo a puro detalles jajaja pido su comprensión.

Espero sus comentarios al correo, y muy pronto escribiré la continuación de este relato, que ya serán en uno nuevo, les contare lo que sucedió al ir comprar, al llevar los materiales y como terminamos la noche o el amanecer jajaja ¿Quién sabe lo que sigue? jajajaja, ya es cosa de otros relatos… espero sus comentarios y me pidan las demás partes. BESOS A TODOS………… SU AMIGUITA “SANDRITA”, MACHOS PIÉNSENLO BIEN ANTES DE SERNOS INFIEL, QUE LES PAGAREMOS CON LA MISMA MONEDA, VERDAD CHICAS JAJAJAJA…

 

 


EL PERRO DE LUIS

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Me llamo Nora y tengo 67 años soy viuda de 7 y desde hace 6 tengo una hermosa historia de amor, con un hombre casado de mi misma edad que vive en Europa ,nos vemos una o dos veces al año dentro de las posibilidades que tiene el de viajar,  lo tengo para mi todo un mes, máximo 45 días . el resto del tiempo nos mantenemos en contacto telefónicamente, para hacerme disfrutar por medio de la masturbación . Este invierno estaba con el al teléfono cuando sonó el timbre , me asome por la ventana y vi que era mi vecino de casa me despido de el y voy a ver de que se trataba  …. era Luis que me pedía si podía hacerle un gran favor, tener a su perro de raza gran danes en el parque de mi casa, porque se iba de vacaciones por unos días le respondí que no tendría problemas ,pero cuando me hizo notar que serian 20 días no tuve el coraje de decirle que no ya que yo lo conocía y era muy bueno y juguetón ,, después de mil recomendaciones de su parte lo deje libre en el parque jugando con una pelota ,y me dirijo a bañarme para ir a dormir por la noche,después de bañarme y perfumarme con un desodorante intimo , salgo del baño cubierta con una toalla y noto  de haber dejado la puerta de la habitación abierta y Roky que así se llama acostado con todo su gran cuerpo sobre la cama., en mi intento por llevarlo al parque se me cae la toalla que me cubría y comenzó a pasarme su enorme lengua rugosa y húmeda por todo el cuerpo deteniendo ce con insistencia en mi vagina perfumada ,en ese momento pensé que era mi amante ,,haciéndome gozar y me deje llevar por la fantasiosa situación  y el deseo de tener un orgasmo el que fue hermoso y intenso siendo que no me resiste y al contrario me brinde abriéndome, totalmente de piernas para facilitar su trabajo,,Roky se  recuesta a mi lado y lo acaricie como para premiarlo de lo que había hecho                 Después de una hora en la que me quede dormida  lo lleve al parque y me bañe yéndome a dormir asta la mañana  siguiente que me dirijo al trabajo ,,al medio día mis hijas que almuerzan conmigo preguntan porque el perro de Luis era en casa les explico y están de acuerdo en que se quede al menos para tener una compañía , siendo las dos casadas y en sus casas  no tenían ningún problema ,,después de que se fueron a sus trabajos me dedique por la tarde a interiorizarme en Internet que cosa era la zoofilia y si a otras personas les avía sucedido algo igual ,,sorprendida de todo el material que encontré en la red decidí de que también yo  podía ser penetrada como lo hacían otras mujeres  ,, note que les ponían protecciones en las patas delanteras para no ser lastimadas ,del fuerte abrazo que parecía realizar cuando penetraba a una mujer , mire varias películas y llegada la noche lo lleve a la habitación y lo prepare con las protecciones en las patas con una media de lana i una cinta adhesiva ,me bañe y salí a mi gran aventura de cumplir una fantasía jamas pensada ,,comencé a jugar con el como avía visto en las películas pero el no despertaba ningún interés por penetrarme pero si por pasar su lengua por mi vagina lo deje pero no conforme ya que en mi mente estaba el deseo de ser penetrada en tanto el chupaba intensamente mi cliptori   yo comencé a masturbar lo y ver las grandes dimensiones de ese pene y de esa bola que tenia en la parte trasera del pene mis deseos de ser penetrada aumentaron considerablemente , me arrodille en el piso y me deje caer en la cama para tratar  de que el se suba sobre de mi cuando lo logre el trataba de entrar con su pene en mi vagina golpeando con fuerza y sin lograrlo decidí guiarlo tomándolo con la mano y haciéndolo entrar en todo su tamaño dentro  de mi pienso que en cuestión de segundos comen so a eyacular un liquido caliente y constante se dejo caer a un costado y continuaba a segregar esperma el que deposite sobre mi mano y lo desparrame por mi cuerpo y mi vagina aprovechando todavía de la media sensación de haber estada penetrada por Roky  y no llegar al orgasmo deseado comencé a masturbarme asta llegar al orgasmo ambos nos dormimos ,,por la mañana  lo lleve al parque y después de bañarme me fui al trabajo pensando que cosa había echo mal ya que no conseguí que me penetrara intensamente como se veía en las películas ,decidí que a la noche probaría otra vez pero usando una técnica diferente ,,,repito todo otra vez poniendo las protecciones  pero esta vez me deje caer enseguida en la cama y trate de subirlo encima mio cosa que funciono porque en forma inmediata  comenzó a querer penetrarme pero su pene era en punta y muy pequeño pero duro y me golpeaba en diferentes puntos sin lograr entrar ,,repetí la operación de guiarle el pene en mi vagina y en cuestión de segundos empujo con fuerza y empezó a tomar un gran tamaño cuando sentí que realmente esa gran bola estaba dentro mio y que entraba y salia sin salir de mi cuerpo golpeando al interior y al exterior de mi vagina sin salir de dentro mio había crecido después de entrar, produciendo un dolor i a su vez un placer que no se  podría describir de otra forma que viviendo el momento ,,esa noche si realmente supe como era que gozaban tanto las que ponían sus películas en Internet  ,,después de que se retiro sacando con dificultad y muy despacio esa bola seguía eyaculando ese liquido prácticamente incoloro el que deje caer en mi mano en tanto continuaba a masturbar lo me lo pase por la boca sintiendo un sabor salado  no desagradable  después de que su pene entro en su vaina otra vez me bañe y caí rendida a la cama para ser despertada otra vez por su lengua que buscaba otra vez mi vagina esa noche lo repetimos  dos veces  teniendo la segunda vez un multi orgasmo y reteniendo lo con mis brazos hacia atrás para evitar que salga de mi interior y continuar a gozar como no lo había echo jamas ningún hombre el continuo moviendo ce constantemente y eyaculando litros de esperma donde parecía que me estaba orinando dentro cuando después de unos minutos no puedo decir cuantos su pene tomo las medidas normales lo deje salir poniéndome en pie entre mis piernas se desliaba su esperma mezclado con mi flujo que me hizo sentir enormemente feliz y  satisfecha de esa relación animalesca la cual no había jamas pensado  .                                            Transcurrimos la noche en la cama y por la mañana lo lleve al parque ,,esperando que pasara el día para tener una noche feliz ,,cerca de las 1800 suena el te y era el, mi hombre mi amor, mi vida y todos los hermosos calificativos que se le pueden dar a una persona que me hizo sentir otra vez mujer ,después de la muerte de mi esposo siempre mantuvimos una relación sincera y sin mentiras nos contábamos todo desde las relaciones que el mantenía con su esposa a las veces que yo me daba placer masturbándome y disfrutando del sexo con un consolador ,con el al teléfono o en la soledad de la noche cuando tenia necesidad de  su presencia nunca nos mentimos  y no me pareció no contarle lo que sucedió .,                            Comencé diciéndole como fue tu día y que hiciste ? el responde que se acostó con su esposa y que mantuvo relaciones pensando en mi que por un momento se le escapaba mi nombre pero supo contenerse ,,,y a vos como te fue ? le respondí rápidamente y sin pensar el perro de Luis me cojio varias veces ,,el riendo fuertemente responde  me estas hablando enserio que locura hiciste, me debute un momento y le pedí que me escuchara con atención y sin interrumpirme  cosa que hacemos y mantenemos un respeto mutuo y reciproco entre los dos no hablando solo escuchando uno al otro  después de 30 minutos de contarle mi aventura sin ser interrumpida se despidió haciendo me notar su desaprobación por lo ocurrido  esa noche Roky durmió afuera y yo llore toda la noche , pensando si no se lo decía que pasaba ,si se lo dije fue porque lo amo como nunca ame a nadie ,,porque nunca hubo mentiras entre nosotros y porque no estaba para nada arrepentida de lo que viví ,,,pensé que el comprendería mi situación y si me amaba como decía comprendería y aprobaría  mi actitud ,pasaron tres días en los cuales llore y Roky quería entrar y me saltaba cuando salia al parque a extender la ropa o hacer algo hasta que a las 1800 ,que era su horario para llamar respondó  y en lugar de un como estas sentí un no me interrumpas déjame hablar después de 15 minutos un, perdóname y que te parece si cuando llego lo hacemos en tres grite  de alegría y de placer sabiendo que esa noche Roky estaría conmigo otra vez y con su consentimiento,que no me hizo sentir culpable y que me quedaban pocos días para continuar a disfrutar del placer que me brindaba,placer que trataba de procurarme la mayor cantidad de veces posibles ,últimamente no le ponía ni las protecciones asta el dolor de sus patas me brindaba placer llego el día de la despedida en que no lo deje ni un minuto, cuando para despedirme de esas relaciones que no sabia cuando se repetirían ,decidí hacerme penetrar anal mente y meter ese pene en mi boca ya que vi que otras lo hacían  me lubrifique el ano con una crema hidratante no teniendo vaselina i me coloque una bomba cha que impidiera que me penetrara vaginal mente y guié su pene en mi orificio anal ante el dolor de los golpes y tendiéndoselo con la mano comenzó a tomar su gran tamaño y haciendo crecer su bola la que no pudo entrar en mi ano pero si todo su enorme pene conociendo otro placer diferente ,,i después sin pensarlo me lo metí en la boca y me la empezó  a llenar de esperma  otro nuevo placer que no sabia cuando se repetiría  por la mañana llega Luis,con la propuesta de pagarme por el favor a lo que me negué absolutamente ,sin el saber que fue el mejor favor que hice en mi vida  .Después de unos meses Roky se cruzo con una perra gran danes y le pedi a Luis si me vendía un macho  y me dijo que no ,que me lo regalaría  por el favor que le hice , pasaron unos meses y Luis junto con Roky i sus cachorros tuvieron que mudarse a una casa mas grande y con parque en tanto yo veo crecer a Tofi  y espero diciembre para ver al amor de mi vida y compartir la presencia de Tofi entre nosotros se que hasta que no tenga su desarrollo sexual, que el veterinario me dijo que pasaría al menos un año no podrá ocupar el lugar de su padre ,pero por tanto placer vale la pena esperar …

Un viaje por Barcelona con mi mujer….

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Estábamos de viaje en Barcelona. Durante un año de nuestras vidas, yo estuve estudiando en esta hermosa ciudad, por lo cual la conocemos bastante bien. En esa ocasión nos estábamos hospedando en el hotel plaza, en la plaza españa, junto al mall Las Arenas.

Fue en ese lugar, en donde nos juntaríamos a comer con mi amigo Karlo.  Con Karlo habíamos conversado algunas veces antes y el sabia perfectamente mis gustos y yo lo s de el. Yo me encontraba ansioso por todo lo que habíamos hablado antes, pero una cosa es desear y otra es vivir lo. Además habíamos acordado que una ves en sus manos, yo me entregaría a usted sin negarme a nada, con la única condición que mi mujer tenia que estar de acuerdo en todo, ya que ella es mi Ama. Ahora había que someter a mi mujer Isabel, quien como bien sabe es bastante recatada para el sexo y nunca a tenido algún trió o algo a si. Por lo que convencerla para que esta noche sucediera realmente a algo, para mi era algo imposible e impensado en ese momento, por lo cual mi ansiedad y adrenalina fluían por mi sangre rápidamente.

Una vez que nos saludamos de rigor, nos sentamos en una mesa para cuatro, pero nosotros eramos 3, por lo cual mi mujer había quedado sentada entre nosotros dos, pero mas cerca mio, ya que algo intuía ella o algo, ya que se coloco bien pegada a mi. A medida que avanzaba la comida, Isabel se fue relajando, dado la simpatía de Karlo también, pero cada cierto tiempo, bajo la mesa ella tocaba o rozaba mi pene constantemente, el cual se encontraba en su aparato de castidad (En ese minuto mi mujer, me tenia así desde hace 3 semanas). Se fue sintiendo como en casa quien diría. A medida que comíamos, fuimos tomando bastante. Mi mujer nunca a resistido bien el alcohol, por lo cual ella rápidamente se encontró en un estado de “alegría”. Astuta mente el señor Karlo, comenzó a hablar de sexo, justo en el minuto en que las inhibiciones de ella estaban en su punto mas bajo. El dialogo fue mas o menos así.

SK: Necesito saber que es esa llavecita que tienes colgada en tu muñeca Preciosa? (Mi mujer lleva siempre la llave de mi aparato de castidad en su muñeca, de manera de mantenerme atento)
I: Pues gracias (dijo sonriendo y sintiéndose ruborizada por lo de “Preciosa”). Esta es la llave que mantiene nuestra relación.

Mientras tanto yo me encontraba rojo de vergüenza ya que sabia lo que se venia, pero a la vez completamente excitado con la idea que alguien mas se entere de lo que llevo puesto, aunque el señor Karlo ya lo sabia, yo le había contado antes.

SK: Como es eso? haber explícame guapa?

I: Pues es un secreto entre nosotros. No se si debería contarte. Dijo, mientras me miraba picaramente y sonriendo. Yo le devolví la sonrisa en señal de aprobación.

SK: Pero como es eso? Ya cuénteme, no quiero quedar con la duda ahora, dijo riéndose…

I: Se acerco a su oído y le dijo…..”Esta llave abre el cinturón de castidad que lleva mi esposo puesto cuando yo se lo ordeno”…….

SK: Jjajajaja mirándome dijo……Mira Pablo, no conocía esa faceta tuya……y mirando a mi esposa, seriamente, le dijiste….Seguro que lo haces muy cornudo y muy seguidamente….

Mientras tanto yo, no sabia que decir, me encontraba en estado de shock, al ver que mi mujer tenia esta conversación con un “desconocido”, contándole nuestros mas íntimos secretos…Yo estaba con la cabeza baja, rojo de vergüenza, pero a la vez muy excitado. Una sensación tan contrapuesta de sensaciones, que es muy difícil de explicar.

I: Jjajjajaa dijo mirándome, nunca lo he hecho, pero ganas no me faltan jajajaa (debo decir que nunca me había dicho esto a mi, a pesar de algunas insinuaciones que yo le hice alguna vez, pero supongo como lo esta pasando bien se esta dejando llevar por el momento)

I: Solo lo ocupo para controlarlo, de manera que el no se pueda masturbar y esta mas atento a mi y a mis necesidades……..En todo caso esto fue idea de el…..El me pidió que lo encerrara con eso…..jajajaja…..Yo al principio no quería, pero de apoco he ido entendiendo lo bueno que es tener a tu esposo “encerrado”….jajajajaja….Cierto que si mi amor? (mientras me levantaba mi cara y me daba un beso en los labios)

YO: (sin saber como tenia que responder en ese momento, si como lo hacemos en privado o de manera normal ya que no estábamos solos dije)…… “si amor, es cierto, fue mi idea”…

SK: Bueno Pablo, pero no te avergüences mucho. Yo se guardar los secretos….aunque me sorprende que seas un sumiso entregado, como me has contado……(justo en ese momento le puso una mano sobre el muslo a mi mujer, quien lejos de espantarse, no reclamo)

Justo en ese momento llego el mozo con la ultima ronda de cubatas que habíamos pedido.

SK: Y que otra cosas hacen en privado ustedes? Porque me puedo imaginar muchas mas cosas mas jajajjajaa (mientras seguía sobando el muslo de mi mujer, quien en ese minuto le tomo su mano y acompañaba sus movimientos. Esto ocurría bajo la mesa, por lo cual yo no me enteraba de nada, me contó mi mujer después)

I: Jjajajajaa no podría contártela ahora……estamos en un lugar publico….jajjajaa

SK:  Pero dímelo al oído….

Ella se acerco lo suficiente a su cara, lentamente de manera seductora, como si lo fuera a besar…..y le dijo…..A el le encanta el sexo oral….

SK: Jjajajaja pero mujer eso es normal, a todos los hombre nos gustan que nos hagan sexo oral.

I: No, a el le gusta mas hacerme sexo oral. Por el me haría a todas horas…..Te apuesto que si estuviéramos solos, el no tendría problema de estar entre mis piernas mientras converso contigo….

SK: jajajajja que sumiso….eso me gustaría verlo jajajjajaa

El señor Karlo se para para ir al baño. Minuto en quedamos solos con mi mujer. Le tome la mano la mire fijamente……Y solamente le dije “Te amo”…..En ese segundo ella comprendio que le lo que fuera a pasar, tenia mi autorización. Y ella me respondió, yo tambien te amo amor lo sabes. Y lo que suceda, solo tienes que portarte bien, como lo haces cuando estas conmigo. Se mi sumiso como siempre. Eso es lo unico que te pido, lo cual acepte y le bese la boca un buen tiempo.

Luego volvió el señor Karlo y dijo, les parece si nos vamos y estiro su mano para que mi mujer le tomara la suya. La cuenta la acabo de pagar. Estamos listo. Propuso que fuéramos a un bar que no estaba lejos de ahí. Y salimos caminando, pero el señor Karlo y mi mujer tomados de la mano. Cada vez estaban mas cerca. Primero fue la mano y luego tomados de la cadera…. En ese minuto me pregunte si valía la pena experimentar todo esto. Sentía ese calor en el estomago. No se si eran celos o que, pero me estaba dando un poco de susto…..

Mientras caminábamos, venia como la mano del señor Karlo, bajaba para sobar el culo de mi mujer. Ese culo hermoso que tiene, que tantas veces he tocado, besado, penetrado, etc….ahora estaba siendo tocado por otra hombre. Mi cabeza era un torbellino, pero en vez de molestarme me estaba gustando…..

Mi mujer tomaba su mano y se la quitaba de su culo. Lo hizo un par de veces, hasta que se detuvo, medio en broma y medio en serio, “ya pues, acá no!”, pero usted la miro y la beso directamente, sin decirle nada a nadie. Yo quede atónito, estaba a tan solo un metro de un hombre que besaba a mi mujer y le metía su lengua en la garganta. Ella se dejo hacer. No dijo nada, respondió el beso como se que el señor Karlo esperaba. Cuando la termino de besar le dijo….”Hoy mando yo, tu no mandas. Me entendiste?!!” Y le volvió a meter la lengua en su boca, sin darle tiempo a que respondiera, mientras que la otra mano le agarraba el culo ya de forma descarada y la otra sobaba sus grandes tetas……

Cuando termino de besarla, ella le dijo….”Si Karlo, haré lo que tu quieras”…….Yo casi me desmaye, nunca me imagine que mi mujer respondería de esa manera, tan sumisa…….

En eso el señor Karlo se da vuelta y dirigiéndose a mi, me dijo vamos a ir a su hotel que esta acá al lado ahora. Y seguimos caminando de la misma manera. Usted le agarraba el culo a mi mujer, mientras iban abrazado por la cadera y usted agarraba firmemente el culo de mi mujer.

Una vez dentro del hotel, nos encontramos en el pasillo afuera de la pieza. Yo sacaba la tarjeta para abrir la habitación,. cuando mi mujer me dijo….

I: “amor, no quiero que veas esto, quiero que te quedes acá afuera y nos escuches si quieres”……….

Yo: Pero amor, no puedo quedarme toda la noche acá afuera…..

SK: No, tu estarás dentro, a si podrás servirnos mientras me follo a tu mujer….Me excita la idea que veas como te pongo los cuernos jajajaa….

Yo ya no podía mas con la humillación, pero ahí estábamos y había que disfrutar el momento. Solo tenia una cosa en mi mente. Servir a mi mujer, ella es mi Ama y la amo demasiado.

Una vez que hubiéramos entrados los tres (la habitación era bastante grande. Estaba la cama, pero había una parte con unos sillones en onde poder relajarse) el señor Karlo se sienta en el sillón, mientras mi mujer se pone cómoda y se sienta junto a el. Muy junto a el…..Yo no sabia que hacer……Estaba parado ahí a medio sin saber que hacer o como comportarme. En eso:

SK: Quiero ver ese aparato de castidad tuyo, por lo cual quiero que te desnudes completamente. Mientras abrazaba a mi mujer…..

I: Ya amor, escuchaste, desvistete que Karlo quiere verte desnudo completamente y rápido…..

Yo: Si amor dije, rápidamente mientras me comenzaba a desnudar…..

Una ves que estuve completamente desnudo, me pare al frente de ellos, pero mi mujer me ordeno que me arrodillara, por lo cual quede poca distancia de ellos. En eso mi mujer empezó a jugar con mi pene en el aparato. Mis testículos ya estaban azules despues de tanto tiempo sin eyacular y todo lo que había sentido durante esa noche, mi penen solo soltaba mucho liquido pre-seminal….Por lo cual dijo….

SK: Mira si se moja igual que una mujer jajajjaja….. Aparte de cornudo, eres sumiso y te comportas como una mariquita……

Yo estaba muerto de vergüenza, pero ya empezando a disfrutar de esta dulce humillación….

YO: Si soy una mariquita, pero la mariquita de mi esposa….

I: Para mi no eres ninguna mariquita y tu lo sabes bien……(dijo mirándome a los ojos)

SK: Si yo digo que es una mariquita, es una MARIQUITA!!….Dijo mientras tomaba del brazo de mi esposa y la miraba fijamente, a lo cual ella respondió bajando la mirada….

I: Si Karlo, mi esposo es una mariquitita………

SK: A si es…..y como es una mariquita, hoy le llamaremos mariquita Carol……Esta entendido??

I: Si Karlo….

Yo: Si señor……

SK: Ahora Carol, quiero que te quedes quieta mientras observas como te hago cornudo por primera ves. Voy a follarme a tu esposa completamente. La haré gemir como una puta…y luego me lo agradecerás por eso…..

Luego de esto, comienzan a besarse como mi mujer. Seguían sentados en el sillón de la pieza, mientras yo arrodillado a unos 5 metros, observaba detenidamente toda la escena, mientras mi penen estaba a punto de romper su encierro…..

Veo como comienza lentamente a sacarle la ropa. Comienza por su blusa, luego las medias y luego la falda. Ella ya se estaba en sostenes y bragas, Hermosa como siempre, pero deseosa de verga….de otra verga….una distinta a su marido…..Se nota que ella quería vivir esta experiencia, a pesar de nunca haberme insinuado nada, a pesar de todas las oportunidades que yo le di……

El señor Karlo la besaba por todas partes, ella respondía de igual forma todas sus caricias. En eso, le quita el sostenla y saltan al aire esa hermosas y grandes tetas que mi mujer tienes.

Son maravillosa. Usted la besa y muerde sus pezones como si la vida se le fuera en ello. Mi mujer estaba muy muy excitada, por lo cual con los mordiscos suaves en los pezones, logra que ella acabe por primera vez. (siempre le ha gustado que le besen las tetas, en amas de una ocasión yo he logrado que se corra solo con eso) Fue un grito fuerte y agudo, y luego se tenso su cuerpo como hace siempre…..

Le da un minuto para que se recuperarse, pero lentamente sigue besándola, hasta llegar a sus bragas, las cuales saca completamente. En ese momento ella queda completamente desnuda. Es decir yo completamente desnudo y mi mujer también, pero usted estaba completamente vestido. Era una situación increíble….

En eso sigue besándola y comienza a bajar hasta llegar a su hermoso coño. Comienza a hacerle sexo oral, pero luego de unos segundos ella se rehúsa, (a mi me deja hacerlo, pero también por muy poco tiempo. Siempre quedo con gusto a poco) pero usted no se deja amedrentar, sube hasta su cara y la mira fijamente y le dice…..

SK: “calla putita, que hoy harás lo que YO diga!! Esta claro??”

I: Yo no soy la puta de nadie!!, Replico mi mujer……

SK: Estamos acá, en esto porque tu quisiste, ahora no te me vengas a poner chucara….Y mientras decía esto, la fue penetrando suavemente con un dedo……

I: mmmmmmm…..bueno seré su puta……..mientras bajaba la cabeza y comenzaba nuevamente a sentir placer….

SK: Si lo eres y lo seras. Seras mi puta personal. Te llamare putita Isabel…..mientras continuaba la penetracion, pero ahora con dos dedos…….Como te llamas? Le pregunto a mi mujer….

PI (putita Isabel): mmmmm……Mi nombre es putita Isabel…..dijo completamente entregada ya….

Sk: Eso es, a si me gusta….. Me miro a mi a lo ojos y me pregunto….Como se llama esta mujer que a la cual estoy follando con los dedos y es tu mujer?

SC: Mi mujer, se llama putita Isabel señor”….dije mirando a los ojos a mi mujer, quien me devolvía la mirada con señal de aprobación…..

SK: jajajaja a si me gusta…..un cornudo entregado y mirando como convierto a su mujer en mi puta jajajjaaja

En eso vuelve a bajar y le comienza realizar un delicioso sexo oral nuevamente.

Esta ves mi mujer no reclama y ni se queja, se deja hacer. Y prontamente veo como mi mujer vuelve a correrse y tiene su segundo orgasmo de la noche……

Yo seguía mirando esto y no lo podía creer. El señor Karlo recién conoce a mi mujer y ya le a provocado 2 orgasmos seguidos a mi Mujer. Haciendo memoria, solo una vez, de todas las veces que me hemos follado, en que logre sacarle dos orgasmos en un rato, pero el lo había logrado en la primera noche….Y estoy recién comenzaba…..

Mientras mi mujer se reponía de su segundo orgasmo, me ordena que le sirva unas cubatas, para lo cual tuve que pasearme desnudo por la pieza, frente a ellos, Mientras mi mujer, yace desnuda, acostada sobre el sillón, con las piernas abiertas, mientras se recuperaba de su orgamo. Una vez que se recupero, empezó lentamente a besar al señor Karlo, y le iba sacando poco a poco toda la ropa. Lo hizo de manera muy sexy (En ese momento sentí muchos celos, ya que eso nunca me lo había hecho a mi). Cuando lo tiene completamente desnudo, mi mujer que se encontraba arrodillada frente a usted, comienza abajar su short, en donde por primera vez se enfrenta una polla que no fuera la mía….Su cara de expresión lo dijo todo. Claramente era una bastante mas grande que la mía…..(aunque yo seguía con el aparato puesto, por lo cual me encontraba casi en mi “mínima expresión” en ese momento)….

Usted al notar la cara de su puta Isabel,  se ríe y dice….

Sk: Tranquila se que es grande y mucho mas grande que tu marido, pero no te pasara nada, solo te dará placer……

PI: Pero es que es demasiado grande jajajaja Amor, mejor no te saco tu aparato para que no quede en verguenza jajjajaja

SC: Amor no me digas eso, que me hace sentir mal……

SK: No jodas!!! Te apuesto a que has deseado toda tu vida estar en este momento. Sabes que te excita mucho la idea y lo unico que quieres es llevarlo a realidad….

SC: (rojo de verguenza) Es verdad, lo he deseado gran parte de mi vida….Pero no quiero que le haga daño a mi mujer…..

SK: (mirando a mi mujer) Crees que mi pene te hara daño o te producira mucho placer?

PI: Seguramente me dara mucho placer, pero no deja de darme un poco de miedo…dijo riendse de manera nerviosa….

SK: Ya esta entonces…..empieza primero a lamerlo y luego iremos viendo….

En eso mi mujer comenzó a realizarse sexo oral al señor Karlo. A mi cuando lo hacia, lo hacia duramente muy poco rato, quedándome siempre con las ganas….. Pero en esta ocasión, parecía que lo disfrutaba demasiado…..Tenia una cara de visiosa mientras lo hacia, que me tenia atónito. Nunca la había visto así tan desenfrenada. Seguramente se estaba tomando enserio ese papel de “puta”, pensé…..

Una vez que usted le ordeno parar, le ordeno colocarse en cuatro sobre la cama……Me ordeno mi que le pasara un condón, lo cual hice rápidamente….

Se coloco el condón y se para detrás de mi mujer……y me dijo….

SK: Carol, ven acá. Quiero que tomes mi pene y lo coloques en la entrada del coño de mi puta…..

SC: Si señor, respondi….Mientras completamente rojo de vergüenza, tome el pene del señor karlo con la mano izquierda y con la derecha, toque el coño de mi mujer para comprobar como se encontraba y este estaba completamente mojado y listo para una verga. Acerque el pene y lo puse justo a la entrada, se tocaban, pero nada mas…..

SK: Carol, quieres decirle algo a tu mujer?

SC: Amor, te quiero dar las gracias por esto que estas haciendo. Se que lo estas haciendo por mi y te quiero decir que te amo locamente . Dije esto mirándola a la ojos….Y luego la bese profundamente, introduciendo mi lengua dentro de su boca y sintiendo así el sabor salado del pene del Señor Karlo, el cual estaba dentro de la boca de mi mujer…..

PI: No tienes nada que agradecerme. Yo también te amo mucho. pero esto no lo hago por ti….Lo hago por mi….Y me beso ella a mi ahora…..sintiendo nuevamente el sabor del pene del Señor Karlo….

SK: Muy bien carol, que momento mas emotivo….Deseas decirme algo a mi?”…. A lo cual me acerque y me arrodille junto a el y le dije….

SC: Muchas gracias señor por hacerme un cornudo. Para mi es un honor serlo y sobre todo con usted…dije, mientras miraba ese pedazo de pene, a las puertas del coño de mi mujer…..

SK: De nada Karol…..Cumpliere tu deseo y te haré cornudo, pero ahora vete al lugar en que estabas antes.

Por lo cual fui y me arrodille a un costado de la cama, a unos tres metros de ellos.

En eso comenzó a penetrarla, lentamente para que no le doliera tanto. Poco a poco fui viendo como ese pedazo de carne ingresaba dentro del coño de mi mujer. Al principio pensé que seria imposible que entrara toda, pero luego de un par de intentos, ya esta ahí….mi dulce mujer, desnuda, en posición de perro, siendo penetrada por otro hombre, mientras yo lo permito y lo acepto completamente. En ese segundo nuevamente casi me desmaye, la cabeza me daba vueltas y vueltas. Hace unos meses ni se me cruzaba por la mente que esto pasara de verdad. Ver como tu mujer es follada por otro hombre, es algo increíble, sentimientos contradictorios….Pero extrañamente también me sentía feliz. Ver como gemía mi mujer de esa manera, el saber que estaba teniendo mucho placer, me alegraba demasiado…..Por otro lado mi pene ya empezaba a doler, era demasiado la excitación que tenia al ver esa escena…..

No habrían pasado ni 5 minutos, cuando mi mujer tuvo un nuevo orgasmo,el tercero de la noche. Debe haber sido por lo excitadisima que esta de la situación o bien por el pene del señor karlo. Lo importante es que ella ya se había corrido 3 veces…….El señor Karlo, quien aun no se había corrido, seguía con su penen dentro de ella, aun no lo sacaba.

SK: Pero que buena putita que eres Isabel…..Se nota que te gusta gemir como una jajajjaja

PI: Con vergüenza, “perdón señor, pero es que no pude evitarlo”……

SK: No te preocupes…..Es entendible…..Pero hoy quiero que todo Barcelona sepa lo puta que eres Isabel, por lo cual te lo voy a meter por el culo….Dijo, mientras le escupa su año y se lo sobaba con un dedo…..

Mi mujer se asusto e hizo el intento de salirse de moverse y salirse, pero usted la afirmo fuerte y le dijo…..

SK: Tranquilo preciosa, que te gustara…….

PI: Pero es que sexo anal he tenido pocas veces…..

Sk: Cuantas veces?

PI: Solamente he tenido 3 veces con Pablo en el pasado. Solo en dos ocasiones me excite bien y fue rico pero……

SK: Pero que entonces? Si te ha gustado antes seguramente te gustara ahora…..Lo hiciste con este cornudo?

PI: Si fue con este cornudo….Dijo mirándome a los ojos.. Era la primera vez que me llamaba así y sentí un retorcijón en el estomago….

PI: Y la verdad es que el pene de el es bastante mas pequeño que el tuyo jajajjaja aunque aun me tiene ensartada completamente con el tuyo y se siente bien….

SK: Ya quiero ver realmente el tamaño del pene de Carol……Quiero que lo liberes pero antes….Carol, dentro de mi bolso hay unas esposas, tráelas…..mientras seguía afirmando a mi mujer para que no se le escapara ni un centímetro….

Fui tome las esposas y me dijo que las pusiera pero con mis manos por detrás. Lo cual hice…..

SK: Muy bien Carol….Putita sácale el aparato…..

PI: Si señor, con las manos esposadas no podrá tocarse….Me gusta la idea…..dijo mientras se reia…

Me acerque y ella me libero del aparato, produciendo en mi una erección en su maxima expresión. Llevaba ya 3 semanas utilizándolo todo los días y aunque una ves al día lo sacamos con mi esposa,en donde yo lo limpio, ella me excita un poco y luego lo vuelve a encerrar. Y a si habían sido durante tres semanas. En una ocasión tuvimos sexo, pero no me dejo acabar. Solo acabo ella y luego volvió a colocarlo. El nivel de excitación era realmente increíble.

SK: Jjajajaja Ahora entiendo porque estas asustada, el pene de Carol es bastante mas pequeño que el mio…..jajaajjaa

PI: Ahora entiende porque tengo susto?

SK: Mira esto lo he echo muchas veces y se que te gustara, solo tienes que relajarte…..

PI: Esta bien lo intentare, pero si me duele lo  tienes que sacar….

SK: Ya veremos, pero te prometo que no te dolerá….Que te parece Karol?

SC: Pues la verdad a mi me daría mucho susto…..Pero lo que mi mujer quiera…..

SK: Pásame el bote de vaselina de mi bolso.

SC: Acá esta señor.

En ese momento se retiro y saco su pene del coño de mi mujer, el cual observe y estaba abierto y llenos de sus jugos, fue increible…..

SK: Quiero que chupes el coño y el ano de tu mujer mientras me voy preparando.

PI: No, no me gusta que haga eso….

SK. Calla Puta….acá tu no mandas!!…Dijo mientras le daba un fuerte nalgada en el culo a mi mujer. Yo se cuanto le desagrada eso….

PI: Si señor….Dijo resignada….

En eso yo comienzo a lamerla desde su clítoris hasta su ano. Yo estaba en la gloria, siempre había querido poder hacer esto con ella, pero nunca había querido. Solamente una vez, mientras eramos novios, me dejo lamerle su ano y yo se que ella disfruto, pero después cuando se dio cuenta que era lo que estaba haciendo, no me dejo continuar. Pero esta vez era distinto. No tenia escapatoria. Podía lamerla a a mi gusto y no me importaba que otro hombre la hubiera penetrado recién. La verdad es que expendía un olor a sexo, que me tenia loco…. Estuve un buen rato haciéndolo, hasta que el señor Karlo, se puso vaselina en su pene y en sus dedos y lentamente empezó a penetrarla con estos…..Antes de eso, me ordeno colocarme en mi posición, arrodillado, con mi penen erecto a mas no poder, pero mis manos seguían esposadas por detrás, por lo cual no tenia ni una posibilidad de tocarme, lo cual ya  aes tas alturas, era lo único que pensaba….

Primero fue un dedo, luego dos y luego tres, Ahí mi mujer, empezó a protestar que le molestaba, pero el señor Karlo no le hizo caso y solo le dijo….”tranquila puta, aguanta que te gustara….”…..Luego de un rato dilatándola, comenzó a penetrarla, primero lo hizo lentamente, y solo apoyo la cabeza y empujo y esta entro…..Fue increíble ver como este pene empezaba romperle el culo a mi mujer…..Aunque ya lo había hecho antes, verlo fue aun mas excitante…..

Luego de un rato, ya estaba todo su penen dentro. Mi mujer se quejaba y gemía al mismo tiempo. No sabia si le dolía o bien estaba gozando……

SK: Mira Carol, le estoy rompiendo el culo a tu mujer….Mi puta!!! Que te parece…dime que piensas en estos momentos….

Yo apenas pudiendo hablar, trague saliva y respondí…..

SC: La verdad, en este momento sueño con ser usted. Siento Envidia. Siento humillación por estar así, amarrado sin poder o sin querer hacer nada para evitarlo. No se si sentirme un poco hombre o un gran hombre a dejar disfrutar, como mi mujer “sufre” de tanto placer…..Por otro lado estoy impresionando con su polla y como fue entrando en el culo de mi mujer. No se si sentir alivio o envidia……

SK: Jamas, penetraras a tu mujer por el culo nuevamente. No sin mi permiso por lo menos…. Dilo!!

SC: Jamas penetrare por el culo a mi mujer, sin su permiso…..

Mientras el señor karlo, seguía dándole duro al culo de mi mujer. Seguro mañana no podrá sentarse, pero se veía que ella estaba gozando también…..

SK: Puta, repite lo tu también…..

PI: Jamas dejare que mi cornudo marido me penetre por el culo sin su permiso……

Cuando termino de decir esto, mi mujer tuvo su cuarto orgasmo de la noche. Yo no lo creía simplemente. En eso el señor karlo, también tiene un gran orgasmo dentro del culo de mi mujer. Sale dentro de ella y se saca el condón lleno de semen, y lo deja sobre la mesa…Mi cornudo, te lo dejo de recuerdo. Para que recuerdes tu primera postura de cuernos….

En eso el señor Karlo se sienta en la cama y ase abraza con mi mujer……

Sk: Estuviste estupenda puta…..Dime cuanto te gusto….

PI: (muerta de vergüenza) Debo reconocer que al principio no me gusto y me dolió, pero después empece a sentir puro placer y me fue de verdad increíble…..

SK: Seguro que si, ya era hora que alguien te lo hiciera bien. A ver si aprende tu cornudo maridito….de pene pequeño….mira como esta ahí….Arrodillado mirándonos y con su pene a punto de estallar…..

PI: Jjajajjajaa si, pero no te preocupes, porque le gusta….Lo tengo así desde hace 3 semanas….Todos los días se lo saco y lo excito un poco para que aprenda a manejar su frustración…..Creo que ya aprendido bastante…..jajjajaa

SK: Jjajajja es verdad….Nunca había visto a un marido tan cornudo y sumiso…..Cuéntame, de todas las cosas que tu marido te ha pedido que le hagas……Que cosas nunca le has hecho?

PI: Jjajajajaa quieres saber todos los detalles para humillarlo mas……Le dice mientras le da un beso dulce en los labios…..

PI: Pues hay dos cosas que nunca hacemos y el de vez en cuando me lo pide. Uno le gustaría tener un orgasmo dentro mio y luego hacerme sexo oral y dejarme limpia…..Eso nunca se lo he permitido, creo que es algo asqueroso y no me excita…… Lo segundo es penetrarlo analmente….

SK: En serio?? a si que salio bien mariquita este cornudito….Ya lo sabia yo….jaajajaja

PI: Una vez se lo hice, pero no me gusto. Eso de tener que mover las caderas, no me produjo ningun placer…..Aunque yo se que a el si…..cierto amor?

SC: Si amor, me produjiste mucho placer y me encantaría sentirlo nuevamente….(dije yo completamente humillado ya que esto nunca lo había conversado con nadie mas)

SK: jajajajjaja Se me ocurre una buena idea…..Ven le dijo…..

El señor Karlo se fueron de la mano junto a mi mujer y se metieron al baño y cerraron la puerta…..Estuvieron unos 10 a 15 minutos dentro….Según me contó mi mujer después, estuvieron hablando y luego se empezaron a besar y meter mano…..

Luego salieron y sin decir nada, y el empezó a follarla sobre la cama, pero esta vez el encima de ella……Lo que no note en ese minuto, es que el se la follo, pero sin condón….Estuvieron follando un rato en esa posición, hasta que mi mujer tuvo su quinto orgasmo de la noche….Yo no lo podía creer…..Justo el señor Karlo se corrió dentro de ella……..Se rieron, se besaron y luego ambos me miraron a mi con cara picara……

SK: Es tu turno cornudo……Ven para acá para sacarte las esposas…..

SC: Por fin libre…….

SK: Calla Carol……Tienes un minuto para follar a tu esposa……

SC: Pero señor……

SK: Empieza ahora ya!!

Por su cara, me apure y me puse sobre mi señora, al igual que hace unos minutos había estado el. Metí mi pene dentro de su vagina, la cual estaba llena de algo caliente……Ahi me di cuente que el Señor karlo se habia follado a mi mujer sin condón……..Al momento de penetrarla y estar completamente dentro de ella, sentí como mi penen flotaba dentro de ese coño, recién abierto por el semejante pedazo de carne del señor karlo…..Pero yo estaba tan excitado, que en solo unos 20 segundos también eyacule contundente mente dentro de ella…..Estoy seguro que eso le excito, porque mi mujer creo que tuvo un pequeño orgasmo……

SK: Jjajajaja ves, nos has durado nada Carol….Entiendes ahora porque tu mujer necesita un macho como yo?……

SC: Si señor, lo entiendo y le doy las gracias……Dije mientras me recuperaba del orgasmo mas intenso de mi vida.

SK: Ahora quiero que le hagas el mejor sexo oral a tu mujer. Quiero que la dejes completamente limpia, ni una gota de semen puede quedar fuera de tu boca….

Yo muerto de vergüenza, con la humillación al máximo, no me quedo otra que obedecer. Pero lo hice feliz, ademas porque siempre lo había querido hacer y en este momento, mi mujer ya no podía reparos para nada. Se dejaba hacer. Mientras yo estuve unos 10 minutos en eso, tuve que saborear mi semen y el semen del señor Karlo. Debo decir que no me desagrado, a pesar de que es algo que nunca me hubiera imaginado hacer. Se que a mi mujer también le gusto, ya que estuvo gimiendo todo el tiempo mientras lo hice…..

Mientras yo hacia todo eso, el Señor Karlo se vistió, y antes de salir, Nos dijo….Muy bien Chico!! Ha sido una gran experiencia……La próxima vez te toca a ti…..Mientras me daba una nalgada en mi culo…….Que habrá querido decir con eso?

Este relato es producto de mi imaginación. Si alguna mujer, con gustos similares, desea contactarme, mi correo es overtheball@gmail.com

Madre Desesperada 01

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Madre Desesperada.

Capítulo 1: Seduciendo a los amigos de mi hijo.

Comenzare diciéndoles que ni nombre es Norma, actualmente tengo 43 años, y desde hace 2 años soy la putita de mi hijo y sus amigos, jamás imagine que todo esto sucediera. Pero debido al abandono total en que mi esposo me ha tenido por años y años, me deje envolver por la situación que vivía a diario con los chicos. Llevándome a experimentar muchas cosas que nunca espere vivir, como el incesto, la zoofilia, sexo en grupo, masturbación grupal, intercambio de parejas y demás…

Soy médico veterinario, poseo mi propio negocio una pequeña clínica veterinaria en la que laboro junto a mi hermana y una chica que nos ayuda. Adrián es el nombre de mi hijo. Fabian y Alejandro, son como mis hijos adoptivos y los mejores amigos de Adrián. Pasan mucho tiempo en la clínica ayudándome o en casa con mi hijo.

La relación entre mi esposo y yo, es bastante sosa e insostenible en ocasiones, constantes peleas, mal sexo, infidelidades de él y demás actos me habían llevado a sentirme con un auto estima muy baja, descuidándome a mí misma, vestía con atuendos de una cincuentona olvidada, hasta que me armé de valor y decidí divorciarme, el proceso no fue nada fácil, para nadie, por lo que mi hijo y sus amigos me levantaban el ánimo con comentarios inocentes como: ¡qué guapa se ve hoy doc!, ¡ese vestido le queda muy bien!, ¡con ese peinado se ve más joven!, etc…

Todos esos comentarios me hacían sentir muy bien, ya que, durante años, para mi esposo, solo era la molestia que vivía con él en casa, quejándose de todo y por todo.

Unos meses después de haber superado apenas el proceso de mi divorcio, comencé a arreglarme de nuevo, mostrándome que aún era una mujer guapa y podía seducir al hombre que yo quisiera, dejé los atuendos de cincuentona, para volver a los vaqueros juveniles, ajustados, que mostraban que aun tenia las cosas en su lugar, las blusas, camisetas de tirantes, etc. Por si no lo había dicho, soy una mujer promedio, no una súper modelo de revista, mucho menos una estrella porno. Mido 1.75 de estatura, soy morena clara, cara ovalada, bonita, al menos eso creo, ojos cafés, nariz de bolita, boca pequeña, con labios delgados, cabellos castaño obscuro ondulado y largo hasta los hombros, complexión delgada, senos pequeños, cintura pequeña, cadera mediana, trasero pequeño, pero parado y piernas delgadas.

Con todo ese cambio, muchos clientes comenzaron a rondarme, pero había un problema, eran casados y no quería más problemas en mi vida, con lo que comencé a poner el ojo en los jovencitos que frecuentaban la clínica, pero ninguno me llenaba el ojo para los fines que yo tenía en mente.

Hasta que una tarde mientras los amigos de mi hijo estaban en la clínica, los escuche hablando sin que ellos se percataran de que lo hacía.

Alex: ¡wey! ¡no mames, no has visto cómo ha cambiado Norma, desde que se divorció del jetas!…
Fabian: ¡sí! La neta se ve cada día mejor… creo que se apuesto hacer ejercicio…
Alex: ¡no mames! Es la mama de Adrián… wey… pero la neta debo reconocer que si esta buena la doc…
Fabian: ¡pues será la mama del papa, pero de que esta buena, esta buena!

Si había buscado un chico que me diera lo que me faltaba, aquí tenia no solo uno, sino tres. La pregunta era como lograrlo, los chicos me veían como la madre de su mejor amigo, así que tenía que poner en practica toda artimaña aprendía en mis años de juventud.

La seducción comenzó como cualquier otra, mostrándoles mi trasero de forma sugerente, o mis bubis al inclinarme frente a ellos, notaba que me miraban con los ojos bien abiertos y después disimulaban que lo hacían. Poco a poco las poses sugerentes, pasaron a los roces de manos, un toque en la mejilla, un beso de despedida cachondo y demás…

Con 19 años, aquellos chicos eran pura adrenalina, morbo, virilidad y juventud. Las miradas que le daban a mi cuerpo, pensando que yo no me daba cuenta, los nervios que mostraban cuando me les acercaba, todo aquel jueguito me encantaba.

Una noche viernes mientras me encontraba cerrando la clínica, recibí un mensaje de Adrián, pidiéndome permiso para que él y sus amigos, se reunieran en la casa después del entrenamiento de futbol americano, para jugar un poco de PlayStation y tal vez pasaran la noche ahí. Mi respuesta fue si, pasados unos 45 minutos, los cuatro chicos llegaron a casa, la cual está ubicada justo arriba de la clínica, el sonido de sus zapatos de juego, me lo anunció.

¡hola chicos! ¿Cómo fue todo? – pregunte mientras servía un vaso con agua –
¡bien! ¡ma! Todo bien… ¡bien gracias doc! – respondieron –

No pude dejar pasar la oportunidad de míralos con el torso enfundado en pequeñas camisetas de lycra, las cuales se ajustaban muy bien a sus atléticos cuerpos, notando que Alex, era quien tenía menos masa muscular, pero no por eso un cuerpo hecho a mano. No sé si debido a los protectores que usan debajo de las denominadas fundas, sus paquetes se veían enormes, y lo apretado de las mismas marcaba perfectamente sus delineados traseros. Fue este juego quien los convirtió en amigos, desde los 8 años de edad. El remordimiento de ver a mi hijo con ojos de morbo, hizo que me sacudiera un poco los pensamientos pervertidos y retomara el papel de madre.

¿quieren algo de cenar? ¿pido una pizza? – pregunte –
¡si, gracias mama! ¡gracias doc! – dijeron todos –
¡oigan! Ni crean que los voy a dejar sentarse a así en mi sala… ¡vamos! ¡a bañarse todos! – exclame –

Como unos niños pequeños, los cuatro tomaron sus cosas de nuevo, tomando rumbo a la habitación de Adrián. Tomé el teléfono para ordenar la pizza, mientras que ellos se preparaban para ducharse, nunca tuve el deseo de mirar o espiar a mi hijo cuando se cambiaba de ropa, duchaba en la casa, pero esa noche no se trataba de él, más bien de sus amigos, pero haría un descubrimiento que tornaría las cosas aún más complicadas y morbosas.

La casa cuanta con un balcón que rodea la misma, por lo que Salí por el ventanal de mi habitación, dando la vuelta hasta llegar al ventanal de la habitación de Adrián, agazapada en medio de la obscuridad de la noche justo en la esquina del ventanal, me dispuse a mirar dentro de la habitación.

En un principio los chicos, estaban sentados en la cama, hablando y riendo, uno a uno comenzaron a levantarse de la cama, comenzando a quitarse las camisetas de lycra que cubrían sus torsos, admirar sus cuerpos desnudos, me hacía sentirme perversa y caliente, incluso a Adrián, mi hijo. Siendo el primero en entrar a la ducha dejando a sus amigos en la habitación, los minutos pasaban y los chicos seguían charlando con los torsos desnudos, hasta que Alex fue el primero en quitarse la fundas, dejándome un panorama más claro de su paquete, solo cubierto por un suspensorio deportivo, unos segundos bastaron para que lo que había dentro se mostrara ante mis ojos.

Alex es un chico de 1.80 aproximadamente de estatura, piel morena clara, cara redonda con facciones bonitas, ojos cafés, cuerpo delgado extremadamente atlético, siendo le menos musculoso de todos, pero no por ello el menos atractivo, trasero paradito y un paquete bastante bueno, cubierto de vello del color de su cabello.

El segundo en quedar desnudo, fue Fabian, siendo el más alto de todos, con 1.90 de estatura, piel morena muy obscura, de ahí su mote del negro, cara redonda, ojos cafés, sus músculos son grandes, más bien todo en él es grande, sus nalgas parecen melones partidos a la mitad, y por dios, un enorme pene negro con la cabeza casi morada, junto a dos enormes testículos colgantes llenos de vellos púbico.

La mayor sorpresa, fue cuando mi hijo Adrián, salió completamente desnudo del cuarto de baño de su habitación, Adrián, es el más pequeño en estatura con solo 1.78, su piel es blanca, herencia de su padre, su cuerpo marcado por el ejercicio, sus rasgos faciales muy parecidos a los míos, pero lo mejor de todo, su genital, un impresionante pene colgante grande y ancho, junto a unos testículos grandes y llenos de vello. Había dejado de ver a mi hijo desnudo desde los 12 años, jamás espere que lo tuviera así de enorme, aún más grande que Fabian.

El timbre de la casa me obligo a dejar, los pensamientos impíos a cerca del cuerpo de mi hijo y sus amigos, la cena había llegado. Durante el tiempo en que los muchachos se tomaron para bañarse, en mi mente solo existía un pensamiento, los pedazos de carne que los tres tienen entre las piernas.

Estaba decidido, porque seguir buscando en otro lado, teniéndolo tan cerca de mí. esa noche me dedique a pasearme frente a ellos, dejando ver mi colita debajo de un vaquero apretado, Fabian y Alex me miraban esperando que Adrián no lo notara. Todos usaban bermudas y camiseta, la noche era fresca, después de cenar los tres se instalaron en el sofá de la sala, comenzando a jugar sus video juegos. Me despedí de ellos después de unos minutos más, entrando en mi habitación, me senté sobre la cama, respirando hondo, me sentía caliente y deseosa, pero había algo que no me dejaba en paz, la idea de que me excitaba con mi propio hijo, eso sí era inesperado.

me dispuse a dormir, intentando no pensar más en los chicos, me coloqué un pijama, que consta de short y camiseta de tirantes, satinado color blanco, entrando en la cama, las risas y ruidos en la sala, siguieron por unos minutos más. Después todo quedo en silencio, el calor de la noche, no hacia fácil conciliar el sueño, por lo que me levante de la cama, con algo de sed.

Salí de mi habitación, solo con el pijama, entrando a la cocina sin hacer mucho ruido, tome un vaso con agua, cuando de pronto, el susto, excitación y deseo legaron de golpe.

¡doc! Hace calor, verdad… – dijo un susurro detrás de mí –

Gire despacio para ver quién era el que hablaba, se trataba de Fabian, quien se había despertado ya que dormía en la sala de la casa, de inmediato sus ojos y los míos se tomaron su tiempo en analizarnos.

¡tenia sed! Lo siento si te desperté… – susurré –
¡no hay problema! También tengo sed… – dijo caminando hacia a mí –

Su gran silueta, cada vez se hacía más grande, mientras se acercaba. Mi corazón se aceleraba con cada paso que el daba, tomo un vaso con agua, recargándose justo a mi lado.

¡Fabian! ¿tienes novia? – susurre comenzando el juego de la seducción –
¡no! Las chicas me ven como un niñote tonto… – dije en voz baja –
¿Qué? Niñote tonto… por favor… deberían verte como un chico guapo y buen partido… eres inteligente, alto, con buen cuerpo, ya sabes… justo lo que toda chica quisiera… – susurre –
¿usted cree? – pregunto con voz baja –
¡si! Eso creo… – respondí de la misma forma –

Fabian, me miraba fijamente, hasta que la voz de Alex, desvió nuestras miradas.

¿Qué hacen? – susurro –
¡nada! Tomando agua… ¿quieres? – pregunto Fabian –
¡si! ¡hace mucho calor! – susurro de nuevo Alex –

Cuando estuvo junto a nosotros, Alex también dio un vistazo a mi atuendo y cuerpo. Creo que debido a lo adormilado que estaba Alex en ese momento se le escapo decir.

¡doc! Esta usted muy guapa… – susurro dejándonos con la boca abierta –
¡que pedo wey! ¡no manches! – susurro Fabian –
¡perdón! ¡perdón doc! – dijo Alex algo avergonzado –
¡ah! No te preocupes, y gracias por el cumplido… a una le hacen falta de vez en cuando… – dije girando dándoles la espalda a ambos –
¿y usted, porque no tiene novio, doc? – susurro Fabian –

Su pregunta ya era en tono cachondo, por lo que tome unos segundos para elevar el suspenso.

¡ah! Pues porque no quiero uno… ¿Por qué uno? Si puedo tener varios… – dije vuelta una puta –
¡vaya! ¡por eso me cae bien! – susurro Alex –

El calor en mi entrepierna, aumentaba con cada segundo que pasaba en la cocina con los dos amigos de mi hijo. En un segundo me convertí en la mujer más desinhibida del mundo y dije.

¡apoco ustedes no quisieran ser mis novios!… ¡yo sé lo que dicen de mí, los he escuchado!

Ambos se miraron con asombro, regresando sus miradas a mí, respondieron.

¡claro! ¡que sí! – dijeron en un susurro al unísono con voz temblorosa –

Deje mi lugar, para acercarme un poco a ellos.

¿habla en serio doc? – susurro Fabian tartamudeando –
¡si! Pero tienen que prometerme que serán discretos y no andarán contando nada a nadie… y yo les prometo que hare lo que ustedes quieran… – susurre muy cerca de ellos –

Ambos se quedaron sin habla, note que estaban asustados en demasía, por lo que yo también entre en pánico, queriendo dar marcha atrás.

¡saben que, creo que me equivoque, lo lamento…! Hagamos de cuenta que nada de esto paso… será mejor que me vaya a dormir… estoy diciendo tonterías… – dije dando vuelta para salir de la cocina –

No alcance a dar ni dos pasos, cuando los enormes brazos de Fabian, me rodearon por la cintura, mi cuerpo pequeño era una pluma para tan enorme chico.

¿Por qué huye? ¿piensa que no podemos darle lo que quiere? – dijo Fabian en mi oído –

Su enorme paquete se embarro en mi espalda, mientras sus brazos me sostenían con fuerza, mis ojos se cerraron disfrutando de aquel bulto en mi espalda. Mis ojos se abrieron de nuevo cuando sentí unas manos en mis tetitas.

¡hemos fantaseado por mucho tiempo con esto! – susurro Alex mientras sus manos se apoderaban de mis senos pequeños –
¡chicos! ¡ah! ¡no hagan ruido! ¡uhm! – dije gimiendo disfrutando del momento –

Mis pequeños montes, eran apretados con fuerza por Alex, mientras que Fabian, metía su mano enorme dentro de mis pantaloncillos del pijama.

¡que ricas nalgas doc! ¡suaves y duritas! – susurro en mi oído –
¡y estas tetas! ¡quiero chuparlas! – susurro Alex –

Las manos de Fabian en mis nalgas y las de Alex en mis montañitas, me llevaban a la locura. Hacía años que no sentía tanta energía sexual. Mis manos no aguantaron más, tomando ambos bultos por encima de sus bermudas.

¡a ver! ¿Qué tenemos aquí? – dije palpando sus penes –

Los chicos disfrutaban de mi cuerpo, mientras yo me volvía loca sintiendo sus enormes paquetes en mis manos.

¡doc! ¡quítese la ropita! ¡déjenos verla en cueros! – dije Alex bajando mi pantaloncillo –

Sus palabras me llevaron al éxtasis total, un chico de 19 años, quería verme desnuda, los enormes brazos de Fabian dejaron de apretarme justo después de escuchar a su amigo. Los dos se apartaron de mi un poco dándome un poco de espacio. Mi pantaloncillo del pijama, estaban en mis muslos, por lo que mi sexo estaba expuesto a sus miradas, tomándolo lo baje de prisa sacándomelo por debajo de los pies. Mis manos tomaron mi camiseta, sacándola por encima de mi cabeza, con lo que mis senos pequeños se mostraban duros por la excitación del momento. Mis manos después de haberme dejado con las carnes a la vista de los chicos, se posaron encima de mi abdomen, cubriendo la gran cicatriz de mi cesárea y su adiposidad inherente. Lo único que odio de mi cuerpo.

Permanecí, de pie frente a ellos sin hacer ruido, solo nuestras respiraciones se escuchaban agitadas y en aumento. Los dos muchachos caminaban a mi alrededor, admirándome desnuda.

¡está bien buena, Doc! ¡lo vamos a gozar todos! – susurro Fabian pegándome una nalgada suave –
¡uhm! ¡ohu! ¡nunca me habían nalgueado! – exclame con voz baja –

Claramente esa fue la voz de ataque para ellos, comenzado a turnarse para nalguearme suavemente. Mis leves gemidos apenas se escuchaban en la casa, mientras ellos se ocupaban de mi trasero, empecé a caminar hasta la sala, cuando llegamos los tres me senté en el sillón y dije.

¡quiero ver sus penes! ¡déjenme verlos!

La suave luz de la calle iluminaba la sala de la casa, sin más vergüenza de por medio, los chicos se bajaron las bermudas, dos gordos y apetitosos penes brincaron de dentro.

¡wow! ¡qué cosotas! – susurre mientras los tomaba con ambas manos –

Las caras de aquellos muchachos se notaban llenas de morbo y deseo, al sentir mis manos sobre sus penes, frotándolos lentamente. Poco a poco aquellos penes poco duros, se endurecían, levantándose justo frente a mi cara, mis manos aceleraban el jaloneo, viendo como sus testículos se balanceaban.

¡doc! ¡doc! ¡así, mas! ¡uh! ¡qué rico! – gemían suavemente ambos –

Pasaron algunos minutos antes de que mis labios fueran directo al enorme pene de Fabian, dejándole un suave chupetón en su glande, haciendo lo mismo con el de Alex. Los dos chicos se estremecían por la descarga de placer. Poco a poco mis labios dejaron que sus penes se introdujeran en mi boca, comenzando a darles una mamada a ambos.

¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡ssshh! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! – se escuchaba mientras me encargaba de sus penes duros –

Las manos de los dos, se turnaban para tomarme de la cabeza, halándome suavemente por los cabellos, cada que su pene entraba en mi boca. Mientras sus manos restantes amasaban mis pequeños senos.

¡uh doc! ¡Qué bien la chupa! ¡sigua no se detenga! ¡oh! – decía Fabian mientras trataba de tragar más de esa cosa monstruosa –
¡te imaginas, si así la chupa! ¿cómo se ha de menar?… – susurro Alex –
¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡ssshh! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! – seguía mamando pene por turnos –

No paso mucho tiempo antes de que Alex buscara obtener algo más que una mamada o masaje de tetas. Colocándose de rodillas, tomo mis piernas abriéndolas y jalándome hacia el frente un poco. La enorme cosa de Fabian salió de mi boca, debido al jalón de Alex, obligándome a recargar mi espalda sobre el sillón. Fabian subió una de sus rodillas en él apoya brazos del mismo, dándome su cosota otra vez. En ese momento comprendí que los chicos no eran tan inexpertos como yo creía, y lo confirmé cuando Alex se metió entre mis piernas dándome una buena mamada de chango.

¡oh! Alex… ¡qué bien chupas chango! ¡mmh! ¡así nene! ¡no pares! ¡uhm! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡ssshh! ¡mmh! ¡Doc! ¡Que rico chango! ¿te gusta nene? ¡aja! ¡me gusta! – decíamos mientras lamiamos nuestros sexos –

La lengua de Alex, lamia mi vagina, con gran maestría, pasando por el largo de mis labios vaginales, coronándolo con ligeros chupetes a mi clítoris, por momentos entraba en mi cavidad vaginal, haciéndome sentir ligeros espasmos de placer. Mientras que mi boca se deleitaba con el monstruoso órgano sexual de Fabian, mientras le masajeaba ligeramente los testículos. Mismo que me introducía en la boca, como cualquier comida exótica.

¡uhh! Doc… ¡uh! ¡si! ¡así! ¡uh! – gemía Fabian mientras le comía los huevos –

Minutos después los chicos, decidieron cambiar lugares, ahora quien me lamia el chango era Fabian, mientras que Alex, me daba como cena salchichón con huevos.

¡oh! Doc… ¡uh! Que bien la chupa… ¡mierda! Quiero metérsela… hasta el fondo… ¡uhm! – gemía diciendo Alex, mientras me sobaba las bubis –

La boca de Fabian se desplazaba con destreza por el largo de mi raja, mientras su lengua me hacía sentir el cielo, siempre me ha gustado el sexo oral, pero a mi ex esposo, no, por lo que deje de experimentarlo por años.

¡si! ¡doc! Queremos metérsela… ¿podemos? – susurro Fabian dejando mi chango por un segundo –

Deje de chupar pene, mas no de frotarlo despacio, levante un poco la cabeza para ver a Fabian, quien me miraba con ojos de “por favor”.

¡hay chicos! Es que… uh, soy algo escandalosa, en eso… y ya saben Adrián, podría vernos… – dije en susurro –

Fabian, tomo su tronco, poniéndolo justo encima de mi raja empapada por mis fluidos y su saliva, suavemente comenzó a palmear su cosota contra mi monte venus, la decisión era fácil, como no querer sentir esos dos penes apetitosos y duros dentro de mí.

¡ok! ¡bien, métemela… pero sin hacer ruido! ¡caray, aunque eso será difícil, con lo que se cargan chicos!… ¡la verdad la tienen muy grande!… – dije en voz baja –
¿si, cree? ¿su ex la tenía así? – pregunto Alex mientras me pegaba ligeros golpecitos en la cara con su tronco –
¡uh! ¡no! ¡para nada! – respondí susurrando –

Fabian apunto su cosota, a mi entrada; se masturbo un poco mientras sus dedos palpaban mi sexo, tratando de encontrar el hueco ansiado. Después de eso, coloco su glande justo entre mis labios vaginales, empujo un poco, dejándome sentir su enorme miembro dentro.

¡oohhh! ¡oohhh! ¡uhmmm! Fabian… estas muy grande… nene… ¡Uhh! ¡despacito nene! – decía mientras Fabian seguía presionando para lograr clavarme por completo –

Su cara reflejaba placer en grado máximo, sus ojos se cerraron, su boca se abría con cada centímetro que recorría su pene dentro de mí. Sus manos me sujetaban con fuerza de las caderas, mientras que Alex me amasaba las bubis, y mi boca seguís disfrutando de su delicioso pene. Los ojos de Alex, buscaban la forma de mirar como el pene de su amigo, me penetraba despacio. Pasados unos segundos el miembro de Fabian, estaba totalmente incrustado en mi cavidad vaginal.

¡aaahhuu! ¡aaahhuu! ¡déjalo ahí, no lo saques ni te muevas! ¡mmh! ¡oohhh! – gemía disfrutando de la penetración de Fabian y el tronco de Alex –

Fabian no decía nada, pero su cara me decía lo que su boca no. Sus ojos cerrados, su boca abierta, la respiración agitada, sus manos asegurando a la presa, para que no escapara, todos eso me daba a entender que lo disfrutaba tanto como yo. Mientras que mis paredes vaginales se adaptaban al grosor del tronco de Fabian, me dediqué a darle una buena mamada al de Alex, hasta que por fin dije.

¡ya, nene! ¡dale despacito! ¡oh! ¡carajo! ¡qué pijota! – susurre mientras Fabian sacaba y volvía a meter su tronco en mi –

Me sentía como una muñeca chiquitita, frente a esos dos chicos atléticos y musculosos, Alex me sujeto de los cabellos, dándome más y más miembro en la boca. Debido a que su pene no es tan gordo y grande como el de Fabian, logre tragarlo casi por completo, las arcadas que me producía su tronco, comenzaban a ser más sonoras. La penetración que me daba Fabian, eran lentas por lo que podía disfrutar cada centímetro que su miembro recorría dentro de mí. Saque el tronco de Alex de mi boca, escupiéndolo unas veces, mientras mi mano quería arrancárselo a jalones.

¡oh! ¡mi dios! ¡jamás pensé estar haciéndolo con dos, y menos con ustedes dos!… ¡uhm! ¡que rico! ¡me gustan sus pijas nenes! – decía agitada y volviéndome toda una puta –
¡y a mí su boquita! ¡doc! ¡mmh! ¡y este chango tragón! ¡está bien rica doc! ¡oh! – decían ambos mientras todos disfrutábamos del momento –
¡mmh! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡ssshh! ¡ah! ¡ahu! ¡que rico! ¡me dicen si quieren cambiar lugar o posición! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡ssshh! ¡ouh! ¡ouh! ¡ouh! – gemia mientras les susurraba –
¡quién lo diría! ¡doc, usted resulto ser toda una putita! ¡y me encanta! – susurro Fabian dejándome ir todo el tronco en la vagina –
¡ohhhuuu! – gemí al sentir su animal entrar por completo –

Alex comenzaba a apretarme algo fuerte las bubis, por lo que lo mire con cara de satisfacción y un poco de dolor.

¿Qué pasa nene? ¿ya quieres cogerme? – pregunte en tono cachondo –
¡no, bueno si! ¡pero doc… creo que me voy a venir!… – susurro Alex –
¡oh! ¿ya? – dije asombrada –
¡aja! ¡es que está bien rica, y la chupa bien rico! – susurro Alex –

Su rostro reflejaba las ganas que ponía Alex en no dejar salir su carga.

¿quieres venirte en mi boca o dentro de mí? – pregunte siendo una puta sucia –
¿dentro de usted? – respondió preguntando –
¡aja! ¡ahí adentro! – dije señalando mi vagina –
¿eso es posible doc?… – susurro Fabian –
¡si! Ya no voy a tener más bebes… – exclame en voz baja –

Los testículos de Alex, se mostraban muy arriba, sabía que en cualquier momento descargaría en donde fuera.

¡Muy bien mi nene, déjalos salir! ¡dámelos! – susurre masturbándolo con fuerza –

Unos segundos bastaron, para que Alex descargara una gran cantidad de semen caliente y espeso dentro de mi boca. Mientras que Fabian seguía dándome lento y constante.

¡mmh! ¡mmh! ¡sabe rico! – susurre mientras degustaba el semen de Alex –

Para mi asombro el pene de Alex, siguió duro y listo para entrar en mí, por lo que haciéndole una seña a su amigo pidió el cambio de lugares.

¡ven Fabian! Dame ese monstruo tuyo… – pedí en un susurro –
¡doc! Póngase de perrito… – pidió Alex –

En cuanto Fabian, retiro su gordo pene de mi vagina, di la vuelta, colocándome con los brazos sobre el respaldo del sillón, las rodillas sobre el asiento, quedando con las nalgas levantadas lista para que Alex, me penetrara, al mirarlo de reojo, pude ver como su mano masturbaba su pene manteniéndolo duro y listo. Fabian se colocó frente a mí, debido a su estatura su pene enorme quedo justo frente a mi cara, mientras comenzaba a lamer el glande del animal de Fabian, sentí como el pene de Alex se incrustaba en mi vagina sin problema, ya que la bestia de su amigo había dejado el camino listo para su amiguito. Mismo que no es pequeño, pero no tan grande como el de Fabian.

¡oh! ¡doc! ¡que rica esta! ¡su chango, está bien rico y calientito! – decía Alex mientras me daba con cadencia y suavidad –

Mis manos acariciaban y sobaban los huevotes de Fabian, mientras su pene se introducía en gran medida, dentro de mi boca. Las embestidas de Alex a mi vagina comenzaban a aumentar en la dureza y constancia, por lo que mis nalguitas comenzaban a ser masacradas por su pubis.

¡plap! ¡plap! ¡plap! ¡plap! ¡plap! ¡plap! – se escuchaba en la sala –
¡mm! ¡mm! ¡mm! ¡mm! ¡mm! ¡mm! ¡despacio nene! ¡mm! ¡mm! ¡mm! ¡mm! ¡mm! ¡mm! ¡mm! – gemía al ser penetrada duramente –

La velocidad y dureza de las envestidas de Alex, disminuyo. Sus manos me acariciaban las nalgas y bubis, mientras que Fabian, me tomaba por los cabellos con fuerza, haciendo que su enorme pija se diera gusto con mi boca.

¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! – era el sonido de mi garganta y culo al ser penetrados por los chicos –

En ese momento solo importaba una sola cosa, el placer que los amigos de mi hijo me daban, había que recuperar tiempo perdido, nunca antes había imaginado, estar en una situación como esta, pero me encantaba, empezando a actuar como una mujer necesitada de pene.

¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! ¡mmh! ¡así! ¡así nenes! ¡uh! ¡mmh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! ¿le encanta la pija verdad doc? ¡aja! ¡mmmh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! ¡que ricura de mujer! ¡uh! ¡doc! ¡nos vamos a divertir de a madres con usted! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡awwggh! ¡plap! ¡plap! – decíamos todos –

Olvidamos por completo que Adrián dormía en su habitación, dedicándonos a darnos el mayor placer posible, las manos de Alex me abrían las nalgas imagino que sus ojos querían ver su pene hundiéndose dentro de mí, Fabian seguía envistiendo mi boca a placer, mientras que yo experimentaba el mayor placer de mi vida, una de mis manos sujetaba a Fabian de una de sus ricas nalgas, mientras que la otra hacía de tope, para que no me ahogara con su animal, con una mano me sujetaba de la cabeza, mientras la otra pasaba por mi espalda una y otra vez.

El placer experimentado era tal, que por momentos pensé en desmayarme, minutos después Alex me llenaba de semen la vagina.

¡uhhh! ¡doc! ¡uh! ¡Ahhh! ¡no mames! ¡que rico! ¡Ahh! – decía Alex mientras se venía dentro de mí –

Mientras que Fabian, no se veía con ganas de descargar, me saco el pene de la boca, dejando hilos de baba en mi cara y sillón.

¡voy de nuevo! – dijo gustoso Fabian –

Alex saco su pene de mi vagina, cediéndole el lugar a su amigo, quien caminaba agitando su enorme pene, pensé que Alex me daría su pene en la boca de nuevo, pero esto no ocurrió, ya que Fabian pidió que lo montara. Incorporándome, deje que Fabian se sentara en el sillón, su pene no perdía la dureza, bendita juventud, colocando mis piernas a cada lado de él, monte su animal, sin mayor resistencia logro entrar casi por completo. Empecé a subir y bajar, clavándome aquel miembro gordo y duro, los brazos musculosos de Fabian, me rodearon por la espalda, pegándome a el.

¡vas Alex! – dijo en voz baja –

El temor se apodero de mí, acaso Alex me penetraría por el ano, por lo que dije asustada.

¡por el culo no! ¡por favor muchachos! ¡por ahí no!…
¿Por qué no? ¿nunca lo ha hecho por ahí, doc? – pregunto Alex –
¡no! ¡nunca! – respondí asustada –

Fabian ladeo un poco la cabeza para ver a su amigo, unos segundos después asintió, al tiempo que Alex dijo.

¡ok! ¡doc! ¡entonces le vamos a dar algo que, imagino nunca le han dado!

Fabian me apretó con fuerza, haciendo que no pudiera moverme. El miedo de ser penetrada analmente, seguía latente, el pene algo flácido de Alex, paso justo encima de mi asterisco, resbalando hasta llegar a mi vagina, fue entonces que comprendí lo que los chicos harían, estaba a punto de ser doblemente penetrada por la vagina. Me preparé para tal hecho, cerré los ojos y apreté la mandíbula. El pene de Alex, comenzó a empujar, en mí ya dilatada vagina, el dolor se hizo presente cuando su glande logro entrar.

¡ah! ¡mmm! ¡despacio! – gemí delicadamente –

Mis fluidos, sudor y semen mesclados hicieron que poco a poco mi cavidad vaginal se dilatara aún más, dándole vía libre al pene de Alex. Fabian dejo de apretarme, para solo sostenerme, mis ojos se mantenían cerrados, mis mandíbulas dejaron de apretarse, al sentir como estaba siendo doblemente penetrada.

¡oh! ¡doc! ¡uhm! ¡que chingon se siente! ¡uhm! ¡aja! ¡despacito nenes! ¡uhm! ¡ah, sí!
¿le gusta doc? ¿le gustan dos pijas en su agujero? ¡aja! ¡dios! ¡se siente tan rico! ¡umh! – decíamos los tres –
¡doc! ¿nos va dejar abrirle el culito? – pregunto Alex –
¡me da miedo! ¡dicen que duele mucho! ¡y ustedes no están tan pequeños, que digamos! – susurre –
¡bueno, al menos un dedo o varios! – susurro Fabian –
¡ahu! ¡no se! ¡ok! ¡pero si me duele lo sacan! – dije vuelta loca –

A pesar de que la idea de ser cogida analmente, me daba terror, debo aceptar que también me causaba morbo, despertando en mi cierto deseo por probar, sin perder tiempo, Alex metió un dedo en mi ano, Fabian busco mi culito e hizo lo mismo, aquellos chicos eran unos verdaderos depravados, me estaban penetrando por cuatro, dos pijas en mi vagina y dos dedos en mi asterisco.

Mientras sus dedos hurgaban dentro de mi culo, sus pijas se movían despacio dentro de mí, la lengua de Fabian lamia mis pezones, mientras que Alex besaba mi espalda. Todos gemíamos casi al parejo, el dolor que sentía por ser penetrada por ambos agujeros, desapareció, dando paso al placer total.

Para ese entonces yo había experimentado varios orgasmos, pero el más impresionante de todos estaba por venir, cuando los amigos de mi hijo, descargaron de nuevo dentro de mi vagina, inundándome por completo de semen. Nunca espere que Alex terminara una vez más, pero así fue.

Un gemido largo, profundo y algo sonoro, se escuchó en la casa. Cuando yo termine por última vez. Las piernas me temblaban, la cabeza me daba vueltas, mi respiración y corazón parecían detenerse por instantes, los chicos exhaustos y sudorosos, respiraban con dificultad, el primero en extraer su pija de mi vagina y dedo del ano, fue Alex, quien se tendió sobre la alfombra jadeando exhausto. Fabian, por el contrario, espero un poco más, hasta que su pija comenzó a perder dureza, fue hasta ahí que me levanto con sus fuertes brazos, poniéndome de pie; las piernas me fallaron por lo que una vez más me sujeto, dejándome sobre el sofá. El volvió a sentarse en el sillón agitado como todos.

Los tres permanecimos así unos minutos, hasta que mi voz se escuchó de nuevo.

¡dios! ¡dios! ¡que locura! ¡chicos! ¿están bien? ¡porque yo, no se! ¡uh! ¡me fascino, me encanto! ¡dios! ¡mío! ¡que rico estuvo! – dije jadeante y susurrando –

No recibí respuesta, fue entonces que, incorporándome un poco, logré percatarme de que ambos dormían como unos bebes. Levantándome aun con las piernas temblorosas por los efectos de la buena sesión de sexo recibida, caminé hasta donde había dejado mi ropa, tomándola me perdí dentro de mi habitación.

A la mañana siguiente, al levantarme, pensé en la noche que había pasado con los amigos de mi hijo, de inmediato me sentí húmeda y deseosa de nuevo, al salir de mi habitación, miré a los tres chicos en la cocina, preparaban el desayuno.

¡buenos días muchachos! – exclame al llegar hasta la puerta –

Los tres me miraron, sonrieron, respondiendo de la misma forma. Pero los tres tenían algo diferente, algo extraño, mismo que estaría por averiguar… pero esa ser otra historia…

Continuara…

Un trio con mi esposa y mi cuñada

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Acabamos el fin de semana en la playa, y a la vuelta, mi mujer, mi cuñada y yo, decidimos quedarnos en nuestra casa.

Su hermana, mi cuñada, vivía apenas cruzando la calle, en el chaflán de delante, pero para que no se quedara sola, porque el resto de la familia estaba en a playa, se quedó a dormir en casa.

Al dejar las bolsas, preguntó a su hermana, si tenía algo para ponerse para dormir.

Maria la hermana de mi mujer, es castaña, menuda, de pechos pequeños pero firmes. Un buen culo y una figura, en la que yo hasta entonces, no había reparado, pero estupenda, bien formada, de curvas pero muy delgada. Un sueño, emana erotismo por todos su cuerpo.

Llevaba unos vaqueros cortos ajustados, pero no en plan sexi ni apretados, ni marcando, pero sin querer excitar, siendo una prenda, sin ánimo alguno, a mí me excitaba.

Una camiseta normal, sin mangas, que no se ceñía en absoluto, pero que cuando se elevaba algún brazo, por el hueco de la manga, se veía el pecho al no llevar sujetador.

No había intención alguna de provocar, pero ella en sÍ misma provocaba.

Es más pequeña en tres años que mi esposa. Mi esposa, es una belleza. Guapa, una cara con unos rasgos de diosa. Boca perfilada, labios perfectos, barbilla partida, morena con reflejos caoba. Delgada, buenas caderas y un cuerpo que cada vez que lo veo me enamora. Un pecho perfecto de ” copa de champán ” con pezones pequeños, que se ponen como diamantes de duros cuando se excita. Entonces llevaba el vello púbico en forma de rectángulo vertical, estando depilada por los lados hasta llegar a sus labios, que emanan miel cuando le hago gozar con mi boca y mi lengua. Es una mujer de bandera.

Hasta ese momento, yo no había reparado en mi cuñada como mujer. No me hacía falta, en absoluto, teniendo a mi esposa.

Pero ese fin de semana tuve a las dos mujeres más bellas a mi lado, en la playa. A mí esposa, y a mi cuñada.

En aquellas fechas, mi cuñada no tenía pareja, y como teníamos muchisima a confianza, dormíamos en la misma habitación, ya que en el apartamento había muchos familiares.

En concreto en ese fin de semana, dormimos en la salita.

Al salir el sol, yo me despierto, como siempre temprano, y pude ver cómo mis dos diosas, dormían en el sofá contiguo al mío. Estaban durmiendo con camisón. Pero al hacer calor, las sábanas no se utilizaban y estaban enrolladas.

Mi cuñada, dormía boca arriba, con las piernas flexionadas y la planta de los píes apoyadas en el sofá, de forma que el camisón que llegaba a las rodillas, al estar en esa posición estaba por detrás pillado por la espalda, y por delante subido por encima de los muslos.

Al despertar, me di cuenta de a posición y en lugar de apartar la mirada, me deleité para ver su entrepierna.

Llevaba un tanga negro de hilo, que le cubría la mínima expresión de su sexo.

Desde atrás, desde el culo, el hilo no llegaba a tapar el ano, y se bebía una estrella de carne depilado, rosado y apetecible.

Siguiendo el recorrido visual, el hilo del tanga, iniciaba un triángulo que dejaba escapar por los lados el inicio de un recortado bello púbico, que lo llevaba igual que mi mujer, en forma de rectángulo alargado hacia los labios.

El triángulo que nacía a la altura del perineo, tapaba en su ascenso triangular sus labios, pero que se dibujaban perfectamente, y como la posición de mi cuñada era con las rodillas recogidas, dejaba un bulto sobresaliente, los labios de su sexo, recogidos por la minúscula tela negra del tanga.

Me deleité mirando. Estuve bastante rato, y hasta me atreví a acercar mi mano hacia su sexo.

La parte interior de los muslos, hace una pequeña curvatura, que es donde por detrás nacen las nalgas, y con mano temblorosa, me acerqué a tocar y acariciar su sexo.

Mi mujer estaba a su lado, también dormida.

Aun así acerque mi mano, y roce levemente los labios abultados recogidos por la tela triangular del tanga, en la parte más cercana al final del triángulo, de donde nace el hilo.

Con el temblor de mi mano, ya que tenía las pulsaciones a cien, temí que se despertara. Y cambie la estrategia, acercando mi cabeza para oler su sexo.

El de mi mujer, huele fenomenal, y sabe mejor. Pensé, ¿cómo olería el de mi cuñada?

Y me acerqué, y me pareció, sin tocarlo con mi nariz, que olía igual que el de mi mujer, pensando que sabría igual.

Pero no me atreví a chuparlo.

Estaba muy empalmado. Así que me fui al baño y me hice una paja.

El resto del día, estuve pensando en esa visión, por lo que debieron de notarme raro, ya que era la primera vez que veía a mi cuñada como mujer y muy follable, por cierto.

Bajamos a la playa, mi cuñada con su bikini azul, mi mujer con su elegante y súper excitante bañador negro. Bufff, como le sienta.

Tumbados junto al mar, volví a mirar con las gafas de sol, a mi cuñada, que como de costumbre, se tumbaba, se recogía el bañador dejándolo en la mínima expresión, y lo levantaba por la parte de su bajo ombligo, llegando a ver desde mi estratégica posición su vello púbico cuando se arreglaba la braga del bikini.

En una ocasión al salir de la cala por las rocas, una ola le hizo moverse, y se quedó su pecho derecho fuera del bikini azul, y como estaba en posición de caerse, mantuvo el pezon fuera durante toda la operación de salida de la cala por las rocas a escasos pasos de mi, deleitándome viéndole su pecho y pezon, que era muy similar al d mi mujer. Encantador y para deleitarse chupándolo, pequeño y duro.

Algo debió e ver o sospechar, porque al acostarse en la toalla, cambió la posición, y empecé a notar que se cubría o se tomaba más precauciones al moverse.

Me sentí mal por eso, pero, Que diablos!

Por la tarde, volvimos a bajar a la playa, mi cuñada, le cogió un bañador a mi mujer, de color blanco, que transparentaba al salir del agua. Mi mujer se puso un bikini negro precioso, que le estilizaba.

Otra vez empalmado, y poniéndome boca abajo para no delatar mi calentón.

Mi mujer me extendió crema en la espalda, y me puse a mil. En ese momento mi cuñada se fue a bañar y nos quedamos. Mi mujer me acariciaba con la crema, y estaba que no podía más.

Al salir del agua mi cuñada, se le veía todo. Los pechos, que al igual que mi mujer, se ponen duros con facilidad, y por debajo, el bañador blanco, subido por ambos lados, dejaba en El Centro de sus piernas la forma del vello púbico, que esa misma mañana había visto a través del tanga negro, y ahora, lo veía a través de la tela del blanco bañador mojado.

Seguía empalmado, y finalmente decidí irme al agua, nadar hasta el fondo, y allí hacerme una paja espectacular en el agua.

Por la noche, al llegar la hora de acostarnos, nos quedamos mi cuñada, mi mujer y yo en los sofás de la salita.

Esa noche hacía calor. Y por la noche, me desperté, me acerqué al sofá donde estaban las dos diosas que emanaban sensualidad, me puse acostado al lado del sofá, en posición opuesta a la de mi cuñada.

Mis pies en la dirección de su cabeza y su cabeza en la dirección de mis pies.

Pero ella estaba en el borde del sofá, y yo en el suelo.

Estaba destapada y el camisón enrollado. De forma que me incorporé y al estar de medio lado, su trasero sobresalía del borde del sofá, sin tela alguna en sus nalgas, y un tanga cubriéndole entre sus glúteos; acerqué de nuevo mi nariz para oler su trasero, su sexo y olía como el de mi mujer, a hembra.

En su posición recostada de lado, dejando su culo expuesto a mí, le puse la mano en la nalga y muy despacio con las yemas de los dedos llegue a su entrepierna, mientras olía su sexo.

Mis dedos hicieron la curvatura de su culo, hasta donde se inicia el interior del muslo y la pierna, donde apoya la braga. Tacto sedoso, bien delicada y toqué por encima de la tela del tanga su sexo, caliente, suave.

De momento se movió cambiando de posición. Casi me pilla la mano debajo, pues se puso boca arriba.

Lo deje estar, y me volví a mi sofá al otro lado de la habitación.

De nuevo me desperté con los primeros rayos de sol. Temprano, y de nuevo, volví a ponerme en el sofá, a los pies de las dos diosas.

Al igual que el día anterior, mi cuñada, estaba con las piernas flexionadas, boca arriba y la planta de los píes apoyada en el sofá, dejando su trasero expuesto a mí.

Llevaba un tanga de color gris azulado, no de hilo, pero sí muy pequeño, que se perdía en su culo, dejando el ano de nuevo a la vista por ambos lados de la tela, y su sexo recogido en ese trozo de tela, que horas antes yo había acariciado.

Había una pequeña mancha, supongo que se había calentado por la noche y emanado algún flujo, quizás como consecuencia de mis caricias, que le hicieron moverse esa misma noche.

Mi mujer estaba tapada con la sábana a su lado.

No quería tener ningún problema, y hasta esas fechas nunca se me habría ocurrido ver a mi cuñada como mujer follable.

Al día siguiente, en el apartamento, mi cuñada salió de la ducha envuelta en una toalla de color morada, minúscula, que ceñida a su perfecto cuerpo, le cubría por arriba, desde la mitad de sus pechos, mostrando parte morena y gran parte blanca, señal de que ahí en esa zona no le daba el sol. No se le veían los pezones, pero parte de su pecho, abultado y ceñido por la toalla morada, luchaba por salirse de la toalla; por la parte baja, la toalla apenas llegaba a medio muslo, siendo el contraste con el morenazo color de sus contorneadas piernas un espectáculo.

Andaba sin preocupación por el pasillo hacia la salida, la mini toalla ceñida, estaba mojada a la altura de los pechos, o de la poca parte que de ellos cubría, y con una mano, se iba frotando sobre la toalla, secándose el agua de la ducha.

Se giró y su mano siguió secándose al roce con la toalla, y en su movimiento de mano, se levantó la toalla, dejando sus glúteos, por la parte más baja al descubierto, mostrando su culo, una doble U, perfecta, y con su concha, su sexo, su intimidad entre las dos nalgas.

Reparó en ello, y se estiró de la ceñida toalla, de forma que se vino abajo quedándose desnuda de espaldas a mí mientras se alejaba hacia el cuarto de baño. Se agachó al haber caído la toalla, y al reclinarse para recogerla del suelo, le pude ver su perfecto culo, en forma de pera, y de entre sus cachetes del culo, su coló. Fue un momento, de espaldas a mi, sin que supiera que la estaba mirando, pero me pareció un regalo precioso, entregado sin saberlo.

Se cerró en el cuarto de baño. Aproveche para acercarme a la puerta, y a pesar de que había varias personas en casa, no cese en mi empeño de ver de nuevo a mi cuñada desnuda.

La puerta del baño, al ser un apartamento antiguo, tenía cerradura de llave antigua, y de ojo por donde ver el interior.

Me agaché y mire.

Vi a mi cuñada secándose de espaldas a la puerta con la toalla alrededor de su torso, semiflexionada hacia delante, de forma que su culo se abría hacia la puerta desde donde yo espiaba, viéndole de nuevo su culo y su sexo, se estaba húmedo, depilado por el culo por lo que enseñaba sus labios mayores como una hamburguesa en vertical, donde el pan eran sus labios mayores, y la hamburguesa su sexo.

Mi cuñada se giró y con la toalla enrollada en el torso, se deshizo de ella, mostrándome sus perfectos pechos, de pezones tentadores, apuntando a la puerta, tras la cual estaba yo. Su perfecta figura, sus curvas, y su pubis, que efectivamente lo llevaba como mi mujer, bien depilado. Escuché que alguien venía por el pasillo, me incorporé desde mi visión por el ojo de la cerradura, y eras mi mujer, que iba al baño. Al estar incorporado, ella se acercó y me pregunto.  ¿Vas al baño? Afirmando, creo que estás ocupado. Y abrió la puerta para entra ella, pudiendo ver desnuda a mi cuñada, que protestó… Oye que estoy desnuda. Mi mujer me guiñó un ojo mientras cerraba la puerta.

Esa noche, noche, al haberse ido unos sobrinos o cuñados, quedó una habitación libre, y decidimos dormir en ella. Mi mujer y yo en la cama y mi cuñada en el suelo en una colchoneta hinchable.

La cama miraba a la puerta y el cabezal estaba en dirección opuesta a como se había puesto para dormir mi cuñada.

De forma que por la mañana, de nuevo, me desperté pronto, y pasando por encima de mi mujer, me puse en el lado de la cama más cercano a mi cuñada. Ella con la cabeza hacia la puerta y la colchoneta bajo de la cama, me dejaba una visión perfecta de mi cuñada que llevaba solo una camiseta blanca para dormir y una braga roja, con calado en forma de florecitas en la parte de su pubis, para finalizar con una zona roja que tapaba su sexo.

De os laterales de la zona roja, se veían sin sobresalir, pelos del pubis, perfectamente recortados, a ambos lados, mostrando su hendidura y encima de esta, se veía con el calado de las bragas, su bello púbico y más arriba su ombligo y la camiseta, que se había ceñido a sus pechos, mostrando con claridad sus pezones.

Estaba a mil, mi esposa abrazándome por la espalda clavándome sus pechos, y yo con esa visión, estaba empalmado y mojando un poco la cama.

Decidí levantarme al baño y terminar la paja.

Nunca hasta ese momento hubiera pensado hacerme una paja pensando en mi cuñada, ni por necesidad, ni por ganas. Ya tenía a mi mujer, sin necesidad de otra.

Pero fue el destino, o la curiosidad, lo que me llevó a empezar a pensar en mi cuñada como mujer

Así, como decía al principio nos volvimos a Valencia, y nos quedamos los tres en casa. Y mi cuñada le preguntó a mi mujer si le podía dejar algo para dormir.

Mi mujer le sacó un picardías color azafrán o rosado, que sepuso. Vino a nuestra habitación para verse en el espejo. Yo estaba sentado en la cama y pude ver cómo se trasparentaban sus pechos debajo de la fina tela, y como destacaba las bragas negras que llevaba puestas, que al levantar los brazos para hacerse una coleta, mientras se miraba al espejo, estando de espaldas a mi, se le subió viendo su perfecto culo.

Salió mi mujer al baño.

En ese momento, mi cuñada, por el reflejo del espejo me miró a los ojos, y su reflejo era de escándalo. Sus pechos trasparentados se marcaban perfectamente. Sus pezones comenzaron a erguirse y sobresalir de la tela, su culo de pera, recogido por la braga negra, se me mostraba, y mientras mi cuñada me miraba con cara de pensar… coño que se me ve todo y tengo delante a mi cuñado.

Pero no dejo de hacerse la coleta, de mirarse en el espejo y aguanto hasta que llegó mi mujer del baño.

Mi mujer llegó en tanga de hilo negro, y con una camiseta fina de tirante que le marcaba los pezones.

Yo sentado en la cama veía por un lado a mi mujer, la que me dejaba sin aliento sólo con mirarla, y por otra parte a mi cuñada, en picardías rosado, sin sujetador, y con unas bragas negras que aún le hacía más apetecible.

Mi mujer con toda naturalidad se sentó a mi lado, y mirando a mi cuñada, se volvió a mi preguntándome: ¿te parece que está buena?

Me quede sin palabra y la cara de mi cuñada, igualmente denotaba sorpresa.

Mi mujer le pidió a mi cuñada que se sentara a nuestro lado en la cama. Y comenzamos a hablar de la falta de pareja de mi cuñada.

Mi mujer se reclinó apoyándose en los almohadones sentándose de lado, dejando ver sus nalgas que tenían en el medio un hilo negro, y le pido a su hermana que se sentara a su lado.

Al sentarse mi cuñada apoyándose en los almohadones, el picardías se le subió por encima de los muslos, dejándose ver las morenas piernas y las bragas negras.

Y me pidió que me acomodara entre las dos.

Me senté con la espalda en el cabezal, y mi mujer, llevó la mano de su hermana a mi entrepierna, comenzando a acariciarme mi mujer, con la mano izquierda de su hermana, por encima del pantalón.

Estaba empalmado, de forma que mi polla dura, sobresalía del pantalón, queriendo romper la tela.

Mi mujer pregunto a mi cuñada, ¿No era eso lo que querías?. Y a mí me dijo, y tú, llevas todo el fin de semana mirando a mi hermana. Ahora tienes la oportunidad de verla bien.

Y tras darme el beso más sucio, caliente y guarro que jamás me hubiera dado, giró mi cabeza hacia mi cuñada y me hizo besar de igual forma a su hermana. Un beso lento, húmedo, largo, lucha de lenguas, saliva por la comisura de los labios.

En ese momento, mi mujer, me desabrochaba el pantalón y mi polla saltaba como si tuviera un muelle o resorte, quedando liberada del pantalón.

Mi mujer, me cogió la polla con su mano, y tras ensalivarse la mano, comenzó a subir y bajar la mano por mi polla.

Al tiempo cogió por la nuca a su hermana, y acuerdo la cabeza a mi polla, para que con su boca, comenzará a juguetear con mi falo, y al tiempo, se puso ella misma a chuparme los huevos, metiéndoselos en la boca.

Con mis manos comencé a tocar el culo a mi cuñada con una mano y con la otra a mi mujer, metiéndola mano entre las nalgas. Mi mujer, que llevaba un tanga de hilo dental, se movía como una perra en celo, mientras que mi cuñada, con braga negra, tuve que apartarle la tela de la braga para llegara a su húmeda intimidad.

Ya no había marcha atrás. Ambas mujeres actuando como perras, se aferraban a mi polla, chupaban indistintamente él capullo, los huevos, la polla.

Y levante de la polla a mi cuñada, comencé a besarla mientras le acariciaba los pechos por encima del picardías. Se lo quitó rápidamente y mi mujer hizo lo mismo con su camiseta blanca de tirantes.

Ambas se miraron y me miraron a mi, para darme un beso a tres. Lenguas cruzadas, pechos con pezones duros contra mi cuerpo. Sus cuerpos, sus curvas, comenzaron un baile lujurioso, hasta que mi mujer, se puso a horcajadas sobre mí mientras que mi cuñada se sentó en mi cara dándome sus jugos, que sabían como los de mi esposa.

Y entre ellas, siendo hermanas, supongo que por el calentón, comenzaron a besarse de la forma más sucia que cualquier lesbiana hubiera podido imaginar.

Comencé a bombear sobre ella al ritmo que me imponía mi esposa, mientras que mi cuñada, gritaba de placer mientras el comía su coño, mi cara estaba completamente mojada de flujos.

No podía más, mi mujer se corrió y se levanto de mi, dejando mi polla tiesa como un sable, lo que aprovechó mi cuñada, sentándose en mi polla dándome la espalda. La agarre por los pechos, dandole un masaje en sus pezones, mientras que mi mujer recuperándose de su corrida, cogió unas bolas chinas.

Estaba a punto de estallar, cuando se levanto mi cuñada de mi, y se puso a cuatro patas pidiéndome que al no llevar protección, le petara el culo.

Mi mujer empezó a meter un dedo, dos, tres, poco a poco en el culo de su hermana, y apretó una de las bolas chinas. Dos unidas por un un hilo y un tirador en medio.

La bola de considerable tamaño, se perdió en el ano de mi cuñada. Y la otra bola, se la metió mi mujer a su hermana por el coño, quedando un hilo con tirador entre ambos agujeros.

Se retorcía de placer, buff, Aag, joder me encanta éste invento, y cada vez que se movía, las bolas chinas hacían su efecto y daban placer a mi cuñada, que aullaba como una perra. Me corrooo!!!

Mi mujer, se puso al lado de mi cuñada a cuatro patas, me levante y viendo sendos traseros, uno de ellos con las bolas chinas, y el otro pidiendo guerra, la cogí con ambas manos por sus caderas con mis manos, y me hizo metérsela de un solo golpe, hasta los huevos, moviéndose y atrapando mi polla con su coño, y soñando ese característico plaf, plaf, plaf,  hasta que Rocío hizo que me corriera en ella, dentro de su coño, pero se retiró enseguida y haciendo girar a su hermana y ella misma.

Los coletazos de lefa, fueron a parar a las caras de las dos perras, que chuparon mi polla hasta dejarme seco. Hummm, que gozada. Sonidos de bocas ávidas de sexo chupando mi polla.

Me tumbe sobre la cama, mientras mi cuñada seguía moviéndose con las bolas chinas dentro de su ano y de su coño, que seguían haciendo su labor masturbatoria.

Recuperé un poco el aliento, cuando mi cuñada se metió mi polla de nuevo en la boca, mientras mi mujer le quitaba las bolas chinas, para dárselas a chupar y ponérselas ella.

Recupere mi erección con la mamada, y me incorporé cayendo sobre mi cuñada, a la que comencé a chupar los pechos, mientras abierta, se la metía ora por el ano, ora por el coño.

Hasta que me corrí en su ano, mientras mi mujer le chupaba, a su propia hermana, el coño.

Mi mujer se corrió con las bolas chinas por enésima vez, y mi cuñada corrida tras corrida, quedó extenuada. Yo me tumbe sobre la cama, y nos abrazamos los tres quedándonos dormidos

El Verano Intenso

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Encuentro raro que yo, me encuentre escribiendo en un sitio de este tipo, pero creo que la historia que pronto describiré es digna de ser relatada acá, no sé si esto será calificado, o simplemente será leída por otra persona, y si es así! espero que guste, y por qué no!, que caliente y encienda el morbo del lector.

Mi nombre es Joselyne, y corría el verano del año 1991 a mis tiernos 15 años, mi familia planificaba estas vacaciones durante unos meses de anticipación y llegado el día, era motivo de alegría, al encuentro de la aventura y la emoción propia de la adolescencia. Para este verano en particular, a parte de mis padres y mi hermano menor, nos acompañaba mi prima, la favorita de mis primas!, que era como una hermana y mi mejor amiga, a pesar que teníamos 2 años de diferencia.

Todo corría casi normal, con la monotonía de la rutina natural de una familia de clase media, que solo quiere disfrutar los días de relajo fuera del estrés, y en una época de la vida donde todo tiene que ser perfecto, sol, playa, arena, y el mar,, el balneario?,, Ventanas! un pueblo costero de Chile. Hasta ahí todo bien, pero al transcurrir de los primeros días, notaba a mi prima distraída y distante,, el motivo?, un muchacho!, el típico chico de playa, Marcelo, delgado, de cuerpo fibroso, de piel morena, cabello desordenado y una sonrisa que iluminaba todo, y atendía un quiosco, donde vendían, pelotas de playa, lentes de sol, paletas de helado, además tenían el control de las duchas y los baños públicos, y yo, celosa de esta situación, el quitaba la atención  nuestro tiempo juntas con mi prima.

Mi prima una chica linda a sus 17 años, y vale comentar que hoy en día es una mujer muy guapa, de cabello color castaño, de silueta delicada pero con unas piernas y un trasero muy tonificado por producto del vóley que practicaba en el colegio, una carita ya bronceada que por producto del sol se le llenaba de pecas coquetas y asían aún más graciosa y linda su cara, ella, andaba totalmente embobada con el muchacho de este verano, y no, y yo celosa cuidaba de no perderle de vista, hasta ese día donde estábamos recién acomodándonos en la playa con mis padres, los quita soles y las toallas, ella se perdió de mi vista, e instintivamente , ya como acostumbraba mi prima, dirigí mi vista hacia el quiosco, supuse que estaba ahí!, con el!, que mal, ya me sentía incomoda tener que buscarla, y deje que transcurriera el tiempo necesario para salir a su búsqueda. Ya había pasado un poco más de 1 hora, la cual se me fue tirada de espalda al sol, no sentí que hubiese sido tanto, pero al ver que no llegaba fui a su búsqueda, me acerque al quiosco donde en remplazo del muchacho había una señora de mucha edad, gorda, la cual me provoco miedo y vergüenza preguntar por el, me entro la ansiedad de la ausencia y por qué no! El miedo, levante la cabeza dirigí mí vista hacia la orilla de la playa tratando de distinguir su traje de baño que en esa época estaba de moda, de color flúor amarillo intenso,  pero no estaba bañando su cuerpo en el mar, la conocía no podía estar lejos, mire en dirección a la calle donde transitaban mucha gente y vehículos, me dirigía hacia el borde del pavimento, en dirección hacia la calle, quería a cortar camino por un pequeño callejón muy estrecho que solo mi cuerpo delgado caía por ahí, y daba justamente la parte trasera del quiosco, baños y duchas que administraba el mismo negocio, pasaba por ese lugar en particular cuando siento la risa en carcajada de Viviana, mi prima, -¡lo estaré imaginando!- pensé, me detuve y trate de concentrar mi atención a volver a escuchar eso, mientras miraba a mis pies, -ja, ja, ja- si! Exclame,,  es la risa de ella, me incline en el espacio estrecho, el cual estaba tapado entre panderetas y vehículos estacionados, y trataba de despejar del ruido de ambiente, y concentrarme en su risa, y una risa ya más tosca pero de un matiz de varón joven acompañaba a las carcajadas suaves y calladas de mi prima, es Marcelo! Dije a mi interior, apegue mi oreja pequeña de niña, abultada por mi pelo recogido detrás de ella, y mi corazón comenzó a palpitar más rápido de la ansiedad y de los celos que el chico hasta ese entonces provocaba en mí, en mi búsqueda de acomodar mi oído en el punto exacto de donde provenían las voces silenciosas, y en el recorrido apegada a la tabiquería improvisada, sentí una saliente filosa en mi oreja la cual se trataba de un orificio de un clavo errado, y que me permitía ver la escena más impactante, curiosa, mezclada con emoción, y al pasar del rato de acostumbrar a mi ojo a la penumbra de la sombra dio paso a la curiosidad seguida de la excitación. El orificio solo me permitía ver parte del cuerpo de ambos, que comenzaba de sus cinturas hasta un poco más abajo de sus rodillas, podía ver como las manos, del joven acariciaban las nalgas redondas de mi prima y ella repetía las caricias en el cuerpo del muchacho, podía ver como sus cuerpos se juntaban, y se movían rítmicamente, al mismo compás, sus vientres y cinturas, podía oír el eco de los besos apagados de sus labios, y la respiración jadeante de mi prima acompañada de los pequeños quejidos de Marcelo, ahí estaban ellos dos parados frente afrente podía ver el rose de los muslos musculoso del joven, con los muslos tonificados de ella, el empujaba su pelvis al vientre de mi prima y ella le permitía el acercamiento, colocándose de puntilla en forma intermitente, el separaba la costura del traje de baño, del trasero de mi prima permitiéndose, poder meter sus manos dentro, perdiéndose de vista, entre la tela del traje de bajo y por entre los glúteos del cuerpo de ella, y ella, a su vez también perdía sus manos, por detrás de la parte baja de la espalda del joven, dentro del bermuda de Marcelo, el en un movimiento brusco mete su mano más adentro y le dice suave, – estas húmeda- ,, – si!- responde ella, con vos silenciosa y entre cortada, sacando una de las manos del interior de Marcelo, y llevándolo al entre  medio de sus piernas,  saca su mano rápida mente de esa zona de su cuerpo y veo como mueve  sus dedos experimentando la suavidad de la humedad que le había detallado el chico, – ji, jiji, ji- ella ríe nerviosa, y pierdo de vista esa mano que creo que la subió para rodear el cuello del joven, el cual responde de un agarrón al trasero de mi querida prima hundiendo los dedos en sus nalgas, ella de una forma instintiva poco preparada sube la pierna derecha, tratando de acomodarla en la huesuda cadera de Marcelo, dejando a mi vista el bulto que se asomaba por debajo del traje de baño del chico, obvio a mis 15 años, si bien no experimentada, y hasta ese entonces, ingenua o infantil, yo tonta no era, podía darme cuenta que ese bulto se trataba del pene erecto del joven que frotaba todo su cuerpo, que enérgicamente respondía a ese estimulo mi prima. Estaban en ese trabajo, cuando escucho la voz de mi prima, decir,, -Hagámoslo por encima-, dando por seguido el acto de empujar al muchacho al otro extremo del bañadero, ampliando un poco más la imagen, en donde él apoya, su espalda en las tablas permitiéndome ver el torso desnudo, su abdomen marcado por su improvisada musculatura, y al tiempo que mi prima bajaba su bermudas, me permitía ver como asomaba su miembro, erguido, rígido, parado y que al tirar el pequeño pantaloncillo hacia abajo, hiso un movimiento de rebote , la cual mi prima detiene con sus manos, pequeñas y delicadas, y a ese efecto el pene, el primer y más hermoso pene que había visto hasta ese entonces, , se veía gigante en las palmas y por entre los dedos de ella, y el efecto de las caricias y el apreté que hace con ambas manos, hace salir un líquido, transparente y de aspecto viscoso, con el cual comienza a jugar y esparcirlo por toda la cabeza, y el tronco del pene,  ella cubre el cuerpo alto y moreno de Marcelo, con el de ella, delicado dejando a mi vista la espalda de Viviana, y su trasero, redondo, joven y tonificado, podía escuchar el jadeo y la respiración acelerada de ella, y podía observar el movimiento que ella ejercía por encima de él, con sus piernas muy juntas, y el arqueo propio del movimiento que producía su tronco y los glúteos del trasero de ella, que frotaba por encima del muchacho se pudo ver como el pene asomaba por entre los pliegues, de las nalgas de ella, incrustado, metido entre sus carnosidades, saliendo del orificio del pene,  en forma repetitiva  ese líquido viscoso, que caía a pequeñas gotas que terminaba por pegarse en las piernas y los glúteos de mi prima, de repente un ¡Hay! Violento por parte del, hace que el ritmo del movimiento de mi prima, baje de intensidad, logro oír un –Me duele-,  que te duele? Responde mi prima, -tu traje de baño, me rosa muy fuerte el pene-, entonces mi prima trata de solucionar en forma rápida la queja de Marcelo, y logro ver que por entre medio de sus piernas en un movimiento de arqueo de sus piernas bronceadas, se logra ver los dedos, finos y pequeños con sus uñas cuidadas, que brillaban en la penumbra, separo la parte baja del calzón flúor del traje de baño hacia a un lado, dejando a la mi vista, los labios vaginales, que también brillaban lustrosos por efecto de su propia humedad, y se podía apreciar como los bellos púbicos rizados tanto de ella como los de él, se acariciaban mutuamente la parte baja se sus genitales, después de apartar a un lado el calzón, ella posa su vagina en el tronco del pene, que no penetraba al interior de ella, pero se podía ver brillante, lustroso bronceado, como satisfacía la ansiedad, inquieta de mi prima, podía ver todo su pene erecto, rozando la zanja rosada que se producía comenzando desde el  botón del ano de mi prima terminando apretujado por los labios vaginales de ella, a horcajadas trataba de ocupar el lugar de donde pertenecía por naturaleza geométrica, pero mi prima evitaba la penetración, y al escapar de la cavidad carnosa de la vaginal terminaba por chocar en las carnosidades del botón del ano, pero ella tenía el control del movimiento, que de suave se transformaba en frenético, y en minutos violento,  volviendo nuevamente a la suavidad de un propia de un cuerpo tierno y delicado, mientras el solo disfrutaba y trataba de controlarla, incrustando sus dedos en las caderas de mi prima, el arqueo su tronco donde mi prima tuvo que acomodarse a la postura de él, lo cual permitió dejar más a la vista toda la vagina en su brillante esplendor, y por parte de Marcelo, me dejo ver toda la plenitud del pene erecto que tomaba  una forma venosa gruesa terminando en una cabeza hinchada lustrosa, rojiza, ella solo frotaba y el comenzó a moverse de forma violenta y obscena, clavándose en los glúteos y de vez en cuando la punta del pene se hundía tanto en la entrada de la vagina como en el botón del ano, hacían ese ejercicio, en una forma rítmica cuando mi prima hace un brinco, y un quejido ahogado en un beso, que expresaba molestia y un dolor placentero se dejo escuchar dentro de la pequeña habitación, interrumpía la escena, los dos quedaron estáticos y mi prima enderezo mas sus piernas, quedando de puntillas de sus pies, el aferrado a los glúteos de las nalgas de mi prima, pregunta con voz muy baja, -Te duele?!-,,  lo cual ella responde con un si ahogado en sollozo,, él relajo las piernas, y hace un movimiento torpe, lo cual mi prima responde con un apurado, -no te muevas!-, el quedo estático por unos segundos, y ella comenzó a incorporarse nueva mente al movimiento, despacio, volviendo a apoyar la planta del pie, por completo a las tablas del piso húmedo del lugar, y seguido doblo las rodillas, el por un acto natural abrió los pliegues de las nalgas, y veo con horror y excitación como el pene se perdía por completo dentro de mi prima, por el ángulo del cual me encontraba, no podía distinguir en donde entraba de esa forma tan majestuosa ese lindo pene que ya se me hacía grato mirar, solo lograba distinguir que el ritmo lo volvió a controlar ella, mezclándolo con quejidos, que de alguna forma los repetía, en mi propia respiración, que de vez en cuando, cerraba mis ojos tocando por instinto mi cuerpo y mi vulva por encima de mi traje de baño que logro notar que al igual que a los amantes, que observaba tan atentamente, estaba húmeda, al tacto, mis bellos púbicos estaban empapados de esta viscosidad, que por algún motivo olfatee y acto seguido, seguí torpemente tocando, e imitando el frote que observaba del pene en la vagina de mi prima, y mis sentidos se desplegaron mi cabeza se abombaba sentía que el corazón estaba metido en mi cabeza, mis piernas tiritaban sintiendo a ratos que perdían fuerzas, temblaba mi cuerpo completo, me agradaba esa sensación de soledad e intimidad, que experimentaba en ese momento, quería más, quería sentirme llena de alguna forma, y quise dar el paso más osado y rebelde contra mi propio cuerpo, metí mi mano directamente al tacto piel con piel con mi vagina, que estaba muy mojada, mis dedos chapoteaban con esta tibia humedad, y podía sentir que mi vagina estaba caliente, directa mente mi palma frotaba enérgicamente el clítoris, y las yemas de mis dedos, rosaban cosquilleaba la entrada de mi ano, nunca antes lo había hecho, tenía miedo de provocarme algún daño si hacia algo más, con lo experimentado ya era suficiente, pellizcaba mi clítoris y siento unas ganas de orinar mezclado con un remezón eléctrico en mi cuerpo, creo haber tenido unas ganas de llorar y reír a la misma vez, a esta altura de mi vida, lógicamente lo que experimente fue un orgasmo, que a ese entonces no entendía, suspiraba muy profundo, y trataba nuevamente de volver a mi ritmo natural de respiración, lo cual hacia forzosamente, con inhalaciones profundas y exhalaba, lentamente, le había perdido la atención a los dos que estaban encerrados ya por mucho rato, había perdido la noción del tiempo, volví a acomodar mi ojo a la improvisada perforación, y tarde unos segundo a acostumbrar a mi vista a la penumbra de la habitación, solo escuchaba los jadeos y los quejidos de ambos que de alguna forma se escuchaban más fuerte, sentía como algo pegaba cachetadas rítmicas, y ya incorporada mi visual, vi como los amantes habían cambiado de posición, ella estaba colgando del cuerpo de él, con sus piernas rodeando fuerte mente las cintura por sobre las caderas del muchacho, y el, a su vez, la sostenía con toda su manota esquelética agarrada del culo redondo de ella, y permitía levantarla y dejarla caer de lleno arriba del pene tieso de Marcelo, ella se dejaba tomar y daba empujones torpes con sus glúteos permitiendo la entrada del pene dentro de su cuerpo,- Eso!- el pene de el donde estaba, había perdido ese detalle del ejercicio que hacían dentro de la caseta, no podía ver bien por el ángulo, del cual me encontraba, cuando un ,, -Hooo!!!-,, – Haaa-,,, y gruñidos que el hacía, lo combinaba con el doblar de las rodillas  del muchacho, lo cual permitio que mi prima ese pequeño movimiento del, parapara más la cola permitiendo ver como el lustroso pene entraba por el ano de Viviana, dejando solo los pequeños testículo fuera de su cuerpo, los cuales semejaban tener vida propia ya que se movían solos y el pene grueso pulsaba, ella gritaba para sus adentros cortando el ahogo en besos salivosos, del muchacho, solo alcanzaba a ese instante a ver la barbilla de ella de hundía en los labios de Marcelo, quedan estáticos por un largo rato, ella no se podía separar de él, sus talones que no podía ver, se notaba que aprisionaban la cintura del muchacho y el traba de descansar el cuerpo pequeño de mi prima en sus muslos musculosos, y con el pene siempre dentro de su cavidad anal, que también se notaba brillosa, y mi prima ni dejaba de frotarse su propio cuerpo en contra el cuerpo moreno de Marcelo, un,, -Haaaaaaaa!-,, largo de satisfacción se escapa de la garganta de ella, reflejándolo en el relajo que produjo su cuerpo que estaba tenso, inerte el pene muy inesperadamente cae desde dentro de ella, dejando caer otro tipo de líquido, ya de color blanco y espeso cuajado, de la punta del pene hinchado, y ella, lleva su mano izquierda, por detrás para evitar que escape este liquido, tapando la entrada de su ano con sus dedos, que ya parte de sus muslos y pantorrillas estaban chorreadas, el apurada mente, la le alcanza a sus manos un jarro con agua que sacaba de un balde cercano a ellos y ella a chorros dejaba caer por su vientre para terminar botando a chorros este líquido espeso blanco, mezclado con el agua, suelta un chorro de orina, mientras el pene en forma horizontal apuntaba la frente de ella, deduje que ese líquido que primera vez lo veía, era el semen de él, mientras ella terminaba de lavar su intimidad. Era la primera vez de todo el rato que miraba la cara de mi prima, yo estaba a escasos centímetros de ella solo nos separaba las tablas del tabique, tenía su cara diferente, sus mejillas de un rojo intenso, y sus ojos muy brillosos, con una expresión, muy adormecida, se terminó de acomodar el calzón de traje de baño, y se dio cuenta que el pene estaba a la altura de su cara con aun con gotas de semen asomando lo toma con su mano derecha lo acaricia, y lo dirige a su boca envolviéndolo con sus labios rojos al natural chupando con dulzura la cabeza del pene, pasando su lengua por el tronco del cuerpo del pene, y bebiendo el semen que restaba por caer del interior del miembro, podía escuchar el sonido gutural que producía su garganta al tragar el líquido, que en mi provoco un arcada de asco, lo cual me imagino escucho mi prima por que dirigió suavemente la vista hacia donde me encontraba y logre apreciar que ella por un segundo me observo, me asuste, chille, me sorprendió, como si yo estuviese haciendo algo malo, me sentí culpable, también acomode mi traje de baño, me pare y corrí a donde estaban mis padres, en silencio durante todo lo que resto del día.

Familia Incestuosa. 1

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Capítulo I: La soledad de mamá, el primer roce.

Hola mi nombre es Víctor, en la actualidad tengo 23 años, estudio en una universidad prestigiosa de la ciudad de Toluca y vivo en un fraccionamiento que lleva por nombre “La Virgen”, irónico pues si…

Lo que voy a relatarles es como me convertí en el amante de mi Madre por principio de cuentas y de mis dos hermanas, para terminar de rematar las cosas. Mi madre lleva por nombre Citlalli quien actualmente tiene 40 años cumplidos, mis dos hermanas son mellizas, Tania y Brenda, quienes actualmente tienen 22 años cumplidos.

Todo comenzó con el divorcio de mis padres, hace ya 6 años, debido a que papá tenía otra familia en otra ciudad de la república, por tal motivo mamá cayó en una depresión muy grande, teniendo como resultado su descuido personal y emocional, a los 34 años de edad Citlalli mi madre pesaba casi 90 kilos, con apenas 1.56 de estatura. Mis hermanas y yo intentamos por todos los medios sacarla del hoyo, pero ella parecía que no quería salir de todo lo que el divorcio y la traición de papá le habían dejado a cuestas.

El primer año después del divorcio mamá se la pasaba acostada casi todo el día, se aseaba poco y siempre parecía una indigente, por las ropas que usaba. Eso tuvo como resultado el que lo hombres no se fijaran en ella, la mujer que en mi infancia me parecía las más hermosa del mundo, ahora me resultaba una desconocida por completo.

Hasta que a principios del segundo año desde su divorcio, la intervención de mi Tía Rocío, lo cambio todo por completo, La Tía Chío como la llamamos de cariño, es la hermana mayor de Citlalli mi madre. Ella jugo un papel muy importante en ese pasaje negro de la vida de mamá, ya que fue quien la llevo a rastras al médico y la puso hacer ejercicio. Con lo que en menos de un año mamá logro perder 30 kilos, con lo que la mujer que yo recordaba regreso de entre los muertos, aquella apariencia avejentada y maltrecha fue sustituida por una mujer delgada y con curvas prominentes. Con lo que mi manera de verla comenzó a cambiar, por completo…

Citlalli mi madre, en la actualidad pesa 60 kilos, como ya dije mide 1.56 de estatura, tiene cabello castaño obscuro ondulado hasta la mitad de la espalda, su cara es ovalada y sus facciones volvieron a ser definidas, una nariz respingada, ojos grandes y redondos color café, boca mediana con labios delgados, pero lo que más resalta en la actualidad son esos senos enormes que posee, siendo talla 36DD en brasier, un culo mediano y paradito, piernas cortas pero musculosas.

Con el regreso de la mujer atractiva que mamá es, en mi comenzó a surgir cierto deseo por ese cuerpo que miraba todos los días en casa.  A veces fantaseaba con poseerla pero el miedo me ganaba y terminaba por olvidar esas fantasías, con forme el tiempo fue pasando las ganas y deseos de cogerme a mi madre, aumentaban. En innumerables ocasiones los hombres por la calle la miraban con deseo y uno que otro se animaba a decirle guarradas. Pero mamá se mantenía firme y jamás hizo por corresponder a dichos a lagos o vulgaridades.

El tiempo pasó y llego el tercer año después del divorcio, mamá cada día se sentía y se veía mejor, era excitante mirarla durante sus secciones de ejercicio en casa o mirar su bue culo y tetotas cuando se inclinaba para tomar algo del refrigerador o un estante.

Una tarde al regresar a casa, mire a mamá tomando agua en la cocina, después de una sección de bicicleta fija, su cabello al igual que su cara y pecho se notaban empapados, al entrar a la cocina me percate de algo que hizo endurecer mi pájaro, su entre pierna y trasero estaba igual de mojados que el resto de su cuerpo, sabía que la enorme erección que se formaba debajo de mis pantalones, sería imposible de ocultar uno segundos después por lo que me di la vuelta e hice que tomaba algo del refrigerador.

Que paso papi?… como te fue! – dijo mamá –
Bien ma! Todo bien! – respondí –

La imagen mental de ¿l cuerpo de mamá completamente desnudo y cubierto de sudor, no desaparecía de mi mente. Gire al tiempo en que mamá salía de la cocina y lo inevitable sucedió.

Vic! En que estás pensando, papi? – exclamo mamá –
Porque ma? – pregunte extrañado –
Pues mira nada más ese bulto en tus pantalones! – dijo señalando mi entre pierna –

Me sentí avergonzado y no supe que responder.

Jejeje! Mi niño ya no lo es tanto! Uuuhhmm!! – suspiro mamá y subió las escaleras –

Esa misma tarde mientras me duchaba fue la primera vez que me masturbe pensando en mi madre. Días más tarde mientras estaba con dos amigos jugando videojuegos, mamá entro sin avisar a mi habitación, los ojos de mis amigos se abrieron de golpe al ver el cuerpo de mi madre enfundado en unos pants de lycra negros, los cuales se ajustaban perfecto a sus curvas, un top deportivo color verde el cual dejaba poco a la imaginación.

Vic! Voy a estar haciendo ejercicio, en el cuarto de arriba, ok… se portan bien niños he! – dijo mamá y cerró la puerta –

Mis amigos tragaban saliva muy rápido, debido a la excitación que mamá les había provocado. Casi una hora después de que mamá entrara a la habitación, tuve ganas de ir al baño, por lo que deje a mis amigos en mi habitación a solas. Fui al baño y a la cocina por unos jugos, al regresar y antes de entrar a la habitación pude escuchar a mis amigos hablar de mamá y mis hermanas pero no de manera normal si no sexualmente, cosas como:

Wey no mames que buenota está la mamá del Vic! Viste esas tetotas? No mames que ricas y ese culito parado, mmm!! Se lo mamaba hasta dejárselo irritado!
Si no mames, esta de lujo la doña! Esas tetas para una rusota hasta moquearle la jeta!
Y sus hermanas wey! Pinches flacas sabrosas! Si me cojo a la que me dejes!
La neta, la neta está más buena la mamá que las hijas, wey!
Pues yo si me las cogía a todas…
Eso si, te imaginas como la ha de mamar? Como ha de mover ese culito sabroso encima de la verga!… uy! Y no tiene viejo verdad wey?…
– pues no que yo sepa?… se me hace que se la anda cogiendo el Vic!…
Jajajajajajaja! Jajajajaja! No mames! Jajajajajaja!

Decían los dos, lejos de molestarme sus comentarios a cerca de mi madre y hermanas, hicieron volar mi imaginación, comenzando a fantasear de nuevo, imaginaba como seria si mamá me chupara el pájaro, o se montara en él.

Poco duraron las fantasías, ya que de pronto la voz de mamá dijo.

Vic! Estas bien papi? Te ves algo raro!

Regrese a la realidad de golpe, gire la cara para ver a mamá, la imagen que mis ojos veían como siempre no tenía precedentes, su cuerpo empapado de sudor, su cabello recogido en una coleta, mientras se secaba con una toalla.

Sí, estoy bien ma!… – respondí tartamudeando –
Pues no me lo parece! Te vez raro! En fin! – dijo entrando a su habitación –

Mis amigos se marcharon horas más tarde no sin antes revisarle la carrocería a mi madre de nuevo. Esa misma noche mientras cenábamos no pude dejar me observar a mamá, de manera deseosa, por la noche me masturbe pensando en ella hasta que el pájaro me ardía por lo irritado, en todo momento recordando algo que mis amigos dijeron, “se me hace que el Vic se la chinga”. Pero como hacer para lograrlo, como una mujer hecha y derecha, se fijaría en un jovencito con apenas 19 años en ese entonces.

Por si no lo había mencionado, mi familia posee un negocio de ropa deportiva y suplementos deportivos del cual nos encargamos todos, aunque la mayor parte del tiempo lo hace mi madre. Cierta tarde era mi turno de quedarme con mamá en el local, por lo que al salir de la escuela me dirigí a encontrarme con ella, al entrar por el cancel la mire detrás del mostrador.

Hola ma! Ya estoy aquí! – dije saludándola –
Hola papa! Como te fue en la escuela? – respondió –
Bien ma! Necesitas algo? – pregunte acercándome al mostrador –
Ah! Si que crees que este mugre teléfono sigue desconectándose a cada rato! – exclamo señalando debajo del mostrador –
Déjame echarle un ojo! – respondí dejando mis cosas en una pequeña bodega –

Me acerque al mostrador mientras mamá aún seguía de pie haciendo cuentas, lo que vi cuando me puse detrás de ella fue una de las mejores imágenes de mi vida. Su trasero paradito siendo apretado por unos jeans color negro, me quede mirándolo unos segundos hasta que mamá giro un poco y mirándome dijo.

Que pasa? Te quedaste mudo? O qué?

Me despabile de inmediato pero no pude enfocar mi vista en esos dos melones que dios le dio. Ella lo noto y exclamo.

Víctor! Despierta papa! Ya! Ándale revisa ese teléfono!

Sin ningún argumento valido me di a la tarea que me había asignado mamá, pero note que se dio cuenta de mis miradas a sus lolas gordas. Porque mientras me agachaba para revisar la roseta telefónica, movió la cabeza y una sonrisa pícara se dibujó en su rostro.

Al ponerme en cuclillas a un lado de mi madre sus nalgas quedaron justo frente a mí, revise la roseta telefónica, sin perder oportunidad de mirar las nalgas de mamá, el pájaro se me puso duro poco a poco fantaseando con darle una nalgada o sobárselas un poco. Mamá me miro de reojo percatándose en varias ocasiones de lo que hacía ahí abajo.

Ya está listo necesito hacer una llamada! – exclamo –
A ver prueba ahora! – dije mirándola según a los ojos pero lo que en verdad miraba eran esos melonsotes que sobresalían cubriendo parte de su rostro –

Mamá asintió con la cabeza y fue entonces que me levante de ese lugar, me puse a acomodar unas cajas de zapatos deportivos en los anaqueles, después entre a la bodega para tomar algunas cosas para acomodarlas, al salir mamá entraba, sus gordos y firmes melones se embarraron por completo en mi abdomen, los ojos de los dos se mostraron titubeantes, sin saber que hacer los dos nos zafamos como pudimos.

Chamaco! Porque no te fijas! – exclamo mamá –
Perdón! Ma! Lo siento! – dije apenado y muy excitado –

Cada quien se distrajo como pudo, pero en mi mente solo podía recordar la lo firmes que eran sus pechos. Mamá hizo su llamada, para después salir de detrás del mostrador, y caminar hasta donde estaba. Al llegar me ayudo con las cosas que había que acomodar, yo me encontraba arriba de una pequeña escalera de aluminio para alcanzar los ganchos superiores. Mamá me pasaba las cosas que había que colgar, cada vez que toma una de sus manos miraba la separación de sus tetas las cuales se mostraban por lo abierto de su blusa a cuadros.

Deberías de buscarte una novia! – exclamo mamá –

Aquello me saco de onda.

Porque lo dices ma? – pregunte –
No te hagas, mira nada más otra vez andas pensando no sé qué cosa y tu amigo ya despertó! – dijo refiriéndose a la erección que se formó en mis pantalones –

Mire hacia mi entre pierna y pude comprobar que era cierto, muy apenado termine de acomodar la mercancía y baje de inmediato de la escalera. Mamá volvió detrás del mostrador y siguió con las cuentas, apuntes y atención a los clientes. Yo me hice pato en el baño y en la bodega hasta que llegó la hora de cerrar, coloque la alarma y los dos salimos del local.

De regreso a casa ninguno de los dos dijo nada, ni siquiera podíamos sostenernos la mirada. Esa noche algo cambio, ya que mamá durante la cena no dejo de mirarme como intentando averiguar algo más.

Nos fuimos a dormir a eso de las 22:30 horas, pero ya entrada la madrugada no pude aguantar las ganas de orinar, así que Salí al baño, después de tirar lo que me sobraba volví a mi habitación, pero un ruido en la  planta baja me hizo bajar con temor las escaleras, al llegar al último escalón mire la silueta voluptuosa de mamá frente a la ventana que da al patio trasero, una humareda salía de su boca, mamá estaba fumando, hacía años que no lo hacía, porque ahora.

Ma?… – dije llamando su atención –

Mamá volteo sin reparos me miro por un segundo y siguió fumando.

Que paso? Te desperté? – respondió –
No, más bien me asustaste! Pensé que se había metido alguien a la casa! – dije susurrando –
Lo siento cariño! No era mi intención! Es solo que se me antojo un cigarrito y no podía dormir – respondió mamá –

Ella termino su cigarro y camino hacia mí. No pude creer lo que vi, mamá estaba vestida solo con una calzón tipo bóxer ceñido a sus nalgas y una playera de algodón vieja, la cual se levantaba por sus gordas tetas.

Vamos a dormir, papi! – dijo tomándome del brazo y deteniéndome para que ella subiera primero –

El vaivén de sus nalgas al subir las escaleras era lo más divino del mundo. Sin soltarme la mano me llevo hasta la entrada de mi habitación, me beso la mejilla y entro a su habitación. Sentí que lo había hecho a propósito para que viera su culo al subir las escaleras. A la mañana siguiente mientras me encontraba en el baño orinando plácidamente, la puerta se abrió abruptamente al mirar de quien se trataba lo que vi me sorprendió por completo. Era mi mamá la que entraba al baño, por unos segundos me mantuve en la posición en la que estaba, los ojos de mamá se centraron en mi pájaro, hasta que gire para cubrirme.

Maaa!!! Está ocupado!! – dije –
Perdón, perdón!! – exclamo –

Cerro la puerta, dejándome solo. Me duche, vestí y baje para desayunar antes de irme a la escuela, durante el mismo mamá no me sostenía la mirada al referirse a mí. Toda la mañana no  deje de pensar en que tanto había visto mi madre. Por la tarde no me tocaba ir al local, así que volví a la casa dormí casi toda la tarde, desperté cuando el teléfono de la casa sonó. Baje a la cocina para tomar algo de beber y me senté en la sala, la imagen de las tetas de mamá y sus nalgas de un día anterior y el recuerdo de sus mirada clavada en mi pene, no salían de mi mente, comencé a preguntarme porque había entrado al baño si ella tiene el suyo en su habitación, todo eso me puso caliente y provoco que me dieran ganas de jalármela ahí mismo. Y cometí un error garrafal, o tal vez no. Me baje los pantalones y la ropa interior hasta los muslos, comenzado a masturbarme poco a poco. Pasados unos 10 minutos mi pene estaba a tope, mi mano lo frotaba con ganas de querer arrancarlo de mi cuerpo, mientras miraba unas fotos de las tetas y el culote de mamá en mi celular, por lo que perdí la noción del tiempo y espacio.

No note que la puerta de la cochera se abría, indicando que mamá había llegado a casa, lo que me hizo volver a la realidad fue el sonido de la puerta de entrada cerrándose, abrí los ojos y mire a mamá, recargada sobre la puerta mirándome no sé si atónita o indignada.

Víctor!! Que chingados haces! Vístete ya que tus hermanas vienes detrás de mí! – susurro molesta –

De inmediato me subí los pantalones y escape a mi habitación, de la que no Salí el resto de la noche. No podía dormir recordando la cara de mamá, al verme sentado con el pito de fuera totalmente erecto y dándole su merecido. De momento recordé que había olvidado mi celular en mi huida. Dios la muerte estaba cerca, si mamá se daba cuenta de sus fotografías en top deportivo o su culo en leggins, jeans y lycras me mataría. Cerca de las 12:30 de la madrugada unos ligeros golpecitos en la puerta hicieron saltar mi pecho.

Si? – exclame –
Abre la puerta! – dijo la voz de mamá molesta –

No me quedo más remedio que abrir la puerta o era capaz de tirarla. Al hacerlo sus ojos mostraban la furia de dios, sus mano extendida me entregaba mi celular.

Mañana mismo quiero hablar contigo! Te pasaste de la raya niño! – dijo susurrando, dio vuelta y entro a su habitación –

No pegue el ojo en lo que resto de la noche. Por la mañana al bajar a desayunar mamá ni siquiera me dio los buenos días. Ese día por la tarde me tocaba estar con ella en el local, sabía que era mi fin. Llegue al local después de las 3:30 p.m. al entrar mamá hablaba por teléfono, al verme termino la llamada diciendo.

Ya llego, te llamo después!

Deje mis cosas en la bodega como habitualmente hago. Al salir la mano de mamá detuvo mi camino haciendo entrar de nuevo a la bodega.

Víctor! En que estabas pensando? Carajo, entiendo que explores tu sexualidad, pero no en plena sala! – arremetió mamá –

No supe que contestar, es más que podía decir, baje la cabeza y me concrete a escuchar.

Que hubiera pasado si en vez de ser yo la que entrara, hubiera sido una de tus hermanas? Uh? Te pusiste a pensar en ello? – siguió diciendo ella –
Y puedes explicarme porque demonios tienes fotos de mis nalgas y chichis en tu celular? – exploto mamá –

La vida llegaba a su fin, pero de pronto algo en mi cabeza se enchufo y me dije que si me iba a matar por lo que había hecho que lo hiciera con provecho. Así que respondí.

Me gustas mamá! Te deseo cada día mas! Eres la mujer de mis sueños y no te cambiaría por ninguna niña de mi edad! Veo que has estado muchos años sola, desde el divorcio con papa, me doy cuenta que te falta un hombre, te he escuchado varias veces masturbarte en tu habitación, creo que eres un mujer desperdiciada, y me encantaría ser el hombre que te haga feliz! Desde hace mucho investigo en internet sobre relaciones entre madres e hijos, para saber si lo que siento por ti estaba mal! Pero me di cuenta que no soy el único, hay mucha gente que lo hace y no solo con su madre, existen toda clase de mesclas raras! Quien mejor que yo, que te conozco de toda la vida para reemplazar a papá! – dije sin parar –

Al terminar cerré los ojos esperando la bofetada, pero esta no llego. Al abrir los ojos mire a mamá recargada en la puerta de la bodega con los ojos llenos de lágrimas y una mano en la boca. No dijo más y salió de la bodega. Tome mis cosas avergonzado y triste y Salí del local, mamá ni se dio cuenta de mi partida, estaba catatónica. Vague por la ciudad hasta entrada la noche. Regrese a casa casi a las 12:00 a.m., mamá me esperaba en la sala de la casa con todas las luces apagadas. De inmediato me pidió.

Siéntate aquí! Tenemos que hablar! – así lo hice sabiendo que ya no había más que decir –
Mira Vic! Entiendo por lo que estás pasando, normalmente los hombres sienten que se enamoran de sus madres, porque son las primeras mujeres en sus vidas! Pero lo que me dices suena a locura! Papi! Date cuenta lo que me pides es una locura! Soy tu madre, te traje al mundo, podrías tener una relación con la chica que quisieras! Porque fijarse en un vejestorio como yo! Cariño, no puedes pretender que salte a tus brazos sin más, te has puesto a pensar que pasaría si tus hermanas, tu padre, tus abuelos, tus tías, se enteran de una locura como esta?… no verdad?
Ahora, cuanta experiencia puedes tener, como hombre para satisfacer a una mujer de mi edad, si, talvez seas más viril que los hombres de mi edad, pero no creo que me aguantes el paso sexualmente hablando!

Mamá me tenía confundido, por un lado me decía que eso era una locura y por otro me hablaba de sexo con ella.

No niego que tienes razón, en una cosa; he estado sola muchos años, sin un hombre a mi lado, y si tengo necesidades como cualquier mujer. Pero Vic! Lo que me pides es una locura! – sentencio mamá –

Tome valor y respondí.

Primero, que nada quiero aclarar que para mí no eres un vejestorio, o algo parecido, eres una mujer hermosa, segundo, si esto te parece un locura por completo, porque nunca me llamaste la atención las muchas veces en que me sorprendiste mirándote las chichis o las nalgas, porque me hablas de que no podría satisfacerte sexualmente si no lo estuvieras meditando o al menos lo hubieras contemplado? – finalice mi argumento –
No lo sé Vic! Debo admitir que todo esto es raro y estoy confundida, por lo pronto deja la idea de irte de la casa y ve a dormir. Hasta mañana! – dijo mamá subiendo las escaleras –

Durante casi dos semanas no hubo mayor palabra que los buenos días o alguna petición de ayuda mientras estábamos en el local. Pero eso si mamá se la pasaba hablando por teléfono por mucho tiempo con alguien, eso me tenía nervioso, ya que podría ser algún galán que la pretendía en secreto y mis ideas de ser el hombre de su vida se desvanecían.  Un domingo por la tarde mientras mis hermanas habían salido con sus amigas y yo estaba encerrado en mi habitación, el timbre sonó, al asomarme por la ventana para ver quién era, pude ver a una amiga de mamá cargando una caja de galletas, mamá le abrió la puerta y la hizo pasar.

Me quede en mi habitación ya que no me sentía de ánimos para bajar a saludar. Habían pasado más de una hora desde el arribo de la amiga de mamá a casa, yo tenía hambre y sed, por lo que me vi obligado a bajar a la cocina, al escucharme bajar las escaleras las dos cambiaron la conversación rápidamente y al verme se quedaron en silencio.

Hola buenas tardes Sofí! – dije saludando a la amiga de mamá –
Hola Vic! Como estas? – respondió –

La mirada que Sofía me dedico por unos segundos, me hizo sentir incómodo. Mamá ni me volteo a ver.

Bien gracias, solo vine por un sándwich y algo de tomar, no las interrumpo mucho tiempo! – dije apresurándome en mis labores –

Las dos permanecieron en silencio y el ambiente se tornó tenso, Salí de la cocina despidiéndome de Sofía con un beso en la mejilla, al tiempo en que miraba a mamá buscando sus ojos, ella me miro de forma rara, Salí y volví a subir las escaleras. Pero no sin antes sospechar que la plática tenía que ver conmigo, así que inteligentemente hice como que entraba a mi habitación y sin las sandalias de baño que me delataban regrese hasta el descanso de la escalera. La charla se reanudó pocos segundos después.

Sofía: pues mira Citlalli, sé que todo esto es muy confuso, si lo sabré yo! Pero no tienes que verlo como algo malo! – dijo la amiga de mamá –
Mamá: no se Sofí! No niego que me siento muy sola, y saber que mi hijo me ha escuchado mientras me masturbo por las noches! Hay dios me tiene muy sacada de onda!
Sofía: dime la verdad! Te sientes atraída hacia tu hijo? En alguna manera?
Mamá: la verdad, hasta hace unos días siempre lo vi como mi hijo, pero después de verlo con la verga de fuera, la primera en su estado pasivo y la segunda en todo su esplendor, ya no sé, es guapo, debo admitir que me recuerda mucho a su padre de joven, ya no sé si lo quiero como hijo o como hombre!
Sofía: perdón por la tontería que voy a decir pero al menos tiene con que quererte? Jijiji!!!
Mamá: y de sobra! Jajajajajajaja! La tiene más grande y gorda que su padre! Hay dios que estoy diciendo!
Sofía: pues qué esperas mujer, que te importe un carajo lo que te dice tu cabeza, se feliz! Y muy cuidadosa, eso sí! Mírame a mi llevo más de 6 años con mi sobrino y nadie se ha enterado!
Mamá: hay dios! En serio? Debo decirte que en las últimas semanas y después que vi a Vic, con la verga de fuera en plena sala, me he masturbado pensando en ese miembro joven y viril, varias veces!

Era suficiente, no había que saber más, sabía que mamá fantaseaba conmigo como yo con ella. Subí a mi habitación y me sentí más tranquilo. También me asombre de la confesión de Sofía, cogía con su sobrino desde hace 6 años, wow!…

Sofía se marchó una hora más tarde, sin despedirse de mí. Ahora solo me quedaba esperar a que mamá tomara una decisión o atacarla cuando menos se lo esperara y ver qué pasaba. Y sobre mi pájaro, nunca me había interesado medírmelo hasta ese día, y el resultado fue 19 cm. De largo y 5 de ancho. La semana siguiente, las cosa o al menos la comunicación mejor entre mamá y yo, llego el viernes y me tocaba estar con ella en el local. Llegue temprano a eso de la 1:00 p.m. ya que las últimas tres horas se cancelaron en la universidad. Mamá atendía a un cliente, deje mis cosas y me quede detrás del mostrador.

Como te fue? – dijo mamá después de que el cliente se marchó –
Bien ma! Gracias! – dije respetuosamente –
Ok qué bien! Me respondes algo? –pregunto –
Claro! Dime? – revire –
Cuantas veces has tenido sexo o has hecho el amor? – pregunto sin titubear –

Me quede helado por unos segundos y respondí.

Hasta el día de hoy 6 veces y fue solo sexo! Tres con amigas y compañeras de la uni, y tres más con Yadira… – conteste –
Yadira, la hija de Juan el amigo de tu padre?… wow!!! Vaya gustitos!!! – dijo en broma –

Al tiempo en que daba media vuelta y se adentraba en el baño. Después de eso mamá entro a la bodega, tomo la escalera y nuevos modelos de zapatos deportivos que acaban de llegar para colocarlos en los exhibidores, llego hasta donde los tenía que colocar al tiempo en que decía.

Me ayuda, Vic!

Camine hasta su lado, ella subió a la pequeña escalera ayudada por mi mano. Uno a uno le fui pasando los zapatos deportivos para ser exhibíos. Casi estaba por finalizar pero por la necedad de no mover la escalera para colocar los dos últimos pares en sus exhibidores, mamá tambaleo en el peldaño de la escalera y se fue de lado.

No tuve más remedio que atajar su caída, pero el resultado fue que al abrazarla para evitar su caída termine por tomarla de las nalgas mientras mi cara quedaba en medio de sus tetas completamente embarrada en ellas, lo único que evito que los dos cayéramos al suelo fue la pared que nos detuvo. Mamá no dijo nada al sentir mis manos en sus nalgas y mi cara en sus tetas, lejos de eso me agradeció.

Hay papa! Por poco y me mato! – exclamo asustada –
Estas bien mamá? – dije entre cortado por sus tetas embarradas en la boca y nariz –
Si papi! Gracias! – dijo temblando por el susto –

La abrace y la lleve hasta el mostrador, ella me hizo una seña que la llevara a la parte de atrás, donde esta tanto la bodega como el sanitario. La vi realmente asustada, llegamos hasta la puerta del sanitario, me pidió con señas que entráramos, al hacerlo de inmediato se apoyó sobre el lava manos, dejo correr el agua y se enjuago la cara, como intentando reaccionar, mi mano sobaba su espalada en señal de consuelo.

Hay dios! No sé qué hubiera hecho si esto me pasa con una de tus hermanas, papi! Yo creo que me mato! – dijo aun temblando –
Ya paso ma! Lo bueno es que los dos estamos bien! Cálmate! – respondí sin dejar de frotarle la espalda –

Le alcance una toalla para que secara la cara, ella lo hizo; al terminar me abrazo y todo en la vida cambio para siempre. Cuando su cuerpo se fundió con el mío, su cara descanso en mi pecho sus ojos buscaron los míos y nos besamos por primera vez en los labios. El beso siguió y siguió, la manos de mamá pasaron por mi espalda hasta mis hombros, lentamente giramos hasta que yo quede dentro del sanitario caminando hacia atrás, logre sentarme sobre la tapa del inodoro, mamá soltó mis hombros y se sentó encima de mí, comenzando a mover su pelvis encima de mi pájaro el cual despertaba con cada movimiento, mis manos la tomaron por las nalgas, empezando a amasarlas suavemente, nuestras bocas se volvían locas, las manos de mamá revolvían mi cabellos mientras que sus tetas se frotaban en mi pecho. De pronto mamá interrumpió el beso.

Shh!! Entro alguien! – dijo levantándose –

Salió del sanitario, pensé que hay había terminado todo; lo cual no fue así, al salir del sanitario y mientras me dirigía hacia el encuentro con mamá, ella apareció de frente a mí, su mano me tomo de la cintura empujándome hacia el interior de la bodega.

Ma, que haces? – inquirí –
Lo que desde hace unas semanas he querido hacer! – respondió volviendo a besarme –

La diferencia de estaturas era un problema ya que le saco casi 30 centímetros, así que de inmediato ella misma subió en un banco de plástico, con lo que logramos equiparar estaturas; misma manos de nuevo fueron hasta sus nalgas mientras que las de ella se dividieron, una en mi cabellos y la otra hizo el recorrido hasta mi pájaro palpitante, suave y sin quitarme el pantalón comenzó a frotarlo, decidí que su ella ya había cruzado el umbral de lo prohibido porque yo no hacía lo mismo, por lo que una de mis manos se dirigió hasta su pubis empezando a meterle mano.

Los suaves gemidos de los dos hacían aquello más excitante y lleno de morbo. Su boca dejo la mía y bajo por mi cuello, su mano ya intentaba desabotonar mi pantalón, pero se resistía de algún modo; mientras que las mías se deleitaban con su pubis y nalgas. De momento la mano que tenía en su nalga dejo la misma y subió por su espalda hasta llegar a sus tetas, la firmeza y suavidad mezcladas en esos melones es indescriptible, desabroche algunos botones de su blusa hasta darme el espacio necesario para maniobrar dentro de su brasier, los gemidos y las respiraciones se aceleraban de golpe.

Mamá no podía desabrocharme el pantalón así que decidí ayudarla con eso, zafé mi cinturón y botón, ella tomo la cremallera, bajándola. Tomo mis pantalones por la cadera y los bajo un poco junto con mi ropa interior. Haciendo que mi pájaro apareciera hasta la mitad, lo miro unos segundos.

Vic! la tienes grande papi! – exclamo en susurro –
Es toda tuya! Ma! – respondí jadeando –

En cuanto mamá escucho eso, me bajo los pantalones hasta dejarlos encima de mis muslos, tomo mi pene comenzando a masturbarme. Yo trate de hacer lo mismo pero mamá se resistía, comprendí que no debía forzar las cosas, así que deje que ella me diera la pauta de hasta donde quería llegar, decidí atacar por el lado de sus tetas metí la mano por debajo de su brasier sacando uno de sus melones de la copa que lo cubría. Su pezón y areola son rositas, contrario a lo que pudieran imaginar sus pezones son muy pequeños y casi pegados a sus tetas, mi lengua de inmediato lamio su pezón con lo que el primer comentario sexual llego.

Ummh! Papi! Que rico! – gimió mamá –

Así estuvimos por espacio de unos minutos, la excitación y el morbo del momento hicieron que mi pene no aguantara mucho y m derrame sobre la mano de mamá, ella siguió jalándomela hasta sacarme la última gota de esperma de los huevos, mi boca soltó su melón, ella me beso de nuevo soltó mi reata, se acomodó el brasier y la blusa y salió de la bodega, yo me quede atónito y excitado por unos momentos más dentro de la bodega, Salí poco después me lave el pene en el lava manos y me acomode bien la ropa y cabello.

Salí a ver dónde estaba mamá, la mire atendiendo a un cliente como si nada. Durante el resto de la tarde las cosas fueron totalmente diferentes tanto ella como yo, no dedicábamos miradas sexys y nos rozábamos cada que podíamos, al llegar la hora de cerrar me llamo al mostrador.

      Vic! ni una palabra a nadie de lo que hicimos! Entendido? – exclamo mamá –

      Si ma! – respondí –

    Y por favor seamos cuidadosos y precavidos con esto! – dijo de nuevo –

Asentí con la cabeza mientras ella me besaba de nuevo ya con la cortina del local abajo. Puse la alarma, salimos del local y volvimos a casa. Después de esa tarde las cosas ya nunca más fueron las mismas…

Continuara…

Familia Incestuosa. 2

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Capítulo 2: Rompiendo Las Reglas Primera Parte.

Todos al crecer, nos regimos por reglas establecidas, las cuales nos indican o enseñan a diferenciar el bien del mal, pero en realidad que está bien o que está mal. Yo lo descubriría al día siguiente de haberme convertido en la puta de los amigos de mi hijo Adrián.

Esa mañana, las miradas de Adrián, Fabian y Alex, me mantenían en suspenso total, ninguno decía nada con palabras, pero decían mucho con las miradas. En ese momento imagine ser un pequeño venado, rodeado por lobos. Era sábado, el día más atareado en la clínica, por lo que, sin decir más, me marche de nuevo a mi habitación, para darme una ducha.

Al volver con los chicos, me senté junto con ellos, desayunando de prisa y saliendo a la clínica para abrirla. Para mi mala fortuna, o buena fortuna… según como lo quieran ver, ni mi hermana, ni mi ayudante, asistirían a la clínica esa mañana, por lo que no me quedaba otra, que pedirles a los chicos que me asistieran.

Así que llame a Adrián, quien bajo sonriente y dijo.

–          ¿Qué pasa ma?

–          ¡hay papi! Ni tu tía ni Kari, vendrán a trabajar hoy… ¿será que me puedan ayudar ustedes? – pregunte –

Adrián asintió, respondiendo.

–          ¡si! ¡Bueno déjame preguntarles a ellos, pero no creo que digan que no! – su respuesta y su sonrisa, me dejaron algo preocupada, ya que eran algo raras –

Después de unos minutos, Adrián bajo acompañado de Alex y Fabian, quienes me miraban como si no tuviera ropa encima.

–          ¡claro que la ayudamos! ¡Solo déjenos ir a nuestra casa, avisamos y regresamos! ¡y en una de esas, hasta nos quedamos de nuevo! – exclamo Alex con doble intención –

–          ¡si doc! ¡No hay bronca! ¡Regresamos en un rato! – dijo Fabian riendo entusiasmado –

Adrián y yo, comenzamos las tareas del día, mientras que Alex y Fabian regresaban a la clínica. Jamás imagine lo que es mañana me depararía el destino. Mientras mi hijo y yo bañábamos a un perro grande, una de sus manos roso mi seno derecho, por lo que me quede inmóvil por un segundo sin saber que decir o hacer.

–          ¡perdón! ¡Perdón! ¡Ma!… – exclamo Adrián –

–          ¡ya, no pasa nada! – respondí calmada –

Adrián, dejo atrás el incidente, siguiendo con su labor, mi mente trajo de vuelta los momentos de la noche anterior, mi vagina dolorida, se humedeció de inmediato. El recuerdo de los miembros de Fabian y Alex, penetrándome al mismo tiempo, se implanto en mi mente, dejándome sin nada más en que pensar.

–          ¡hey! ¡Mama! ¡Despierta! – dijo Adrián devolviéndome a la realidad –

–          ¡eh! ¡Si! ¡Si! ¡Ya! – respondí con un gran bochorno encima –

–          ¿en qué pensabas ma? – pregunto mi hijo –

–          ¡en nada, olvídalo! – dije intentando esquivar la bala –

El perro era tan grande que apenas entre los dos podíamos abarcarlo, para enjabonarlo, por lo que de nuevo las manos de Adrián tocaron mis senos, pero esta vez no hubo disculpa, a medida que avanzábamos en nuestra tarea, Adrián me miraba de manera distinta, cada vez que sus manos rosaban mis senos.

–          ¿te pasa algo Adrián? – pregunte tontamente –

–          ¡eh! ¡Pues, si! – respondió con cierta duda –

–          ¿me dirás, que te pasa? – revire –

–          ¿Por qué no dices nada, cuando te toco las chichis? – exclamo mi hijo –

–          ¿Qué? ¡Bueno pues no te digo nada, porque sé que no eres mal intencionado! ¡Solo es un roce producto del trabajo que hacemos! – dije –

–          ¿y cómo lo sabes? – exclamo Adrián –

Las palabras de mi hijo comenzaban a preocuparme.

–          ¿Cómo? ¿Lo haces con otra intención? ¡Adrián, soy tu madre! – dije intentando reaccionar –

–          ¡si! ¡Lo sé! ¡Y Fabian y Alex, son mis amigos! ¡y aun así, dejaste que te cogieran! ¿No? – respondió dejándome sin habla –

Por varios segundos, no hice otra cosa que mirar a mi hijo boquiabierta, el permanecía calmado, lo que me asustaba aún más.

–          ¿Qué, pensaste… que tus gemidos no serían escuchados? ¡Mama, gemías como loca!… – dijo de nuevo –

–          ¡si mama! ¡Te vi, con ellos! ¡Vi como lo disfrutabas! Y sabes… no me molesta. ¡No! ¡No te preocupes! No diré nada a nadie… ¡pero yo también quiero probarte! – sentencio Adrián –

La cara se me quería caer de vergüenza, pero las palabras de mi hijo me dejaban sin nada más que decir, o poder argumentar en mi defensa. Como negar que me había encargado de seducir a sus amigos, y lo bien que me hicieron sentir ese par. Y ahora era mi hijo, quien quería ponerme ese animal dentro de mí.

–          ¡no te preocupes! ¡Fabian y Alex, me lo confesaron en la mañana! Y si te pido esto, es porque quiero que estés de acuerdo… porque te pensábamos drogar o algo así, para que yo te pudiera disfrutar… así que es tu decisión, por las buenas o por las malas… ¡pero te voy a coger mama! – exclamo Adrián –

No daba crédito, a lo que estaba escuchando, los tres habían fraguado un plan para que mi hijo me gozara sexualmente. Y como lo dijo el, por las buenas o malas, pero me cogería… así que no tendría objeto hacer un drama, o intentar persuadirlo de que no lo hiciera.

–          ¡bien! ¡Pero no aquí! ¡Ni en la casa! ¡Ya cometí muchas pendejadas! ¡Así que si me quieres tener! ¡Será en otro lado! – sentencie envalentonada –

Adrián sonrió, morboso. Sin decir más, volvió a su labor, justo cuando Alex y Fabian tocaban el timbre de la clínica, sin darnos cuenta habían pasado más de 30 minutos. Adrián, salió a recibir a sus amigos, cuando los tres entraron en la habitación en la que estaba, todos sonrieron morbosos y lujurioso. Sus ojos se comían mi cuerpecito. Me sentía algo incomoda pero a la vez deseada.

Mi hijo, asigno tareas a sus amigos, dejando atrás las miradas de morbo, el resto de la mañana y parte de la tarde, la pasamos entre miradas, arrimones, roces a mi cuerpo y nada más… hasta ese momento nadie se atrevía a tocar el tema del sexo de la noche anterior o la propuesta de Adrián.

Tanto Adrián, como Alex y Fabian, no perdían oportunidad de rozarme las nalgas o senos, o pegarme sus bultos en el trasero de forma sutil y mientras nadie observaba.

Casi al finalizar el día, Salí a entregar al último perro que tenía para estética, dejando solos a los tres amigos. Al regresar por el pasillo que lleva al consultorio y estética, logre escuchar lo que los tres decían.

–          Alex: ¿Qué pedo? ¿Ya le dijiste?

–          Fabian: ¿cuenta wey?

–          Adrián: ¡sí! Ya le dije…

–          Alex: ¿y? ¿Se puso loca?

–          Adrián: ¡no me pareció! De hecho acepto… pero tendrá que ser en otro lado…

–          Fabian: ¡no mames! ¡A huevo! ¡Esto se va a poner más chingon! ¡Ahora que tú mama ya acepto!

Esa última frase me pareció algo rara, pero no le di importancia en ese momento, horas después averiguaría el porqué de esa frase. Haciendo algo de ruido, entre en la habitación, los chicos guardaron silencio, mirándome.

–          ¡bien! ¡Al fin terminamos! ¡Solo hay que recoger, limpiar y seremos libres! – exclame –

Los chicos se pusieron manos a la obra, mientras que yo subí a la casa a ordenar mi cabeza. Sabía que de alguna forma debía tener el control sobre todo lo que venía, al menos cuando estuviera vestida, decidiendo poner algunas reglas, con los muchachos. Regrese a la clínica, la cual había quedado en orden en poco tiempo. Adrián, Alex y Fabian se encontraban en la habitación de la estética, riendo y cuchicheando.

–          ¡que hay muchachos! ¿Acabaron? – pregunte –

–          ¡si! – exclamo Adrián –

–          ¡ok! Entonces pongan atención… – dije mientras me sentaba en un banco que hay en la habitación –

Los tres me miraban impacientes, pensaban que me quitaría la ropa en ese momento y dejaría que me hicieran lo que ellos quisieran.

–          ¡bien chicos! Se de sus planes para hacer que Adrián me cogiera… al igual que él sabe, lo de nosotros… en fin ya todos sabemos a qué jugamos… lo que quiero decir ahora es que si bien accedí a hacerlo con ustedes, quiero que haya reglas, como si yo digo que no, es ¡no! Ok… nadie tendrá que enterarse jamás de lo que hacemos… no volveremos a hacerlo en casa… así que vayan pensando en algo… si alguno llega a comentar algo de esto, a quien sea… se olvidan de mi… ¡entendido!… – dije sin parar –

Los tres se miraron, rieron y aceptaron.

–          ¡no te preocupes mama! Nadie hará nada que no quieras hacer… ¡si doc! Nadie tiene que enterarse… ¡de acuerdo doc! – Respondieron los tres –

Me levante del banco, saliendo de la habitación, pero antes de hacerlo, dije.

–          ¡ah! y si quieren hacerlo esta noche, vayan pensado en donde, porque aquí ya no…

Me había vuelto loca, como es que decía esas cosas… en verdad había desatado a la puta que vive dentro de mí. Subí a la casa para cambiarme de ropa y darme un baño, justo antes de desnudarme para entrar al baño, Adrián golpeo la puerta de mi habitación.

–          ¡ma! ¿Puedo pasar? – dijo Adrián –

Pensé que si me había visto ya ensartada por dos penes, porque se tomaba la amabilidad de preguntar eso.

–          ¡claro! – respondí –

–          ¡ma! Ya está resuelto… si tú, estas en lo dicho, queremos hacerlo esta noche… Y en cuanto estés lista nos vamos… te esperamos en el auto… – dijo Adrián –

–          ¡oye! Pero no a un hotel… de acuerdo… – exclame –

–          ¡no te preocupes, ma! Iremos a un lugar a las afueras de la ciudad, es del papa de Alex… y ellos están el monterrey ahora… así que esta solo… ok… – dijo mi hijo cerrando la puerta

Me cambie de ropa, colocándome los jeans más ajustados que encontré, una blusa vaquera sin mangas y sandalias. Me recogí los cabellos y baje para encontrarlos. Adrián, estaba detrás del volante de mi coche, en el asiento trasero Fabian y Alex.

–          ¡listo! – pregunte –

Adrián puso en marcha el auto, manejando hasta las afueras de la ciudad, por el rumbo de un paraje llamado “la marquesa”, el silencio dentro de auto era insoportable, hasta que Adrián lo rompió con algo que nunca espere.

–          ¡mama! Podemos tocarte un poco… – exclamo el –

Su petición, lejos de asombrarme, me puso caliente, por lo que de inmediato respondí que sí. Adrián, miro a sus amigos por el espejo retrovisor, indicándoles que podían proceder. De inmediato los dos de atrás, me tomaron las tetitas, mientras que mi hijo dudaba en tocarme el chango.

–          ¡vamos Adrián! ¡Tú, eras quien quería hacer esto! ¡Ahora no me salgas con que te da pena! – dije animándolo –

Al darme cuenta que no lo haría por sí solo, tome su mano, poniéndola entre mis piernas, en ningún momento Adrián dejo de ver el camino, pero su mano comenzaba a moverse haciéndome sentir algo inexplicable. Dejo de importarme que Fabian y Alex, me abrieran la blusa, metiendo sus manos dentro de mi brasier, estrujando mis tetitas. Solo podía pensar que quien me tocaba la vagina era, el mismo que hacía 19 años me había convertido en madre. La idea de estar en un error llego de golpe a mi cabeza, pero desapareció pronto, cuando Adrián dijo.

–          ¡desabróchate el pantalón ma!

Sus palabras, fueron como escuchar el permiso necesario. Por lo que me desabroche el botón y baje la cremallera, bajando un poco mis jeans, dejando expuesta mi ropa interior. Sin mayor petición la mano de Adrián se metió entre mis piernas, hurgando por encima de mi panty, sus dedos se aventuraban a entrar en mi vagina, pero el panty se lo impedía, opto por frotarme el frijol, con lo que los gemidos de placer comenzaron.

–          ¡mmh! ¡mmh! ¡oh! ¡mmh! – gemia yo –

Entre los tres me tenían casi desnuda, las manos de Fabian y Alex se paseaban por mis tetitas, cuello, y abdomen, incluso alguno de ellos, metió la mano en mi panty, logrando tocar mis nalgas. Mis ojos se cerraron, mi boca dejaba escapar gemidos suaves y placenteros, mientras que por instinto mi mano busco la primer macana a su alcance. Encontrando la de mi hijo Adrián, misma que estaba dura como piedra y lista para lo que fuera. Sentir su el pene de mi hijo palpitando en mi mano, me lleno de locura, por lo que abrí los ojos y mire su bulto debajo del pantalón.

–          ¡sácalo! ¡déjame tocarte! – susurre a mi hijo –

Adrián, se volvía loco intentando manejar y abrir sus pantalón, por lo que tuve que ayudarlo un poco, una vez que su animal estuvo fuera de su ropa interior, mis ojos admiraron aquel pene enorme, lleno de venas palpitantes, con mucho vellos púbico. De inmediato lo tome con la mano izquierda, empezando a masturbar a mi hijo. La mano de Adrián, se apartó de mi entre pierna, dejándole el lugar a la de alguno de sus amigos, mientras que masturbaba a mi hijo, volví a cerrar los ojos para disfrutar del momento. Pasaron unos minutos más, hasta que el auto por fin se detuvo después de un camino de terracería. Al abrir los ojos mire una cabaña pequeña pero bonita, iluminada por completo, pensé que había alguien en el interior, por lo que de inmediato solté la macana de Adrián les quite las manos a los chicos de mi cuerpo y cubrí mis tetitas cerrando la blusa con las manos.

–          ¡no que estaríamos solos! – exclame algo molesta –

–          ¡tranquila mama! es solo pepe, el cuidador… – respondió Adrián mientras me agarraba una teta –

Alex, bajo del auto y camino hasta la puerta, un hombre grande y entrado en años salió a recibirlo, le entrego las llaves y se marchó en una moto para todo terreno. Alex volvió al auto y dijo.

–          ¡listo! Ya pueden bajar…

De inmediato Fabian y Adrián, bajaron, yo me quede dentro intentando saber si aquello era una trampa de los chicos y acomodando mis ropas. Después de unos segundos abrí la puerta con cautela, Alex me miro y exclamo.

–          ¡vamos doc! ¡estamos solos! ¡usted cree que seriamos tan estúpidos de incumplir en algo, y perdernos de su culito!…

Decidí que tenía razón, baje y entre a la cabaña, la cual era tan linda por fuera como por dentro, una chimenea encendida hacia que la sala estuviera tibia, los chicos me dieron un tour por la cabaña, mostrándome el cuarto de baño, en donde había un jacuzzi grande, la habitación principal, con una cama Queen size, regresando a la sala.

–          ¡bien! Con que empezamos… – exclamo Fabian –

–          ¡chicos! ¡quiero un trago! – exclame –

De inmediato Alex, busco algo de beber en una cantina ubicada en la esquina izquierda de la sala, tomo cuatro vasos y sirvió un licor de melón llamado “midori”, los tres chicos fueron detrás de la barra, mientras que yo me senté en un banco de la cantina, todos brindamos por esa noche, y bebimos hasta el fondo. Tenía que encontrar el valor necesario, para lo que estaba por venir.

Después de beber el contenido de los vasos, Adrián fue el primero en salir de atrás de la barra, abrazándome por la cintura, pegando su miembro en mi espalda, el bulto de mi hijo era prominente y podía sentirlo con facilidad, sus manos subieron de mi abdomen, hasta mis tetitas, comenzando a frotarlas por encima de la blusa, su boca se pegó a mi oído y dijo.

–          ¡te voy a dar lo que papa, nunca te dio!…

Acto seguido desabotono mi blusa, despojándome de ella, después me quito el brasier dejando mis tetitas desnudas, Alex y Fabian, miraban atentos, la frase de mi hijo me daba vueltas en la cabeza, la calentura aumentaba con cada toque de sus manos a mis tetitas y cuerpo. Sin mayor esfuerzo me levanto del banco poniéndome de pie frente a él, deje que me besara el cuello y chupara un poco mis senos, sus manos buscaban el botón de mis jeans, cosa que encontraron de inmediato abriéndolo y bajando la cremallera, metió sus manos dentro de mis jeans, bajándolos hasta los muslos, ayudándolo un poco me senté de nuevo en el banco sin decir nada, solo levante las piernas y Adrián me quito las andalias y el pantalón, dejándome solo con la panty.

–          ¿chicos, no van a participar? – pregunte lanzando la cabeza hacia atrás, mientras que disfrutaba de la boca de mi hijo en las tetas –

Ambos sonrieron, se miraron y respondieron.

–          ¡primero va a Adrián! ¡después veremos! – dijo Alex –

–          ¡si! ¡le toca a su hijo, gozarla completa! – exclamo Fabian –

Los dos salieron de atrás de la barra, dejándonos a mi hijo y a mí en ese lugar, Adrián me comía las tetas, con demencia. Mire que Fabian y Alex, se desnudaron al llegar al sofá, sentándose para mirar lo que mi hijo me hacía.

–          ¡nene! Creo que eres el único que esta vestido… – susurre a su oído –

Rápidamente, Adrián se desnudó por completo, su enrome pene salto de dentro de sus calzoncillos, totalmente duro y palpitante. Momento que aproveche para bajar del banco y quitarme las pantys. Mire el miembro de mi hijo por unos segundos, a la vez que comparaba los de sus amigos, los tres eran lindos, grandes y gordos, pero el de Adrián sobresalía, por lo que hice una pregunta.

–          ¿Cuánto les miden estos monstruos?

Fabian fue el primero en responder, mientras que se frotaba su miembro con fuerza, 20 centímetros doc, y 4 de ancho, después Alex, 18 centímetros y 4 de ancho, dijo masturbándose con delicadeza. Finalmente la sentencia de mi hijo. 22 centímetros y 5 de ancho. Mientras ponía mi mano en su pene. Comencé a masturbarlo despacio, mientras miraba a sus amigos hacer lo mismo, Adrián me chupaba las tetas, mordisqueando un poco mis pezones. Los gemidos comenzaron al instante. Después de frotarle el miembro un poco más a mi hijo, decidí que era hora de comenzar la acción y entregarme al incesto por completo.

–          ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡ssshh! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡papi! ¡que enorme estas! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡ssshh! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! – decía mientras le mamaba la macana a mi hijo, haciéndolo saltar con cada succión que le daba mi boca –

Debido al grosor de su miembro no podía más que meter una cuarta parte en mi boca, pero suficiente para darle placer a mi nene.

–          ¡ma! ¡uh! ¡así! ¡chupa verga! ¡uh! ¡eres la mejor! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡ssshh! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! ¡ssshh! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Mmmg! Mmmg! ¡Ahhh! – gemia Adrián, mientras me comía su pene –

Los chicos miraban atentos, como mi boca se tragaba la macana de mi hijo, aumentando la velocidad de sus manos.

–          ¡tenía razón! ¿o no? – exclamo Fabian –

–          ¡si! ¡lo hace de poca madre! – respondió Adrián entre gemidos –

Saque su miembro de mi boca, mirándolo por un segundo, intentando averiguar de qué hablaban.

–          ¡Fabian me dijo que la chupabas de poca madre! Y tiene razón… ¡ma! – dijo mientras me ponía su macana en la boca de nuevo –

Le mame la macana a mi hijo por espacio de unos 10 minutos más, hasta que tomándome de los brazos me puso de pie sin mayor esfuerzo.

–          ¡lista! ¡mi turno! – exclamo –

Me subió a la barra de la cantina, abrió mis piernas, metiéndose entre ellas, lamio mi chango de punta a punta, dejando un chupete en mi frijol. La sensación era increíble, el morbo de ver a mi hijo chuparme la vagina, era inmensa y llena de locura. Tenía esperanzas en que al menos el, fuera más atrevido y como él lo dijo, me diera lo que su padre nunca me dio. Y a si era, con maestría lamia, chupaba, tragaba e introducía su lengua en mi agujero.

–          ¡oh! ¡mmh! ¡ah! ¡bebe! ¡ah! ¡uh! ¡así papi! ¡ah! ¡más bebe! ¡mas! ¡uh! ¡así! ¡comete mi chango! ¡ah! – gemia mientras Adrián me pegaba tremenda mamada –

Abriendo un poco los ojos, mire a sus amigos, quienes se mostraban excitados y sus manos querían arrancarles sus miembros. Recargada sobre mis codos, mis manos tomaron la cabeza de mi hijo, atrapándolo entre mis piernas, quería más de su boca en mi sexo. Y llego lo inesperado. La mano derecha de Adrián, comenzó a pasar por mi ano, humedeciendo sus dedos con mis fluidos femeninos. En un segundo sentí como su dedo entraba en mi agujerito.

–          ¡ah! ¡dios! ¡Adrián! – exclame –

Mi hijo se detuvo de golpe, pensando que me había molestado, saco su dedo de mi agujerito y siguió chupando chango. Comencé un debate en mi cabeza, dejaría que esas monstruosidades me abrieran el ano, hasta despedazarlo… no estaba segura de poder hacerlo, aunque si había podido tener dos monstruos en la vagina, no estaría mal intentar por el culo… y nada me impedía dejar que me pusieran un dedo dentro, o dos…

–          ¡hazlo! ¡papi! ¡uh! ¡hazlo! ¡ah! ¡mmh! ¡si! ¡dios mío! – exclame hecha una loca –

Adrián, hizo lo que su madre pedía, dejando que su dedo entrara en mi ano, despacio y suavemente. Mientras seguía chupando chango, dejo su dedo inmóvil dentro de mi culito. Mire a Fabian y Alex, mismo que no pedían detalle de la acción.

De momento, sentí como un dedo más hurgaba en mi ano, intentando perforarlo. Cosa que sucedió pocos segundos después.

–          ¡ahh! ¡dios, dios! ¡ummh! ¡Adrián, bebe! ¡oh! ¡ah! ¡umh! – gemí al sentir mi ano abrirse más –

Sentí un poco de dolor, pero poco a poco me sentí más cómoda con los dos dedos dentro de mi agujero. Mire que Alex se levantó del sofá, dirigiéndose a la habitación, regresando a la sala con algo en la mano. Se sentó de nuevo, masturbándose con ritmo. Después de unos minutos más Adrián salió de entre mis piernas, pero no sus dedos de mi culito.

–          ¡ten wey! – exclamo Alex, lanzándole un objeto brillante –

Adrián, lo atrapo y me lo mostro, se trataba de un dilatador anal de metal, lo puso en mis labios y dijo.

–          ¡tienes que entrenar ese agujero, ma! ¡nos encanta hacerlo anal! ¡chúpalo para lubricarlo!

–          ¡ah! ¡bebe, mejor lubricante! ¡no sean malos! ¡mi culito es virgen y me va a doler! – respondí implorando clemencia –

Al ver que mi respuesta no fue la que ellos esperaban, Alex lanzo un bote de lubricante a Adrián, quien lo atrapo y dijo.

–          ¡bien! Pero no te lo vas a sacar en toda la noche!

Dios, eso me hizo comprender que los chicos me darían miembro toda la noche. Eso me hizo volverme loca.

–          ¡de acuerdo! ¡pero despacito! – implore –

Mientras que Adrián, lubricaba mi ano y el dilatado, mire que Fabian y Alex, se levantaron del sofá, caminando con sus miembros en la mano, hasta donde estábamos, se colocaron uno a cada lado de mí, para observar como mi hijo estaba a punto de abrirme el culo. Una vez que Adrián termino de lubricar mi ano por dentro y por fuera, dejo caer un poco del líquido sobre el objeto en forma de pera, poniéndolo sobre mi ano.

–          ¡lista! ¡respira hondo! – dijo mi hijo como todo un experto –

Jamás imagine que dé tras de esa carita angelical, se escondiera una joven perverso y morboso.

–          ¡si! – respondí tomando una bocanada de aire, como quién se sumerge en el agua –

Adrián, presiono contra mi ano, el objeto. De a poco este comenzó a hacer su labor, abriendo mi culito despacio. Fabian y Alex, miraban atentos, como aquel objeto se hundía en mi esfínter. Con cada centímetro que el objeto entraba, dejaba escapar un poco de aire de mis pulmones, haciendo que el dolor se difuminara. Tome unas dos bocanadas más de aire, hasta que el objeto metálico quedo incrustado en mi ano.

–          ¡no mames! ¡que chingon, se vio! – exclamo Alex –

–          ¡si no mames! ¡que rico culito doc! – dijo Fabian –

–          ¡listo, ma! ¡ya está dentro! ¡respira y trata de no pensar que está ahí! – dijo mi hijo –

El dolor, fue pasando con los minutos, mientras que Adrián, besaba mis tetas y lamia mis pezones.

–          ¡wey! ¡ya dale reata a tu mama! ¡queremos ver! ¡y después darle también! – dijo Alex impaciente –

Adrián, estuvo de acuerdo, por lo que me levanto tomándome de los brazos, dejándome sobre mis pies en el suelo frio.

–          ¡vamos al jacuzzi ma! ¡Llego la hora de cogerte! ¿Estás de acuerdo? – pregunto mi hijo –

Claro que estaba de acuerdo, quería sentir su animal taladrándome el chango. Por lo que asentí afirmativamente, mi hijo me tomo de la mano, llevándome hasta el cuarto de baño. En todo momento y a cada paso, el dilatador anal, se movía dentro de mí, haciendo que mi chango se empapara más…

El cuarto de baño era grande, al igual que el jacuzzi, todo rodeado de espejos, había una ducha amplia y dos lava manos. Alex se dedicó a llenar el jacuzzi mirando por los espejos lo que pasaba, mientras mi hijo me daba a mamar su pene de nuevo. Ante la mirada de Fabian, quien disfrutaba la escena.

Cuando el jacuzzi, estuvo lleno y listo, Adrián pregunto.

–          ¿Quieres que ello participen, ma?

–          ¡no! ¡Aun no! ¡Cógeme tu primero! ¡Y después ya vemos! – respondí –

–          ¡ok! ¡Pues entremos! – dijo llevándome hasta la orilla del jacuzzi –

Ambos son sumergimos en el agua tibia, llena de espuma. Adrián me tomo de las nalgas levantándome, poniéndome justo encima de su pene erecto. Mis brazos lo rodearon por el cuello y de apoco comencé a sentarme en su miembro…

Continuara…


Aventura en Cd de Mexico

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Qué tal amigos, esta historia sucedió a principios del verano pasado, fue nuestra última aventura, y con ésta iniciaré a contarles muchas cosas que mi esposa y yo hemos disfrutado a lo largo de más de 25 años de casados, no les quitaré tempo leyendo nuestra descripción, pues somos físicamente gente muy promedio para una pareja de entre los 40s y 50s, eso sí, mi esposa a quien llamaré Cony se ha conservado muy bien y con una muy buena operación de busto se ve de lo más espectacular y antojable para ser cogida cada día, puedo decirles que seguimos disfrutando de la fogosidad del sexo como cuando lo hacíamos de novios, o quizás hasta mejor, pues hemos incorporado infinidad de juegos que le han dado muchas excitantes experiencias a nuestra vida sexual. La última aventurita que tuvimos fue hace un par de meses, yo viajé por cuestiones de trabajo a la ciudad de Querétaro, y mi esposa y yo acordamos que ella me alcanzaría al fin de semana par asistir a un evento en la capital, ella llegó el jueves y le di su bienvenida con una ordinaria cogida en la habitación del hotel, el viernes al mediodía terminé mis compromisos y pedí un taxi para ir por mi esposa al hotel y de ahí a la terminal de autobuses, le llamé para avisarle que iba en camino y le pedí se pusiera un vestidito cortito blanco con vivos azules que me pone calientisimo cada vez que se lo pone, éste es sin mangas , con escote que permite con ciertos arreglos o movimientos ver sus pezones o subiéndolo un poco ver sus nalguitas así como también cuando se agacha o se sienta y abre las piernas se le puede ver su chochito que usalmente depila, aunque el vestido no es trasparente es de una fina tela que a trasluz y con buena atención se puede ver algo más… tomamos el bus y nos fuimos hasta la última fila, de la mitad hacia atrás iba prácticamente vacío, solo nos hacía compañía una pareja sentada una fila adelante del lado opuesto, ya iniciado el viaje comenzamos a darnos caricias, metí la mano por debajo del vestido y comencé a acariciar su clítoris hasta que se puso muy húmedo, ella como pudo me abrió el ziper del pantalón y sacó la cabeza de mi verga para hacerme acariciarla, a ella le pone muy caliente pasar sus dedos por el glande cuando está resbaloso por el líquido lubricante, ya más entrados en calor, le bajé el escote del vestido dejando asomar casi la mitad de sus areolas por encima del mismo, esto es algo que me calienta muchísimo, en el camino dos hombres se levantaron para ir al baño, saqué la mano y su vestido quedó arriba dejando ver sus lindos muslos casi hasta su entrepierna, nos hicimos los desentendidos en ambas ocasiones para que pudieran ver perfectamente las parte superior de sus bubies con medio pezón al desnudo así como sus piernas, ellos aprovecharon bien la oportunidad y se detuvieron unos momentos a un lado de nuestros asientos (haciendo como que veían hacia fuera por las ventanas) para gozar el regalo visual que les estaba dando mi mujer, también el hombre de la pareja cercana a nosotros volteaba disimuladamente para observar, hasta que su compañera se dio cuenta, algo le dijo al oído y de ahí comenzaron ellos besarse y quizás a hacer lo suyo, de ver dan ganas y a estos parece que les dieron muchas.
Al llegar a la terminal mi esposa acomodó su vestido y bajamos del autobús, inmediatamente y hasta que tomamos un Uber al hotel atrajo muchas miradas de los viajeros de la terminal, pues sus pezones estaban totalmente erectos y se marcaban bastante, además de que el vestido deja adivinar que no lleva nada bajo él, esto da una sensación de morbo-cosquilleo muy rico, el trayecto al hotel en el centro histórico fue de lo más normal, ya en el hotel que está en una plaza comercial frente a la Alameda descansamos un poco para luego ir a cenar y a divertirnos a un lugar que se permita hacer algo atrevido sin tapujos, en búsqueda de internet encontramos un lugar que se llama club swinger Coliseum muy cercano a la zona rosa, así quedó listo el plan para el resto de la noche…
Llegó la hora y nos ocupamos en elegir la vestimenta ideal para la aventura, primero la falda, teníamos dos opciones, la primera era una mini de mezclilla de color azul muy pequeña, me gusta mucho porque cuando se agacha regala una vista preciosa de su vagina, verle el abultamiento de sus labios y el nacimiento de su rajita me excitan sobre manera, la otra opción es también otra minifalda solo que de color blanco, esta es aún mas pequeña que la azul hasta el punto de cuando se siente se le puede ver por el frente el bultito de su sexo y cuando abre un poco las piernas deja a la vista perfectamente los labios y el nacimiento del clítoris, eligió la blanca… para la blusa se puso una de floreada en vivos negros, grises y blanco que hacían muy buen juego con la mini, la blusa es de tirantes y con un escote tejido todo al frente de aproximadamente 8 cm desde arriba hasta abajo de la blusa, esta blusa es ideal para la calentura, si se le jala hacia abajo puede descubrir en parte o totalmente su lindos pezones pareciendo que es por descuido debido a la holgura natural que tiene la blusa , por la abertura tejida se pueden ver el nacimiento interior de sus dos bien formadas, paradas y duras niñas cosa que disfruto al ver y que le vean… para el calzado también habría que decidir entre unas sandalias color plata con piedritas brillantes y unas sandalias negras, las dos son de correas delgadas y de tacón medio-alto, ambas le hacen lucir sus pies muy lindos y me enloquece vérselos puestos, aunque a mi me gustan mas las sandalias plata, ella no quiso ponérselos pues dijo que se veía como una puta, yo le dije que a mi no me importaba eso y menos en una ciudad de millones de personas en las que nadie nos conoce, finalmente optó por las negras, que de todas formas se le veían muy lindas y combinaban perfectamente con el resto del atuendo que finalmente se compuso de solo estas tres prendas pues no se puso ni brasier ni pantis…. salimos del hotel y caminamos hacia la zona rosa, ya de camino aproveché para levantare un poco la mini hasta que se dejara ver el nacimiento de sus nalguitas, también estiramos hacia abajo la blusa para que sus areolas quedaran un poco al descubierto, fue una caminata muy sensual en la que yo iba totalmente con mi pene erecto viendo la infinidad de miradas que se posaron sobre ella, ya en la zona rosa, nos detuvimos varias ocasiones a preguntar sobre lugares para comer y también de diversión, por supuesto que todos los tipos a quienes preguntamos nos dieron una muy amplia y detallada explicación, mientras no perdían oportunidad de ponerle el ojo encima a la parte oscura de los pezones de mi esposa que asomaban por encima del borde de su blusa… lo que mas abunda en esa parte de la zona rosa son bares gay por lo que es muy normal ver infinidad de parejas del mismo sexo dándose sus fajes de lo mas a gusto, no compartimos esa inclinación pero se respeta…
Llegamos a un restaurant de comida mexicana, había poca gente y nos sentamos en una mesa de esas forradas en cuero con sillas del mismo estilo, nos fuimos a las mesas pegadas al muro y mi mujer se sentó de frente a las demás mesas del lugar, seguramente algunos comensales se dieron vuelo observando su chochito bien depiladito pues les quedaba de frente a algunos de ellos, el mesero obviamente fue el mas agraciado, pues pudo observar la parte superior de los pezones y la vagina de mi esposa cada vez que nos llevaba platillos, bebidas y la cuenta, cosa rara, era un poco olvidadizo o estaba muy caliente, pues en lugar de llevar todo junto, primero me trajo mi cerveza, luego fue por la bebida de mi esposa, luego un platillo, luego se iba y regresaba con el otro, etc…..terminada la cena caminamos hacia la calle Rio Rhin que queda a un par de cuadras de donde estábamos, así que en unos pocos minutos estábamos a la puerta del club Coliseum…
Es una entrada discreta, solo identificada por el numero y un par de guardias que recibían a los asistentes al lugar, nos pidieron nuestra reservación pues era indispensable para entrar, les dijimos que era nuestra primera vez y desconocíamos el requisito, que buscamos por internet y que nos llamó la atención y por esa razón era que estábamos ahí, finalmente nos permitieron la entrada, yo creo que el pase fue el ver la vestimenta de mi mujer que iba perfecta para una ocasión y lugar como ese… entramos pagamos nuestro cover y pasamos a una de las mesas frente a la pista del show, las mesas y sillas altas tipo lounge bar, hicieron que la falda de Cony se subiera hasta su máxima expresión dejando ver permanentemente el nacimiento de su vagina, verla así y con sus areolas ya un poco mas expuestas hizo que la calentura llegara a un punto en el que me era difícil controlar las ganas de cachondearla ahí, con unas cervezas de por medio le dieron ganas de ir al water, y era un espectáculo ese recorrido, el wc está situado en la parte alta del lugar y hay que subir unas escaleras largas y empinadas, yo le acompañaba para ver el espectáculo y la esperaba en la parte baja, la subida y bajada dejaba ver primero sus nalgas y luego su coñito bien depiladito, curiosamente los meseros y guardias del lugar se acercaban a ver si algo se me ofrecía o conversar sobre cualquier tontería, el asunto era no perderse el descenso de mi mujer por esas escaleras, la gente empezó a llegar poco a poco, parejas rondando nuestra edad o mayores incluso, solo un par de jovenes parejas y algunos varones solos eran los de menor edad entre los visitantes, lo que nos sacó un poco de onda, fue que todos iban vestidos de una manera mas formal, vestidos o faldas por debajo de las rodillas, blusas muy cerradas y con calzado cerrado o botas altas, ninguna mujer mostraba siquiera una parte sexy de sus cuerpos, por lo que mi esposa era la mas glamorosa de entre todas las presentes, así pasamos un par de horas esperando el sexy show que anunciaron…..
El show inició a la una de la mañana, fueron un par de stripers, el hombre inició la primera canción con un baile, y en la segunda realizó su desnudo, pasó entre las mesas y se acercó a la nuestra, se paró frente a mi mujer y le pasó por sus piernas su pene semierecto en dos o tres ocasiones, ella se quedó un poco seria pues fue la primera ocasión que la tocaba una verga que no fuera la mía, a mi me excitó mucho ese momento… tocó el turno de la mujer y realizó el mismo acto, al terminar las dos piezas se le unió el hombre y en un taburete tuvieron sexo, la verdad fue un poco aburrido pues solo lo hicieron en dos posiciones una de frente y la otra ella en posición del misionero, luego de dos o tres minutos él se vino dentro de ella y fue todo….pasaron entre las mesas para intercambiar con alguien caricias, solo un par de parejas se animaron y entraron al jueguito, luego de unos 5 minutos se retiraron…
Al finalizar ya el tiempo del show anunciaron que se abría la sala de juegos, y todos se dirigieron al lugar, no sin antes informarnos que dejáramos nuestros celulares en la caja de seguridad ya que estaba prohibido llevarlos para adentro de esa sala, nosotros bebimos un par de cervezas mas quedándonos prácticamente solos en el área de pista y bar, después de un rato optamos por ir a conocer el famoso salón de juegos, la entrada era un pasillo en el cual estaba una persona de orden indicando el camino, ya dentro se observaban varios lugares acondicionados para tener sexo, ya había parejas cogiendo en unos sillones, otras en unos especies de nichos, también en unas especies de hamacas, otros en unas camas redondas donde una mujer era penetrada por un hombre y chupaba el pene de otro mientras su pareja la observaba y acariciaba, luego había otra pieza con sillones muy amplios a los muros, ahi estaban sentadas parejas haciendo sexo oral y otra que mamaba tres o cuatro vergas de manera intermitente, nosotros fuimos hasta el final de las salas y entramos a unas camas dentro de una especie de jaula, a nuestro lado estaba una pareja teniendo sexo y nosotros iniciamos con nuestro juego a un lado de ellos, primeramente desnudé a mi esposa y luego yo, empecé a chupar sus lindas tetas y ella me acariciaba suavemente mi verga, era excitante estar totalmente desnudos haciendo el amor a solo unos centímetros de unos desconocidos, después baje hasta su sexo y empecé a besar su rajita, luego poco a poco metí mi lengua entre sus labios vaginales hasta llegar al clítoris y chuparlo, lenguetearlo y mordisquearlo, esto hizo que se pusiera muy cachonda, se dio la vuelta e hicimos un 69, ella mamaba vigorosamente mi tiesa verga y yo seguía comiéndome su coño y saboreando sus deliciosos fluídos vaginales, en esa tarea estábamos cuando pude ver a un tipo del otro lado de los barrotes de la jaula masturbándose mientras veía la colita y rajita de mi mujer, después de un buen rato de sexo oral ella se acomodó sobre mí y la penetré por su vagina y acariciaba y chupaba sus tetas una y otra vez, sus pezones estaban totalmente duros y en cada lenguetazo dejaba escapar ligeros jadeos de placer, a ella nunca le ha gustado hacer ruidos o gritar, pero eso no le quita nada a los momentos candentes que tenemos, después de haber tenidos varias horas previas con tanta calentura no tardamos en tener juntos un sensacional orgasmo, ella se dejo caer sobre mí y por unos minutos dejó su culo y su pentrada vagina por mi verga a la vista de nuestro furtivo admirador, lo que dio tiempo a que se corriera y aventara su semen por detrás de los barrotes…….
Nos vestimos para regresar a la sala de bar, pero seguíamos muy cachondos así que esta vez arreglamos su blusa de tal forma que sus duritas chichitas quedaran totalmente de fuera y la falda lo suficiente arriba para dejar ver sus nalgas y su depiladita vagina totalmente expuestas, ella me dejó con mi verga fuera del pantalón y me jaló del pene de regreso hasta nuestra mesa, total, ya todos los presentes nos habíamos conocido los mas íntimos rincones de nuestros cuerpos, por lo que el estar sentados en la mesa de la pista bar con ella prácticamente desnuda no hacía diferencia, inmediatamente nuestro mesero se acercó a ofrecernos mas bebidas, ordenamos fue y regresó rápido y se quedó platicando atentamente con nosotros, sobra decir que estaba absorto mirando las tetas y rajita de mi esposa, que en ese momento con sus pies en los descansos de la alta silla, hacía que sus piernas quedaran totalmente abiertas, dejando ver hasta la parte rosita que se encuentra entre los labios exteriores e interiores de su vagina, el clítoris lo tenía totalmente abultado y éste como su mirada destilaban deseo de seguir con el juego, después de un par de bebidas regresamos a la sala de juegos, pues avisaron que se cerraría en 30 minutos, nos fuimos a otra sala con una gran cama donde estaban dos mujeres siendo cogidas por varios tipos, nos sentamos a ver un poco, pero ella me dijo que aprovecháramos el tiempo así es que la acosté en una camita que estaba a un lado y comencé a comerle nuevamente su vagina, estaba totalmente empapada y tardó muy poco en tener un fuerte orgasmo, regresamos al lugar de la cama grande y nos sentamos en el sillón, un tipo se sentó a un lado nuestro y nos dijo si no nos importaba que se sentara ahí, le dijimos que si le apetecía adelante, se sentó y se sacó su verga masturbándose como esperando la oportunidad de que alguien le dejáramos participar, ella me dijo que se moría por chupármela otra vez y se paró dando la espalda a todos, se inclinó sin doblar las piernas, así es que todo su culito y chochito quedaron a la vista para el deleite de varios tipos que de inmediato iniciaron su masturbación a la salud de mi esposa, justo al momento que avisaron que se terminaba el tiempo encendieron las luces y entonces tuve un gran orgasmo eyaculando en su boca, mi mujer se quedó así un par de minutos terminando de exprimir todo el esperma que pudo, hasta entonces cayó en cuanta que la sala estaba más iluminada y ella totalmente abierta a la vista de todos los presentes, con su boca llena de semen, le encanta chuparme mi verga pero no le gusta tragarlos, los escupió a un lado del sillón ante la mirada un poco enojada de los guardias, no sé porqué pues todos dejaron toallitas, gotas y chorros de esperma en cada lugar….regresamos a las sala principal igual que como llegamos, ella con sus tetas y coñito de fuera para despedirnos mientras bebíamos los últimos tragos, el mesero se dedicó a atendernos en exclusiva platicando con nosotros y esperando su propina, que después del espectáculo que vio de mi esposa y haberle visto hasta el mas intimo recoveco creo que hasta nos salía debiendo, pero trabajo es trabajo y hay que darle su propina por su abnegado y sacrificado servicio… pedimos un Uber para regresar al hotel, ya eran las cinco de la mañana, en cuanto llegó el taxi, se acomodó la blusa y falda para salir a la calle, y abordamos la unidad, un joven chofer nos llevó de vuelta al hotel……
para finalizar quiero contarles que con tanta bebida y desenfreno mi esposa ya iba un poco pasadita de copas, por lo que en un par de minutos empezamos a besarnos con mucha intensidad, le bajé la blusa y chupé sus tetas nuevamente, metí mi mano por debajo de la mini y acaricié nuevamente su mojado clítoris, el aroma a sexo era muy intenso, el joven chofer no apartaba la mirada del retrovisor, no había mucho problema, a esa hora las grandes avenidas están casi vacías, llegamos al hotel y nos bajó frente a la plaza comercial que estaba totalmente vacía, solo unas personas de limpieza estaban trabajando en sus labores, ella bajó con sus tetas al aire, el camino dentro de la plaza, el ingreso al ascensor del hotel y el camino del mismo a la habitación lo hizo con las tetas totalmente a la vista, consiguiendo atónitas y calenturienta miradas de los trabajadores que se cruzaron en nuestro camino, lo que menos se esperaban era darse un buen taco de ojo al inicio de su madrugador turno de trabajo, deben haber estado pensando toda la mañana en el vaiven de las tetas desnudas de mi mujer al caminar frente a ellos…. llegamos a la habitación y continuamos cogiendo hasta quedarnos dormidos…… esta historia como dije al principio es totalmente verídica, hay muchas otras que les seguiré contando en próximas ocasiones… asi que hasta pronto…

 

 

 

 

 

 

Mi primera vez

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Hacia un año que me habia divorciado, mi hermana menor ya tenia casi tres. Los dos eramos independientes, ella vivia con su hijo en un departamento y yo tambien tenia uno, pero trabajaba fuera de la ciudad y solo estaba alli los fines de semana.

Un dia en un almuerzo familiar, ella comento que habia visto un departamento que le convenia, ya que estaba cerca de su trabajo y del colegio de su hijo, pero que estaba caro, entoces y de la nada le digo que cuantos dormitorios tenia y me dice que 3 y que dos tenian baño y que quedaba en el ultimo piso y tenia terraza, se veia muy animada. Mientras almorzabamos yo iba pensando en alquilar el mio y compartir con ella el que habia visto, entonces ella me dice exactamente lo que estaba pensando, la miro y le digo que si, total yo llego los viernes por la noche y su hijo se va con su papá desde el viernes por la tarde, asi que ibamos a estar tranquilos. Nos mudamos a la semana siguiente.

Pasaron como dos meses y todo estaba bien, hasta que un dia llego a la casa como a las 10 de la noche y en la cochera que estaba oscura me encuentro con la hija del portero y me dice que por la mañana iba a estar sola y que si queria podia bajar para que me razure. Ella era una adolescente de 18 años que a la semana que llegamos, me pillo jalando cocaina en mi carro, se me acerco y me dijo que por favor le preste plata, yo de los nervios le pregunte que cuando queria, se subio al carro y me dice que por 20 dolares me masturbaba y que por cuarenta me la chupaba, le di los 40.

Bueno, llego a la casa y no encuentro a nadie pero estaban escuchando musica a todo volumen, cuando estoy yendo a mi cuarto, veo entre abierta la puerta del dormitorio de mi hermana, al acercarme y mirar me doy con la sorpresa que estaba totalmente desnuda y hablando por telefono, me quede helado, no pensaba que mi hermanita podria tener ese cuerpo, entonces escucho que decia por telefono que a la mierda, que ella era mujer, y que no le interesaba quien era, que con esa pinga no le interesaba que fuera su hermano, al escuchar eso me erecte en una. Decido retroceder y hacer como que recien llego haciendo ruido, ella me saluda y cierra su puerta. Decido darme un baño y pajearme, cuando salgo, me cambio y solo me pongo un boxer, me voy a la cocina y al rato entra ella, solo tenia un polo que le quedaba encima de sus muslos, me da un beso y nos ponemos a conversar mientras ella sacaba del repostero alto una bandeja, cuando se empino, se le levanto el polo y me dejo ver el diminuto calzon color carne que se le metia entre sus blancas nalgas, yo me quede mirandola, de pronto se le comienza a venir encima las cosas del repostero, pega un grito y me pide que la ayude, me levanto en una y me pongo detras de ella empujando las cosas para que no se vengan, pero me pegue tanto que la pude sentir y ella de todas maneras tambien me sintio ya que yo estaba totalmente erecto. Ella se quedo quieta y en silencio, dejo sus brazos levantados, apoyandose en el repostero, yo seguia detras de ella, entonces me comence a sobar sobre ella, ella no decia nada, bajo mis brazos y la tomo por la cintura, ella tambien los bajo y se apoyo sobre la mesa del repostero, se inclino todo lo que pudo y abrio las piernas, no deciamos palabra alguna, entonces decido bajarle la truza y quitarme el boxer, ella se saca el polo y la penetro por detras, ella comenzo a jadear, nos ponemos frente a frente de tal manera que mi pene erecto estaba sobre su velluda vagina, nos comenzamos a besar, la levanto y la llevo a su cuarto. Esta demas decir que lo hicimos toda la noche. al dia siguiente cuando nos estabamos bañando me dice que no le importaba que seamos hermanos pero que seamos discretos. Ya pasaron 3 años y lo seguimos haciendo.

 

30 AÑOS DESPUES

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Ana bajó del automóvil de su esposo que la dejó en la entrada del elegante hotel donde sería la convención.

Al subir la rampa al acceso principal, escuchó que alguien le dirigió el clásico piropo silbado. Ella volteó y vió a un hombre mayor que trabajaba en las plantas de ornato de la entrada. No había nadie cerca excepto taxistas en sus vehículos y a distancia, un botones, pero el silbido era muy cercano.

¡Adiós mamacita!, escuchó que el anciano le decía. A pesar de su supuesta indiferencia, su feminidad la hizo sentirse halagada. Volteó de nuevo y vió que él la miraba fijamente. Su cara se le hizo conocida y caminó hacia él.  A sus 54 años, Ana había conocido a muchísimas personas de todas las clases sociales y pensó que lo menos que podía hacer es ver de quien se trataba.

A medida se acercaba, Ana empezó a sentir una leve descarga de adrenalina….

¿Ramón?-, preguntó.

El mismo que viste y calza, hermosa-, contestó el, emocionado.

Te han sentado bien los años, mi reina-, la halagó el vetusto albañil.

Quizá la última vez que supo de Ramón fue en alguna de las esporádicas veces que se vieron después de sostener un tórrido y largo romance de casi 4 años, hacía poco más de 30, cuando ella tenía poco tiempo de casada con Eduardo.

Como una corriente eléctrica, los recuerdos se vinieron a su mente.

-Te sientan bien esos, que serán, ¿10 o 15 kilitos que traes encima? – le dijo Ramón.

– Tus nalguitas se ven más sabrosas, mas rellenas-, prosiguió. Ella simplemente le sonrió.

Entre Ana y Ramón existió siempre un vínculo de franqueza cuando ella fue su puta casada. A ambos les encantaba dominarse y tenían relaciones de alto riesgo que disfrutaban enormemente.

Eduardo nunca supo, o por lo menos eso pensaban. Lupita, la esposa de Ramón, era para Ana un misterio si supo o no.

Ana vio su reloj, y le dijo –tengo que entrar a la reunión. Durará como hora y media o dos. ¿Estarás por aquí? –

– ¡Claro! -, contestó Ramón emocionado, –salgo a las 11. Trabajo medio tiempo aquí-, agregó.

En la convención, Ana no hizo sino recordar sus ardientes años con Ramón. La relación se enfrió algo cuando temió haber quedado embarazada de Ramón, pero se siguieron viendo. Ana se preguntaba como estaría su pene. Era enorme, ella recordaba fácilmente más de 10 pulgadas, dura, venosa…obscura. Empezó a salivar con el solo recuerdo y sintió su vulva humedecerse. Recordó cada detalle, y la convención le pasó en blanco y se le hizo eterna.

Habrían pasado algunos años desde que lo vio por última vez. Se llamaban rara vez por teléfono, ella le pedía trabajos, él se la culeaba cuando podía, Ramón trabajaba como albañil en casa de Ana y Eduardo. Frecuentemente era solo dinero lo que él quería, y ella con gusto se lo depositaba en un Oxxo. Quedaban de verse, pero rara vez se lograba.

Cuando finalmente pudo salir del salón, Ana bajó apresuradamente y no lo encontró. Algo decepcionada, se dirigió al área de la alberca en la parte posterior del edificio, y a lo lejos lo vió y alzó su mano.

Ramón estaba empacando sus herramientas y ya se había cambiado. Le hizo señas para que se acercara.

-Siempre podrás decir que me conoces, que me estás pidiendo un trabajo o algo así-, le susurró Ramón. –Así, tus amistades que nos vean no creo que sospechen, además tú estás hermosa y yo bien madreado-, agregó.

-Eduardo saldrá el sábado a pescar con sus amigos. Me quedan solo dos hijos solteros que seguramente saldrán, no tengo nietos que cuidar-, le dijo ella.

¿Ya eres abuela?-, preguntó Ramón. –Si-, contestó Ana, -tengo tres nietos y una nieta-.

-Eres la abuela más sabrosa que jamás he visto-, le dijo Ramón.

Ana sonrió.

– ¿Vives donde mismo? – preguntó Ramón.

-No-, contestó ella, –esta es mi nueva dirección-, le dijo al tiempo que le dio un papel con su número celular.

Por prudencia y cuidado, Ana no lo besó de despedida. Ramón le aseguró que estaría el sábado como a las 10 a visitarla. Ambos coincidieron que había mucho que platicar, y lo invitó incluso a comer con ella.

Ana se detuvo y se regresó, y tímidamente le preguntó a Ramón, -todavía se te para? -.

Ramón se rio.

– Digamos que rara vez me falla, pero casi siempre hace un buen papel todavía-, le aseguró.

– ¿Cuántos años tienes Ramón? – preguntó ella.

Voy para los 65-, le contestó orgullosamente, –y veme: amoladón pero fuerte -, dijo el, haciendo una concha con su brazo.

– Eduardo tiene 59 y no se le para muy bien que digamos-, confesó ella.

-Pobre de ti-, contestó el. –Dile que ya perdida te compre una verga de hule -, le dijo riéndose.

-Te veo pasado mañana. ¿Sabrás llegar? -, preguntó Ana.

-Veré la manera. Tu cuenta conmigo -, le aseguró Ramón.

Se dirigió a la entrada y llegó Eduardo por ella. Ramón los vio alejarse, tomó sus cosas y se dirigió a la parada del camión al otro lado del boulevard.

*******

Casi a las 10 en punto de la mañana, Ramón llegó al nuevo domicilio de Ana y Eduardo.

Ana sabía bien que por ningún motivo Ramón rechazaría la invitación a su casa para tener una larga conversación y después quedarse a comer, y quizá, tal vez, algo más.

No hacía mucho calor, el clima era soleado y agradable. Ana se vistió con unos pants deportivos negros, no muy ajustados, que dejaban entrever su aún atractiva figura y hacer que sus kilos de más le dieran una apariencia de un pasado agraciado; pequeñas llantitas en su estómago, su cara un poco más rellena, sin perder su belleza, sus nalgas más rellenas y torneadas por los años, y sus senos, algo más caídos pero muy apetitosos. En esta ocasión no se puso ropa interior. A su edad, Ana no había sido objeto de cirugías como la mayoría de sus amigas. Conservó su belleza lo más intacta posible a lo largo de más de 30 años.

Ramón, vestido lo mejor que pudo dentro de su humilde condición, entró a la casa y esta vez, Ana lo besó brevemente en la mejilla. Se abrazaron y se besaron apasionadamente en la boca, ansiosos de revivir aquellos años llenos de calentura y atrevimiento. Ramón, con casi 65 años, se veía mucho más maltratado para su edad. El extenso y arduo trabajo en el sol. Su otrora rizado cabello estaba completamente blanco. Nunca fue hombre de mucho vello. Su desaliñada barba y su falta de dientes lo hacía verse descuidado, pero aún fuerte y erguido. Sus músculos estaban firmes y se notaba que aún tenía condición.

Ana le ofreció algo para desayunar. Ramón aceptó gustoso.

-Cuéntame Ramón-, dijo Ana, -cuéntame de tu familia-, – ¿Cómo está Lupita, los hijos…7 son verdad? –

-Todos bien-, empezó Ramón, – Lupita gordísima, ya estamos solos, tu ahijada se casó hace como 5 años y nos quedamos solos-, continuó.

– ¿Y mi Choro?- (así apodaban al hijo mayor de Ramón)-, preguntó Ana.

-Ah ese pinche Choro-, contestó Ramón, –me salió más vago que la chingada-, prosiguió.

Ya debe de andar sobre los 40. Lleva dos o tres mujeres. Cuando nos visita, ya no quiero ni preguntar-, dijo Ramón mientras Ana le servía su desayuno.

Ana se sentó enseguida de él, a su derecha.

-Salió caliente como su padre, pues-, dijo Ana, mientras Ramón comía.

Ana empezó a acariciar en antebrazo de Ramón con sus dedos….

-Nunca te dije-, empezó Ana, -pero me hubiera gustado que me culeara el Choro-.

Ramón casi se ahogó con el café. Ella se rió. Esperaba esa reacción.

Me acuerdo cuando lo traías de ayudante-, continuó Ana, –tendría, qué, ¿unos 17 o 18 años? . Me acuerdo que veía sus pantalones y se notaba que había heredado tu pitote. Si tu tenías treinta y tantos y parecías de 20…ya me imagino el Choro, pudiera darme unas 20 veces al día-, agregó Ana mientras ambos se carcajeaban.

-A ver-, dijo Ramón, y se puso a sacar cuentas.

Estamos en el 2015. Aquello fue por allá por…. el 89 -90? – El Choro si no me falla la memoria nació en el 74 o 75, ponle que en el 74. Hace… ¿Cuánto?.  Me casé como de 20 o 21, trató de recordar.

Ana contó con sus dedos….

– No, estoy mal. El Choro nació como en el 71 o 72, entonces tendría unos 17 o 18 años….

-Es que son tantos chilpayates -, dijo.

17 o 18 años…mmmmh, – exclamó Ana. ¿Te imaginas Ramón? ¡Tu hijo culeándome!

 

– Recuerdo- empezó Ramón, – aquella vez en mi casa cuando te tenía ensartada por la panocha y no te quitabas, y te dije que estaba a punto de explotar y te hiciste la desentendida y me dijiste que querías tener un hijo mío, -vergón como su papá-, para que te cogiera.

 

Ana sonrió. – Claro, estaba peligrosamente caliente y no me importaba decir tonterías -, dijo.

 

-Es que de verdad Ramón, eras increíble-, prosiguió ella. Muy afortunada mi comadre de tener esta vergototota a su disposición.

-Nunca se me va a olvidar aquella vez que lo hicimos como cinco veces en un día-, prosiguió.

– Seis-, corrigió Ramón, –fueron 6-.

– ¡Que bárbaros éramos! -, recordó Ana. ¡Me dejaste toda rosada y zamba! ¡Eras una bestia!

-Aquellos viajes largos de Eduardo, cuando te quedabas a dormir y le avisabas a Lupita que era porque tenías que velar la construcción…nunca lo olvidaré-, prosiguió.

Entre pláticas sobre sus familias, lo que habían hecho de sus vidas y sus candentes recuerdos, Ramón terminó su desayuno.

– ¿Te importa si fumo? -, preguntó Ramón.

– Claro que no-, contesto ella. -Si Eduardo dice algo, le diré que viniste a ver unos trabajos pendientes, y si quisiera que veas algo en el cuarto de arriba que no usamos-, agregó.

Ahorita lo vemos-, dijo el, –ando necesitado de lana-, prosiguió.

Pasaron a la sala. Transcurrió un grato momento lleno de recuerdos, sentimentales y calientes anécdotas. Ana se sentó frente a Ramón, aunque moría por estar enseguida en el mismo sillón, aguardando el momento preciso para desenterrar la calentura que ambos, seguramente, llevaban dentro.

Los años arrancaron de Ramón aquel arrojo que él tenía cuando la saludaba por las mañanas. No esperaba ni un minuto para lanzarse sobre ella y devorarla. Hoy se veía prudente y mesurado, más retraído, se notaba más la falta de energía.

– ¿Qué te parece si vemos el trabajo que quiero hacer? –, dijo Ana.

Ramón se levantó sin dificultad y salieron al jardín.

-Es allá arriba-, señaló ella.

Una escalera metálica de espiral daba acceso al cuarto en un segundo piso. Ella caminó frente a él.

Cuando empezó a subir, Ana empezó a acentuar con provocativo ritmo el movimiento de sus nalgas, segura de que Ramón no les quitaba la vista.

A la mitad de las escaleras, Ana se llevó las manos a la cintura y de un rápido movimiento, se bajó sus pants, mostrando a Ramón sus desnudas, blancas y deliciosas nalgas.

¿Las has extrañado? -, preguntó ella sensualmente.

Ramón quedó inmóvil, en silencio. Ana abrió sus nalgas inclinándose hacia enfrente, mostrándole sus íntimos encantos. Ramón sintió aquella ardiente familiaridad al ver el espectáculo.

Sin decir palabra alguna, Ramón acercó su cara, la besó, mordisqueó suavemente una de sus nalgas, y empezó a lengüetear su ano mientras rodeaba con su mano su cuerpo y acariciaba su vulva.

Ramón empezó a introducir su lengua en el ano vigorosamente, venciendo con facilidad su resistencia, saboreando y recordando su ligeramente amargo y salado sabor, mientras ella levantó su camiseta y empezó a acariciarse las tetas, retorciéndose de placer.

Ana se volteó y se sentó incómodamente en el peldaño, abriendo los muslos lo más que pudo. Ramón retrocedió un poco, se arrodilló más abajo, y empezó a lamerle la vulva, mientras ella empujaba su cabeza y acariciaba su blanca cabellera.

– ¡Sabe mejor, huele igual, igual de caliente! -, exclamó Ramón.

Ana gemía y jadeaba, claramente se escuchaban las lengüetadas de Ramón en su húmeda intimidad.

Finalmente, Ramón se separó. La tomó de la mano y bajaron la escalera, dirigiéndose a la sala de nuevo. Ana se detuvo, se quitó los pants y la camiseta, y caminó completamente desnuda al lado de Ramón.

– ¡Mmmmh, me muero de ganas de ti!, exclamó Ana presa de intenso placer.

 

-Yo también-, contestó Ramón. –Te cargaría, pero creo que ya no te puedo-, dijo él, al tiempo que la abrazaba por el estómago, acariciando sus flácidos pero escasos kilos de más.

Ana se rió, – ¡deja mis lonjas! -, le decía, pero Ramón insistente le acariciaba sus excesos y la nalgueaba mientras caminaban, disfrutando las ondulaciones que se formaban al nalguearla.

– ¿Cuánto engordaste?-, finalmente preguntó él, siendo una pregunta que no toleraría de su esposo.

Mmmhh, ¿Qué serán, unos 12 o 15 kilos? -, contestó. Si Eduardo le hubiera preguntado, seguramente lo bofetearía.

– ¡Te sientan a la perfección!-, le aseguró el, -lo mejor son tus nalgas-, agregó.

Se sentaron en el sofá y empezaron a acariciarse como en aquellos felices años. Ramón seguía vestido mientras ella acariciaba su abultada orqueta, tratando de adivinar como encontraría aquel bello monstruo que la había llevado a los límites del éxtasis, aquél enorme ejemplar masculino que la deleitó y hasta la asustó. Nunca usaban condón.

Posesionada de Ramón, Ana empezó a desvestirlo. El se puso de pie frente a ella. Aflojó su cinturón, bajó su cremallera sin perder tiempo, ansiosa como es, dejó caer sus pantalones, bajó sus calzoncillos, y vió por primera vez en muchos años aquel aún enorme miembro, flácido, colgando hacia abajo que antes la aguardaba en total erección. El pelo púbico de Ramón era ya entrecano.

– ¿Qué pasa? -, preguntó ella. – ¿Ya no se te para como a Eduardo? –

-Tranquila preciosa-, la dijo Ramón. – Es casi lo mismo, pero tarda un poquitín más.  Acuérdate que es grandota y requiere mucha sangre-, agregó él.

Ana se arrodilló entre los muslos de Ramón y empezó a besar y lamer su verga y empezó a ganar tamaño conforme ella se deleitaba. En menos de un minuto, Ana pudo devorarla desde el glande hacia abajo, como solía hacerlo, pero para su sorpresa, la verga de Ramón no alcanzó su legendaria longitud, aunque si su recordado grosor. Las venas que le corrían por el lado y que a ella le fascinaba lamer ya no eran tan pronunciadas…pero aún las tenía marcadas. Extrañó mucho aquella viril dureza, aún así, como siempre lo fue, era muchísimo mejor que las 4 o 5 pulgadas que le quedaban a Eduardo.

Ana interrumpió su mamada, miró a Ramón a los ojos, y le confesó: – ¿Sabes que Eduardo ya no me puede culear? Tengo como dos años que no me la mete por detrás, no puede, no se le pone dura y se le hizo más chica, y eso que siempre me dijo que mi culo no era apretado. Por enfrente, apenas la siento-, agregó ella, frustrada.

– ¡Pobre de ti!, exclamó Ramón. –Siendo tan caliente. ¿Cómo le hacen pues?

¿Cómo le hacemos?, preguntó de nuevo ella, -pues…-, tímidamente respondió.

Hace como un año compramos en Los Angeles un dildo, tu sabes, un pene artificial, un consolador y me coge con el-, confesó. Se rieron al recordar que la propuesta de Ramón en el jardín del hotel, dos días antes ya había sido tomada en cuenta.

-Es muy real, negra, -se rió ella-, al rato te la enseño. Me trae recuerdos de tu vergota. Es algo parecida, pero haz de cuenta la de un negro. Se la pone con un cinturón. Tiene en los huevos un depósito para llenarla de algo que parezca semen, como un shampoo o cualquier cosa parecida y la puedes hacer “eyacular” con una bombita, como los aparatos con que te toman la presión. Le puedes quitar el cinturón y jugar con ella…costó un dineral, como 250 dólares, pero eso ha salvado mi matrimonio-, concluyó.

– ¿Cómo las que usan las lesbianas? –preguntó Ramón-.

¡Exacto!, replicó Ana.

La verga de Ramón empezó a perder su erección mientras Ana le contaba sus desventuras. Ella vio entonces con tristeza que era cosa normal en los hombres que su pene empezara a servirles para orinar únicamente a medida se acercan a los 60, salvo que tomaran una pastillita mágica…era un castigo para las mujeres de su edad sentir el fuego por dentro y que sus esposos o amantes maduros no pudieran satisfacerlas. Se sintió impotente y se sentó a su lado. El otrora poderoso miembro cayó derrotado, impresionante de tamaño, pero sin rigidez a pesar de que la había mamado.

Ana le sonrió y lo acarició, -tienes dos opciones-, le dijo a Ramón: –o le llamas al “Choro”, o vamos a comprar la pastilla mágica-.  Ambos se carcajearon.

– Vamos, te enseñare a tu rival-, dijo ella, sin darle mucha importancia a su frustración.

Subieron a la recámara principal, Ramón se quedó fascinado con la decoración, ella entró a su vestidor, y regresó con una caja rectangular de madera. –Mira, mi regalo de cumpleaños del año pasado-, le dijo ella, y abrió la caja, poniéndola sobre la cama.

Ramón la tomó en sus manos. Era un enorme pene artificial emulando el miembro de un negro, detallado a la perfección, con testículos peludos, con asombrosa esponjosidad muy similar a uno real.

Ramón lo olió para ver si podía detectar el olor de los orificios de Ana. –Huele ligeramente a tu culo-, le dijo riéndose. Se la puso enseguida de su pene. Era algo más larga que la de Ramón flácida.

– Supuestamente es la réplica de la verga de un negro semental muy famoso, mira -, dijo Ana al tiempo que le extendió un panfleto que venía en el interior de la caja.

– Lexington Steel -, leyó Ramón. –Ni idea quien será –, agregó.

– Es un actor porno, negro, 11 pulgadas -,  le dijo ella, mientras el veía al enorme negro calvo en una foto.

Ana lo empujó y cayó de espaldas en la cama. Ella se tiró sobre él y se empezaron a besar apasionadamente.

-Cógeme con ella-, le susurró.

Ramón, sorprendido, se incorporó. Ella le instaló en la cadera el sofisticado consolador, le pidió que se acostara de nuevo, se montó en el albañil, se lo insertó en la vagina, y comenzó a gemir y gritar de placer.

Ramón puso sus manos detrás de su cabeza mientras ella se retorcía penetrada de placer hasta que tuvo su primer orgasmo del día. Eso no hizo que Ramón tuviera una erección total, pero si alcanzó a sentir las nalgas de Ana. Se incorporaron, Ana se arrodilló sobre el borde de la cama, Ramón se puso de pie detrás de ella y se la cogió de nuevo, alabando aquel contraste en su blanca piel, haciendo que el pene real se endureciera un poco.  Duraron unos minutos, y lentamente se lo retiró.

Gracias Ramón. Lo necesitaba con urgencia…se siente padrísimo, pero algo fría al principio-, agregó. – Como extraño cuando me correteabas con la verga parada, ¿te acuerdas?- dijo ella con nostalgia en sus palabras.

-Con Eduardo es muy fácil. Le hago a un lado su cosita después de mamársela, se le medio para, y luego le pongo el aparato. Me da muchísimo placer, me vengo padrísimo, pero nunca como contigo, claro está, dijo ella. Después se la vuelvo a mamar y se viene en segundos, terminó.

¡Pobre cabrón!, exclamó Ramón.

Bajaron de nuevo a la sala. Ella le preguntó de nuevo: – ¿Viagra o Choro? –

-La Viagra la he usado-, Ramón confesó, –y es maravillosa-, pero es carísima. Aparte, ¿Dónde voy a encontrar al cabrón del Choro? ¿Y si lo encuentro que le diría? ¿Ven, vamos a que te culees a Ana porque no se me para? -. Ambos se carcajearon.

-Vamos por la pinche pastilla-, la urgió Ramón.

-Vamos a Benavides, dijo Ana-, mientras se vestían. –Te daré el dinero para que compres un par, pero te dejaré una cuadra antes y te esperaré en la siguiente. Me conoce todo el mundo por aquí-.

Cuando regresaron de la farmacia, Ana tomó la caja y empezó a leerla.

– ¡Echa para acá! -, dijo Ramón, al tiempo que se la arrebató de las manos. –Es una chulada, no perdamos tiempo-, agregó-, solo dame unos 15 o 20 minutos. Mientras eso pasa, ve y tráeme una cerveza-, le ordenó en aquel extrañado tono dominante. Cuando Ana se dirigía a la cocina, Ramón la detuvo, la besó apasionadamente.

Ramón acarició su estómago, la nalgueó, ella se rio y fue por la cerveza. Ramón tomó la píldora y se la pasó con un trago de cerveza.

Pasaron de nuevo a la sala. Ramón se desnudó, y se sentaron abrazados, besándose apasionadamente, mientras ella acariciaba su adormecido monstruo el jugueteaba con sus tetas y su babeante vulva. Si bien Ramón ya no tenía los músculos del estómago marcados como a ella le fascinaban, se sentía duro y fuerte.

Ana se arrodilló en medio de sus muslos de nuevo, y empezó a lamer la verga de Ramón, de abajo hacia arriba jugueteando con su lengua el enorme glande, en espera de los ansiados resultados.

– ¿Todavía te sale mucho semen? -, preguntó ella en tono juguetón, mientras seguía lamiéndole golosamente la verga.

-Eso no es problema preciosa-, le aseguró Ramón. –Ahí sí, sigo con el mismo volumen-, agregó.

Pasaron unos minutos más, y ante el asombro de Ana, la verga de Ramón empezó a tomar sus familiares proporciones, como si el tiempo se hubiera detenido. En poco tiempo, las familiares venas aparecieron tal y como ella las recordaba acentuando la virilidad de Ramón que tanto la enloquecía, superando notablemente la verga artificial de Lex.

Ana empezó a mamar con el mismo furor que tanto apasionaba a Ramón, pero con el característico ritmo de una desesperante urgencia.

– ¿Todavía aguantas igual? -, le pregunto sutilmente ella mientras miraba a sus ojos.

 

-Aún-, contestó Ramón.

Ana se puso de pie, volteó sus nalgas hacia él, las abrió con sus manos, y suavemente se dejó caer para que la enorme verga del albañil, ya en todo su vigor, la penetrara en el primer orificio que encontrara.

Ella sintió el glande en el ano, y graciosamente dijo: -le tocaba-, además de que Ramón la acababa de coger con el consolador.  Ramón la penetró suavemente, pero ella se dejó caer hasta sentirla totalmente dentro, mientras el llevó su mano a acariciar y jugar con sus dedos su húmeda vulva.

“¡Ahhhhh, que cosa tan ricaaaa!, gimió Ana, mientras frotaba sus nalgas en el regazo de Ramón.

“¡Ah cabrón! -, dijo Ramón, – ¡definitivamente es lo mismo desarrugar que romper! -, balbuceó en éxtasis. – ¡Tu culo se siente nuevecito, hasta aprieta más que cuando eras joven!, exclamó con sorpresa.

Ana subía y bajaba por sí sola, deleitándose con cada milímetro del pene de Ramón, juraría que sentía sus venas en el esfínter, mientras el contemplaba aquella belleza de espectáculo.

Ana experimentó un tremendo orgasmo en muy poco tiempo, su segundo, reflejando la urgencia que tenía de una buena culeada, mientras Ramón acariciaba y cogía con sus largos dedos su vagina.

Después de varios minutos de la apasionada sesión anal, Ana se incorporó, se arrodilló entre los muslos de Ramón, y empezó a deleitarse mamándole con locura de nuevo la verga al extrañado albañil.

– ¿Qué tal -, sugirió Ramón, –si te traes tu consolador y te lo meto por el culo mientras te cojo por la panocha? –

– ¿Será? – pregunto Ana.

Se desacopló lentamente y se dirigió a su recámara de nuevo mientras Ramón observaba su bella desnudez, y en un momento bajó con la cajita del consolador.

-Nunca hemos jugado a esto-, dijo ella.

– Haz de cuenta-, interrumpió el, que tienes al Choro metido en el culo mientras el papá del Choro te arrima por enfrente-, ambos carcajearon.

Ana dudó. – ¿Me irá a doler? -, preguntó.

Mmmh, seguramente con ese culote holgado que tienes ni la vas a sentir-, bromeó Ramón.

Ambos volvieron a reír, mientras ella se sentaba en sus muslos. Ramón la levantó un poco y con su mano guió su tremenda erección hacia la vagina de Ana. La penetró con suavidad arrancándole sus ya familiares gemidos al tiempo que ella tomaba su ritmo, sintiendo sus entrañas penetradas hasta el fondo por la enorme verga del albañil.

Mientras Ana frotaba gozando el enlace de sus órganos, Ramón empezó a lubricar su recién penetrado ano con la misma baba de su vulva. Sin poder ver, posicionó el consolador en su culo y lo empezó a insertar lentamente, no con mucha facilidad, porque el espacio estaba comprometido con su pene, pero prosiguió.

– ¡Ay…ay ¡-, exclamó Ana…-se siente raro, pero riiiico-, gimió. – Te diré que si me gustaría que fuera el Choro-, agregó sonriendo.

– ¡Y dale con el pinche Choro! -, contestó Ramón.

¿Qué lo tendré que traer para que te culee también preciosa? –, agregó.

Ana sonrió de nuevo. – ¡Pueeeees! -, dijo. – Quizá no es tan mala la idea -, continuó.

¡Ay Ramón, siento como que me cago! -, dijo Ana.

– ¡Nnnnnooooo! -, gritó Ramón, carcajeándose, recordando aquella vez que Ana se defecó en su pene en sus años de locura.

– ¡Fue tu culpa! -, exclamó ella, recordando perfectamente el incidente. – ¡Te dije que tenía que ir al baño!, pero ¡no, no, no! El señor tenía urgencia de culear…. ¡y culeamos parados me acuerdo! –

Se carcajearon una vez más.

– ¡Y la muy puta no pudo aguantaaaar! -, profirió Ramón.

-Tan hermoso el Choro…ha de estar igual de vergón que su padre -, dijo ella, al rítmico movimiento.

– Si la tiene muy grande -, aseguró Ramón. – A lo mejor algún día al calor de unas cervezas se lo planteo y hacemos un trío. No creas que lo veo mucho -, le dijo.

Ana empezó a acelerar su ritmo, mientras Ramón aumentaba sus jadeos. Ella había experimentado al menos dos orgasmos mientras que el hacía gala de su habilidad de aguantar.

Ella se arqueó hacia atrás, Ramón empezó a frotar sus tetas al tiempo que sentía el sabroso cosquilleo anticipado de una tremenda eyaculación.

– ¡Me vengo mamacita, me vengo! – gritó Ramón, haciéndole entender que hiciera lo propio: quitarse, arrodillarse frente a él, poner su cara, abrir su boca y disfrutar de la espléndida descarga.

La rutina fue la misma de aquel entonces: Ana se levantó rápidamente con el consolador metido en el culo y este cayó al piso. Tomó la verga de Ramón con su mano derecha, empezó a lamerla por debajo cuando salió la primera pulsación. Rápidamente, Ana arropó con su boca la verga del albañil, ¡¡¡Aaaarrghhh-!!!, gritó Ramón, al tiempo que un abundante torrente de caliente semen la empezó a llenar en su boca. Era tanta la cantidad como Ramón había anticipado, que Ana no podía tragarlo como quería.

Se ahogaba, le salía por la boca, tosía e incluso ¡le salió por la nariz!.  Extasiado, Ramón veía aquella revoltura burbujosa de semen y saliva correr hacia abajo por sus muslos, mientras ella devoraba lo que le era posible, lamiendo sus testículos y atrapando con su lengua el ya débil torrente.

El orgasmo llegó a su fin. Ana continuó lamiendo el pene de Ramón, pero notó que, curiosamente, su erección no cedía.

¡Cabroncito!, dijo Ana cuando pudo reponerse, ¿Cuánto tiempo tenías sin venirte?

– Así es la Viagra. Tendré que andar con el pito parado un rato -, le advirtió al notar su inquietud.

– Pero no te preocupes -, le dijo. – Será inofensiva por un buen rato, o sea, no te emociones preciosa-.

– Pero yo quiero que sea ofensiva-, contestó Ana, mientras limpiaba su cara y tetas.

– ¿Te acuerdas aquella vez que tardaste como 15 minutos después de que te la mamé y me tragué toda tu cosa y me culeaste parada en la cocina? -, preguntó ella con cierto tono de nostalgia.

-Inolvidable-, respondió Ramón. -Fue aquella vez de las seis veces-, recordó el.

A mediodía, Ana y Ramón pidieron comida china. Tomaron una siesta juntos en su recámara, tuvieron intenso sexo vespertino ahí mismo, comprobando los maravillosos efectos de la pildorita azul. Ramón pudo con ella un par de veces más, ya sin el temor del embarazo, eyaculó una vez en el su ano y una última en su vagina, cumpliendo así el clásico trío de venidas en sus tres orificios.

Se bañaron juntos. En la regadera, Ana trató inútilmente de hacerlo venirse en su boca, pero el cansado albañil ya no pudo más.

Ramón hizo la valoración del trabajo y se retiró ya tarde. El trabajo, si bien era fácil, daría pie a que pronto se volvieran a ver. Ana le regaló un billete de $500.00 que él aceptó gustosamente y le agradeció con un beso más.

Es a cuenta del trabajo, no por haberme regalado este día -, le dijo ella al tiempo que Ramón finalmente se retiró. Su erección por fin cedió.

Totalmente satisfecha, Ana fue a la sala, recogió su dildo. Lo olió, lo lavó y lo guardó para esperar a Eduardo.

Cuando llegó, ella lo esperaba en una bata de seda como si nada importante hubiera acontecido aquél inolvidable sábado otoñal.

La sirvienta Sandra

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Hola, ésta es mi historia con una sirvienta que llegó a casa a realizar los quehaceres domésticos…sucedió hace unos cuantos años, en Catamarca (Argentina) yo recién me acababa de separar y me fui a vivir a una casa que había comprado
Hola, ésta es mi historia con una sirvienta que llegó a casa a realizar los quehaceres domésticos…sucedió hace unos cuantos años, en Catamarca (Argentina) yo recién me acababa de separar y me fui a vivir a una casa que había comprado, soy profesional y empresario por lo que tengo una muy buena posición económica.
Aunque la vivienda no era grande, era cómoda y acogedora, tenía 3 habitaciones, dos baños, una amplia sala de estar y una hermosa piscina.
Pero como todo hombre medio inútil para tener limpio un hogar necesité contratar una mucama para que me tenga todo acomodado, además de prepararme la comida y la ropa.
Así llegó Sandra a mi vida, ella había sido recomendada por una amiga mía.

Sandra era una mujer de unos 38 años, un metro 65 de altura, buen físico, cabello teñido de rojizo no fuerte pero que llamaba la atención, tenía unos senos medianos pero un andar bastante sexy que me llamó la atención desde el primer momento que la ví…su contorneo al caminar era muy atractivo y uno no podía dejar de verla.
Una particularidad de Sandra era que siempre se vestía muy bien, especialmente polleras cortas y camisas abiertas, su maquillaje siempre era muy equilibrado (nada que ver con las mucamas que hemos tenido mientras estaba casado, esas chicas eran bastante desaliñeadas y feas).
Hablaba fluidamente y no tenía problemas de conversar cualquier tema.
Pasaban los días y me empecé a calentar con ella e inicié conversaciones con doble sentido a las cuales ella no se escapaba…Eso me calentaba más!! Llegaba la noche y le dedicaba una linda paja a Sandra.

Buscaba la forma para ver si podía tener algo con ella pero cuando veía la posibilidad de avanzar ella me frenaba con alguna frase…caramba!, me parece que no quiere nada conmigo! A qué está jugando ésta mujer? Hace insinuaciones y luego me detiene mmmmm
Ya habían pasado unas tres semanas y mientras iba a buscar algo a la cocina escuché a Sandra hablando por su celular, aparentemente era una amiga por la forma de expresarse, Sandra le decía a su amiga que ella (su amiga) había tenido suerte con su patrón porque se había dejado coger, se embarazó de él y luego le inició juicio por la manutención del niño y ya no necesitaba trabajar.

Por lo que pude interpretar, su amiga le preguntaba sobre mi aspecto físico, a lo que Sandra contestaba sin pelos en la lengua…aunque no me puso en el Olimpo de lo hombres bellos tampoco me dejó por el piso y luego su amiga por lo que interpreté le recomendaba que se dejara coger por mi y que se embarace…mmmm….
a lo que Sandra primero le decía que no y entre chiste y chiste que se decían, mi sirvienta le dijo que lo iba a pensar.
Una señal de alarma se prendió en mi y dije: “mejor paro acá, sino meto la pata” y no le dí mucha atención a Sandra por un par de semanas.

El problema era que ya había pasado como tres meses que no cogía con nadie y mis hormonas estaban a full y Sandra con su vestimenta estaba para partirla en ocho, no sabía qué hacer.

Un sábado estaba en casa y Sandra estaba realizando sus tareas domésticas de costumbre y pasaba por frente mío…mi cabeza giraba a 1000 kilómetros por hora y no resistí…la agarré desde atrás e intenté besarla pero ella se resistió y buscó escaparse de mis brazos mientras gritaba: – Señor, no por favor!! Qué hace?
– Sandra, no aguantó más, te deseo y te voy a coger por las buenas o por las malas
– No Señor, no quiero, – ah no? Tomé un cuchillo de cocina que estaba cerca y la volví agarrar poniendo el elemento cortante cerca de su cuello y le dije: ahora vas a ver quién es tu patrón.
Quedó paralizada del susto cuando le puse el cuchillo.

Acto seguido le levanté la falda y empecé a acariciar su conchita mientras sentía cómo su respiración era más rápida y nerviosa, buscaba salir de ahí pero no se lo permití, la tiré sobre el sofá le até las manos con mi cinto y le desprendí la camisa para poder besar sus tetas, después de jugar con ellas por unos minutos mientras ella lloraba y me rogaba que la dejara, inicié mi concentración en su concha, le arranqué su tanga tipo hilo dental y comencé a chupar su vagina y su clítoris con fuerza, al principio estaba seca y unos momentos después ví como se empezaba a mojar y mis dedos entraban con facilidad, su resistencia no era la misma e iba disminuyendo “la muy zorra lo está disfrutando” -pensé, su llanto se transformó en pequeños gemidos de placer y sus manos tomaban mi cabeza acompañando mis movimientos sobre su vagina, había vencido su antagonismo…me levanté y la miré y ví que se había soltado de mi rudimentaria atadura con el cinto sin que yo me diera cuenta.

Acaricié de nuevo su turgente seno donde su pezón se encontraba durito y ayudé a que se ponga de rodillas, mi miembro estaba a punto de estallar en el pantalón, lo bajé y ella entendió lo que debía hacer…fue una mamada fabulosa, no dejó de recorrer ni un milímetro de mi pene y mis testículos, sabía muy bien hacer su trabajo.
Luego la monté sobre el respaldo del sofá, abrí sus piernas y de un solo golpe metí toda mi pija, ella gimió y con sus ojos entreabiertos veía como la bombeaba una y otra vez, Sandra lo disfrutaba y yo estaba en las nubes “más, más, no pares, quiero sentir toda tu poronga, si patrón así…”.

La levanté e hice que ponga sus manos sobre la mesa, de espaldas y volví a cabalgar por su vagina nuevamente, Sandra no paraba de gemir de placer y pedía que lo siga haciendo con más fuerza, yo estaba hecho un toro…pero algo sucedió…Sandra empezó a decirme, en medio del entre y salga, palabras que me inquietaron…”Si, patroncito, así, cógame toda que soy solo suya para siempre…” ahaha aghagh “Patrón, deje su lechita dentro de su sirvienta, dejela toda, la necesito adentro y nuestras vidas se van a unir, dele…porfa agh agh, hágalo rápido, acabe dentro mío”…en ese momento recordé la conversación por teléfono que había tenido con su amiga y pensé “ésta hija de puta quiere que la embarace!!”….

Saqué mi verga raudamente, la agarré del cuello y le grité “Así que querés que te acabe adentro para embarazarte!! Puta de Mierda!” La forcé que se ponga de rodilla para que me la chupara y no abría la boca y rompió en llanto…a continuación apreté su nariz para obligarla a respirar por la boca y así poner mi verga, cuando la abrió puse toda mi pija (aún con el miedo de que me mordiera la muy zorra) y cogía su boca fuertemente hasta que se tragantaba haciendo arcadas, mientras le espetaba “Así vas a quedar embarazada? Puta, Así?.
Té escuché con tu amiga por teléfono, querés hacer lo mismo? Mirá lo que hace tu patrón… querías que acabe adentro…Bueno, tomá PUTAAA, tomá, te acabo dentro de tu boca, zorra!!, reventada!!” y mi leche se desparramó con fuerza dentro de su boca, saqué mi pija de ahí y tapé con una de mis manos su boca mientras le decía con enojo y saña “tragalo, puta, querías mi semen adentro?.
ahí lo tenés…, tragá todo, dale ramera!!” Una vez que confirmé que se había bebido mi leche la arrojé hacía el suelo y me fui a mi cuarto.
Sandra lloraba en el piso, se levantó y fue a su habitación corriendo.

Había pasado unas dos horas, bajé y todo estaba igual de desordenado como cuando había estado cogiendo con Sandra, me dirigí a su habitación despacio, sin hacer ruido, miré por la cerradura y la vi recostada en su cama boca abajo sólo con su camisón transparente que siempre usaba, sabía que no tenía llave la habitación porque la había perdido hace unos días por lo que podía entrar sin inconvenientes…miré unos segundos más y en eso ya me estaba tocando la verga… “Ésta zorra, me está calentando de nuevo, la puta madre!!!” Seguí haciéndome la paja despacito, imaginándome ese culito que no lo había podido coger horas antes…se me cruzó una idea perversa “si entro y me la cojo de vuelta? Ahora por el culo”…me saqué la ropa en el pasillo, abrí la puerta lo más despacio posible para que no hiciera ruido y entré; una vez en la habitación fui directamente hacía ella y puse todo mi cuerpo cuestión que así pueda inmovilizarla…ella despertó y empezó a gritar “Pare, qué hace??!!” mientras que con una mano la sujetaba con fuerza, la otra buscaba correrle su tanga, una vez hecho esto intenté clavarle mi pija pero ella seguía poniendo resistencia, les digo la verdad? No me fue fácil, tuve que abofetearla mientras intentaba colocarla hasta que pude…la penetré de un solo empujón, no podía ponerme a dilatarlo, no me lo permitiría ya que se veía furiosa conmigo, ella pegó un grito de dolor desgarrador mientras lloraba …yo empecé a bombearla duramente y en seco y ella clamaba, “Sacala Hijo de puta, me duele, sacala por favor, no aguanto” eso me calentaba más y no paré…y me vine en su culo, era tal la calentura que había tenido que mi leche no paraba de salir a chorros, una vez que me relajé, salí sin decir nada, ella quedó llorando e insultándome.

Volví a mi habitación, tomé mi pantalón, extraje mi billetera y una buena cantidad de billetes de alta denominación, regresé donde estaba Sandra y ella seguía llorando, me miró con sus ojos llenos de odio, sin inmutarme le tiré los billetes hacia ella y le grité, “Te quiero fuera de ésta casa, entendiste puta, fuera, no quiero verte ya mañana aquí”.

A la mañana siguiente, me levanté, busqué por todos lados y Sandra no estaba…su habitación estaba desordenada y se había llevado sus pertenencias, cuando pasé por uno de los baños de la casa noté algo…entré y miré que en el espejo había escrito con pasta dental “HIJO DE PUTA”…esbocé una sonrisa y me fui hacer el desayuno…pensaba que debía buscar otra sirvienta y ésta vez no debía ser tan linda para que no me tiente de nuevo…recordé lo que había pasado el día anterior y me calentaba, había gozado en mi posición de dominador y maltratador…de repente…un pensamiento se apoderó de mi…si ésta zorra me denunciaba? Para colmo en mi país (Argentina) está de moda lo de violencia de género contra la mujer y la iba a pasar mal…no fui a trabajar por dos días y casi no podía dormir…ya habían pasado 5 días y no aguanté más, fui a buscar consejo a un amigo abogado que hace derecho penal para sacarme la duda, le conté todo lo que había pasado…se cagó de risa: “qué hijo de puta qué sos jaja”…”dejame averiguar con algunos contactos y te llamo”.
A la tarde de ese mismo día me llamó y me dijo: “quedate tranquilo, no hay nada y no creo que a ésta altura vaya presentar algo…” respiré aliviado…
La historia termina aquí? No…continúa

Había pasado un año y medio desde lo que sucedió con Sandra, yo seguía con mi vida, la empresa funcionaba bien, tenía contratos con el gobierno y me cogía una pendeja de 19 años (la oficial) y otras por ahí de vez en cuando, me juntaba con los amigos a jugar al fútbol y a comer asados (muy típico de Argentina)…uno de ellos era Manuel, no era muy querido en el grupo y pocas veces lo invitaban ya que cuando compartíamos unos vinos y tragos se ponía agresivo o en su defecto se quedaba dormido y era muy difícil despertarlo por lo que había que llevarlo hasta su casa (porque en ese estado no podía manejar) y varias veces nos arruinó la fiesta.

En cierta oportunidad me lo crucé a Manuel en el banco, hace bastante tiempo que no lo veía y nos pusimos a charlar, me contó que se había separado y se fue a vivir con una empleada que tenía ya que la había dejado embarazada y había sido padre hace poco, realmente quedé sorprendido ya que ninguno de nosotros sabía esa historia de él y lo mantuvo bien guardado…Manuel insistió en invitarme a cenar a su casa y que lleve la chica que yo tenía para que cenemos los cuatro y para que su nueva señora pueda conversar con alguien mientras nosotros podíamos ponernos al día con nuestros temas.
Al principio no acepté pero insistió tanto que al final accedí…nos veríamos el sábado.

Llegó el día indicado que iba a cenar a la casa de Manuel y al final decidí no decirle nada a Romina (la chica que salía conmigo y que mis amigos conocían como la oficial) e iría solo, primero porque yo tengo 37 años y ella 19, además de ser bastante inmadura, daba opiniones que la dejaba mal parada y me avergonzaba…yo la quería para coger (por cierto, cogía como los dioses) no para que sea mi mujer de verdad y como no conocía la nueva mujer de Manuel no quería arriesgar, así que pensé en decirle que estaba descompuesta y la excusaba de ir.

Bueno…llegó la hora…fui hasta la nueva dirección de Manuel y me hizo pasar, cuando entré él llamó a viva voz a su mujer para presentármela, ella se acercó y cuando la vi enmudecí…los dos teníamos cara de sorpresa y no sabíamos qué decir…era SANDRA!!! Mi ex sirvienta…cuando salí del shock balbuceé un saludo y le extendí la mano, los dos teníamos colorados nuestros rostros…me hizo pasar al living y después de un momento me calmé e intenté hacer que no pasaba nada…la cena transcurría entre anécdotas de Manuel y mías porque Sandra estaba sumamente callada (debe ser por la sorpresa que se había llevado al verme) pero en mi cabeza volvían mis recuerdos de hace un año y medio atrás cuando poseí a Sandra y cómo me la cogí…lo que si se escuchaba de Sandra varias veces era “Manuel, no tomes tanto, te va hacer mal…” pero obvio Manuel no le hacía caso jaja y eso fue el detonante de lo que pasó mas tarde…habían pasado unas horas ya y Manuel empezó a cabecear y hablaba entrecortado mientras dormitaba hasta que en un momento se quedó totalmente dormido y comenzó a roncar…Sandra me miraba nerviosamente y me dijo “Bueno, ya es hora de descansar” a lo que agregué “es verdad, ya me voy, pero primero te ayudo con Manuel…lo acostamos” “no, dejá – me dijo – lo pongo en el sillón hasta que se despierte” yo insistí en ayudarla a llevarlo a su habitación que era en la planta alta, es que mi cabeza ya estaba a mil diagramando alguna estrategia para cogermela de nuevo a Sandra y mi mente estuvo enviciada con eso…
Subimos hasta la habitación principal, llevando a Manuel lo dejamos acostado sobre la cama y luego bajamos.
“ya tienes que irte, tengo mucho por limpiar” me dijo ella.

“Te ayudo, no tengo sueño aún” le respondí, ella se negaba quería que me vaya lo más pronto posible de la casa, no le hice caso tomé la escoba y me puse a barrer mientras ella ofuscada trajo las cosas que habían quedado en la mesa y se apostó a lavar.
Mientras yo reojeaba lo que hacía e intentaba disimular mi erección de entre las piernas.
En un momento ella había despejado la mesada y estaba de espalda y me dije “ésta es mi oportunidad!”.
Me abalancé sobre ella levantando su falda y aprisonando su cuerpo entre la mesada y el mío, ella pequeño grito y me dijo “qué haces boludo”…”Te estuve deseando toda la noche Sandra, ahora vas a ser mía”…
-Soltame, mirá si Manuel se despierta
– No se va a despertar de lo borracho que está, vos crees que no lo conozco?
– Soltame, soy una mujer casada ahora…
– Querés que le cuente a Manuelito lo que su mujercita hacía antes conmigo eh? Las putitas nunca cambian son putas siempre
– no, no por favor, no sigas

Como pude le bajé su bombachita tipo hilo dental, la di vuelta y la levanté y la senté sobre la mesada.
Mientras ella forcejeaba yo intentaba sacar mi pija del pantalón…hasta que pude… mi lucha se trasladaba a penetrarla, entre cachetazos que tuve que darle para vencer su resistencia y coloqué mi miembro y éste entró en su vagina mientras al mismo instante le chupaba sus tetas, ella daba pequeños gemidos cada vez que la embestía con mi aparato, a medida que la penetraba más fuerte su cuerpo empezó a arquearse de una manera tal que me di cuenta que se estaba dejando llevar por mi cogida, estaba gozando, era un espectáculo maravilloso, no me podía contener más seguí con embestidas mas fuertes y sus gemidos no los disimulaba hasta que mi semen saltó como rayo poderoso dentro de su vagina y ella dio un grito de placer…llegó al orgasmo…su cuerpo se abalanzó hacia mi, me abrazo fuertemente y al oído me susurró entre suspiros “necesitaba que alguien me cogiera asi…por Dios” mientras yo echaba dentro de Sandra mis ultimas gotas de semen.
Pasaron unos instantes y ella me sacó de un empujón y me grito “Andate Hijo de Puta, no te quiero ver más”, solo atiné a sonreír y mientras subía mi pantalón le dije “te gustó, se que te gustó me lo dijiste al oído jaja” acto seguido me tiró con un vaso que estaba al alcance de su mano que por suerte no me llegó a tocar jaja y me marché.

Pasaban los días y seguía pensando en Sandra, estaba obsesionado.
Le mandaba mensaje a Manuel por cualquier cosa y ahí me enteré que se iba a Buenos Aires por unos días, tengo una nueva oportunidad me dije.
Él salía un miércoles en el avión de la mañana así que ese día me aposté temprano a las afueras de su casa esperando que saliera al aeropuerto, llamé a la aerolínea para saber si el vuelo estaba en orden y salía a horario, me dijeron que sí.
Llegó el taxi se despidió de su esposa y se fue.
Esperé unos diez minutos para asegurarme que no volviera y me dirigí a la puerta, toqué el timbre, Sandra abrió la puerta y la cara de asombro era tal que quedó paralizada y balbuceó “Manuel no está, se fue de viaje”
– si, ya sé, vengo por vos
Intentó cerrar la puerta pero yo apresuré en poner mi pie y con mi fuerza la abrí.

– Qué querés Gustavo, ya está…ya te aprovechaste de mi, está mi hija ahí
– Te gustó la vez pasada, por qué no volver hacerlo? La verdad Sandra, me tenés loco estoy obsesionado con vos, quiero hacertelo una y otra vez, pero no quiero obligarte
Me miró fijamente tomó aire y se abalanzó hacia mi con fuerza, me atajé creyendo que me quería atacar pero NO!! Me besó apasionadamente y nos fundimos en el sillón, hicimos el amor alocadamente sobre él, me cabalgó intensamente, les juro que tenía los ojos abiertos para ver a ésta mujer infernal hacer su trabajo…llegó repetidamente al orgasmo como si lo estuviera necesitando urgentemente.
Cuando yo iba por explotar ella lo presintió…pegó un salto y se puso a mamar mi pija mirándome fijamente a mis ojos hasta que no aguanté más y exploté en el interior de su boca, ella se tragó todo lo que expulsé y siguió mamándola hasta que ni una gota más saliera de mi candente miembro.
Estaba exhausto.

Así iniciamos una larga relación que hasta hoy perdura y lleva 8 años, Sandra tuvo dos hijos varones más pero le dicen papá a Manuel (jaja), un día él me confesó que ni se acordaba en qué momento la embarazó y cómo sabe que la cirrosis que le provocó el alcohol es fatal cuenta las horas de su partida y que dejará todo a Sandra y a los hijos que tuvo con ella para que nada les falte en el futuro…ya le dije a Sandra que ni loca se va a separar de él, después de todo Manuel tiene una buena fortuna que no es para desperdiciar jaja
En otras entregas le contaré otras experiencias (algunas extremas) que hemos tenido durante éstos 8 años…mientras tanto nosotros también contamos los días de su ádios, después de todo su mujer quedará en muy buenas manos jeje FIN

Mi novia, un desconocido y la fantasía de la paja

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Eran las seis de la tarde y ya se iba terminando un día arduo de mucho trabajo y stress. El calor al salir de la oficina era sofocante después de haber estado todo el día bajo el aire acondicionado. Subiendo al auto recibo un mensaje de mi novia, esos mensajes que te dejan descolocado cuando tu cabeza esta a mil por hora. Me llega un mensaje de Josefina diciéndome “quiero algo más…jugar un poco más, un poquito más me animo. Ya sabes”
Enciendo el auto y no puedo evitar se me escape una sonrisa tratando de imaginar de que se trataba. Aunque en el fondo podía suponer que tenía íntima relación con mis más secretas fantasías que alguna vez entre copas le había confesado.
Debo admitir que siempre fui una persona muy celosa y conservadora respecto a la manera de mostrarme en pareja, pero por algún motivo siempre tuve ese extraño morbo de imaginar una situación en al que un tercero participaba de algún modo-directa o indirectamente-. Las más variadas fantasías que incluían a otro hombre con mi novia siempre estuvieron latentes en la imaginación y el deseo. Aquella noche mientras lo hacíamos le confesé al oído un poco alcoholizado q me excitaría muchísimo que un desconocido nos mirara mientras tenía sexo conmigo. Y de a poco fuimos construyendo una fantasía en la que ese desconocido comenzaba a tocarnos mientras cogiamos y así llegamos al orgasmo imaginando entre los dos una situación de mucha temperatura. Al día siguiente, me pregunto si me había gustado como la pasamos…y se fue riéndose y diciéndome que tenía escondidos esos morbitos. Y antes de irse a trabajar me saluda con un beso, mete su mano y aprieta fuertemente mi puja diciéndome al oído que la había puesto a míl por hora de caliente con nuestros juegos.
De camino a casa recordé todas esas cosas y no podía evitar tener la verga bien parada. Me adelante a preguntarle de que se trataba y me respondió que simplemente me esperaba en casa. Que la pase a buscar y salíamos.
Así fue que me dirigí rápidamente en su búsqueda ya bastante excitado y con mi imaginación que no paraba.
Llego a casa y le mando un mensaje.
-estoy en la puerta.
Se asoma por la puerta y me saluda c la mano haciendo un gesto de “ya salgo”. Comienzo a impacientarme y finalmente sale vestida muy elegante con una falda negra tiro alto con un tajo que dejaban ver sus blancas y largas piernas, una camisa blanca semitransparente ajustada marcando sus muy apetecibles pechos, y unos tacos haciendo juego con el conjunto. Se sube al auto y dice las palabras mágicas-quiero que me mires mientras juego con otra pija, lo deseo hace mucho y quiero que me acompañes en esta fantasía, y que te animes en esto conmigo, te amo, sola no puedo. Hagamos esto juntos. ”
No termino de decir eso que mi cabeza se minó de dudas, celos, y una calentura que me estallaba el pantalón. Mi cara desorbitada ante semejante propuesta no podía disimular esa mezcla de excitacion y rabia. Puse primera y le digo…”lo que digas. adonde vamos?” Sonrió con amor y agradecimiento por la comprensión. En realidad los dos estábamos encendidos.
Me indica el camino hacia un spa en las afueras de la ciudad… esos spa que aparentan ser muy formales y serios pero que uno sabe que suceden algunas cosas más. -Ya está todo preparado, hoy el juego es solo que nos miren mientras lo hacemos. Nada más que eso. Ya está todo hablado, hasta ahí me animo. Me calienta mucho todo esto. -Me dice.
Llegamos y estacionamos cerca del lugar, caminando de la mano hacia la entrada casi me temblaban las piernas de excitación. Entramos y nos atiende una chica muy linda con una enorme sonrisa que una vez presentados, nos invita a pasar a una de las habitaciones del spa y que nos preparemos con una ducha para esperar el masaje. Nuestro masajista y compañero de emociones llegaría en cualquier momento.
Nos duchamos juntos y nos quedamos sentados en un tatami tomados de la mano. Los nervios de los dos eran evidentes.
De repente se abre la puerta y aparece un chico de unos treinta y cinco años, bien parecido y de aspecto atlético pero no tan musculoso. Se presenta muy amablemente como Andrés, y Josefina se adelanta a decirle – “en realidad no venimos por los masajes. Queremos cumplir una fantasía. Que nos miren mientras lo hacemos y te toques mirándonos. ”
Sus palabras helaron mi ideas pero prendieron fuego mis instintos más primitivos. Ya era muy difícil ocultar mi calentura bajo la toalla.
El esbozo una leve sonrisa y dijo -pónganse cómodos, mientras se sacaba la remera puso música suave y nos dijo. Jueguen y donde algo no les gusta o quieran parar solo tienen q levantar el dedo índice. Y yo voy a entender. Y así fue como empezamos a besarnos apasionadamente con Josefina. Empezamos lentamente a sacarnos la ropa y darnos besos cada vez más calientes. Le desabrocho el corpiño y noto que Andrés no me quitaba los ojos de encima, y eso hacía que yo tuviera muchas ganas de que se calentara. Dejo sus hermosas tetas al descubierto y lo único que pasaba por mi cabeza y quería saber era si ya la tenía parada o no De ver a mi novia que estaba particularmente linda. Mi novia se da cuenta de lo q me estaba pasando y se da vuelta para bajarme el pantalón y empezar a chuparmela. Yo la tenía muy parada. Y ella la estaba chupando como si fuera la ultima de su vida. Me doy cuenta que Andrés ya estaba entrando en calor y empieza a decir cosas como -“que lindas tetas tiene tu novia” O “qué bien la chupa, yo también la tengo así de parada”. Y automáticamente Josefina sin alejar mi verga de su cara lo mira y le dice – a ver, queremos ver cuán parada la tenes.
Andrés, rápido de reflejos, se saca su pantalón de joggin quedándose en bóxers. Se acerca hasta quedar muy cerca nuestro. Se baja lentamente los bóxers dejando a la vista una enorme pija paradisima a unos 20 centímetros de la cara de mi novia. Miro esa pija enorme y miro la cara de Jose que estaba como hipnotizada. Y segundos después vuelve a chuparme la verga sin dejar de mirar la pija de Andrés que empezaba a hacerse lentamente una paja.
Yo estaba que explotaba y Josefina mientras me la chupaba comenzó a tocarse y estaba descontrolada. Se para para darme un beso y me pregunta al oído sin dejar de hacer un sube y baja la
Piel de mi pija – se la puedo tocar, es muy linda no?
Yo ya estaba en otro planeta, estaba muy caliente como para echarme atrás, así que le dije que si y que lo haga despacio que quería ver todo.
Con la mano libre le hace una seña a Andrés q se acerca y le rodea su enorme pija con esa mano delicada como si estuviera agarrando un trofeo. Empieza a hacernos la paja a los dos mirando las dos vergas como si fueran un regalo. Ahí es cuando decido salir del encanto y comenzar el show. Me pongo atrás de ella, le bajo la bombacha y sin media más, se la meto y ella no puede evitar gemir mientras le hacía más rápido la paja a Andrés sin dejar de mirársela a centímetros de su cara.
Desenfrenada por la situación no tarda en acabar a chorros sobre mi verga. Yo estaba como loco. Termina y se da vuelta y me pide que me agaché con ella. Que quería que viera al lado de ella y bien de cerca como le iba a chupar la verga a Andrés. Yo no podía más. Realmente estaba en las nubes. Empieza a darme un beso y acerca esa enorme pija a su boca y yo a unos centímetros de esa verga que palpitaba y la boca de Josefina que no hacía más que tragársela. Comienza a chuparsela mientras me pajeaba a mi, ahí. Al lado. Entre celos y calentura estaba volando. En el mete y saca en la boca y la paja Andrés comienza a acabar tremendos chorros de leche en la boca y la cara de mi
Novia. Lo que me puso más loco aún. Me mira con la cara toda llena de semen de Andrés y me pide que la coja. Se la meto mientras le chupo sus hermosas tetas y e pide que acabe también en su boca, pedido al que por supuesto accedí colmando nuevamente su boca y su carita con más semen.
Caemos rendidos y ella sigue tocándose mientras me pide un beso. Al que también accedo. Andrés nos saluda. Y nos dice que volvamos cuando quisiéramos. Que somos una linda pareja. Cumplimos nuestra fantasía. No sabemos si vamos a repetirla…pero fue una experiencia que. No vamos a olvidar. (Espero sus comentarios espero les haya gustado )

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