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La casa nudista

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Hola, bueno primero me presento, me llamo Fernando, soy un chico de 20 años, estatura 1.70, cuerpo moldeado, hago ejercicio y aparte entreno natación, cabello negro, ojos cafés y de tez clara, ni tan güero ni tan moreno, vivo en el D.F.

Esto que voy a compartir sucedió hace una semana con una tía, siento que ya es hora de compartir con demás personas esto.

Todo empezó cuando empezaba a ir a clases de natación, iba una prima, su mamá, y su seguro servidor, ósea yo, un día miércoles mi mamá se fue de viaje con una de mis hermanas a E.U. a visitar a mi otra hermana que vive allá, y me quede a custodia de mi tía,ya nos íbamos a la casa después de despedirlas, pase a mi casa por ropa, tanto para natación y para quedarme a dormir (tan siquiera un short para no dormir como en mi casa), mi tía accedió, ya pase rápido y me subí a la camioneta en la que íbamos solos, ya en camino para la casa de mi tía me voy dando cuenta de algo, ya no tenia su pantalón, solamente tenia su tanguita roja, me quede sorprendido al verla así, ya cerré la puerta del copiloto y me puse el cinturón de seguridad, ya pasando 5 minutos le pregunte por mi prima

—- y Caro?
— se quedo dormida
—- está bien

Pasaron otros 5 minutos

—- como que hace calor no?
— porque crees que estoy así!?
—- como?
— si, sin pantalón y sin sostén, solo mi blusa cubre mis tetas

Me quede aún más impresionado de lo que estaba al saber eso y escucharla hablar así, y pensar que mi prima dormida, ella sin sostén y solo con su blusa escotada y su tanguita, entre en confianza y me quite la camisa dejando ver mi pecho y abdomen

—- así esta mejor
— mucho mejor hijo, y porque no te quitas también el pantalón?, digo si quieres

Ni la pensé y que me quito el pantalón, tenia un bóxer que hacia notar mi bulto, acostado, sin erección alguna, ella viendo que me quito el pantalón se queda paralizada al ver aquello, que hasta freno de la nada

— que es eso?
—- pues que puede ser?
— si se que es, pero se ve grande esa cosa, me han platicado que es grande, pero no creí que tanto
—- pues que puedo hacer!

Ya llegamos a su casa, eran las 2:30pm, abre su cortina del garage para meter la camioneta, ya adentro me bajo para prender la luz

— llevas a Caro a su cuarto?
—- si, claro

Ya cargo a mi prima y la llevo a su cuarto, y yo así, como estaba, en puro bóxer la lleve cargando, al sentir sus muslos rozando mis brazos se me va poniendo dura la verga, y al momento siento una mirada de mi tía, diciendo “quiero todo eso”, ya recosté a mi prima en su cama, cerré la puerta de su cuarto y mi tía me va diciendo

— ahora cárgame igual que a mi hija y llévame a mi cuarto (pero con un tono de voz incitador)
—- esta bien

La cargo y vamos al cuarto, ya cuando la estoy recostando en su cama me va bajando el bóxer

— si que esta grande y depilada!
—- no tía, no siga viendo (mientras trataba de taparme)
— lo quiero sentir en todo mi cuerpo, se podrá?

A lo cual, ya ella con ganas, tenia puesta su blusa, su tanguita y se le veían hermosas sus tetas, accedi

— como la quieres?
—- dormidita!
— ok, esta bien amor

Se quedó callada al escuchar como le dije, y total, me acosté a su lado, le quite la blusa y la deje solamente con esa tanguita roja, se me queda viendo en medio y que agarra mi verga y empieza con el sube-baja lentamente, y con la otra mano masajeaba mi cuerpo, yo ya no aguantaba y que le aprieto sus tetas hasta dejar marca de cada mano en sus tetas, una y una, empiezo a sobarlas en manera de masaje y repetí otra vez a apretarlas, creo que eso la excitaba, ver la manera en que jugaba con ese par de tetas, ella no paraba de masturbarme lentamente, consiguió hacer que se me pusiera tiesa la verga

— hay que rico se siente, ya esta al punto, ahora comenzare a consentirlo
—- de que manera lo vas a hacer?
— de esta manera

Se movió de lugar hacia donde esta la verga y comenzó a pasear su lengua desde la base hasta la punta, acariciaba los huevos como yo lo hice con sus tetas, también en ratos los apretaba, eso me excitaba más y más, me levanté de la cama y la acuesto boca arriba, con su cabeza en la orilla, y empiezo a meter y sacar mi verga de su boca, veía como le salia cantidad de saliva, escurría y escurría, mis huevos chocaban con sus ojos, colgaban de una manera tremenda

— quiero que me hagas igual, pero esta vez en mi culito

Ni la pensé dos veces, ella así acostada la dejé en la cama, me pongo a la altura de su culo y le empiezo a rozar en medio de su culo con mi verga, se la empiezo a meter y va pegando de gritos

—- se va a despertar Caro, no grite tanto!
— no creo (diciéndolo entre grito y grito)

Empiezo lento con el mete-saca y voy subiendo la intensidad poco a poco, ya después de un tiempo gime de placer

— si amor, si, tu sigue no pares!!

Le complací y seguía, sin separarnos la pongo en 4, gemía de una forma muy rica, me sentía en la gloria, cogiendo rico con mi tía, a quien tanto deseaba, después de un buen rato se separa y me empuja, se va ensartando despacito, y yo solo observando como subía y bajaba, como se movían sus ricas tetas, como gemía de placer, agarraba y apretaba sus tetas, ya estaba a punto de eyacular, la detengo y la separo bruscamente, y me empiezo a hacer una paja por un rato en frente de ella

— eso, dame mi leche que ordeñe y que deseo
—- voy a dártela toda amor, no desesperes
— la quiero en mi cara y que escurra hasta mis bubis amor
—- vas a ver que si

Y sale la leche disparada directo a su cara, le cae en sus tetas, en su cara

— que rico Fer, deliciosa la leche que me diste
—- te gustó amor?
— me encantó, de ahora en adelante seré solo tuya, solo para ti

Beso mi cabecita y se la mete toda, me limpia la verga y fuimos a ver si seguía dormida Caro, y efectivamente, estaba dormida, ya pasamos al baño y nos bañamos, yo seguía con la verga parada, terminamos de bañarnos y fuimos a la cocina para ver que íbamos a comer

—- voy al cuarto a vestirme
— no es necesario, cuando estes en la casa, puedes estar así como ahorita, sin ropa, a tu prima y a mi nos gusta estar así en la casa, estas en confianza

cuando nos vamos dando cuenta, ya eran las 7, mejor decidimos cenar

— ve a despertar a Caro
—- y si me ve así?
— no dirá nada
—- no me refiero a eso, si no la erección que tengo
— no te apures, no creo que haga nada, mas que asustarse y ya

Fui al cuarto de Caro y ya la despierto con unos roses de mi verga en su cara, aprovechando la erección que tenía, se va despertando y me la empresa a chupar, y me pregunta si la puedo despertar así en los días que este con ellas, y le dije que si, no hay problema, ya le dije que íbamos a cenar y ya fuimos juntos a la cocina, y ya cenamos y ya mas tarde nos fuimos a dormir juntos, los tres en la recamara de mi tía, ya después les contaré el mañanero que hicimos.
Espero y les haya sido de su agrado


Mi hermano y yo

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Nací hijo de una madre soltera, menor de edad, abusada por el dueño de la empresa donde trabajaba y vuelta a abusar por el cochino capataz de la fábrica. Fui criado en una casa tipo hostería con varios medio hermanos y hermanas, viviendo como nuestras madres eran obligadas a todo, para poder seguir adelante. De pequeño tuve experiencias con mis hermanos mayores y mis hermanas, las amigas de mi mamá que vivían en la casa y finalmente hasta con mi madre. El tiempo ha pasado, pero algunos hermanos seguimos en contacto y a veces nos reunimos, para recordar tiempos pasados, aunque difíciles, fueron también placenteros. Este primer relato de doce, recoge el inicio de mi vida, partiendo desde una pequeña fiesta con mi hermano y hermana, y recordando el camino que me llevó al día de hoy.

Me siento raro, el sol está caliente, deben ser las diez de la mañana, o algo así. Desnudo en la cama, algo sudado y pegajoso, siento la pierna de una mujer sobre la mía, pisando mi polla, la logro sacar y que alivio. Al voltear al otro lado doy con una polla que no es la mía. Estoy en un sandwiche hombre mujer, mareado, cansado y ajeno de la realidad, caigo de nuevo dormido recordando o soñando una situación parecida hace mucho tiempo. El sueño me lleva al pasado, y recuerdo los relatos de mi madre trabajando en una fábrica de franelas para un señor árabe, Elías.

El tipo era conocido como la rata o el guacamayo, por su prominente nariz. Flaco, no muy alto, como de cuarenta, siempre vestía muy bien con pantalones ajustados que marcaban su largo, pero más bien delgado pingajo. “El guevo de la rata no tiene cabeza”, decían las mujeres, “pero pica”.

Elías era un miembro respetado de lo que llaman la clase media alta, casado, con familia, muy recto y de conducta intachable, ¡en la iglesia! Pero en su fábrica, ubicada en una zona industrial con cordón de miseria alrededor, se convertía en un pervertido a quién le gustaba preñar mujeres o más bien niñas, como mi madre. Todas las obreras de la fábrica en algún momento habían tenido un encuentro del tipo penetrante con la guacamaya y muchas de ellas quedaron como él quería, preñadas.

Mi madre tuvo que ser una de ellas, yo soy igual al árabe, flaco, narizón y con una polla larga y delgada, sin cabeza y unas bolas pequeñitas que hacen que la paloma se vea aún más larga. Por si fuera poco, también me dicen que mi verga pica, pero rico, a las mujeres y hombres les gusta la sensación. Estando preñada, mi madre no tuvo más remedio que mudarse con el capataz de la rata, conocido como el cochino maldito.

Antonio también era árabe, pero de los que salen en las películas de los ladrones de Bagdad, grandote, gordo desalineado, peludo como un oso de circo, hediondo a sudor, café, tabaco, cebolla y quien sabe cuántas porquerías más. Era el propio cerdo, siempre manoseando a cuanta mujer se le ponía cerca. Siempre vestía una franelilla con la inmensa barriga apoyada sobre un pantalón amplio que dejaba ver la inmensa pinga del tipo, envuelta en un chinchorro de bolas, también inmensas. No dudaba en sacarse la pinga y rascarse con gusto en cualquier sitio dentro de la fábrica, pidiéndole ayuda a cualquier obrera, de mala manera. Para no perder el trabajo ninguna de las mujeres se negaba, las que lo habían hecho ya no estaban. Todas sabían qué hacer y si había que rascar o mamar esa verga, se hacía y más nada. Al cochino le gustaba que lo vieran mientras le chupaban el chaparro y si nadie se fijaba, le bajaba las pantaletas a la chica y le enterraba la yucota en la cuca o el culo, donde primero cayera, sin anestesia ni lubricante. ¡Ahora si lograba la atención de su público! Antonio disfrutaba que lo vieran mientras que la leche chorreaba por las piernas o las tetas de la chica escogida, siempre abundante y espumosa de tanto batirla con fuerza y sin piedad. Al rato el maldito se la sacudía y terminaba orinándose en la víctima de turno, quien además tenía que lamerle el ahora flácido trozo de carne hasta dejárselo limpiecito. De allí todas las mujeres siempre llegaban al trabajo con el culo bien lavado, nunca sabían cuando les iba a tocar y no querían comer mierda.

Pronto mi madre descubrió la fantasía del cochino maldito, – tirarse a las mujeres embrazadas -, como ella. Mientras yo iba creciendo dentro de mi madre el infame se la cogía todos los días llegando a la casa. A veces también tuvo que aguantarse a los amigotes de Antonio, quienes se turnaban con las otras mujeres que vivían con ella. Era una casa cerca de la fábrica, con muchos cuartos y albergaba a unas cinco o seis mujeres con sus hijos, la mayoría de Elías, mis medio hermanos.

Cuando nací, poco cambió. A mi madre se la seguían cogiendo los amigos de Antonio y a medida que yo iba creciendo me parecía algo normal, también a mis medio hermanos y hermanas, que pensaban lo mismo. Algunos ya mayores de quince años eran los dominantes y sometían a los chiquitos como yo. Quizás de todos los hijos de Elías yo era el más parecido a él, heredé su pinga tipo pitillo y muchas veces fui víctima de burlas.

Cuando llegaban los amigos de Antonio, los hermanos mayores se desaparecían a la calle y los pequeños nos resguardábamos todos juntos, escondidos y viendo lo que hacían esos hombres con nuestras madres.

Con la esperanza de ser tratadas mejor, los fines de semana las señoras se bañaban y perfumaban, quizás les dejarían alguna propina. También, los fines de semana eran días de desvirgue. Los padrinos llevaban muchachos adolescentes para su primera experiencia sexual. Una amiga de mi madre era considerada la especial para el trabajo y hacían cola.

Inés era una vieja cuarentona que cuando se desvestía era como las chicas que salen en las revistas con las que se masturban los hermanos mayores. Tenía unas tetas grandes y redondas siempre muy paradas, decían que un proxeneta se las había mandado a hacer a la medida. No tenía barriga, pero si unas inmensas nalgas que se abrían cuando se agachaba y dejaban ver un inmenso hueco del culo, siempre limpiecito y perfumado. Puedo dar cuenta de ello porque fueron muchas las veces que me acerqué y lo constaté. Si se agachaba más se le salía un bollo de cuca, con una raja de fantasía y unos labios siempre abiertos y aleteando como una mariposa. A los seis años no sabía porque me gustaba tanto olerle la cuca a Inés, y si me pillaba en el acto, me enterraba mi nariz de loro en la raja y me la frotaba suavemente. Inmediatamente se me paraba el chaparrito y a Inés se le alegraba el día. “¡Hay! gracias amorcito”, me decía, “¡que galán!”

Con el tiempo yo buscaba a Inés mientras limpiaba su cuarto o lavaba ropa, alejada de la vista de los demás, para olerle la cuca y esperaba con ansiedad que me enterrara la cara en esa jugosa ciruela. Aunque se hacía la loca, para que yo pensara que era un castigo, poco a poco fue extendiendo el tiempo en el que se metía mi nariz en la raja y finalmente una día me pidió que le lamiera el culo.

“Saca la lengua”, me dijo mientras mantenía mi cara envuelta en sus grandes labios, “y busca metérmela por el culo, por favor, cariño”.

Inés se fue arrodillando y con cuidado de no aplastarme, abrió las piernas separando las rodillas. Yo estaba en el suelo, boca arriba con mis piernitas saliendo por las nalgas de Inés con la cara en su coño y la lengua afuera, pero no le llegaba al hueco del culo. Me empujó la cara hacia atrás abriendo más aún las piernas y echando la cadera hacia adelante, ¡esto era de locos! la cuca se le abrió y el hueco del culo se acercó mientras se abría también. Ahora podía deslizar mi lengua dentro de ese orificio pulsante que me la quería atrapar. Si empujaba la lengua al hueco, se extendía y si la sacaba se apretaba buscando que volviera a entrar.

Se me fueron los tiempos a medida que los labios me masajeaban la cara y yo entraba y salía del culo. Inés, con mucho cuidado y delicadamente, pero a su vez con firmeza, me agarró la cabeza jalándola para llevar mi boca dentro de su pepa. Con mi nariz frotaba su clítoris, mi lengua le lamía sus labios y mi pito estaba que silbaba y echaba chorritos de un líquido transparente y pegajoso, con los brazos me agarraba de las nalgas de Inés y mis piernas me temblaban. De repente se me inundó la boca, se llenó de una exquisitez con un fuerte sabor amargo, pero sabroso, no dudé en tragármelo y seguir ordeñando con mi lengua, pidiendo más de aquello.

Mi pinga estaba reventando de dura, parecía que le quería crecer la cabeza que le faltaba. Fueron varias las descargas de placer de Inés y casi ahogado, yo quería más, pero Inés empezó a gemir, como lo hacía cuando se la cogían, pero esta vez sonaba más encantador, más real, se estaba relajando de placer. Sin soltar mi cabeza, Inés se fue echando hacia atrás mientras me jalaba hacia adelante y se agachaba para meter mi cara entre sus enormes tetas y apoyar sus majestuosas nalgas en mi barriga. Aunque todos estaban de acuerdo que mi chaparro era muy largo, en especial a mi corta edad, solo llegaba a rozar el culo de Inés y en cada roce soltaba pequeñas gotas de fluido.

Inés seguía gimiendo y babeando, mientras me frotaba entre sus sudorosas tetas impregnadas de saliva. Los pezones se le querían reventar, estaban duros y al chuparlos soltaban un líquido sabor a miel o lo que fuera, pero demasiado rico, no podía dejar de mamar. Inés tenía una hija de dos años y como que se le bajó la leche.

Interrumpiendo mi mamada, Inés me empezó a sacar por debajo de ella, levantándose un poco para colocarme arrodillado frente a ella y dejando caer sus ricas nalgas en el suelo,  abrió las rodillas y recogió los talones para envolverme con sus piernas. Mi pinga ahora la tenía en su obligo, perdiendo fuerza y haciéndose cada vez más blandita. “Si tienes que orinar, no te de pena, ¡orínate!”, me dijo como sabiendo lo que iba a pasar. Sin querer la bañé en orina que se me salía sin cesar mientras que llevaba mi boca a la suya y me metía su lengua gigante y carnosa, con sabor a gloria. No podía respirar pero no quería que sacara la lengua, hay Inés que rico, no pares.

Ya había parado de orinar, cuando siento las manos húmedas y calientes de Inés bajar por mi espalda para envolver mis nalgas y finalmente, con mucha sensibilidad y muy cariñosamente sentir como me entra el dedo medio por mi culo. Casi de inmediato vuelvo a orinarme con un placer indescriptible. “¡No lo botes todo!”, me dice en tono firme sacando su lengua de mi boca, “párate y orina en mi boca, me encantan los orines de un carajito que todavía no eyacula, o al que no se le sale leche, para que me entiendas”.

Como un soldado me paro llevando mi pito a la boca de Inés y ella comienza a mamar y chupar y logra lo que quería, vuelvo a orinar. No sé de dónde salió tanta orina, pero estoy con las manos tocando el cielo.

Con un poco de orina en la boca, Inés me hace agacharme buscando mis labios para dejarme probar mi propia orina, es rica, apenas salada y con una mezcla de sabores totalmente nuevos. Mientras sigo desfrutando el manjar y la lengua de Inés recorre toda mi cara y pecho pegajoso de orina y fluidos vaginales para volver cargada a mi boca, siento como me entra el dedo por el culo y empieza a describir círculos.

“Sí que te gusta, ¡muérgano!”, me dice sonriendo con ironía, “¿cuántas veces te han cogido por tu culito? ¿Perdiste la cuenta?” Eran demasiadas emociones y no oí lo que me estaba preguntando. “Bueno no me digas, conozco a tus medio hermanos, seguro que te cogen a menudo”, comenta en el mismo tono de risa, “no te preocupes, aprende a disfrutar tu cuerpo, apenas tienes seis o siete años”.

De golpe siento que me sacuden la polla y me cachetean. “¡Hey! ¿Qué pasó?, ¿muchas emociones por una noche?”, me dice una lejana voz con aliento a mierda. Es Verónica mi media hermana, quien sigue sacudiéndome la polla. “¡Ya no está tan dura como anoche!”, dice antes de metérsela en la boca. “¡A la Verónica le gusta tu verga, hermano!”, me dice Francisco otro medio hermano, también con un aliento a la misma mierda, mientras se está masturbando y me lleva mi mano a su pinga solicitando ayuda para batirla. Esa era la polla que me encontré cuando desperté y no la reconocí. “¡No arrugues la cara!”, me dice mientras yo termino de despertar, ver que Verónica disfruta chupándome la polla poniéndose dura y colocándome más cómodo para masturbar a mi hermano.

“Después de anoche tu boca también sabe a mierda, ¿déjame ver?”, pregunta besándome la boca y metiendo su lengua hedionda. No lo puedo evitar me gusta, el sabor es repugnante pero como que los tres comimos mierda ayer. Ya somos unos viejos los tres, Francisco tiene casi cincuenta y Verónica y yo ya pasamos de los cuarenta, pero de vez en cuando nos gusta compartir como cuando teníamos diez añitos. Lo que me hace recordar el sueño, ¡el malestar se me pasó!, pero yo quería recordar otra cosa, mi experiencia en casa del viejo San Pieri.

Verónica suelta mi palo, interrumpiendo mis pensamientos, no sin antes saludar a mi bolas y acariciar mi culo, para quitarme del puesto en el centro de la cama. “Pido estar en el medio”, dice gimiendo con placer sacando la lengua y pasándola por sus siempre bellas tetas. “¡Está bien!”, respondo dejando de mamarle la lengua a Francisco y soltando su pegajosa pinga, “¡métete aquí entre los dos tetas arriba, una pinga en cada mano y guerra de lenguas!”.

Francisco pica adelante metiendo el pulgar en la cuca y el dedo medio en el culo de Verónica, dejándome las tetas a mí, nos juntamos las caras y empieza la guerra de lenguas, sabor a mierda.

Nos dejamos ir y sin querer los tres nos quedamos nuevamente medio dormidos.

Babeando por la recién culminada guerra de lenguas, que nadie ganó y los tres disfrutamos, Francisco y yo nos abrazamos montados encima de nuestra hermana Verónica, quién no quiere soltar nuestras respectivas pingas. Las dos vergas, pegajosas y bastante flácidas están chorreando levemente sobre la pelvis de Verónica.

Un golpe en la puerta nos hace reaccionar, y vemos como entra la mucama sin avisar. Ya es muy tarde, es hora de limpiar y no pusimos el aviso ese de no fastidiar.

Al vernos, la mucama, una chica joven de unos veinte años, de buen cuerpo completamente sudado, con un vestido de uniforme demasiado corto y evidentemente con leche corriendo por sus piernas hasta las rodillas, cierra la puerta quedando adentro. Descaradamente se nos acerca quitándose el vestido, para sacudirlo.

“¡Hay! Perdón”, dice con una voz muy dulce, “tengo que limpiarme un poquito y no puedo esperar. ¡No creo que les moleste! Están ricos los tres”.

“¡Adelante, mi amor!”, replica Verónica, “me gusta lo que veo y a mis hermanos se les fue la pea y ya están babeando”.

La chica toma la toalla que había dejado caer junto a su uniforme y se la pasa por ese cuerpo tan joven, tan escultural.

“Esto ya se secó”, dice con la mano en su cuca depilada y juvenil, “necesito una ducha, ya vuelvo, no se vayan, je,je”.

Viéndonos las caras con asombro nos salimos de la cama para ver el espectáculo en la regadera. Efectivamente valió la pena asomarnos. La chica se echó el champú en la cabeza para regarlo en todo su cuerpo, frotándose sensualmente con los ojos cerrados. Se pasa las manos por su largo cabello y la cara, para llegar a esas tetas tan lozanas, desbordantes de juventud. Toma un poco más de champú y se mete una mano entre las piernas abriéndolas levemente, mientras que la otra mano hace lo propio en las nalgas, para bajar por las piernas mientras se agacha y gira su hueco del culo hacia nosotros, como si nos pudiera ver con él. ¡Qué show! Y eso que los tres estamos jodidos de la noche anterior, estamos pegajosos, hediondos y cansados.

La puta es una artista y nos tiene estúpidos a los tres, definitivamente ¡nos encanta!

Haciéndose la desprevenida, levanta la mirada mientras se incorpora y echa la cabeza hacia atrás para dejar que el agua la bañe de la cabeza a los pies. La cortina de agua, que arrastra la espuma y deja relucir el cuerpo desnudo de la chica, es algo estremecedor. La muy descarada abre las piernas y devela un coñito bello, precioso, rosado pálido, con alitas cual mariposa. Los tres hermanos seguimos hipnotizados, paralizados, mientras que la mucama cierra el grifo y procede a secarse delicadamente.

“¡Quítense! ¡Descarados fisgones! ¡Dejen pasar!”, nos grita en tono irónico y riéndose mientras nos empuja para abrirse paso fuera del baño. Cual zombis nos quedamos viendo como la chica se contornea hacia su vestido, sudado y arrugado y se lo desliza por encima. Abre la puerta para retirar las sábanas y las toallas del carrito de servicio y se voltea cual mamá.

“¿Qué me ven?, a ver si se bañan ¡cochinos!”, nos comanda, “tengo trabajo que hacer aquí”.

Sin pensarlo, los tres nos lanzamos a la regadera y apretujados nos comenzamos a enjabonar los unos a los otros. Verónica me agarra mi verga de pitillo y rápidamente me la llena de espuma, sin dejar por fuera mis bolitas y mi culito. Al darme vuelta me encuentro con el pingajo de mi hermano Francisco, quien no salió a nuestro padre. La flácida verga no es muy larga, pero gruesa, dotada de una enorme cabezota que tantas veces he tenido en mi culo. Las bolas también son desproporcionadas haciendo que la pinga siempre se vea más corta de lo que es. Con las dos manos llenas de jabón comienzo a masajear las bolas, la polla y el culo, que bien conozco por dentro. Finalmente los dos nos concentramos en Verónica dándole un baño masajeado a cuatro manos.

Al secarnos y saliendo del baño, vemos como se ha hecho un milagro. La artista de la regadera ya había terminado de arreglar todo el desastre que dejamos en el cuarto, incluso recogió nuestra ropa en una bolsa de plástico para llevarla a la tintorería. Tendió y perfumó la cama y hasta le echó unos pétalos de rosa, ¡exquisito!

“¡Qué fino!”, nos gritó riéndose mientras nos quitaba las toallas mojadas de las manos y besándonos con su ágil lengua rosada, “quedaron bellos los tres, y tú en especial, hermanita, estas divina”.

Corre a la puerta y dejando las toallas mojadas, vuele con toallas nuevas y la dotación de champú y jabón. “¡Bien! Estamos listos”, nos dice con su vestido mojado pegado a su sensual piel radiante de energía juvenil. “Lávense la boca y descansen, más tarde vuelvo con la ropa, el vino, el almuerzo y por supuesto vengo yo. ¡Prepárense!, ¡los voy a volver mierda a los tres!”

Casi de salida, con el vestido húmedo metido en la raja del culo, se da vuelta acomodándose las tetas y se vuelve a Verónica. “Por cierto amiga, el huésped de al lado, un chico de unos dieciocho años, parece un semental”, le dice con tono de chisme, “el carajo me echó una cogida fenomenal. La cabeza del guevo parece un hongo gigante y es bastante brusco al meterlo, casi me revienta la cuca, pero el dolor rápidamente se convierte en placer. Cuando se corrió dentro de mí, el monstruoso trozo de carne no paraba de pulsar y soltar una grosera cantidad de miel caliente que chorreaba por mis piernas. Todavía disparando tacos de leche espesa y caliente, sacó el cañón y me lo encajó en mi apretado culo, que afortunadamente siempre está limpio, perfumado y dispuesto a recibir ese tipo de visitas. ¡Hay no! No me quiero acordar, ¡que me vengo! Eso sí amiga, te lo recomiendo, y estoy segura que le gustarás, eres una vieja demasiado caliente y provocativa. ¡Me voy para volver! ¡Adiós!”

Al quedar solos en el cuarto de hotel, nos cuesta asimilar lo acontecido, debe ser por la resaca. Pero bañados y con los dientes lavaditos, nos deslizamos por las sábanas limpias y frescas, salpicados de pétalos de rosa. Con Verónica en el centro, nos abrazamos dispuestos a descansar y estar listos para recibir a nuestra nueva amiga, la que dice que nos va a sacar la mierda a los tres, habrá que ver.

“Te quiero mucho, Elías”, me susurra Verónica mientras me da un beso húmedo con tanto cariño y amor, que no recordaba haber recibido en mucho tiempo, “eres mi amor de toda la vida”.

“Si, si, si”, interrumpe Francisco, soltándonos, volteándose y dándonos la espalda, “yo los amo a los dos, pero si siguen con la mariquera me voy tras la mucama de una y los dejo aquí con sus amapucheos, parecen carajitos, ¡creo que voy a vomitar!”.

Sin hacerle caso al viejo insensible marico que comparte muestra cama, Verónica y yo nos caemos a lata cual colegiales, apretándonos en un abrazo que nos hace estremecer y temblar. El perfume de las sábanas limpias y recién tendidas, junto con el aroma de los pétalos de rosa, con nuestra piel lozana y fresca, después del baño, nos lleva a otro universo. Cada quien con una sonrisa de pendejo en la cara nos dormimos dejando florecer el campo de los sueños.

Sin saber si es sueño o realidad, me inunda un aroma de piel de mujer y me ubico en la casa del maldito cochino capataz de la fábrica donde trabajaba mi madre. Tengo como diez u once años y al abrir los ojos me percato que estoy entre los brazos y las tetas de la vieja Inés, amiga de mi madre y mi novia preferida. La señora ya llega a los cincuenta, pero está fabulosa, los últimos cuatro años ha sido mi maestra del sexo y me ha protegido de mis hermanos los sodomitas. También adoptó a mi hermana Verónica, para protegerla y cuidarla de los malditos amigotes de Antonio. Cuando llegaban los infames padrinos buscando mujeres para sus ahijados virgos, ella nos escondía, para no ser víctimas de los usuales maltratos.

Desde nuestro escondite, Verónica y yo veíamos como Inés se encargaba de cualquier hombre, virgen o experto singón, para dejarlo vuelto leña y dispuesto a dejar una buena propina. Ambos íbamos viendo y practicando lo que hacía cada quien en su rol. Verónica, me consta, después de vieja se convirtió en la propia come hombres, sabía cómo sacarle la leche a cualquiera, rápido y en frío o con mucha sensualidad dejándose todo el tiempo del mundo, para que la cogieran divino.

Mi madre y la de Verónica, definitivamente se habían mudado a otra ciudad, huyendo del maltrato del dueño y el capataz de la fábrica y la vieja Inés nos adoptó como si fuéramos sus hijos. Siempre dormíamos en la misma cama con ella y Verónica siempre fue testigo de cómo yo hacía gemir a nuestra madre adoptiva. Años atrás habíamos empezado, por casualidad, a tener sexo, o más bien medio sexo al yo no poder acabar, solo salpicar gotas y orinar a Inés. Pero Inés me enseñó que el sexo no solo es meter la pinga, acabar y salir a contarles a los amigos.

Ya con los primeros signos de la pubertad, un domingo, mientras Inés lavaba ropa y nos preparábamos para tener nuestro encuentro sexual, algo había cambiado, todo mi cuerpo se sentía distinto, más definido, más duro, los músculos se sentían más y las erecciones eran más fuertes y duraderas. También dejé de orinar tanto con la erección, y hasta Verónica me veía con otros ojos.

Con el calor que hacía, Inés generalmente lavaba la ropa totalmente desnuda, para sudar mejor, estar más fresca y no tener que lavar más ropa. Usualmente Verónica la acompañaba y a veces ayudaba con pequeñas cosas que una niña de diez años podía realizar. Ese domingo en particular Verónica se me quedó viendo, algo extrañada, la forma de la verga era algo distinta y el color de la cabeza del guevo era más oscuro, las bolas se veían más grandes.

“¡Chúpame las tetas mientras termino, mi amor!”, dijo Inés al verme parado allí bajo la mirada de mi hermanita, “con tanta mamadera siempre me tienes produciendo leche, parezco una vaca. Aprovecha tú también Verónica, es lo mejor que hay”.

Verónica y yo nos pegamos de las tetas como si fuéramos becerros e Inés empezó a menear el culo mientras enjuagaba la ropa agachada sobre el fregadero.

“Cuando tenga tetas, te voy a dejar que me las mames cuando quieras, Elías”, me dijo Verónica en un tono inocente, mientras que Inés no podía contener la carcajada. “Hay que niña tan loca”, dijo Inés, “cuando tengas tetas tendrás un novio y él te las mamará y también te cogerá, todas las veces que quieras. Elías solo será un recuerdo de la infancia”.

Sin pedir permiso, me senté debajo de Inés y comencé a lamerle la sudorosa cuca que por tanta conversación erótica, estaba chorreando y palpitando. Le pasaba la lengua del hueco del culo hasta el clítoris y en el camino le metía mi narizota entre sus labios. Inés empezó a menearse como siempre lo hacía y tuve que agarrarme de las nalgas para no caerme. Los labios estaban más hinchados que de costumbre y el culo se abría como pidiendo ser atendido.

“¡Asómate Verónica!”, gritó  Elías jalando a su hermana a su lado, “cuando tengas la cuca como la tiene Inés te la voy a lamer siempre que tú quieras”.

Verónica quedó sorprendida con lo que estaba viendo y la curiosidad la llevó a meter su cara entre los labios y lamerle la cuca a su madre adoptiva. “¡Pero qué rico se siente!”, dijo al rato, “con razón tú siempre que puedes le estas mamando la papaya a mamá”.

“Mi cosita no te debe saber a nada”, pregunta Verónica en tono afirmativo, “pero espera a que crezca, ya verás”.

“Pero, ¿qué te pasa Inés?”, preguntó Elías, “nunca había visto tu cuca así, hasta cambió de color y huele diferente, más sabrosa”.

Inés se incorpora y deja caer la ropa que estaba enjuagando, “ven acá pequeño don Juan”, gritó con firmeza agarrando a Elías por un brazo, “ahora vas a convertirte en hombre jovencito. Acompañamos a la habitación Verónica y cierra la boca, los ojos se te van a salir”.

Una vez que los tres llegan al cuarto se ubican en la cama e Inés se arrodilla encima de su pequeña víctima colocando su excitada cuca en la cara del pequeño y procede a chuparle el pingajo mientras le introduce el dedo en el culo. “No pierdas detalla Verónica”, susurra Inés mientras jala la niña para que esté más cerca de la acción.

Elías está ahogándose en la leche que le sale a Inés por la papaya y hasta le sabe a papaya acidita y amarga, ¿qué está pasando?, se pregunta, mientras que del otro extremo le están chupando la verga como nunca antes.

De repente Inés suelta la verga y se da vuelta, sentándose en la pinga de Elías, esta es la primera vez que la penetra, es una verga larga, aunque delgada y pica, pica pero rico, es la pinga de papá Elías, definitivamente, el hijo de Elías heredó la pinga del papá.

Verónica observa con envidia como Inés le bate el palo a su hermano y parece que se está drogando, los ojos se le desorbitan y empieza a gemir como nunca antes. Elías no está mejor, está pálido y sonrojado, parece un camaleón con los ojos revueltos, temblando y sacudiéndose, las piernas tiesas y agarrado de las piernas de Inés. Verónica no lo puede evitar y se asuma por el culo saltarín de Inés, solo para ver que la polla de su hermano está pulsando entrando y saliendo, las bolas se le subieron y parecen uvas pasas. De repente sale un chorro de leche entre la polla de Elías y la cuca de Inés.

Inés, casi sin aire, agarra a Verónica mientras se saca la pinga pulsante y le coloca el culo justo para insertarle el pingajo chorreado. Como mandado a hacer, el palo encuentra su camino y se encaja a la perfección en Verónica, quien casi pierde el conocimiento y empieza a orinarse y a gritar pero de placer. “Dale, dale, dale”, grita, “no pares hermanito, sigue, sigue”.

Verónica queda sentada en la pinga de Elías, a más bien brincando, orinando sobre él, mientras que del culo le sale un chorro de leche. Inés también se está orinando botando lo que queda de la leche de Elías, quien no sabe lo que está pasando, solo sabe que quiera más de aquello.

Finalmente el clímax llega con una explosión de sentimientos, entre dolor, placer, calor, frío, miedo y satisfacción. Por un largo rato los tres permanecen abrazados, inmóviles tratando de entender lo que acaba de pasar.

“Sabía que iba a ser especial, pequeño demonio o ángel”, susurra Inés finalmente, “¿cómo te sientes Verónica?, ¿tu macho te llenó con su primera leche?, Elías se acaba de convertir en hombre. Pronto le podrás corresponder dándole tu virgo mamita, espero estar allí, OK”.

“Hay mami, no sé, me gustó, me gusta, quiero más, aunque me pica mi culo, quiero más”, replica Verónica. “No seas golosa mi amor, déjalo descansar un poquito y que entienda que se acaba de convertir en todo un hombre. Es su primera lechada”, contesta Inés visiblemente satisfecha con lo ocurrido, es la más buscada para desvirgar ahijados, pero Elías fue lo máximo para ella. “A partir de hoy le puedes dar culo cuantas veces quieras, pero todavía tienes que esperar para darle el virgo, ¿estamos claras?”.

Elías estaba privado, echado en la cama mientras que Inés y Verónica lo contemplaban cada una con una perspectiva distinta. “Mi lindo galán, ahora es un hombrecito, que orgullosa estoy de él”, pensaba Inés mientras sentía como la leche le seguía emanando de su hinchada cuca. “¡Qué hermanito tan bello tengo!, ¡su primera leche la compartí con mi mamita Inés! Quiero ser grande rápido para poder darle mi virgo, que se lo merece, mi culo ya es de él. Y como sea hoy me lo vuelve a meter, de esa no se escapa”, eran los pensamientos de Verónica mientras aguantaba el ardor en su culito palpitante.

Por alguna loca razón, siento que me están mirando y abro los ojos. Es Verónica, con los ojos húmedos y una cara que grita placer, metiendo sus dedos en mi cabello. “¿De qué te estás acordando?, maldito cabrón, si no soy yo la que está en ese sueño, es que te meto un coñazo, ¡pero ya! ¡Confiesa!”, dice con tono amenazante y cerrando el puño. “No, no, no, en serio”, responde Elías, “me acordaba de la primera vez con Inés y contigo, la primera lechada con las dos, aunque a ti no te bastó y no me dejaste tranquilo hasta que volví a llenarte el culo de leche, ¿te acuerdas?”. “¿Cómo no ve voy a acordar, mi amor?”, contesta Verónica con su dulce voz, “me metiste tu verga mil veces, pero la primera cogida no la voy a olvidar mientras viva”. Verónica abre su sensual boca para dejar salir la lengua y metérmela con dulzura hasta el fondo, ¡ya volvimos a los latazos!

“Coño pero que ladilla con los dos novios estos”, murmura Francisco en tono molesto, “me voy a quedar con la mucama yo solito”.

Mas vale tarde…

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Hola!

Omito mis datos personales porque creo que no son necesarios.

Todo comenzó con fantasías, desde mi adolescencia yo fantaseaba con todas las chavas del barrio, y claro siempre me masturbaba, hasta ahí todo normal, pero escuchando las platicas de mis amigos poco mayores que yo comencé a fantasear con ellos, es decir como si yo fuera la chava de sus platicas, y claro me masturbaba, un día probé con mi dedo y ahí descubrí un nuevo placer, y mis fantasías crecían al mismo tiempo que yo, pero siempre reprimidas por vergüenza,  tuve muchas experiencias con mujeres, pero mis fantasías seguían , luego me case con la mujer de la que me enamore desde que la conocí, mis fantasías con hombres se apagaron, todos mis pensamientos eróticos eran para mi esposa, así pasaron algunos años, tuvimos tres hijos, todavía muy chicos (de edad escolar) cuando se me ocurrió imitar a mis amigos del trabajo que platicaban que hacían el amor con sus esposas viendo pornografía, de modo que un día puse una película cuando nos metimos a la cama, mi esposa se sorprendió diría que se asusto, pero la tranquilice y terminamos viendo la película, mis amigos tenían razón, ese día cojimos como nunca si de por si mi esposa y yo teníamos una excelente y muy completa relación sexual, y estábamos satisfechos, ese día superamos todo, se nos hizo costumbre la pornografía, y ahí comenzó todo, mis viejas y olvidadas fantasías regresaron, imaginaba a mi esposa cojiendo con el protagonista de la película en turno, o me imaginaba a mi mismo mamando esas vergotas enormes y tenerlas en mi ansioso culo, así paso un tiempo, hasta que le pregunte a mi esposa si le gustaria probar una de esas, ( la mia no esta tan mal) pero en las pornos escojen siempre a los mejor dotados, volteo y me miro con los ojos muy abiertos queee.. me dijo estas loco claro que no tu me haces feliz y con eso me basta, ahi quedo la cosa, pero yo seguia con mis fantasias, y de vez en cuando le  preguntaba no se te antoja esa vergota? nada mas volteaba, me veia pero ya su mirada era como cuando uno esta ebrio y de inmediato comenzaba a mamar mi bien parada verga, era claro que no se atrevia a confesar que deseaba una de esas tanto como yo, un buen dia llegue del trabajo y mi esposa no estaba, los niños tampoco, porque mis suegros los habian llevado con ellos para pasar el fin de semana , de modo que me extraño mucho encontrar la casa vacia, mi mujer siempre me esperaba, pense mil cosas y me preocupe, le habra pasado algo, de pronto llego y me tomo de la mano y casi me arrastro a la recamara, rapidamente se desvistio pues traia un vestidito de esos que solo tienen un boton enfrente y me quede mudo, lucia espectacular traia puesta su mejor lenceria,  presisamente con la que mas me gustaba con un bra que dejaba los pezones al aire y ligueros que me enloquecen, pero sin la diminuta tanguita, traia su hermosa panochita descubierta yo tambien me desvestia lo mas rapido que podia, ella me ayudo, acto seguido me abrazo por el cuello y me beso apasionadamente ahi comprendi todo, pues su boca tenia sabor a semen, me excite aun mas la empuje a la cama y fui directo a su panochita que escurria semen hasta su hermoso culito, no me pude contener, con mi lengua limpie todo el semen y sin importarme nada me lo trague, ya muchas veces habia probado mi propio semen en sus labios y su panochita, asi que conocia muy bien el sab0r, ademas me gusta y me prende mas, ella gritaba de placer y yo gozaba como nunca antes, cojimos en todas las posiciones las que a ella le gustan, la que mas disfrutamos es estilo perrito, a mi me vuelve loco porque tiene unas nalgas hermosas  y en esa poscicion se ven mucho mas ricas, ademas el espectaculo de ver mi verga entrando y saliendo me da un extra, y ella lo disfruta tanto que grita y llora de placer , en los intermedios me conto todo, lo conocio en una tienda departamental, sus miradas se cruzaron varias veces  durante el rato que estuvieron ahi, el se acerco y la invito a tomar algo en otro lugar, y ella acepto, fueron a un bar y antes de terminar la primer copa el la beso y ella correspondio, mi esposa ya tenia en mente algo asi para complacerme, asi que esa era la oportunidad ideal,  el , un tipo alto bien parecido y sobre todo muy decidido no perdio el tiempo y la llevo a un lujoso motel, creo que ella lo sugirio, porque ahi la llevaba yo de vez en cuando,  tambien esta claro que lo planeo todo, por eso se puso la ropa mas sexi que tenia, pero eso lejos de molestarme me excita, aun ahorita que estoy escribiendo mi relato estoy bien caliente, tengo una gotita de semen en la puntita de mi verga, bueno volviendo al relato de mi esposa, el tipo tenia una verga enorme como los de las peliculas, bueno ella dice que mas grande jejeje… apenas podia mamar una parte de ella, el tipo sabia como complacer a una mujer, asi que me faltaria espacio para decirles todos lo detalles que me conto, lo cierto es que fueron cinco veces en que la muy puta (me excita llamarla asi) disfruto de ese semental, estuvieron ahi desde muy temprano, creo que ya lo traia entre ojos y ese dia se lanzo a fondo cosa que le agradesco, porque asi duramos un buen tiempo, ella solo me decia me dejas ir con Jose, asi se llama el. y claro que la dejaba, hasta le sugeria la ropa interior o ella me preguntaba asi estara bien o me pongo este otro y yo extasiado viendo modelar lenceria a mi amada putita, ya sabia lo que me esperaba despues, luego el se fue de la ciudad por motivos de trabajo y nunca lo volvio a ver, pero de vez en cuando me decia me dejas ir a tomar una copa? y siempre regrasaba tan caliente como la primera vez que cojio con otro, pero esta historia no termina aqui, al contrario aqui comienza.

P.D. espero que les haya gustado mi relato, hasta pronto.

La Turista

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Yo era gerente  en un hotel cerca del centro historico de Cd. mexico.

Esa mañana estaba frente al espejo rasurandome cuando mi esposa me grito desde el cuarto : .-Recuerda la cena con mis papás no vayas a faltar. .-No , no se me olvida, conteste . Así me fui en mi coche al hotel y cuando llegué me puse a trabajar .

A media mañana , como a eso de las doce y media , sali un momento de mi oficina para tomar un refrigerio , cuando vi a una mujer morena , de amplias caderas y busto voluminoso , muy acalorada , discutir con el guía de turistas del hotel . Me acerque lentamente y pregunte  ::- Hay algun problema . El guia de turistas contesto:- En realidad no . Solo explicaba a la Sra. que el viaje a las piramides de teotihuacan se prolonga hasta las ocho , por el espectaculo de luz y sonido y ella quiere regresar a las cinco . La mujer tomo  la palabra y dijo ::- Es que yo necesito regresar a las  cinco porque mi camión para Acapulco sale a las siete . Yo no se que resorte en mi cerebro me hizo decir :- Si puede esperar media  hora , yo la llevo y regresaremos a las cinco . La mujer muy contenta respondió :- Me salva usted la vida . Fui a mi oficina y arregle los pendientes y a mi esposa le dí cualquier excusa , lo cual la enojo , pero  esa mujer me gustaba mucho y no quería perder la oportunidad de estar con ella . Ibámos en la carretera y yo inicie la conversación :- De donde es usted ? .- De Venezuela , me contesto , y note que tenía una boca con labios carnosos . Pensé : Por besar esos labios que no daría . LLegamos a las tres  y en una hora hicimos el recorrido de las piramides  a las cuatro ya estabamos regresando a la Cd mexico. Ibamos en la carretera ella acalorada con la blusa abierta y adivinando   un par de tetas de campeonato . Fue entonces que se me ocurrió para a tomar algo y se lo dije :- No desea refrescarse y tomar algo . Ay sí , me contesto la lleve a un hotel que tenía un restaurant , por que solo verla me paraba la verga y no quería dejarla ir sin intentar llevarmela a la cama .llegamos al restaurant y ella quiso ir al baño  . Me paré estrategicamente y en el momento que ella salía le estampe un beso en sus carnosos labios y cosa rara ella me correspondío . La arrastre a un rincon y comence a besarla y a tocar todo su cuerpo arrimando mi cuerpo al de ella y pegando mi verga a su pubis .

Estaba yo tan caliente que le dije :- Vamos a pedir un cuarto , solo una hora , llegaremos a tiempo a Mexico . Ella  asintió . Ya en en el cuarto  , la besé y le mordí sus carnosos labios mientras intentaba desnudarla .- Me dijo .- Espera un momento , y se fue al baño . Rapidamente me desnude y metí a la cama , esperando que saliera . Cuando salió estaba desnuda y yo me quede sin aliento . Era una mujer hermosisíma , Tenía un par de hermosas tetas coronadas por un par de pezones saltados  una piel lisa y de un color moreno  aceitunado , sus caderas eran amplias y entre ellas un bordecillo de vello coronaba su sexo. entonces se metió a la cama y yo la abrace fogosamente besando y mordiendo sus labios mientras acariciaba sus pezones y con la otra me dirigia hacia su sexo introduciendo dos dedos en ese pequeño rincon intimo. Ella lanzaba pequeños quejidos que me enardecian aún más . Entonces le dije :- mamamela .- Que, dijo ella . Si chupamela la verga,  le dije fuertemente. Ella se dirigió hacia mi verga que estaba completamente parada y con sus finas manos la tomó y empezo a chupar el glande como si fuera un helado . La agarre de los cabellos y la obligue a tragarsela toda mientras movia la cadera metiendo ysacando mi verga de su boca . De pronto senti que me venía y con un movimiento se la meti toda en su boca chorreandome dentro de ella .

En seguida la agarre por las axilas y la puse en posición , le abri las piernas y frote mi verga contra su sexo . Ella me dijo .- Si metemela toda bien profundo . Acto seguida le meti la verga de un solo tiron y ella lanzo un quejido , yo sin hacer caso se la metía y sacaba fuertemente , mientras chupaba y mordía sus pezones . Ella estaba tan excitada que me rasguñaba la espalda y me tomaba de las nalgas para empujar y que se la metiera más profundo  : de pronto ella lanzo unos quejidos y dijo :- Me vengo, me vengo dame tu esperma , yo la bombée mas rapido hasta que senti que le daba todo mi semen, y mientras me venía dentro de ella , besaba su boca con un placer enorme mientras pellizcaba sus pezones Terminando quedamos unos minutos acostados y entonces le dije :- Quiero cogerte por el culo . :- Ella me dijo .- Si pero no me lastimes . La puse como perrita y y abriendo sus nalgas comence la penetración . Se notaba que nuca lo había hecho de esa manera así que la estaba desvirgando en ese lado : Fui penetrando lentamente hasta que no resisti mas y se la metí de un tiron y empece a bombearmela cada vez mas fuerte mientras ella lanzaba quejidos , sus tetas se balanceaban mientras yo gozaba como nunca . Ya no resisti más y me vine dentro de ella . Termine de cogermela y nos bañamos juntos acaciandonos . Afortunadamente llego a tiempo para tomar su autobus y ya sentada  en su asiento me lanzo un beso y me guiño un ojo . Me fui a mi casa pero nunca he olvidado a Dianela , la venezolana que me cogí n un hotel de paso camino a Teotihuacan.

LA TRIBU SALVAJE – Primer parte

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Lucio

Soy un hombre de más de 50 años, físicamente joven. Con piernas, muslos, cola y tetitas muy sexy, femeninas, blancas, carnosas, bien torneadas y lindas y mi piel es muy finita y suave en todo el cuerpo y cuando me depilo entero quedo así

Quiero ser sexualmente pasivo por elección y adopción y pertenecer a un señor serio, sexualmente activo, aplomado y culto, que si quisiera compartirme con sus amigos yo no me opondría.

En una época creí haberlo logrado, pero las cosas fueron por otros andariveles…

Mi amante fue un señor de la alta sociedad Africana, físicamente apropiado porque tenía un órgano sexual impresionante. Cuando manteniamos relaciones demoraba como media hora para entrar en mí. Me hacia gozar a mares (A pesar de que a veces me hacia ver estrellitas de colores y aullar como loco) y creo que el también me gozaba por que gemía y bufaba cuando estaba adentro de mi
y duraba el coito. Y para que hablar de lo que gritaba y temblaba y me decia cosas como amor, mi vida,Etc., cuando me depositaba, muy adentro, todo su semen.
Trataba de penetrarme todas las noches, pero a veces sus ocupaciones no se lo permitian, pero al otro día de que eso sucedia y como para resarcirme y luego de trajinar como siempre para entrar en mí, se quedaba adentro de mí todo el día y se corría cinco veces seguidas sin sacarla. En esas ocasiones me dejaba despatarrado, agotado, repleto de semen, de los que me subía el pegajoso gusto por la garganta y muy tranquilo y relajado despues de haber sido tan bien cogido.

En una oportunidad, que fue la última vez que lo ví, me había llevado de safari con un grupo de señores de la alta sociedad, también Africanos.
En nuestra carpa me penetraba todas las noches. Parece que sus amigos no lo sabían porque nunca comentaron, ni insinuaron, ni intentaron nada. Yo insistía con que les diga, porque quizás ellos también querrían hacerlo y a mi me hubiera gustado, pero me quería solo para el. Uffa!
Una noche, mientras estaba enterrándome
trabajosamente su inmenso pene, se escuchó un lio tremendo, tiros, gritos y despues silencio. Eso nos alteró tanto y como yo ya la tenía muy adentro, hizo que nos abotonáramos muy apretadamente. No pudimos sacarla y cuando tironeabamos, mis carnes brotaban inflamadas y con cada tirón me las sacaba más y más afuera y yo gritaba como loc@.
En eso entró un nativo (Seguramente porque escuchó mis gritos). Ese inesperado, pornogáfico y obsceno cuadro de descuartizamiento anal que encontró, yo con la cola toda afuera y semejante “cosa” tironeando desde adentro de mi cuerpo, lo paralizó y quedó mirándonos desorbitado, nunca habría visto tremenda cosa y vi que instantanemente le creció un bulto inmenso en su taparrabos, levantádoselo y mostrando un pijon impresionante. Cuando reaccionó, trajo al que parecía ser su jefe y a toda su pandilla. Miraron, cuchichearon y se relamieron por un largo rato mientras yo gemía del placer que me daba ese descuartizamiento feróz y también de la cara de lujuria y ansiedad de nuestros espectadores, en el aire se percibía el olor de macho en celo.
A todos se les notaba un inmenso bulto en el taparrabos, algunos muy en punta y una aureola de humedad que se iba agrandando y otros chorreaban sus líquidos por debajo del taparrabos. Que grande la tenian!
– Seguro que me van a violar todos – Pensé – Como serán? – Me va a gustar? – Parece que tienen grandes aparatos! Mmmmmmm! – Me relamía mientras tironeabamos.
De repente, no aguantaron más y quisieron separarnos. Cinco tiraron desde mí cola y otros de él, uno me metió su inmensa verga en la boca, hasta que me lo arrancaron de adentro, arrancando también mis carnes,
dejándo mis entrañas inflamadas y rojas colgando afuera de mí e inmediatamente me cogió el que estaba más cerca.

No se que hicieron con el, pero a mi me cogieron todos y varias veces.
Eran treinta nativos, sumando al jefe y todos me regalaron muchas exquisitas y cremosass acabadas bien adentro de mi cuerpo porque eran superdotados como se supone que deben ser todos los Africanos y además tenían mucho semen.
No bien me penetró el primero tuve un orgasmo involuntario, fue instantaneo de tan rápido que me la metió y así me acabé casi cada vez que me la enterraban
y chorree leche contantemente mientras ellos me inyectanan semen por la cola y acabé todo el tiempo que duró la violación
Fue exquisito sentir los estertores, temblores, contacciones y vibraciones de todos y de cada uno de ellos al vaciarse dentro de mí y sentir esa copiosa y espesa crema caliente que me entraba lentamente, sin consentimiento alguno mío y que se me desparramó en todo el cuepo, impregnando hasta el último rincón de mis entrañas, haciendo surgir un pegote gusto de semen en mi boca que se hacia más denso con cada acabada que recibía.
Había sido lindo ser violado y más todavía, por muchos super dotados! Me dejaron la cola muy abierta y llena de leche.

Después de cogerme hasta que se hartaron y dejarme desbordando una pagajosa crema, me hicieron sentar y me amamantaron uno tras otro y todos me acabaron en la boca a los gemidos y gritos de placer.
Luego me alzaron y llevaron con ellos, mientras algunos me abrian con los dedos y me chupaban la cola.

Quedé prisionero de esa tribu de salvajes imaginando lo que me esperaba.

Parece que habían decidido guardarme para que todos me usaran como objeto sexual descargaran todo su esperma dentro de mi cuerpo a diario, ya que en muchas millas a la redonda había muy pocas mujeres. Además creo que mucho no les gustaban.

Su plan era pervertirme al extremo como para tenerme siempre a su antojo y lujuria y que yo no me quiera ir. Apenas llegamos a su pueblo, a los gritos pregonaron que tenian para coger todos y el que tuviera ganas ya podía hacerlo y una pandillas de no se cuantos me tumbaron sobre una especie de colchon y se atropellaban para acabarme adentro a los gritos de felicidad y goce, aunque muy desordenados. Hacia mucho que no cogian y yo feliz con tanta carne adentro.
En menos de una semana ya me habían cogido más de 350 nativos muy dotados y llenos de semen. Me echaron como 700 polvos ya que casi todos lo hacian dos o más veces! Yo tenia tanta leche acumulada que constantemente sentía el regusto y el aroma pegajoso del esperma que surgia de mi boca al exhalar y cuando me sangoloteaban cogíendome, sentía que se batía dentro de mí. Antes quizas me hubiera repugnado, pero ahora ya me gustaba y lo deseaba…

Comenzaban a penetrarme no bien salia el sol, y en oportunidades antes o mientras yo dormia y lo hacían hasta muy entrada la madrugada y a veces hasta la otra mañana y con cada eyaculación que me inyectaban, crecía en intensidad ese fantasmal gusto pegajoso en mi boca.

Esos segundos que pasaban entre que salia uno de mi y entraba otro, me ponía muy ansioso.

Una mujer me cuidaba, me masajeaba con aceites, me depilaba. Con una cánula me sacaba el exceso de semen que me inyectaban, cosa que un día le dije que no me lo saque más porque me gustaba tenerlo adentro por el gusto que sentía.
Me alimentaba y me preparaba para ser violado por todos, sobre todo me daba masajes en la colita y más exactamente en mi raja hasta que yo gritaba exigiendo ser cogido.
La orden era que yo siempre tuviera algo enterrado y solo me daban tres horas para estar solo y descansar y me hacían dormir boca abajo por si alguien quería cogerme. A veces no dormía rogando que viniera alguien lo que muchísimas veces sucedió.

Me cogía uno tras otro sin parar y si eran pocos traían a los de otras tribus. Llegaban en bandadas y me impregnaban varias veces cada uno.
Todos los días y ya casi de mañana o ya de día, cuando se les ocurría dar por terminada las “visitas”, para rematar traían a uno que tenía un pene descomunalmente grande, largo y grueso como nunca vi, creo que lo hacian para dilatarme del todo y quizás tambien para que me “desquitara” de los que me habian penetrado con un pene muy pequeño, que en realidad eran molestos.

Ese señor me dilataba todas las entrañas pero nunca se la chupé, no se porqué, aunque me hubiera gustado que me acabe an la boca. En el mismo momento varios jovencitos muy jovencitos, acababan una y otra vez en mi boca. Se acuclillaban sobre mi con sus suaves, regordetes y hermosos muslos a los lados de mi cara y metían sus miembros en mi boca, mientras yo se los “comia” a besos, hasta que se vaciaban haciéndome tragar todo su semen. Lo que yo hacia encantado.
Siempre terminaba la jornada con mi agujero sumamente abierto, terriblemente dilatado, tembleque, lleno de espasmos incontrolables (Cerraba y abria involuntariamente como si aún lo estuvieran torturando) y mis carnes mas blanditas que papilla, y siempre sobresaliendo o colgando de mi cuerpo y chorreando semen de la boca de la cola y todo el cuerpo bañado en leche. Mi guardiana lo abría con ambas manos y a veces le metía la lengua hasta donde llegaba.

Creo oportuno relatar lo que se siente y como se siente esa ansiedad que nace de la necesidad de ser penetrado luego de haber sido tan enviciado.
Es un necesidad absoluta de sentir algo entrando y saliendo y rompiendo la cola. Los músculos se comienzan a dilatar y comprimir temblando con desesperación y se siente una gran ansiedad por ser abierto. Yo no se como pero la cola se lubrica, debe ser por el continuo ejercicio a que fue sometida que la transforma en unà especie de órgano sexual. La cosa es que esta ansiedad no finaliza hasta que es penetrada y dilatada por cualquier cosa que sea y a veces ni así.

Sub capítulo
La gran fiesta del semen

Esa jornada comenzó con la llegada de la mujer que me atendió como nunca (Yo ya estaba desesperado para que me penetren de una vez!), me llenó de mimos y acarició mis genitales y cola hasta que me volvió loco. Yo pedía a gritos que me cogieran o que ella me enterrara el puño, pero no lo hacia.
Ese día parece que había orden de que nadie me cogiera porque llegaron como 100 indígenas y ya sin los taparrabos normales, solo con una especie de remera que les tapaba los genitales y todos tenían un bulto espantoso bajo esa remera.
Me sentaron en la cama y me abrieron la boca y de a uno me introdujeron su “cabezón” y depositaron allí toda su leche.

La impresión era que me daban de mamar como a un nene. El primero lanzó unos chorros terribles que traspasaron mi garganta y me llegaron al estómago. Me lo metió todo lo que pudo y lanzó un chorro descomunal y fue drenando lentamente el resto de su esperma en mi boca.
Al rato me la saco y me la metió otro.
Este se pajeó hasta que sentí un borbotón cremoso que reventó de golpe en mi boca.
Era tanta su leche que me infló la cara, se me antreabrió la boca y mucha se me escapó por las comisuras de los labios. Luego continuó largando una lenta cascada de semen y como el me mantenía la boca cerrada, tuve que tragarla toda o me ahogaba.
Y así fueron pasando todos, acabando de a uno dentro de mi, llenandome de semen. Uno de ellos era mayor de edad y la tenía muy gruesa aunque no muy dura.
Me la zampó en la boca y se pajeó. Estuvo un rato largo largando el rico juguito presiminal suavemente saladito.
Y al rato y a los gritos comenzó a acabar.
No lo hacia en chorros, con cada contracción que tenía, se le hinchaba terriblemente y de a poco le iba saliedo una inmensa bola de semen que depositaba con suavidad en mi boca.
Cada bola me ahogaba de inmensa que era y tenía que tragarla poco a poco, trago a trago porque contenía mucho semen y si no lo tragaba me ahogaba, raro pero exquisito. Estuvo un rato largo alimentándome con esas bochas de semen, porque sus borbotones eran inmensos pero muy espaciados.

Me dió esas bolas como 15 minutos seguidos hasta que se vació y los otros, sin descanso se me enterraron de a uno en la boca.

Se acababan tán rápido que no me daban tiempo a tragar su esperma y como aún me queda por tragar parte de las acabadas anteriores se me llenó la boca con muchísimo semen en un instante.

Estuve más de 8 horas tragando y tragando leche hasta que se acabó en mi boca el último de ellos, pero en el acto vinieron muchos más y continuaron con la tarea de alimentarme.

Me pareció que estos tenían muchas más ganas, ya que el primero que me la metió no tardó mas que unos segundos en darme su esperma y gritó y se retorció como un desesperado, cosa que a mi me llenó de placer y logró que le tragara la leche con más euforia por las señales de goce que daba
Desde ese momento esperaba con ansiedad que otro me diera su leche a los gritos…
Todos gritaron y temblaron al acabar, entonces yo, entusiasmado, me metía su verga hasta más allá de mi garganta y directamente depositaban su semen en mi estómago.
A algunos les hice que me cojan la garganta, entraban y salian como locos, yo me la sacaba nada más que para respirar y me la volvían a meter muy adentro, donde todos depositaron sus jugos.
Ya me había enviciado también con eso!
Parece que se corrió el rumor de que había “mamada”, porque llegaron otros 70 nativos más, para darme su semen.
A las seis de la mañana quedaban 5 sin haber acabado y los fuí haciendo acabar y tragando uno a uno su esperma.
Aún quería más. Yo no podía creer haber quedado con ganas despues de que me había tragado 280 acabadas. Ya era algo neurológico lo mío.
Con la boca chorreando semen y con las pocas palabras que manejaba de su idioma les dije que le digan al jefe que mande más voluntarios para seguir comiendo su leche. A los 20 minutos entraron en tropel más de 50 nativos, me habian dado tiempo de tragar hasta la última gota de las acabadas anteriores. Estos ya con la pija en la mano, como desesperados por llegar al orgasmo. Eran inmensas!
Al más cercano lo abracé desde sus nalgas y me introduje su miembro en la boca y chupé y chupé buscando su semen con mucha ansiedad.

esperando sentir, en cualquier momneto, su inyección de leche. Se le engrosó y largó un espeso chorro, que cuando lo sentí en mi boca gemi y me lo metí mas adentro y lanzó otro y otro y otro más, yo tragaba como poseído todo ese manantial de esperma con que me estaba regando.

Se vació y grité – Rápido! Rápido quiero otra acabada!!!

Y me metieron otro pijón que ya estaba chorreando y en un rato más me inyectó todos sus jugos y asi otro y otro más.
Cuatro horas más estuve comiendo leche sin parar, yo me había mojado entero sin haberme tocado, El solo sentir como acababan, como se les contraia y retorcían en mi boca me llevaba al orgasmo y durante toda esa fiesta de semen y más semen me había corrido incontables veces…
Antes del medio día ya había tragado como 9 litros y sentía en mi estómago bastante pesadez.

Ese episodio quedó en la memoria de la zona como “La gran fiesta del semen” o “El día del semen” y todos los años se celebraba haciendo otra reunión igual, donde todos, ya sean de este pueblo o de otro, se vaciaban en mi boca. Ese día venian de todas partes a darme sus acabadas.
Yo pedí que en este poblado se celebrara todas las semanas y si fuera posible todos los días.
Pero como desde otros pueblos pidieron al jefe que yo vaya a veces con ellos para que también les chupara la pija sus nativos se llegó a la solución de que, a la mañana era bien cogido por todos los de “mi pueblo” y otros y a la tarde me llevaban hasta el otro día para comerles el semen a todos y hacíamos así casi todos los días. Siempre finalizaba la fiesta con una buena chupada de leche al jefe. Me gustaba el jefe de una tribu cercana, era gordito y lampiño, no tenía ni un pelo en el cuerpo y por esas cosas de la genética era blanco. Se puede decir que a el se la chupaba con cariño y siempre le pedía más y más.

Apenas llegaba a ese pueblo lo buscaba para mamarsela, era muy baboso, se mojaba entero hasta que acababa gozando mucho, gritaba y se retorcía entero y despues como despedida se la chupaba otra vez y me desparramaba su semen por todo el cuerpo. Mmmmmmmmm!

Terminaba todas las jornadas muy repleto de esperma ingresado a mi cuepo por distintas vias y con el cuerpo entero pegoteado con esa espesa crema y apenas llegaba de vuelta a mi “pueblo”, muchas veces había nativos esperando para cogerme…

Lucio

Me comporte como zorra en una fiesta y me gusto

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Era la boda del hijo de una amiga y yo tenía muchas ganas de ir porque quiero mucho a mi amiga pero mi esposo no quería ir y no quería ir y yo le dije mira cuando tienes tus pinches compromisos de trabajo me obligas a ir y siempre están bien pinches aburridos y dijo que si iba ir pero que se quería regresar temprano y total que fuimos pero bueno pues estaba con su carota de fastidio y yo ya me estaba enojando y en eso que llega mi amiga a saludar y a preguntar cómo la estábamos pasando y yo le dije que bien pero mi marido con su pinche carota de perro y mi amiga le dio pena y preguntó si queríamos cambiarnos de mesa y en eso que él se levanta y dice no gracias yo mejor me voy y el muy desgraciado me dejó en la mesa las llaves del coche y dijo que tomaba un taxi y se largó y yo me quedé trabada del coraje y mi amiga bien linda me dijo déjalo mana que se vaya asi puedo pedirte un favor bien especial y después de la chingadera que le hizo mi marido pues bueno pues no podía negarme y me pidió que me sentara en una mesa donde estaban unos viejitos tios de ella y un empleado de su marido que venía de fueras y venía solo y que platicara con él y me dio pena pero luego pensé bueno pues no esta tan mal el dichosos empleado y me senté a platicar con él y resultó que era bien simpático y bailador y como no conocía a nadien en la fiesta pues que me pongo a bailar con él y me traía los tragos y me arrimaba la silla para sentarme y bueno pues me estaba atendiendo como a una princesa y que con las copas y las amabilidades que lo empiezo a ver guapo y estábamos platica y platica y risa y risa y baile y baile y como nomás me tomaba tres cuartos de vaso y ya me servia otro pues que se me sube y luego ya andaba medio mareada y le dije en la madre creo que ya se me subió y me dijo que fueramos a dar un paseo para que se nos bajara y nos fuimos a caminar por ay y bueno pues que me toma de la mano muy quitado de la pena y yo pensaba que pedo con este guëy me toma de la mano como si nada pero no le dije nada porque del cuello pararriba sabia que estaba haciendo algo malo y del cuello parabajo la verdad sentía como que ganas de eso y mas y que me acuerdo de mi marido y pensé pues para que se le quite de andar dejándome botada y me dio risa y le apreté la mano y le agarre el brazo y nos reimos y luego en una parte oscura y alejada del resto de la fiesta porque era un jardín de fiestas y ya era de noche que me trata de besar y yo como por instinto lo empujé y no se que cara puse bueno pues creo que puse cara de espanto porque se apenó y dijo perdón y yo me rei y le dije no no hay problema y que me le abrazo al cuello y pensé bueno pues total unos besitos que tiene de malo pero no fueron unos besitos fue un solo besote bien ensalivado y sentía su lengua en mi boca y sentía cosquillas hasta por alla abajito y entonces si me espanté y dije hay perdón mejor nos regresamos y me dijo si perdón pero muchas gracias me encantó y yo pensé bueno pero que chingados estoy haciendo como se me ocurre y le dije necesito ir al baño y me dijo te acompaño y fuimos al baño y me miré al espejo y me preguntaba qué me estaba pasando y que oigo unos ruiditos y me asomo por debajo de la puerta de un excusado y solo vi los pies de un hombre y los de una mujer y dije no chingues pues de que se trata y los oia que estaban cogiendo y me empecé a poner caliente y dije pues chingue a su madre para que se le quite a mi marido de andarme dejando botada además este hombre esta guapo y me cayó bien y es como 10 años menor que yo y no lo voy a volver a ver nunca y no conoce a nadie de mi familia ni yo de la suya y donde voy a tener otra oportunidad así y que me quito las medias y los calzones y que los meto a mi bolsa y que me salgo del baño y ay estaba el y yo ya bien caliente le dije vamos a seguir caminando y el me llevó a la vueltecita atrás de los baños y había un rincón totalmente oscuro que ni se veía y me miró y me jaló al rincón y ni se oian los ruidos de la fiesta y estaba tan oscuro que si alguien se somaba ni nos hubiera visto y que nos abrazamos y nos besamos y dije en cuento vea que no traigo calzones se me va a echar encima y bueno pues asi fue pero se tardó un poco en meter la mano y por mas que lo besaba y lo abrazaba no metia la mano y yo dije si no se anima salgo corriendo y en eso que me levanta tantito el vestido para agarrarme las nalgas porque era un vestido corto y que se da cuenta que no traía calzones y que pone cara de espanto y que se saca el garrote y me agarra de la cintura y empieza a tratar de metérmelo pero no podía y que se lo agarro y que lo ayudo y bueno pues al principio batallamos pero despuesito bueno pues que me lo mete y me tenia bien agarrada de las nalgas mete y mete el garrote y yo lo besaba para que no se oyeran mis quejidos y de pronto que me empiezo a venir y dejé de besarlo para poder respirar porque ya no podía respirar y que me vengo y me desguancé bien gacho y el me abrazó para que no me cayera y luego el muy cabrón que me voltea y me lo mete de a perrito y yo casi grito pero no de dolor porque no me dolio para nada al contrario entro facilito sino de la impresión y que me agarrada de la cintura y que empieza cogerme como loco y yo tuve que apoyarme con las manos en la pared y en un ratito que se viene bien chistoso como pujando como si estuviera haciendo del baño y que me suelta y que salgo corriendo y que me meto otra vez al baño y traía las patas escurriendo de su leche y pensé no chingues pero que acabo de hacer y me limpie con las medias y me puse los calzones para no seguir escurriendo y que me asomo y no estaba y que salgo corriendo y me voy de la fiesta y bueno pues no llegue a mi casa luego luego sino que fui a casa de una amiga y le conte y se carcajeaba la muy cabrona y me felicitaba y me decía que ora si se me iba a quitar lo enojona y me limpie y lave mis medias y las seque con una tualla y me las puse húmedas y me esperé un rato en su casa hasta como a la una y ya me fui a mi casa y mi marido estaba dormido y me acosté sin despertarlo y no podía dormir pensando en las manos de ese hombre agarrándome las nalgas y la cintura y en ese garrote entrando en mi y como me vine bien rico y analizando fríamente las cosas me di cuenta de que me gusto mucho y he decidido ser mas zorra y si el pendejo de mi marido me vuelve a abandonar en una fiesta o me manda sola yo lo siento mucho pero me voy a buscar un güey que quiera complacerme al fin que lo que más sobra en este mundo son hombres dispuestos a cogérsela a una y además como dice una amiga que es bien zorra que es más fácil encender un hombre que un cerillo pero lo que me da preocupación es que sean indiscretos y se hagan chismes y mi marido se de cuenta y se arma un gran pedote pero el se lo tiene bien ganado y eso se soluciona buscándose a uno que no conozca nada de una asi que ya estoy esperando la próxima fiesta para que me bote o me mande sola pero eso si la próxima vez voy a usar condon por aquello de las dudas y si el güey no trae yo misma voy a traer siempre en mi bolsa o mejor me voy con mi amiga la que es bien zorra que ya me a invitado varias veces y no e querido acompañarla pero dice que no hay pedo que sus amigos son decentes y no andan de chismosos y ahora tengo muchísima curiosidad de sentir otras manos en mi cuerpo y otros penes dentro de mi y saber como cogerán otros hombres, lo siento lo probe y me gustó y bueno pues que le vamos hacer

Me cogi a la prima de mi esposa su esposo me la puso

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Mi esposa tiene una prima muy querida que vive con su esposo en una ciudad cercana como a 2 horas de nosotros, por mi trabajo yo viajo constantemente allá y visito seguido a Los Primos (la prima de mi mujer y su esposo), a veces mi mujer me acompaña. Siempre había tenido la impresión como de que yo le gustaba a La Prima y desde luego ella me gusta a mi, es muy bonita y esta buenísima la morenita.
Un jueves pasé a visitar a Los Primos en la tarde después de mis asuntos de trabajo y El Primo me invitó una copa de un fino brandy que acababa de comprar, La prima y yo intercambiábamos miradas y sonrisas clandestinas como siempre; El Primo tiene el mal hábito de no dejar de tomar hasta que no puede más y traté de zafarme del compromiso pero no pude, cuando ya estaba poniéndose un poco borracho se puso muy insistente en que me quedara a dormir en su casa, le dije que cuando menos me permitiera ir por mis cosas al hotel donde me hospedaba y le dijo a su esposa (La Prima) que me llevara para asegurarse de que regresaría, La Prima y yo pusimos cara de asombro y tratamos de protestar pero El Primo insistió; La Prima me llevó en su coche a mi hotel.
De camino a mi hotel, al calor de las copas y motivado por las miradas que intercambiábamos, me atreví a acariciar el muslo de La Prima, usaba unos jeans ajustados con los que se veía más que súper buena, ella dio un brinquito como si se hubiera asustado y dijo ¡ah! Y luego me miró risueña y dijo que la había sorprendido que no hiciera diabluras pero no le hice caso, seguí acariciando su delicioso muslo cada vez más arriba y ella se arremolinaba en el asiento y decía riendo que me estuviera quieto porque íbamos a chocar pero no podía evitar que siguiera acariciándola porque iba manejando, cuando rocé su regazo pareció enojarse de verdad y me dijo muy firme que y me estuviera en paz, llegamos al hotel.
Bajamos de su coche y me acompañó a mi habitación y empezó a darme manazos en un hombro y a decirme que era un mano larga y yo le decía riendo que no podía evitarlo que ella tenía la culpa por usar esos jeans tan ajustados que la hacían lucir tan bonita y me dijo que ya me callara; entramos a la habitación y me preguntó donde estaban mis maletas para ayudarme a llevarlas al coche y le dije que en la parte baja del closet pero lo único que quería era que se agachara para admirar sus grandes y preciosas nalgas y como no encontró las maletas se volteó a decirme que no las encontraba y me sorprendió mirándole el trasero y volvió a golpearme en el hombro y a decirme que lo había hecho a propósito y entonces la abracé y la besé en la boca casi a la fuerza y ella me empujó y dio un salto atrás espantada y me preguntó qué estaba haciendo, le dije que me gustaba mucho, que la deseaba desde hace mucho tiempo y que no había nada que deseara más en ese momento que abrazarla y besarla y volví a tratar de besarla pero se resistió y forcejeó, me dijo que estaba loco, que qué iba a decir su esposo y su prima (mi esposa) si se enteraba y le dije que si se enteraban pues iba a haber una catástrofe pero si no pues no, volvió a decir que estaba loco y dio media vuelta para salir de la habitación pero la alcancé, la abracé por detrás y de inmediato sentí sus increíblemente deliciosas nalgas en mi vientre y ella inevitablemente sintió mi erección sobre sus nalgas y le suplique al oido que no se fuera, que nunca íbamos a tener otra oportunidad como esa y le rogué que se quedara y ella cediendo un poco siguió diciendo que estaba loco y yo comencé a besarle el cuello y a decirle que por favor, que me encantaba, que era hermosa, que la quería mucho, entonces sentí que dejó de tratar de huir le di media vuelta y la besé y la abracé con fuerza y seguía diciendo que si se daban cuenta nos íbamos a meter en un grandísimo problema pero definitivamente ya no trataba de huir así que comencé a desnudarla apurado y conforme descubría su cuerpo iba llenándola de besos y caricias y no paraba de decirle que me encantaba y que era hermosa, no tardé mucho en desnudarla y en quitarme yo también la ropa y se subió a la cama y se acostó de espalda y de inmediato me lancé sobre ella y traté de metérselo y no paraba de decir que estábamos haciendo una locura y que si alguien se enteraba la íbamos a pasar muy mal y me lo agarró y lo dirigió para que pudiera metérselo y de pronto se la metí y ya estábamos cogiendo, no podía creerlo, me estaba cogiendo a la prima de mi esposa que tanto me gustaba y tantos años había deseado, comencé a moverme y se la metía todo lo más que podía y se la sacaba casi toda y otra vez hasta dentro y la besaba y le agarraba sus nalgas tan hermosas y le chupaba sus deliciosos pechos y seguía diciéndole que era preciosa y que me encantaba y comenzó a gemir y yo que me vengo nomás de verla que se estaba excitando con la cogida que le estaba dando pero seguí cogiéndomela hasta que empezó a gemir más fuerte y luego gimió como de alivio, como si algo hubiera dejado de dolerle repentinamente y me quedé quieto sin sacárselo y dijo que ya nos fuéramos para que su marido no preguntara porqué nos tardábamos.
De camino de regreso a su casa le decía que me había gustado mucho y que la adoraba y ella me decía que me callara y que ya no hablara de eso, que estábamos locos y que como podiamos haber hacho algo así, cuando llegamos a la casa El Primo estaba bastante borracho y dijo que qué bueno que habíamos llegado porque se había acabado la botella y quería comprar otra y La Prima le dijo que si que orita íbamos por otra y se lo llevó a la recámara y él no se quería ir y ella le dijo que tenía que ponerse ropa más cómoda y orita íbamos por otra botella y se lo llevó a la recámara y regresó sola como a los 15 minutos y dijo que se había quedado dormido pero como apenas eran las 10 de la noche me dijo que si quería un café y ver la tele y le dije que sí. Estábamos viendo la tele y la vi cansada y le dije que se fuera a dormir y que no se preocupara por mí y dijo que estaba bien y se fue a dormir y yo me quedé repasando en mi mente cómo me la acababa de coger y lo linda que era y lo mucho que me había gustado y luego me quedé dormido en el sofá
A la mañana siguiente me despertó el ruido de los niños arreglándose para ir a la escuela y la voz de La Prima invitándome a desayunar y poco después de que me senté a desayunar El Primo y sus hijos se fueron y me quedé a solas con La Prima. Me bañe y me vestí y luego La rima hizo lo mismo y me preguntó que tenía que hacer y le dije que me tenía que regresar temprano para reportarme en el trabajo y le dije que si podíamos repetir lo de anoche y se espantó y dijo que no que ora si no empezara porque no se iba a repetir pero yo le dije muy tranquilo que estábamos solos y sin prisa y que después nunca íbamos a poder volver a hacerlo y que yo me moria de ganas porque estaba muy bonita y la adoraba y a pesar de que no nunca dejó de decir que no tampoco se resistió mucho y entonces si no aventamos una buena cogida sin prisa y lo hicimos en varias posiciones en la mesa y en el sofá y finalmente en su propia cama y se vino como tres veces y luego me fui feliz de la vida de haberme cogido a la deliciosa prima.
Pero no fue la última vez, desde entonces he tomado la costumbre de llamarle como a las 9 de la mañana cada que voy a su ciudad y la invito a mi hotel y cogemos riquísimo aunque nunca deja de decir que no deberíamos hacerlo y que no lo vamos a volver a hacer y ya van como 10 veces que lo hacemos en este año y no creo que pare ahí la cosa y yo estoy feliz porque en verdad la adoro y esta super buenísima y la gozo como loco y parece que a ella también le gusta.

Fui violada por mi hermano y su banda

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Tenía 18, mido 1.60 mts; mi cara es bonita, de facciones finas, nariz recta y ojos grandes; para ese entonces mi cuerpo ya se había desarrollado plenamente; mis pechos son grandes, redondos y con la firmeza de la adolescencia, mis nalgas son redondas, firmes y duras; pero suaves al tacto; tengo una cintura estrecha y unas piernas largas y torneadas que siempre han sido objeto de admiración y deseo por parte de los hombres y de envidia por parte de muchas mujeres.

Vivíamos en un barrio popular, al nororiente de la ciudad, donde la mayoría son obreros, albañiles, pintores, herreros, plomeros y demás oficios que no requieren de estudios universitarios.

En mi casa éramos cinco: Mi papá, que trabajaba en una fábrica de ropa, mi Mamá, que era ama de casa y vendía galletas o pasteles que ella misma hacía esporádicamente, cuando alguna vecina se los encargaba; mi hermano Manuel, que era el mayor tenía en ese entonces 22 años, trabajaba en un taller de torno y estaba por casarse con una vecina que había embarazado; luego seguía yo, que en ese entonces estudiaba la preparatoria y por último mi hermano Víctor, al que le apodaban “El Negro” en el barrio; era más chico que yo por un año y que siempre fue el consentido de la familia, aunque cuando nació fue motivo de una fuerte pelea entre mis Papás, pues ya no esperaban otro hijo y ambos se culparon del embarazo de mi madre; pero luego todo cambió, se convirtió en el más consentido por todos, incluso por mí y él siempre lo supo, tal vez fue por eso que no le interesaba estudiar, trabajar ni ayudar en nada en la casa; desde los 12 o 13 años se hizo un vago, no terminó ni la secundaria, lo expulsaron de varias escuelas, se la pasaba en la calle con sus amigos de “la banda”, como él la llamaba y era todo un problema; cometían todo tipo de delitos; robos, asaltos, violaciones, pero para fortuna de él nunca lo atrapaban y seguía delinquiendo; mi Mamá y mi Papá se negaban a ver lo que ocurría y no podía decírseles nada porque siempre lo defendían diciendo que sus hermanos le teníamos envidia.

Como ya comenté, yo estaba estudiando en la preparatoria; la escuela estaba ubicada cerca de una zona residencial de buenos ingresos y varios de mis compañeros vivían allí; yo tenía muchos amigos y amigas que o pertenecían a ese círculo social; por lo que nosotros les llamábamos “fresas” a esos chicos y ellos nos decían “nacos”.

La verdad es que yo siempre quise pertenecer a “los fresas”, pues me gustaba su estilo de comportarse, su forma de vestir y que sus modales realmente eran más refinados que los de nosotros “los nacos”. Afortunadamente para mí, en esta escuela, al tener que convivir diariamente, nos fuimos haciendo amigos de algunos “fresas” y empecé a andar con un chico de mi grupo y de mi misma edad llamado Jorge; con él me di cuenta de que las cosas no eran como se aparentaban, aunque vivían en un mejor lugar que nosotros y la mayoría de sus papás trabajaban en oficinas, no eran tan ricos ni tenían grandes posesiones y por ello tenían que ir a una escuela pública y no en una privada donde estaban los verdaderos riquillos.

Cuando los chicos de mi barrio se enteraron de que andaba con Jorge me empezaron a decir que era “fresa”, “apretada”, “sangrona”, etc. Pero eso estaba muy lejos de la realidad. De cualquier manera, a mí no me importaba mucho, amaba a Jorge y ninguno de los chicos de mi colonia me gustaba; pero me sentía protegida porque la banda de mi hermano era de las que tenían más poder en la zona y todos les temían; por eso yo sabía que no me pasaría nada, o al menos eso creía, hasta esa noche

A mí me gusta vestir provocativamente, pienso que eso no tiene nada que ver con la personalidad o forma de ser de cada persona; así que me encanta andar de minifalda, con escotes pronunciados o con ropa muy apretada, que permite mostrar mis curvas bien definidas, pero una amiga de la prepa fue la que me enseñó a vestirme sin verme “naca”, ella me dijo que estaba bien enseñar, pero con calidad y así lo hice; lo cual era bastante complicado para mí, pues mi Papá continuamente rechazaba mis pedidos de compra de ropa o zapatos; entonces yo le hacía pucheros y le reclamaba que a mi hermano Víctor si le daban todo lo que pedía y como soy su única hija, a veces me complacía. Otra forma de hacerme de ropa fue mediante los regalos que mi novio me hacía.

Ese viernes me vestí con una falda de mezclilla muy corta que apenas cubría lo indispensable y dejaba ver mis muslos y mis torneadas piernas por completo, una playera negra muy escotada y pegada al cuerpo, luciendo mis redondas y firmes tetas, calcetas y tenis. Cuando ya me iba, mi hermano Víctor, que se acababa de levantar me dijo:

      Chale, ¿neta que vas a la escuela o vas de piruja?, porque con esa ropa pareces de la calle

 

    ¡Cállate, qué te importa cómo me visto; ¡cuando me des para tragar o vestir, entonces me dices lo que quieras, mientras no me molestes, mugre vago flojo!, le contesté enojada.

 

Salí de la casa mientras mi madre me gritaba:

    ¡no le hables así a tu hermano, tiene razón, pareces…!

 

Ya no escuché lo demás, cerré dando un portazo y me fui a la preparatoria. Era temprano y como siempre, tuve que aguantar los apretujones en el metro y las sobadas que se lleva una en el mismo. Pero llegué a la escuela y al ver a Jorge olvidé todo mi coraje; no le dije nada a él; estuvimos en clases y saliendo nos fuimos a su casa a hacer una tarea. Su mamá era una señora muy linda que nunca se negó a que yo anduviera con su hijo, pues ella y su marido también eran de origen humilde y me comprendía; habían salido adelante gracias a su trabajo, sus estudios y su tenacidad. Eran mi modelo a seguir.

Comimos, nos fuimos a su recámara e hicimos el trabajo y como terminamos temprano, nos pusimos a ver películas; la puerta estaba abierta y la mamá de Jorge continuamente se asomaba para preguntarnos si no necesitábamos nada, aunque la realidad es que lo hacía para ver que no hiciéramos cosas indebidas. Tuvimos la oportunidad de acariciarnos cuando su Mamá salió a comprar unas cosas, diciendo que no tardaría y nos quedamos solos; no la desaprovechamos; mi novio empezó a besarme en la boca y al mismo tiempo me acarició las piernas; su mano empezó a subir acariciando mis muslos y llegando casi hasta mi pantaletas ; yo cerré los ojos mientras él me besaba el cuello y metía una mano por el escote de mi playera, acariciando mis tetas suavemente; alcancé a decir: “¡no, espera!”, pero ya estaba excitándome, por lo que Jorge continuó sin mucha resistencia de mi parte. Nos recostamos en su cama ya con la excitación a mil.

Nerviosa y sin saber qué hacer, pues era mi primera vez, traté de corresponder las caricias de Jorge bajando mi mano a su entrepierna; sentí el bulto debajo de sus jeans tratando de salir; quité la mano un poco espantada, pero él me dijo: “sácalo, tócalo”; entonces coloqué de nuevo mi mano en el cierre de su pantalón y lo bajé; metí mi mano tratando de bajar su bóxer; estaba a punto de lograrlo cuando escuchamos la puerta de entrada de su casa y a su mamá gritando: “¡ya llegué!”, lo cual nos hizo levantarnos y separarnos como impulsados por un resorte; afortunadamente alcancé a verme en el espejo y me dio tiempo de arreglar mi ropa y mi cabello que denotaban que había existido un poco de acción entre nosotros. Jorge también se arregló y aclarándose la voz dijo:

    ¡ok, acá estamos todavía!

Decidí que lo mejor era retirarme, pues había quedado muy excitada y además ya estaba oscuro, así que me levanté, tomé mi mochila y me despedí de Jorge con un tierno beso con el cual quise darle a entender que pronto podríamos hacerlo.

      ¿Nos vemos mañana?, me preguntó el

 

      Déjame pedir permiso y te aviso

 

      Bueno, quiero que vayamos al cine y luego…

 

      ¿Luego a dónde?, le pregunté coqueta.

 

    Pues a ver a dónde, dijo él maliciosamente.

Sonreí coqueta y le lancé un beso.

Yo salía de la recamara cuando la mamá de Jorge nos llevaba unos bocadillos; amablemente le agradecí y le expliqué que vivía lejos y por ello me tenía que ir antes de que se hiciera más tarde. Ella comprendió y se despidió de mí diciéndome que regresara cuando quisiera, que esa era mi casa. Jorge me acompañó hasta la estación del metro más cercana y ahí nos despedimos apasionadamente, tal vez demasiado, pues una señora que pasaba por ahí nos gritó: “¡ya mejor váyanse a un hotel!”; eso nos causó mucha gracia a Jorge y a mí.

En el reloj del andén del metro, aun saboreando los besos y caricias de mi novio, vi que ya pasaban de las nueve de la noche. Saqué mi celular de la mochila para llamar a mi Mamá y avisarle que ya iba en camino, pues con anterioridad le había avisado que iba a llegar tarde porque me iba a hacer la tarea a casa de una amiga (nunca le conté que solo estaríamos Jorge y yo, le dije que estaríamos un grupo de tres chicas haciendo el trabajo). De cualquier forma, mi Mamá no era tan estricta en la hora de llegada, pero me preocupaba mi Papá, que siempre me decía que yo no podía andar de noche sola en la calle, para que no me confundiera con una piruja o me fuera a pasar algo.

Marqué el número telefónico de mi casa y en ese preciso momento apareció el aviso en la pantalla del celular: “baja batería” y el teléfono se apagó automáticamente. Me enojé conmigo misma por ser tan tonta de no haberlo puesto a cargar en la casa de mi novio, pero pensé que mi mamá ya sabía que iba a llegar tarde y recordé el pleito de la mañana por culpa de mi hermano; entonces pensé: “bueno, mejor, así me regaña cuando ya esté en la casa y no desde ahorita por teléfono”.

Ese día el metro se estaba tardando más de lo normal, al parecer por una falla en los sistemas y por ello el andén se fue llenando de mucha gente; por lo que cuando llegó el tren, entre los empujones de las que entraban y de las que salían y al no ser yo muy alta, no me pude subir. Así pasaron varios trenes, que tardaban mucho y luego no podía subirme; estaba yo en el área de solo mujeres y gente mayor; al no poder subirme, porque entre mujeres nos jaloneamos más, decidí irme al área de varones; pensando que tal vez con mis atributos, ellos amablemente me dejarían abordar el metro.

Y si, así fue, al verme con mi minifalda y mi escote, los “caballeros” me dejaron pasar y cuando llegó el tren prácticamente me subieron a empujones; pero empujones no solo de la espalda, también de las nalgas; bien que se agasajaron dos o tres “ayudándome” a subir; y una vez arriba no fue mejor, yo quise moverme para llegar a la parte donde hay asientos y tratar de que alguien me cediera el lugar; pero estaba rodeada de una gran cantidad de hombres que no me permitían ni moverme y que mañosamente empezaron a manosearme por todos lados. Por más que me movía sentí manos por todos lados: en las nalgas, en las piernas, en las tetas y no solo manos, de repente sentí como alguno de ellos se paraba detrás de mí y me restregaba su bulto en las nalgas; yo trataba de voltear a reclamar, pero todos se hacían los disimulados y si me volteaba hacia otro lado, de cualquier manera, me toqueteaban otros. Luego traté de acercarme a la puerta contraria, para pegar mi espalda y mis nalgas a ella y no seguir sufriendo los manoseos de esos puercos; pero ellos se las arreglaban para no dejarme mover hacia ningún lado.

Lo peor y más humillante fue cuando sentí como alguien metió la mano debajo de mi minifalda, hizo a un lado mi pantaletas y alcanzó a meter un dedo ¡en mi vagina!; respingué dando un salto y me volteé a reclamar; atrás de mí iba un viejo como de sesenta y cinco años y un señor como de unos cuarenta y tantos; sin saber cuál de los dos fue, grité enojada: “¡oiga que le pasa, viejo puerco!” y de inmediato escuché detrás de mí la clásica respuesta estúpida: “¡pos si no te gusta pa’ que te vistes así!”, lo cual aprobaron todos los que iban cerca de mí en el vagón, incluyendo una señora gorda y fea que movía la cabeza aprobatoriamente y que volteaba a ver al que parecía ser su marido.

Enojada y humillada, me quedé callada y fui soportando de todo hasta llegar a la estación en la que me tocaba bajarme; cuando quise hacerlo, alguien me jaló de la mochila y no me permitieron salir, por lo que empecé a tirar mochilazos por todos lados, tratando de golpear al que fuera y si alcancé a darles a algunos, pero de repente otra vez me vi rodeada de hombres más altos que yo, que ya descaradamente empezaron a manosearme, alguno de ellos me quitó la mochila, otro me sostuvo las manos y los otros se dedicaron a acariciarme por todos lados, incluso grité; “¡auxilio, suéltenme!”, pero ellos seguían sin hacerme caso, incluso me taparon la boca con una sucia mano que olía a metal; temí que me iban a violar ahí mismo, en el vagón del metro. El tren seguía pasando estaciones y nadie me ayudaba. Sentí como me levantaban la falda y ya me habían bajado la blusa y el sostén, por lo que mis tetas estaban al aire. Algo, que supuse era un pene, intentaba entrar en mi conchita virgen y otro pene estaba en mi mano obligándome a masturbarlo.

Afortunadamente para mí, algún alma caritativa jaló la palanca de emergencia cuando el tren estaba detenido y al sonar la alarma, los puercos abusivos se dispersaron como ratas, dejándome sola, Caí al piso junto a mi mochila llorando asustada, nunca creí que esas cosas pudieran pasar en el metro. Pero de pronto, al verme libre del asedio de los infelices tipos, tomé mi mochila y salí corriendo del vagón; me arreglé la ropa en el camino. Junto a mí pasaron dos policías y el conductor del tren, corriendo hacia el vagón en el que yo iba; no repararon en mí, lo cual agradecí porque no quería seguir pasando vergüenzas

Por un momento pensé pasarme al andén del otro lado, pues ya me había pasado seis estaciones, pero no quise pasar por otra fea experiencia y porque supuse que ya los policías y el conductor estarían informados de lo que había pasado y de seguro me pedirían que fuera a levantar una denuncia y la verdad es que yo no quería perder tiempo, solo quería llegar a mi casa y avisarle a Jorge que ya había llegado como le prometí al despedirnos y como la hacía todos los días.

Enojada y asustada, salí del metro y busqué un microbús que me llevara de regreso; después de varios minutos pasó uno que me dejaba en la misma estación del metro en la que tenía que haberme bajado y me subí. Le pagué al chofer, que se me quedó viendo de una manera muy extraña y luego, al caminar por el pasillo hacia un asiento que estaba hasta el fondo el micro, noté que todos se me quedaban viendo de manera muy rara. Me senté y al buscar en mi mochila un espejito que siempre llevaba, me di cuenta de que, además de toquetearme, me habían robado el celular. Mas enojada aún, saqué el espejito y entendí porque todos me miraban de esa forma; traía el cabello hecho una maraña, el maquillaje corrido y la ropa muy arrugada. Mientras me arreglaba, entendí que la gente, al verme subir de esa manera y casi afuera de un hotel que había en la avenida, han de haber pensado que yo era una prostituta saliendo de su trabajo.

En el camino terminé de medio arreglarme lo mejor que pude y después de un buen rato, pues había bastante tráfico y el microbús avanzaba a vuelta de rueda, me bajé del micro en donde está la estación en la cual debí haberme bajado originalmente.

Me metí caminando por la calle por la que siempre lo hago rumbo a mi casa, la cual quedaba a seis cuadras y media de la avenida en la que yo estaba. Como no llevaba reloj, ni mi celular, no sabía qué hora era, pero me di cuenta de que ya era tarde, porque ya varios negocios que cierran a las diez de la noche ya habían cerrado; nunca antes me había dado cuenta de lo oscura que es esa calle ya a esas horas; pues siempre los letreros luminosos de los negocios iluminan la misma.

Iba enojada aun, pero al estar ya en mi zona, me sentía segura, pues la mayoría de la gente de ahí me conocía y al ser la banda de mi hermano de las más temidas, nadie se atrevía a meterse conmigo, ni siquiera sus bandas rivales.

A la mitad del camino entre la avenida y mi casa hay una vieja casa abandonada en la cual mi hermano y su banda siempre se reúnen para tomar, drogarse o planear sus fechorías y en la cual todos sabemos que ellos se esconden de la policía.

La gente procura no pasar cerca de esa casa, pues ahí los asaltan o se sabía que a las chicas que pasaban las metían para violarlas multitudinariamente.

Yo siempre pasaba enfrente de la casa, pues al ser la banda de mi hermano, me respetaban y nunca me había pasado nada. Así que pasé enfrente de la casa sin voltear, como siempre lo hacía y alcancé a escuchar una voz que dijo: “ahí va”; di dos pasos más y de repente sentí como alguien me jalaba por el talle al mismo tiempo que me colocaban una mano en la boca. Sorprendida grité: “¡MMMMGGGGG!”, mientras me jalaban hacia adentro de la casa. Traté de resistirme y patalear, pero otro tipo me tomó de los tobillos y entre dos o tres me cargaron, metiéndome en la casa en un par de segundos.

No tenía idea de que pasaba, jamás me imaginé lo que estaba a punto de sucederme y menos a manos de los chicos que me conocían desde niña.

Me llevaron muy adentro de la casona, a un cuarto semioscuro; yo me resistía, pero ellos me tenían bien sujeta.

Una vez en el cuartucho me llevaron a una mesa y ahí me acostaron boca arriba. Sin darme tiempo a nada empezaron a jalonearme la ropa; me habían destapado la boca y yo les grité:

    ¡Oigan!, ¿qué les pasa? ¡suéltenme, soy yo, la hermana del Negro!

No me escucharon o hicieron como que no me escuchaban. El ataque continuó: entre dos me sostenían los brazos abiertos y otro me detenía las piernas mientras un cuarto me desabotonaba y bajaba la pequeña falda de mezclilla. Ellos hablaban como si yo no estuviera ahí:

      ¡Va a estar de agasajo!

 

    ¡Si Ka, siempre se me había antojado esta vieja!, ¡y más ahora que es fresita, que chido chingársela!

Me agité con fuerza y les grité recordando el lenguaje de mi barrio:

    ¡Ya cabrones, si el negro se entera de esto se los va a madrear!

Ellos empezaron a reírse y uno dijo:

    ¿Ya oíste?, ¡que te va a madrear el negro por cogerte a su hermana, jajaja! y todos soltaron una risa que me extrañó muchísimo.

Ya me habían quitado los tenis, las calcetas y la minifalda, me levantaron los brazos y fácilmente me quitaron la playera negra.

Ya me tenían semidesnuda y vi sus ojos morbosos recorriendo mi cuerpo; yo seguía agitándome y gritándoles:

    ¡Ya cabrones, déjenme o se los va a llevar la chingada con El Negro!

Ellos reían y se burlaban de mí sin que yo entendiera.

Uno de ellos tomó una navaja y la metió entre mi piel y mi sostén y con un solo movimiento lo cortó, dejando salir mis tetas bamboleantes que él empezó a acariciar ante mi imposibilidad de defenderme.

Luego tomó mi tanga y la jaloneó con fuerza, rompiéndola con facilidad y dejándome totalmente desnuda sobre la mesa de madera, avergonzada ante la mirada de los vagos aquellos. Era la primera vez que algún hombre me veía así, pues ni Jorge había tenido ese privilegio.

El tipejo que me había quitado la tanga la levantó como en señal de triunfo y la agitó para luego guardarla en su pantalón.

    ¡Ya, por Dios, suéltenme o les va a pesar!, grité mientras ellos otra vez se reían burlonamente de mí, pero nadie me explicaba lo que sucedía.

Me sostenían con los brazos y las piernas abiertas, no me permitían cerrarlas, por lo que me llené de vergüenza al ver que ellos me miraban morbosamente y decían:

      ¡Está re sabrosa, ya me urge!

 

    ¡Espérate, a todos nos va a tocar, pero hay que esperar al Negro!

Aterrada pensé: ¿estarán hablando de mi hermano?, ¿se referirán al mismo “Negro”?

Pronto salí de mi duda, pues en ese momento se hizo un silencio total y todos veían hacia la puerta del cuarto. Yo levanté la cabeza hacia el mismo lugar donde ellos veían y vi a mi hermano Víctor mirándome, con esa mueca que hace con la boca sonriendo de lado cuando quiere burlarse de alguien.

Al verlo así pensé que todo era una broma muy pesada y le grité enojada:

    ¡Pinche Víctor!, ¿qué pinche broma es está?, ¿qué te pasa?, ¡deja que le cuente a mi papá y vas a ver!

Nadie habló; mi hermano se acercó caminado despacio por un lado de la mesa, se agachó, me tomó del cabello, me levantó un poco la cara, lastimándome y poniendo la suya frente a la mía me dijo:

      ¿Crees que es una puta broma hermanita?, ¿Crees que es una broma?, ¡No pendeja!, ¡ahorita me vas a pagar las que me debes todas juntas, pinche puta!, ¿crees que no sé que vienes de estar de piruja cabrona?, ¡de seguro te estuviste revolcando con tu pinche novio fresita! ¿verdad puta barata?

 

      ¡No yo no…!, alcancé a decir antes de que mi propio hermano me abofeteara.

 

    ¡Cállate puta, no quiero oír tus pinches mentiras de mierda!; ¡ahorita te vamos a enseñar lo que son los hombres de verdad, no como el putito de tu novio!; ¡ahorita todos te vamos a coger como te gusta!, ¡óyelo bien: ¡TODOS!

Al ver los ojos de mi hermano supe que hablaba en serio y supe también por sus ojos y por su aliento que estaba tomado y drogado; me asusté mucho y con miedo dije:

    ¡no… por favor… no, negro, dime que es una broma por favor, no seas gacho, soy tu hermana, no hagas esto!

Víctor me soltó el cabello y caminó hacia donde estaban mis piernas que sus amigos me obligaban a mantener abiertas; les hizo una seña y ellos me jalaron hacia abajo, de tal manera que mis nalgas quedaron en la orilla de la mesa y mis piernas quedaron colgando. Entonces mi hermano se bajó el pantalón. Yo levantaba la cara lo poco que podía y rogaba:

    ¡No Víctor, no, soy tu hermana, piensa…!

Pero él no me escuchó; con una mano colocó su miembro en la entrada de mi panocha virgen y empezó a empujar al mismo tiempo que me decía:

      Con que mugre vago flojo, ¿no?; ¡siente la verga de un mugre vago flojo, hermanita puta barata!

 

    ¡NO… NO… AAAAAAAGGGGGHHHH!, grité al sentir la salvaje penetración que mi hermano me hacía; él empujó con fuerza su largo miembro, clavándolo en mi pobre vagina y desvirgándome.

Nunca pensé ser desvirgada de esa manera salvaje por mi propio hermano, yo que me había privado del placer de ser penetrada por mi amado Jorge y que me había salvado de ser violada en el metro.

Traté con todas mis fuerzas de soltarme, pero los amigos de mi hermano me sostenían con fuerza, sin permitirme ningún movimiento mientras veían como él me violaba salvajemente, como yo sabía que lo había hecho a otras chicas del barrio o de barrios aledaños.

El pene de mi hermano me penetró hasta el fondo y luego, tomándose de mis caderas, él comenzó un mete-saca salvaje, violándome despiadadamente mientras yo lloraba desconsolada y gritaba:

      ¡NO, NO VÍCTOR, SOY VIRGEN, NO SIGAS, NO POR FAVOR, ME LASTIMAS, ME DUELE, NO YA NOOOO!

 

      ¿virgen?, ¡si como no, pinche puta!, ¡así como te vistes y a la hora a la que llegas, ya mero vas a ser virgen!, dijo él sin dejar de bombear.

 

      ¡TE LO JURO, POR FAVOR, AAAAAAYYYYYY, ME LASTIMAS, SÁCALA!

 

      ¡Callen a esta puta!, les ordenó mi hermano a sus secuaces y entonces el que me había quitado la tanga la sacó de su bolsillo, la hizo bolita y me la metió en la boca, impidiéndome seguir gritando.

 

    ¡MMMMMMNNNNGGGGGG!, seguí quejándome de todas maneras, pues la penetración de mi hermano era salvaje; entraba y salía de mí como si quisiera deshacerme.

Empecé a llorar desconsoladamente, pues además del dolor que me provocaba mi hermano sabía que me iban a violar sus compañeros de banda que eran como veinte.

      ¡MMMMFFFF, MMMMMFFF, MMMFFFF!, me quejaba por la violación salvaje de mi hermano

 

      ¡Ah que rica estás hermanita, que pinche panocha tan apretada!

 

    ¡MMMMMGGGGG!

Por más que me agitaba y trataba de zafarme era imposible, los tipos me sujetaban con mucha fuerza de los brazos, uno de cada lado y de repente sentí como cada uno de ellos colocaba su miembro en cada una de mis manos y empezaban a mover mis brazos, obligándome a masturbarlos. Sentí asco, pero nada pude hacer, no tenía defensa alguna contra todos los vagos compañeros de mi hermano que se habían convertido en bestias en brama.

Fueron minutos de salvaje violación por parte de mi hermano en los que además él se burlaba de mí y decía cosas que me dolían mucho como:

      ¡Ah que apretada estás, siempre quise cogerte, hasta que se me hizo piruja! De ahora en adelante serás nuestra puta oficial, ¿verdad muchachos?

 

      ¡SSSSSIIIIIII!, gritaron sus compinches al unísono

 

      ¡MMMMMGGGGGBBBBBFFF!, me quejaba yo

 

      ¡Ay pinche hermanita, que rico coges, con razón tienes todo pendejo al fresita ese!

 

    ¡MNNNNNGGGG!, le grité tratando de explicarle que nunca lo había hecho con mi novio ni con nadie más.

Él siguió humillándome con sus palabras mientras me seguía violando salvajemente. De repente el tipo que me obligaba a masturbarlo con la mano derecha se vino apuntando hacia mi seno y soltó su asqueroso semen encima de él, haciéndome sentir mucho asco.

Después de estarme cogiendo y humillando durante muchos minutos, mi hermano tuvo su orgasmo y se vino dentro de mí gritando:

      ¡AAAAAAHHHHHH YAAAAA PUTAAAA HERMANA, AAAAAHHH QUE RICOOOOO!

 

    ¡MMMMNNNGGGLLLLBBB!, grité

Yo me agitaba desesperada tratando de evitar que se viniera adentro, pero nada pude hacer. Sentí como sus chorros de semen entraban en mí sin poder evitarlo.

Víctor sacó su verga chorreante y asombrado vio entre mis piernas y gritó:

      ¡Ah cabrón, de veras era virgen!

 

      ¡FFFFGGGGGHHH!, le reclamé mientras sus compinches lo vitoreaban.

 

    Bueno, ni pedo, continuó él; de todas maneras ya te tocaba, ya estabas en edad y mejor que haya sido yo y no el pendejito de tu novio.

Mientras hablaba se había subido y abrochado el pantalón y encaminándose hacia la puerta dijo:

      Ahí se las dejo, háganle lo que quieran.

 

      ¡NNNNNNGGGGHHHH!, le reclamé, pero él ya se iba y todavía burlonamente me vio y me dijo:

 

      Voy para la casa, al rato regreso, ¿quieres que le diga algo a los viejos?

 

      ¡GGGGGBBBBBBFFF!, le reclamé

 

    Bueno, yo les digo que no te esperen porque vas a estar cogiendo con todos, me dijo y se echó a reír.

En cuanto Víctor salió, el vago que me obligaba a masturbarlo con la mano izquierda se colocó entre mis piernas y sin ningún previo aviso ni calentamiento previo metió su verga con fuerza hasta el fondo, provocándome un tremendo dolor. Yo me retorcí y grité:

      ¡MMMMMMNNNNNNFFFFF!

 

    ¡Ah que sabrosa estás pinche fresita, siempre te me antojaste, pero no te decía nada por respeto a tu carnal! ¡Ahora si te voy a coger hasta desmadrarte!, me dijo el desgraciado.

Él me levantó las piernas y me hizo colocarlas sobre sus hombros, lo que mejoraba su penetración y aumentaba mi dolor. Me violó sin compasión mientras otros dos me sostenían los brazos abiertos sin dejarme mover.

Era una pesadilla. Jamás me imaginé perder así mi virginidad y mucho menos ser violada de esa manera por todos los de la banda. A la mayoría los conocía e incluso había jugado con ellos cuando éramos niños y los apreciaba. Me sentía humillada, sobajada y traicionada.

      ¡Apúrate cabrón!, le gritaban sus compañeros al que me violaba después de mi hermano.

 

    ¡Espérate güey, esta pinche vieja está para disfrutarla y ya le tenía muchas ganas!, ¡Además tenemos todo el fin para cogérnosla cuando queramos!

Su comentario me asustó: ¿acaso pensaban violarme durante todo el fin de semana?, o peor aún ¿me dejarían irme a mi casa después de violarme? Yo sabía de chicas a las que habían violado ellos y que las dejaban ir amenazándolas de que no dijeran nada, pero también se decía en el barrio que había chicas que habían desaparecido después de haber sido vistas cuando las metían a la casa maldita.

Yo me había imaginado que mi primera vez sería algo hermoso y que sentiría algo como mariposas y que mi piel se erizaría como decían en las novelas románticas y que Jorge me trataría con suavidad y que ambos disfrutaríamos de nuestra pasión y que llegaríamos a un fabuloso orgasmo juntos. Nunca me imaginé lo que me estaba pasando y menos que mi hermano sería el causante.

Ellos seguían hablando y tratándome como a un objeto, de repente alguien dijo:

      Oye, dijo El Negro que le tomáramos fotos y la grabáramos cogiendo.

 

    ¡Ah sí es cierto!, dijo el que me violaba. ¡Pues empiézale!

El que había hablado primero empezó a tomar fotos o video mientras el que me cogía seguía con su salvaje violación.

Me imaginé que a todas las otras chicas les habían hecho lo mismo y que por vergüenza ellas no se atrevían a denunciarlos o algo así.

Pero no podía pensar mucho, el tipo que me violaba cada vez empujaba con más fuerza provocándome inmenso dolor y se agarraba de mis nalgas apretándolas con fuerza. Mientras tanto, el que me sujetaba el brazo izquierdo me obligaba a masturbarlo como el anterior.

      ¡Yo ya no aguanto!, dijo otro de ellos y se subió en la mesa, abriendo sus piernas se sentó en mi vientre, colocó su verga en medio de mis pechos, los apretó y empezó a masturbarse con ellos.

 

      ¡MMMMMNNNGGGGHHHH!, le reclamé mientras sentía como su miembro llegaba hasta mi barbilla.

 

    ¡Qué ricas tetas tienes putita!, me dijo él apretándolas con fuerza y provocándome más dolor.

Ahí estaba yo, totalmente desnuda, siendo violada por un desgraciado que me la metía en la panocha, otro que se masturbaba con mis pechos y otro que me obligaba a masturbarlo con la mano izquierda. De repente el que me sostenía la mano derecha y que ya se había venido en mi seno me soltó para dejar su lugar a otro que también me obligó a masturbarlo. Eran cuatro hombres que me obligaban a satisfacerlos al mismo tiempo; nunca me sentí tan sobajada.

Fueron intensos minutos de dolor y humillación; ellos gemían de placer y se reían diciendo más frases hirientes, siempre refiriéndose a que me tenían ganas y a que me iban a violar varias veces durante el fin de semana. Primero se vino el que me obligaba a masturbarlo con la izquierda y soltó su cochino semen en mi mejilla y aunque me volteé no pude evitar que me cayera de su sucio líquido en mi hermosa cara. Luego el que se masturbaba con mis tetas de repente me sacó la tanga de la boca y aprovechando el factor sorpresa y que yo tenía la boca abierta, metió su verga en ella y sin que yo pudiera hacer nada para evitarlo, se vino en mi boca, obligándome a tragar su asquerosa leche.

Mientras eso ocurría, el que me violaba por la vagina se vino, pero él sí sacó su miembro de mí y me llenó el vientre de líquido. De inmediato otro tomó su lugar.

El que me había hecho tragar su semen sacó su verga de mi boca y me embarró la cara y el cabello. Yo empecé a gritar de dolor y desesperación:

      ¡YA BASTA, YA POR FAVOR, YA FUE SUFICIENTE, DÉJENME, NO SIGAN, AAAAYYYY, POR FAVOR!

 

      ¡Silencio perra!, dijo uno de ellos; ¡El Negro nos dio chance así que te chingas, no te vas a ir hasta que te hayamos cogido todos unas tres o cuatro veces!

 

      ¡NO, POR FAVOR, SE LOS RUEGO, USTEDES ERAN MIS AMIGOS!

 

    ¡Pues por eso puta, mejor coger con amigos que con un putito fresa, jajajaja!

Ellos se rieron y yo no pude más que seguir esforzándome por tratar de que me soltaran, pero era imposible, cuando unos me soltaban los brazos, otros los tomaban y no me dejaban levantarme.

Los que aún no me violaban ya estaban sin pantalones o totalmente desnudos y apresuraban al que me cogía:

    ¡Anda cabrón, apúrale!

De repente este se detuvo; dijo:

      ¡Ayúdenme para que podamos cogérnosla entre varios en vez de uno por uno!

 

    ¡NO, ¡NO, NO, ¡SUÉLTENME!, grité, pues sabía lo que eso significaba.

Entre varios me bajaron de la mesa; todo el tiempo me sostenían brazos y piernas. Entonces el que me estaba violando se tumbó en el suelo y aunque me resistí me hicieron clavarme en su verga levantada

    ¡AAAAYYYY!, grité.

Pero luego otro de ellos se colocó detrás de mí y sentí como empezaba a empalarme por el culo.

      ¡NO, NO, POR FAVOR, NOOOOO, AAAAAIIIIIGGGGHHHH, NOOOO AAAAYYY, DUELE MUCHO, SÁCALOOOO, AAAAYYYY!, gritaba por el espantoso dolor de sentir como el miembro gordo de uno de ellos empezaba a abrirse paso en mi ano virgen.

 

    ¡AAAAAAHHHH, QUE RICO CULOOOOOO!, gritó el mientras me lo metía poco a poco.

Sin que pudiera yo hacer nada, de repente una verga estaba entrando en mi boca y uno de los vándalos me ordenaba:

      ¡MÁMAMELA FRESITA, MÁMALO COMO SE LO HAS DE CHUPAR AL PUTITO FRESA ESE!

 

    ¡GGGGGGLLLLOOOBBBGGGGLLLLLBBB!, se oyó cuando él me obligó a hacerle la felación.

Todavía otros dos se colocaron a los lados y me hicieron que les agarrara las vergas y me ordenaron que moviera las manos, masturbándolos. Obedecí por instinto y porque supuse que así se vendrían y no me penetrarían.

Ya eran cinco hombres que me violaban por todos lados teniéndome sometida y desnuda, sin poder negarme y sin que nadie me pudiera salvar, pues seguramente mi hermano no les diría a mis padres lo que me había hecho y lo que me estaban haciendo sus amigos.

Empecé a perder la noción del tiempo y de los hombres que me violaban; de repente se vino el que me obligaba a mamársela y me hizo tragar el semen y cuando sacó su miembro escurriendo me llenó la barbilla, el cuello y las tetas de líquido; luego fue el que me violaba por el ano y se vino en mi espalda y luego el que me hacía masturbarlo con la derecha, creo, no recuerdo bien. Lo que sí recuerdo es que en cuanto uno dejaba de cogerme, otro tomaba su lugar y cada vez me llenaban más de su viscoso líquido. Algo que me horrorizaba era que varios de ellos se vinieron dentro de mi vagina y me estaba dando miedo quedar embarazada de alguno de esos infelices.

El tiempo pasaba. Fueron horas de intenso dolor para mí y de intenso placer para ellos; durante todo el tiempo grité, supliqué y me esforcé por intentar escapar o que me dejaran ir, pero fue inútil. Me obligaron a coger con todos y cada uno de ellos en diferentes posiciones; a veces me acostaban, a veces me hacían estar en cuatro o me obligaban a estar hincada sobre uno de ellos mientras se la mamaba a otro. Perdí la cuenta de cuantos eran.

Yo estaba agotada y desmadejada cuando me colocaron de nuevo sobre la mesa, atravesada en ella, de tal forma que de mi tronco era lo único que quedaba sobre la mesa; de mi cintura para abajo estaban de un lado de la mesa, con las piernas abiertas y del otro mi cabeza colgando. Uno de los infelices violadores empezó a cogerme por el ano que me ardía tremendamente. Yo iba a gritar, pero en eso otro de ellos me tomó del cabello y me obligó a levantar la cara para meterme su largo miembro en la boca.

Empezaron a violarme de esa forma. Yo ya no manoteaba; estaba agotada y muy adolorida. Me dolían las piernas, los brazos, las tetas, los pies, el ano, la vagina, la mandíbula, las nalgas, en fin, todo me dolía y no podía ya más.

Después de un buen rato ellos se vinieron dentro de mí, soltando su semen en mi culo y en mi boca. En cuanto terminaron sacaron sus vergas y se alejaron, dejándome ahí desmadejada como una muñeca de trapo.

Pensé que mi pesadilla había acabado. Empezaba a enderezarme cuando escuché que uno de los rufianes decía:

      ¿Qué vamos a hacer con ella?

 

      ¿Cómo qué? ¡Seguir cogiendo!, dijo otro.

 

      Sí, pero después, contestó el primero.

 

    Ah pues quien sabe, ya El Negro nos dirá, ya ves que es su carnala.

Yo me agaché y me fui arrastrando por el suelo, tratando de que no me vieran y además porque apenas podía mantenerme en pie. Pero lo que quería era salir de ahí, no me importaba que estaba desnuda y llena de viscoso líquido seminal.

Me fui arrastrando por el sucio suelo hacia la puerta del cuartucho; llegué ahí, pero en el siguiente cuarto había varios de los miembros de la banda fumando, bebiendo y viendo la TV. Uno de ellos me vio y dijo:

    ¡Hey, miren a la puta, viene por más!

Yo me volteé e intenté regresar, pero ellos me tomaron con facilidad y me levantaron del suelo.

      ¿A dónde crees que vas putita? No hemos terminado contigo. Apenas va la primera ronda.

 

      Por favor, déjenme ir, se los ruego…, les dije tratando de causarles alguna misericordia.

 

      No, mamacita, si te dejamos ir tu carnal nos mata. Nos encargó que te vigiláramos bien.

 

    No diré nada, se los juro, por favor…

En eso estábamos cuando entró Víctor.

      ¿Qué pasa?, ¿por qué no se la están cogiendo?, dijo él en tono molesto.

 

      Es que ya acabamos y estábamos descansando.

 

      ¡Qué descansando ni que la chingada!, ¡siempre tiene que haber cuando menos un cabrón cogiéndosela; ¡si es necesario dróguense o tomen viagra o lo que sea, pero quiero a esta puta bien cogida de aquí al domingo si se puede, hasta la próxima semana!

 

      ¡Víctor, por favor, te lo suplico, yo no te hice nada!

 

      ¡Cállate puta y ven a chuparme la verga!

 

      ¡No, ya no!, dije

 

    ¡Ah que la chingada! ¿cómo de que no?, ¡a ver tráiganla para acá!, les ordenó a sus compinches.

Entonces entre tres me sujetaron y me llevaron ante él; me hicieron hincarme frente a su verga y mientras uno me sujetaba del cabello él me ordenó:

      ¡Abre la boca cerda!

 

      ¡NO!, dije y volteé la cara hacia la derecha.

 

    ¡Que su puta madre!, ¡Órale, hagan que abra el pinche hocico!, dijo él ya enojado.

De inmediato varios de sus cómplices se abalanzaron sobre de mí; uno me sostenía el cabello, otro me tapó con dos dedos la nariz y otros empezaron a pellizcarme nalgas y tetas. Resistí lo más que pude, pero tuve que abrir la boca para respirar y para gritar:

    ¡AAAAAGGGGGHHHHH!

Entonces el desgraciado de mi hermano metió su verga en mi boca, hasta el fondo, sujetándome la cabeza de tal forma que mi nariz quedaba pegada a su cuerpo. A los pocos segundos no podía yo respirar, empecé a manotear y patalear hasta que sentí que me sujetaban brazos y piernas.

La verga del Negro me llegaba hasta la garganta y yo sentía que me desmayaba por no poder respirar, después de varios segundos él me separó de su cuerpo y me dijo:

    Mira puta hermana. Aquí mando yo y se hace lo que yo digo y si no obedeces más vale que te vayas despidiendo de tu linda carita y de tus hermosas tetitas. ¿Oíste?

Yo apenas podía respirar y él de nuevo me metió su verga en la boca. Me ordenó:

    ¡Mámamela!

Tuve que obedecer, vi que mi hermano era un desgraciado y que no le importaba acabar con mi belleza, con mi cuerpo o con mi vida si era necesario. Me llené de temor hacia él.

Después de un buen rato de estarle chupando el pene, Víctor me detuvo e imperiosamente me ordenó:

    Párate, voltéate y empínate.

Lo hice y entonces él me tomó de las caderas y de un fuerte empujón me penetró por el ano adolorido.

      ¡AAAAAAYYYYYYYYYY, YAAAAA!, grité de dolor.

 

      ¡Las manos en las rodillas perra!, me ordenó y obedecí

 

    ¡A ver cabrón, que te la mame!, le dijo a uno de sus secuaces y este ni tardo ni perezoso se aproximó y metió su verga enhiesta en mi boca violada ya varias veces.

Me obligaron a mamársela mientras mi hermanito me violaba por el culo. No imaginaba cuánto iba a durar esto.

El tipo que me obligaba a chupársela se vino y de nuevo me obligaron a tragarme su asqueroso semen; casi me ahogo con el viscoso líquido.

En cuanto él sacó su verga vino otro y me obligó a mamársela también. Víctor seguía cogiéndome por el ano y decía:

    ¡Aaaaahhhh, todavía lo tienes apretado putita, yo pensé que estos cabrones te lo iban a agrandar!, pero verás cuando acabemos te va a caber un camión jajajaja

Siempre que él reía los demás lo hacían, era notorio el liderazgo que tenía sobre ellos.

Pasaron dos más para que yo les chupara la verga mientras Víctor seguía violándome por el culo. Yo lloraba, pero ya no gritaba porque, o tenía una verga en la boca o sabía que era inútil.

Por fin mi hermano terminó y se vació dentro de mis entrañas. Tuve que aguantar sus duras embestidas.

Él sacó su verga chorreante y me ordenó:

    ¡Límpiame la verga!

Obedecí por miedo, me volteé, me hinqué y le lamí el pene hasta dejarlo limpio. Me di cuenta de que todo lo que pasaba ellos lo grababan.

Me quedé ahí hincada en medio de la habitación, rodeada de vagos desgraciados que esperaban para volverme a violar.

Mi pesadilla aun no acababa cuando empezaba una nueva…


Un Video Porno para su Ex

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Cada mes acostumbro visitar un bar que todo mundo sabe que es visitado por hombres y mujeres que buscan “acción” sin importar su estado civil, lo visito para escapar de la rutina marital y aprender cosas nuevas para mantener viva la chispa en casa, en este bar los hombres generalmente tienen poca delicadeza para abordar a las mujeres y desde luego que se encuentran fácilmente mujeres dispuestas a recibir al macho de su elección pero a mi me divierte más observar y entablar amistad con mujeres observadoras que se dan cuenta de mi actitud no agresiva y se sienten más confiadas a simplemente platicar, he conocido mujeres interesantes, claro que después de algunos encuentros generalmente (no siempre) se presenta la ocasión de compartir algo más que charla pero gracias a esta costumbre de conocer un poco a las mujeres antes de llegar a la ”acción” he tenido oportunidad de gozar grandiosos momentos así como de alejarme de posibles problemas.
En una de estas ocasiones me sucedió algo sumamente gracioso, divertido y gratificante, conocí a una dama atractiva pero no provocativa, agradable pero no resbalosa, de charla amena y muy divertida, hasta me pareció extraño haberla conocido en dicho bar de mala fama, la pasamos muy bien en dos o tres ocasiones y me propuso vernos en otra parte para evitar el ambiente malicioso de ese bar, comenzamos a vernos dos o tres veces por semana a la hora del almuerzo para simplemente platicar, nos divertimos mucho simplemente platicando, nos conocimos bastante, desarrollamos una relación de confianza que nos permitió platicarnos todo y confiarnos intimidades, me di cuenta de que ella estaba recién separada y estaba pasando por momentos difíciles pero no buscaba intimidad con un hombre sino solo comprensión, se dio cuenta de que yo no desaprovechaba la oportunidad de una canita al aire pero no pretendía dejar a mi mujer ni a mis hijos y todo iba muy bien aunque no nos habíamos proporcionado datos personales como dirección, teléfonos o lugares de trabajo para evitarnos problemas, de hecho ni siquiera estoy seguro de que me haya proporcionado su verdadero nombre, pero cuando me confió su secreto más grande, nuestra relación subió a otro nivel, me confesó que su ex se había ido a trabajar a los Estados Unidos en busca de mejores ingresos y que al principio mandaba dinero pero poco a poco empezó a mandar menos hasta que un día dejó de mandar dinero y poco después anunció que había encontrado a alguien más y ya no regresaría, ella promovió el divorcio por abandono de hogar y aceptó la situación pero últimamente su ex le estaba enviando correos electrónicos con fotos y videos de él teniendo sexo con su nueva pareja y eso la enfureció mucho y que se puso a buscar a un caballero con quien pagarle a su ex con la misma moneda pero después de mucho buscar y casi darse por vencida me conoció a mi y entonces había decidido pedirme que la ayudara a consumar su venganza, a mi me dio mucha risa, me pareció muy gracioso y le dije que con todo gusto la ayudaría pero que no significaba que nos convertiríamos en pareja, ella dijo que estaba de acuerdo, que de hecho prefería no saber nada personal de mí ni que yo supiera nada personal de ella, lo cual facilitaría tanto nuestra relación como la realización de su venganza. Nos pusimos de acuerdo para vernos al día siguiente en un hotel y ella estaba un poco incómoda y fría así que traté de hacerla entrar en calor diciéndole muy serio que era una mujer hermosa, que me gustaba mucho y que montones de hombres darían lo que fuera por haber sido los elegidos y que yo no merecía tan grande honor, le pedí que cerrara los ojos y le besé con ternura la frente, los párpados, las mejillas y los labios, luego ella me abrazó y nos besamos apasionadamente, sin dejar de decirle “preciosa, hermosa, linda, bonita, adorable, muñeca” y todo lo que se me ocurría comencé a desnudarla despacito y a acariciarla suavemente mientras yo también me quitaba la ropa, entonces me di cuenta del precioso cuerpo que tenía, GRANDIOSO DE VERDAD!, cuando estábamos totalmente desnudos bajo las sábanas me bajé a acariciarle con la lengua la vagina, al principio no quería pero pronto se dejó y finalmente abrió las piernas y puso sus manos en mi cabeza y cuando parecía estar gozando de verdad se detuvo y dijo “LAS FOTOS!!!” y se levantó de un salto y buscó su celular en su bolsa de mano, yo le dije, “espera!, no debe salir mi cara!” pero no me hizo mucho caso y dijo “no te preocupes, después las arreglamos para que nadie te reconozca, sigue donde te quedaste, porfa”, yo continué en lo que estaba y ella comenzó a tomar fotos y video y gemía y me pedía que gimiera o que le hiciera como si me gustara mucho mucho mucho lo que estábamos haciendo, yo le dije “ME ESTÁ GUSTANDO MUCHO MUCHO MUCHO!!”, luego se arrodilló y me dijo “siéntate para que te lo chupe y sacas video pero que salga yo toda y no dejes de decirme preciosa y hermosa y todo eso que me dices”, y luego “ahora yo me acuesto en la orilla de la cama y tu ponte de rodillas y me lo metes y sacas video” y se retorcía de placer y gemía exageradamente como si estuviera en éxtasis, mientras yo estaba en el “mete-saca” y no paraba de decirle preciosa, encantadora, princesa y tomando video, “ahora levántame las piernas hasta tus hombros” y más video, “ahora de perrito” y más video, “ahora acuéstate detrás de mí y métemelo levantándome una pierna” y video y video… y tantas posiciones y tanto y video y su actuación de estrella porno enloquecida de placer me prendió de verdad y tuve que decirle “preciosa, no puedo más!, ESTOY A PUNTO DE VENIRME!!, y ella dijo “espera!, puedes por favor venirte en mi pecho?, por favor!”, “si, claro!” le contesté, así que le pedí que se acostara bocarriba y la penetré en la posición tradicional y la besé y le lamí el cuello y le chupé los pezones y le acaricié las piernas y le apachurré las nalgas, es decir, me di gusto gozándola aguantándome lo más que pude para no venirme para aprovechar esa grandiosa oportunidad que quizá no se repetiría y cuando ya no podía aguantar más le dije “ya, corazón, ya voy a venirme!” pero ella de inmediato gritó “NO! NO TE DETENGAS! SIGUE! SIGUE! PON EL TELÉFONO EN EL TOCADOR Y SIGUE!” y se puso a gemir verdaderamente excitada, como pude coloqué el teléfono en el tocador y seguí cogiéndomela y aguantando para no venirme y de pronto arqueó la espalda, puso los ojos en blanco y dio un gran quejido y luego como que se desmayó, en eso yo también me vine y por poco me vengo dentro de ella, apenas alcancé a sacarlo y eyaculé en su abdomen y en su pecho y también lancé un buen quejido y me dejé caer a su lado, luego apagué el teléfono y ella sonrió y dijo “caray… caray!, no esperaba que esto me gustara tanto!, creo que todo esto del video y exagerar las expresiones de placer terminaron por encenderme! Además de que haces el amor muy rico, eres tan tierno!”, descansamos un rato y cuando pensé que nos retiraríamos me sorprendió muchísimo lo que me pidió “sabes?”, me dijo “nunca me lo han metido por atrás, nunca dejé a mi ex que me lo metiera por atrás a pesar de que constantemente insistía en hacerlo, puedo pedirte un último favor?, puedes por favor metérmelo por atrás?, si?, si puedes y quieres, claro!”, y yo que más podía contestar? “claro preciosa!, pero si nunca lo has hecho por atrás hay que tener cuidado”, de inmediato sacó una botellita de aceite para bebé y me dijo “vi en internet que con masaje y lubricación no tiene que doler, por el contrario, puede gustarme” yo solté la carcajada, me parecía muy divertido que hasta había investigado en internet y me dio muchísimo gusto ser el elegido para esta ocasión y se lo dije y también le causó gracia así que pusimos manos a la obra, se puso en la posición adecuada en la cama, yo la llamo “levantando la cola como cuando se estiran los gatitos” y efectivamente con masaje y lubricación no fue difícil y tomando video y una gran actuación de estrella porno nos pusimos otra vez bien candentes y yo terminé viniéndome otra vez pero ahora en su culito y me salí rápido para que escurriera mi semen de su culito y le tomé video a su aceitoso y escurrido culo y a ella mirando y saludando a la cámara y luego me pidió que dejara de tomar video y que por favor la dejara terminar porque se había puesto muy candente y le había gustado mucho la penetración anal pero no había terminado y me pidió que me acostara bocarriba y se montó en mi y me pidió que le apachurrara fuerte las nalgas y ella puso sus manos sobre las mías y me pidió que le dijera “linda, hermosa” y todo eso que le había dicho antes y en poco tiempo volvió a arquear la espalda y a poner los ojos en blanco y a lanzar un gran quejido y se dejó caer a mi lado y me dijo “gracias, gracias por todo, me gustó mucho, gracias”.
Unos días después nos volvimos a ver y nos moríamos de la risa cuando me contó lo exitoso de su venganza pues su ex se había puesto furioso y antes de que siguiera insultándola lo bloqueó y cambió de cuenta de correo para no volver a saber más de él, yo estaba preocupado por mi identidad y ella me explicó que un amigo le dijo cómo mandar fotos y video que se pueden abrir una vez para verlos y que se borran automáticamente, yo no le creí al principio pero luego supe que era cierto y me tranquilicé mucho y me dijo que le había gustado mucho todo eso que hicimos y que si yo quisiera podríamos volver a hacerlo y bueno pues desde entonces, desde hace unos seis meses, tenemos sesión de video porno cada tres semanas donde nosotros somos las estrellas y luego los vemos y nos reímos mucho y luego los borramos con la promesa de volver a hacerlo pronto y pues la hemos pasado increíble y espero que dure mucho tiempo más, por cierto le propuse a mi esposa lo de tomarnos video haciendo el amor y le gustó mucho y ahora lo hacemos muy seguido y estamos muy contentos, así es como mi vida secreta enriquece mi matrimonio y disfruto muchísimo de ambos.

La Señora de mi compañero de trabajo

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Hace unos años entré a un nuevo empleo y una de las primeras personas que conocí fue a un tipo que acostumbraba hablar de lo hermosa que es su esposa y hasta enseñaba las fotos que tenía en su billetera y verdaderamente su esposa era un monumento, morena de cuerpo voluptuoso, cara como de actriz de telenovela venezolana, cabello castaño oscuro ondulado suelto y largo y vestido muy provocativo; además organizaba reuniones cada mes en su casa e invitaba a varios compañeros de trabajo sin sus parejas, no invitaba a ninguna compañera mujer, claro, y se la pasaba jactándose de lo atractiva que era su esposa quien vestía demasiado provocativa y atendía coquetamente a los invitados; le hacía caricias sexosas frente a todos lo cual a ella le causaba gracia y después de varias copas comenzaba a platicar de lo buena que era en la cama; finalmente terminaba tan tomado que se quedaba dormido sentado en la sala y su mujer seguía atendiendo gustosa a los invitados y algunos se atrevían a tomarla de la cintura cuando se acercaba a platicar con ellos o a darle alguna nalgadita al pasar y ella cuando se sentaba a platicar con alguno le acariciaba el muslo con toda naturalidad justo frente al esposo dormido, ¡ella le acariciaba la pierna al invitado!, ¡que loca!; dicen (yo nunca lo vi) que más de una vez la sorprendieron besándose en la cocina o en el baño con alguno de los invitados, pero su esposa parecía estar ciego y sordo porque no se daba cuenta de nada o tal vez se hacía el desentendido con tal de contar con la admiración de todos. En la oficina corría el rumor de que a veces la Señora le pedía el número telefónico a alguno que le gustara y comenzaba a salir con él a escondidas del marido.
Yo no fui la excepción, la primera vez que asistí a una de esas reuniones y cuando el esposo estaba en la sala dormido de borracho, la Señora se me acercó y comenzamos a platicar, que si era el nuevo, que si era casado, que si me gustaba hacer amigos y otras cosas irrelevantes y finalmente me pidió mi número telefónico, su belleza, su actitud provocativa y su forma de vestir casi obscena (un pequeño short ajustadísimo azul rey del cual se le salían la mitad de las nalgas, una blusa amarilla transparente con un enorme escote y zapatos azules altísimos), me gustaron tanto que de inmediato le proporcioné mi número telefónico rogándole a todos los dioses que el rumor fuera verdad y que me llamara para salir con ella.
El rumor sí era verdad, a los pocos días me llamó y me dijo que si quería que nos viéramos para platicar y entablar una bonita amistad, no sé de qué manera se enteraron los compañeros de trabajo y me hacían bromas acerca de que la Señora me había elegido para divertirse un rato y que a Fulano y a Zutano ya les había tocado, todo a escondidas del esposo, claro; bueno, el muy imbécil del esposo era tan imbécil que cada que me veía me decía que si no me había impresionado su esposa y yo le decía que definitivamente era la mujer más atractiva que hubiera conocido y él se reía de gusto y decía que lo malo era que me iba a tener que conformar solo con mirarla porque era solo para él, pobre imbécil.
A los pocos días me citó la Señora a las 10 de la mañana en el estacionamiento de un centro comercial, en cuanto me estacioné junto a su coche, ella salió del suyo y subió al mío, llevaba una diminuta minifalda floreada de colores intensos, una blusa blanca muy escotada, una chaqueta corta de piel café y unos zapatos altísimos del color de la chaqueta, cabello largo ondulado suelto y un maquillaje que resaltaba bastante la belleza de su cara, especialmente sus gruesos labios, ¡se veía espectacular!, toda ella parecía decir “me encanta el sexo, ¡tómame!”, cuando se subió a mi coche no pudo evitar que la corta falda se le subiera tanto que se le alcanzó a ver la tanga blanca con encaje rojo pero ella ni se inmutó, en cuanto se sentó me saludó sonriente y me dio un gran beso en la mejilla y sin dejar de sonreír me pidió que fuéramos a un lugar tranquilo e íntimo donde pudiéramos platicar a gusto, como un compañero del trabajo ya me había explicado la mecánica de esos encuentros, de inmediato la llevé al motel más cercano, en el camino platicamos algunas tonterías mientras ella me acariciaba las piernas y la entrepierna.
Cuando llegamos al hotel dijo con tono malicioso fingiendo estar sorprendida que era yo todo un travieso y me preguntó que planeaba hacer con ella, solo sonreí, la llevé adentro y comencé a abrazarla, besarla y acariciarla apasionadamente a lo que ella respondió con la mejor disposición, comenzamos a desnudarnos mutuamente, bueno, ella no tenía mucho que desnudarse, de hecho solo le quité la chaqueta y le desabroché la blusa y me pareció excitante dejarle la falda que se le veía súper sexy y la lencería que me encantó porque que parecía salida de la mas fina sex shop, una diminuta tanga y un brassiere de media copa transparente blancos con encaje rojo, repentinamente se arrodilló y me bajó los pantalones junto con la trusa para chuparme el pene con los ojos cerrados, parecía gustarle bastante, luego se levantó y me empujó a la cama y yo por poco me caigo porque tenía los pantalones y la trusa en los tobillos, cuando me acosté ella brincó sobre mí y se puso en la posición del 69 y siguió chupándome el pene por lo que yó comencé a chuparle la vagina sin quitarle la tanga, solo la hice a un lado y en cuanto sintió mi lengua comenzó a gemir sin dejar de chuparme el pene y a mover la pelvis como si lo gozara tremendamente, después se volteó, y se puso en la posición snake ride o de montar, seguía con los ojos cerrados, tomó mi pene y lo dirigió para que la penetrara, yo solo empujé un poco y ¡zas!, ya estaba adentro, me sujetó de los hombros y comenzó a cabalgar con vigor, yo la sujeté de la cintura y comencé a empujar llevando su ritmo, gemía, se movía bastante, se mordía el labio inferior, todo con los ojos cerrados, se quitó la blusa y el bra, se inclinó y tomó mi nuca para acercar mi cara a su voluminoso pecho, le chupé los pezones y ella daba grititos agudos de placer, continuó moviéndose con gran amplitud de movimientos, yo le acariciaba todo lo que podía, sobre todo sus grandes, redondas y suaves nalgas, repentinamente puso una mano sobre la mía y comenzó a movermela indicándome que quería que le presionara y masajeara las nalgas con fuerza y así lo hice, comenzó a gemir casi a gritos y luego se estremeció como cuando uno se estremece de frío y lego se relajó, ¡qué tremendo orgasmo!, lugo se quedó acostada sobre mi sin sacarse mi pene de su interior y ocasionalmente movía un poco la pelvis para sentir que mi pene permanecía dentro, todo esto sin abrir los ojos; repentinamente dijo ¡wow!, ¡sigues duro!, ¿quieres más? Y le dije que sí porque no había terminado, se levantó, se volteó y se puso en cuatro patas con la cabeza más abajo que la pelvis ofreciéndome las nalgas, volteó a mirarme con una gran sonrisa y preguntó ¿así te gusta? Y no le contesté, solo me arrodillé detrás de ella, sujeté sus tremendas caderas y la penetré despacio hasta llegar al fondo, ella guió mi pene con sus dedos, fue terriblemente delicioso presionar esas preciosas nalgas con mi abdomen y comencé a moverme, primero lento y después más rápido y vogoroso, sus nalgas se cimbraban como enormes gelatinas, comenzó a gemir fuerte como antes, preguntaba constantemente si me gustaba y yo le decía que sí, que me encantaba, que era delicioso, en un momento dado después de varios minutos buscó mi mano con la suya para ponerla sobre su nalga y le sujeté las nalgas con fuerza y se las apretaba con fuerza y se las masajeaba como si se las quisiera arrancar y volvió a tener otro orgasmo como el anterior, con un estremecimiento y gemidos muy fuertes, lo que me obligó a mí a tener un orgasmo también, con tres o cuatro fuertes empujones eyaculé dentro de ella lo más profundo que pude y me quedé unos instantes presionando y disfrutando aquel grandioso trasero, luego me salí y me tumbé en la cama y ella sin cambiar de posición buscó con los dedos en su vagina y encontró parte de mi semen y al mirar sus dedos mojados con el líquido lechoso exclamó ¡wow!, ¡eres un salvaje!, ¡que buenos disparos me acomodaste! Y se acostó junto a mí recargando la cabeza en mi pecho y jugueteando con mi flácido pene con su mano y me preguntó ¿es todo?, ¿se acabó la diversión?, y le respondí ¡para nada!, solo déjame recuperarme y verás!; después de unos minutos sentí que tenía una nueva erección aunque no tan intensa como antes, ella también sintió mi erección porque tenía la mano en mi regazo, nos movimos para ponernos en la posición del misionero (no se por qué le llaman así, es la más normal, la mujer abajo y el hombre arriba) y comencé a tratar de penetrarla, ella se rio un poco y dijo creo que necesitas ayuda corazón y me empujó para que me acostara bocarriba y comenzó a succionarme el pene con fuerza, ¡por todos los santos!, ¡que forma de succionar tan fuerte!, mi pene se puso bastante duro y en seguida se volvió a acostar y yo me puse sobre ella y ella dirigió mi pene para penetrarla y entró con facilidad por la dureza de mi erección y la lubricación de su saliva y comenzamos otra vez el coito, comencé a moverme vigorosamente y ella como siempre con los ojos cerrados comenzó a gemir otra vez y a moverse bastante y yo recargado en un codo y las rodillas le acariciaba todo el cuerpo con una mano, una deliciosa nalga, un rico muslo, su exquisito pecho, luego me jaló de la nuca para que le chupara el pecho y comenzó a gemir más fuerte, lamenté que seguramente yo no llegaría al orgasmo pero deseaba que ella si lo lograra así que la empujaba con fuerza y después de varios minutos lo consiguió, levantó las piernas con las puntas de los pies apuntando al techo y nuevamente sentí su temblor y de inmediato me salí y me quedé acostado a su lado acariciándola, unos momentos después me miró y preguntó ¿no terminaste?, ¿no te veniste, corazón?, le respondí que no y pregunto ¿no quieres intentarlo?, ¿cómo te gusta?, ¿así?, se acostó bocabajo con las piernas abiertas levantando un poco las nalgas y me dijo ¡anda, inténtalo!, obviamente no pude resistirme, adoraba esas tremendas nalgas y aproveché el ofrecimiento aunque yo no tuviera esperanzas de obtener un orgasmo, me acosté sobre ella disfrutando sentir ese delicioso cuerpo bajo el mio y sus nalgas en mi vientre y al poco rato le daba unos empujones de loco, ella como de costumbre estaba gimiendo bastante fuerte y comenzó a preguntarme si me gustaba, si me gustaban sus nalgas y comprendí que cuando decía eso era que se estaba excitando y quería tener un orgasmo y comencé a decirle que la deseaba como un loco y que estaba deliciosa y que adoraba sus preciosas nalgas y que me encantaba metérselo hasta el fondo y ¡zas!, tuvo resultado, comenzó a gemir casi a gritos como las veces anteriores que tuvo orgasmos y yo comencé a gemir como animal enfurecido y a propinarle salvajes embestidas y comprendí que esos exagerados gemidos y palabras obscenas también me ayudaban y le pregunté ¿te gusta mi verga, muñeca?, ¿te gusta que te la meta toda?, ¿te gusta que te la empuje con todas mis fuerzas hasta el fondo, preciosa? Y respondió ¡si, métemela toda!, y no pudo decir más porque tuvo otro orgasmo, casi al mismo tiempo que yo y ambos gritamos bastante fuerte y quedamos exhaustos acostados jadeando uno al lado del otro pero ya sin tocarnos, unos momentos después se incorporó un poco para mírame y sonriendo me dijo ¡wow!, ¡creo que al final nos entendimos bastante bien!, ¿no?, ¿te gustaría que volviéramos a vernos?, ¿alguna vez en el futuro?, le respondí que estaría encantado y esperando ansioso.
Ese día me sancionaron en el trabajo por tardarme 2 horas en el almuerzo en lugar de 30 minutos pero no me importa, valió la pena un millón de veces.
Ya van 5 veces que salgo con la Señora y la pasamos de maravilla, nos hemos acoplado a la perfección, definitivamente le encanta el sexo y es una completa salvaje que nunca podría estar satisfecha con un solo hombre, la comprendo perfectamente porque la mayoría de los hombres somos exactamente así, necesitamos más de una mujer para satisfacer nuestra impetuosa sexualidad, no se por qué a los hombres que se satisfacen sexualmente con varias mujeres los consideran machos admirables y a las mujeres que se atreven a liberar su reprimida sexualidad con varios hombres en busca de la misma satisfacción las llaman putas, en ese caso los hombres somos peor de putos; en este orden de ideas, declaro que me encanta andar de puto con mi adorada Señora y seguiré de puto con ella hasta donde pueda y a ella le encanta andar de puta conmigo y seguiremos de putos hasta donde se pueda.

Mi marido y mis tres amantes

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Soy una mujer blanca de 38 años, de 1.65, delgada y me pinto el cabello de rubio, muchos dicen que soy muy atractiva y la verdad yo me siento muy atractiva, no tengo unos grandes senos ni un tremendo trasero pero me veo en el espejo y creo que mis senos son apropiados para mi cuerpo y me gusta mi trasero no muy grande pero levantadito y se me facilita vestir a la moda y creo que todo se me ve bien.
Mi esposo es un poquito mayor y es de mi estatura pero si me pongo tacones me veo mucho más alta pero eso no le incomoda; es moreno, llenito, lampiño y de cabello negro y grueso, no es el más guapo pero es el más hombre que conozco, es luchón, determinado, tenaz, inquebrantable, le gusta hacer el amor los fines de semana, desde que terminó la primaria tuvo que trabajar para ayudar a mantener su casa pero después estudió la secundaria, la prepa, la carrera y hasta un postgrado y actualmente está estudiando otro postgrado, tiene un buen puesto en una empresa de prestigio y vivimos más que bien, tenemos dos hijos en primaria. Lo admiro mucho y lo amo y disfruto mucho su forma un tanto salvaje de hacer el amor porque siento que se me entrega totalmente, a pesar de que es un poco rudo porque así es su personalidad no me cabe duda que me ama, sin embargo, así como yo y como cualquier persona, siente curiosidad de experimentar sensaciones diferentes y sé que tiene sus aventurillas pero no me importa mientras yo no deje de ser su verdadero amor, así como yo no dejo de amarlo a pesar de que también tengo mis aventurillas.
Mi primer amante es un amigo que conozco desde antes de conocer a mi esposo, lo llamo Corazoncito, nos vemos los lunes en las mañanas, nos conocemos desde que tenía yo como 21 años y el casi 40, siempre ha sido mi confidente y consejero y me alentó a casarme con mi esposo cuando le platicaba lo maravilloso que era y de recién casada dejé de verlo un tiempo pero poco después volví a buscarlo porque me encanta su forma de hacerme el amor, desde la primera vez que salí con él me llevó a cenar, a tomar una copa y después a un motel y me sedujo de una forma tan delicada y me trató con tanta amabilidad y delicadeza que caí rendida en sus brazos, me desnuda lentamente y me da besitos en cada centímetro de mi cuerpo, no para de decirme lo bonita que soy y lo mucho que le gusto y antes de entrar en mi me da muchos besitos y caricias con su lengua en mis partes más sensibles y me pone tan deseosa que casi le suplico que no espere más y entre de una vez, luego se mueve suavemente y me eleva poco a poco hasta casi llegar al éxtasis y antes del final tengo que moverme impetuosamente para poder explotar en un delicioso y prolongado orgasmo, a él le prende que yo me ponga impetuosa y también explota como yo, nunca es rápido e impetuoso sino despacio y suave y no le gustan las posiciones rebuscadas sino las cómodas y placenteras, por su suavidad es el único hombre al que le permito entrar por atrás y además me gusta, ¡me gusta mucho como me hace el amor!
Mi segundo amante es un amigo del gimnasio que conozco desde hace como dos años, es más o menos como de mi edad, lo llamo mi Vikingo, es alto, muy fornido, rubio bronceado y velludo, ¡esta completamente delicioso!, me encanta tocar su cuerpo firme, ¡me vuelve loca!, puedo sentir cada uno de sus músculos, es impetuoso pero lo controlo muy bien, únicamente tenemos sexo los viernes en la noche un viernes si y otro no en el gimnasio, los viernes en la noche porque es cuando casi nadie va al gimnasio y nos quedamos hasta que todos se van y tenemos sexo en los aparatos del gimnasio, él sabe cuando quiero tener sexo porque comienzo a acariciarle su hermoso torso pero únicamente le permito bajarme los pantalones o lo que traiga hasta la mitad de los muslos y que entre como pueda, ¡es muy divertido y no tardo mucho en explotar de placer!, el sí se desnuda por completo excepto los tenis y eso me encanta; a veces lo hacemos de pie, me toma con fuerza del trasero y entra por delante, casi me carga, yo me sujeto de sus grandes y musculosos brazos; otras veces me acuesta en una banca de ejercicio, me levanta las piernas hasta sus hombros me sostiene con fuerza de la cintura y entra por abajo; otras veces me inclino, me apoyo en la pared o en algún aparato de ejercicio y me toma de la cintura y entra a mi vagina por atrás, a veces quiere entrar “por la puerta trasera” pero no se lo permito, es demasiado impetuoso, no confío en que tenga suficiente cuidado. Constantemente quiere bajarme más los pantalones o quitarme la demás ropa o que vayamos a los vestidores pero yo le digo todo lo que estoy dispuesta a ofrecerle es eso y nada más: los pantalones hasta mitad de los muslos, si lo quiere tomar adelante, si no le es suficiente entonces terminamos… y se calma y seguimos tan contentos como siempre, además ¡es muy divertido!, ¡me encanta tener sexo en el gimnasio con mi Vikingo!
Mi tercer y último amante es un muchachito de a penas unos 20 años, lo llamo mi Principito, es un muchachito delgadito, blanco, alto, guapo y encantadoramente tierno, tenemos sexo los miércoles desde hace casi un año, un miércoles si y otro no, la semana que tengo sexo con mi Vikingo no tengo sexo con mi Principito y viceversa, mi Principito es vendedor de calle en la empresa donde yo trabajo pero le toca guardia en la oficina los miércoles; me pareció una encantadora ternurita porque estando solos cuando uso falda corta que es casi siempre me mira excitado y nervioso las piernas desde su escritorio y yo cruzo la pierna y me inclino un poco hacia un lado para mostrarle un poco más y se pone tan nervioso y excitado que le tiemblan las manos y respira agitadamente y me da mucha risa, un miércoles como a las 10 de la mañana (que es cuando la oficina está completamente sola) estaba tan excitado mirándome las piernas que no se dio cuenta de que yo lo estaba mirando y cuando se dio cuenta se volteo muy apenado a mirar hacia otro lado y yo me reí, me pareció encantador, fui hasta su escritorio y le pregunté “¿te gusto, Principito?”, él no supo que decir, solo me miró con cara de espanto y yo estaba encantada con su timidez y su candidez, tomé su cara entre mis manos y lo besé, no cabía en su asombro, le dije “ven”, lo tomé de la mano y lo llevé a un pequeño privado al fondo de la oficina donde está la cafetera y unos estantes con archivo muerto, lo abracé y lo besé en la boca y en el cuello, desabroché dos o tres botones de su camisa y le besé el pecho, un pecho casi de niño, luego me agaché y abrí el zipper de su pantalón y ¡oh, sorpresa!, encontré un miembro de buen tamaño, comencé a acariciárselo con la boca y la lengua y comenzaron a temblarle las piernas, ¡yo estaba muy divertida!, luego me levanté, lo guie para que se sentara en una silla y me senté en él a horcajadas, estaba paralizado de terror así que yo misma me hice a un lado el panty para “destapar la entrada” y tomé su gran miembro para guiarlo a entrar en mí, fui empujando poco a poco, despacio para poder recibir a semejante grandulón, él cerró los ojos y suspiraba de placer, tomé sus manos para ponerlas sobre mi trasero y comencé a moverme, sentía perfectamente su gran talla en mi interior y pensé “es tan dulce y tierno que casi me parece una contradicción que sea tan grande” y me pareció una gran delicia, me acercaba rápidamente a la cumbre del placer cuando sentí claramente sus espasmos eyaculatorios y eso disparó de inmediato mi culminación, sin palabras, sin desnudarnos, en pocos minutos; ¡guau!, no disfrutaba tanto un “rapidito” desde la prepa. Me levanté y fui al baño a asearme, repasarme el maquillaje y acomodarme la ropa y cuando regresé él estaba en su escritorio con una dulce e inocente gran sonrisa, yo le sonreí también y le mandé un beso y me puse el dedo índice sobre los labios en señal de que guardara silencio. En siguientes ocasiones lo guie para hacerlo de diferentes maneras, ¡es tan dócil!, siempre empiezo acariciando su miembro con la boca y la lengua, ¡me encanta comenzar así!; una vez me acosté en la mesita del café, le pedí que se pusiera de pie entre mis piernas, “levanta mis piernas, haz a un ladito mi panty, entra despacio, empuja lento hasta el fondo, toma mi cintura, acaricia mis piernas y mi trasero, ¡bésame!, ¡besa mi pecho!, ¡empuja fuerte!, ¡más fuerte, más fuerte!”, es una de las posiciones que más me gustan con él porque lo siento más profundo; en otra ocasión apoyé las manos en la mesita de café y puse mi trasero frente a él y le dije “levanta mi falda, bájame el panty, besa mi trasero, entra con cuidado, despacio, sujeta mi cintura, ¡acelera!… ¡empuja!… ¡acaricia mi espalda!… hace todo lo que le pido como se lo pido y sin protestar; ah, una más que también me gusta mucho, le pido que se siente en una silla y yo me siento en sus piernas con mis piernas abiertas pero dándole la espalda, de esta forma me apoyo en mis rodillas y me agacho lo suficiente para ver perfectamente como entra y sale “el grandulón”, solo de ver como resbala dentro de mi su grandeza exploto casi de inmediato y me gusta sentir momentos después sus fuertes espasmos de éxtasis.
Así es como disfruto del sexo con muy diferentes caballeros de formas totalmente distintas, sin involucrar sentimientos profundos más que con mi amado esposo, aunque el deseo sexual es en si mismo un sentimiento bastante profundo y su satisfacción es tan placentera que puede llenar emocionalmente a muchas personas haciéndolos que confundan sexo con amor, pero como para mi eso está bastante claro, el inmenso placer que me hacen sentir mis amantes no interfiere con el profundo amor que le tengo a mi esposo, así que creo que debemos disfrutar mientras el cuerpo lo permita.

La Vecina

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Por: Ithan

Me considero muy afortunado de tener la mujer que tengo, ella, aun con sus 49 años de edad, es delicadamente hermosa, delgada, pompi poco sobre saliente pero que combina armoniosamente con las suaves curvas de su cuerpo, rostro atractivo, boca que invita al beso, pero su principal atractivo lo constituyen unos senos que son la admiración de los adanes y la envidia de las evas, son medianos, 34 d, se su número porque me encanta regalarle brassieres, por el morbo de comprárselos y luego ver lo espectacular que les quedan.

Nuestra relación comenzó hace cinco años, no tenemos hijos y aun cuando  tenemos responsabilidades de trabajo, los fines de semana, especialmente, tenemos fiesta de sexo,  el morbo, la intensidad, las locuras están siempre presentes en nuestra sexualidad. Lo disfrutamos a plenitud, no volcánico como éramos en nuestra juventud, pero no nos podemos quejar, al haber podido incorporado a nuestros años: experiencia, malicia, picardía, juegos,  juguetes y sobre todo el uso del  órgano sexual más prominente que tenemos los seres humanos, hombres y mujeres: El cerebro.

Si, nuestra imaginación es prolífica, y otro tanto a nuestro favor es que, en la actualidad no nos ocultamos nada en cuanto a nuestras fantasías y gustos. Inicialmente Elena, que así se llama mi mujer, era algo melindrosa en cuanto a demostraciones extravagantes, deseos y fantasías, pero tantos retozos juntos y la confianza brindada la hicieron más extrovertida y menos tímida. Se dio cuenta que acariciarse sus tetas, clítoris y su cuerpo en general, mientras estoy entre sus piernas saboreando su jugosa y delicada fruta de amor, le proporciona placer adicional e influye sobre mi morbo.

Una noche a eso de las 8 pm, después de bañarnos, ella y yo anduvimos por nuestro apartamento, situado en la planta baja del complejo residencial, portando solo toallas, ella se colocó con toda intención tras los ventanales de vidrios polarizados, estos dan a un pequeño jardín comunal. Yo me le acerque tomándola de la cintura  y comencé a besarla suavemente y acariciando con mi lengua uno de sus puntos erógenos, como es su nuca, ella ronroneo deseosa, con delicadeza la despoje de la toalla, quedando completamente desnuda frente al ventanal, ella sabía que con las luces tenues era poco probable de que pudieran vernos a  menos que algún vecino del complejo aguzara la vista. Sin embargo, nosotros si podríamos ver a cualquiera que se acercara. Ver a gente mientras nos acariciábamos o cogíamos nos resultaba excitante  y no era la primera vez que lo hacíamos. Ella arqueó su cintura proyectando su bonito trasero, deslicé mi toalla, y mi barra ya erguida se incrustó entre sus nalgas, desde atrás mis manos atraparon sus ricos senos apretujándolos y acariciándolos suavemente, mis dedos índice y pulgar atraparon sus turgentes pezones pellizcándolos sutilmente, hice descender una de mis manos hasta mi caliente y parado miembro y lo dirigí a su horno de la entrepierna, ella las separó y flexionó arqueándolas además, tal movimiento hizo que sus senos se aplastaran contra el cristal, al igual que el lado derecho de su rostro, brindándose, su respiración se hizo entrecortada, deposité mi barra en la húmeda y caliente hendidura de placer pero aun sin penetrarla, balancee mis caderas hacia adelante y atrás, el glande de mi miembro asomó al frente entre sus carnosos labios mayores libres de vello púbico, la sensación fue magnífica. Me arrodille detrás de ella y separé sus nalgas con ambas manos, el paisaje que me brindó fue único, su reducida abertura anal lucia esplendida y rezumando  de fluidos sus labios vulvares casi goteaban del abundante y delicioso líquido. Mi lengua fue hasta su esfínter hurgando en el lamiéndolo y tratando de penetrarlo, ella respondió con un largo y resonante gemido, arqueando su cintura y respingando aun mas su trasero, para mi deleite y mejor acceso a su magnífico desfiladero, la retuve por las caderas y prácticamente sumergí mi rostro en aquel pozo: Ella movió sus caderas de arriba abajo restregando en mi rostro su humedad, a pesar de estar consciente de cómo mis caricias influían en ella había algo adicional que incentivaban aun más su pasión, no lo sabía con certeza, pero eran años haciéndonos el amor. Me erguí rápido, apuntando con mi barra, encontré el conocido camino al placer, la penetré suave pero firme tomándola por las caderas, ella suspiró agradecida, su vaho mancho el cristal que nos separaba de la terraza exterior, al voltear a mi izquierda percibí una figura sentada en una banqueta que se destacaba debajo del farol, era nuestra vecina Deborah, que intentaba descifrar lo que ocurría detrás del cristal, desde mi perspectiva anterior ella estaba oculta por un seto, por eso no la había detectado. Mi entendimiento se aclaró, con que esa era la razón del comportamiento de mi mujer. Aquella visión de alguien viéndonos hacer el amor, me resultaba intensamente erótica y sensual. Tomé fuerte las caderas de Elena, enterrándole hasta lo profundo mi barra, y acercándome a su oído le dije – Mira Amor, Deborah nos está viendo -, ella era una de nuestras vecinas con quien teníamos más confianza, es de tez blanca, bajita, pero con un cuerpo todo curvilíneo, un culazo y piernas de espanto, creo que 36d en brassier, aun cuando pocas veces los usa, un manjar de mujer pues. Retuve por las caderas a Elena esperando su reacción, pues no tenía ninguna intención de separarme de allí, ella me contestó con una voz desconocida para mí y en un susurro – Si amor, tiene unos minutos allí, eso me tiene súper excitada, sigue por favor – continué mi ritmo. Ella atisbó, por un momento, a la derecha y luego a la izquierda, al notar que no había nadie más, en un alarde de desvergüenza, lentamente deslizó la puerta corrediza y se exhibió en su total desnudez, colocando sus manos a los lados del marco de la puerta y comenzó a mover cadenciosamente sus caderas, aun ensartada en mi carnosa barra, hacia presión hacia abajo ayudando con esto a que la penetración fuese más profunda. Recuperándome rápido de la audacia de Elena, mas por las ganas de exhibirnos y el morbo de la situación, que por otra cosa, detuve mis caderas y la deje hacer mientras mis manos se depositaron en sus bonitas tetas acariciándolas y trasladé mi mirada hasta donde estaba Deborah, en su rostro se dibujó una pícara sonrisa de complicidad y deseo, y acercándose un poco más a nosotros, abrió su blusa enseñándonos unos redondos y adorables cocos desnudos de brassier. Tal acción desató una serie de espasmos en Elena, que presintiendo su pronta venida y arqueando aun más su cintura se penetró hasta lo profundo, envarando luego su cuerpo ante un formidable y largo orgasmo. Desfallecida, apenas podía mantenerse en pie, reculamos ambos y la deposite de rodillas en el amplio sofá, separe sus nalgas para probar del excelente néctar, mi lengua recorrió el húmedo sendero de su culo al botón de placer, y luego la penetré, a penas bastaron unas pocas sacudidas para descargar mi semen en su espalda.

Después del episodio pensé que Elena evadiría hablar del mismo, pero me equivocaba, en más de una ocasión cuando hacíamos el amor, ella lo incluía en nuestras fantasías, haciéndome preguntas, como: ¿le vistes los cocos, son más grande que los míos verdad?, ¿te gustaría tenerlos para ti? o ¿Ella debe ser muy caliente?, ¿qué crees?-, en una ocasión cuando Elena me cabalgaba dándome la espalda y con sus manos apoyándose en mi pecho, le pregunte: ¿te gustaría que Deborah te lamiera mientras te cojo así?, no hubo respuesta oral, pero si gestual, pues ella comenzó a derramar fluidos como nunca y aumentaron sus gemidos y movimientos sobre mi barra, para alcanzar un magnifico orgasmo. En son de broma, después del reposo de los guerreros, le dije: -estas que te mueres por cogerte a Deborah o que ella te coja-, ella sonrió sin negarlo, contestándome con una pregunta ¿y tú?

A los pocos días de nuestra travesura, me encontré con Deborah en unos de los pasillos del conjunto residencial, llevaba un voluminoso bolso, ella juguetona y traviesa me saludo con un pícaro y seductor “hoooola”, acompañado de su radiante sonrisa. Deborah lucia una minifalda que le hacían gran favor a sus bien torneadas piernas y, no sé por qué no me extraño, la misma blusa blanca de la travesura, esto me hizo evocar la visión de sus hermosos senos libres y a la vista, mirándolos insistentemente, el caminito entre ellos prometía conducir al paraíso, le respondo –Hola vecina, ¿cómo te va?-, -¿esta Elena allí? me dice, – si vecina, está allí, pasa, yo voy al trabajo- , ella descarada escaneo el bulto de mi pantalón que había comenzado a hincharse y me contesta, – Lástima iba a enseñarles unos artículos, bueno Elena esta noche te los enseñará cuando regreses- se empinó y aplastó sus tetas, desnudas de brassier, contra mi pecho para luego darme un sonoro beso en la comisura de mi boca, y alejarse contoneándose, “esa mujer transpira puro erotismo”, me dije.

Ya en mi carro, camino al trabajo, la curiosidad me mataba: ¿Qué llevaba Deborah en el bolso? ¿Qué me insinuaba, con su gestualidad y picardía?, ¿Por qué no me quedé a ver?, aun sin contestar las preguntas y casi inadvertidamente enfilé mi auto de regreso a casa. Habían transcurrido unos treinta minutos de haber hablado con Deborah, cuando abrí la puerta de mi apartamento sin apenas hacer ruido, ¿Cuál era la razón de mi actitud?, no lo sabía, pero lo que si ocurría  es que en el camino me imagine a Deborah y a mi mujer en decenas de posiciones eróticas mientras se hacían el amor, por lo tanto lo que quería era  sorprenderlas, y eso me tenia empalado desde el momento en que noté que regresaba a casa, me di un apretujón al bulto de mi pantalón. El salón de estar estaba vació, atisbé a la terraza donde Elena y yo habíamos practicado el desnudo, vacía. Con paso sigiloso fui a nuestra habitación, la puerta estaba entrejunta, alcancé a escuchar voces, y a entender fragmentos de frases “… como me queda est…. O  “… pásame a …”, . . Me dije: -que mal pensado eres-, se están midiendo ropas, por esa bobería regresé a casa a escondidas, mejor me pierdo antes que noten mi presencia- .

Me dirigí hacia la puerta principal para salir, una vez en ella me dije: echemos un vistazo antes, quizás pueda robarle y avistarle un desnudo a mi vecina, así que regresé y asomé mi rostro entre la puerta y el dintel, y allí estaban ambas, desnudas, y no se medían ropa. Elena estaba sentada en el lado izquierdo de la amplia cama y en el centro de la misma se disponían, mezclados, una serie de juguetes y artículos sexuales (consoladores, vibradores, dildos, anillos, cremas, preservativos etc.). Deborah, frente a Elena, en ese momento se ajustaba, en su cintura una sutil correa que se entrecruzaba con tiras del mismo material a los lados de sus glúteos desnudos y también por delante de su rapada fruta de amor, de donde pendía un falo artificial de unos 25 cm de longitud, una vez ajustado movió sus caderas haciéndolo oscilar de arriba abajo, mientras le decía a Elena, entre risas: -¿qué tal este, te gusta?-. Elena capturó el artefacto entre sus manos deslizándolas a todo lo largo. En ese momento el tiempo pareció detenerse para mi, se miraron, Deborah tomándola de la barbilla elevó su rostro, acercándolo al suyo, las sonrisas divertidas habían desaparecido, era erotismo simple lo que transpiraban sus actitudes y sus desnudos cuerpos, cada centímetro de piel, cada poro parecía rezumar pasión y entrega, Deborah era la dominante Elena su sumisa. Deborah cató y admiró aquel rostro y su torso adornado con los bonitos senos, Elena en un impulso tomó la iniciativa y cubrió totalmente aquella boca con la suya  para fundirse en un beso lleno de pasión y dulzura, no se apuraban en las caricias, sus lenguas se enredaban seguramente en suaves cosquilleos o eran chupadas con delicadeza única. Luego Deborah le ofreció sus senos los cuales Elena tomó con ambas manos y apretujándolos suavemente antes de dirigir su  fogosa boca para chuparlos y lamerlos, mientras se sentaba en el borde de la cama, una de sus manos abandonó aquellas delicadas texturas para bajar hasta la rasurada hendidura, su dedo medio, como si conociese el camino con anterioridad, se adentró en ella palpando su superficie y ahogándose en la humedad que casi le corría por las piernas y luego fue directo al delicado botón, Deborah, a la caricia, emitió un largo gemido echando la cabeza atrás, separando y arqueando aun mas sus piernas, el miembro artificial se depositó entre los senos de Elena, ella, con natural sensualidad, separó su boca de los promontorios de su vecina y la poso en el glande artificial, presionó ligeramente con sus labios haciéndolo penetrar en ella. Luego comenzó a chupar.

Yo detrás de la puerta, mecánicamente desabroché mi pantalón y baje mi bóxer para liberar mi aprisionado y duro miembro, y comencé a acariciármelo, ver a Deborah (desnuda y armada de un artefacto) y a mi mujer (desnuda) pajeando a  ésta y respondiendo con tal pasión y entrega me tenía mi libido a millón. Era único ver sus bonitos cuerpos ejecutando danza tan erótica. Allí estaba yo fisgoneando a mi mujer y a mi vecina, con mi pantalón y bóxer entre mis pies y mi barra caliente y erguida como nunca.

Deborah de pie la vio hacer, pero sin dejar de mover sus caderas, pues su ardiente hendidura y vagina aun seguía siendo acariciada. Sus gestos presagiaban que si Elena seguía acariciando no tardaría en orgasmear, en este momento parecía no importarle lo que hacían ella y su vecina, solo se dejaba llevar por las sensaciones. Desde aquella vez que vio como Elena era cogida en la terraza, le resultaba extremadamente excitante la posibilidad de practicar sexo con ella y de qué manera lo estaban haciendo. Ella había chupado y lamido sus senos como nadie, le acariciaba y penetraba con sus dedos su sexo rebosante de humedad y ahora ver cómo se comía aquel miembro artificial que ella portaba incidían tanto sobre su morbo que era cuestión de segundos orgasmear. Pero aun no, antes quería llevar a la realidad lo soñado con tanta intensidad tres noches atrás, y que le produjo tanto placer y morbo, que la hizo despertarse sudorosa, gimiendo  y tan húmeda que pensó que le había llegado el periodo y que para calmar la calentura, casi se sentó en el rostro de Luis, su pareja, y terminar en un orgasmo único, imaginando que era Elena la protagonista de la espectacular lamida. Sí, ella quería que Elena la lamiese, al verla lamiendo la verga artificial e imaginarla haciendo lo mismo con su coño le produjo un repentino erizamiento. Decidida tomó aquel rostro entre sus manos separándolo del señor artificial y le depositó un dominante beso en la boca, mientras introducía su lengua en ella y pellizcaba sus duros y erguidos pezones. Elena en respuesta la penetró ahora con dos de sus dedos y aun más profundo. Deborah, tenía que apartarla de no ser así irremisiblemente le sobrevendría un definitivo orgasmo, y  cuyos síntomas previos lo hacían vislumbraban como espectacular, pero ella quería sentir aquella lengua en su fruta de amor. A duras penas la apartó y la empujo suavemente hacia el lecho, Elena apoyada en sus antebrazos la miró, su mano derecha rezumaba con sus fluidos, dos de aquellos dedos que la habían penetrado fueron a su boca y los chupó con rostro delirante de morbo, el gestó influyó en tal grado en Deborah que presurosa la hizo acostar y se montó en su rostro colocando su acalorada fruta en la ansiada boca, mientras que su mano derecha elevaba el artefacto artificial para facilitar la lamida. Elena la apresó por las caderas y lamio aquel caliente y húmedo desfiladero, por las expresiones ambas lo deseaban no había duda. Desde arriba Deborah miraba aquel rostro que mantenía los ojos fijos en ella, bastaron escasos segundos para que Deborah se vaciara en el rostro de Elena, su cuerpo se puso rígido, para después como electrizado, vibrar poseído de un magnífico orgasmo, sus gemidos entrecortados por dejar de llevar aire a sus pulmones  llenaron la habitación. Aun ensimismada en su placer se echo hacia adelante y apoyándose en sus antebrazos dejó su hendidura en el rostro de Elena, y estuvo unos segundos en esa posición mientras que su vecina terminaba de tomar de sus jugos, luego, como marcando el territorio con su olor, se dejó resbalar suavemente a todo lo largo del cuerpo de Elena, presionando su pelvis. Le dijo algo en susurros que apenas alcancé a oír: -“te recompensare, te recompensaré”- dijo. La besó sutilmente en el cuello, Elena respondía con gemidos y espasmos de su cuerpo, llego hasta los senos los cuales chupo, mordió y lamió regocijada de cómo ella aprobaba cada una de las caricias. Se arrodillo entre sus piernas la barra artificial se bamboleo ante sus movimientos, Elena recogió sus piernas, Deborah colocó ambas manos en sus rodillas y las separó aun más, la hermosa y desnuda fruta de Elena se mostro para nuestros ojos, lucia sus labios hinchados y enrojecidos por la excitación, su humedad era notable, los dedos de Deborah fueron hasta ellos y con suma delicadeza acaricio a todo lo largo aquel placer, luego bajó su boca y chupó y probó  del magnífico néctar y lo aceptó con regocijo y deleite, Elena arqueo su cintura ante la caricia –que esperas- le dijo, mientras insinuantemente miraba al señor goma  moverse.

Yo estaba ahora totalmente desnudo, el cuadro que me pintaban las dos mujeres me tenia extasiado, quería formar parte de aquel equipo y había asomado, sin darme cuenta, la mitad de mi cuerpo en aquella habitación, pero al mismo tiempo no quería interrumpir lo que se veía venir. Admire el hermoso y compacto cuerpo de Deborah en aquella posición era un verdadero espectáculo. Su rostro estaba pegado a la hendidura de placer de mi mujer mientras su lengua discurría traviesa, su cintura ligeramente arqueada, piernas separadas y su trasero expuesto al aire, paradito, sumado a ello el inverosímil porte de la barra de goma. Elena proyectaba y movía sus caderas, se apretaba y acariciaba los senos y en ocasiones apresaba con sus manos la cabeza de nuestra vecina gimiendo. Conociéndola estaba a punto de alcanzar un orgasmo.

Deborah, mujer al fin pareció intuirlo, y se separó a duras penas de la ricura que lamía, ya era hora de penetrarla, se irguió, separó a un mas las piernas y tomando al Sr. goma con su mano derecha e hizo pasar el glande artificial a lo largo de aquel volcán de placer, a ello respondió Elena separando con ambas manos sus labios vaginales. Deborah, sin perder detalle de lo que esta hacia, la penetró con un suave pero firme movimiento. Elena a la penetración emitió una ronca expresión de gozo jamás escuchada por mi, y que seguramente transcendió el espacio de la habitación donde estábamos, Deborah apoyo sus manos en la cama a los lados de la cabeza de Elena y comenzó un mete y saca, con tal maestría como si siempre hubiese tenido uno de esos colgando entre sus piernas. Sus rostros se juntaron sin tocarse uno frente al otro, mirándose intensamente, pero sin dejar ambas de mover sus caderas. Fue allí cuando se fijaron en mí, que estaba casi a su lado, que amasaba mi barra de arriba abajo gozando de su espectáculo. ¿Separarse por mi presencia?, no lo hicieron, así como no lo hubiese logrado un terremoto de escala 8, se me quedaron viendo fijamente, eso sí sin dejar de mover  aun que con menos intensidad. Yo solo les dije: -sigan por favor-, y me coloque detrás de Deborah separé sus nalgas e introduje mi caliente verga en su igual de caliente vagina, apresé luego sus caderas con mis manos, y así,  la que proveía era también poseída, a los pocos segundos un largo y explosivo orgasmo nos brindó Elena. Deborah y yo en una sincronizada danza, alternando mis agarres en sus caderas o en su cabellera sosteniéndola fuerte, nos tardamos unos minutos más en obtener los nuestros y no sé si otro a Elena o era el mismo inicial que fue de larga duración. Exhaustos nos derrumbamos Deborah y yo escoltando y abrazando el sudoroso cuerpo de Elena

Me violaron a unos metros de mis padres.

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Cuando tenía 21 años y estudiaba el quinto semestre de la Universidad me ocurrió esto en mi propia casa y a unos metros de mis padres.

Mido 1.63; tengo un cuerpo muy bien formado, con curvas en la cintura y con unos pechos bastante redondos, grandes y apetecibles. Aunque mis piernas son delgaditas, mis nalgas son redonditas y bien paraditas. Soy morena clara, de ojos son verdes y cabello largo castaño claro. Me gusta vestirme con faldas cortitas o pantalones muy pegaditos, también uso blusas escotadas o muy pegadas o tops cuando hace mucho calor.

Recuerdo bien esa noche, llegué de la Universidad a eso de las 10:30, pues trabajaba por las mañanas y estudiaba en el turno de la tarde. En ese entonces vivía con mis papás en un departamento en el tercer piso de un edificio, dentro de una unidad habitacional.

Como siempre, ya todos se habían ido a dormir, mi papá, mi mamá y mi hermana Rosa de 16 años. Me asomé a la recámara de mis papás y les avisé que ya había llegado; ellos me saludaron como siempre. Como tenía mucha tarea, fui rápido a la cocina, me preparé un sándwich y un vaso de leche y me los llevé a mi recámara para trabajar.

Entré a mi recámara, la cual estaba junto a la de mis papás y sentí un tremendo calor, pues estábamos en uno de los veranos más calurosos hasta entonces, así que abrí la ventana de mi cuarto; de inmediato sentí como la brisa fresca entraba en mi recámara. La ventana no tenía protección alguna, pues al estar en un tercer piso no era muy probable que alguien pudiera intentar meterse a esa altura. Cerré la puerta para que el ruido que yo hiciera al teclear en la computadora no se escuchara y no fuera a despertar a nadie.

Prendí la computadora que quedaba exactamente enfrente de la ventana, por lo que la brisa me daba en la espalda; me quité toda la ropa, me quedé solo con una playera larga de tirantes que me tapaba hasta los muslos y debajo solo mi tanga blanca y solo mis sandalias; me recogí el cabello en una cola de caballo. Sin perder más tiempo, me puse a trabajar al mismo tiempo que me comía mi delicioso sándwich.

Sólo dejé prendida mi lámpara de escritorio, me coloqué los audífonos, puse música en mi Ipod y me puse a trabajar con esmero. Comencé cerca de las 11:00 p.m. El tiempo paso rápido, recuerdo que vi el reloj a las 12:26 a.m. y aún me faltaba bastante para terminar. Ya sentía mucho cansancio, me caía de sueño, pero quería acabar.

Seguí trabajando y escuchando mi música cuando de repente sentí que una mano me tapaba la boca, apenas iba a reaccionar cuando a la luz de la lámpara brilló el filo de una navaja frente a mis ojos. Alguien me quitó un audífono y una voz masculina me dijo al oído: “No grites, no hagas nada, ni siquiera te muevas si no quieres que te entierre esta navaja en uno de tus lindos ojos”. Me tomó por sorpresa y no supe como reaccionar, pero con la amenaza que me hizo tuve que quedarme quieta, aunque no entendía que pasaba.

Él volvió a hablarme al oído: “Vas a obedecer en todo lo que te diga, pendeja y vas a hacer lo que te ordene, porque si no, tendré que matarte, ¿entendiste?” Asustada, moví la cabeza asintiendo. Entonces el me dijo: “Ahora vas a levantarte y a colocar tus manos en la espalda sin hacer ruido, porque si gritas te mato y mato también a quien entre por esa puerta ¿ok?” Volví a asentir y con mucho miedo obedecí. No solo sentía miedo por mí sino por toda mi familia, así que decidí hacer lo que el tipo me ordenara; esperaba que solo quisiera robar algo y se fuera pronto, pero sus intenciones eran otras.

Me levanté y puse mis manos atrás como él lo ordenó, luego me hizo voltearme hacia la ventana, dando la espalda a la computadora, y fue ahí que descubrí que otros dos tipos venían con el primero, ambos encapuchados. Uno de ellos tenía en la mano una pistola apuntándome. El otro se dirigió hacia la puerta de mi recámara y se paró junto a ella también con una pistola en la mano. El que estaba detrás de mí me tapaba la boca y me sostenía ambas manos con una suya. Hablándome siempre al oído me dijo que me iba a destapar la boca, pero que no gritara o me enterraría la navaja; luego me ató las manos detrás. Aunque me había soltado la boca, no me atreví a gritar ni a hacer nada por el miedo que me infundieron sus amenazas y por la superioridad numérica.

El tipo que me apuntaba con la pistola recorrió con la vista morbosamente mi cuerpo, haciéndome sentir más temor y sobre todo por la sonrisa malévola que se dibujó en su rostro. Una vez que quedé atada de las manos, el que estaba detrás de mí con la navaja cortó los tirantes de mi camiseta, la cual cayó al piso, mostrando mis redondos senos; por lo que quedé solo con mi tanga puesta. Él sin decir nada comenzó a acariciarme los pechos con ambas manos y luego las bajó hasta mis nalgas; cerré los ojos al sentir su respiración profunda en mi cuello y él empezó a besármelo. Luego pasó de nuevo sus manos adelante, una regresó a mis pechos y la otra intentaba meterla por en medio de mis piernas; yo las apretaba y me mordía los labios para no llorar ni gritar, mientras él me decía al oído: “Que sabrosa estás puta, te me antojas un chingo, verás que bien la vamos a pasar, te haré sentir lo que nunca; abre las piernas”. Me quedé aterrorizada al escucharlo y estuve a punto de gritar, pero mi miedo era muy grande y obedecí, abrí las piernas y él comenzó a acariciar mi clítoris y a buscar con un dedo mi vagina; estaba muerta de miedo, así que no hice nada. Luego me quitó las manos de encima y me ordenó hincarme, lo hice y entonces él se paró delante de mí; vi que también estaba encapuchado; entonces me ordenó: “¡Abre la boca!” de inmediato supe lo que quería y aunque quería negarme no pude hacerlo, obedecí sin chistar.

Él se bajó el pantalón y puso su pene delante de mi boca, me ordenó: “Chúpalo puta” y empecé a hacerlo; él me tomó del cabello y me hizo moverme adelante y atrás, obligándome a mamarle su miembro como a él le gustaba.

Él hacía ruidos muy bajitos: “ssss si, puta que bien chupas, aaaahhhh, lo sabía, aaaahhhh” me decía. Tuve que aguantarme el asco y las ganas de morderle el pene, pues supe que si lo hacía me matarían y tal vez también a mi familia.

Pensé que terminaría en mi boca, pero no lo hizo, unos minutos después, me hizo levantarme de nuevo y prácticamente me arrojó sobre la cama; caí boca abajo y rápidamente me voltearon. Atada como estaba, no podía hacer nada por defenderme, me tenían a su merced y amenazada, por lo que me resigné a lo que vendría.

Aunque intenté resistirme, fácilmente me quitaron la tanga dejándome totalmente desnuda; sin decir nada, me hicieron abrir las piernas, yo traté de mantenerlas cerradas, pero ellos las abrieron con fuerza haciéndome doblar un poco las rodillas y el tipo que me había obligado a chupársela se hincó en medio de ellas; yo, con la esperanza de que se compadeciera de mí le dije bajito: “no, por favor, soy virgen, no lo haga”, pero creo que eso lo excitó aún más; una sonrisa burlona se dibujó en su cara y me dijo también muy bajito: “que bueno, más te vale puta, me da gusto ser el primero” y luego, sin más preámbulo ni consideración, empezó a meterme su pene en mi pobre conchita seca; de nuevo hice un gran esfuerzo para no gritar y al parecer él se dio cuenta, porque se inclinó sobre mí, aplastándome con su peso y me colocó una mano en la boca, impidiéndome emitir sonido alguno. Sólo se escuchaban gemiditos: “mmmmgggh, mmmgggh”

Sin más ni más comenzó a entrar y salir de mí sin piedad, provocándome un intenso dolor al ser ultrajada de esa manera. Él me decía al oído: “Muévete puta, sé muy bien que te gusta, gózalo cabrona que no siempre vas a tener adentro una verga como la mía, gózalo perra”. A mí me dolía lo que me hacía, pero también me herían sus palabras, ¿cómo podría suponer que me gustaba lo que me estaba haciendo?

Él seguía entrando y saliendo de mí sin piedad y de repente empezó a decirme: “Dime que te gusta puta, dime que lo estás gozando, anda” y me quitó la mano de la boca. Yo ya empezaba a llorar, por lo que no podía decirle nada, solo sollozaba y apenas pude decir: “no, no”; entonces él me pellizcó un pezón y me dijo: “¡Di que te gusta puta, dilo!” No tuve más remedio que obedecer y dije muy bajito: “Me gusta” Él se rió un poco y me ordenó pedirle más. Yo dije: “Así, más, más”, aunque realmente deseaba decirle que se detuviera y me dejara en paz.

Él siguió abusando de mí, entrando y saliendo y pellizcándome los pezones, mientras sus amigos nos veían desde ambos lados de la cama y ya desnudos se masturbaban. Supe que me violarían los tres.

“Eres una puta caliente, siempre te me has antojado y ahora eres mía y lo estás gozando, ¿verdad perra?” Me dijo de nuevo al oído. Un diminuto “si” salió de mi boca tratando de ocultar mis lágrimas. Llegué a la conclusión de que eran unos tipos que se juntaban en el área común de la unidad, por donde yo siempre tengo que pasar para llegar al departamento o al salir de él para ir a tomar el transporte y que siempre me decían cosas cuando pasaba cerca de ellos como: “Que rico lo mueves, tráelo para acá” o “Pronto podrás gozarme mami”. Y yo nunca les hice caso, es más, ni siquiera volteaba a verlos, pero en una ocasión uno de ellos se paró delante de mí cerrándome el paso y diciéndome: “ándale mamacita, vamos a conocernos mejor”; yo le contesté: “quítate de mi paso naco, ¿cómo crees que voy a salir con un imbécil como tú?, ni muerta”; entonces él me dijo: “huy la princesa, te crees mucho, si eres igual de naca que nosotros, por eso vives en esta pichurrienta unidad; bien que te gusta que te miren, por eso te vistes así de provocativa y de seguro te avientas tus palos en otro lado, por eso llegas tarde, ¿verdad putita?”; eso me enojó mucho y le di una fuerte bofetada que le dejó muy roja la mejilla al tiempo que le dije: “¡yo me visto como quiera, estúpido!” y me fui caminando; él me dijo entonces: “’ya verás puta, esto no se va a quedar así, vas a ser mía quieras o no!”. Eso había pasado dos meses antes y ya hasta lo había olvidado. En ese momento pensé que sus amenazas eran falsas y no dije nada en mi casa, pero ahora estaba comprobando que no y estaba segura que era él; lo reconocí por la voz y por un tatuaje que tiene en el brazo derecho, el cual es una víbora que sale de una calavera;  sube desde su codo hasta la muñeca con la lengua bífida amenazante. Ese tatuaje siempre me dio miedo.

Mientras yo recordaba eso, él seguía entrando y saliendo de mi pobre conchita, gozando con mi dolor; además me lamía, me mordía y me pellizcaba los pechos y yo tenía que aguantarme las ganas de gritar por temor a que fueran a matar a mi familia.

Unos minutos después, que a mí me parecieron horas, él se vino dentro de mí; descargó chorros de semen dentro de mi vagina recién violada sin importarle lo que yo sintiera; yo intenté que la sacara, pero él me tenía prácticamente aplastada.

Él se levantó y uno de sus compañeros se subió a la cama; se sentó en mi vientre y colocó su pene en medio de mis pechos; los juntó y se masturbó con ellos. Su miembro llegaba hasta mi boca y él me ordenó sacar la lengua, de tal manera que cada vez que él empujaba su pene mi lengua lo tocaba; él gemía bajito: “Aaaahhhh siiiiii”.

El tercero se subió también en la cama y de igual manera que lo había hecho el primero, me levantó las nalgas, me abrió las piernas y me penetró salvajemente; estuve a punto de gritar por el dolor, pero solo emití un pequeño gemido: “ah”.

El que se masturbaba con mis pechos se levantó un poco, solo lo justo para que su pene quedara frente a mi boca y me dijo: “chupa puta”; obedecí y también se la chupé. No se escuchaba nada, solo sus gemidos de placer queditos: “¡ah, ah, sí putita sí!” y el ruido que se escucha cuando un pene está en una boca: “glob, glob, glob”.

Pero luego si escuché algunos ruidos queditos, se oía como que el que me había violado primero abría cajones y sacaba cosas, también escuché como utilizaba el mouse de mi computadora.

El que me obligaba a chuparle el pene lo sacó, se bajó de la cama y soltó grandes cantidades de semen en mi cara y en mis pechos diciéndome: “no cierres la boca puta, trágate todo lo que te caiga” y así lo hice aún con todo el asco que sentía.

Poco después, el que me violaba también lo sacó y se vino encima de mí, llenándome todo el cuerpo de semen. Yo lloraba muy quedito, sentía su líquido viscoso en todo mi cuerpo y que otros líquidos escurrían por mis piernas y nalgas, supuse que sería la sangre de mi himen roto a la fuerza por esos desgraciados. Y yo que le había negado todo a mi novio porque sentía que no era el momento, ahora ya nada podía hacer.

Miré el reloj que estaba en mi buró: 1:12 a.m. ¡todo pasó tan rápido, menos una hora antes yo todavía estaba trabajando en mi tarea!

Dentro de mi dolor y humillación pensé: “Que bueno que ya acabaron, ya que se larguen y me dejen terminar mi trabajo”. Pero ellos tenían más planes.

Vi que seguían desnudos y dos de ellos con lámparas de mano abrían todos mis cajones, mi clóset, etcétera y sacaban todo, como buscando cosas de valor.

El tercero estaba sentado en la orilla de la cama; me miró y me dijo: “¿sabías que estás bien sabrosa perra?”; “deja que me recupere para cogerte de nuevo”. Tragué saliva y le dije susurrando: “no por favor, no sean malos, ya me hicieron lo que quisieron, ya déjenme, váyanse por favor, puede venir mi Papá”. El me respondió: “eso no va a pasar puta, porque si viene tu viejo le voy a meter dos plomazos en la cara y a quien venga le haré lo mismo; y más vale que tampoco vengan tu madre o tu hermana porque a ellas primero nos las cogemos y luego las matamos y tu verías todo, ¿cómo ves?”.

Me tenía aterrorizada, estaba atrapada y sabía que mis Papás estaban a unos pasos y me daba mucho miedo que estos tipos les hicieran algo y también a mi hermana; así que decidí callarme y soportar lo que viniera.

Precisamente en ese momento se oyeron unos pasos afuera de mi recámara y tocaron a la puerta y escuché a voz de mi Papá diciendo: “Hija, ¿estás bien?, oí unos ruidos, ¿estás trabajando o ya te vas a dormir?, ¿puedo pasar?”.

Me quedé muda y paralizada de terror, pensé que el tipo dispararía a través de la puerta y mataría a mi Papá; todos ello se habían quedado quietos; el tipejo que estaba junto a mí me puso la pistola en la cabeza y me dijo al oído: “dile que todo está bien, que estás desnuda y que se largue”; con todo el dolor de mi corazón tuve que obedecer: “Si Papá, todo está bien, no puedes pasar porque estoy desvestida; ya casi acabo, al rato me acuesto”.

Siguió un silencio de unos segundos que me parecieron eternos, luego mi Papá dijo a través de la puerta: “Bueno, nada más no hagas tanto ruido que vas a despertar a tu hermana y a tu Mamá, no te desveles tanto que mañana tienes que levantarte temprano, que descanses”. El tipo me hizo señas para que le contestara y dije: “Si Papá, buenas noches, que descanses tú también”. Casi se me quiebra la voz por el llanto, pero pude aguantar y decirlo sin que se notara nada.

Se oyó como se fue mi Papá y como abrió y cerró la puerta de su recámara. El maldito tipo me dijo al oído: “muy bien putita, lo has hecho perfectamente; te has ganado que no matemos a tu papito”.

Luego prosiguió: “Mira putita, como te vamos a seguir cogiendo y no quiero que grites te voy a tener que tapar la boca y así le evitamos broncas a tu viejo; así que quédate quieta”. Yo le obedecí, me quedé quietecita esperando a que me tapara la boca.

El sonriendo me dijo: “Muy bien putita, así me gusta” y acto seguido tomó mi tanga, la hizo bolita y me ordenó abrir la boca; en cuanto lo hice metió la tanga en ella; luego hizo tiras mi camiseta, me volteó boca abajo y me amordazó con esas tiras.

Al parecer habían terminado de buscar y no encontraron nada de valor o muy poco; pero ya había descubierto que su verdadera intención no era robar sino violarme y seguramente pensaron que si encontraban algo, pues sería como un “extra” para ellos.

Teniéndome boca abajo yo solo los veía de reojo; se reunieron los tres y se hablaban al oído, yo trataba de soltar las amarras de mis manos mientras ellos estaban distraídos, pero estaban muy apretadas y solo lograba lastimarme.

Unos segundos después, de nuevo se acercaron a mí y vi que ya tenían el pene erecto otra vez los tres y supe que volverían a violarme; y así fue; traté de resistirme, pues al tenerme boca abajo me di cuenta que pretendían cogerme por el ano, intenté voltearme para quedar de nuevo boca arriba, pero ellos me lo impidieron, uno se acercó a mi oído y me dijo: “eh, eh putita, quedamos que ibas a obedecer, no te resistas o tendremos que lastimarte”.

Dentro de mí pensé: “¿Cómo que no quieren lastimarme?, ¿Qué no es lo que están haciendo ya? ¿Acaso creen que me gusta lo que me hicieron y lo que me pretenden hacer?”

Mis cavilaciones se vieron interrumpidas por las caricias en mis redondas nalgas de una mano, las acariciaba suavemente y las pellizcaba, diciéndome: “Ah que ricas nalguitas tienes, redonditas y duritas, quiero ver cómo está tu culito también” y entonces sentí la entrada de algo en mi ano virgen, provocándome dolor; supuse que era un dedo, porque se sentía largo y delgado; estuvo así un ratito y luego sentí como el desgraciado sacó el dedo y se preparaba para meterme su maldita cosa en mi ano.

“¡¡¡MMMMMMMMNNNNNNNNGGGGGGGGGHHHHHHH!!!” Si no hubiese tenido la mordaza mi grito de dolor se hubiera escuchado hasta el otro lado de la Ciudad. El infeliz tipejo clavó con fuerza y sin compasión su pene en mi ano estrecho y sin ninguna lubricación.

Aunque le costó trabajo por la estrechez de mi agujero, al final pudo meter su cosa dura y gorda en mi pobre ano. Poco a poco lo fue metiendo, hasta llegar al fondo, provocándome un intenso dolor como nunca antes había sentido; quise suplicarle que lo sacara, pero ni podía hacer  ruido ni él me iba a hacer caso.

Él se inclinó, aplastándome con su cuerpo, me dijo al oído: “Que rico agujerito puta, lo tienes bien apretado, de seguro también eras virgen de ahí, ¿verdad?” Yo asentí, imaginando que obtendría un poco de compasión, pero no fue así, al contrario, como burlándose todavía me dijo: “pues ya era hora de que lo estrenaras y que mejor que yo fui el primero putita, ahora gózalo” y diciendo esto, lo sacó todo y luego lo metió con fuerza, pero ya no lo hizo despacio, sino hasta el fondo de un solo golpe y empezó a masacrarlo de ese manera, lo sacaba y lo metía con toda la fuerza posible, gozando con mi dolor y mis quejas ahogadas: “¡¡¡MMMMMMMMFFFFFFFNNNNNN!!!”.

El entraba y salía, entraba y salía, entraba y salía sin compasión, no supe cuánto tiempo pasó, de nuevo se me hizo eterno hasta el momento en que soltó tremendos chorros de semen dentro de mí, haciéndome sentir como se llenaba mi intestino con su puerco líquido.

Él sacó su repugnante miembro y todavía embarró de semen mis nalgas y mis piernas y entonces de inmediato, sin dejarme descansar ni un segundo, otro de ellos ya estaba penetrándome salvajemente por el ano también. De igual forma metió y sacó su pene varias veces, masacrando mi pobre agujerito y gozando con el dolor que me provocaba.

El único ruido que se escuchaba era el del tipo jadeando: “¡jm, jm, ah, ah, ah!”, yo afortunadamente pude reprimir mis gritos, tratando de evitar a toda costa que los infelices dañaran a mi familia.

Así que tuve que aguantarme hasta que acabó también llenando mis entrañas de asqueroso líquido seminal.

De inmediato me violó el tercero, haciendo lo mismo que sus compañeros, clavó su miembro en mi ano adolorido sin ninguna consideración hacia mí; que ya sentía como líquidos empezaban a escurrir entre mis piernas, sentía como semen o sangre, no sabía bien que era.

Este también masacró mi pobre ano salvajemente, lo único que me dijo en todo el tiempo fue: “que culo tienes mamacita, ya me lo merecía, ¡toma!” y siguió entrando y saliendo de mi sin conmiseración.

De nuevo después de mucho tiempo sentí como su leche me llenaba el intestino y él sacó su miembro de mí pasándolo por mis nalgas, espalda y piernas, limpiando su asquerosidad en mí.

Adolorida como estaba, humillada y abusada, ilusamente pensé: “Ya acabaron, ya me humillaron, ya no pueden hacerme nada más, por fin me dejarán en paz y se largarán”. Pero estaba muy equivocada.

Miré el reloj: 1:46 a.m. ¿Qué? Pensé; es decir, sólo habían transcurrido 34 minutos desde que terminaron la primera vez y esta segunda. Todavía recuerdo que se me ocurrió la estupidez de pensar: “Que bueno, así ellos se largarán y aún tengo tiempo de acabar mi tarea”.

Apenas podía verlos, estaban detrás de mí y no los ubicaba bien, no sabía que estaban haciendo, así que intenté voltearme para ver qué pasaba, pero uno de ellos me sostuvo con una mano en la espalda y me dijo: “quieta, que aún no acabamos; vamos a jugar un jueguito para que se nos vuelvan a parar las vergas, tu quieta y obediente o si no ya sabes que pasará”.

Entonces él se sentó en la orilla de la cama, luego me tomó del cabello y me jaló hasta sus piernas, de tal manera que su pene quedó frente a mi cara; empezó a soltarme la mordaza mientras me decía al oído: “mira puta, vas a mamarme la verga y tienes que hacer que me venga en menos de tres minutos, si lo logras, nos iremos y te dejaremos en paz, si no, podrás intentarlo con mis otros dos amigos, uno por uno, pero mientras te iremos cogiendo también de uno por uno; si no lo logras con ninguno, te seguiremos cogiendo durante toda la madrugada o hasta que nos cansemos; ¿entendiste?”. La verdad es que yo no había entendido muy bien, pero pensé que era mejor intentar hacer lo que decían a que me siguieran violando.

Ya mi boca estaba libre, así que la abrí para meter el pene del infeliz en ella y chupárselo, intentando que se viniera lo más rápido posible, pues recordaba que me dijo: “tres minutos”; el miembro del tipo estaba flácido cuando empecé a chuparlo y poco a poco sentí como iba creciendo en mi boca; empecé a mamarlo con movimientos rápidos, pero él me tomó del cabello en la nuca y me dijo: “tranquila puta, no quiero que me lo arranques, yo te voy a marcar el ritmo” y entonces me movió no tan rápido como yo lo había hecho; dijo muy quedito: “¡aaaaahhhh, que rico puta, que rico, sí que sabes mamar putita, sigue, sigue así!”. De repente me empujaba su miembro hasta el fondo, sentía como me tocaba la garganta y él me obligaba a quedarme así, sin moverme, con su pene totalmente metido en mi boca; para luego seguir con el mete saca en ella.

Yo no tenía noción del tiempo, pero estoy segura que fueron más de tres minutos los que me tuvo haciéndolo que se lo chupara, de cualquier manera no logré el objetivo de que se viniera en esos tres minutos; de repente me jaló del cabello, sacando todo su miembro de mi boca y me dijo: “Ni modo puta, ya pasaron los tres minutos y no me vine, así que te toca cogida, pero puedes seguir con mis amigos” y diciendo esto, me soltó y se subió a la cama detrás de mí mientras otro de ellos se sentaba en el lugar de él y me hacía que se la chupara también.

Empecé a mamar el pene flácido del segundo tipo cuando sentí que me abrían las nalgas y la salvaje penetración del primer infeliz en mi masacrado ano de nuevo; el ardor era como si me estuvieran metiendo un fierro caliente en él; de nuevo mi grito se ahogó con el gordo miembro que estaba en mi boca: “¡MMMMMMNNNNNGGGGGBBBBHHHHH!”. Cerré los ojos tratando de evadirme, pero el dolor y la forma como me trataba el que me hacía chupárselo era tal, que no pude hacerlo, no pude pensar en otra cosa. Él me sujetaba del cabello y me obligaba a subir y bajar la cabeza, haciendo que su pene entrara y saliera de mi boca sin parar; este nada más me decía: “chupa puta, chupa” y seguía obligándome a moverme jalándome tan salvajemente el cabello que creí que me lo arrancaría.

Un buen rato me tuvieron así entre los dos, el que me violaba por detrás terminó y sentí como me llenaba de nuevo las entrañas de semen; no dijo nada, solo gimió muy quedito: “¡aaaaahhhh sssssssshhhhh!”. Me di cuenta que el que me obligaba a mamarlo estaba a punto de venirse y pensé que lograría vencer el reto de que se viniera en tres minutos, pero el muy desgraciado en ese preciso momento me jaló del cabello, sacando su miembro de mi boca y diciéndome muy bajito: “ni modo puta, se acabó el tiempo y no me vine, te toca cogida.

De nuevo iba yo a protestar, pero ya el tercero me sujetaba del cabello. Este se subió en la cama y se sentó en la parte superior, recargando su espalda en la cabecera y abrió sus piernas, me jaló del cabello y de nuevo me ordenó: “chupa puta” poniendo mi cara frente a su miembro que ya estaba erecto. Al mismo tiempo, el segundo tipo me penetró otra vez por el ano salvajemente; ya ni siquiera intenté gritar, sabía que no podía hacer nada; solo las lágrimas de dolor e impotencia salieron de mis bellos ojos.

Fueron varios segundos de dolor y humillación; más estoy segura que al que se la chupaba me hizo trampa, pues después de muy poco tiempo me dijo: “se acabó el tiempo putita, ya son más de tres minutos y no me vine, así que te cogeré de nuevo”; yo protesté quedamente: “oye, no”, pero el me dijo: “sssshhhhhttt, callada putita, ya sabes que no queremos ruido”. “Pero…” alcancé a decir antes de que de nuevo me metieran mi propia tanga en la boca y me volvieran a amordazar. “Así está mejor” dijo el que me puso la mordaza.

El tercer tipo le dijo al segundo: “ya dame chance” y este último le contestó: “espérate cabrón que todavía no acabo”; pues apúrale, que casi me vengo” dijo el otro. “Aguántate, deja acabo” volvió a responder el segundo sin dejar de moverse adentro y afuera de mi adolorido ano.

El tipo siguió violándome por el culo y el otro se retiró; yo no lo alcanzaba a ver, pero supuse que lo hizo para aguantarse las ganas de venirse.

Luego de varios minutos, que me parecieron horas, el tipejo sacó su pene de mi adolorido ano y sentí como echaba su semen en mis nalgas y mi espalda, cayendo hasta mi cabello.

Cuando él se retiró, alcancé a ver el reloj: 2:03 a.m. ¿Qué pasa? Pensé, ¿acaso no corre el tiempo o el reloj se descompuso? Yo deseaba que el tiempo pasara rápido para que ellos vieran que se acercaba el amanecer y se largaran y dejaran de humillarme, pero el tiempo transcurría lento y mi desesperación era cada vez mayor, pues suponía que mientras fuera de madrugada, ellos seguirían haciéndome cosas.

Y no me equivocaba, el tercer tipo me tomó del hombro y me hizo voltearme boca arriba, subió mis piernas en sus hombros, agarró su pene con una mano, con la otra me sostuvo de las nalgas y con un salvajismo inaudito me lo clavó hasta el fondo de mi panochita que ya estaba seca de nuevo. Otra vez me quejé, pero recordando sus amenazas, no lo hice con fuerza y, de cualquier manera, la mordaza impedía todo sonido que saliera de mi garganta.

Él comenzó a meter y sacar con fuerza su miembro, sosteniéndome de las nalgas con ambas manos; con cada empujón yo emitía un pequeño quejido: “¡jmf!” que él interpretó como gemido de placer, pues me dijo: “ah putita, ya lo estás gozando, te está gustando, ¿verdad cabrona?, eres una puta cogelona, lo sabía”. Yo moví la cabeza negándolo y entonces me dijo: “no te hagas puta, se oye como gimes, anda cabrona cómete toda mi verga y gózala” y siguió entrando y saliendo, entrando y saliendo de mi con furia, como su quisiera partirme.

Minutos después de un ataque brutal, él terminó dentro de mi apretándome las nalgas con fuerza y dejando su miembro un buen rato adentro, hasta que se vació todo y se le bajó.

De nuevo volteé a ver el reloj: Las 2:16. Esperaba que ya se fueran, que ya hubieran terminado de humillarme. Pero ellos no se iban, los tres seguían desnudos. Dos de ellos se sentaron en el suelo y el otro se asomó por la ventana fumando un cigarrillo

¿Qué esperan? Pensé, ya que se larguen, que me dejen terminar mi trabajo, pero ellos tenían otros planes.

Uno de los que se habían sentado en el suelo se levantó, recogió un pantalón y sacó un teléfono celular, comenzó a tomarme fotos desnuda, incluso me ordenó abrir las piernas y me tomó fotos de la vagina expuesta; luego me volteó boca abajo y me tomó fotos también de atrás de mí; con una mano abrió mis nalgas para tomar fotos de mi culo el muy infeliz.

Luego el tipejo se acercó al que estaba en la ventana y le dijo algo al oído, ambos voltearon a verme y sonrieron burlonamente, lo que me puso muy nerviosa.

El tipo que había estado fumando tiró el cigarrillo por la ventana y se acercó a mí. Se sentó en la orilla de la cama, se inclinó y me dijo al oído: “putita, nos gustó mucho cogerte; ya nos vamos pero antes queremos que nos des una última chupadita”; mientras hablaba me había quitado otra vez la mordaza y me hizo acercarme a su pene flácido. De inmediato comprendí lo que tenía que hacer y abrí la boca para complacerlo; él me hizo el cabello hacia atrás y me obligó a mamarle el miembro. Noté que mientras lo hacía, el otro tipo, el que me había sacado las fotos con el celular hizo lo mismo, empezó a tomar no sé si fotos o video con su celular de cómo le hacía yo la felación a su amigo.

Sentí como el pene del tipejo crecía dentro de mi boca hasta ponerse durísimo y con el movimiento me llegaba hasta la garganta, casi ahogándome. Tuve que aguantarme las ganas de vomitar y evitar hacer ruido por las amenazas de ellos.

Seguí mamando el pene parado del tipo durante un buen tiempo hasta que él se vino y me hizo tragarme sus grandes chorros de semen, fue tanto que hasta escurrió afuera de mi boca y resbaló por mi garganta hasta mis redondas tetas.

El sacó su pene ya nuevamente flácido de mi boca y yo tomé bocanadas de aire, pero apenas lo hice ya el segundo me había jalado del cabello y me tiró al piso, me obligó a arrodillarme delante de él y puso su pene semi-erecto frente a mi cara, de inmediato abrí la boca, sabía que era inútil resistirse, así que empecé a chupárselo también.

De nuevo el otro tipo se puso a fotografiarme con el celular, se veía el morbo en su cara y su pene ya estaba totalmente erecto.

Hincada desnuda, con las manos atadas atrás, lo único que pude hacer fue complacer al tipo que me obligaba a mamársela; moví mi cabeza rápidamente metiendo y sacando el miembro de él de mi boca, con la esperanza de que se viniera pronto y acabara mi suplicio; yo había cerrado los ojos y él me dijo: “abre los ojos y veme a la cara puta”; lo obedecí por miedo y él también me miraba con la boca abierta y cara de completa satisfacción; en eso, el que me grababa se me acercó y me dijo al oído: “Lámele los huevos a mi amigo”, por lo que tuve que sacar su pene gigante de mi boca y él lo levantó para dejar que yo lamiera sus asquerosos huevos; obedecí sin decir nada, lamí los testículos llenos de vello del tipo aguantándome de nuevo el asco; luego los succioné con mi boca y al parecer eso le gustó mucho a él, pues soltó un gemido ahogado: “¡ah!”; después de varios segundos o minutos de lamerle los huevos, él me tomó de la cabeza y sin previo aviso, metió su pene largo y delgado hasta el fondo de mi garganta, casi ahogándome; solo para soltar grandes descargas de leche dentro de mí y de nuevo me tragué casi todo.

El desgraciado sacó su miembro flácido escurriendo semen y pasó todo su asqueroso miembro por toda mi cara, limpiándose en ella y en mi cabello.

Yo esperaba el turno de mamársela al tercero, pero este no quería eso, apenas su compañero me había soltado, él me empujó de tal manera que quedé arrodillada junto a la cama; luego me empinó en ella, colocando mi cara sobre las sábanas y salvajemente me penetró con fuerza por el culo. No pude aguantarme y grité, pero mi grito se ahogó con el colchón se mi cama: “¡GGGGGGGHHHHH!” y entonces él prácticamente encima de mí y sosteniéndome el cuello con un  brazo encima me dijo al oído: “¡Ten puta, ten; esto es lo que te gusta, trágate toda mi verga; eres nuestra puta quieras o no, gózalo vieja perra!”.

Entró y salió salvajemente de mi pobre ano adolorido, yo sentía mucho dolor y lloraba, pero al mismo tiempo sentí que me ahogaba porque no podía respirar, pues no me dejaba mover la cara que estaba contra el colchón; me agitaba y movía las manos tratando de levantarme y tomar aire, pero él me sostenía con fuerza y creí que moriría en ese instante, pero afortunadamente el salvaje ataque duró poco, él se vino rápido dentro de mi culo, empujando hasta el fondo su grueso miembro y llenándome de semen las entrañas otra vez.

De inmediato me soltó, moví la cara para respirar y me quedé ahí, desmadejada, humillada y adolorida sin poderme mover. Uno de ellos ya vestido se acercó con una navaja, pensé que me la iba a clavar, pero no, lo que hizo fue cortar mis amarras y me dijo al oído: “La pasamos muy bien puta y sabemos que tú también, sigue dejando abierta tu ventanita para volverte a visitar”.

Mientras él me decía eso, sus cómplices se vistieron y salieron por la ventana; él salió al último.

Me quedé tirada, adolorida, inmóvil, llorando de dolor e impotencia; vi el reloj: Las 3:40 a.m., recuerdo que pensé que aún podía terminar mi trabajo y quise levantarme, pero el cansancio me venció y me quedé profundamente dormida.

Desperté asustada al escuchar los golpes de mi Mamá en la puerta: “¡Hija, ya levántate, se te va a hacer tarde, ya son las ocho!”. Me di cuenta que me quedé en la misma posición en la que ellos me habían dejado en la madrugada.

Adolorida y con un aspecto lamentable, me levanté mientras le gritaba a mi Mamá con voz rasposa: “¡Vooooyyyy!”. Caminé como zombie para cerrar la ventana, luego me tiré en la cama recordando todo lo que pasó y me dormí de nuevo.

Desperté y vi el reloj: Las 11:00 a.m. Me levanté de un salto y salí de mi recámara. Ya todos se habían ido, supuse que decidieron dejarme dormir.

Lentamente me bañé, desayuné y luego me puse a terminar mi trabajo. En la tarde me fui a la escuela y entregué la tarea sin problemas. Todo ese día fue como un sueño, no supe bien lo que hice, pero poco a poco al pasar de los días las cosas volvieron a la normalidad, excepto que cuando pasaba sola cerca de los tipejos se burlaban diciendo cosas como: “cuando quieras te damos otra visitadita” o “hoy en la noche dejas abierta tu ventana, porque hará mucho calor”. Pero cuando pasaba acompañada de mi papá o mi mamá solo sonreían burlonamente y a veces me guiñaban un ojo; lo que me preocupaba era cuando pasaba con mi hermana, porque nos decían: “a ver qué día las pasamos a visitar, ya le toca a la chica”; ella se extrañaba de que yo no los pelaba y no decía nada, y en alguna ocasión ella quiso responderles, pero yo la jalé y le dije que no valían la pena, que mejor no hiciera caso. Pero ella era insistente y preguntaba a qué se referían con sus dichos; yo solo esquivaba sus preguntas y le decía: “déjalos, son unos nacos”.

Desde entonces dejo la ventana cerrada; compré un ventilador para soportar el calor porque mi Papá no ha querido poner protecciones a pesar de mi insistencia, dice que para que gastar en algo innecesario, que estamos en el tercer piso y que no hay peligro alguno; yo sé que si lo hay, pero no quiero decir nada ni preocuparlos, porque tengo miedo de lo que puedan hacer los desgraciados tipos.

Mi mejor masturbación anal hasta ahora

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Okay, esta no es mi primera experiencia con la masturbación anal pero es la mejor que eh tenido en mi vida, fue esta mañana lunes 4 de enero mi madre se había ido al trabajo mi hermano dormía y mis primos también estaba muy excitado pero no tenía ganas del todo así que puse un video porno para inspirarme, recordé que habíamos comprado plátanos el día anterior y me parecí muy buena idea intentar masturbarme con uno así que busque videos donde la mujer se masturbara con uno para inspirarme y vaya que lo hice al cabo de un minuto de haber iniciado el video yo estaba súper caliente así que fui por un poco de papel higiénico al baño y de paso tome un plátano entonces al llegar a mi habitación tome un viejo juguete sexual que yo había hecho con un globo plastilina y cinta adhesiva este es muy moldeable así que lo hice delgado para comenzar puse saliva en mis dedos  la frote en mi ano introduciéndolos poco a poco hasta que logre introducir tres, tome el juguete y lo metí suavemente me sorprendió que fuera bastante fácil ya que otras veces mi ano tardaba un rato en acostumbrarse entonces comencé a masturbarme y fui haciendo el juguete más y más gordo hasta que llego el punto de que superara el ancho del plátano entonces decidí que era la hora y tome el plátano lo puse a la entrada de mi ano y lo metí lentamente, solo se introdujo la punta ya que mi saliva no era suficiente para lubricarlo entonces recordé que tenía un condón guardado el cual me lo habían dado en la prepa; lo estaba guardando para masturbarme con el puesto en mi pene pero esta era una ocasión especial así que lo saque lo destape y lo puse en mi pene y comencé a masturbarme un poco solo para conocer la sensación después lo quite y lo puse en el plátano de nuevo hacer que el plátano a mi ano y lo introduje más bruscamente esta vez entro fácilmente pero no completo solo entro la mitad y por más que empujaba no entraba más así que me aburrí y mejor use el viejo juguete le saque el condón a el plátano y le metí una pelota de goma con la que me masturbaba antes y que ahora solo sus para abrir mi ano y dejar que otros juguetes entren después de esta introduje un desodorante de bolita bastante grueso pero pequeño y al final puse el juguete e introduje este nuevo artefacto en mi ano fue maravilloso el sentir que había cosas del tamaño de un pene en mi ano solo que no entraba completo así que cada vez me penetraba con más fuerza hasta que sentí que golpee algo y mejor decidí parar y sacar la pelota y el desodorante para solo usar el juguete con el condón y fue la mejor decisión que eh tomado en mi vida; le cambie el grosor a uno no tan gordo pero que lo sintiera bastante me acosté boca abajo y con el culo al aire y comencé a masturbarme era hermoso sentir como mi ano halaba aire y lo expulsaba y lo mejor es que podía hacerlo a mi voluntad como si estuviera respirando por el ano entonces comencé a jugar con esto, metía completamente el juguete y los acaba completo solo una y otra vez solo para escuchar ese sonido tan característico después de un rato decidí bajar mi culo y pegar mi pene a la cama con una pierna doblada hacia arriba el placer que sentía al meter si sacar el juguete fue lo mejor del mundo lo comencé a hacer muy muy rápido  cada vez con más velocidad y fuerza; había leído que para un orgasmo más placentero la mujer debe cerrar sus piernas para hacer más presión en el pene así que decidí intentarlo, desdoble mi pierna quedando con mi trasero totalmente cerrado y mi ano oculto entre mis pompis comenzó a introducir y sacar el juguete, el sentir mi mano golpear mi trasero cada vez que entraba era hermoso era tan excitante era tan suave y tan moldeable cada golpe lo hacía moverse un poco hacia atrás como una fuerte nalgada y como siempre fui incrementando la velocidad pero esta vez era más difícil porque mi ano estaba más apretado, supongo que si un hombre me estuviera penetrando esto sería hermoso pero era bastante difícil hacerlo con una mamo y un juguete casero así que decidí retomar la posición anterior y comencé a concentrarme en estimular la próstata lo hacía cambiando las velocidades lo hacía muy rápido  después normal después lo aumentaba a muy muy rápido cuando lo hacía se sentía una sensación extraña bastante placentera era como masturbarme directamente en el pene así que lo seguí haciendo tan rápido como podía; sentía cada movimiento como una avalancha de placer y mientras as rápido más intenso estuve jugando de esta manera durante alrededor de 20 minutos, pero no conseguía ningún orgasmo ni eyacular así que decidí seguir con mi otra mano y mi pene hasta que eyacule en mi perna la mancha de semen cubría bastante nunca había eyaculado tanto ni tan caliente se sentía muy cálido en mi pierna se veía delicioso pero no me atreví a comerlo así que solo lo limpie.

Aquí acaba mi experiencia yo sé que soy bastante principiante y esto no es mucho, pero fue bastante placentero para mi así que si tiene algún consejo sobre cómo llegar al orgasmo mediante mi ano o meterme cosas más grandes se los agradecería bastante. Mi kik es user_1327 si quieres fotos o pasar un buen rato 😉

Con Ale. Mi Concuna.

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Con Alejandra Mi Cuncuna.

Hola a todos mi nombre es Jose y he mandado unos relatos contando la relación que tengo con mi suegra  bueno en el relato anterior les conte que mi concuna  ALE. Nos encontro a  mi suegra y a mi teniendo sexo en su recamara.
Bueno quiero contarles que después de un rato de tratar de arreglar el problema para que no dijera nada acordamos que los tres hablaríamos al otro día cuando fuéramos a comprar Barbacoa como siempre que voy a México pues me encanta.
Como a los diez min. de estar en mi recamara dieron unos pequeños toquidos en mi puerta y levantándome en pijama pregunte que quien era , Soy Ale, abreme por favor, Hola Ale como estas necesitas algo, (ella) platicar contigo puedo pasar (yo) claro. (ella) Pepe no se como empezar, Pero lo que acabo de VER lo que pasa entre Tu y Mi Suegra se me hace  impocible de creer pero lo  BI  no se como empezo pero como te dije cuando estabas con Ella  ver como te la Cojias, todo lo que le hacias y como lo disfrutaba, Se me antojo estar contigo Pepe,  Acercandoseme me dijo Quiero que agamos el Amor,  TU y YO    SI .
Ale eres la espoza de EDU. No me gustaria tener problemas con el  (ella) y no crees que es peor el tener Relaciones con su Mama que con su Espoza siendo Cunados, Ademas tambien que pasaria si se enterara el Suegro y Rosa (mi espoza) Imaginate la Broncota que se Armaria. Tienes tres Nenas y el que Biene.
Tienes razon le dije ademas saves que  ALE, eres muuy guapa, Agarrandola de la cintura me la repegue y empece a besarla  baje mis manos asta sus Nalgas jalandola empece a repegarle la Verga en su Panocha mmm  Ale  siempre me gustaste  TU Tambien,  Le quite el vestido y traia puesto un liguero morado.  ALE, te vez Preciosa me dejarias tomarte unas fotos con mi cell. Estas loco. En serio por favor SI. Le Rogue y Bueno me dijo pero Prometeme que nadie las vera. Mejor con mi laptop si ,tome barias fotos y mejor la coloque para poder Grabarnos, Desabrochandole su brazier Empece a mamarle sus Pechos.  NO tiene unas chichotototas como mi Suegra pero las tiene llenitas y se le ven bonitas, luego luego se le pusieron bien duros los pezones  mmm mmm , se los aprete con los labios mmmm y mas se quejaba mmmm empeze a lamercelos aaaaahh  asi  si asi me gusta mas maaaasss aaaahh. Me inque y abriendole las piernas empece a mamarle su Clitoris aaagg aaaagg  Le pregunte Te Gusta,  Si  Siempre me a gustado que me besen  ahiii  aaaaagg empeze a lamerle la panocha  aaaahh asi pepe asi sigue sigue por favor  aaaaah  le meti la lengua  aaaahh aaaaahhh  Que Rico que rico Pepe sigue me Gusta maaaass mmaaaass. Apretandome la cabeza para poder meterle toda la lengua. Que Rico aaaaahh  maass  maaaasss. Toda todaa meteme  todaa la Lenguaaaaaaa,
Me levante y le dije prueba a que sabes y comenzamos a besarnos ella bajandome el pijama  me agarro la Verga y comenzo a masturbarme, Se inco y Empezo a mamarmela guau ALE, que rico mamas, abriendo toda la boca se la metio Toda pegando mis huevos en su barbilla. Wow Mami que boca Tienes, (ella)Que nunca te la habian Comido asi  (yo) NO Nunca Ninguna,(ella) Papi  de lo que te has Perdido. Pepe   Yaaa   Cojeme .
Recargandola en la pared y acomodandome empeze a matersela despacio aaaagg asi Pepe Toda Metela toda asi, Desde cuando te trahia una ganas tremendas aaaaaggg, Empeze a Cojermela mmaaass mmaaasss
asi Papi que rico aaaagg despues de unos minutos.(ella) Pepe  sabes que se me Antojo Como te Cojiste a la Suegra  Metiendole un dedo en el ANO.  Quieres que te Meta el Dedo Tambien Ale, Sii Siiii Papi si por favor te quiero senti Adentro.  Mojandome el dedo mediano con sus jugos empeze a Lubricarselo haciendo circulos y Dedeandoselo aaaagg aaaaaggg Ya Metemelo Papi ya te quiero Adentro, Le meti todo el dedo asta donde pude aaaaagg  aassiii asssiii y segui cojiendomela bien rico.
Rapido asi asi aaaaaagg Cojeme Cojeme  mas rapido maaaass asi aaassiiii,  Me Movi lo mas rapido que podia  aaaaaaaaagggg  Pepe peepeeeee aaaaaaagggg   asi asi mmmmmggg, Que Rico  que  rico  aaaaaggg maaaaasss  maaaaass  Papii quiero Terminar   yaaa  quieeero terrrminaaar  Meeencanta  asi  asii  Muevete Mueveteee  asi  assiiii  maas  maaaaasss aaaaaaaaggg,  Termina  Papi   terminaa  Tambiiieeen Quiero que Termines  yaa    Quiero que Termines  Adentro Te Quiero Adentro de Mi  Llename Toda YAAAA  Quiero tus Mocos quiero Toda tu Leche Adentro de Miiiiiii….. Papii que Rico Maass maaass oooaaagg aaaaggg ..
Siii  Alee siii  Tambien quiero Terminar Adentro de Tiii. Ya  yaa yaaaa   gggggrrrr  aaaaaahh  Ya ALE  yaaa yaaaaa  Estoooyy Terrmiinandoooooo   gggggggrr  Aleeee  Aleeeeee aaaagggrr   Yaaa  Yaaaaaaaaaaa.
Siiii Papi  siii  siieento como te estas Viniendo como me avientas los Mocos Si Siii Lleenamee  Llenameeee Todaa  aaaaggg  Sii  Siiii  aaaaaaagggg  Meeee Gusta  Papi  meee  Gusstaaaaa.   Unos Segundos despues,
Sacandosela llena de Mocos y con sus Jugos Me dice, Que Rico, Me Encanto, Me Gusto Papi me gusto  y ahora te aseguro que esto NO te lo han hecho antes, Incandose empezo a lamerme  La Verga pasandome la Lengua por todos lados, en el hoyito y alrededor de la cabeza, Para luego metersela en la boca y empezar a Mamarmela.(yo) Wooow Ale que rico,(ella) Ya te lo habian hecho antes (yo) NO Mami nunca nunca me gusta.
Pepe quieres terminar de tomarme fotos, Acostandose en la cama y Abriendo las Piernas, Mira como tengo la panocha bien  llena de Mocos, Tomando la camara segui grabando como le escurren por las nalgas.
ALE  espero que se vuelva a Repetir (ella) Yo tambien   como te dije Me Encanto,  Manana  Hablamos  si entonces a las 6.30am.  Empece a Besarla y le quite la Tanja me la Rejalas le pregunte..   Es Tuya   Papi.
Papi manana le boy a pedir a la Suegra que quiero estar contigo, Para que YO,  NO diga nada de que los encontre Teniendo Relaciones,  Manana pasamos por una farmacia y te compras una pastillita, Te Quiero tener bien Potente para Mi Solita y que me pongas una Cojidota..
En el siguiente relato les contare que paso el Domingo,     Saludos       Jose


Una tarde en la pileta con mi amigo

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Hola gente, voy a ir al grano. Esto es algo que me pasó un verano muy caluroso en que yo estaba muy caliente. Vivía con la pija parada todo el día y me pajeaba todas las noches. Hacía varios meses que no tenía sexo y estaba desesperado. Soy heterosexual y me encantan las chicas, pero esa vez me pasó algo extraño. Un amigo de la infancia que llevaba varios años de haberse declarado gay me invitó a la pileta que tenía en su casa. A mí la homosexualidad nunca me había causado ni rechazo ni curiosidad y él nunca había manifestado ningún deseo de tener al algo conmigo. Así que fui.

Toqué el timbre y me atendió la hermana que es una yegua. Una mina tremenda. Petisa, un poco gordita, pero con unas tetas y un culo que rajan la tierra. Ese día estaba vestida con una remera con un escote muy pronunciado y uno de esos shorcitos con el corte que se ve la mitad del culo. Me abrió la puerta y cuando la saludé con un beso en la mejilla no pude evitar mirarle las gomas. Y, les soy sincero, se me recontra paró la pija. Creo que la mina se dio cuenta de que me la quería coger, creo que le miré las tetas tan fijo y con tanta cara de baboso que se pensó que la iba a violar ahí nomás. Se alejó y me dijo “pasá, Damián está en el fondo, yo me tengo que ir” (Damián es mi amigo). Ella encaró para la calle y yo no pude evitar darme vuelta para mirarle el culo. ¡Qué buen orto tenía la pedeja! ¡Qué ganas de llenarla de leche me daba! Se ve que otra vez me pasé de pajero, porque cuando levanté la mirada ella estaba mirándome desde la vereda. No sé qué cara puse pero ella se río. Eso me puso más al palo todavía. Tenía la pija descontrolada, se me movía de arriba abajo. Ella tenía una hermosa sonrisa, con unos dientes perfectos, unos labios gruesos y carnosos. Yo no podía dejar de pensar de lo hermoso que sería un pete de esa boca. Sin dejar de sonreír me dijo “cuando entrés, cerrá la puerta”. Hice lo que me dijo y entré a la casa. Estaba tan tan al palo que tuve la seguridad de que no me iba a aguantar la leche toda la tarde y le iba a tener que pedir a Damián que me deje ir al baño a pajearme en algún momento. Tenía la impresión de que podía llenar una piscina de leche. Así me dejó la mina.

Pasé al fondo y algo de lo que pasó en ese momento me inquietó. Estaba mi amigo sacando hojas de la pileta, en cuero y con una zunga puesta. En ese momento noté cosas que no había notado antes. Por ejemplo me llamó mucho la atención lo fuerte que estaba mi amigo. Los músculos de los brazos y las piernas, los pectorales, unos abdominales tremendamente marcados, y por la zunga se le notaba que no le faltaba nada de pija. En ese momento pensé que era simplemente una observación objetiva, que simplemente noté que tenía un cuerpo muy laburado y que si hubiera sido mina o gay me lo querría recontra garchar. Pero no me pasaba eso, o creía que no me pasaba, o lo quería creer. Me quedé mirándolo unos segundos. No sé por qué no le avisé que había llegado. Él no se dio cuenta y me dio la espalda. Lo que vi me gustó mucho. Damián tenía un culo zarpado, hermoso, muy parecido al de la hermana, hasta más grande. Yo venía con toda la leche y la pija parada y descontrolada. Pero esa imagen me dejó mil veces peor. ¡Qué buen orto, por dios! Pensé, ¡Te recontra cojo, Dami, te lleno ese culo divino de leche! Ahí Damián se dio cuenta que estaba y creo que él también se dio cuenta de que lo estaba mirando porque hizo exactamente lo mismo que la hermana: sonrío. Y yo me imaginé que esa boca me peteaba. Sí, definitivamente estaba teniendo un deseo homosexual y quería que se concretara. Lo saludé y me hice el que nada pasaba. Y pensé “voy al baño, me pajeo, y listo, se me pasa”, así que le pedí a Damián si podía ir al baño para cambiarme porque no había llevado puesta la ropa para nadar, pero él me dijo “cámbiate acá”. Yo no insistí. DESEABA que Damián me viera cambiarme, que me viera desnudarme. Lo quería calentar y dejarlo al palo como yo.

Mientras me cambiaba Damián se sentó en una reposera y me miró. Yo me saqué la remera y el pantalón. Ya en el bóxer se notaba lo parada que tenía la pija. Damián me la miraba fijamente, muy atrevido. Y a mí no me importo nada, ni siquiera disimulé un poco, me saqué el bóxer y la pija salió toda dura, con la cabeza afuera y se movía mucho. Damián me miraba fijamente. En un momento se mojó los labios con la lengua. Pero yo no me animé a nada todavía. Así que busqué el short en mi mochila y me lo puse. Seguía muy al palo y se notaba.

Damián se levantó de la reposera. También estaba muy al palo, con la zunga no lo podía disimular. Eso me calentaba mucho. “Una zunga te quedaría muy bien a vos” me dijo. Yo le miré fijo a donde tenía la pija parada y le respondí “no tanto como a vos”. Tenía muchísimas ganas de cogérmelo. No podía más. Lo quería poner bien en cuatro y culearlo bien fuerte. Hasta empezaba a tener deseos de chuparle bien la pija y que me acabara en la cara. Nunca me imaginé que podía desear algo así, pero era lo que me pasaba.

Nos pasamos la tarde nadando en la pileta. Cada tanto nos apoyábamos, nos manoseábamos la pija como al pasar, nos dimos un par de nalgadas, pero nada más. En un momento yo me animé a apoyarlo bien fuerte de atrás y agarrarle la cintura. Él por un momento se dejó, se notaba que lo disfrutaba. Pero en seguida se alejó, salió de la pileta y se tiró boca abajo en la reposera.

“¿qué pasó?” le pregunté

“me agarró frío” me dijo

“qué raro, yo estaba entrando en calor”

No me respondió. Yo había quedado muy caliente y con algo de vergüenza. Me quedé nadando pero lo miraba de reojo cada tanto. Llevaba varias horas erecto. Necesitaba descargar ya mismo. Y evidentemente a él le pasaba lo mismo, porque en un momento lo miré y no pude creer lo que veía. Estaba acostado boca abajo con la cola levantada, la zunga bajada a la altura de las rodillas y se estaba tocando la pija. ¡Se estaba pajeando el descarado! Se pajeaba fuerte y sin importarle nada. Yo me lo quedé mirando. Le vi la cara de calentura y placer. El culo grande y duro. La pija parada, grande, firme, dura, cabezona, con una cabeza para matarla a lambeteadas. Hasta que acabó. Mucha leche. Yo la quería toda en mi cara.

Ni bien terminó, se subió la zunga, se acercó a la pileta y me dijo que se iba a bañar, que en un toque venía. Yo salí de la pileta y me quedé unos minutos afuera. No muchos, cinco máximo. Primero pensé que podía aprovechar que Damián no estaba para pajearme yo también. Pero estaba muy inquieto. No quería descargar. Sabía que después de eso no me iba a animar a hacer nada y quería animarme, no quería arrugar, quería volver a mi casa habiéndole roto el culo y recibido en la cara la leche de Damián. Tuve una idea: entré a la casa y me acerqué al baño. Para mi sorpresa la puerta estaba entornada. Adentro se escuchaba la lluvia de la ducha y un murmullo muy leve. No podía entender lo que decía. Con suavidad empujé un poco la puerta y miré discretamente procurando permanecer escondido. La cortina de la ducha estaba completamente corrida. Damián estaba parado de perfil a la puerta, con el agua cayéndole encima, la pija muy parada, la cabecita afuera, y pajeándose otra vez. Con una mano se hacía una paja tradicional y con la otra se acariciaba la parte de debajo de los huevos, yendo y viniendo de ahí hasta el culo. En un momento, sin dejar de pajearse tiró la cola para atrás, y se empezó a meter un dedo en el culo, primero de a poquito, suave, sólo la puntita, pero enseguida empezó a meterlo y sacarlo a un ritmo muy veloz. Eso ya me calentó mucho. Si no descargaba los huevos me iban a explotar. Y entonces empezó a levantar el volumen de sus gemidos. Casi gritaba. Y yo empecé a entender todo lo que decía. Me estaba mencionado. Decía “sí, cógeme, rómpeme todo, dame tu pija, papi, enterramela en el orto, duro, duro, fuerte, asiiii”.

Todo eso era demasiado para mí, yo estaba arrodillado en el suelo, me había metido la mano adentro del short de baño y me estaba empezando a tocar. No podía ser casual todo lo que pasaba. Damián me hizo cambiarme delante de él, me miró la pija, me la tocó, se dejó apoyar, se hizo la paja adelante mío, se metió al baño con la puerta abierta, la cortina corrida, y ahora se pajeaba, decía mi nombre y todo lo que quería que le hiciera. Lo único que tenía que hacer yo era sacarme todo, entrar al baño, y cogérmelo como nunca se lo habían cogido antes, llenarle el culo de leche, chuparle la pija, recibir toda su lechita en la cara. Pero no me animaba. Era terrible, no podía animarme a cogerme a mi amigo puto, entregado y desesperado.

En vez de eso me saqué el short y empecé a pajearme y a gemir yo también. “sí, tomá” dije primero, en voz baja pero bien claro para que me entendiera. Y empecé a levantar la voz “¿te gusta mi pija no?”. Y Damián respondió “sí, me encanta, ay, me encanta, ayyyyy siiii, dale, asíiii”. Había empezado a gritar el hijo de puta. Yo estaba muy muy al palo. No aguantaba más. Seguí su jueguito morboso: “si, tomáaa tomáaaaa, ahhh ahhhh ahhh siiiiiii” grité. Estaba por acabar pero lo retuve un segundo porque me di cuenta que él también iba a acabar. En menos de un minuto acabamos los dos juntos con un sonoro “ahhhhhhhhhhh”.

Yo me tiré a un costado todavía sin tomar conciencia todavía de lo que acababa de pasar. Cerré los ojos un segundo y los volví a abrir. Lo que vi me paralizó el corazón. La hermana de Damián me miraba desde el otro lado de la sala, la misma tetona y culo con terrible cara de petera tragaleche que me dejó bien al palo cuando llegué a la casa. Me miraba en silencio. Supe que había estado ahí todo el tiempo, mirando absolutamente todo lo que pasó. Si la situación no me había generado adrenalina hasta entonces, ahora sí que empecé a transpirar.

 

La semana que viene publico lo que falta de la historia…

Mi Madre y yo

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Un saludo a todos los lectores. Mi nombre es Ricardo, en la actualidad tengo veinticinco años, y les contaré mi historia.

Soy un hombre con figura atlética, no me considero vanidoso, en lo absoluto,  soy humilde y paciente y bondadoso. siempre he tenido una mentalidad abierta, también con buenos principios y valores cristianos, soy muy creyente y Dios es mi fuente de vida, aunque parezca irónico, este relato.

Mi madre es realmente hermosa, en la actualidad tiene treintainueve años de edad, es hermosa, ojos negro, cabello negro, piel blanca y con curvas que vuelven locos a los hombres.

Lo que paso con mi madre, inicio el día de mi graduación universitaria, ese día fue ella y mi novia. Ya en cuando me llamaron a recibir mi título, me dirigí donde estaba mi novia y mi mamá. para mi era un momento muy emotivo y para ellas también, y le dije a mi madre: -Madre por ti soy lo que soy, por ti soy un profesional- Ella llorando me abrazó y me dijo: – felicidades hijo, no me agradezcas tu y tu hermana son lo mejor que tengo en la vida, y como no amarlos y quererlos; los adoro

Salimos del salón de graduaciones, y nos despedimos de unos amigos y de sus mamás, una de ellas le dijo a mi madre: -Te felicito tienes un hijo inteligente como en mío, pero así como es de inteligente, también es muy guapo, mejor dicho Bello- mi novia se puso celosa y dijo un chiste por lo que había dicho la mamá de mi amigo; todos nos reímos, y nos despedimos. mi mamá estaba tan emocionada que no paraba de felicitarme, en eso me abrazó y me quiso dar un beso en la mejía y en eso me lo dio en la boca. yo no le pare bola a lo que había pasado, porque fue un accidente para mí.

Cenamos, y pasamos dejando a mi novia y nos fuimos a casa. yo estaba cansado y mi madre también.

Pasaron los días, y un amigo me consiguió trabajo en una droguería, ya que era fármaco, gano bien. un día viernes llegué temprano a la casa, me di un baño y me puse a ultimar detalles de un trabajo. en eso me acorde que tenia que averiguar que era lo que sonaba en el solar baldío que había detrás de la casa, y me acorde que mi madre tiene una cámara que tienen visión nocturna. fui a buscarla en el cuarto de mi mamá. empecé a buscar en la cómoda que tiene al lado de su cama, allí guarda ropa interior, mire su ropa, pero, cerré rápido la gaveta, lo que me importaba era su cámara. Cuando cerré la gaveta, se calló un libro, pero no era un libro, era su diario. Me dio curiosidad y leí un poco. Algunas cosas que ella escribió me daban risa, no las mencionaré porque son irrelevantes en este relato. Seguí leyendo y me llevé una gran sorpresa. Leí la fecha del día que escribió en el diario y era el día de mi graduación, asi decía: -“Querido amigo hoy fue un día emocionante para mí, ya que mi hijo se graduó de la universidad, ya es todo un hombre, estoy orgullosa de él. Pero me pasó algo que no esperaba, son querer queriendo, fue un accidente le di un beso a mi hijo, el cual me produjo excitación, no se si es porque no tengo sexo con nadie, pero la realidad me gusto……”- Yo no lo poda creer, mi madre me miraba no como un hijo, sino como un hombre. Seguí leyendo y así decía lo que escribió: -“Te contaré que en este momento tengo deseo que me bese y que me haga suya….”. yo quedé sin palabras, cerré el libro y busque la cámara y salí del cuarto.

Ella llego a la casa, yo aun trabajaba en la computadora cuando después de unos minutos toco la puerta de mi habitación y le dije que pasara. Ella entro al cuarto y me dijo: -¿Hijo, tu entraste a mi cuarto y leíste mi diario?-le dije que no, ella me dijo: -no te creo, tu lo hiciste. Mi cara y mis ojos me delataron, y le dije que  sí. Ella me dijo: -¿por qué lo hiciste? es una pertenencia intima, que no te correspondía leer- yo le pedí perdón y ella me dijo que habláramos. Y  me dijo: -Hijo ¿leíste lo ultimo?- y le dije que sí. Ella me dijo: -Hijo, yo te amo con mi corazón y a tu hermana, a pesar de que ella está con su papá, los amo, y no se por qué sentí eso, pero te prometo que cambiaré- yo le dije: -Madre, yo también te quiero, pero no es correcto lo que pensabas, es tabú y pecado y o sabes. no te preocupes hagamos como que no pasó nada- Ella me mira y se puso a llorar, y me dijo: -Eres maduro, más que yo. gracias por enseñarme tantas cosas, te amo. bueno me voy a la cocina a hacer la cena- esta bien madre, le dije. Salió de cuarto, y horas más tarde me puso averiguar que animales había en ese solar baldío.

Esa misma noche, pensé en independizarme, ya que  quería estar con mi novia mas tiempo y a solas. al día siguiente, se lo hice saber a mi madre, ella se enojo conmigo y entagonó, y me dijo después: -esta bien, ya eres mayor, has lo que creas que es mejor para tu vida, hijo mío-

Me fui a trabajar es día, y a la atardecer me fui a comprar las cosas para mi apartamento, el cual era como tipo casa para mi solo. unos días después, mi madre llegó llorando al apartamento porque mi hermana llegó embarazada y sin el padre de su hijo. me dijo: -hijo me puedo quedar unas días aquí ya que necesitas una mano femenina, ya veo que tu novia no te ayuda. tengo vacaciones y dentro de dos meses me presentaré a trabajar nuevamente- Yo le dije que estaba bien y que si necesitaba dinero me digiera, o que si hacían faltan cosas las comprara con el dinero que le daría. Al llegar a la casa bien organizado todo y se miraba bello el apartamento, le agradecí y ella me dijo: -Hijo, llama a tu novia que venga a cenar para charlar- le dije: -Qué buena idea madre, ya le llamo- mi  novia llegó cenamos y todo salió de maravilla. Así paso lo mismo el siguiente día, los tres con mi novia cenamos. pero el siguiente día no fue así.

Ese día llegue temprano a la casa y mi madre daba los últimos detalles a la decoración del apartamento, y lo que noté, es que no andaba ropa interior, solo con una falta diminuta. Confieso que se miraba bella y atractiva. en eso me dijo me dijo: -Hijo perdona, no era intención que me vieras así, ya que siempre a las cuatro me baño y me visto normalmente, ya termino de hacer la decoración- Yo como siempre tranquilo. esa noche no fue mi novia, ella estaba estudiando, pues esta sacando el posgrado. Cenamos, nos despedimos y cada quien para su cuarto.

Esa noche hacia bastante calor, y no me puse los pantalones de dormir, ya acostado , cerré lo ojos escuchando música, me empezaba a quedar dormido, cuando escuche que alguien tocó el llavín de la puerta. no quise abrir los ojos, tenia sueño, en eso sentí que alguien se sentó en mi cama, no abrí los ojos por el sueño. No supe nada, me dormí, cuando de repente me asuste, y ese susto fue porque tenia a mi mamá practicándome Sexo oral. yo le decía a mi madre, déjame vete de aquí, ella me decía que no, que no aguantaba las ganas de estar conmigo, y no me iré se agarraba de mis piernas con el pene en su boca. me daba tanto placer que me deje llevar. Le dije a mi madre: -¿Quieres que te coja?, pues bien ven aquí-

Ella me decía: -Si si si hijo cógeme, métemela toda, bésame hijo mío- la besaba y me le monte encima y se la metí de un solo, ella grito y decía: -Ay Ay Ay ay que rico, que rica es tu polla-  Me Gustó como me abrazaba con sus piernas después de treinta minutos acabe fuera de ella. y me dijo: -Aun no acaba esto hijo mío, cógeme por el culito- Los hicimos dure unos veinte minutos y le acabe en su culito.

Después ella me dijo: -Gracias hijo hiciste feliz a tu madre, estoy tan orgullosa de ti- yo no deje nada, y ella me beso y se fue de mi cuarto.

al día siguiente le dije: -madre lo que hicimos esta mal quiero que te vayas hoy mismo, no lo hare mas, es un pecado malo- Ella me respondió: -No hijo Déjame ser tu amante, tu perra, como lo quieras llamar, pero no me niegues que deje de tener sexo contigo, porque contigo sentí lo que con tu padre y con el padre de tu hermana no sentí, no me pidas eso- Yo le dije: -tienes que irte de aquí, hoy mismo-

Ella lloraba y se vistió y se fue. pero en la tarde que llegue al apartamento, ella estaba en la entrada esperándome, llorando, y le dije: ¿qué haces aquí, no quedamos que no quería verte por acá? y ella me dijo hijo tuve un problema con tu hermana y no la quiero ver, por favor déjame quedarme esta noche para pensar que hacer con ella- Yo le dije: -esta bien pero no hagas lo que hiciste ayer por favor tu eres mi Madre, y esta mal eso, ¿estamos claros? y ella me dijo que si estaba bien.

Pero inmediatamente entramos y no se aguanto y se desnudo se miraba como una diosas y su parte linda, no te gusta me dijo, yo no dije nada, me agarro la mano y se la puso en su parte y me deje llevar, no aguante, nos besamos, seguidamente le hice sexo oral, me sentía realmente exitado, y después de eso, la penetre pude ver bien como eran sus gestos y me gustaba como pujaba: -ay ay aya ay que rico, que rico, mas duro mas duro- seguidamente le bese el ano y ella de placer gritaba. le penetre y era rico eso la verdad. cuando terminamos le dije: ¿Madre me amas? ella dijo que sí, entonces no me hagas esto por favor, sino nunca mas te volveré a hablar, ella comprendió que hablaba en serio y me dijo esta bien, aunque me cueste.

Desde ese dia hasta hoy todo volvió a hacer como era antes.

Dice los profesionales, que na hay vuelta atrás cuando uno atraviesa los limites, y que nunca se dejará de hacer lo que uno hace, pero yo soy la excepción, porque no volví a desear a mi madre ni a tener sexo con ella,  ya van dos años y  nunca mas a pasado eso.

 

Diana y Alfredo: Amigos de Verdad (Parte 12)

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Ufff…….cada vez la llama crece en lugar de disminuir…….siento que pierdo el control sobre lo que está pasando y muestra de ello, es que de últimas fechas, quería ir acabando esos encuentros con mi amigo Alfredo, e incluso pasó por mi mente renunciar al trabajo y dedicarme a mi hogar, pero por alguna u otra situación, algo se atravesaba y el tiempo pasaba sin dar punto final. Además de lo anterior, el destino me ponía una prueba más: De unas fechas para acá, justo mi esposo, empezaba a reforzar sus fantasías de verme atractiva y de imaginarme cogiendo con Alfredo. Sus palabras eran para mí, droga que me prendía mucho y me inquietaba al grado de enloquecer de deseo por coger más y más.

Las palabras de mi esposo, seguían generando cosquilleo en ambos, pero más aún, mi esposo increíblemente, era el que estaba poniendo más leña al fuego últimamente y ello estaba dando pauta a que incluso, ahora la situación se torne mucho más morbosa que antes!! Siii, así como lo leen….más morbosa, porque ahora mi esposo es quien quiere que nos reunamos los tres deliberadamente, con tal de poner a prueba sus celos, o por ver hasta dónde puede ser el o yo, capaz de alimentar el morbo a esa fantasía, o no sé si para ponerme a prueba al estar en medio de los dos, o simplemente para orillarme a caer en alguna trampa. Él dice que quiere creer en mí y que para ello, salgamos los tres como muestra de que hay más amistad que deseo de parte de mi amigo!.

Ante eso…..como frenar esta situación??

Por ello, después de la última salida con mi esposo, y la insistencia más firme sobre la fantasía que rondaba en su cabeza, no hizo más que generar una enorme excitación en mí, lo que provoco que mi mente comenzara a abrirse a una posibilidad…..la posibilidad más loca hasta ahora en esta aventura: Compartir una noche de diversión entre mi esposo y mi amigo-amante conmigo…..los tres juntos, con el riesgo de todo!. Y es que no es lo mismo que mi esposo y Alfredo se encontraran en la escuela, donde la multitud de la gente impedía un contacto más directo, a que ahora, estuviéramos solos los tres, conviviendo, tomando e incluso hasta bailando con ambos. Eso sí es morbo puro!

Pues continuando con este Relato, después de la juerga con mi esposo, nos levantamos ya muy tarde…….de hecho fui la primera en abrir los ojos, y al ver la hora, abrí mis ojos desorbitadamente….eran las 4 de la tarde!!!. Me quede en mi cama acostada por un momento, repasando hechos y palabras de la noche anterior, y de manera increíble, logre empaparme nuevamente, sin embargo mi conchita estaba aún hinchada de tanto haber recibido de todo en una sola noche. No quise tocarme aunque ganas no me sobraban, pero fui muy prudente y rápidamente me levante y continué mi camino hacia el baño. Apenas voltee hacia la cama y note que mi esposo comenzaba igualmente a despertar. Entretanto mi mente se revolucionaba con pensamientos contradictorios y nada claros en lo que abría la regadera.

Comencé a desvestirme en lo que el agua caía deliciosamente y en tanto, detrás de la puerta, escuche la voz de mi esposo, serena y locuaz.

-Ohhhh mi amor……..eres una mujer excepcional…….tal como la deseamos todos los hombres!!-

Escucharlo me hizo sonreír en tanto el agua de la ducha ya estaba caliente, y me metí debajo del potente chorro que de inmediato actuó como fuertes brazos que me hicieron temblar del gusto. Cerré los ojos mientras dejaba que mi cuerpo se fundiera con la lluvia y el vapor por el calor que emanaba; llené mi boca de agua caliente y la expulsé con fuerza como si ello aliviara mis pensamientos y mis manos no dejaban de frotar mi piel, que se mostraba muy sensible por todo….por los recuerdos y por el agua misma.

Inesperadamente la puerta se abrió y la silueta desnuda de mi esposo apareció.

-¿Qué…qué haces? Balbuceé sorprendida por su actitud.

-¿Shhh… mi amor, acaso no tienes un lugarcito para tu esposito?-

Ahogó mis tímidas protestas con un beso, pegando la piel de su cuerpo con el mío.

-¿Mmmmm me tienes encantado, y quiero sentir tu piel untada a la mía, quiero estar contigo así de pegadito, sintiendo tu piel, tu calor, tus mimos!-

Concluimos esa ducha entre roces, provocaciones, probadas y sonrisas y estuvimos después, descansando ampliamente. Más tarde cenamos sin hablarnos demasiado, apenas algunos comentarios vacíos y poco más. Después de un rato de televisión evasiva, nos fuimos al dormitorio a reponer ese desvelo de encanto como pareja.

-¿Estás muy callado hoy?- Interrumpí de pronto.

-No, solo un poco cansado- Contesto sin demasiada convicción.

-Has estado un poco distraído hoy mi amor-

-¿Qué?-

-Digo que has estado un poco distraído hoy…antes, en la ducha, casi me desmayas con tu lengüita sobre mi cosita- Dije con una sonrisa traviesa.

-No sé, no me di cuenta, quizás,…….me refiero a la distracción que dices……..de lo otro, sabes que me encanta tu sabor a mujer sensual!-

– Gracias mi amor…….¿Sabes qué? …….me tienes derretida!!……..anoche y ahora, con todo lo que me has dicho y hecho, me tienes atada!!….encantada!!! no recuerdo si lo habías hecho antes, pero estuve sumamente encantada-

-Bueno, ya sabes que en esos momentos uno dice cualquier cosa y…-

-Mmmmm cualquier cosa no ¡!!……. la excitación te hace decir y hacer muchas cositas…….se te va la lengua y comienzas a decir cosas que no se si son producto de la calentura o me tratas de decir algo más – y entonces, de manera muy traviesa, metí mi mano debajo de la sábana para acariciarle su pene.

-No déjalo por favor, que estoy demasiado cansado-

-Está bien cariño, no te preocupes, de todos modos ya me has acabado hoy y anoche ……..me sacaste toda la fuerza, todo el morbo y todas las inquietudes como mujer, y es que me habías dejado tan cachonda que de pronto, mi cuerpecito pide algo más y no podía quedarme así-

Y con aquellas palabras me dejó un beso en la mejilla y se dio vuelta con un “hasta mañana mi amor……ambos estamos rendidos y hay que tomar fuerzas”.

Esa noche descansé bastante poco, en la penumbra miraba la silueta de mi esposo, desnudo; por una parte quería olvidarme de todo lo demás, pero al mismo tiempo sabía que era difícil apartar las imágenes que me habían dejado los días anteriores.

Se llegó el día lunes, mi esposo comenzó sus actividades normales y yo, tal vez motivada por lo que mi esposo me había dicho, esa semana me atreví a vestir más atrevida que otros días a mi trabajo, y mi esposo, fue claro testigo en silencio desde el primer día, y creo que por ello, decidió llevarme al trabajo diariamente, incluso en algunos días, hasta me llamaba antes para avisarme que pasaría por mí al trabajo….eso si era muy evidente.

A la mañana siguiente durante el desayuno, intercambiamos algunos diálogos de rutina. Mi esposo parecía contento y mientras estaba preparando el desayuno me acerqué a la cocina y solté el comentario que me daba vueltas desde la noche anterior.

-Sabes…..no puedo evitar recordar lo bien que la pasamos hace algunas noches…….todo lo que me hiciste me tiene hasta ahora loquita……y todo lo que me has dicho, no puedo quitarlo de mi cabeza…….me excita mucho escuchar todo lo que dices y todo lo loquito que te pones cuando estamos juntos…….no sé si lo haces en juego o estas tratando de decirme algo más, pero…….no puedo evitarlo……me gusta lo que dices!!! – Dije entre una interrogación y una afirmación.

-Bueno cariño, tú también has estado muy ardiente, tal vez más que otras veces-

-¿Qué fue lo que te puso tan cliente?- Continué.

-¿Qué fue? ¿Una sola cosa? Jaja no…seguramente un conjunto de ellas, fuimos subiendo de tono poco a poco y no te olvides que venía juntando desde hace días-

-Bueno pero tienes que admitir que la fantasía de imaginarme o verme con otro, te puso muy caliente y eso disparó un orgasmo increíble- Ya la semana caminaba y me vi muy osada en abrir el tema que desde hace días, deseaba reactivar en mi esposo.

Yo no podía dejar que mi esposo se fuera a trabajar sin que me dijera nada, por lo que volvía a retomar la plática para motivarlo y me dijera lo que yo quería oírle decir -Pero cuando estábamos en el clímax me dijiste que querías verme coger con otro y era indudable que eso te ponía bastante caliente porque estabas durísimo y no parabas de darme placer!!!!……..eso te daba mucho morbo-

-Cariño…ya me lo habías dicho el otro día después de habérmela chupado en el carro…”en esos momentos uno dice cualquier cosa”. Además, si la fantasía funciona para ambos, tanto mejor…..al cabo es solo una fantasía o no?.-

Sus palabras eran como si les restase importancia o fueran en cierto modo evasivas, al menos así sonaban para mí y nuevamente me ponía entre la espada y la pared, ya que por lo visto, el sí tenía claro el objetivo…….solo fantasía!!.

Eso me apagaba los ánimos, pero el morbo que ya traía conmigo, me dominaba y me hacía buscar un pretexto para lograr cumplir mi deseo. Por ello, me puse de pie y me dedique a servir más café y a recoger algunos platos de la mesa. Volví a sentarme y en esos minutos me quedé en silencio, como si disfrutara mi bebida caliente. Mi esposo tomó su taza y al concluirla, aproveche para volver sobre el tema.

-Volviendo al tema mi amor………te quiero confesar algo……..no puedo negarte que estos pasados días, me has excitado muchísimo y tal vez por ello ves en mi rostro una sonrisa de felicidad……te lo agradezco……pero luego me pregunto qué fue lo que hiciste para satisfacerme?……no encuentro la respuesta…….lo único que tengo presente de ti, es que cuando hacemos el amor……….comienzas con tus fantasías………te pones muy excitado y me excitas a mí también……….pero no puedo negarte que todo lo que me dices, me provoca muchas preguntas………por ejemplo, más allá de la fantasía…¿Qué es lo que realmente te excita?……….Imaginarte cosas…..saber cómo sería si fuera cierto……..verme coqueta…….o…..incluso que todo lo que me dices, se convirtiera en realidad???……….no lo sé mi amor…….no tengo respuesta y pues solo puedo decirte que te veo muy excitado……y eso me gusta mucho……me hace feliz verte feliz.

-Por favor Diana ¿qué te ha dado ahora por hacer ese tipo de preguntas?.- Me inquirió mi esposo, lo que me hizo sentir que ahí lo atrape dejándolo desarmado.

-No lo sé mi amor…..esa noche la pasamos de maravilla…..y en la cama cuando terminamos….me puse a pensar en todo esto y yo no encontré respuesta……tómalo solo como una duda de tu esposita mi amor-

-Cariño, si hiciera algo así supongo que te lastimaría y no tengo esa intención-

-Esa no es la cuestión mi amor…….además imagínate que si fueran realidad tus fantasías, podrías o no enterarte…….o como dice el dicho…….“ojos que no ven…”-

-Me sirves otra taza de café?- Me puse de pie y en tanto le di la espalda a mi esposo, una sonrisa broto de mis labios……creo que lo puse entre la espada y la pared. Regresé a la mesa y me senté, dándole su taza. –Y bien mi amor?……que me dices?- Le solté el anzuelo.

-Que rico café mi amor…….pues…….verás, …..te voy a confesar algo que tal vez nunca lo hemos platicado…….cuando tenía veintitantos años me lo pasé muy bien y no me privé de nada, pero hubo algo que me marcó y mucho, y eso fue que entre esas libertades que tuve, una amiga de la familia, casada ella, me sedujo y me llevó a la cama, haciéndome gozar como con ninguna jovencita en ese entonces……..no sabes lo que pasaba por mi mente, al encontrarme con su marido en las reuniones de familia, y ella coqueteándome mucho, y su esposo sin darse cuenta…….eso me marcó porque me excito mucho el juego y el morbo que eso provocaba, y ahora, aún recuerdo esas escenas, esos rostros y esas actitudes……me pone a mil recordar esa infidelidad y aunque nunca te lo he dicho, es algo que traigo sembrado en mi……….por eso es que no puedo dejar de pensar que una mujer tan hermosa como tú, seas objeto de deseo de otros hombres. Siempre te lo he dicho, pero no te había comentado lo que había dentro de mí. Pero ya que repentinamente estás tan interesada en este tema, que te puedo decir, que a nivel de fantasía es normal creo yo……siempre un poco de dolor en la relación, provoca mayor excitación y tal vez para excitarme, algo de aquellos años viene a mi mente, pero en ese momento, en ti veo reflejado el rostro de la infidelidad y eso me excita muchísimo…….además, he leído y según estadísticas, las mayorías de las gentes, tiene la fantasía al imaginar a su pareja, en la cama con otra persona distinta…….. y no me dirás que eso te sorprende porque muchas mujeres y muchos hombres tienen esa clase de morbo. ¿No lo tienes tú?-

-Fantasía…puede ser- le contesté muy secamente…..en realidad me interesaba sacarle toda la información a mi marido.

-Pues eso es mi amor……. una fantasía…..una fantasía que tengo dentro de mí porque lo viví en carne propia, y no puedo negarte…..me excita mucho ver el rostro de una mujer infiel, cuando es penetrada por otro hombre……….no tienes idea de lo que es ver el rostro de una mujer en esa situación……..te vuelve loco solo ver la expresión de una mujer cuando otro hombre va entrando en ella…….creo que es lo más excitante de todo…….es una imagen que no puedo describirte………es como ver algo que te hipnotiza de por vida……..ese rostro de gusto y placer no puede uno borrarlo de su mente………y por eso, cuando te hago el amor ……….trato de alargar el mayor tiempo posible el momento de metértela……disfruto mucho tu rosto…..disfruto mucho como gozas…….y cuando te la meto lentamente…….me dejas increíblemente extasiado al ver como tu rostro se tuerce de placer……..me gusta ver como disfrutas cuando mi verga se va toda dentro de ti…………ver tu boca abrirse…..tus ojos perderse y como echas tu cabeza hacia atrás en respuesta a una aceptación plena……..no tiene palabras……es mágico simplemente y en ese momento no puedo dejar de imaginar que es el mismo rostro de aquella mujer cuando le era infiel a su esposo!!!!…….me entiendes ahora????…….por eso mi amor…..no puedo dejar de tener esa fantasía contigo y lo único que te pido es que la compartas conmigo…..quiero que tu también goces de esto que es tan divino………., no pasa nada, más aún, quizás tengamos mejores encuentros íntimos, no crees?-

-¿Y cuál es tu fantasía en ese sentido?- Quería ir a fondo con el tema porque me parecía que mi esposo estaba abriéndose para tratarlo.

-Mmmm…bueno……creo que ya te lo expuse……….cuando te hago el amor, me gusta ver tus expresiones y como disfrutas, pero cuando rompemos el amor y empezamos a tener sexo, me enloqueces, y me haces imaginar que así como gozas cuando tenemos sexo…….cuando te veo con los ojos cerrados, tu boca abierta y disfrutando, como si estuvieras perdida, en ese momento, mi mente comienza a imaginar si así sería tu comportamiento si otro hombre te estuviera cogiendo!!! …. y solo ver tu rostro y escucharte, me excita mucho!!!…………cual es mi fantasía?…..esa mi amor……que en tanto hacemos el amor tu y yo, me imagino que estas cogiendo con otro hombre…….me excita verte disfrutando de una buena cogida y me excita imaginarte y eso me prende a tal grado, que me excita mucho en ese momento……y cuando jugamos o te digo mi fantasía y tu juegas también, me encanta escucharte decir que si te gustaría probar a otro hombre, o igual, me excita mucho oírte hablar en nuestro juego, que te gusta ser una puta con los hombres…….me excita escucharte en tanto en mi mente, todas las imágenes tuyas estando con otro hombre, dan vida a una enorme excitación mi amor……..me excita imaginarte que eres infiel con ese hombre que trae ganas de cogerte!!!!………..

-……..te refieres a…………Alfredo?- Le dije seria a mi esposo sin esperar a más. .

-Tu y yo sabemos que ese hombre, desde que te conoció, no deja de mirarte y más ahora que trabajas con él, está más que extasiado de tenerte a su lado…….soy hombre y te puedo asegurar que todos los días, está más que excitado mirándote……debo decírtelo mi amor…….lo traes prendido y contigo en su oficina…..se sacó un diez!!!

-Estás loco mi amor, como crees!!!!. Le mentí

– Eso es lo que tú crees y siempre me has dicho que estoy loco o que estoy viendo cosas donde no las hay…….por eso, me he atrevido, con todo el dolor o celos, como quieras llamarle, a que salgamos un día los tres…….un día de copas…..una noche de copas, para que tú misma te des cuenta de las miradas de tu amigo hacia ti, o de sus pretensiones……..tanta es mi fantasía mi amor, que deseo comprobártelo, en que tu amigo está loco por ti y es más………sabes porque deseo que salgamos los tres un día a tomar la copa?…….

– Nnnnnoooooo……porque? Le conteste ahora si extrañada, pero feliz porque finalmente hice que mi esposo tocara el tema que quería yo, porque los días pasaban y no lo veía con ánimos de reunirnos los tres como me lo había propuesto.

– Porque deseo que ese día, te vistas muy atrevida o si puedes, hasta más atrevida que otros días, incluso hagamos locuras, y más que excitarlo a el…….me excites a mí …..tu sabes que soy muy visual y me excita ver…..y si te veo atrevida y provocativa, puedes estar segura que me tendrás bastante empalmado mi amor……..no tienes idea del gusto que me daría ver sus reacciones de no poder hacer nada, y así mismo, te des cuenta, de que el no necesita más que una señal tuya para llevarte a la cama!…….pero como te digo, quiero que al que excites sea a mí, para que al terminar, nos vayamos tu y yo a hacer el amor a un Hotel, donde ambos sabemos que el simple lugar, ya es morboso de por si…..y ahí, tengamos una noche sexual loca……recordando todo y fantaseando todo……en tanto nos damos un gustazo haciendo el amor tu y yo……hasta rebasar la línea y coger como locos!!!!

-Eso quieres mi amor?………pero…….te…..te has puesto a pensar si algo saliera mal?……te has puesto a pensar si algo se nos saliera de control?…..Ya te dije la noche pasada que en el juego, algo puede salir mal y ……..que haríamos?

-Pues chiquita……….como vamos a saberlo?…….pues atreviéndonos no crees?……además……si algo sale mal…….creo que no sería tan malo no crees?’……finalmente el aparte de ser hombre……creo que es tu amigo no?……y un verdadero amigo……lo demostrará siendo caballerosamente discreto.

-¿Eso significa………que…….si algo sale mal…….en realidad…..no sería tan malo……..o ….o que tratas de decirme cuando dices que si algo sale mal……..con el no sería malo?-

-¡No lo tengo claro mi amor! Solo sé que me pone muy cachondo verte en una situación comprometedora, ………pero……si quieres saber más de mis fantasías, tendrás que averiguarlo cariño, que ya te he dado más información de la que hubiera imaginado, y ahora ya sabes porque no puedo quitarme esa idea de mi mente…….me estoy excitando y además, se me hace tarde……tengo que ir a mi trabajo, nos vamos?- se puso de pie, fue al baño a lavarse los dientes y al tomar sus cosas solo me dijo que me llevaba al trabajo y que me esperaba afuera en el auto.

Mi esposo se fue a trabajar después de dejarme en mi trabajo, pero las palabras de mi esposo, rondaban en mi mente a cada momento. Se llegó esa noche y, estábamos cenando en casa y sin aún mover nada, recibí un mensaje de Alfredo a mi celular. Al leerlo enfrente de mi esposo, note un rostro entre enojado y dudoso: el mensaje decía: “Diana, te informo que mañana, firmaré un importante contrato, con el cual, tendremos trabajo para muchos meses”. Eso hay que celebrarlo a la brevedad!!!!. Te dejo que organices el plan pero si puedes avisarme a la brevedad para no perder más tiempo”.

El mensaje lo leí tal cual, porque afortunadamente, no traía nada comprometedor, y por el contrario, se veía muy institucional. Solo por eso me atreví a leérselo a mi esposo ehhh.

-Como ves mi amor? Tu qué harías?- Le pregunte a mi esposo para que no se sintiera desplazado.

-uhmmmmm………mañana es viernes…….es quincena por cierto verdad?…………pues pudieres proponer que ……les invite una comida a sus trabajadores y en tu caso, como su mano derecha, que …….nos vayamos de copas?- En cuanto dijo eso, tomo su vaso para darle un sorbo prolongado y pararse de la mesa, dándome la espalda, para ir a la barra y servirse más jugo.

Yo me quede con los ojos abiertos, el vaso a medio camino a mi boca, sorprendida por su comentario!. No dije nada, y solo esperé que regresara a la mesa. Me dejo impactada…….tenia bien claro lo que habíamos platicado antes y ahora, me lo estaba reafirmando!!……Que debía hacer yo???

Al sentarse mi esposo, y dando un trago más a su jugo, me preguntó: -Ves bien mi propuesta o tienes algo más en mente?….Yo lo comento porque si es un contrato jugoso, creo que todos los trabajadores deben ser partícipes de ese éxito no crees? …….creo que esa noticia los motivaría aún más!!…….y en tu caso, pues, tú has sido pieza importante en el crecimiento de la empresa, y creo que eso amerita no solo una comida, sino un brindis-

Sin palabras que decirle, me pare de la mesa y llevando conmigo los vasos a la cocina, hice más tiempo para meditar aún más sus palabras y mi respuesta. Regrese y sentándome solo le comenté a mi esposo: – Ok, le propondré tu idea….ahora le mando el mensaje, y espero lo que diga.- Le di la jugada para que estuviera consiente de que la idea, había salido de mi esposo y no de mí.

Sin más, ahí frente a mi esposo, le mande el mensaje a Alfredo desde mi celular, sabiendo que mi esposo quería estar presente: “Muchas felicidades!. Te lo mereces y creo que tus trabajadores también son parte importante de este proyecto. Porque no los invitas mañana a comer y ahí les das la noticia?…….en mi caso, estaré con mi esposo porque me invito unas copas en la noche……a menos que quieras alcanzarnos y ahí, brindamos los tres…….tal vez una noche de copas, como ves?- Este texto ya no se lo leí a mi esposo y solo le dije que le mande lo que había propuesto respecto a los trabajadores.

Alfredo no tardo nada en contestar: -“Excelente propuesta!!….la comida para los trabajadores es buena idea……creo que merecen ser considerados verdad?….. y la idea de alcanzarte con tu esposo para brindar, me encanta la idea, los alcanzo a ustedes y ahí, creo que si amerita una noche de copas……una noche….loca!”-

Sin más, le leí parte del mensaje a mi esposo:-“Ok que le parece bien la idea, y que tú digas, donde nos vemos mañana y él nos alcanza”-

Como nunca, vi un brillo enorme en los ojos de mi esposo y una muy leve pero dibujada sonrisa en su rostro, lo cual trató de ocultar, simulando que bostezaba y se paraba a la cocina!. Que significa ello??…..No supe ni quise preguntar, y solo me puse de pie para beber lo último de mi vaso.

A la distancia, escuche que mi esposo me decía -Ok está bien, dile que mañana le decimos para ver donde conviene…..o si el conoce algún lugar, que es bienvenida su propuesta-.   De mí, solo recibió un ok.

Sin decir nada y apareciendo un silencio inaudito, nos fuimos a la recamara. Ambos nos acostamos y sin decir nada, quedamos de frente el uno al otro. Nos vimos, sin decir más, nos besamos intensamente, tanto así, que sin decir más, terminamos teniendo un polvo igualmente intenso. Más que tener sexo, hicimos el amor….muy relajado, besos y una sola posición.

Finalmente amaneció y nos alistamos para salir ambos, cada quien a su trabajo y nos preparamos para la velada que suponía habría de ser de buen nivel, como en otras anteriores ocasiones que había ido con él a brindis.

Mi esposo en su trabajo, yo en el mío, y Alfredo en su negociación. A eso de las 11 am, recibí la llamada de Alfredo, para avisarme que notificara a los trabajadores, que ese día, las actividades se cerraban a la 1:30 pm, y que los citara en el Restaurant Bar “Fiesta Latina” a las 2 pm. Sobre la reunión de nosotros, no dijo nada y eso me mortificó más. Sin embargo, de inmediato llamé al personal y les transmití el mensaje de Alfredo, y todos felices, pararon sus actividades para irse al lugar citado. Me preguntaron si yo me iba con ellos a lo que les dije que en mi caso había pedido el día desde antes y que ya tenía planeado irme antes de la hora de salida. Así fue y llegada la hora, el personal comenzó a retirarse y yo comencé a cerrar la puerta del taller. Sin embargo me sentía intranquila……Alfredo no me mandaba nada ni me decía que plan con nosotros. Así me tuvo en suspenso cerca de hora y media más. Finalmente cuando recibí un mensaje. Era Alfredo:-“Dianita, te parece si le dices a tu esposo, que te lleve al Bar de mi amigo?….tú sabes cuál verdad?…….ahí los alcanzo más tarde, te parece?- Apenas leer ese mensaje, mi cuquita dio un brinco natural como antes no lo había hecho. Algo presentía y me puso realmente nerviosa pero también excitada!

Tratando de calmar mis ansías, fui por mis hijos a la escuela, y desde ahí llame a mi hermana, para pedirle que me aceptara esa noche a mis hijos. Mi hermana gustosa aceptó y sin esperar más, apenas salieron de la escuela mis hijos, nos fuimos a nuestra casa para que se prepararan su equipaje para ese fin de semana. Al tener mis hijos sus cosas listas, de inmediato se subieron a mi camioneta y nos dirigimos con mi hermana, y para calmar mis ansias, me quede un momento platicando con ella.

Eran ya las 5 pm. Le mande un mensaje a mi esposo del lugar que propuso Alfredo, y mi esposo sin chistar, acepto de inmediato, pero su respuesta no solo fue un “estoy de acuerdo”, sino que mandó un segundo mensaje, diciéndome: -“Mi amor, no sé qué vayas a hacer hoy, pero hoy, más que nunca, quiero que te prepares para que juntos hagamos una noche sumamente especial…….tu sabes lo que me excita, yo sé lo que tienes, y no quiero que te sientas limitada por mi hoy…….por el contario…….quiero que hoy me demuestres porque eres mi esposa y porque eres capaz de seducirme y motivarme”-

No necesité preguntar más…..yo sabía todo lo que tenía que hacer!, Solo le contesté con un emoticons de carita sonrojada y otra con un beso.

Para ello me despedí de mi hermana, encargándoles a mis hijos y partí rumbo a mi casa. Sin esperar a más, me fui directo a la ducha, donde lo primero que hice, fue dejar que mi cuerpo de humedeciera y procedí a depilarme absolutamente todaaaa. Sobre mi piel no había vello alguno!. Me sentía ahora si, absolutamente desnuda. De inmediato, procedí a maquillarme muy hermosa, como si fuera a una cena de gala, y sin esperar a más, me enfunde en un micro vestido blanco de tirantitos y un amplio escote al frente, tan entallado que ni un pliegue se notaba sobre mi cuerpo y tal parecía que estaba literalmente pintado a mi piel. Una brevísima tanga que apenas si cubría mi intimidad pero por lo entallado que me quedaba, si dejaba entrever unas ligeras tiritas que rondaban mi cadera, y para cerrar con broche de oro…..una zapatillas altísimas y una cadenita de oro sobre mi tobillo, haciendo resaltar el atractivo de mis piernas. A pesar de ello, no me vía nada vulgar y por el contrario, muy seductora. Como notarán……no llevaba sostén!…..indudablemente……verme era desearme!!!

En cuanto llegó mi esposo por mí, solo opté por ponerme una gabardina negra que impedía ver cómo iba vestida. Mi esposo al verme, solo me dio un beso pero nunca pregunto que llevaba debajo. En el camino, platicamos de mil temas, como tratando de restarle importancia al momento, aunque tal vez por dentro, ambos íbamos muy nerviosos de lo que esa noche podría pasar.

En cuanto llegamos al Bar del amigo de Alfredo, el dueño nos reconoció de inmediato, pero no hizo ninguna mención…..desconozco si Alfredo le haya llamado o le haya adelantado algo. No quise tampoco investigar más.

El Lugar ya estaba lleno, y el espectáculo incluyó un monólogo bastante bien montado y un número con un grupo de música típicamente alegre, que más tarde apoyó de fondo a la pista de baile. El Bar, parece una plaza de toros, con diferentes niveles e incluso algunos sitios imitando palcos y en el centro la pista, de forma tal que había desniveles. A nosotros nos colocaron en un lugar muy privado, muy discreto y en un nivel un poco arriba de los demás, por lo que, con el juego de luces, no éramos muy evidentes pero nosotros si teníamos la mejor vista, ya que desde que llegamos, el mesero nos reconoció y el mismo dueño del lugar, nos recibió y fue quien nos dirigió a ese lugar.

La noche transcurría tranquila entre diálogos superficiales para pasar el tiempo entre mi esposo y yo, en lo que bebíamos esa botella de whisky. Fue como a las 10 de la noche, entonces cuando a la distancia, vimos que llegó Alfredo. Ambos nos quedamos en silencio. No quisimos decir nada ni mover nada. Solo tomamos nuestro vaso y dimos un gran trago de whisky, lo que hizo que el mesero se acercara a prepararnos otro vaso.

Alfredo de inmediato fue a saludar a su amigo y estuvieron un breve tiempo platicando y de pronto la sangre se me heló, al ver como volteó hacia donde estábamos nosotros, y con su vaso en la mano, comenzó a caminar entre la multitud hacia muestra mesa.

Hasta ese momento ni mi esposo ni yo sabíamos que hacer. El silencio se apoderó de nosotros, esperando que Alfredo llegara a la mesa. Y cuando así se dio, Alfredo llegó hacia mí, y me extendió su mano para saludarme, pero aprovecho para agacharse a darme un beso en la mejilla muy cortésmente; De inmediato se dirigió a mi esposo y extendiéndole la mano, lo saludo. Sin dirigir más la palabra, se sentó a mi lado izquierdo en tanto mi esposo, estaba a mi lado derecho. Como para romper el hielo, alzó el brazo con su bebida y dando el brindis, bebimos el contenido de nuestros vasos. Alfredo tomo la palabra y comenzó las preguntas de rigor, que como estábamos, como nos había ido, como cerrábamos la semana, y a mí, como habían tomado la noticia los trabajadores, y de ahí, aprovecho para informarnos del proyecto recién firmado, y comenzó a darnos detalles de todo lo que ello implicaba, y ello sirvió para extender la plática, romper el hielo y generar plática con mi esposo.

Pensaba que yo estaba manejando la situación, pero cuando los comencé a ver que estaban ya platicando más entre ellos y comenzando a beber más desinhibidamente, supe que en realidad ellos estaban teniendo el control del momento.

No sabía si me arrepentiría de lo que pudiere darse esa noche o no, pero al paso del tiempo, el hielo se había roto un poco más y ya nuestro ambiente era más animado. Mi esposo más abierto y Alfredo, pues no le quedaba más que mostrarse ligero. Ahora no había lugar para dar marcha atrás.

Estaban dando ya las 12 de la noche, y se agotó la botella de Whisky, por lo que Alfredo hizo una seña al mesero, y al acercarse éste, comenzó a platicar con Alfredo, momento en que mi esposo aprovecho para dirigirse a mí y con un aire sensual que yo bien le conocía se acercó a mi oído y me susurró:

-Estas hermosa mi amor………no te has quitado para nada ese abrigo ehhh……eso me hace pensar que vienes muy inquietante ehhhh!……..pero sabes que me gustaría?……….que ahorita que quieras ir al servicio, no nos digas nada, y solo te quites el abrigo y vayas………pero allá adentro, me gustaría que te quites la tanguita que seguramente traes puesta; Quiero admirar a mi mujer……quiero que me tengas empalmado de solo saber que no traes nada abajo………quiero que me hagas sentir desde ahorita, que tendrás hoy una noche llena de verga!! (mi esposo ya mostraba que no estaba en su juicio por el lenguaje que comenzaba a manejar y como arrastraba su lengua me indicaba que estaba ya con el alcohol en la sangre), y que tu tanguita ya no te hará falta-. Me dio un suave beso y se regresó hacia el mesero quien para ese momento le estaba ya sirviendo un nuevo vaso de whisky.

Allí me quedé desconcertada y algo nerviosa, con una sonrisa dibujada pero falsa, para dar otra apariencia, pero en realidad, estaba desconcertada y muy nerviosa, sobre todo porque Alfredo a cada momento, me lanzaba miradas coquetas y cuando mi esposo se distraía, me guiñaba el ojo, o incluso por debajo de la mesa, me rozaba la gabardina. Todo ello, intenté ocultar hablando de otros temas, pero era imposible distraerme de lo que realmente estaba sucediendo entonces, sobre todo porque al igual que ellos, yo comenzaba a sentirme algo mareada, motivada o desinhibida.

Al cabo de unos minutos, no pude evitarlo, y tuve necesidad de ir al sanitario…….estaba levantándome, cuando mi esposo se dio cuenta, pero sin decirme nada, me guiño el ojo, y recordé su recomendación. Ahí, en medio de los dos, me puse de pie y sin ponerles atención, como minimizando la importancia, me fui desabrochando la gabardina, y al abrirla y dejarla sobre mi silla, voltee a ver a mi esposo, quien sin palabras, con los ojos y la boca enteramente abiertos, quedó hipnotizado. Le sonreí y con mi mano, le toque la barbilla, dándole una leve caricia. No quise voltear a ver a Alfredo para no evidenciarlo, aunque sabía que estaría impactado también, y limitado para decirme o verme todo lo que el quisiera por la presencia de mi esposo, pero me di la vuelta y con lentitud pero con seguridad, me dirigí al sanitario ( ya no necesitaba preguntar porque conocía el lugar).

Ya en el sanitario, me metí a un privado y ahí hice pis, pero me detuve más de lo debido, porque justo me llegó un mensaje a mi celular. Era Alfredo:-“Pero que bellísima te ves ahora Dianita!!!. No sé si me estas poniendo a prueba o no, pero, no te aseguro quedarme quieto…….créeme que no respondo de mi ehhh”-

Ese mensaje me puso más nerviosa. Concluí de hacer pis, y me puse de pie, y estando un momento así, solo alce mi pierna para retirar mi tanga. Estaba absolutamente desnuda y mi cuerpo delataba la falta de sostén, mis pezones muy marcados y debajo, no había marca de ninguna prenda……… salí rumbo a la mesa apretando fuertemente mi mano donde llevaba mi tanguita bien envuelta.

Para ese momento, el ambiente estaba ya muy prendido y ya algunas parejas habían salido a bailar y se movían por la pista, haciendo que mi visión fuese confusa. No estaban lejos pero a veces me perdía entre los movimientos de la gente.

Finalmente llegue a mi mesa y mi esposo no me quitaba la mirada de encima, como si estuviera a la expectativa o tratando de darse cuenta que en efecto no traía nada abajo. Alfredo, por su cuenta, se puso de pie y se fue directo a la barra, momento en que mi esposo aprovecho para decirme al oído:-“Mi amor, no sé qué decirte!…….nunca imagine que vestirías así……..no digo que te veas mal……..solo digo que nunca imagine que te atreverías a tanto ehhhh……..pero te ves hermosísima!……me has dejado impactado en verdad…….Me dejas sin palabras……..me tienes sumamente prendido…….nervioso……contrariado……..pero quiero que sepas que me ha gustado mucho verte vestida así………..y creo que a tu amigo también porque en cuanto fuiste al baño, no pudo contenerse y no dejo de mirarte hasta que te perdiste entre la gente!!!….- Cuando me dijo eso mi esposo, yo ya lo sabía……Alfredo me lo había dicho por medio del mensaje!!

Después de algunos minutos, llegó Alfredo a la mesa. Detrás de él, venía el mesero, pero traía en una charola, tres vasos con whisky. En cuanto los vi, algo paso por mi mente. Porque no nos sirvió del whisky de la botella que teníamos en la mesa??. En ese momento supe que esos vasos, ya venían preparados con la especialidad de la casa!!

Mi esposo ni cuenta se dio y en lo que el mesero ponía esos vasos en la mesa, Alfredo aprovecho un instante, para decirme al oído:-“Dianita, esta noche, que sea una noche loca!”-

En cuanto se retiró el mesero, Alfredo tomo el vaso y elevándolo solo dijo: “Mis amigos…..quiero brindar por el éxito hoy logrado…….quiero que bebamos este vaso, de un solo trago, porque bien amerita, que disfrutemos hoy”.

Yo con dudas, pero excitada a la vez, sabía lo que ello implicaba. Mi esposo, en cambio, desconociendo lo que ese vaso podría contener, lo tomo y mirándome, me dio la señal de que tomara el vaso también. No lo dude ya en ese momento. Los tres levantamos los vasos, y tras un largo “Saluuuuddddd”…..nos bebimos todo lo que tenían esos vasos.

En ese momento, Alfredo se paró para ir al sanitario y mi esposo me tomo de la mano para sacarme a bailar. Ya en la pista, y yo con mi mano cerrada, le dije:

-“Recuerdas lo que me pediste?”-

-“hummmmmmm……….recuérdame mi amor!”-

Y sin decirle más a mi esposo, solo le tome de la mano y abriéndola, le deposite mi tanguita en su mano. Mi esposo al sentir eso, bajo su mirada, abrió su mano y descubrió mi regalo. Levantó su mirada, sin decir nada, se me quedo viendo y me dio un beso enorme, que le correspondí sinceramente.

En eso vi que Alfredo llegó y se santo en la mesa y no me quitaba la mirada de encima. Estaba dicho que estaba dándose un gustazo con solo verme a detalle.

Mi esposo estaba empalmado, lo vi y sentí por el constante roce de su entrepierna y la mía. Finalmente termino la canción, y nos fuimos a sentar. Justo en ello, pusieron una canción que me vuelve loca y sin pensarlo, comencé a cantarla y a moverme, pero mi esposo no hizo mucho por seguirme o pararse a bailar nuevamente conmigo, y ese momento, tome mi vaso de whisky y levantándolo les dije que brindáramos- Saluddd!- Y en cuanto dimos el trago, Alfredo se puso de píe, y sin decir nada, me tomo de la mano, para sacarme a bailar, y llevarme así, hasta la pista.

La pista se llenó nuevamente, haciéndonos un poco hacia atrás casi arrinconándonos al final de la pista, pero desde ahí lograba ver a mi esposo, que sin más, no me quitaba la mirada de encima. Yo sabía que estaba espectacular, con aquel vestido ceñido al cuerpo, aquellos tacones  que me alzaban la figura y mis pechos que eran para hipnotizar a cualquiera. Recordé que además me había quitado la tanguita haciendo que mi culo destacara mucho más. ¿Acaso lo habría notado Alfredo ya? Imaginé que ya Alfredo, estaría echándome un ojo, y seguramente deseándome brutalmente. Volví a quedar de frente a donde estaba sentado mi esposo, y lo noté que incluso ahora, se había puesto de pie, con el vaso en su mano, y viéndome con detalle, como si no quisiera perderme de vista. Quise ponerlo nervioso y me acerque a Alfredo para hablar de trivialidades y decírselas cerca de su oído por el alto volumen de la música. A lo que lógicamente mi esposo desde donde estaba, ni sabía que platicábamos pero si me vería seguramente untada a Alfredo y muy cerca de su rostro! Esas imágenes son tan sensuales como provocativas y a todo hombre le gusta sentirse incomodo ante una situación así. Mi esposo dio muestras de ello, ya que en lo que yo le decía a Alfredo, algunas trivialidades en el oído, mi esposo, no dejaba de verme a la distancia y bebía con mayor velocidad su copa.

El juego se había vuelto picante y peligroso. La mezcla de morbo y celos que le provocaban a mi esposo, por la situación era incomparable con nada que había sentido antes. Me estaba excitando y mucho!

No me di cuenta que la pista quedo totalmente llena, y noté que mi esposo, intentaba simular su vista cada vez que nos buscaba entre las parejas de la pista; Nos veía juntos, tocándonos, las manos de él sobre mí, las manos mías sobre él. Parecía que estábamos disfrutando, en tanto nos hablábamos al oído, ¡podía vernos!. Los celos lo mataban, ¿o era placer?. Esa era siempre mi duda, pero en ese momento caí en cuenta de algo……..si fueran celos contundentes, primero no hubiera permitido siquiera ir donde estuviera Alfredo…….menos aún proponerme vestir como iba el día de hoy. El silencio de mi esposo, el brillo en sus ojos al verme, eran más que claros………mi esposo se excita tan solo de verme con mi amigo y siente placer verme en brazos de el mismo, y su fantasía, lo había llevado a poder ver más de cerca, algo que hasta entonces solo se imaginaba. En ese momento vi las cosas de otra forma!

El sonido, el ambiente y el juego de luces, estaba a lo máximo. De pronto, sin saber cuándo, una distracción me hizo perder de vista a mi marido. Alfredo aprovecho un instante de oscuridad en la pista y el alejamiento de la mirada de mi esposo, para hacerme subir las escaleras hacia el segundo piso de ese bar.

Me deje llevar, y los nervios me comían…..nunca había estado en una situación como éstas, donde mi esposo esta tan cerca de mí, viéndome, y siendo testigo de mi cercanía con mi amigo.

No sabía qué hacer. Alfredo solo me tomo de la cintura, y plantándome un enorme beso en la boca, me hizo perder la noción, y sin más, solo me dijo al oído:-“Dianita, hoy vienes súper hermosa,…….no sé qué este pasando ni que piense tu marido, pero no me importa…….estoy decidido a todo esta noche contigo……..con o sin tu esposo aquí, hoy te voy a dar una cogida, que querrás no despedirte!. Es más…….se me ocurre que cuando nos vayamos a despedir, voy a pedir al mesero que nos tome algunas fotografías, y tú vas a posar muy sensual para mi…..que tu esposo vea que otro hombre toca a su mujer………también te sacaremos fotos con tu esposo para que no diga nada, pero con él, te mostraras normal………..-

En cuanto me dijo eso Alfredo, no supe que decir, solo me tomo del talle, bajamos las escaleras y ahí note que mi esposo estaba deambulando entre la pista, seguramente ya estaba buscándome, aun cuando no fue más que un par de minutos, los que nos perdimos de su vista.

Casi estuve a punto de entrar al lavabo de señoras pero no quería alarmar a nadie y menos aún hacer el ridículo, como para disfrazar un poco la situación.

Mi mente volaba a mil por hora; ¿cuánto tiempo había pasado desde que me atrapo Alfredo? Ya dentro del baño, recibí un mensaje. Era de mi esposo:-Donde estas mi amor?……..de seguro estarás por ahí mamando una la verga, como una Puta…..eso eres…… mi esposa y una puta!

Nunca había oído a mi esposo decirme eso y me tenía sorprendida, pero ya el alcohol dentro de su cuerpo y lo morboso del asunto lo justificaba y más que enojarme, hasta me sacó una sonrisita……Casi tropiezo pero me tranquilizo al seguir leyendo: -“jajaja no te preocupes mi amor….. tu amigo está aquí y preguntando también por ti”-.

-Cariño, ¡Estoy en el sanitario! ¿Estás bien?-

-¿Estoy bien, pero dónde estabas? Te estuve buscando – me envió otro mensaje

– bailando con Alfredo y no digas que no me viste porque estuve observando que no me quitabas los ojos de encima-

-Pero eso fue hace tiempo-. Protestó con torpeza.

– ya sabes que el baño de las mujeres hay mucha gente, …..Quieres venir por mí?? ¿Algún problema?-

-No me avisaste nada, y te fuiste con tu amigo ehhh!”-

-Me estuviste viendo ehh!…….o ya no te gusto verme con él??…..si quieres, ahorita me siento, me pongo mi gabardina o mejor aún…..ya nos vamos ehh-

– no supuse que desaparecerías con él-

-El juego no proponía que fueras testigo ¿Verdad?-.

Desarmado de argumentos y derrotado con sus propias dudas, asimilé la situación de mi esposo, buscando tranquilidad y decidí esperar a volver con él, para cerrar el tema.

A pesar que lo ocurrido se me había escapado de las manos, al menos ahora tenía derecho a preguntar directamente.

No fue necesario acudir a ninguna fórmula para volver al tema, apenas llegue a la mesa, donde en efecto estaba Alfredo y mi esposo platicando. Entonces me acerque al oído de mi esposo, y solo le dije:

-Como te dije, fue un éxito porque desde un principio no dejó de mirarme el culo y no te voy a negar que me dijo muchos piropos pero todos muy respetuosos ehhh…..lo que quiero comentarte y a lo mejor ya te lo dijo a ti, que viene contento de la firma de ese nuevo proyecto, pero que quiere detallar algunos puntos conmigo, y aunque ahorita estamos celebrando, que ……….que ojala cuando nos vayamos, permitas que él me lleve a casa aunque tu vayas detrás de nosotros, porque quiere irme dando unas instrucciones para el lunes- Me mostré resuelta, audaz y morbosamente atractiva, ya que le metí mi lengua en el oído de mi esposo, excitándolo más de lo que ya estaba.

Entonces, movido por un irrefrenable alud mezcla de celos y deseo imperioso, mi esposo quedo en silencio, y sin decirme nada, nos pusimos de pie como si fuéramos a bailar pero mi esposo, me empujó contra la pared y se abalanzó sobre mí como un poseso, besándome el cuello y la boca. Dado que estábamos como dije, en un lugar muy privado u oscuro, aprovecho la ocasión para darme un leve jalón de mi vestido por los hombros, provocando que las tiritas de mi vestido, se escurrieran y cayeran sobre mis hombros, dejando un escote tan pronunciado que solo verme, parecía que estaba desnuda. Mis pezones estaban sumamente endurecidos clamando por una boca que los probara ya!.

Pegada así en ese rincón privado, mi espalda a la pared y mi esposo de espaldas a la pista, pudo notar que Alfredo se paró y dijo que iba al baño. Estábamos en pleno agasajo ahí solos, y sinceramente, mi esposo y yo, estábamos ya muy excitados; las manos de mi esposo no dejaban de tocarme toda y su boca de recorrer mi piel, momento en que mi esposo, extrajo su verga totalmente erecta y pude atraparle en una de mis manos para acariciarla, y la mano de mi esposo, tocaba mi culo por encima de la minifalda.

.Ahhh…ohh…asi…así…me gusta…….te ves muy puta mi amor……me tienes loco……me está gustando lo que veo- Mi esposo envuelto en un ardiente deseo, gozaba pero sus palabras dando muestras de que todos estábamos gozando.

Entre espasmos de placer súbito y casi momentáneo, pude ver que venía Alfredo y detrás de él, el mesero, por lo que pude retirar un poco a mi esposo diciéndole que venía gente. No me di cuenta ni me dio tiempo de arreglar las tiritas de mi minifalda que estaban caídas sobre mis hombros dejándolos muy sensuales.

Apenas llegó Alfredo pero con el Mesero: -“Nos puedes tomar unas fotos por favor?-

Y sin decir más, se acercó a mí y a mi esposo, que aún jadeaba pronunciadamente, y nos dijo que nos tomarían unas fotos. El alcohol, la excitación y el momento, nos tenía a todos en llamas. Me puse en medio de los dos, pero Alfredo de inmediato, se colocó detrás de mí, y me enrollo con sus brazos sobre mi cintura, más bien tirando mis caderas hacia las suyas y apretándome contra el mismo. Yo lo único que hice, fue tomar de la mano a mi esposo, en lo que sentía como la hombría de Alfredo, me rozaba por completo mis caderas por detrás. En una de las fotos, no hice mucho, pero sentí como la mano de Alfredo, estaba posada encima de mis caderas, de forma tal que seguro la fotografía había captado el momento en que su mano estaba más por debajo de lo permitido y otro de sus manos, mucho más arriba de mi cintura casi sosteniendo la base de uno de mis senos. Las fotos comenzaron a tomarse en grandes cantidades, y en un momento dado, mi esposo me soltó la mano y se hizo a un lado en lo que el mesero seguía tomando más y más fotos. Mi esposo sentado y mirándome, y yo con mi amigo, abrazándome, adoptando poses, mismas que fueron subiendo de tono al grado de que hubo varias de esas fotos sumamente sugerentes, ya que en algunas, Alfredo estaba sentado, y sus manos enrollándome pero de las caderas, lo que hacía que sus manos estuvieran totalmente postradas sobre mis nalgas, y en otras más, me hacía sentarse en sus piernas. Otras más, totalmente detrás de mí, y ambas manos enrollándome por la cintura, en lo que mis manos elevadas hacia atrás, enrollando su cabeza, y nuestros cuerpos sumamente pegados!!. Yo estaba que escurría de placer, por tanto morbo y la mirada de mi esposo, entre perdida por el alcohol y lo morboso y excitante del momento.

La foto más atrevida, pero creo que ya estábamos desatados, fue cuando totalmente de frente el uno del otro, y abrazados, me tenía con su mano derecha, como abrazada por la axila, pero sus dedos, tocaban mi seno, lo cual se ocultaba por mi brazo mismo, y con la mano izquierda, de plano, encima de toda mi nalga aprovechando que ese ángulo, mi esposo no tenía visibilidad!!. Nuestras mejillas absolutamente pegadas y aunque ambos mirando a la cámara, nuestro aliento se percibía muy muy cerca.

Apenas terminamos esas fotos y Alfredo sin soltarme de la cintura, pago la cuenta, sin esperar a que mi esposo aportara algo, aunque mi esposo, baste decir, estaba ya más borracho que nosotros. Y sin soltarme de la cintura, Alfredo, tomo mi gabardina y dándosela a mi esposo para que él se la llevara, le dijo a mi esposo que ya nos retirábamos. Así, yo sin mi abrigo, mi amigo Alfredo llevándome de la cintura y mi esposo por delante caminando con mi gabardina en sus manos, nos retiramos.

Apenas salimos, pedimos los autos, y sin decir más, Alfredo le dijo a mi esposo que él me llevaba a la casa porque quería darme unas instrucciones para el lunes y que nos fuéramos juntos.

Mi esposo con un poco más de lucidez, se acercó y nos cambió la jugada:

-“Noooooo…….no los sigo……..Alfredo quiero hablar contigo!:-

Baste decir que realmente los tres ya estábamos muy tomados. Yo pensé lo peor, pero cuando los vi alejar, no paso más de 4 minutos, cuando regresaron. Alfredo tomo su celular y me dijo que me tomaría unas fotos con mi esposo. Entonces mi esposo, se me acercó y sentí que quiso imitar las poses que vio adentro cuando nos tomaron las fotos, pero nunca segundas partes fueron buenas y nada fuera de lo común. Sin esperarlo o tal vez mi esposo no recordaba que adentro del Bar ya me había tomado varias fotos con Alfredo, me pidió tomarme una foto con Alfredo. Para este momento, Alfredo iba por todo, y yo, …..yo ya quería todo……estaba demasiado excitada y de plano, Alfredo me abrazó por detrás, repegándose todo el paquete en mis caderas, y una de sus manos, casi al nivel de mis senos. El mismo Alfredo pidió otra foto pero ahora, pidió un tipo selfie, indicándole a mi esposo se pusiera adelante, yo en medio y Alfredo atrás de mí. Solo vi el destello de su celular, más no como salió la fotografía. Mi esposo se subió a su auto y se marchó. Yo me quede estupefacta….con los ojos y boca abiertos!…. no sabía que había pasado pero Alfredo sin pedir permiso, volvió a abrazarme y solo me dijo:

-“Tranquila Dianita……..mas no se puede pedir…..sabes que me dijo tu esposo?…….Que te tiene una sorpresa……que él se adelanta y que yo te lleve…..por cierto, quieres ver la última foto?”. Al enseñármela, no cabía en lo que había tomado…..mi esposo casi con los ojos cerrados, yo en medio de los dos y Alfredo detrás de mí, dándome un beso en el cuello!!

Yo no cabía en mi sorpresa, pero no dije nada. Sin embargo si note que Alfredo hacia más tiempo del debido antes de retirarnos de ese lugar. Sin embargo, vi que recibió un mensaje en su celular y sin decirme nada, solo dijo:-Ya vámonos.

Eran ya las 5 de la madrugada, y me hizo subir a su auto y antes de arrancarlo, me dio tremendo beso y sus manos no dejaron de toquetearme toda, logrando prenderme nuevamente. Yo estaba chorreando de tanta excitación por todo lo vivido, y sin arrancar aun el auto, se bajó los pantalones, y ahí en el estacionamiento, me cargo, poniéndome frente a él, sentada dándole la espalda al volante, y sin decir más, me dejo caer, ensartándome su verga hasta el fondo!.

Ohhhhh…..mi cabeza dio un giro de enorme placer y mi cabello se revolvió al sentir tremenda tranca dentro de mí. Yo al sentir eso, me torcí de placer y sus manos bajaron mis tirantes, para comerme las tetas sabrosamente, en lo que comenzó a bombearme muy rico. No me dio tiempo de reclamar nada, de decir nada, de negarme a nada. Y así ensartada, echó a andar el auto, y lo puso en marcha…….eran ya las 5 de la madrugada………..pero sin decirme nada, apenas salimos del estacionamiento tan lentamente como podía el manejar, llevándome en esa posición, y en ese momento, note que se metió a un hotel!!. Ahí me puse loca porque no era ese el plan, pero en tanto me azotaba yo, más placer le daba a Alfredo por mis movimientos bruscos y yo totalmente empalada por mi amigo……después de unos instantes de gemir ambos, él no me dejo y solo me dijo: “Tranquila”.

Llegamos al estacionamiento del Hotel, y ahí continuó cogiéndome en esa posición, para después darme vuelta y dejarme de frente al volante, mirando hacia afuera, y me estaba dando una cogida de alto nivel dentro de su carro y ahí estacionados.

De pronto, me saco su verga y sin metérsela debajo del pantalón, bajo del auto, para irse al lado de mi puerta y abrirme la misma, quedando el de frente a mí, y jalándome levemente mi cabeza, para que mi boca quedara cerca de su verga, situación que no pude evitar, y le propine tremenda mamada ahí, sentada dentro del auto y Alfredo afuera parado. No sé cuánto duramos así, pero nos separamos y me hizo bajar. Me enrollo en sus brazos y me dirigió hacia el interior del Hotel…..entramos y nos fuimos al elevador, y ahí dentro, aunque rápido, me dio unas metiditas más, recargándome de frente a la pared del elevador y medio agachada, para él desde detrás, darme ese mete-saca!. Apenas salimos del elevador, y me llevo a una habitación, donde ahí afuera, me puso contra la pared nuevamente, poniendo mis manos en la pared, las piernas entreabiertas, y por atrás, me la volvía a meter hasta el fondo, haciéndome gemir de gusto. Yo estaba desbocada, sin saber que hacer pero solo gozando. Me hizo desfallecer ahí en el pasillo al tener los dos un orgasmo intenso y conjunto. En cuanto terminamos jadeantes y muy agotados por la posición, reposamos unos segundos, tras lo cual, de pronto, volvió a abrazarme por entre la cintura y caminamos apenas cinco paso, y toco una puerta. Al abrirse, me quede con los ojos abiertos:- Ahí estaba mi esposo!!!!

Que está pasando!!- paso por mi mente, y sin decir nada, solo escuche decir al Alfredo:

-“Mi amigo, apenas recibí tu mensaje como me dijiste, y te traje a tu esposa, sana y salva…….Dianita………disfruten una noche loca…….su noche de copas!!!!.

Y dándome un beso en la mejilla, se despidió de ambos y se marchó, dejándome con mi esposo ahí, en ese Hotel, quien me tomo de la cintura, me metió y apenas cerro la perilla……nos fundimos en una lluvia de besos llenos de excitación!!

Mi esposo y yo, nos duchamos juntos antes de ir a la cama y volvimos a echarnos otro polvo bajo la ducha, jugando una vez más con nuestras fantasías.

Ya en la cama, con la serenidad que deja el sexo después de disfrutarlo a pleno, le pregunté lo que quería saber, aunque en el fondo conocía la respuesta.

      Mi amor…….porque me dejaste sola con él?……no me dijiste nada!!…….no sabía que hacer!! …..me sentí muy enojada contigo…..te marchaste así como así……– para esto, mi esposo en silencio, vi que volteo su mirada hacia un costado de la recamara de ese Hotel, y vi que tenía colocada su cámara de vídeo, y así de espaldas, lo escuche decir, sin responderme nada:

-¿Te lo has cogido mi amor?-

Me giré con sensualidad y determinación hacia mi esposo.

-Si quieres que te responda, tiene un precio mi amor…….que me dejes cogérmelo y lo haré ahora mismo pero, (hice una breve pausa) ¿Estás seguro que quieres saberlo cariño, estás convencido que necesitas conocer lo que ocurrió esta noche?-

-Ohhh mi amorrrrr…….tengo que confesarte que he luchado hoy contra mí mismo, y no he parado de estar sumamente excitado…….me atreví a dejarte sola con él, en lo que venía a reservar esta habitación porque como te lo dije, quiero que esta noche sea una noche loca y hagamos locuras tu y yo solos……no te negare que los nervios me comían…….no he dejado de estar chorreando de lo excitado que me has puesto hoy!!!!……..definitivamente mi amor…….qué pedazo de mujer tengo; maravillosa, sensual y que placer me das mi chiquita………me tienes loco…..así me gustas y así quiero que seas siempre!!!.

Dudé un instante palpitando sus palabras, pero de inmediato supe lo que realmente deseaba.

-Sabes mi amor,………..hoy he disfrutado como nunca………..y sabes??….. si dudas no me importa………….prefiero seguir jugando……. Prefiero que tu mente sea la que imagine todo lo que pudo haber pasado………….y si gustas, jugamos a que yo te confieso que Alfredo me subió a su carro y no pudo evitar tocarme toda y meter un dedo en mi panochita, y me toco toda…….toco a tu mujer todo lo que quiso……. me cogió muy rico y ese hombre me tiene echa toda una puta……….prefiero que sigamos así……….o….tu qué opinas?…-

-Te amo mi amor……..quiero lo que tú quieras……si quieres confesarme lo que viviste hoy…….te escuchare con atención…….si no quieres decirme nada, no te obligaré, pero si quieres que simplemente sigamos con la duda y nuestras mentes se imaginen todo lo que desean……pues también mi amor………te confesaré que hoy me gusto ver todo lo que ví……no puedo negarte que desde que te vi, estuve empapado y empalmado……me sentiste y supiste hacer todo a manera que me provocaste sentimientos encontrados……me gusto ver como estabas con otro hombre……..pero prefiero seguir jugando…….Quieres tú que sigamos así???…..o quieres probar realmente???

(Continuará…)

Mi amiga la fea me ruega que me la coja

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Tengo una amiga que esta feita porque tiene la cara redonda y cachetona y los ojitos chiquitos y jaladitos y la nariz chata pero la verdad de las cosas es que tiene un muy buen culo y ella trata de hacerse la simpática con los chavos pero los muy ojetes la batean y unos se manchan porque hasta se burlan de ella y ay si me da coraje porque una cosa es que alguien sea feo y otra es que le hagan burla y entonces si les digo que no mamen y que ya le bajen y según este el wey le digo y tu que pinche chaparro o pinche negro o cualquier cosa que le duela y se le quita lo mamon y mi amiga me lo agradece pero tengo novia y sabe que no pasa de ay pero un dia estábamos haciendo un trabajo de la escuela y sus papas salieron y nos quedamos solos con su hermanito y comenzamos a platicar porque siempre nos platicamos todo y me empezó a preguntar si yo tenia relaciones con mi novia y me dijo que a ella le gustaría saber que se siente tener relaciones y me preguntaba como lo hacíamos y yo le platique que cuando mi novia trae falda nomas se recarga en la pared y me pone las nalgas y yo nomas le hago los calzoncitos para un lado y cogemos rápido a escondidas en algún lugar solo de la escuela o en un parque que esta cerca cuando ya es de noche para que nadie nos vea o que a veces voy a su casa y si no están sus papas pues cogemos en su cuarto en su cama y si están sus papas pero tenemos ganas lo hacemos en la cochera detrás del coche de su papa tratando de no hacer ruido y me di cuenta de que mi amiga se estaba poniendo bien cachonda y luego me dijo que le gustaría mucho saber que se siente y fue a ver a su hermanito y se había quedado dormido viendo la tele y que me empieza a decir que si por favor no quiero hacerlo con ella porque desde hace tiempo quiere saber que se siente y no ha podido conseguir novio y que si lo hacemos no se va a enterar nadie y yo le digo que por favor no me pida eso porque tengo novia y me dice que si es porque es fea y yo le digo que para nada pero que tengo novia y me ruega que lo hagamos y que no se va a enterar nadie
Ándale si porfas tengo muchas ganas de saber que se siente no seas malo porfas no quieres hacerlo conmigo
y yo la quería besar pero como que no me daban ganas así que le bese el cuello y ella luego luego comenzó a pujar y a jalarme la playera y yo le levante su playera y le desabroche el sostén y le chupe los pezones y pujaba bien fuerte y le desabroche los pantalones pero le dije que no nos encueraramos por si llegaban sus papas y asi los dos con la playera en el cuello y los pantalones en las rodillas le dije que se incara y que se recargara en su cama y parara la cola y me la cogi de a perrito y le encanto muchísimo y pujaba bien harto y como ya dije tiene un muy buen culo y me vine rápido pero ella seguía pujando y luego agarro la colcha y la mordio y dio como tres grititos y pues bueno creo que se vino y se quedo como dormida y yo me pare y me vesti y ella se quedo ay como muy cansada y le dije que mejor me iva y ella ay se quedo con la cola al aire que preciosa cola
y luego en la escuela nos vimos y nos saludamos como si nada y le dije que necesitaba tomar una pastilla la pastilla del dia siguiente y se la compre y se la tomo y quede tranquilo y luego a la otra semana que empieza a decirme y a decirme que si por favor voy otra vez a su casa y para no verme tan mamon le dije que si y me dijo que sus papas llegaban como a las 7 con su hermanito y supe que lo único que quería era que me la cogiera y le dije que nomas me dejara ir a comer a mi casa y me iva a su casa y fui a comprar condones y me sentía entre raro y cachondo de que una mujer me pidiera que me la cojiera porque esta bien sabrosa pero algo fea y entonces cuando llegue me abrió la puerta y cuando entre y cerro la puerta vi que estaba toda encuerada y yo como que me espante y vi que estaba bien buena mucho mas buenota de lo que creía y me abrazo y me beso y yo luego luego le agarre las nalgas porque las tiene bien sabrosas y me encuere y cogimos en su cama bien sabroso y bien quitados de la pena ni con mi novia cojo tan despreocupadamente y entonces le dije acuéstate y abre y levanta las piernas y se la metí toda hasta el fondo y le gustó demasiado y pujaba mucho y yo de pendejo me vine bien rápido porque pujaba bien rico y esta super deliciosa y no dejaba de pujar y luego nos volteamos y ella quedo encima y le dije ora tu muévete y se puso a darme unos sentones de poca madre y otra vez dio unos grititos y se vino y se dejo caer a mi lado y me abrazo y me beso y me dio las gracias y me dijo que era muy bueno con ella y nos quedamos ay un ratillo y al rato como que me dieron ganas otra vez y la empuje para que se volteara y me dijo que pasa quieres otra vez y se puso de lado y paro su deliciosa cola y le puse otra buena cogida y nos venimos casi juntos y como que le agarre mejor la onda y ya me levante y me vesti porque si me quedaba otro rato a lo mejor me volvían a dar ganas y ella se levanto y se puso nomas una playerota y me ofrecio agua de limón y que si quería algo de comer y le dije mejor me voy no vayan a llegar tus papas pero a penas eran las 5 y me dijo que si por favor no me quedaba a ver la tele y me rogaba y pues bueno para no verme tan mamon me quede y se sento junto a mi y me acariciaba la verga y pues bueno no pude evitar que se me pusiera dura y me pregunto si no quería coger otra vez bueno no con esas palabras pero eso quiso decir y le dije que no y me pregunto entonces por que se te pone dura y me abrio el cierre y me la saco del pantalon y empezamos a jugar y a reir y le dije pues bueno haber siéntate sobre de mi dandome la espalda y ella nomas se levanto la playerota y se enchufo solita y otra vez me dio santos sentones y yo nomas viendo sus nalgotas rebotano en mi estomago bien delicioso y ella otra vez a pujar y otra vez sus grititos y pues bueno se vino pero ora yo aguante mas y le pedi que me la chupara y como que no quería y le dije mira con condon no hay problema y pues bueno se inco y se puso a chupármela y yo le decía como y me la chupo bien rico hasta que me vine y ella se quedo asombrada de ver como me venia y como ya era mi tercera venida le dije ora si me voy ya no puedo mas y me fui a mi casa no mames nunca me habia venido tres veces seguidas y le hable a mi novia y le dije que me sentía mal y que hoy no la podía ver y me quede dormido
ora ya ni ando con mi novia ya nomas voy a ver a mi amiga los martes y viernes que salgo temprano de la escuela y no nos cansamos de coger y lo que mas me gusta es que se pone como yo le digo y hace lo que le digo y ya hasta me la cogi por ese grandísimo y sabroso culo que tiene bien rico y apretadito y vemos películas porno y probamos lo que vemos pero no nos hemos hecho novios estamos bien asi de amigos porque nos llevamos bien chingon no solo porque cojemos bien harto sino que cuando estamos en su casa como que parecemos esposos andamos encuerados viendo tele o comiendo algo bien quitados de la pena y como que si nos acemos novios vallan a cambiar las cosas y mejor asi nos quedamos y ya como que ya no la veo tan fea y no se aber que pasa pero mientras quiera que me la coja pues no me voy a poner mamon verda

Cuñadita

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Al regresar a mi casa de una fiesta,me encontré a mi cuñada durmiendo en el sofá,mi esposa dormía cansadisima porque había tenido un día largo,al entrar mi cuñada dormía a medio tapar y  con una remerita algo corta,lo que me despertó la imaginación enseguida, había peleado con su esposo por una supuesta infidelidad de él y decidió darle un escarmiento y dejarlo solo en su casa,yo preparaba un café en la cocina y siento su vos que me dice yo también quiero uno!! Me has  asustado le dije,ok te lo preparó,que paso que estás aquí? Pregunté,sabiendo los motivos,a lo que contestó lo mismo de siempre!!! Bueno ya va a pasar quizás es una confusión, exclamé,

De ninguna manera me responde muy enojada,bueno pero tú no tienes nada que ver no todos son iguales,aunque se de algunas visitas tuyas por ahí.

Mías? No cariño no sería capaz.

Todos dicen eso y después son infieles.

Mira no podría porque si no amas a alguien seria difícil hacerlo,terrible mentira mía!

Y los deseos no cuentan?

Claro que si,a lo que me dice que siempre había tenido curiosidad por como sería yo en la cama..

No bromees,y tu como serias?

Depende quién, si fueras tú, no se.

Yo?

Si me pareces atractivo.

Bueno mejor me voy a dormir ya es hora,respondí con ganas de ponerle la verga en la boca.

Ven a darme el besito de las buenas noches!!

Ya mi polla estaba dispuesta a todo,me acerque y ella posó su mano en mi miembro y me beso desenfrenada.

No es lo correcto dejemos esto así,le decía mientras bajaba su Braga y tocaba sus senos.

Ay ay repetía y me empezó a chupar la polla descomunalmente silenciaba sus gemidos y los mios,hasta que bruscamente lami su vagina,la di vuelta y la penetre vorazmente hasta que acabó y con sus fluidos lubrique su ano y se la metí de un solo movimiento hasta que me pidió que parara que ella se movía porque le dolía, la deje mover hasta que se dilató su año y seguí con mis envestidas hasta acabar dentro de ella y sentir que ella se corría de nuevo!!

A todo esto mi esposa nos estaba observando, se río y nos dijo vengan a la cama que esto recién comienza!!!

Y así fué! Cada vez que mi cuñadita viene a casa terminamos matándonos en la cama los tres,aunque me costó lograr que se besaran y se tocarán al principio!! Yo feliz!

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